Hijo de Lorenzo Batlle, quien desempeñó la Presidencia de la
República entre 1868 y 1872, y de Amalia Ordóñez.
Cursó estudios de Derecho y viajó a Europa asistiendo en París a
algunos cursos de Filosofía durante 1880.
Jefe del Partido Colorado, participó en la Revolución del Quebracho
(1886). En ese año fundó el diario "El Día", vocero de su oposición. Elegido senador (1896-1903) antes de alcanzar la presidencia de la República en 1903.
Fue presidente del Uruguay en dos períodos, 1903-1907 y 1911-
1915. Durante la primera presidencia venció al caudillo blanco Aparicio Saravia.
José Batlle falleció el 20 de octubre de 1929 en Montevideo.
¿Qué buscaban las reformas de la Educación Batllista?
En el período transcurrido entre 1908 y 1918 se realizó una serie de
reformas importantes en el ámbito de la enseñanza, especialmente durante la segunda presidencia de José Batlle y Ordoñez (1911-15). Se buscaba así promover la expansión de la educación pública como una herramienta fundamental para la modernización del país, la democratización de la sociedad y la extensión de la ciudadanía política.
Las reformas educativas del batllismo guardaban relación directa
con su modelo liberal en lo político, al tiempo que atendían a cambios y a nuevas necesidades de una sociedad en pleno proceso de modernización. Así, la educación secundaria y terciaria constituía a la vez un espejo de las transformaciones que se producían en el seno de la sociedad y una herramienta fundamental del gobierno para el desarrollo de sus proyectos de cambio. La educación se transformó de este modo en un tema central de la discusión pública: las propuestas debatidas a nivel parlamentario fueron expresiones de distintas visiones sobre el papel de la enseñanza en el desarrollo social y político del país.
Educación secundaria en el Batllismo.
Las tres primeras décadas del siglo 20 estuvieron signadas por el
batllismo y el primer impulso reformista (1903-1916). El tema educativo, particularmente la enseñanza secundaria, no estuvo fuera de las reformas que Batlle y su elenco político llevaron adelante.
Esto implicaba una reforma social y económica, así como el
nacimiento de un hombre nuevo que se encontrase “liberado de las cadenas de prejuicios seculares”. Sin embargo, esta libertad tenía sus limitaciones, la creación de la educación secundaria era para la clase elitista, estando pensada para aquellos que deseaban seguir alguna carrera en la universidad.
En este período se presentaron algunas dudas con la educación
secundaria haciéndose preguntas como ¿enseñanza preparatoria o formación general? Esto refería a si la educación estaba respondiendo a las nuevas exigencias que se venían presentando hasta el momento. Una sociedad en la que se acrecentaban los sectores medios y trabajadores, así como también la demanda y la concientización de la importancia de la educación.
Para estas clases emergentes era muy difícil concluir estudios
universitarios, por lo que la enseñanza media sería el grado más elevado en su instrucción, pero que ésta respondiera sólo a fines propedéuticos implicaba grandes problemas.
Frente a esto surgieron críticas con respecto al sistema de
enseñanza secundaria y sus fines destacando su inadecuación a los objetivos sociales.
La enseñanza secundaria preparatoria estaba pensada para aquel
sector social que tuviese intenciones de continuar una carrera universitaria, presentando a su vez una estructura típicamente montevideana, y olvidando los requerimientos educacionales del interior. Dentro de la educación secundaria existían dos concepciones: La propedéutica, y la formativa.
A lo largo del siglo XX la tendencia formativa y de cultura general
de la educación secundaria se fue imponiendo sobre la concepción propedéutica.
Utilizando este mismo criterio se proyectó la instalación de diez
liceos departamentales, con la intención de otorgar en el interior de Uruguay elementos de cultura superior a los de la enseñanza primaria. El objetivo era crear una cultura media no universitaria, para que surgiera una clase media ilustrada que comprendiera a la élite doctoral pero que no estuviera dispuesta a imitarla. Sin embargo esto no se llevó a cabo hasta la segunda presidencia de Batlle.
SEGUNDA PRESIDENCIA DE BATLLE:
La ideología que se pretendía plasmar en la realidad, reposaba
sobre la amplia participación del pueblo en la vida política. Esa participación no podía concretarse si no se convertía a cada hombre en un ciudadano instruido, consciente, capaz de reflexionar e intervenir en la vida pública activamente.
Es por ello que las iniciativas del Estado se concentraron en
extender la educación secundaria a todos los adolescentes (gratuidad, liceos departamentales).
Creación de los liceos departamentales (1912):
Para los batllistas, la instalación de liceos era una forma de “vivificar
la cultura” en la campaña, irradiando valores y conocimientos a los que hasta el momento sólo se podía acceder en la capital. Si bien el proyecto reconocía los esfuerzos realizados por algunas instituciones privadas, consideraba que la inexistencia de liceos públicos en el resto del país aumentaba la desigualdad de acceso a la educación y sus beneficios.
En 1906 se había autorizado por ley la creación de liceos
departamentales en el interior de la República. La falta de recursos necesarios paralizó la iniciativa. Fue retomada en los primeros meses de la segunda Presidencia de Batlle y aprobada por la asamblea a fines de 1911.
En febrero de 1915 se crearon los primeros Preparatorios en Salto y
Paysandú.
La finalidad era extender la educación al interior del país y evitar el
desarraigo de los alumnos.
La creación de los liceos departamentales cumplieron uno de sus
objetivos: elevar y extender el nivel cultural de las poblaciones del interior, democratizar la educación y extender la cultura cívica imprescindible para desterrar el a las armas en el caso de conflictos partidarios.
Creación de liceos nocturnos.
La creación de los liceos nocturnos en 1919, continuó con la
expansión de la Educación Media y permitió el acceso a la educación de un sector que al decir de José F. Arias: “Este liceo es más para los que luchan, para los que trabajan, y que por estas circunstancias no les es posible seguir regularmente los cursos diurnos”.
Gratuidad de la enseñanza secundaria.
El Estado tenía el deber de extender la educación a todos los
integrantes sin importar clases sociales. Esto se lograría extendiendo la educación a través de: la gratuidad, la universidad de mujeres, los liceos departamentales y los liceos nocturnos.
Antes solo la escuela primaria era gratuita, ahora esa gratuidad iba a extenderse a enseñanza secundaria y superior.
Hasta entonces en secundaria debía de pagarse una matrícula, así
como también se debía de abonar derechos a exámenes por cada asignatura.
Pero el valor de la matrícula cada año era más alto y no se quedaba
solo en esto. Había que sumar los gastos de los libros, la vestimenta, y útiles. Es por esto que el Poder Ejecutivo envió un mensaje a la Asamblea General el 17 de Noviembre de 1914, con un proyecto de Ley para exonerar del pago de derechos de matrícula y de exámenes a los estudiantes de educación Secundaria y lo autorizaba para extender ese beneficio a los demás estudiantes.
El mensaje destacaba la educación como derecho que debe
brindarse al pueblo, acabando con un privilegio poco accesible a las clases pudientes.
Para compensar los gastos que esto generaría, se implementó el
impuesto a la contribución inmobiliaria a los propietarios no residentes en el Uruguay.
El proyecto en cuestión recién se pudo aprobar en el año 1916,
como consecuencia de la oposición de varios legisladores.