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La característica de la región pampeana en general y en la provincia de Bs. As.

era la existencia de estancias extensas,


ganado semisalvaje y habitantes dispersos. La ganadería extensiva era la única actividad productiva de significación y la
escasa actividad agrícola existente se practicaba en las estancias para el autoconsumo o en las quintas y chacras situadas
en la periferia de los pueblos. Esa producción era insuficiente para cubrir la demanda interna y productos básicos como la
harina se importaban. Cueros vacunos, carne y tasajo se convirtieron en la principal exportación.
La evolución de la ganadería hasta 1880 conoció 3 momentos que coexistieron por un largo tiempo: la producción
ganadera tradicional orientada a la preparación de cueros y tasajo, la explotación ovina y el predominio de la lana y la
exportación de ganado en pie, acompañadas de una muy incipiente salida de carne congelada.
Hilda Sábato caracteriza el periodo 1850 – 1880, como transicional en lo referente a la plena inserción económica
de argentina en el mercado mundial, y al mismo tiempo haciendo referencia a las graduales modificaciones que se
fueron dando en la estructura productiva a nivel interno.
El predominio lanar: entre mediados del siglo XIX y su conclusión, la producción y exportación de lana fue uno de los
elementos más dinámicos de esa economía en transición y de consolidación del sistema capitalista.
En la época de Rosas, la ganadería ovina era todavía una actividad marginal que no interesaba a los grandes propietarios.
Hacia 1850, la argentina inicio el ciclo de la lana. La industrialización de Inglaterra, Francia, Bélgica, etc. Incremento la
demanda europea de lanas, impulsando en la argentina el desarrollo ovino. El ganado lanar desplazo de las mejores tierras
al vacuno que se traslado a las regiones de frontera. En ausencia de agricultura suficiente el ovino iba detrás de la vaca,
pero no podía eliminarla porque quedaba supeditado a su acción refinadora del duro pasto pampeano, ya que la cría de
ovinos exigía pastos más blandos.
Paralelamente se produjo una transformación zootécnica. La industria europea requería de lana más larga. Por lo que los
merinos franceses reemplazaron a los sajones.
--La primera crisis se sintió hacia 1857 – 1858. La temporaria retracción de Rusia durante la guerra de Crimen favoreció
a la argentina, pero cuando Rusia volvió a su papel proveedor, los precios de la lana argentina declinaron. Las crisis del
sector lanero fueron recurrentes y frente a ellas se adoptaron dos estrategias. En los años críticos de la caída internacional
de los precios de la lana había una tendencia a incrementar la exportación, vendiendo más para compensar la baja de
precios. Por otra, se sacrificaba más cantidad de animales con el propósito de vender también los cueros y el sebo, pero
con la consiguiente reducción de stocks.
Hubo un ciclo de expansión sin precedentes que alcanzó su punto culminante hacia 1865. La actividad lanera rendía altos
beneficios, y por lo tanto atraía capitales de los estancieros y de inversores ajenos al sector rural. Por otra parte, otro
factor que alentó la expansión fue que hasta 1864, se mantuvo una moneda depreciada, lo que favorecía a los sectores
exportadores en general. Además, el estado otorgo asistencia técnica y financiera para la introducción de animales de
raza. Pero este optimismo se vio afectado por la crisis a partir de 1865. La escasez de circulante y la valorización del peso
argentino afectó negativamente a los exportadores. El consecuente aumento de las tasa de interés provoco el auge de la
especulación. (Debían pagar hasta el 30 %). Además los precios de la lana bajaron en el mercado internacional hasta
alcanzar en 1869 su punto mas bajo para el periodo de 1850 – 1890.
La situación se complicó aun mas cuando EE. UU. impuso una tarifa aduanera que gravó fuertemente la introducción de
lana sucia, producto que constituía el rubro principal de las exportaciones argentinas.
Pero el sector lanero también atravesaba problemas internos: los campos se sobrepoblaron y los criadores liquidaron parte
de su stock. La guerra del Paraguay también afecto la oferta y el precio de la mano de obra, pues los hombres fueron
reclamados en el frente. Sin embargo los efectos de la guerra no fueron negativos y contribuyeron a dinamizar la
economía, porque el oro brasileño inundó la plaza y porque aprovisionar a los ejércitos fue un gran negocio.
Donde mas presionó la Sociedad Rural (1866) fue sobre los derechos aduaneros, logrando que fueran reducidos hasta el
2% en 1870. Hacia fines de la década del `60, la situación comenzó a mejorar lentamente para el sector exportador, pero
el mismo optimismo de los años anteriores no se restablecerá.
Durante la década del 70 y los primeros años del 80, el sector siguió en expansión, aunque expuesto a los altibajos
derivados de la situación internacional y de factores internos.
En 1871 – 72 un alza de precios internacionales aumentó la producción y el entusiasmo de los productores los llevo a
saturar el mercado, guiados por el incremento de la demanda, que fue efímera como consecuencia de la finalización de la
guerra franco – prusiana.
El sector era estructuralmente muy vulnerable por el oscilante mercado internacional y porque las mejoras introducidas no
habían logrado quebrar los obstáculos de la naturaleza que hacían que la actividad fuera un negocio azaroso. Además en
la década del 80, se produjo un desplazamiento de la lana, y empezó la exportación de corderos congelados, pero como
los merinos no brindaban un mejor tipo de carne para congelar, se inicio un nuevo proceso de mestizaje con la
incorporación de la raza lincoln.
En síntesis la euforia que despertó en los primeros años la explotación lanar, cedió paso en las dos décadas siguientes a un
optimismo moderado.
Aunque la explotación ovina prospero por casi 50 años, para el empresario individual las posibilidades de alcanzar altas
tasas de ganancia con la cría de la oveja fueron declinando paulatinamente y hacia 1890 los campos empezaron a ofrecer
otras oportunidades para la inversión.

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--La unidad de explotación ovina: los estancieros organizaron su empresa apoyándose en la disponibilidad de tierra
abundante, estableciendo un sistema productivo basado en la incorporación y el uso extensivo de ese recurso. El
desarrollo de la ganadería vacuna y mas tarde la ovina, condujo a un esfuerzo sistemático por parte de estado para
asegurar la apropiación y la incorporación al uso productivo de todo el territorio de la pcia. de Bs. As. Se promovió la
consolidación de la propiedad privada, la transferencia de la tierra publica en manos privadas y la expansión de la frontera
a través de exterminación de los indígenas. La cría de ovejas condujo a la expansión efectiva de la mayor parte del
territorio. Aunque el latifundio predominante en las décadas anteriores fue disminuyendo, sin embargo hubo una
prevalencia de las explotaciones tierra – extensivas. Ello se explica, mas halla de la distribución inicial, por el patrón de
acumulación de la etapa lanar que incluía esta peculiar utilización del factor tierra.
En efecto las condiciones para la expansión de este tipo de explotaciones era la disponibilidad de recursos:
-tierra y animales: durante las dos primeras décadas pudo obtenerse a muy bajo precio.
-trabajo y mano de obra: trabajadores asalariado y mano de obra familiar.
La empresa lanar produjo transformaciones en la estructura de la producción ganadera al disminuir la extensión de los
predios, introducir el alambrado y aumentar la variedad de tareas rurales. Innovaciones tecnológicas. Se requerían
mayores brazos que el vacuno. Pero lo que realmente afecto fue el crecimiento del rebaño en pocos años.
Los cambios no solo fueron cuantitativos sino también cualitativos: la producción de lana exigió el ejercicio de nuevos
oficios y de ciertas técnicas desconocidas. La organización interna de la estancia se hizo más estricta: era necesario
cumplir con el calendario. También se impuso un diferente ritmo a las tareas: la aparición, la esquila, los rebaños
requerían cuidados diariamente. En consecuencia generó una demanda estable de mano de obra todo el año, con picos
estaciónales en el periodo de esquila. Para atender a la demanda de mano de obra, la oferta se constituyó con la
inmigración, trabajadores locales y con el trabajo familiar. Hacia fines del 40 llegaron, irlandeses, escoceses y vascos.
Dentro de la mano de obra, se distinguían el trabajo asalariado, la aparcería y el trabajo familiar. Con respecto al 1º, se
requería una gran cantidad de trabajo estacional, por la esquila. Los salarios en la década del 60 fueron florecientes y se
incrementó en la siguiente. La guerra del Paraguay, las epidemias del cólera y la fiebre amarilla, el reinicio de las
campañas contra los indígenas continuaron sustrayendo mano de obra, y contribuyeron a mantener el nivel de los salarios
en el largo plazo, a pesar de las fluctuaciones de la actividad pecuaria. Se permitió una especie de movilidad: algunos
alcanzaron una especie de autonomía laboral, la aparcería, arrendatarios y luego propietarios. Pero esta posibilidad se fue
perdiendo en los 60 debido a que ele precio de la tierra aumento y en relación al costo del total para la instalación de una
explotación. Por lo que la importancia de la posesión del animal perdía importancia frente al papel creciente de la tierra.
Los ovejeros farmers se expandieron por Bs. As. durante la década del 60 y hasta entrada la siguiente, si bien adoptaron
un papel complementario y secundario en la producción. Con la mayor complejidad de la organización productiva y la
incorporación de la fuerza de trabajo de origen europeo que acompañaron a la expansión de la cría del ovino, la familia se
convirtió en una pieza esencial del orden económico y social. Garantizaba la producción y la reproducción de la mano de
obra familiar.
Existían 2 tipos de unidades productivas: la estancia y la explotación familiar. Las 1º eran empresas capitalistas que
producían para el mercado, empleando trabajo asalariado pero combinando con otras formas (aparcería) y cuyo objetivo
era la acumulación. Las explotaciones familiares también producían para le mercado pero eran empresas que descansaban
en la utilización de la mano de obra fliar. Buscando la reproducción y la expansión de la empresa. (No son campesinos
autosuficientes).
En cuanto al nivel de acumulación, el tamaño del las unidades las hacia muy vulnerables a los riesgos de producción y
comprometía las ganancias. Otros impedimentos fueron los sistemas financieros y de comercialización que se empleaban,
especialmente la acción de los intermediarios y la excesiva dependencia de los proveedores de capital.
Las explotaciones familiares prosperaron en las décadas de 1850 y 1860, pero las transformaciones que experimentó la
estructura agraria en los últimos años del siglo afecto de manera decisiva estas unidades. Las utilidades decrecientes de la
actividad pastoril, el interés en nuevos rubros productivos y el alza de los precios de la tierra, llevaron a usos alternativos.
Los farmers tuvieron que optar por dejar sus campos o convertirse en chacareros.
En lo que respecta a la estructura del capital, las tierras y ganados representaban el grueso del capital invertido; ambos se
incrementaron a lo largo de los años, pero la tierra lo hizo a un ritmo mucho mayor que los animales. En el 1º periodo de
expansión, hasta la crisis de `60, las inversiones fueron la introducción de reproductores merinos, la provisión de
herramientas y la compra de tierras. Los fondos para inversión era externos al sector lanero, por que se generó un flujo de
capitales desde otros sectores de la economía hacia la nueva rama de expansión: el comercio y la ganadería vacuna.
También se usaron recursos internos del sector: las ganancias de las ventas de la producción, el incremento natural de los
rebaños y la capitalización de la tierra. Las inversiones en capital fijo representaban una proporción menor de gastos, sin
embargo su importancia relativa se incremento en `70 y `80, sobre todo debido a la introducción de materiales más caros
para la construcción. Los fondos provenían tanto de la actividad pastoril, como de otros sectores de la economía. El
capital externo provenía de hipotecas, créditos bancarios y canales informales de financiación.
El proceso dinámico iniciado con el boom lanar no se agotó cuando declinó la producción lanera; por el contrario, se
aceleró la expansión y la argentina hasta 1930 experimentó su fase mas importante de crecimiento económico a través del
modelo primario – exportador.

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