EFICACIA EN LA PSICOTERAPIA DEL JUEGO EN EL ABUSO SEXUAL

INFANTIL

EFFICACY IN THE PSYCHOTHERAPY OF THE GAME IN CHILD SEXUAL

ABUSE

Ana J. Alarcón B.*

Wendy N. Saavedra D.*

Universidad Señor de Sipàn

RESUMEN

El presente artículo, tiene como objetivo general: Identificar el abuso sexual en menores
de edad desde la psicoterapia del juego, de igual manera otro de los objetivos
secundarios se refiere a la importancia de técnicas terapéuticas que favorezcan el buen
estado del niño. En primer lugar, para esta investigación se ha recopilado información
específica, analizando la misma, compendiando y abreviando la información relevante.

Este estudio se realizó debido a que el maltrato infantil ha llegado a ser un problema que
está incrementando en forma alarmante. Por ello es necesario identificarlo e iniciar su
abordaje terapéutico temprano, evitando de esta forma las consecuencias y los efectos
tan intensos que tiene sobre el ser humano. Existen distintos tipos de Abuso, psicológico,
físico y sexual; sin embargo, nos centraremos en este último, analizaremos y
explicaremos cuales son las consecuencias que trae consigo el abuso sexual infantil; Así
como también se identificarán los posibles tratamientos terapéuticos utilizando la terapia
del juego.

Palabras claves: Abuso Sexual; Terapia del juego; Infantil, Maltrato, Consecuencias.
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INFANTIL

ABSTRACT

The present article has as a general objective: Identify sexual abuse in minors since the
psychotherapy of the game, in the same way another of the secondary objectives refers to
the importance of therapeutic techniques that favor the good state of the child. In the first
place, for this investigation, specific information has been compiled, analyzing it,
summarizing and abbreviating the relevant information.

This study was conducted because child maltreatment has become a problem that
increases alarmingly. For this reason, it is necessary to identify it and begin its
therapeutic approach early, avoiding in this way the consequences and the intense effects
that it has on the human being. there are different types of abuse, psychological, physical
and sexual; focusing on the latter, we will analyze and explain what are the consequences
of child sexual abuse; Likewise, possible therapeutic treatments will be identified using
game therapy.

Key words: Sexual abuse; play therapy; child, abuse, consequences.

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INTRODUCCIÒN

Actualmente vivimos inmersos en un ambiente lleno de violencia, situación de la que

desafortunadamente no escapan los niños. El maltrato infantil ha llegado a ser un
problema que se incrementa en forma alarmante. Aun cuando no se tienen cifras precisas
de la magnitud del mismo, se infiere que su presencia es cada vez más evidente. Por ello
es necesario identificarlo e iniciar su abordaje terapéutico temprano, evitando de esta
forma las consecuencias y los efectos tan intensos que tiene sobre el ser humano.

El Maltrato Infantil es un fenómeno que surge con el hombre, por lo que es tan antiguo
como la humanidad. También es un problema universal:

Manterola (1998) afirma:

"El maltrato a los niños no es un mal de la opulencia ni de la carencia, sino una

enfermedad de la sociedad". (p.72)

Existen distintos tipos de maltrato, psicológico, físico y sexual; centrándonos en este

último, analizaremos y explicaremos cuales son las consecuencias que trae consigo el
abuso sexual infantil; asimismo se identificarán los posibles tratamientos terapéuticos
utilizando la terapia del juego.( K.,M.1955), es una de las autoras que destaca la
importancia del juego, alude que es a través del juego donde el niño es capaz de manifestar
sus angustias, lo considera como un espacio creativo, donde se proyecta el mundo exterior
del infante. Además, es la primera autora en indagar acerca de la técnica psicoanalítica
de juego.

Otro punto clave a desarrollar en el presente trabajo, lo expone Freud (1920), en su teoría
sobre el Fort-da, donde plantea el proceso de separación con la madre. El niño mediante
el juego, es capaz de convertir un hecho adverso en un simple juego, pone de manifiesto
su situación real de una manera imaginaria, esto le va a permitir asumir un rol activo al
repetir el suceso al que se somete pasivamente en la vida real. De acuerdo con esta teoría
el infante repite en el juego todo aquello que le ha causado una fuerte impresión,
escapando de la realidad, utilizando el juego como herramienta mediatizadora entre lo
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real y lo imaginario. Tanto Freud, Klein como Winnicott van a mencionar en sus trabajos,
la importancia del “juego simbólico”; en el cual el niño utiliza significantes
(representados por los juguetes y materiales de juego) para hacer referencia a aspectos
que se vinculan a la conflictiva del niño.

Klein (1955), partiendo de la idea de Freud respecto de a falta de palabras y asociaciones

verbales en los niños, encuentra en el juego una técnica de análisis homologable a la regla
fundamental freudniana.

“… ya que, jugando, el niño habla y dice toda clase de cosas que tiene el valor de
asociaciones genuinas” (p.8).

Klein considera que el juego es un medio de expresión simbólica de fantasías, deseos y

experiencias a través del mecanismo de personificación. Al representar un papel el niño
puede separar las ideas imperantes en su inconsciente y expulsar, mediante la escisión y
proyección de imagos, con una consecuente sensación de alivio.

Partiendo de ello se analizarán los efectos adversos de no finalizar una terapia efectiva,
dejando distintas secuelas que pueden arraigar problemas en una vida futura. Los estudios
epidemiológicos realizados en nuestro país (López, 1994; De Paúl, Milner y
Múgica,1995; Pereda y Forns, 2007) muestran que el abuso sexual infantil es un problema
más extendido de lo que previamente podría estimarse, que suele ir acompañado de un
importante malestar psicológico en la gran mayoría de víctimas. Las consecuencias
psicológicas que se han relacionado con la experiencia de abuso sexual infantil pueden
perdurar a lo largo del ciclo evolutivo y configurar, en la edad adulta, los llamados efectos
a largo plazo del abuso sexual (Echeburúa y Guerricaechevarría, 2000). También es
posible que la víctima no desarrolle problemas aparentes durante la infancia y que éstos
aparezcan como problemas nuevos en la adultez (Beitchman, Zucker,Hood, DaCosta,
Akman y Cassavia, 1992). Se habla de efectos a largo plazo cuando éstos se encuentran
a partir de los dos años siguientes a la experiencia de abuso (Browne y Finkelhor, 1986),
presentándose aproximadamente en un 20% de las víctimas de abuso sexual infantil
(López, 1994).Los efectos a largo plazo son, comparativamente, menos frecuentes que
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las consecuencias iniciales, sin embargo el abuso sexual infantil constituye un importante
factor de riesgo para el desarrollo de una gran diversidad de trastornos psicopatológicos
en la edad adulta (Flitter, Elhai y Gold, 2003).

Algunos autores constatan una peor salud mental general en víctimas de abuso sexual
infantil, con una mayor presencia de síntomas y trastornos psiquiátricos (Fleming,
Mullen, Sibthorpe y Bammer, 1999; Peleikis, Mykletun y Dahl, 2005). Otros estudios,
realizados con víctimas de malos tratos infantiles, incluyendo el abuso sexual, confirman
una probabilidad cuatro veces mayor de desarrollar trastornos de personalidad en estas
víctimas que en población general (Johnson, Cohen, Brown, Smailes y Bernstein, 1999;
Vitriol, 2005). Estudios como el de Bersntein, Stein y Handelsman (1998), han concluido
que, al contrario que en los demás tipos de maltrato infantil, el abuso sexual no
correlaciona con ningún trastorno de personalidad en específico, si bien, en cierta medida
lo hace con todos ellos.

EL JUEGO COMO TECNICA TERAPÈUTICA

Parte de la base de que el niño expresa sus conflictos a través del juego. Lo importante es
que trabaje el paciente y que la interpretación del analista no se anticipe o perturbe ese
trabajo, que él descubra aquello de lo que se trata. Ya que el niño es él que sabe, se
produce a sí mismo como sujeto. Freud argumenta que mediante este trabajo el niño se
resarce, se compensa, del sufrimiento y obtiene una nueva ganancia. Se puede decir: él
niño pierde por aquí y logra inventar algo, porque acá hay una invención, hay una
creación. Crea, poniendo en escena, una ficción que además domina él. Por eso se
menciona que el niño es el amo de la escena. En la escena del juego el que manda es el
niño, el amo es él, y el esclavo es el objeto que le obedece. Esto le da un pasaje de posición
y se recompone de la pérdida, creándose por intermedio del juego una realidad
satisfactoria para compensar la insatisfacción y el dolor de perder a la madre. Y lo hace
"escenificando", en dirección a su cura. (Tkach, 2006). Por eso Freud dice: "se resarce",
esta frase quiere decir que se compensa, pero en otro lugar. Pierde aquí y para
compensarse de lo que perdió aquí, que no quería, en otro lugar se da "un gusto". Pero
este darse ese "gusto" para compensar la pérdida del placer perdido en otro lugar (en este
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juego hay una dimensión económica de satisfacción-insatisfacción), implica que él crea

una nueva realidad, porque eso lo obliga a crear algo que no existía. Está creando una
ficción que tiene todo el valor simbólico e imaginario.

El juego es un dispositivo que hace trabajar al inconsciente, lo hace producir. Ahora bien,
que produzca elementos del inconsciente no es suficiente para que haya trabajo analítico.
Sin eso no hay análisis, pero sólo con eso tampoco. Aquí vendría la presencia necesaria
y la intervención del analista. De esta presencia el mismo niño a través del juego
encontrara la dirección del camino a la cura ya que el juego se resarce en sí mismo, es
decir, es terapéutico en sí mismo.

EL JUEGO COMO RESPUESTA A LO REAL DEL TRAUMA

Desde el comienzo del psicoanálisis los analistas se han interesado en el juego que hacen
los niños. S. Freud (1919) en “Más allá del principio del placer”, estudia el
funcionamiento del aparato psíquico en una de sus actividades más tempranas: los juegos
infantiles, el jugar infantil como acción de conseguir placer, observando a su nieto de un
año y medio, señala: Cuando la madre se ausenta varias horas el niño no llora entonces
comienza a arrojar en un rincón del cuarto, lejos de sí objetos con expresión “satisfecha”
e “interesada” mientras que producía el sonido de o-o-o (fort) fuera. Este juego lo había
inventado el niño y los juguetes eran utilizados solamente para jugar con ellos a estar
fuera. Luego el niño tenía un carrete de madera atado a un hilo, sostenía, el niño, el
extremo de la cuerda y lo arrojaba exclamando el o-o-o (fort), después tiraba la cuerda
para traer el carrete y al verlo reaparecer exclamaba alegremente a-a-a (da) aquí. El juego
completo es la “desaparición y reaparición”: pero la mayoría de las veces solamente
realizaba la primera parte del juego (desaparición), a pesar de que le producía más placer
la segunda parte del mismo (reaparición). Entonces el niño durante este tiempo en el que
permaneció solo, encontró el modo o medio de “hacerse desaparecer a sí mismo”:
haciendo desaparecer su imagen en el espejo al agacharse hasta que desapareciera de sus
ojos (quedarse fuera). Luego cuando la madre se ausenta muchas horas, al regresar el niño
la recibe con las palabras “Nene o-o-o (fort)”.
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EL JUEGO COMO TÉCNICA DE ASOCIACIÓN LIBRE.

La disposición para la asociación libre es igual a la disposición para la producción poética,

es decir, a la disposición necesaria para llegar a un estado creativo que conduce a un
descubrimiento. El espacio psicoanalítico representaría todo lo que hace y dice el
paciente, nada allí es insignificante, por el contrario, todo es significante, la razón es un
espacio estructurante que liga elementos dispersos en un todo significativo. El analista, y
a medida que avanza el análisis, el mismo paciente, desarrollan la tendencia a construir
un todo a partir de los elementos dispersos de la situación analítica, a lo largo del tiempo
de sesión. A eso se llamará Interpretación – o en algunas circunstancias construcción – y
será el producto de la aplicación del método psicoanalítico. (Waserman, 2003).

Así como se hace asociar al soñante sobre cada una de las partes del sueño, de igual
manera se busca hacer asociar al niño durante el juego, sin embargo el problema en el
análisis de niños radica en cómo hacer para que el infante asocie puesto que
aparentemente él no sabe asociar, va a ser Melanie Klein (1972) la que va a dar la
respuesta, ella afirma que: a través de la técnica de juego se ve que el niño proporciona
tantas asociaciones a los elementos separados de sus juegos como los adultos a los
elementos separados de sus sueños. (Waserman, 2003). El juego sería entonces un
equivalente al sueño más las asociaciones. La riqueza del juego y las asociaciones
verbales permiten formular interpretaciones que sacan a la luz la fantasía sobre la que el
juego se teje, el tan buscado complejo de Edipo, nuclear para la compresión de la neurosis,
aparece escenificado en el juego con mil representaciones diversas.

LAS ETAPAS DEL JUEGO

En la terapia de juego, se observan varias etapas, como han indicado Neumann y Kalf (Allen, 1988,
Bradway et al, 1990). La primera etapa se manifiesta como caos. Las escenas, ya sea en el juego, en el
arte, en la arena u otros medios, se ven desorganizadas, con poca dirección, sin orden, y
aparentemente sin tema o simbolismo. Pero el mismo desorden es simbólico de cómo se siente el niño y
de la situación en que se encuentra. Se expresa la falta de control, el desamparo, y la confusión
que experimenta el niño (Allen, 1988). En casos de abuso sexual, esta manifestación es típica de la
situación en que se encuentra, no sólo la víctima, sino también toda la familia.
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La segunda etapa se manifiesta en el juego como una lucha. Los monstruos se pelean, los soldados están
en guerra, hay buenos y malos, y la lucha es inconclusa. La niña expresa su ambivalencia y la dificultad
en que se encuentra; su lucha emocional. Empieza a hablar o manifestar los temas dolorosos que
la llevaron a la terapia (Allen, 1988). En esta etapa se ven símbolos que se pueden interpretar como
sexuales, y el juego manifiesta el control del agresor y la sumisión de la víctima. Tal vez manifieste la
víctima el deseo de reunirse con su padre (o madre) según la situación familiar.

En la tercera etapa de juego se empieza a observar la resolución del conflicto. Los buenos superan a
los malos, los perdidos se encuentran, hay triunfo en la guerra, hay un fin al juego o escena que
se presenta. En esta etapa también se manifiesta la Vegetación. Se observan árboles, plantas y flores
en los cuadros o juegos. Se ve un cuadro más completo. El niño demuestra que ha superado sus
conflictos. Los problemas se resuelven, hay orden y paz, demuestra humor y se representa a él
mismo como la imagen triunfadora (Allen, 1988). En esta etapa se observa aumento de auto-estima en el
niño, se ven más sonrisas y el niño es más juguetón. Muchas veces la víctima puede hablar un poco más
del abuso y del impacto que ha tenido en él o ella.

En la última etapa, se manifiesta el hombre y sus símbolos. Se ven personas trabajando o

divirtiéndose, jugando e interactuando. Se encuentran coches, edificios y artículos producidos por el
hombre (Allen, 1988). Para muchas víctimas, el simbolismo es el re-encuentro con la madre y/o la
espiritualidad. Se observan símbolos de “mándala”; manifestaciones esféricas, indicando
integración y totalidad.

También se observan etapas en la relación entre el niño y el terapeuta (Landreth, 1991). En la primera
etapa, el niño apenas está conociendo al terapeuta. Se trabaja en establecer una alianza de confianza y de
seguridad para el niño. Algunas veces el niño juega independientemente del terapeuta, con poca
interacción o comunicación. Poco a poco, empieza a demostrar y expresar lo que le pasa, sus
sentimientos y sus conflictos internos, ya sea por su comportamiento, verbalmente o por medio de su
juego. Poco a poco invita al terapeuta a su mundo, le comenta, lo involucra, es parte del juego o de
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sus cuadros o retratos. Al superar sus conflictos empiezan a separarse un poco, a hacerse más
independiente en su juego, no necesita la ayuda del terapeuta como antes.
En la última etapa de la terapia, el niño parece no tener mucho de qué platicar, parece aburrirse, la
intensidad de su juego es leve. Es entonces cuando se considera el terminarla terapia. El niño aparenta
estar más seguro de sí mismo, más expresivo, ya sea verbalmente o en su comportamiento: más en
control de sus emociones y sus impulsos (Kottman, 2001).

CONSIDERACIONES ESPECÍFICAS:

En casos de abuse sexual hay algunas consideraciones específicas que el terapeuta debe atender. La
relación disfuncional entre miembros de la familia se necesita considerar ya que hay varios elementos que
tal vez se manifiesten en el juego (Durant & White, 1990). Por ejemplo, es común que la niña indique
elementos de su rol con su mamá reverso; la víctima siendo la protectora y pseudo madura en el hogar. Tal
vez haya evidencia de la culpa que siente por el abuso, y la culpa que el resto de la familia le impone a
la víctima. Tal vez en el juego indique dinámicas donde se le disculpa al papá de cualquier
comportamiento incorrecto y abusivo. Por medio de la terapia de juego familiar o filial, se puede trabajar
con la familia entera o con la madre-hija para ayudar a los demás miembros de la familia a aceptar quién
es víctima y quién es el abusador y solidificar la relación de la víctima con los demás miembros de la
familia.

El sentimiento de culpa que manifiesta la víctima por no haber reportado el abuso sexual es otro factor
que se necesita atender en la terapia para víctimas de abuso sexual (Durant & White, 1990).
Por medio del juego, se pueden presentar dinámicas donde el terapeuta simula situaciones donde la
víctima no tiene opciones y no tiene control de ciertas situaciones. A la vez, se le puede ayudar a la víctima
a tomar medidas de protección, ya sea por hablar con un adulto o buscar ayuda para salir de situaciones
que se presenten que podrían de alto riesgo para la víctima, así aumentando su sentimiento de seguridad
y protección.

Conflicto en cuanto a la relación con la madre es otro tema difícil de manejar para víctimas de abuso
sexual (O’Conner & Schaefer, 1994). Hay circunstancias en donde la madre no es protectora y permite
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o ignora circunstancias que son peligrosas para la víctima. El sentimiento de abandono durante el abuso
y sentirse aislada cuando la madre protege al abusador son conflictos muy internos para la mayoría de
víctimas. En el juego, las dinámicas pueden presentarse con lo obvio, un muñeco que no protege a otro,
o puede manifestarse como fantasía, donde la imagen de la madre exagera la protección de sus hijos.

Para algunas víctimas el hablar del abuso es casi nulo. La vergüenza que implica la sexualidad y la traición
de un miembro de la familia es algo que parece abrumador a la víctima y le impide hablar de ello. Algunas
veces el agresor ha insinuado alguna amenaza. Los agresores sexuales generalmente no son agresivos,
sólo implican las amenazas como son la desintegración de la familia, el que nadie le crea a la víctima o
que el agresor sea castigo por la ley. Algunas veces el agresor implica que la víctima será castigada por
acusar al agresor. Con estas insinuaciones, la víctima trata de evitar revelar el abuso a toda costa por temor
a las consecuencias que implica el agresor (O’Conner & Schaefer, 1994).

También hay que considerar que no todas las víctimas de abuso sexual reciben daño permanente y
profundo por el abuso. Hay varios elementos que aumentan el trauma de la víctima. Si la relación con el
agresor es estrecha, el trauma es mayor, ya que existe un conflicto en amar, respetar, y querer al agresor y
a la vez ser lastimada y humillada por él. Es difícil identificar al agresor como perpetrador y a sí misma
como víctima cuando él es su padre y protector de la familia. Si la relación de la víctima con su ambiente
(su familia, la comunidad, etc.) es negativa, si no se le cree, si no la protegen del abusador, si la culpan,
entonces esta experiencia será más traumática por la falta del apoyo que se le rinde a la
víctima. Si es una víctima “consciente” entonces comprende las implicaciones sociales y morales
de la relación sexual causando remordimiento y vergüenza de lo que le ha pasado. También entre más se
mantiene el secreto, más es el impacto que tiene este secreto en el bienestar de la víctima ya que se siente
más culpable y más responsable por lo que le ha pasado (Hindman, 1991).

En algunos casos el síntoma principal del abuso sexual es el comportamiento sexual de la niña. En estos
́ onner & Schaefer, 1994).
casos, algunos objetivos en el tratamiento según (Durant & White, 1990, O C
Pueden ser:
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1) reconocer que ha sido una víctima de abuso y no tener que seguir este comportamiento para resolver
sus conflictos.
2) ayudar a la niña a reconocer y afrontar las consecuencias de su comportamiento,
3) aumentar el sentido de responsabilidad sobre su comportamiento, y buscar otras formas de expresarse
que son más apropiadas.
4) comprender el impacto que su comportamiento tiene en otras víctimas,
5) ayudar a desarrollar mayor consideración y respeto hacia los demás.

Estos objetivos se pueden lograr por medio del juego estructurado llenando formularios, escribiendo
historietas y participando en dinámicas específicas para realizar estos retos.

Por medio de la educación y conocimiento sobre el abuso sexual, realizamos más y más trabajo en el
campo de abuso sexual en el ambiente psicoterapéutico. La terapia de juego es un buen método
psicoterapéutico para tratar a víctimas de abuso sexual. Nos permite exteriorizar la victimización por
medio del juego y afrontar los conflictos que experimenta la víctima por medio de las dinámicas que se
presentan, ya sea por escrito, verbalmente, con muñecos, arte u otras actividades.

El juego permite reducir la ansiedad al revivir los eventos traumáticos, ya sea conscientemente
demostrando un evento actual, o inconscientemente con muñecos que actúan de alguna dinámica. Se
pueden desarrollar destrezas para reducir la depresión, sentirse más seguro, o practicar cómo
manejar ciertas situaciones que se pueden presentar en el futuro. Por medio del juego, se pueden observar
ciertas etapas en donde se demuestra la lucha, y resolución de conflictos. Las víctimas de abuso sexual
presentan conflictos muy específicos dadas las circunstancias sociales, morales y de dinámica familiar
que se encuentra en muchos de estos casos.

La relación que tiene la víctima con el agresor, el apoyo que se le rinde por medio de la familia o la
comunidad, entre otros factores determinan el nivel del trauma para la víctima. En algunos casos donde
se continúa una relación con el agresor, le permite a la víctima ensayar situaciones que se encuentren al
continuar esta relación con el agresor siempre y cuando se pueda sentir segura y protegida. El juego es un
proceso subconsciente y natural que permite al niño expresión emocional, practicar su capacitación para
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superar sus conflictos y resolución de estos conflictos. Es un proceso positivo y profundo de auto-
realización que permite a la víctima de abuso sexual mejorar la calidad de su vida al experimentar este
tipo de trauma.
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OBJETIVO

El objetivo principal de esta investigación se refiere a identificar, el abuso sexual en

menores de edad abordado desde la psicoterapia del juego. De igual manera, Otro de los
objetivos secundarios se refiere a la importancia de técnicas terapéuticas que favorezcan
el buen estado del infante.

MÈTODO

Diseño

La presente investigación utilizo el método descriptivo referencial, debido a que las

investigadoras no manipulan variables de estudio como para controlar el aumento y
disminución de dichas variables. Esto se lleva a cabo en condiciones rigurosamente
controladas, con el fin de evidenciar la terapia del juego en infantes con abuso sexual.

RESULTADOS

EFECTOS

- Factores consecuentes sociales: registramos los síntomas que experimentaron

durante su niñez y adolescencia, cuando sufrieron los abusos sexuales, síntomas
que coinciden con la sintomatología propia de un estrés postraumático. Miedo,
problemas para dormir, pesadillas, confusión, sentimientos de culpa, vergüenza,
ira junto con la incapacidad de manejar estas emociones. Los peores efectos se
presentan cuando es el padre el abusador, porque en ese caso la niña además
pierde la confianza en el ser que debe protegerla y que representa su seguridad.
Estas niñas se quedan indefensas frente al mundo masculino porque mezclan el
sexo con el afecto, con el cuidado, el poder y el cariño. Y todo esto en secreto.

- Existen consecuencias de la vivencia que permanecen o, incluso, pueden

agudizarse con el tiempo, hasta llegar a configurar patologías definidas. Por
ejemplo:
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 Físicas: dolores crónicos generales, hipocondría o trastornos

psicosomáticos, alteraciones del sueño y pesadillas constantes, problemas
gastrointestinales, desorden alimentario.
 Conductuales: intento de suicidio, consumo de drogas y alcohol, trastorno
de identidad.
 Emocionales: depresión, ansiedad, baja estima, dificultad para expresar
sentimientos.
 Sexuales: fobias sexuales, disfunciones sexuales, falta de satisfacción o
incapacidad para el orgasmo, alteraciones de la motivación sexual, mayor
probabilidad de sufrir violaciones y de entrar en la prostitución, dificultad
para establecer relaciones sexuales.
 Sociales: problemas de relación interpersonal, aislamiento, dificultades de
vinculación afectiva con los hijos.

LA TERAPIA DE JUEGO PARA EL AMENEJO DEL ABUSO SEXUAL

Usando la terapia de juego, les permite a los niños expresar sus sentimientos, temores y conflictos por
medio del juego, distanciándose conscientemente del impacto del abuso y expresándose
inconscientemente, externalizando su conflicto. En algunos casos, podemos observar dinámicas obvias
en el juego como el de muñecos donde el niño demuestra el acto sexual que se le perpetró. En otros
casos podemos interpretar sutilezas, cuando el trauma está más interno y podemos observar el uso de
símbolos en el juego como son los muñecos agresivos aprovechándose de los más sumisos, o el uso de
escenas subterráneas (el mar, una cueva, etc) donde ocurren o se esconden cosas en el proceso del
juego. En caso de situaciones donde el niño está listo para seguir adelante y siente una resolución de su
conflicto, podemos ver dinámicas donde se entierra un objeto y re-nace de una manera positiva y
tranquila.

DISCUSIÒN

Según toda la bibliografía investigada una característica con la cual la mayoría de

los autores están de acuerdo, es que el abuso sexual infantil trae consigo problemas
emocionales, funcionales, sexuales, problemas de conducta y adaptación social.
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Por otro lado, otros autores, sin embargo, abogan por considerar el abuso infantil un factor
de riesgo para que el individuo se convierta en posterior agresor, si bien defienden
que, por el momento, no puede establecerse una relación directa o causal puesto que
múltiples factores personales, familiares y sociales pueden llegar a
mitigar ese riesgo (Cannon, 2001).

Cabe añadir, la existencia de múltiples variables, relacionadas con las características

específicas de la experiencia abusiva, así como con factores individuales y
psicosociales, que pueden influir en el desarrollo de psicopatologías en víctimas
de abuso sexual infantil.
Según Briere y Eliot (1994):
“Solo una segunda ola de investigación centrada en posibles variables que
mejoran o exacerban la génesis de los efectos del abuso, pueden proporcionar una
imagen más completa de las complejidades de la victimización sexual infantil y
sus impactos psicológicos” (p. 64).

Un mejor conocimiento de las variables mediadoras relacionadas con la experiencia de

abuso sexual infantil permitirá un mejor tratamiento de estas víctimas, así como la
prevención de problemas psicológicos posteriores (Conté y Schuerman,1987).

En síntesis, la experiencia de abuso sexual conlleva importantes repercusiones para sus

víctimas en todos los periodos del ciclo evolutivo, siendo necesario que los profesionales
sean capaces de detectar estas problemáticas para poder intervenir en estos casos de forma
adecuada y eficaz.

CONCLUSIONES

El abuso sexual infantil en gran mayoría se origina en el propio hogar de las/os menores,
y el agresor es generalmente el padre, el padrastro, el hermano o cualquier pariente
cercano que tiene fácil acceso a la víctima. En estas circunstancias el abuso sexual se le
llama incesto.
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EFICACIA EN LA PSICOTERAPIA DEL JUEGO EN EL ABUSO SEXUAL
INFANTIL

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