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DANIELA JULIANA ACEVEDO GONZALEZ

MARIA CAMILA ACEVEDO JIMENEZ


LIA MARIA BLANCO ALVAREZ
SERGIO MAURICIO VELASCO CASTILLO

ANALISIS JURISPRUDENCIAL

CORTE SUPREMA DE JUSTICIA


SALA DE CASACION CIVIL
BOGOTÁ, D.C., 13 DE OCTUBRE DE 2009
REF: 11001-3103-02-2004-00605-01

MAGISTRADO PONENTE: CÉSAR JULIO VALENCIA COPETE.


DEMANDANTE: Banco del estado en liquidación.
DEMANDADO: contra la sentencia proferida el 12 de junio de 2008 por la sala civil del
tribunal superior de Bogotá, dentro del proceso ordinario que instauró el recurrente frente a
BAYARDO TELLEZ BERNAL Y GLORIA INES ANGEL GIRALDO.
En donde se procede a decidir el recurso de casación.

ANTECEDENTES:
- el actor pretendió la declaración de que los demandados se enriquecieron sin justa causa y
que el banco de empobreció correlativamente, por la falta de satisfacción de la obligación
incorporada en el pagaré 401-042-82-3, como consecuencia de lo cual suplicó que se les
condenara a la entrega de sesenta millones de pesos más los interés moratorios a la tasa
máxima legal comercial, desde el 25 de septiembre de 1998 y hasta la cancelación total,
junto con las costas procesales.
- El 15 de septiembre de 1997 los convocados suscribieron un pagaré a favor del Banco
Uconal por la suma señalada y se comprometieron a solventarla en un plazo de doce meses,
mediante cuatro cuotas trimestrales y sucesivas a partir del 15 de diciembre de 1997, la
última de las cuales venció el 15 de diciembre de 1998. Los deudores no saldaron el capital,
sino únicamente los intereses hasta el 25 de septiembre de 1998, en donde el nuevo tenedor
dio inicio al proceso ejecutivo que correspondió al juzgado veintiséis civil del circuito de
Bogotá, cuya sentencia, luego de acoger la excepción de prescripción de la acción
cambiaria, fue confirmada por el tribunal superior de Bogotá mediante providencia de 25 de
febrero de 2004. Los demandados usufructuaron el crédito y no devolvieron su importe.
- los demandados contestaron oponiéndose a las pretensiones; alegaron la prescripción, que
estimaron cumplida el 15 de diciembre de 2002.
- En primera instancia, el a-quo denegó las suplicas del libelo promotor, sosteniendo que el
actor le faltó acreditar el aumento en el patrimonio de los demandados y el deterioro del
suyo, en donde apelada ésta, fue modificada por el ad-quem.
SENTENCIA DEL TRIBUNAL:
acreedor dejara caducar o prescribir el título valor y la acción cambiaria, que como
consecuencia se hubiera enriquecido el deudor a costa del empobrecimiento correlativo del
acreedor y que éste careciera de otra acción o recurso, sostuvo cómo resultaba ineludible,
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además, que no aconteciera la prescripción, fenómeno que vendría a ocurrir al término de
un año.
DEMANDA DE CASACIÓN
La actora demanda mediante tres cargos, con invocación en todos de la causal primera de
las contempladas en el artículo 368 del C. de P. C. El inicial por violación directa de la ley
sustancial, al paso que el segundo y el tercero por la indirecta, con asiento ambos en error
de hecho, los que se estudiarán en conjunto.
Acusa la sentencia de violación directa, por falta de aplicación de los artículos 2535 del
Código Civil, 822 del Código de Comercio y 90 del Código de Procedimiento Civil, como
de “…la regla establecida por la Corte en la rectificación doctrinaria hecha en la sentencia
de casación S-001-2000 de 11 de enero de 2000…”; también por “…indebida aplicación de
la regla establecida por la Corte en las sentencias de casación civil de 14 de marzo de 2001,
exp. No. 6550… y de 19 de diciembre de 2007, exp. 200013103001-2001-00101-01…” y
del indicado artículo 2535 del Código Civil, así como por interpretación errónea del 882,
inciso 3°, del Código de Comercio.
Ataca el fallo del tribunal por violación indirecta de la ley sustancial, por “…error de hecho
manifiesto y trascendente en la apreciación de las pruebas…”, toda vez que se aplicó
indebidamente el artículo 2535 del Código Civil y “…la regla establecida por la Corte en
las sentencias de casación civil de 14 de marzo de 2001, exp. 6550… y de 19 de diciembre
de de 2007, exp. 200013103001-2001-00101-01…”; y por haber dejado de aplicar los
artículos 2536, 2539 y 2540 del Código Civil, in fine, 822 del Código de Comercio y 90 del
Código de Procedimiento Civil.
En consecuencia, concluye, el fallador “…incurrió en error de hecho manifiesto en la
apreciación de las pruebas de la interrupción de la prescripción, tan trascendente en la
determinación, que lo llevó a declarar prescrita la acción de enriquecimiento cambiario…”.

CONSIDERACIONES DE LA CORTE
la acción de enriquecimiento cambiario, a la que alude el artículo 882 del Código de
Comercio, constituye un extremum remedium iuris concedido por el ordenamiento jurídico,
en obsequio a la equidad, al tenedor legítimo de un instrumento de contenido crediticio que
ha quedado privado de los recursos y acciones diseñados por las normas relativas a los
títulos valores y por aquellas que protegen los derechos originados en la relación causal
germen del respectivo documento, en virtud de la prescripción o de la caducidad que lo han
envilecido.
en la misma providencia, apuntó que “por lo demás, ha de verse que el criterio así adoptado
por la Corporación es el mismo que pregonan reconocidos expositores de la materia, como
Héctor Cámara, al manifestar que, aunque ‘estos medios extintivos o impeditivos de las
relaciones jurídicas no obran ex officio …, resulta suficiente demostrar que se hayan
extinguidas por el transcurso del tiempo o el incumplimiento de las cargas legales, de
acuerdo a la lógica y el buen sentido. Nada justifica mandar promover una acción para que
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se oponga la excepción de prescripción o caducidad, con dispendio de tiempo y gastos’ (ob.
cit., pag. 451). Esta opinión es respaldada por el tratadista Ignacio A. Escuti, quien sostiene
que al efecto ‘… es menester que a) se hayan perdido por caducidad todas las acciones de
regreso (contra los endosantes e inclusive sus avalistas, aun cuando, en principio, estos
últimos no pueden ser demandados por enriquecimiento); b) se hallen prescritas todas las
obligaciones cambiarias (directas y de regreso). Sin embargo, no es necesario que la
producción de tales eventos (caducidad y prescripción) hayan sido constatados y declarada
su existencia previamente por la justicia’ (Títulos de Crédito, Letra de cambio, pagaré y
cheque, 3ª edición, Astrea, Buenos Aires, 1992, pag. 383)”. Esclarecido, como quedó
expuesto, según reiterada jurisprudencia, que no es indispensable fallo alguno que declare
la prescripción de la acción cambiaria en orden a empezar a computar el año respectivo,
pues este periodo debe contarse a partir del vencimiento previsto por la normatividad
respectiva para que sobrevenga la prescripción o irrumpa la caducidad, sin más exigencias,
resulta entonces palmario que ni el adelantamiento del proceso ejecutivo ni la eventual
demora en su decisión final, en cualquier sentido, pueden retardarla o erigirse en otro punto
de partida para iniciar el conteo del plazo destinado a la promoción de la actio in rem verso.
De esta manera, la prescripción aparece como fenómeno que permite al titular de un
específico derecho hacer uso de él, bajo la condición de que despliegue la actividad
necesaria dentro del periodo que la misma ley le confiere, so pena de que, en el evento de
no proceder así, se produzca la respectiva extinción en virtud de la incuria en que haya
podido incurrir, teniendo en cuenta, eso sí, que no es el mero transcurrir de las unidades de
tiempo el que engendra el resultado extintivo, sino que se hace menester el comportamiento
inactivo del acreedor, en la medida que es su actitud indiferente la que gesta, en medio del
pasar de los días, que se concrete la extinción. En similar sentido se pronunció la Corte
mediante fallo de 11 de enero de 2000, proferido en el proceso 5208, cuando dijo que
“…no es bastante a extinguir la obligación el simple desgranar de los días, dado que se
requiere, como elemento quizá subordinante, la inercia del acreedor.”
DECISIÓN
la Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Civil, administrando justicia en nombre de
la República y por autoridad de la ley, NO CASA la sentencia proferida el 12 de junio de
2008 por la Sala Civil del Tribunal Superior de Bogotá, dentro del proceso ordinario que
instauró el BANCO DEL ESTADO EN LIQUIDACIÓN frente a BAYARDO TÉLLEZ
BERNAL y GLORIA INÉS ÁNGEL GIRALDO
ACLARACIÓN DE VOTO
el título valor es suficiente para probar el desplazamiento patrimonial exigido como
requisito en la acción prevista en el artículo 882 del Código de Comercio. la Corte
consideró que en el caso eventual de prosperar los cargos, la decisión adversa a las
pretensiones debería mantenerse, en tanto no había prueba suficiente en el expediente que
acreditara el enriquecimiento del demandado, pues “el aludido instrumento es necesario
pero no suficiente para documentar los elementos propios de la actio in rem verso
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cambiario, desde luego que ‘… la mera exhibición o incorporación a la demanda como
anexo del título valor decaído o degradado no es suficiente para dar por comprobado el
requisito atinente al empobrecimiento de quien reclama y el agradamiento (sic) del
patrimonio de la parte convocada a responder.
¿el demandante puede probar con sólo los títulos valores que hubo empobrecimiento en su
patrimonio? Los títulos valores son cosas que portan valor, y cuando están perjudicados por
la prescripción se envilecen en cuanto ya no representan valor por sí solos, pero subsisten
como documentos demostrativos de una relación obligacional marchita. No se trata, como a
primera vista pudiera pensarse, que al mantener el mérito probatorio de los títulos valores,
se haga subsistir la acción cambiaria, nada más lejano a la realidad, de lo que se trata es que
los títulos valores descritos no desaparecen como instrumentos de prueba, conservando por
tanto la capacidad para permitir el flujo de información, así como el poder de formar la
convicción acerca del empobrecimiento y el enriquecimiento correlativos entre demandante
y demandado.
La llamada acción de enriquecimiento que consagra el artículo 882 del Código de
Comercio, es diferente de la acción general de enriquecimiento sin causa que consagra el
artículo 831 del mismo Código. El enriquecimiento sin causa, como principio general del
derecho, actuando en su rol creativo, introdujo la acción consagrada en el artículo 831,
donde se establece la posibilidad de restablecer el equilibrio entre dos patrimonios,
eliminando el indebido enriquecimiento y posibilitando el ejercicio de una acción
indemnizatoria.
Solamente, por vía de excepción, como lo hace el artículo 882 que venimos comentando
puede encontrarse una gabela semejante, que a pesar de la caducidad o de la prescripción,
es decir, ante una situación jurídica estabilizada por el paso del tiempo, se permita un año
más para evitar un enriquecimiento.
SALVAMENTO DE VOTO
el primer cargo presentado por la parte recurrente tenía vocación de prosperidad, toda vez
que en la sentencia de segunda instancia proferida por el Tribunal Superior de Bogotá el 12
de junio de 2008, el ad quem violó directamente las normas legales denunciadas en la
censura, lo que lo condujo a acoger erróneamente la excepción de prescripción de la acción
de enriquecimiento cambiario propuesta por la parte demandada. la doctrina de la Sala
conduce a que sea perfectamente factible, y desafortunadamente frecuente, que en el
trámite coactivo en el que el acreedor esté ejerciendo la acción cambiaria, argumente con
firme convicción que la prescripción extintiva no se ha consumado v.gr. porque se presentó
una interrupción natural, pero, para no dejar prescribir la acción de enriquecimiento
cambiario, tenga que iniciar su tramitación dentro del término de un año contado a partir
del vencimiento objetivo del plazo de prescripción del título valor, y en dicho proceso de
conocimiento deba alegar que lo adelanta en razón y con fundamento en que la obligación
cambiaria incorporada en el respectivo instrumento se extinguió por prescripción. Como lo
describe con acierto la censura para el caso particular que se analiza, “mientras no se
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hubiera fallado la segunda instancia del ejecutivo que definiera el punto relativo a la
interrupción natural de la prescripción que estaba siendo objeto de debate, el BANCO no
podía iniciar la acción de enriquecimiento cambiario porque en ella habría tenido que
afirmar, como hecho República de Colombia Corte Suprema de Justicia Sala de Casación
Civil Exp. 2004-00605-01 44 categóricamente ocurrido, que la acción cambiaria estaba
prescrita cuando en el ejecutivo estaba sosteniendo totalmente lo contrario. El acatamiento
al principio de respecto de los actos propios, le imponía abstenerse de incurrir en semejante
conducta so pena de perder toda legitimidad en las dos posiciones contrapuestas!”.

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