Antes de la década de los 90, los estudiantes de educación básica mostraban tener
escasos conocimientos culturales1. La Historia se enseñaba junto con Geografía y
Formación Cívica en una asignatura que llevaba por nombre Ciencias Sociales, y que en
su forma de aprendizaje se privilegiaba la memorización mecanizada mediante el binomio
estímulo-respuesta. En 1993, la SEP, bajo el mando de Ernesto Zedillo, llevó a cabo una
reforma con el propósito de cambiar el paradigma educativo; replantear la enseñanza
básica por contenidos temáticos. De esta forma se sistematizó y organizó los contenidos
por materias para que los alumnos “adquieran y desarrollen las habilidades intelectuales
que les permitan aprender permanentemente y con independencia, así como actuar con
eficacia e iniciativa en las cuestiones prácticas de la vida cotidiana”2. Es así como la
asignatura de Ciencias Sociales se disolvió en tres asignaturas, a saber, Historia,
Geografía y Civismo, con el fin de establecer continuidad y sistematización en la
formación dentro de cada línea disciplinaria, y evitar la fragmentación y las rupturas en los
tratamientos de los temas.
1
Plan y programas de estudio Primaria, SEP, 1993, México. pp 8
2
Ibid pp 22.
Posteriormente, a principios del siglo XXI, la educación básica se perfiló al sistema de
competencias con objeto de alinearse a las sugerencias de la OCDE3, lo que dio como
resultado la estructuración de los siguientes campos formativos dentro de la educación
básica: pensamiento lógico matemático, comunicación oral y escrita, comprensión del
mundo natural y social, y desarrollo personal y para la convivencia, los cuales se
componen de asignaturas afines4. Pero ¿qué se entiende por competencias?, según
Zabala:
Cabe señalar que las competencias en el ámbito formativo se dividen en dos tipos:
unas genéricas y otras específicas. La diferencia entre ellas es que las competencias
genéricas son un conjunto de habilidades transferibles a cualquier situación, que dotan al
sujeto de un conocimiento más versátil para ejercer su función social de manera
consciente como ciudadano, en otras palabras, saber (conocimientos), saber hacer
(habilidades), saber estar (actitudes) y saber ser (valores). En cambio, las competencias
específicas, definen una serie de conocimientos y habilidades generadas por las áreas
temáticas y los respectivos contenidos de un determinado campo de estudio. Un ejemplo
de competencia específica en la Historia, como campo de estudio, es el pensamiento
histórico –tiempo y espacio histórico, manejo de información de carácter histórico,
reflexión histórica, simultaneidad y causalidad, así como continuidad y cambio- que se
formaliza en los alumnos con la enseñanza de la Historia a lo largo de la educación
básica.
3
Esas exigencias corresponden al nivel de desarrollo en diversos ámbitos: político, educativo, económico.
Para mayor información véase www.ocde.org
4
En el caso de la asignatura de Historia pertenece al campo formativo de comprensión del mundo natural y
social.
5
Zabala, Antoni. 11 ideas clave, cómo aprender y enseñar competencias. Colofón, Graó. México. 2008. pp 19
correspondientes a preescolar, primaria y secundaria para dar continuidad a la formación
por competencias y dar forma a un perfil de egreso a la altura de las exigencias de la vida
actual.
6
Plan de Estudios de Educación Básica 2011. Secretaría de Educación Pública. México, 2011. pp 52
7
Enseñanza y aprendizaje de la historia. SEP. 2011 pp 33.
específicas con los contenidos temáticos del plan de estudios? Y ¿cuál es el papel del
docente y cómo establece la conexión entre los procesos cognitivos de los alumnos y las
competencias a través de los contenidos temáticos de la historia?. Y por último, ¿cuáles
son las actitudes y competencias que debe tener todo docente para desempeñar su papel
de manera adecuada? y ¿Cómo hacer formativa la enseñanza de la historia?
De acuerdo con Piaget, entre los 4-5 años (estadio de las operaciones simbólicas o
preoperatorias y su transición al estadio de las operaciones concretas) y los 10-12 años
(estadio de operaciones concretas y su transición a las operaciones formales y
pensamiento abstracto) se producen los procesos de aprendizaje más importantes de los
seres humanos; son los periodos en los cuales el cerebro desarrolla la concepción
espacio-temporal, las etapas en las que se desarrolla intensamente nuestra inteligencia
emocional, y los momentos en los que se crean estereotipos en la mente que perduran a
lo largo de toda la vida. Son periodos en los que se desarrolla la capacidad de inducción
y sobresalen nuestras primeras deducciones.
Desde preescolar se incita a los niños a que adquieran nociones temporales como
antes y después; ayer, hoy y mañana; primero, segundo. Ordenar el eje temporal de la
vida personal es necesario en esta edad. Este es el primer papel que desempeña la
historia en la educación de los niños de estas edades. Durante la primaria, la Historia
contribuye a crear mecanismos de tipo identitario que rebasan las líneas del grupo
familiar. Los ejercicios apropiados para el desarrollo de la identidad son aquellos que
ayudan a definir el grupo familiar; padre, madre, abuelos, hermanos, primos, amigos,
vecinos, barrio, ciudad, comunidad, lengua. Tales ejercicios como el árbol genealógico,
8
Aebli, Hans. Una didáctica fundada en la psicología de Jean Piaget. Kapelusz. Argentina 1973. Pp 101.
las actividades de la región a lo largo del tiempo, las vivencias de los abuelos entre otras
involucran operaciones concretas9.
Por otra parte, la enseñanza de la Historia proporciona en esta etapa un apoyo clave
para su comprensión: la imaginación. Los vestigios que aporta la historia son una base
material que permite transportar a los niños a territorios que permiten despertar un pleno
interés. Para fomentar el desarrollo de la imaginación es necesario introducir imágenes
del pasado, explicar historias a partir de situaciones vividas, así como introducir el relato,
diferenciando así lo real de la ficción, de tal forma, que se distinga aquello que ocurrió de
aquello que forma parte del cuento, de la invención. De esta forma, las imágenes y los
relatos obligan a los niños a ordenarlos para identificar personajes, lugares, fechas,
datos, y los memoricen ya que durante la estancia en secundaria cobrarán una nueva
significación.
9
Nota aclaratoria: Según Piaget, las operaciones concretas comienzan entre los 4 y 5 años, mientras que las
operaciones formales del pensamiento abstracto aparecen a los 11 y 12 años.
transformar materia prima. Por ejemplo, el docente puede plantear un problema a partir
de la Historia de la iluminación a partir de objetos concretos que intervengan en los
procesos de iluminación, como la vela, su paso a las lámparas de aceite y después la
invención de la luz eléctrica, con el fin de que noten la evolución de los artefactos, así
como los cambios sociales que se dan a partir de los mismos. De igual forma sirve la
Historia de la alimentación. Todos los adolescentes conocen las tortillas, los tamales, el
pozole y el atole y para propiciar el aprendizaje significativo a partir de estos elementos
es necesario problematizar sobre las técnicas empleadas para su elaboración. Esto
llevará a los jóvenes a plantear hipótesis sobre los recursos y los medios disponibles para
preparar dichos alimentos.
El docente debe poseer actitud de servicio a los demás, así como paciencia y
motivación para crear un ambiente de aprendizaje que sea satisfactorio para la creación
de conocimiento por parte del alumno. Debe entenderse por ambiente de aprendizaje a
un espacio en que los estudiantes interactúan, bajo condiciones y circunstancias físicas,
humanas, sociales y culturales propicias, para generar experiencias de aprendizaje
significativo y con sentido10. Dichas experiencias son el resultado de actividades y
dinámicas que son propuestas y orientadas por el docente.
Este ambiente debe, por una parte, fomentar el aprendizaje autónomo, dando lugar a
que los sujetos asuman la responsabilidad de su propio proceso de aprendizaje, por otra
parte, generar espacios de interacción entre los estudiantes en los cuales el aprendizaje
se construya conjuntamente de manera que se enriquezca la producción de saberes con
el trabajo colaborativo y se reconozca la importancia de coordinar las acciones y
pensamientos con los demás.
10
Programas de estudio 2011 Guía para el maestro. Educación básica secundaria. Historia.
editorial, sea Santillana o cualquier otra y sus recursos didácticos, como las actividades
que plantean, no van más allá de los que el libro propone. Otro problema que se detecta
en la enseñanza de la historia es la poca pericia que los docentes tienen para emplear
estrategias de enseñanza para formar las competencias tanto genéricas como
específicas a partir de los contenidos temáticos. No toman provecho de los aportes que la
psicología y la epistemología genética de Piaget hace sobre los estadios del desarrollo
cognitivo, ni de Vygotsky sobre la relación que hay entre aprendizaje y desarrollo a partir
del medio social, ni de la manera en que las personas procesan la información según
Norman, todo esto con el fin de crear un ambiente propicio de aprendizaje. Los maestros
siguen empleando una didáctica tradicional en la que ven al alumno como un sujeto
pasivo en espera de imprimir en su espíritu imágenes que se traduzcan en conocimiento.
11
López Camps, Jordi. Planificar la formación con calidad. Praxis, España, 2005.
Otra ventaja del diagnóstico es que permite conocer los procesos de aprendizaje de
los estudiantes y permite vincularlos a la propuesta teórica de Gardner12desde la cual se
condiciona la forma de aprender y estar en el mundo de a de acuerdo a las distintos tipos
de inteligencias – verbal, lógico-matemática, interpersonal, intrapersonal, visual, corporal
y rítmica. De esta forma se puede planificar la clase formativa mediante recursos de tipo
auditivo, visual, táctil, cinético.
Por otro lado, es también de suma importancia la motivación que debe ejercer el
docente en el proceso formativo durante el curso en las aulas. Los estudiantes de
secundaria deben estar suficientemente motivados para aprender. La eficacia de los
propósitos de la enseñanza de la Historia aumenta si los docentes mantienen y aumentan
la motivación de los estudiantes. La planificación de la clase va de la mano con la
planificación de la motivación. Aunque los docentes no pueden incidir en las razones por
las cuales los estudiantes deciden aprender, sí pueden modificar aquellas barreras
actitudinales que a lo largo de las actividades dificultan el aprendizaje. Por ello, los
docentes deben saber gestionar adecuadamente la motivación en el grupo.
El docente debe hacer significativo el aprendizaje a los alumnos y con ello motivarlos.
Por esta razón, las actividades a realizar buscan conectar las vivencias de los
estudiantes, movilizar sus intereses y generar experiencias gratificantes.
Para que lo anterior quede bien expuesto es necesario saber qué es la motivación:
12
Gardner Howard. Estructuras de la mente La teoría de las inteligencias múltiples. FCE, México. 1993
13
López Camps, Jordi. Planificar la formación con calidad. Praxis, España, 2005, pp 150.
los esquemas actuales de los estudiantes. Por ello, dice, Mezirow14, el papel del docente
es:
Con todo esto expuesto, es necesario cerrar un círculo que sirva de guía a los
docentes para planear las clases con mayor eficacia, con el fin de perseguir los objetivos
planteados en el programa establecido por la SEP y ver más allá, en vista de construir
una mejor y más consciente ciudadanía.
14
Cuadro y autor citado en López Camps, Jordi. Planificar la formación con calidad. Praxis, España, 2005, pp
151
15
Pérez Gómez Ángel, Lecturas de aprendizaje y enseñanza. FCE, 1995, México, pp. 414
individuo no es un simple despliegue de caracteres preformados en la estructura
biológica –monomial-, sino el resultado del intercambio entre el organismo biológico y el
contacto experimental con las circunstancias reales de un medio históricamente
constituido, y que es posible explicar desde las categorías teóricas de Vygotsky -proceso
interpersonal, intrapersonal, zona de desarrollo próximo-, y por último también se tomarán
algunos aspectos teóricos de Paulo Freire de sus obras pedagogía del oprimido, la
educación como práctica de la libertad, hacia una pedagogía de la investigación, hacia
una pedagogía de la pregunta.
Por ejemplo, para abordar el periodo de la Edad Media, es necesario que los alumnos
partan de conocimientos previos. En ese caso, la alimentación puede ser un punto de
partida para abordar el periodo de la Edad Media ya que se pueden elaborar las
siguientes preguntas: ¿cómo se alimentaban en la Edad Media?, ¿cómo obtenían los
alimentos?, ¿de qué alimentos disponían?, ¿cómo los almacenaban?, ¿cómo los
preparaban?, ¿qué utensilios utilizaban para su elaboración? Estas preguntas nos
permiten trazar una línea que oriente la selección y elaboración de recursos didácticos
necesarios para poner en acción la imaginación de los alumnos y comiencen a construir
la cotidianidad de la sociedad medieval.
De esta forma se puede hacer inteligible para los alumnos conceptos referenciales por
ser más concretos. Una lista de esos conceptos son vasallo, rey, campesino,
comerciante. Una vez asimilados y codificados en la memoria a largo plazo dichos
conceptos pueden servir de conocimiento previo para comprender conceptos de tipo
sociopolítico como monarquía, feudalismo, cristianismo ya que su comprensión requiere
el establecimiento de relaciones sociales más complejas.
También el juego como medio para descubrir y aprender es necesario que se aplique
para hacer la enseñanza de la historia menos tediosa. La idea es implementar todo un
conjunto de estrategias de enseñanza como la lectura, la interpretación de textos, el
análisis iconográfico, el juego, memoramas, mapas conceptuales, obras de teatro,
redacción de cuentos, a partir de casos concretos para que sea ameno el aprendizaje de
la Historia.
La enseñanza de la Historia en educación secundaria después de la reforma
integral de educación básica 2011.
CAPÍTULO 4 CONCLUSIONES.
CAPÍTULO 5 BIBLIOGRAFÍA.
Bibliografía
J. Trilla (coord), E. Cano, et al. El legado pedagógico del siglo XX para la escuela del
siglo XXI. España. 2001
López Camps Jordi. Planificar la formación con calidad. Praxis, 2005 Madrid
Zabala, Antoni. 11 ideas clave, cómo aprendery enseñar competencias. Colofón, Graó.
México. 2008.