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Mejía, L. (2017). Psicología y Ruralidad.

Publicado en portal
noticias y comunicados Colegio Colombiano de
Psicología. Recuperado de http://www.colpsic.org.co/sala-de-
prensa/noticias/psicologia-y-ruralidad/1304/1

En el momento de decidir dónde vivir y qué tipo de vida es buena para nosotros, ya sea que
seamos habitantes de la zona urbana o zonas rurales, son muchos los factores que debemos tener
en cuenta, como el empleo, la interacción social o la salud. Los estilos de vida urbano y rural
difieren extraordinariamente y una persona tendrá que elegir entre ambos basándose tanto en lo
que sabe acerca de sí mismo como en el tipo de vida que le gustaría llevar.

Cuando uno vive en una comunidad rural, dependiendo siempre del territorio en el que se
encuentre, puede disfrutar de una variedad mucho mayor de actividades al aire libre relacionadas
con la naturaleza; podrá caminar, hacer excursiones o acampadas, nadar, cultivar y hacer
jardinería. De otro lado, los centros urbanos proporcionan una gama más amplia en cuanto a
negocios, espectáculos y cultura, ofreciendo la posibilidad de realizar actividades relacionadas con
museos, galerías de arte, cines, cafeterías, restaurantes, clubs nocturnos o tiendas.

Las complejas exigencias de vivir en los ambientes urbanos influyen negativamente en el estrés y
en el bienestar emocional de las personas. Son muchos ciudadanos los que experimentan soledad
y aislamiento en las grandes ciudades, lo que, según diversas investigaciones, puede llevar a
problemas de salud mental.

Hay estadísticas que demuestran que las personas que viven en medios rurales están más sanas y
disfrutan de una mejor calidad de vida, comparadas con aquellas que habitan en las ciudades.

los investigadores descubrieron que cuantos más espacios verdes rodeaban a la persona, mejor
era su saludm,

A la hora de buscar empleo, va a ser más difícil encontrarlo en las zonas rurales. La falta de
diversificación económica se traduce en que será complicado para muchas personas encontrar
trabajo en estos lugares y en que, con frecuencia, se verán obligados a conservar unos empleos
que no son de su agradado por la falta de alternativas. Si bien las tasas de pobreza son mayores en
los centros urbanos, la escasez de recursos económicos es una situación que se alarga mucho más
en las zonas rurales. Además, para las minorías étnicas resulta mucho más difícil encontrar empleo
en el campo que en la ciudad.

Las personas que residen en las zonas rurales se cuentan entre las más afectadas por la incesante
violencia y por la falta de perspectivas económicas y de infraestructura apropiadas, para mejorar
su calidad de vida, Quienes regresan a sus lugares de origen siguen luchando por reanudar sus
actividades agrícolas.
Una de las razones principales por las que la gente deja las zonas rurales, además de por la
búsqueda de empleo, es para poder continuar su formación a través de instituciones de educación
superior. Cada año, miles de jóvenes acuden en masa desde las pequeñas ciudades y las zonas
rurales a vivir en grandes urbes para asistir a los diversos centros universitarios. Algunas ciudades
disponen de universidades donde obtener una educación superior y, por otra parte, la educación
externa proporciona a los estudiantes la oportunidad de vivir en zonas rurales mientras cursan sus
estudios. No obstante, en las grande ciudades suele encontrarse una gama mucho más amplia de
cursos y oportunidades para formarse y avanzar en una profesión.

Uno de los problemas más relevantes que se presentan en las zonas rurales, es la ausencia de
personal formado que pueda dar lugar a nuevas iniciativas y diversificación en el campo. Es
necesario promover medidas que permitan impulsar que la formación vaya orientada a poder
desarrollarse en estos espacios, a la creación de actividades relacionadas con los recursos
naturales de cada zona,

En el articulo nos expone la triste realidad del campo en Colombia es un


claro reflejo de lo identificado en el resto del mundo. Los niveles de
pobreza en el país son mayores en zonas rurales tanto si se miden por
ingresos como a través del índice de pobreza multidimensional (DNP,
2015; Jaramillo, 2006.).

La pobreza rural nacional se correlaciona con la falta de oportunidades


socio económicas del campo, en donde se reconoce que un 26% de la
población todavía está en exclusión, comparado con solo el 8% urbano;
situación que explica parte de la razón de por qué ha sido el campo el
principal escenario de gestación y proliferación del conflicto armado
interno vivido en el país, lugar en donde a su vez se han experimentado
las principales consecuencias de dicho conflicto histórico y de otras
múltiples formas de violencia.

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