En el segundo caso, el del acosado, estas podemos decir que son las características que
le suelen identificar:
• Es alguien sumiso.
• Tiene baja autoestima y además no posee una personalidad segura.
• Presenta una incapacidad absoluta para defenderse por sí mismo.
• Se trata de una persona muy apegada a su familia y que no tiene autonomía.
• Suele presentar algún tipo de diferencia con el resto de sus compañeros de clase en lo
que se refiere a raza, religión, físico.
Con las nuevas tecnologías, el bullying se ha extendido al hogar de las víctimas, en lo que
se conoce como ciberbullying. Los acosadores se encargan de molestar a través
de Internet, con correos electrónicos intimidatorios, la difusión de fotografías retocadas, la
difamación en redes sociales y hasta la creación de páginas web con contenidos
agresivos.
Tipos de Bullying
Podemos hablar de varios tipos de acoso escolar que, a menudo, aparecen de forma
simultánea:
- Físico: empujones, patadas, agresiones con objetos, etc. Se da con más frecuencia en
primaria que en secundaria. También puede ser indirecto cuando se producen daños
materiales en los objetos personales de la víctima o robos.
Víctima. Está sometida al agresor y sufre la violencia. Suele ser una única persona.
Agresor. Es el que domina y somete por la fuerza a su víctima. Pueden ser uno o
varios.
Espectador. Es aquel o aquellos que observan las agresiones.
LA VÍCTIMA
Cualquier niño o niña puede convertirse en víctima del bullying. Algunos niños se
vuelven blanco de acoso escolar por ser considerados “diferentes” en cualquier
aspecto (color de pelo, forma de vestir, apariencia, forma de ser…). No podemos
tolerar que ser “diferente” sea razón para ser maltratado. Detrás de ese maltrato se
encuentran siempre prejuicios, por lo que nunca se debe responsabilizar a la víctima del
bullying por el maltrato recibido ni pedirle que cambie su apariencia o su forma de ser. Si
se hiciese, es más que probable que el agresor encontrase otra razón para maltratar a su
víctima. Los individuos con una personalidad agresiva buscan continuamente hacer daño
a otros a los que consideran más débiles que ellos (física y psicológicamente). Por lo
tanto, es muy importante erradicar de raíz este comportamiento abusivo antes de que se
repita con reiteración.
La dificultad de evitar el bullying radica en que la víctima rara vez se atreve a
denunciarlo por miedo a sufrir represalias.
El perfil de la víctima de bullying suele corresponderse con:
Niño con baja popularidad o incluso impopularidad entre sus compañeros. No logra
tener buenas relaciones sociales y es rechazado como para no recibir ayuda de
ellos. No suele recibir invitaciones a eventos y posee pocas amistades.
Suele tener un temperamento débil y tímido, por lo que resulta presa fácil para el
acosador. Adolece de falta de asertividad y seguridad. En general, los estudiantes
que son víctimas de bullying se perciben a sí mismos como más débiles, tanto física
como emocionalmente, que los niños o niñas que los agreden. Se culpan de las
agresiones, tienen miedo y esos sentimientos les inhiben para poder comunicar su
situación como víctimas de bullying a los adultos.
Suele tener problemas de autoestima. Ante el acoso escolar, sufre un descenso
notable del rendimiento académico debido a su falta de atención, de interés o de
concentración. Por esta razón, se crea un sentimiento negativo de autodesprecio
que puede desencadenar incluso en un suicidio.
Es propenso a la depresión, padece alteraciones del estado de ánimo o cambios de
humor (está sumido en la tristeza o arranca a llorar sin motivo aparente). Sufre
insomnio o pesadillas, ataques de pánico o ansiedad.
Puede fingir enfermedades con tal de no ir a clase. Estas dolencias ficticias pueden
terminar transformándose en reales (trastornos psicosomáticos como dolores de
estómago, vómitos, malestar generalizado, etc.) a causa del estado de estrés y
ansiedad al que se ve sometido.
Muestra inseguridad, alteraciones de la conducta y conductas de evitación (no
desea acudir a la escuela o elige caminos ilógicos para ir y volver de la escuela con
el fin de no encontrarse a otros niños). Se caracteriza por la introversión, la timidez,
el aislamiento social (busca entrar y salir de clase cuando no haya nadie,
permanece alejado del resto en los recreos y otros lugares públicos, prefiere
quedarse en casa, elige actividades en soledad).
EL ACOSADOR
Detrás de la conducta agresiva de una niña o un niño acosador es probable que exista
un complejo escenario de violencia y falta de cariño en su hogar de procedencia. Aunque
esto no es siempre así, ni constituye una justificación para el abuso de poder que ejerce
sobre la víctima del bullying. Su conducta puede hacerse crónica, ya que identifica la
agresividad como un medio para alcanzar sus objetivos. Las personas que agreden se
acostumbran a conseguir lo que quieren a partir del abuso de poder y la manipulación.
El perfil más común de acosador es el siguiente:
Goza de mayor popularidad y apoyo que la víctima de bullying.
Los demás niños le demuestran respeto o incluso le tienen miedo.
Posee ira, agresividad e impulsividad. Siempre se ve envuelto en conflictos, peleas
y es violento con los compañeros de clase, ya que trata de imponer sus criterios
utilizando la fuerza.
Se muestra autoritario, agresivo y competitivo. Muestra crueldad e insensibilización.
Se enfada con frecuencia y es despreciativo en sus valoraciones sobre los demás.
No tiene sentimiento de culpabilidad, ni empatía, ni autocrítica. Ignora los derechos
de los demás. No reconoce la autoridad ni responde ante normas de conducta
claras ni familiares ni académicas, por lo que a menudo transgrede e incumple las
normas.
Presenta conductas antisociales y delictivas. Mala regulación de las emociones, se
muestran enormemente destructivos, con su semejante y consigo mismo.
Suelen ser malos estudiantes y se muestran desinteresados por los estudios y la
escuela.
Se siente con frecuencia insatisfecho con el mundo y poco motivado a hacer nada.
Además, tiene baja tolerancia a la frustración.
La persona que ejerce el bullying lo hace para imponer su poder sobre el otro, a través
de constantes amenazas, insultos, agresiones o vejaciones, y así tenerlo bajo su completo
dominio a lo largo de meses e incluso años. La víctima sufre callada en la mayoría de los
casos. El maltrato intimidatorio le hace sentir dolor, angustia y miedo, hasta tal punto que,
en algunos casos, puede llevarle a consecuencias devastadoras como el suicidio.
Suele ser practicado contra niños o jóvenes que se diferencian de sus compañeros por
diversos motivos, y que tienen dificultades para defenderse o se muestran sumisos debido
a baja autoestima o inseguridad.
El bullying puede ocurrir en diversos lugares, como la calle o el parque, pero
fundamentalmente está relacionado con el entorno escolar, y afecta a niños y
adolescentes en sus relaciones con sus compañeros de estudios. El bullying se relaciona
con las dinámicas de abuso de poder, en las cuales una persona humilla a otra para
sentirse superior, valiéndose de todo tipo de herramientas de agresión como las burlas, los
insultos y los maltratos físicos. El resultado es que la víctima se sienta temerosa de sus
agresores y los evite.
Causas
En su artículo titulado Bullying: un miedo de muerte, la psicóloga y periodista Henar L.
Senovilla, afirma que las causas que pueden hacer aparecer el acoso escolar son
incalculables. El acoso escolar tiene muchas formas de manifestarse y ocasiona perjuicios
ilimitados.
En general, las causas o factores que provocan el acoso en los centros educativos
suelen ser personales, familiares y escolares. En lo personal, el acosador se ve superior,
bien porque cuenta con el apoyo de otros atacantes, o porque el acosado es alguien con
muy poca capacidad de responder a las agresiones. En la mayoría de las ocasiones, el
acosador lo que quiere es ver que el acosado lo está pasando mal.
En resumen, las causas del bullying pueden residir en los modelos educativos que son
un referente para los niños, en la ausencia de valores, de límites y de reglas de
convivencia; en recibir castigos a través de la violencia o la intimidación y en aprender a
resolver los problemas y las dificultades con la violencia. Cuando un niño está expuesto
constantemente a esas situaciones, acaba por registrar automáticamente todo en su
memoria, pasando a exteriorizarlo cuando lo vea oportuno. Para el niño que practica el
bullying, la violencia es sólo un instrumento de intimidación. Para él, su actuación es
correcta y, por lo tanto, no se autocondena, lo que no quiere decir que no sufra por ello.
Introducción
Bullying es un anglicismo que no forma parte del diccionario de la Real Academia
Española (RAE), pero cuya utilización es cada vez más habitual en nuestro idioma. El
concepto refiere al acoso escolar y a toda forma de maltrato físico, verbal o psicológico
que se produce entre escolares, de forma reiterada y a lo largo del tiempo. El bullying
suele tener lugar en el aula y en el patio de la escuela. Este tipo de violencia por lo general
afecta a niños y niñas de entre 12 y 15 años, aunque puede extenderse a otras edades.
Cuando se habla de bullying hay que establecer que los profesionales expertos en la
materia tienen muy claro qué perfiles tienen el acosador y el acosado.
Podemos hablar de varios tipos de acoso escolar que, a menudo, aparecen de forma
simultánea:
- Físico: empujones, patadas, agresiones con objetos, etc. Se da con más frecuencia en
primaria que en secundaria. También puede ser indirecto cuando se producen daños
materiales en los objetos personales de la víctima o robos.
- Social: pretende aislar al joven del resto del grupo y compañeros. Consiste en la
exclusión y en el aislamiento progresivo de la víctima. En la práctica, los acosadores
impiden a la víctima participar, bien ignorando su presencia y no contando con él/ ella en
las actividades normales entre amigos o compañeros de clase.
Conclusión
Objetivos Específicos
El acoso escolar es una forma característica y extrema de violencia escolar. Este tipo de
violencia escolar se caracteriza, por tanto, por una reiteración encaminada a conseguir la
intimidación de la víctima, implicando un abuso de poder en tanto que es ejercida por un
agresor más fuerte (ya sea esta fortaleza real o percibida subjetivamente) que aquella. El
sujeto maltratado queda, así, expuesto física y emocionalmente ante el sujeto maltratador,
generándose como consecuencia una serie de secuelas psicológicas (aunque estas no
formen parte del diagnóstico).