Durante el inicio de año, Renato presentó dificultades de adaptación, ya que la mayor parte de la
jornada escolar lloraba e insistía en que la madre lo retirara, por lo que las dos primeras semanas se
le acortó la jornada, asistiendo los primeros días de 8 a 12 de la mañana y luego se incorporó a
jornada escolar completa. Luego de esto, el niño logró mayor adaptación y también incorporar
algunas rutinas.