ARTÍCULO DE OPINIÓN
AUTORES:
ASESORA:
HUARAZ – PERÚ
2018 - II
INTRODUCCIÓN
El banco de desarrollo de América Latina (LATINA, 2016) afirma: “Está comprobado que
tener escuelas en buen estado es determinante para lograr que los alumnos obtengan los
resultados académicos esperados”. También alegar que no importa el espacio donde uno se
encuentre, que el conocimiento es inmaterial, que el contexto físico es secundario, y que lo
importante es concentrarse solamente en clase, ¿la infraestructura educativa proporciona
ambientes de aprendizaje convenientes, para que se lleven a cabo los procesos de enseñanza
y de aprendizaje, que la sociedad del siglo XXI demanda?, pero ¿Es todo?, o ¿una plana
docente capacitados es suficiente para crear al ser más inteligente de la tierra?
Como estudiante o profesor de alguna materia, se han tenido experiencias educativas en las
que se identifican problemas, desde los salones que no permiten realizar dinámicas
específicas, hasta las posturas forzadas que conllevan al estrés.
Solemos soñar que un ambiente, materiales y trabajo deben adecuarse a uno, la realidad es
completamente diferente; pues ahora no será solo una ilusión pues te presentare a un nuevo
aliado, se llama ERGONOMIA, este será el encargado de brindarnos mayor confort, reducir
accidentes y disfrutar de las clases.
Solo queremos compartir la inquietud sobre la necesidad de poner mayor atención a las
características de la infraestructura, la postura ideal que deberíamos estar sentados desde los
estudiantes hasta los docentes, dentro de las instituciones de educación, de esa manera
incrementar el rendimiento académico y prevenir futuros malestares físicos atraídos
inconscientemente.
El ambiente donde se desenvuelve la persona impacta en su desarrollo intelectual,
afectivo y moral. En la educación se habla mucho de la importancia de las técnicas y
herramientas que debe utilizar un docente al momento del proceso enseñanza-aprendizaje,
pero en ocasiones dejamos de lado el impacto del ambiente dentro del aula, (Influencia del
ambiente educativo en el aprendizaje, 2014) dice: “un ambiente de aprendizaje no solo se
refiere a las condiciones del aula, sino a las interacciones entre agentes, contexto, recursos y
mediaciones; las formas en que se asumen los medios y materiales con intenciones
pedagógicas.”. Entonces si el ambiente del aula no se adecua a los estudiantes y docentes
podemos afirmar que muchos de ellos estarán incomodos durante toda la clase, esto ya por
ende genera el estrés, fatiga, cansancio; lo cual no permitirá llevar satisfactoriamente las
clases, aunque los docentes conocen y tienen la habilidad de transmitir información, no
podemos olvidar que también son personas. Tampoco podemos dejar de lado la relación
Docente – Estudiante, entre estudiantes, ya que si estos no mantienen una relación
armoniosa las clases pueden llegar a ser tensas.
Los estudiantes pasan mucho tiempo sentados y por tanto el interés en la repercusión que
puede tener el mobiliario en su salud postural es creciente. Diferentes normas de calidad en
cuanto a la fabricación establecen una serie de estándares para el mobiliario que buscan la
comodidad y adaptación de este teniendo en cuenta las dimensiones de los usuarios a quiénes
va dirigido, así como la actividad que vayan a desarrollar.
Se me hace inevitable recordar la temperatura que hacía en mi aula, dado que me sentaba
cerca de la pared, se me viene a la cabeza el frío que pasaba en invierno y lo caluroso que
era el verano. La luz del aula es otro de los aspectos que recuerdo, una iluminación artificial
inadecuada y una iluminación natural que provocaba reflejos a unos u otros de mis
compañeros dependiendo de la hora del día en que los rayos del sol se colaban por la ventana,
sin dejar de lado que en algunas aulas se cuenta con proyectores que provocaban molestias
en los ojos. Tras muchos años en el sistema educativo maltratando nuestra columna vertebral
o cogiendo innumerables vicios posturales, es normal que cuando nos incorporamos al
mundo laboral, seamos carne de cañón para los problemas musculares. Sin embargo, lo que
no es normal es que, cuando nos incorporamos al trabajo, sea el momento de corregir
nuestros vicios posturales, nuestra forma de manipular las cargas de forma manual o,
simplemente, el sentarse delante de la pantalla.
No queremos con esto decir que las condiciones del aula sean la causa del alto índice de
fracaso académico, sin embargo algo debe de influir. Estoy convencido de que un trabajador
en unas condiciones óptimas rinde más y mejor. Un alumno o alumna no deja de ser más
que eso, un trabajador, donde su puesto de trabajo es su mesa y libros, donde su lugar de
trabajo es el aula, y donde su trabajo es aprender y desarrollarse como persona y ciudadano
para algún día incorporarse al mercado laboral y, en definitiva, a la sociedad.