Existen tres anillos para la formación de la persona: la familia, la escuela y la comunidad, estos
pilares juegan un papel fundamental en la sociedad, el niño siempre se desarrollará dentro de
un contexto relacional de tipo familiar. Esto se debe a que la persona interactúa primero con la
familia, el ambiente y por último con la comunidad. La familia a la que pertenece el individuo
es el determinante más importante de su conducta y las diversas normas que lo guiarán a
través de la vida son establecidas en el hogar. En el hogar adquiere las primeras
experiencias, valores y principios. La familia es la célula primaria y vital de la sociedad. La
participación activa y comprometida de los padres con los procesos educativos de sus hijos
busca impactar positivamente al desarrollo y fortalecimiento de las relaciones, al desarrollo
integral del niño y a la comunidad.
La cultura familiar, las creencias y los valores familiares son importantes para entender las
dinámicas familiares, ya que van a influenciar el modo en que sus miembros perciben,
procesan y elaboran la información de su entorno, y modulan la percepción, la actitud y los
comportamientos que tienen frente a los acontecimientos y sus circunstancias. Entonces al
hablar de cultura familiar nos referimos a las características que las personas más allegadas a
nosotros nos transmiten a lo largo del tiempo que convivimos e interactuamos con ellos,
algunos ejemplos son las creencias religiosas, los patrones, normas, costumbres, mitos entre
otros, esta experiencia cultural marca un momento clave en la formación de los significados
con los que vamos desarrollando la identidad personal.
Durante los cambios psicológicos tienden a tener un pensamiento más formal, aparece la
búsqueda de identidad, invencibilidad, audiencia imaginaria, fabula personal, indecisión e
inseguridad.
En los cambios sociales dejan los juegos infantiles y tienen una separación progresiva de los
padres, surge el aislamiento la rebeldía y una tendencia grupal. El adolescente por cuestiones
de estos cambios, no sabe quién es, qué es; pasa por una crisis de identidad.
Hay que considerar que en la adolescencia se debe transitar adecuadamente el proceso hasta
la adultez y para lograrlo, debe completar una serie de tareas relacionadas con cambios
biológicos, cognitivos, afectivos, morales y sociales, cuando se dan estos logros decimos que el
adolescente está elaborando su identidad. Por lo tanto, es sumamente importante considerar
la interacción entre padres e hijos, ya que, esta relación deberá acomodarse a las
transformaciones que experimentan los adolescentes.