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LOS VALORES PERMANENTES DE LA BAUHAUS Para todos los que nes interesamos por la arquitectura, el disefo, el arte y en lie reas generales por las relaciones entre es- tos. aspectos culturales y la sociedad, la Bauhaus es tema de estudio seducior y com prometide, pues permite un enfoque temé- tico muy vario que abarca muchos campos. Mas como la seduccién y el compromise son temas muy de nuestro tiempo, afronté- mosles. El hombre de sociedad y por més que quiera eludirla no podré. Li dicionan y él, a su vez, proveca otros. lena de acontecimientos le con- A esta interrelacién se le puede dar nom- bres divertos, pero es indiferente cudl sea el elegido ante la evidencia de su realidad. La historia de la arquitectura, de la pin- tura, del disefo, del ballet; an fin, de la cultura, tendrén que contar ya para siempre con la Bauhaus. Pero todos estos temas son, en realidad, studios sobre los resultados obtenidos en la Bauhaus, y a nosotros nos interesaba on eslos momentos averiguar la causa que hizo posibles esos efectos y analizar la mayor al © menor oportunidad de su utilzacién hoy die. Adelantemos que esta cause es, a mi pa- racer, la ideclogia pedagégice. Solamente quiero advertir que soy cons- ciente de que algunos de los temas que se van a apuntar aqui necesitarian una més extonsa exposici6n, que, légicamente, no se les puede dar ahora. Después de esta introduccién, comen- Por un elemental deber de sinceridad y de claridad tengo que reconocer ante uste- des que he sufrido muchas dudas a la hora de dar un titvlo, un encabezemiento, a esta chorla La postura que he adoptado ante la Bat hhaus, como ante cualquier otro fenémeno cultural, est8 muy lejos de ser una acepta- cién incendicional. Viene esto a colacién porque el titulo que al fin-fue elegide puede aparentar s Un intento eprioristico de defensa a ultra za. ¥ nada més lejos de la realidad, La intencién es bien otra, Sumirnos en una rendida admiracién ante las indudebles creaciones que profesores y alumnos realizaron a lo largo de su actus ibn "Bavhasiana", 0, por el contr garles cualquier calidad, nos parecen hoy actitudes marginales y eruditas y, como ta- les, desconectadas del auténtico problema, 1 saber: el conocimiento de lo que la pe- dagogia de la Bauhaus puede representar ‘en el momento presente para Espatia Los valores permanentes 2 los que me refiero en e! titulo no ton lot resultados ob- fenides, sino los métodos empleados. El hombre actual necesita, con urgencia, disefiar su entorno, cosa muy distinta de disefiar los objetos existentes en ese enter- no; 5 decir, su epidermis EI concepto de diserio més. extendido, tanto en niveles profesionales como profa- ros, es, en su mayorla, completamente for- imal y superficial. En estos ambientes se en- tiende como objetivo del disefo el confe- Tir belleza al objeto para hacerlo mis deseable al consumider. problema de productividad y eficacia con Felaci6n a unos fines ajenos a la esencia misma del diseio, En esquema, un Pero por razones de consumo no es su- te fabricar cbjetor vendibles; es pre- cio ir més alls, fabricar también los sujetor idéneos para consumir esos objetos Por otra parte, dar une mera apariencia 4 las cosas, de forma que éstas no sean tun auténtico reflejo de los hombres y de sus vidas, es tr de como sujetes, como otros cbjetos mé Es le cosificacién del hombre y, por tanto, sv deshumanizacién. 5 a estos hombres, en vez Porque e| nico medio para deshumani. zar el arte es deshumanizar al hombre, con- vertirlo en una mereancia mb. Ningin arte auténtico ha sido nunca des humanized, tar de acuerdo con les que asccian arte deshumanizado con arte no figurative. Yen esto lamentamos no es Desde el preciso momento que es arte, ‘esté necesariamente humanizado, ‘Arte deshumanizado es, pues, una expre- sién incongruente, pues si es lo primero, no pusde ser lo segundo, y si es lo segun. do, no puede ser lo primero El arte abstracto, por su carécter de abs tracto, no es necesariamente deshumaniza: do, y el arte figurative no es obligadamente humanizado por ser figurative De aqui la necesidad del diceno de un fentorno que restituya al hombre su pape! de tvjeto, Esta necesidad no puede espe rar més EI disefo por el disefo, como el arte por ‘al arte, son conceptes superades. Ni el arte ni el disento pueden tener otro objetivo que el hombre. El are es une expresion de Ia realidad total que pasa a través del filtro. indivi. dual del hombre. De que este filiro tenga multitud de registros, de manera que unos enfaticen més sus aspectos estructurales y de sintesis y otros, por el contrario, dejen pasar lo particular, lo mutable, ¢S2 puede deducir que una de esas tendencias sea mas humana que la otra? zNo seria esto dogma- ar sobre el arte? Pero lo que si parece més claro es que tn hombre cosificado, un hembre-cbjeto, te- ria totalmente impermeable y opaco. Le Bauhaus es un intento, quizé imper- fecto, quizé parcialmente equivocado, pero intento al fin, de posibilitar y estructurar esta visién del hombre-sujeto frente a la del hombre-cbjeto. Y en la medida en que esto ha sido asi, hha provocado en mi un acercamiento critico hacia la Bauhaus en busca de las primeras fuentes para el correcto enfoque de estos problemas. Después de esta exposici6n quizé quede més claro el objetivo perseguido y lo que quiere signficar e! titulo elegido. La Bauhaus nace, como ustedes saben, en 1919 y su muerte se produce, demasiado pronto pera ser considerada natural, en 1933. De entonces ach se han sucedido mul- titud de exposiciones monograficas. de su obra Que un movimisnto cultural como la Bau: haus, teméticamente ocupado en algo que podriames englobar en el genérico nombre de arte y con sélo catorce afios de vida fi sica, sea capaz de provocar a los cincuenta de su nacimiento tanto homensje péstumo {es algo que en una primera impresién re- conforta, pero pasados los primeros_mo- mentos de satisfaccién empiezan a aparecer los sintomas de extrafeza. Si miramos més alld de los catéloges de las exposiciones, quizé consigamos ver qué 2s lo que esté ocurtiendo realmente entre las bambalinas de las celebraciones, Al dirigic la mirada al horizonte de nues- tra cultura podemes captar en nuestro mun- do eccidental un patente deseo de “arques- logizar’, de confarir la calidad de “pieze de muses” @ muchas creaciones culturales que poseyeron, © poseen, y esta es Ia cues- tién, carga potenclal suficiente para hacer- not variar nuestro modo de enfrentarnos con la realidad, Reduciendo esto @ nuestro caso de Expo: fra, por ser el més conocido de nosotros, ‘cbservamos que, de un lado, estén los que parece que tienen mucha prisa por certifi car la defuncién oficial de la Bauhaus y re- legatla al incfensivo e inocvo papel de re- llenar salas de exposiciones retrospectivas. Pues es de todos concrido lo inoperante de tales expoticiones, ya que en conse cuencia con el revisado concepto de rmuseo ¥ el consiguiente de exposicién se exige que el objeto expuesto tenga vida, sea algo {que palpite y pueda comunicar al expecta: dor parte de su lati. De fo contrario, no interese Por triste ave pueda parecer, al elemen- to vive de la seciedad no le int hibiciones de cadaveres cultural. De aqui que ls Bauhaus, vitalmente muer-

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