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ORIGEN

Tras el final de la segunda guerra mundial y en el proceso de crear instituciones


mundiales que evitaran la repetición de los flagelos bélicos, la ONU asumió tres
funciones principales:
1.La preservación de la paz universal para lo cual firmo la Carta de San Francisco
el 24 de octubre de 1945 responsabilidad que se repartió entre la Asamblea General
y el Consejo de Seguridad.
2.La reconstrucción de los países devastados por el conflicto, tarea que inicialmente
se encargó al Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento (BIRF), mejor
conocido como Banco Mundial.
3.El apoyo a la descolonización y la independencia de innumerables regiones,
territorios y países en todo el mundo, particularmente en Asia, África, el Pacífico y
el Caribe.
Luego de la Segunda Guerra Mundial, y siguiendo la Teoría del desarrollo clásica,
que sostenía que los países iban avanzando a través de fases cada vez más
evolucionadas de desarrollo económico (desde la economía agraria a la economía
industrial de consumo masivo), las Naciones Unidas crearon una serie de
comisiones económicas para impulsar el desarrollo de los países no desarrollados.
Una de esas comisiones fue la CEPAL (Comisión Económica para América Latina
de las Naciones Unidas). Inicialmente la CEPAL trabajó siguiendo las pautas
lineales de la teoría clásica del desarrollo, pero a poco avanzar, algunos
economistas y sociólogos de la comisión fueron notando que en América Latina
existían circunstancias sociopolíticas que obstaculizaban el desarrollo y
condicionaban la aplicación de los supuestos puramente económicos de las teorías
clásicas.

El fundamento de la propuesta cepalista fue desarrollado por Raúl Prebisch en


1949, en su artículo seminal “El desarrollo económico de la América Latina y
algunos de sus principales problemas”, que sería bautizado por el economista
estadounidense Albert Hirschman (1968), como el “manifiesto latinoamericano”. En
este documento, Prebisch presenta su clásica división del sistema económico
mundial en centro y periferia, dos regiones con distintos niveles de desarrollo y
caracterizadas por una diversa difusión del progreso técnico. El centro, estaba
constituido por aquellas economías en las cuales penetraron primero las técnicas
capitalistas de producción; mientras que la periferia, estaba constituida por aquellas
que permanecían rezagadas en términos tecnológicos y organizativos.
RAUL PREBISCH
Para Prebisch, esta división centro-periferia había causado una repartición
inequitativa de las ganancias del comercio, generando un cuestionamiento sobre la
vigencia de la teoría ortodoxa del comercio internacional, basada en los supuestos
de la ventaja comparativa como había sido propuesta por David Ricardo.
En la teoría ortodoxa o clásica del comercio internacional, se señalaba que la
especialización y apertura comercial de los países termina generando bienestar a
la población y que cada país debería producir aquel producto en el cual tuviese una
“ventaja comparativa”, es decir, aquel cuyo costo de oportunidad por producir un
bien fuese mejor. Esto debería acompañarse por la decisión racional de producir
aquellos bienes en los cuales un país tuviese una mejor dotación de factores. El
optar por el libre comercio significaba un incremento en el bienestar tanto de cada
país como del mundo en su conjunto, en el marco de una lógica de ganar-ganar,
que tendría efectos incluso en el sistema político internacional, pues lo países que
promueven el libre comercio lograrían alcanzar elevados niveles de
interdependencia que haría que el conflicto o la guerra entre ellos fuese poco
probable.
Sin embargo, para Prebisch la evolución del sistema económico internacional
demostraba que el comercio internacional funcionaba de una manera distinta a la
prevista por la teoría ortodoxa. Según Prebisch, sólo en el centro había tenido lugar
un incremento creciente de la competitividad, mientras que la división internacional
del trabajo y las limitaciones estructurales propias de las economías de la periferia,
habían impedido que esta última obtuviese los beneficios del progreso técnico.
Prebisch, señalaba que el centro era donde penetraban las técnicas capitalistas de
producción y la periferia aquella cuya producción permanecía rezagada
tecnológicamente, lo cual se proyectaba en el deterioro de los términos de
intercambio. o. Las economías de la periferia tenían estructuras productivas
especializadas y heterogéneas, mientras que las del centro eran diversificadas y
homogéneas. Esto consolidaba a los países de la periferia como productores y
exportadores de materias primas y a los del centro como productores y exportadores
de bienes industriales.
En consecuencia, la dicotomía centro–periferia sería un rasgo estructural del
sistema de comercio mundial, una de cuyas consecuencias es haber especializado
a los países del centro en la producción de bienes industriales, mientras que la
periferia lo había hecho en recursos naturales
OCTAVIO RODRIGUEZ
Sin embargo, como ha explicado Octavio Rodríguez, es equivocado limitar la
distinción entre centro y periferia, sólo al patrón de intercambio.
Esa diversidad “se asienta en una diversidad básica de sus estructuras productivas:
la especialización y heterogeneidad signan la estructura periférica, en contraste con
la diversificación y homogeneidad del centro”
La especialización existente indica que la oferta exportadora de la periferia se
compone de materias primas. Esto ocasionaría que la industrialización comenzase
con la producción de bienes de consumo tecnológicamente sencillos y que,
posteriormente, se debía avanzar gradualmente hacia la producción de bienes de
consumo o intermedios de mayor complejidad tecnológica. El problema es que un
patrón de desarrollo industrial de este tipo genera una escasa diversificación
horizontal, complementariedad intersectorial e integración vertical de los sectores
productivos, lo que simplemente no permite una rápida diversificación de la oferta
exportadora de la periferia, que tiende a conservar su carácter primario por periodos
más o menos prolongados.
De acuerdo con los estructuralistas, la especialización en bienes primarios
constituye un problema para las economías periféricas, debido a que los frutos del
progreso técnico se han concentrado en la industria. Sin embargo, el progreso
técnico, que se expresa en una mayor productividad y en una caída de los precios,
no causó una reducción de los precios de los bienes industriales que fuera mayor a
la de los bienes primarios.
En consecuencia, para el estructuralismo cepalista, el centro y la periferia se
constituyen históricamente según la forma como el progreso técnico se propaga en
la economía mundial.

ANIBAL PINTO
La segunda característica estructural de la periferia, es la heterogeneidad. Esta se
refiere a que en los países periféricos coexisten actividades en las cuales la
productividad del trabajo es elevada, como por ejemplo el sector primario
exportador, con otras en las cuales la productividad es reducida, como por ejemplo
la economía de subsistencia.
Esta heterogeneidad estructural, era consecuencia del hecho de que las ventajas
del progreso técnico y la mayor productividad se concentraban sólo en el sector
agro-minero exportador, sin difundirse al resto del sistema económico.
Esto tenía consecuencias sociales en las sociedades de la periferia, pues existía un
amplio sector pre-capitalista o semi-capitalista de baja productividad y generador
permanente de mano obra que mantenía los salarios bajos e impedía que la periferia
retuviese los frutos del progreso técnico. En vez de ello, los incrementos en la
productividad del sector exportador eran transferidos al centro debido al deterioro
de los términos de intercambio.
Celso Furtado
En primer lugar, incorporó al análisis una perspectiva histórica de largo plazo (1959
a 1970) y mostró que, durante siglos, en sucesivos períodos de crecimiento y
contracción (en Brasil, los ciclos de la caña de azúcar, la minería y el café), se
produjeron y reprodujeron dualidades (o heterogeneidades) económicas y sociales,
además de la baja diversidad productiva. Su obra Formación económica de Brasil3
fue un bien logrado intento de identificar los elementos históricos en la formación
del país que legitiman el uso del estructuralismo y de sus conclusiones en materia
de política económica (Bielschowsky, 1995). El objetivo era mostrar que la
economía brasileña tenía las características de baja diversidad y dualidad indicadas
por Prebisch, de manera que el proceso de industrialización de la década de 1950
pasara a ser entendido como problemático debido a las restricciones “histórico-
estructurales” al crecimiento que resultaban de esas características, y que la
coordinación estatal pasara a ser entendida como indispensable para superarlas.
En segundo lugar, con el libro Desarrollo y subdesarrollo en América Latina4
Furtado inició el debate sobre la dificultad de los sectores urbanos modernos para
absorber la fuerza de trabajo masiva que se traslada del campo a las ciudades.
Probablemente él fue el primero en plantear la posibilidad de que persistiera a largo
plazo el subempleo en América Latina, o de que persistiera a largo plazo la dualidad
analizada por Lewis (1954). En consecuencia, fue también pionero al afirmar que el
aumento de la productividad en sectores modernos puede coexistir largo tiempo con
salarios bajos y mantener la mala distribución secular del ingreso en América Latina.
Furtado advirtió que, aunque el crecimiento fuera sostenido, sería difícil absorber la
abundante oferta de mano de obra en el contexto de las sociedades
latinoamericanas, al plantear la idea de que puede haber crecimiento durante un
largo período y a la vez mantenerse el desempleo y el subempleo, la
heterogeneidad tecnológica, la concentración del ingreso y la injusticia social.
En su libro de 1961, que reúne ensayos escritos en la segunda mitad del decenio
de 1950, Furtado probablemente anticipó algunas de las ideas básicas de las teorías
de la dependencia debatidas a lo largo de la década de 1960. A su juicio, el modelo
de crecimiento latinoamericano corresponde a una de las proyecciones históricas
de las economías desarrolladas sobre el resto del mundo, según la cual durante la
industrialización de la periferia las empresas extranjeras modernas y sus
competidoras locales tienden a compartir el sistema productivo con estructuras
arcaicas. Esto lleva a los sistemas periféricos a una nueva forma de economía
“dual”, que depende en gran medida de métodos de producción inadecuados con
respecto a los recursos locales y que es incapaz de superar el subdesarrollo en una
porción considerable del sistema productivo. El tercer gran aporte de Furtado al
estructuralismo se produjo algunos años después,5 con su profundización del
análisis de las relaciones entre crecimiento y distribución del ingreso. Argumentó
que la concentración del ingreso y la propiedad predetermina la composición
sectorial de la inversión y las opciones tecnológicas, llevando a la fracción moderna
de la estructura productiva latinoamericana a una densidad de capital similar a la de
los países desarrollados. La tecnología utilizada puede contribuir a mantener el
pleno empleo y los salarios altos en estos últimos países, pero es inadecuada en
América Latina para absorber la abundante oferta de mano de obra y elevar los
salarios de manera sistemática. Ese modelo de inversión supone el mantenimiento
del desempleo, los bajos salarios y la concentración del ingreso, lo que, a su vez,
en un círculo vicioso, fortalece la composición inadecuada de las inversiones.
Obsérvese que de nuevo se emplea el método de contrastar la periferia con el
centro esta vez para argumentar que, contrariamente a lo que ocurre en los países
del centro, los modelos de crecimiento en los países de la periferia tienden a
preservar la abundancia de mano de obra e impiden que las mejoras de
productividad se reflejen en el ingreso de los trabajadores. Cabe señalar aquí dos
fallas en el análisis de Furtado. En primer lugar, en su libro de 1966 afirmó que en
el modelo latinoamericano de crecimiento e industrialización se observaban
rendimientos decrecientes a escala, que resultaban en una tendencia al
estancamiento. Más adelante debió abandonar esa idea, en virtud de datos
concluyentes sobre el marcado crecimiento en la región. En segundo lugar, no
consideró la posibilidad de que se agote el excedente de mano de obra como
resultado del control de la natalidad y de un crecimiento rápido dentro del modelo
distributivo existente. No obstante, nada de lo señalado puede oscurecer el hecho
de que Furtado inauguraba, más o menos simultáneamente con Maria da Conceição
Tavares y Aníbal Pinto,6 el debate brasileño y latinoamericano sobre los modelos
de crecimiento y de distribución del ingreso. En suma, el esquema analítico de
Prebisch y Furtado es un análisis histórico-estructural de las persistentes
heterogeneidad productiva e insuficiente diversificación de la estructura productiva,
y es un análisis de las consecuencias de esas dos características en el crecimiento,
el empleo y la distribución del ingreso, que deben tomarse como referencias
centrales para formular e instrumentar agendas de reforma y desarrollo.
TESIS DE PREBISCH-SINGER
Teoría del deterioro de los términos de intercambio:
Que pone la base del modelo centro y periferia, pilar central del estructuralismo
Latinoamericano que se desarrolla hasta mediados de los años 60. Es esta la
primera critica importante a las teorías neoclásicas del comercio internacional, y a
la teoría de las ventajas comparativas como elemento generador de igualdad
económica.

La tesis del deterioro de los términos de intercambio, entendido como el deterioro


de la relación entre el índice de precios de las exportaciones y el índice de precios
de las importaciones, es planeada simultáneamente por Prebisch y Singer en el
1949.
Debido a la inelasticidad de la demanda de productos primarios y de alimentos, el
progreso técnico se traduce en una disminución de precios de los productos
primarios.

Esto hace que disminuyan los ingresos por exportaciones mientras que aumentan
sus gastos debido a las importaciones.
Prebisch por otro lado, añade al efecto del progreso técnico, las causas internas de
los países subdesarrollados (elementos estructurales)
En el deterioro de los términos de intercambio se aprecia una influencia importante
en los arreglos internos entre productores y consumidores, que hace que los precios
caigan en los países subdesarrollados y que aumenten en los desarrollados.
Se dice que la economía necesita cambios estructurales :
la distribución de las tierras, explotaciones de tamaño medio que permita un buen
funcionamiento de la agricultura y por tanto, de toda la economía. La producción
comercialización de productos agrícolas con varios países.
Singer explica el deterioro entre los términos de intercambio.
La distribución del ingreso que beneficie a la mayor parte de la población, tratando
de acabar con la concentración del ingreso y con la injusta distribución de mismo,
que obstaculiza el proceso de acumulación de capital y la formación de un mercado
interno fuerte.
Se debe modificar también la estructura de la economía internacional,
especialmente el comercio y las finanzas , para que su funcionamiento no solo
beneficie a los países industrializados sino también a los países de Latinoamérica.
Prebisch estaba de acuerdo con la expansión de las exportaciones, estas ayudarían
a reducir el excedente de la mano de obra y permitirían elevar los salarios y los
precios de exportación.

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