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Tecnología para cuidar el agua

Los productores de la economía agrícola de California, que mueve US$45.000 millones al


año, tienen cada vez más sed de formas de ahorrar agua, lo que lleva a un fuerte aumento de
la demanda de procesos y herramientas como la On Target Sprayer de Hartman.

A un costo de entre US$20.000 y US$50.000 cada una, las máquinas de Hartman cargan de
forma eléctrica pesticidas y nutrientes que rocían sobre las plantas, y provocan que se
adhieran a las hojas de manera más pareja, usando alrededor de 80% menos de agua que
los rociadores de químicos convencionales. Las ventas de su empresa, crecen 30% al año,
más del triple de su ritmo hace cuatro años, señala. “Todos están conscientes del agua
ahora”, afirma Hartman. “Todos están atentos”.

Estos sistemas utilizan una carga eléctrica para que la sustancia sea atraída por las hojas de
las plantas.

Los agricultores en el árido oeste de Estados Unidos han buscado desde hace mucho reducir
sus costos, incluido el del agua. No obstante, a menudo el tema ha quedado relegado ante
preocupaciones urgentes sobre la mano de obra, la energía y otros gastos. Ahora, una
sequía que empezó hace cuatro años ha aumentado la atención sobre la eficiencia en el
uso de agua por parte de los agricultores de California, ya sea que cultiven almendras,
aceitunas o duraznos. También ha abierto una nueva oportunidad de mercado para los que
proveen soluciones y otros cuyos productos recibieron poca atención hasta ahora.

El objetivo, cuidar el agua


Las nuevas tecnologías van desde un gel que, mezclado con la tierra, almacena y libera
lentamente agua cerca de las raíces, hasta empresas que usan imágenes satelitales y aéreas
para ayudar a los agricultores a planear mejor cómo irrigar cultivos según el estado de las
secciones de sus campos.

Este gel que almacena el agua y la libera lentamente

El surgimiento de estas nuevas tecnologías pone de manifiesto la capacidad de recuperación


de un sector agrícola estadounidense acostumbrado a los caprichos del clima, pero que en
los últimos años ha estado bajo una creciente presión de productores de otros países que
proveen a supermercados de EE.UU., así como del alza de costos y las normas regulatorias.
Además de dejar campos sin plantar y desviar agua a cultivos de mayor valor como bayas o
nueces, los agricultores de California —el mayor estado productor y exportador agrícola de
EE.UU.— están implementando robótica y otras técnicas para impulsar la productividad.

No está claro si las nacientes tecnologías podrán reducir significativamente el uso de agua y
calmar los temores sobre su disponibilidad a corto plazo. Sin embargo, algunos
agricultores y partidarios dicen que adoptar nuevos procesos y tecnologías podría
reducir el uso agrícola del agua en alrededor de 10% a 25%.

Cuantiosas pérdidas

Un estudio preliminar realizado en junio por el Center for Watershed Sciences de la


Universidad de California en Davis estimó que la sequía causaría pérdidas de US$2.700
millones en todo ese estado este año a los agricultores que cultivan más de 200.000
hectáreas de tierras sumado a la eliminación de 18.600 empleos relacionados con el sector.
Hace poco, California ordenó que algunos de los titulares de derechos de agua más antiguos
e importantes del estado, muchos de ellos agricultores, dejaran de usarla.

Daniel Sumner, economista agrícola de esa universidad, dice que la gente que simplemente
se centra en reducir el uso absoluto de agua ve el problema de forma equivocada. Los
agricultores que encuentran nuevas formas de producir más alimentos por unidad de
agua podrían generar mayores aumentos en la eficiencia, sostiene.

El medidor de evapotranspiración permite determinar cuándo es necesario regar

A fines de 2013, Terlato Wine Group, un gran productor de vinos de California, comenzó a
probar un sistema de sensores en 53 de sus 243 hectáreas de viñedos. A través de sus
sensores, mide cuánta agua usan realmente las plantas día a día, al medir el agua que
liberan en forma de vapor. Esto le ha permitido irrigar sus vides con la cantidad que
necesitan cuando lo necesitan, produciendo uvas de mayor calidad y reduciendo el uso
de agua en 20%, afirma. Este año, Terlato casi triplicará la cantidad de hectáreas con este
sistema. Los sensores, cada uno de los cuales cubre cerca de cuatro hectáreas, cuestan
US$1.500 por unidad.

Para algunos agricultores, las inversiones en conservación de agua son un cálculo


estratégico. Limoneira Co., con unas 2.830 hectáreas de cítricos y aguacates, ahora se
prepara para las limitaciones a largo plazo en el empleo de agua que prevé que estén
basados en tasas de uso históricas. La empresa ha logrado reducir el consumo de agua entre
15% y 25% en los últimos siete años, dice su director operativo, Alex Teague. El año
pasado, redobló sus esfuerzos. Teague estima que la combinación de un mejor monitoreo y
nueva irrigación podría ahorrar otro 25% cuando estos sistemas se extiendan a toda la
empresa. Al reducir las necesidades ahora, “nos damos un colchón” para sequías futuras,
asevera.

Fuente: The Wall Street Journal

http://www.revistachacra.com.ar/nota/4835/

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