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Razonamiento y deducción

El conocimiento científico puede obtenerse mediante conexiones lógicas


entre enunciados. Los mismos conocimientos son expresados mediante
proposiciones o enunciados y, en la historia de la lógica siempre se ha
puesto el énfasis en el pensamiento y en la forma en la cual podemos juzgar
cómo es o no la realidad. Si entendemos que la expresión de nuestro
pensamiento se realiza a través de enunciados, cuando hablamos de
razonamiento no nos referimos a otra cosa que a una serie de enunciados
encadenados que todos, excepto uno, expresan o comunican conocimiento
ya obtenido o propuesto como aceptado. Estos enunciados “ya probados”
constituyen las premisas del razonamiento; mientras que el último
enunciado, obtenido por un salto lógico a partir de las premisas es la
denominada conclusión del razonamiento. Las premisas describen
conocimientos ya existentes, mientras que la conclusión expresa
generalmente un conocimiento nuevo.

Para poder comprender la metodología del desarrollo de una ciencia es


absolutamente necesario conocer una serie de conceptos y procedimientos
vinculados a la lógica. Dicho de otra manera, la lógica nos acerará la teoría
necesaria para discriminar entre los razonamientos válidos y los inválidos.

Ahora bien, la pregunta que se hace indispensable contestar a esta altura del
texto es:

¿qué significa que un razonamiento sea válido?

A modo de una pequeña aproximación a la respuesta de esta pregunta,


podemos afirmar que un razonamiento es válido si la manera en la cual está
construido garantiza la conservación de la verdad. A estaparticular
construcción que presenta un razonamiento se la llama forma. Cuando la
forma del razonamiento es tal que garantice la consecución de la verdad, el
razonamiento es válido. Pero, si dicha forma es defectuosa no hay garantía
alguna para aseverar que la verdad se conserve a lo largo del mismo, por lo
tanto, si se parte de premisas verdaderas y se emplea una forma de
razonamiento inválida, la conservación de la verdad no se verá garantizada
en la conclusión del mismo.

Siempre que hablemos de deducción nos estaremos refiriendo a un


razonamiento válido o correcto. La lógica nos presenta los criterios
necesarios para reconocer y discriminar a las deducciones de los
razonamientos que son inválidos.

Para simplificar, diremos que un razonamiento es válido siempre y cuando


su forma lógica sea válida; y la forma es válida cuando no acepte que a partir
de premisas verdaderas se llegue a una conclusión falsa. Si trasladamos
esto al ámbito metodológico, si un científico llega a una conclusión falsa a
partir de premisas verdaderas, no cabe la menor duda que alguna de las
premisas de las cuales partió debe ser falsa. Por lo tanto debe haber fallas
en aquellas hipótesis iniciales, puesto que no es posible que las premisas
(hipótesis) sean verdaderas, se haya razonado correctamente y se obtenga
una conclusión falsa.

Ejemplos
Razonamientos NO válidos:
Esta forma de Razonamiento acepta que:

• A partir de premisas verdaderas se llegue a una conclusión verdadera. V/V

• A partir de premisas falsas, se llegue a una conclusión verdadera. F/V

• A partir de premisas falsas, se llegue a una conclusión falsa. F/F

• A partir de premisas verdaderas se llegue a una conclusión falsa V/F

Es por esta última acepción (premisas verdaderas y conclusión falsa) que el


razonamiento es INVÁLIDO, puesto que esta forma lógica no garantiza la
consecución de la verdad de las premisas a la conclusión.

Otro ejemplo sería:


Si damos ejemplos de esta forma de razonamiento podríamos enunciar un
caso en el cual partamos de premisas verdaderas y lleguemos a una
conclusión verdadera:

También, y siguiendo con la misma forma lógica de razonamiento,


podríamos encontrar un ejemplo en el cual a partir de premisas falsas se
llegue a una conclusión verdadera:

Por otro lado, es factible que esta forma de razonamiento también acepte
que, a partir de premisas falsas, se llegue a una conclusión también falsa:
Por último, y por lo cual este tipo de razonamiento es INVÁLIDO podemos
encontrar, con la misma forma de razonamiento que, a partir de premisas
VERDADERAS se llegue a una conclusión FALSA:

Razonamientos Válidos:

Esta forma de razonamiento NO acepta que a partir de premisas


VERDADERAS se llegue a una conclusión FALSA. Por ejemplo:

Podemos dar un ejemplo sencillo de esta forma de razonamiento:

La forma de razonar estaría representada por un silogismo como este:


A modo de ejemplos:

Recordar: Un razonamiento es válido o no, dependiendo de la forma lógica


que presente. Su forma lógica será válida si no acepta que, a partir de
premisas verdaderas se llegue a una conclusión falsa.
El Método Inductivo
La lógica Inductiva

La llamada lógica inductiva estudia aquellos razonamientos que, si bien son


incorrectos desde el punto de vista de la lógica formal, resultan útiles puesto
que garantizan cierto éxito en cuanto a la conservación de la verdad de las
premisas. Por otro lado, si bien no permiten arribar a la verdad, sí podemos
acercarnos a ésta mediante determinadas probabilidades. Podemos,
mediante la utilización de esta forma de razonamiento enunciar que hay una
determinada probabilidad que acontezca cierto evento o que acaezca cierto
estado de las cosas. Evidentemente veremos que hay quienes tienen gran
adhesión por este razonamiento y quienes lo repudian de manera tajante.
Debemos, para seguir con la explicación del método inductivo, aclarar el
significado que le aportaremos a la palabra inducción. Inducción indica el
proceso intelectivo por el cual un científico, a partir de datos de la
experiencia, accede a teorías que permiten explicarla. Dicho proceso podría
ser llamado Salto Inductivo.

Metodología Inductiva
Ya hemos aclarado que el método inductivo es un instrumento apto para
obtener hipótesis y conjeturas, pero debemos ahondar las cualidades que
pueda tener este método ante la justificación que trata de dar la ciencia a los
hechos que por ella son observados.

Método Inductivo por enumeración

Supongamos que disponemos de una serie de enunciados observacionales


verdaderos, todos ellos afirman la pertenencia de una determinada
propiedad a objetos que pertenecen a una determinada clase o población.
Escribiéndolo de manera formal se vería:

Las premisas son la enunciación o la muestra; la conclusión es la


generalización. El argumento que tiene esta forma de razonamiento es por
simple enumeración de casos puntuales realizando un pasaje de la muestra
a toda la población. A modo de ejemplo:
En la metodología inductiva por enumeración, la conclusión no sigue
necesariamente la verdad de las premisas. En un caso casi ridículo podemos
verlo fácilmente:

Metodología Inductiva por analogía

Son razonamientos en cuyas premisas se comparan cosas, hechos o


individuos observando sus semejanzas o analogías. Si dos o más cosas,
hechos o individuos son parecidos en diversos aspectos, se concluye
también que los son probablemente en algún nuevo aspecto no conocido. La
forma o esquema posible sería:

Esta forma de razonamiento es, de las formas inductivistas, la más común.


Se la encuentra en la vida práctica, en las ciencias, como así también en la
argumentación jurídica. Veamos algunos ejemplos:

Las críticas a la Inducción


Este tipo de método se utiliza con harta frecuencia y parece ser la única
esperanza que queda en la ciencia para introducir leyes generales de
carácter fáctico, es decir que conciernen a la realidad en la que estamos
inmersos, ya que los métodos intuicionistas y racionalistas no han dado
resultado en este respecto. El examen de casos y el salto a la inducción que
proporciona la correspondiente generalización presta fundamento a la
autorización en la venta de los medicamentos, a nuestra creencia en las
leyes físicas, químicas y biológicas.
Pero, pese a la influencia que ha tenido en la ciencia la inducción, parece
haber una mal interpretación histórica en cuanto a su eficacia frente a la
justificación. Los casos particulares que se mencionan en las premisas
provienen de la observación, esta característica impide al método inductivo
incorporar términos teóricos en las premisas.
¿Cómo podríamos obtener por generalización un enunciado que contenga el
término teórico átomo a partir de casos que se refieren al comportamiento
observado de ciertas masas de gases particulares? o ¿cómo acceder a los
principios de la genética mendeliana, que presentan términos
como genes y alelos, a partir de premisas donde sólo figuran términos
obtenidos de la observación como las características físicas de
determinados seres vivos?
En respuesta a lo antedicho, el método inductivo no puede ser ni productor,
ni justificador de una gran familia de enunciados que figuran en la mayoría
de las teorías científicas. Según K. Popper el método inductivo no se
sostiene ni desde la lógica, ni desde la evidencia, ni desde la experiencia,
por lo cual indica que no existe un principio de inducción y, por
consiguiente, nada semejante al método inductivo. Si lo vemos desde el
punto de vista lógico, sostendríamos que una inducción es un razonamiento
válido y, como tal, transmite la verdad de las premisas a la conclusión; lo
cual hemos demostrado que es incierto. Desde el punto de vista práctico, se
pide que el número de premisas sea lo suficientemente grande. Pero si a
partir del método inductivo realizamos una generalización, para poder
verificar la misma debiésemos comprobar un número infinito de casos,
mientras que para la falsación de la misma nos bastaría con un sólo caso en
el cual esa generalización no se adecue a lo observado en la realidad.
Si bien es indudable que el método inductivo no puede ser utilizado como
herramienta probatoria o de justificación, el mismo no puede ser descartado
como un útil generador de hipótesis y conjeturas. El arte de construir una
hipótesis es uno de los aspectos fundamentales del método científico y, por
lo tanto, de la actividad productora de la ciencia. En conclusión, el método
inductivo no existe para el contexto de la justificación, pero sí para el del
descubrimiento. En éste último el proponer buenas hipótesis puede ser, no
solamente útil, sino la estrategia esencial para obtener conocimiento. Hay
que admitir que si un científico dispone de un número lo suficientemente
grande de datos favorables a una generalización, sin que se haya presentado
hasta el momento ninguno desfavorable, es razonable que proponga la
hipótesis que afirma la generalización obtenida a partir de los casos
particulares.

Inducción y estadística

Podemos reformular el método inductivo en términos estadístico –


probabilísticas. Esto significaría lo siguiente: suponer que como
consecuencia del salto inductivo hacia la generalización, a ésta no se la dará
por verificada, sino que se la afirmará con carácter probabilístico. Podríamos
sostener así que este método genera una justificación atenuadapara el
contexto de justificación: se verifica la asignación probable de un
determinado enunciado. En el caso que enunciábamos más arriba, por
ejemplo, podríamos enunciar que Laura al ser argentina, posee una
probabilidad del 80% de ser católica.
La incorporación de elementos computacionales hace, hoy en día, que los
científicos no trabajen con un número suficientemente grande de casos,
sino enormemente grande de los mismos. De modo que el método inductivo
puede considerarse como una estrategia algorítmica para producir
presuntos conocimientos. Debemos remarcar, por último, que la inducción
tiene un rol pedagógico muy importante, pues permite comprender la
importancia de la experiencia en la producción del conocimiento.

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