EN EL PERÚ
INTRODUCCION
Diseñar una estrategia de tutela del medio ambiente supone articular una serie de
respuestas jurídicas, de hacer uso de todos aquellos medios de control social con que
cuenta el Estado, para prevenir, controlar y sancionar todos aquellos comportamientos
que puedan propiciar una afectación a dicho interés jurídico.
La Ley General del Ambiente, Ley Nº28611, en su artículo 24.1, establece que toda
actividad humana que implique construcciones, obras, servicios y otras actividades, así
como las políticas, planes y programas públicos susceptibles de causar impactos
ambientales de carácter significativo, está sujeta, de acuerdo a ley, al Sistema Nacional
de Evaluación de Impacto Ambiental (SEIA), el cual es administrado por la Autoridad
Ambiental Nacional. La ley y su reglamento desarrollan los componentes del Sistema
Nacional de Evaluación de Impacto Ambiental.
En el ordenamiento penal peruano se han introducido artículos que tipifican esos delitos
que se encuentran contenidos en el Código Penal (Decreto Legislativo 635).
Cabe anotar que para algunos casos el Código Penal prevé agravantes que no se han
considerado en razón a que su tratamiento excedería al objetivo de este comentario.
CONCEPTO
El delito ambiental es un delito social, pues afecta las bases de la existencia social
económico, atenta contra las materias y recursos indispensables para las actividades
productivas y culturales, pone en peligro las formas de vida autóctonas en cuanto
implica destrucción de sistemas de relaciones hombre – espacio.
Ab initio, debemos señalar que el conjunto de normas penales que sancionan conductas
contrarias a la utilización racional de los recursos naturales, debe llevar intrínseca la
condición formal de sancionar mediante penas tales conductas y, fundamentalmente, los
tipos penales deben ser correctos y funcionales a fin de lograr una justa y eficaz protección
del medio ambiente.
Bramont – Arias Torres, sostiene en su obra Derecho Penal – Parte Especial que "Bajo
esta rúbrica de conductas delictivas que como punto en común presentan un mismo bien
jurídico protegido, esto es el medio ambiente natural. Estas figuras preceden, no obstante,
sistematizarse en tres grandes grupos: aquellas conductas que afectan en general a
cualquier elemento del medio ambiente -flora, fauna, agua, aire; aquellas otras que
suponen una lesión directa a especies protegidas, tanto en la fauna como en la flora; y por
último, aquellas que implican una urbanización irregular o una utilización abusiva del
suelo.
LA PROTECCIÓN JURÍDICO-PENAL DEL MEDIO AMBIENTE
La percepción cognitiva de la sociedad sobre dichos riesgos no adquiere los ribetes que
ellos merecen, en la medida que la ausencia de concientización y sensibilización de dichos
peligros no son concebidos en su real magnitud. El drama, el pavor social, la zozobra
colectiva se produce más bien con los hechos de sangre, con la violencia cotidiana que se
pone a la luz por la prensa sensacionalista. Son muy pocos los sectores de la sociedad
peruana que se preocupan por estos temas ambientales. Es que mientras la gente no siente
en su propia persona los estragos de una conducta antijurídica, no reacciona, ya que se
adolece del llamado sentimiento de solidaridad.
La Ley General del Ambiente en su artículo 127.1, señala que “la educación ambiental se
convierte en un proceso educativo integral, que se da en toda la vida del individuo, y que
busca generar en éste los conocimientos, las actitudes, los valores y las prácticas,
necesarios para desarrollar sus actividades en forma ambientalmente adecuada, con miras
a contribuir al desarrollo sostenible del país”.
Los riesgos, primero, deben ser identificados; luego, deben ser medidos en su real
potencial, para poder formular los instrumentos jurídicos idóneos que puedan a corto,
mediano y largo plazo augurar un medio ambiente sostenible y equilibrado.
De seguro que el Derecho ambiental adquiere, en primera línea, una gran responsabilidad
en los riesgos que amenazan el sistema ecológico pues debe estudiarlos, procesarlos, para
luego distribuir las cargas y responsabilidades entre los actores sociales; empero, esta
esfera del Derecho positivo puede no resultar lo suficientemente fuerte como para
prevenir y controlar debidamente estas amenazas, por lo que desde el mismo Derecho
público aparece el Derecho penal como un instrumento necesario del cual debe hacer uso
el Estado cuando se exteriorizan aquellas conductas de mayor desvalor para con el bien
jurídico protegido. Se erige, entonces, un doble plano de acción, donde las políticas
ambientales deben ser conciliadas con la política criminal, amén de garantizar
condiciones favorables para la protección ambiental y conservación de los recursos
naturales. De ahí, que se deba tipificar nítidamente los injustos penales (comportamientos
prohibidos), distinguiéndolos de las desobediencias administrativas y evitando una
posible accesoriedad del Derecho penal sobre el Derecho administrativo, lo cual es
empresa fácil.
El Código Penal contiene un Título dedicado a tratar los delitos ambientales y los separa
en dos grupos:
delitos de contaminación
Los textos que presentamos corresponden al Código Penal Peruano vigente a Marzo de
2017.
DELITOS DE CONTAMINACIÓN
El agente de los delitos previstos en los artículos 307º-A, 307º-B, 307º-C, 307º-D y 307º-E, será
además sancionado, de conformidad con el artículo 36º, inciso 4, con la pena de inhabilitación
para obtener, a nombre propio o a través de terceros, concesiones mineras, de labor general, de
beneficio o transporte de minerales metálicos o no metálicos, así como para su comercialización,
por un periodo igual al de la pena principal.
Artículo 312.- Autorización de actividad contraria a los planes o usos previstos por
la ley
EL BIEN JURÍDICO
Tipo objetivo
- Sujeto activo
No cabe duda que se trata de un delito común («El que»). Sin embargo,
consideramos que el agente debe ejecutar el ilícito en el marco de una actividad
económica, necesariamente.
Por lo tanto, sujeto activo puede serlo cualquiera que ejerza una actividad
económica, principalmente industrial.
- Sujeto pasivo
En general, el sujeto pasivo es el titular del bien jurídico, pudiendo o no coincidir
con el sujeto sobre el cual recae la acción típica. Tratándose de los delitos
ambientales no existe coincidencia. De este modo, sujeto pasivo del delito de
contaminación lo es la colectividad en general, la cual es titular del interés en la
conservación de un ambiente equilibrado
La falta de certeza científica absoluta no podrá alegarse como razón para dejar de
adoptar medidas preventivas.
Evitar que el daño se objetive, responde al carácter singular de los componentes del medio
ambiente, en tanto que el daño sobre alguno de ellos se torna muy difícil de reparar en
aquellos casos que sea posible.
Son dos momentos de un mismo problema, el primero, es cuando nos encontramos frente
al posible daño y para el cual, independientemente de que la ciencia no tenga una
respuesta cierta, estamos obligados a tomar medidas; el segundo, surge a partir del
instante en que hay que tomar la decisión de una medida, las que sí deben ser estudiadas,
proyectadas y ejecutadas conforme a los conocimientos científicos más avanzados en
materia ambiental.
El Derecho Ambiental es ante todo multidisciplinario, pues busca integrar las distintas
ramas del ordenamiento jurídico a fin de prevenir, reprimir o reparar las conductas
agresivas al bien jurídico ambiental, teniendo en cuenta las características culturales y
sociales del medio humano
No hay rama del derecho que no roce de una forma o de otra el Derecho Ambiental. Todas
ellas le tributan figuras jurídicas de las cuales él se auxilia para exigir y restablecer, para
persuadir o prohibir.
Las Constituciones en mayor número cada vez, recogen como un principio fundamental
o derecho humano, según se entienda, el disfrute a vivir en un ambiente sano y el deber
de los ciudadanos y demás personas jurídicas a trabajar por su conservación, de ahí su
relación con el Derecho Constitucional.
Hay códigos penales que dentro de las figuras delictivas han incluido los llamados delitos
ecológicos, muestra clara de que para la existencia de la sociedad resultan lesivos
acciones u omisiones de este tipo, lo cual evidencia su relación con el Derecho Penal
La relación con el Derecho Agrario es una de las más evidentes, no sólo por encontrarse
en el campo y en los bosques muchos de los ecosistemas cuyo cuidado y conservación
son regulados por el Derecho Ambiental, sino por constituir la actividad de explotación
agrícola una de las que más inciden en la estabilidad del medio ambiente.
Por ello, las relaciones sociales que son reguladas por el Derecho Agrario en cuanto a
propiedad, tenencia, posesión, uso, abuso y disfrute de la tierra, se deben articular
necesariamente con las obligaciones de cuidado de la tierra, las aguas, las plantas, los
bosques, los organismos vivos, los recursos naturales, en fin, el medio ambiente existente
en esa esfera, que es de hecho, el típico o tradicional de animales.
No es casual que los conflictos presentados a los tribunales agraristas en muchos países -
con frecuencia latinoamericanos- sean aquellos en los que se enfrentan el derecho de
propiedad y el derecho a un medio ambiente sano, lo que evidencia una seria cuestión
ética que el juez debe decidir.
La Relación con el Derecho Penal Económico, aunque a primera vista se pensaría que
los delitos ambientales o de protección al medio ambiente en nada se relacionan con el
orden económico social, es importante tener en cuenta que los delitos ambientales ante
todo constituyen un delito social, toda vez que afecta las bases de la existencia social
económica, atenta contra las materias y recursos indispensables para las actividades
productivas y culturales y, pone en peligro las formas de vida autóctonas en cuanto
implica destrucción de sistemas de relaciones hombre – espacio.
Si bien un sector de la doctrina considera que las normas penales económicas tienen una
finalidad diferente al ordenamiento jurídico ambiental, otro grupo se inclina por incluir
los delitos ambientales, en vista de que al vulnerarse los recursos naturales,
inexorablemente las relaciones económicas basadas en el comercio y consumo de los
mismos sufriría un desequilibrio considerable, a tal punto que muchos de los mercados
no contarían con la oferta necesaria frente a la gran demanda, lo que de suyo impactaría
en la elevación de los precios.
Efecto invernadero, se vaticina un aumento del clima entre 1.5 y 4.5. grados
centígrados, en los comienzos del próximo milenio. De no controlarse la emisión
de gases contaminantes provenientes de los combustibles fósiles, la "boina de
plástico" producida por la contaminación del Bióxido de carbonoamenaza con
propiciar el derretimiento de los casquetes polares, el hundimiento de las costas
de bajo nivel del mar y la multiplicación de los desiertos improductivos.
CONCLUSIONES
El Derecho Penal tiene una gran importancia en el ámbito ambiental, debido a que
tiene como objetivo evitar los daños o riesgos más graves a los bienes jurídicos
fundamentales para la convivencia social.
Actualmente, su nivel de injerencia en la vida de los ciudadanos abarca la
protección de todo el entorno del ser humano, que pudiera sufrir cualquier tipo de
agresión que lo ponga en riesgo, incluyendo nuestro medio ambiente.
Por tal cuestión, al ser el Derecho Penal el que regula y sanciona las conductas
que puedan agredir nuestro entorno, el Derecho Penal Ambiental, debe ser visto
como un derecho que privilegia aquellos instrumentos jurídico-ambientales
preventivos y voluntarios para incrementar el cumplimiento de la ley ambiental.
Para los particulares puede ser civil, originada en un daño a un bien ambiental y
que se concreta en la reparación del daño; administrativa, originada en la violación
de una norma y que va a traducirse en una sanción administrativa, o penal, nacida
de la comisión de un delito ambiental y que va a tener como consecuencia una
sanción penal.