Este es uno de los hechos más reconocidos de todas las batallas de la historia por
la independencia de méxico, un hecho que aunque fue repudiable, sin lugar a
dudas ayudó al Ejército Mexicano a imponer temor en todo el territorio que en
aquel entonces era conocido como la Nueva España; fue un hecho realmente
sangriento y en el cual murieron muchos civiles, ocurrió el 28 de septiembre de
1810, en Guanajuato.
Lo más curioso del caso es que esta batalla fue comandada por Miguel Hidalgo e
Ignacio Allende, por consiguiente los hechos que ocurrieron ponían bastante en
duda la verdadera naturaleza de la vida religiosa del comandante general de las
tropas; muchos hablan al respecto de que no pudo controlarlas en el último
momento en el calor de la batalla y lo que se llevó a cabo no estuvo bajo su
consentimiento.
Toma de Alhóndiga de
Granaditas
Antes de llegar a Guanajuato, que en aquel
entonces era una zona con muchos españoles
y criollos relativamente acaudalados, el
intendente a cargo del lugar, el teniente general Riaño, fue avisado al respecto de
que las tropas insurgentes se dirigían hacia su localidad para buscar combatir; no
fue el intendente el único en darse cuenta, muchas personas supieron de la noticia
y el pánico que ésta generó hizo que el intendente buscara hacerles sentir
seguros, para lo cual decidió tomar la acción de refugiar a todos los ciudadanos en
la Alhóndiga de Granadinas, básicamente un viejo e inmensogranero.
Aquello fue una masacre, le quitaron la vida a todos por igual, tanto civiles como
militares y obviamente, la batalla fue ganada por el ejército insurrecto; muchos
historiadores consideran este hecho no como una batalla, sino como una masacre
civil, por la diferencia de niveles militares que hubo entre ambos bandos.