Anda di halaman 1dari 30

REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

UNIVERSIDAD NACIONAL EXPERIMENTAL


“RAFAEL MARÍA BARALT”
VICERRECTORADO ACADÉMICO
PROGRAMA MAESTRIA
MAESTRIA EN GERENCIA DE RECURSOS HUMANOS
Dr. RICARDO RODRIGUEZ

SÍNTESIS INTERROGATIVA DE “EL CASO VENEZUELA: UNA ILUSIÓN DE


ARMONÍA”

MAESTRANTE:

ABOG. FREDDY HENAO

AGOSTO 2018
INTRODUCCIÓN

En las siguientes páginas de este trabajo, se traza un resumen del libro “El
caso Venezuela: una ilusión de armonía” (1984), proyecto dirigido por Moisés
Naín y Piñango publicado por el Instituto de Estudios Superiores de Administración
(IESA). Más que un resumen, es una síntesis interrogativa, que busca sobrepasar
lo panorámico e intenta poner en realce los temas, tópicos y categorías que son
tratados en cada uno de los ensayos que componen el proyecto a partir de un
conjunto de preguntas para establecer un puente entre la Venezuela de comienzo
de la década de los 80´ y la Venezuela de tres décadas después; una Venezuela,
que al entendido de la opinión pública, se encuentra en una profunda crisis, puesto
que el «hay para todos y todo es posible», llegó a su punto más alto de
brusquedad y la armonía de la que tanto se ha alardeado históricamente la
Venezuela contemporánea siempre se encuentra ahora «prendida de alfileres».

El caso Venezuela: una ilusión de armonía, se presenta como un gran


estudio de casos que presenta las diferentes aristas de cómo ha sido administrada
la “organización Venezuela” con sus limitaciones, posibilidades y omisiones.
Consiste en recorrer de manera profunda, sistemática y documentada a través de
veinte (20) temas sobre la conducción de una nación latinoamericana, y por lo
tanto subdesarrollada, pero a su vez caracterizada por una marca de origen: una
democracia de la abundancia.

Esta obra permite mostrar, deteniéndose en particularidades, dos elementos


fundamentales para la compresión de la conducción de organizaciones públicas y
privadas: a) como la abundancia de recursos combinada con aspiraciones
generalizadas en tiempos de creciente escasez, son situaciones comunes en
nuestra realidad regional y marca la conducción de nuestras organizaciones; b)
que al momento de trazar lineamientos de acción en «tiempos de crisis» es
fundamental en la reflexión hacer énfasis en el «cómo alcanzar los objetivos» más
que en la estrategia o modelo de solución; no hacerlo es construir una ilusión de
armonía quebradizo como el hielo.

La Venezuela que se describe en el «Caso Venezuela» es una nación que


está comenzando a entrar en un ciclo de crisis, la crisis de la deuda externa que
impactó a todos los países de América Latina y el Caribe y que coincide con el
nacimiento de llamado nuevo orden mundial. Sin embargo, ¿ha cambiado tanto las
características de la crisis y la manera de conducir las organizaciones en medio de
ésta? Los tiempos de crisis, como indican los directores del proyecto, siempre
atraen a los “terribles simplificadores” que buscan soluciones inmediatas a
problemas complejos y las circunstancia y situaciones, como para Venezuela ha
sido la abundancia de recursos, son la sinrazón para dejar su compresión en la
superficie. Los tiempos de crisis requieren reposo en el análisis, argumentos
desprejuiciados, caracterizaciones con profundidad, relevancia y seriedad para
discusión colectiva de los problemas y la construcción de alternativas más allá de
la urgencia y la velocidad.

Ahora bien, todo análisis o intento de compresión de los problemas como


los tratados en esta obra, debe ser accesible no sólo a los lectores especializados
o entendidos en la “jerga” de los expertos, porque la conducción, la administración,
si bien exige alta preparación especializada, requiere el concierto de todos, en
especial de la opinión pública; para que las soluciones posean alto consenso y alto
impacto haciendo visible y entendible las dimensiones de los problemas,
limitaciones y, por su puesto, las posibilidades de cambio.

El caso Venezuela, haciendo uso del estudio de casos, es fundamental para


la compresión de las situaciones para alta gerencia, pone de relieve una mirada
histórica que permite saber dónde se origina el problema, cuáles son los
elementos y circunstancia que le han dado su forma actual; y cuáles son sus
posibilidades de superación.
1.-SUPERAR LAS SIMPLIFICACIONES O DESARMONIZAR LAS
ARMONÍAS.

La compresión de las situaciones, limitaciones y posibilidades por las que


atraviesan las organizaciones en tiempos de crisis requiere sean expuestas de
una manera que las ponga en contexto y circunstancia; es decir, construir una
perspectiva de compresión que permita superar la confusión, desencanto y
perplejidad que las crisis ponen en circulación. Esta perspectiva es la que Naím y
Piñango exponen en la «Introducción: los terribles simplificadores» y que puede
definirse como la columna vertebral del proyecto «El caso Venezuela». En ella los
autores exponen los por menores por los que, de forma repetida, traspasan los
análisis o intentos de compresión de la realidad venezolana, los cuales terminan
siendo simplificaciones bajo la forma de recetas, fórmulas y credos con soluciones
que si bien pueden acercarse a los hechos y situaciones que caracterizan a los
problemas de estudio no dejan de ser más promesas que soluciones.

En el caso particular de Venezuela y las formas como han sido abordadas


las razones, causas y consecuencias son producto de «terribles simplificadores»
que con soluciones fatuas y superficiales, llena de medias verdades y quimeras,
han logrado la concentración de poder con fórmulas pasmosas que les erigen
como dueños y voceros de “La Solución”; que ha marcado los cambios sociales,
económicos, políticos y culturales que se han dado en apenas 23 años de
democracia. La velocidad, sumada a la abundancia de los recursos con los que ha
contado la nación en tan poco tiempo, han sido los grandes obstáculos para la
comprensión serena y autoreflexiva de manera que no se vuelvan a repetir,
situación que sin duda fue imposible.

Sin embargo, el apuro y la opulencia no han sido los únicos obstáculos para
la compresión profunda de la Venezuela democrática y sus taras en su
conducción, si no también la carencia de mecanismos de evaluación formales que
una vez permeen la opinión pública puedan tener incidencia en los espacios de
toma de decisiones. Este vacío que le da sentido a los análisis se caracteriza su
poca rigurosidad y su inmediatez; lo que aparece hoy, mañana desaparece sin
más. Es la ambigüedad y la confusión, el apremio y el oportunismo de los
“expertos” lo que marca la simplicidad de los argumentos. Contra esto, «El caso
Venezuela» pretende contribuir a elevar la discusión acerca de los problemas,
limitaciones y posibilidades del país desmitificando, desmontando y poniendo en
situación crítica un sin número de lugares comunes, frases hechas y opiniones
vacías que por lo regular, al entender de los autores, están llenas no sólo los
medios comunicación y la opinión pública en general sino una cantidad enorme de
las decisiones tanto de la administración pública como privada sobre la base de
los datos más reciente para época, así como técnicas de análisis político,
económico y social.

Esta perspectiva general y múltiple al mismo tiempo, busca a su vez


superar las propias limitaciones mediante el análisis de la situación venezolana,
sacándola de la puerilidad, suntuosidad y jerga técnica a la que se recurre. La idea
del texto no es sólo dar cuenta de las situaciones sino que la manera como éstas
son comunicadas sean relevantes. Por ello, busca superar las limitaciones a
través de dos enfoques (estructural y pragmático) con los que han sido abordados
los problemas de la realidad venezolana.

Sin embargo, ambos enfoques tienden a crear desesperanza y a cerrar las


posibilidades de cambio, de allí la necesidad de un enfoque –el trabajado en el
libro – que busque vincular entre el análisis de los factores estructurales y la
complejidad que amerita la toma decisiones en una mar de restricciones, límites,
presiones, intereses encontrados y ambigüedades. Este enfoque propuesto busca
de manera sintética, pero con profundidad y rigurosidad, en qué momento se está
y cómo se llegó a dicha situación; a los fines de comprender los efectos de los
factores que han sido o son ajenos a las influencias propias, así como las
consecuencias acertadas y desacertadas de quienes han tomado las decisiones.
Es decir, es poner a la vista dónde, por qué y cómo ocurren los problemas que
afectaron a los venezolanos a comienzos de la década de los ochenta; pero que
pudiera ser extendido en algunos casos y actualizando contextos y circunstancias
a la actualidad.

Los temas o sectores no son producto del azar o de una caprichosa


posición; por el contrario busca ampliar el campo de observación de lo nacional
para no restringirlo exclusivamente al Estado o a la esfera de la administración
pública. Los temas trabajados a lo largo del texto fueron seleccionados y
analizados buscando su integración; lo que permite construir una idea de totalidad
abierta a los fines de lograr tanto la integración de temáticas y sectores, así como
la apertura para futuras discusiones.

2.- EL ESPEJO DE LA DEMOCRACIA VENEZOLANA: DOS CARAS DEL


MISMO REFLEJO.

Esta «El caso Venezuela» se escribió a inicio de la década de los 80, para
entonces, la democracia venezolana era aún muy joven, contaba apenas con
menos de tres décadas, aún permanecían fresca en la memoria las dos dictaduras
con las que inició Venezuela el siglo XX; sin tiempo para reflexionar lo acontecido
apenas unas cuantas décadas atrás se sobrevienen de manera vertiginosa una
serie de cambios que han impedido a los venezolanos conocerse como sociedad y
la manera de cómo conducirse. Esa es la tesis que plantea Elisa Lerner en
«Venezolanos de hoy en día: del silencio posgomecista al ruido mayamero»,
estudio con el que abre «El caso Venezuela».

Lerner apela a construir una aproximación a la «venezolanidad» y al


desconocimiento que tiene la misma sociedad venezolana con profundas raíces
en las secuelas que las dictaduras, sobretodo la gomecista, tiene para la sociedad
producto del silencio impuesto y el retraso que éste y aquella significaron. El
rompimiento con la dictadura gomecista, al entendido de la autora, no sólo fue una
ruptura con una forma de régimen político sino un rompimiento con el peso que
condenaba a la sociedad venezolana al atraso y a todo lo que éste implicaba.
La historia de opresión y silencio que sufrió la sociedad generó formas de
construcción de la venezolanidad como algo superfluo, que de acuerdo a la
exposición de la autora, termina en la actualidad en la histeria importadora o
mayamera a partir de la pérdida del valor por lo propio. La venezolanidad, según
Lerner, es el reflejo de un ocultamiento, es una especie de antifaz que oculta sus
logros e impedimentos.

La autora, haciendo un recorrido histórico por las primeras cinco décadas


del siglo XX venezolano, que muestra la artificiosidad de la sociedad venezolana.
Existe una herida que constituye la forma de ser del venezolano que se ponen de
manifiesto en sus maneras de hablar, de tener relaciones, de andar y comprender
los espacios públicos y su manera jocosa de comprender su realidad, pero que al
mismo tiempo muestra su pobreza como su manera verdadera de ser.

Esa ambigüedad en la que se muestra el ser venezolano, que rehúye a la


profundidad y también a la polémica, a la rigurosidad y a las tareas de largo
aliento, crea como situación constante lo reducido de su memoria. No obstante,
este fenómeno no es solo de lo que las dictaduras dejaron; para Lerner, existe una
prolongación y una necesidad imperiosa para que no haya regreso que todo se
“oculta” con la inmediatez que es propia de la democracia. Allí la manera como el
igualitarismo propio de la democracia nacional hace gala y que las clases sociales
estén marcadas más por las formas coyunturales y/o presupuestaria que devienen
de los altibajos de las cotizaciones del precio del crudo que al trabajo y la
realización de empresas de largo aliento.

Para Lerner, los cambios acelerados en la economía y, por supuesto, de la


sociedad venezolana no le ha permitido sopesarlo y, por el contrario, es un
constante estar al día creando un sinnúmero de espacios, personajes, situaciones
que carecen de la formalidad mínima para la convivencia y para el desarrollo
económico. Por el contrario, es la informalidad la que marca, la acción y la
psicología de la venezolanidad.
Para la autora, la informalidad muere con la abundancia y eso es lo que
indica las primeras secuelas de la crisis iniciada el 18 de febrero 1983. Ese final de
fiesta, de la embriaguez petrolera impone retos a la sociedad venezolana que no
sólo era apretarse el cinturón, o utilizar pantalones largos y comenzar a dejar de
ocultarse bajo la falda o el paraguas de la abundancia y enfrentar “formalmente”
los temas prioritarios de la nación; es necesario armarse de acción y comenzar.

3.- LEVANTAR LA MIRADA Y PERCIBIR EL HORIZONTE NECESARIO.

Para Asdrúbal Baptista en «Más allá del optimismo y el pesimismo: las


transformaciones fundamentales del país» al revisar las cifras de comienzos de los
80´ de la economía venezolana el panorama luce aterrador. No obstante, es
necesario mirar ese panorama desde un enfoque que permita hacer un balance y
equilibrar las opiniones sin caer en dramatismos.

Para el autor existe un primer mito fundador del “drama” de la actualidad


venezolana: «Venezuela era miserable antes del petróleo». Sin embargo, antes de
la explotación petrolera la nación venezolana compartía las mismas características
de los países de la región para las primeras décadas del siglo XX. Las condiciones
educativas, sanitarias, de ingreso per capital por habitante son las que
caracterizan a una sociedad paupérrima, atrasada, que pasos cortos; hasta que
llegó el petróleo.

No obstante, el petróleo no es la solución inmediata a todos los males de la


nación, no es la solución anhelada que estaba a la espera del milagro que daría
paso a la felicidad. Para Baptista, la condición de solución externa que representa
el petróleo para la sociedad venezolana y el aprovechamiento económico de éste
por ella terminan siendo la anestesia y a la avalancha sobre el esfuerzo
productivo. La avalancha petrolera no hace más que generar un sin número de
desequilibrios que serán el nuevo rostro de la Venezuela contemporánea.

Sin embargo, el petróleo no es el causante del inicio de todos los males de


la economía venezolana, La nación siempre ha contado con las condiciones para
satisfacer las necesidades de la población a ritmos más acelerados que los
vecinos, aunque los opinadores aleguen que siempre se ha estado peor y con la
abundancia petrolera se sufre de gula económica. Si bien Venezuela era un país
pobre a inicios de siglo XX, esta pobreza no tiene razón de ser que no sea otra
que el tamaño de su mercado interno. El tamaño de su población, la dimensión de
sus ciudades, sus condiciones sanitarias y el alcance de la educación superior dan
cuenta carente de movilidad y desarrollo económico y social.

Para Baptista, el petróleo es el elemento dinamizador y origen de los


desequilibrios, pero a pesar de ello, no es un elemento que produzca rupturas y
conflictos que desgarren la realidad social. Los cambios acelerados de una
realidad rural a una urbana se producen sin sacudimientos y sobresaltos, es una
pacífica transformación que convierte a Venezuela en un caso excepcional de
desarrollo económico.

La historia de los primeros sesenta años de transformaciones económicas


en Venezuela implica un cambio no sólo acelerado sino en una dirección de
aumento sustantivo de la producción nacional y de creciente participación en otros
estándares de vida.

Si bien, para Baptista, la industria manufacturera venezolana ha contando


con recursos y altas posibilidades de desarrollo a partir de las condiciones que
provee la explotación de hidrocarburos es el desequilibrio entre la demanda
efectiva y la oferta potencial la que ha impedido objetiva y económicamente
hablando el despliegue efectivo del desarrollo nacional desmontando el mito de la
falta de recursos. De la misma manera desmontar el mito de la distribución de los
ingresos de la renta como uno de los males de esta economía.

Haciendo un esfuerzo por demostrar la inconsistencia de los argumentos


sobre la distribución del ingreso, Baptista pone a la vista que el aparato productivo
venezolano no sufre los embates de la distribución equitativa que genera un peso
para el impulso de la actividad productiva, por el contrario es la contradicción de la
demanda de bienes y servicios por parte de la masa trabajadora la que genera
esta situación.

Es la desigualdad creciente que se produce limitaciones al desarrollo


nacional, porque es la marca de las dimensiones reducidas del mercado interno
pequeño, una moneda sobrevaluada por el ingreso masivo y veloz de divisas; y
una desigualdad que crece de manera sostenida hacen de la economía
venezolana un espacio de limitaciones, omisiones y posibilidades.

Para el autor, es tan importante la capacidad de producir como de consumir


posición que a la luz de las posiciones políticas de la década de los 70 se
inclinaba solamente por la inversión.

4.- LA FUERZA DE TRABAJO Y SU EMINENTE CRECIMIENTO.

La población venezolana, a lo largo de su historia reciente, al igual que


otros sectores de la vida nacional ha sufrido cambios rápidos. Así lo indica Héctor
Valecillos al estudiar la relación entre crecimiento población y el empleo en
Venezuela en su ensayo «La dinámica de la población y del empleo en la
Venezuela del siglo XX». El autor procura desmontar el mito de la relación entre el
crecimiento poblacional y las características del empleo en la Venezuela del siglo
XX como una marca de su atraso e inmovilidad del desarrollo económico.

Si bien la población venezolana puede verse como una población que


creció aceleradamente por la vorágine petrolera no es del todo cierto. La
información demográfica y los datos censales advierten que el crecimiento
poblacional venezolano no ha sido un elemento que presione de manera
significativa sobre la dinámica de la empleabilidad venezolana. Por el contrario, ha
sido las decisiones políticas mas económicas desacertadas las que han hecho que
el movimiento poblacional tenga incidencia el empleo y las presiones sociales que
se derivan de éste.
La descripción de los diferentes momentos por los que ha atravesado la
matriz económica venezolana permite ver, de acuerdo a Valecillo, como la
inclinación desigual a favor de inversión social con respecto a la inversión
económica es lo que ha generado un equilibrio ilusorio que ha impedido que
económicamente la mano de obra luzca con la fuerza para un desarrollo capitalista
coherente en términos productivos.

Si bien es una característica propia de las economías monoproductoras el


caso venezolano está atravesado por la abundancia e irracionalidad que los
salarios venezolanos no se corresponde a los niveles productividad acorde a la
fuerza de trabajo que debería imprimirse. Sin embargo, ese elemento
determinante de la economía venezolana no sólo es imputable a la acción
exclusiva del Estado, también el sector privado de la economía en su afán de
obtener altas ganancias con el mínimo de riesgos y seguridad ante posibles
conflictos de la presión laboral han impreso y acompañado un importante número
de decisiones de la esfera política que contravienen la lógica del aumento de la
productividad.

Es la paradoja entre las formas de empleabilidad que ha desarrollado el


sector estatal y el sector privado la que a razón de la aparición de un ciclo de crisis
económica son las que han determinado la crisis del empleo venezolano.

5.- EL JUEGO LABERÍNTICO DE LA ECONOMÍA VENEZOLANA.

De acuerdo a Gustavo Escobar en el ensayo «El laberinto de la economía»


el desarrollo histórico de la economía venezolana es un sinfín de lineamientos que
se cruzan, se mezclan y se enmarañan; haciendo énfasis en la economía y sus
componentes, con una revisión histórica de las características y los movimientos
que ha tenido el Producto Territorial Bruto (PTB) entre la década de los cincuenta
y los ochenta, señala que el caso venezolano es un caso extraordinario en
términos del crecimiento y desarrollo del PTB.
En comparación con economías del primer mundo la venezolana ha dado
saltos olímpicos como el paso del 7% entre 1974 y 1978, pero a pesar de tan
extraordinario fenómeno éste se tradujo en situaciones desafortunadas como la
inflación. Las oscilaciones de la economía venezolana requieren un análisis
sopesado y riguroso, porque existe la tendencia a la inmediatez y la
superficialidad.

La economía venezolana cuenta con un potencial importante aunque la


disparidad entre la fuerza potencial y la realidad económica concreta tiende a
enmascarar a ésta última dejando una ilusión que no produce más que
esperanzas. La crisis que iniciaba en los 80 marca cuáles fueron los factores que
han intervenido en ella y cómo el factor de desinversión tanto pública como
privada terminó siendo la fuerza que no contuviera la crisis.

Gustavo Escobar muestra como las políticas macroeconómicas


venezolanas a la largo de la segunda mitad del siglo XX ha sufrido aciertos y
desaciertos en momentos de grandes avances y vertiginosas caídas, pero también
indica que estos avatares propios de una democracia siempre terminarán
dependiente de las fuerzas que se tenga al momento de tomar una decisión en
torno al país. Esa decisión está en la mano del elector.

6.- LA INDUSTRIALIZACIÓN PUEDE SER UNA SALIDA.

En el artículo titulado «Más industrialización: ¿alternativa para Venezuela?»


Sergio Bitar y Tulio Mejías muestran que si bien la industrialización venezolana
tuvo una fuerza y una alta posibilidad para el desarrollo económico más allá de su
condición de nación petrolera no es una panacea que a la constantemente se
puede apelar en los momentos de crisis, porque el esquema de industrialización
venezolana no logró ir cambiando dentro del marco de su propio desarrollo
histórico.

Haciendo una mirada retrospectiva y prospectiva los autores muestran


como el origen de la industrialización de la nación venezolana no fue producto ni
de la iniciativa ni del desarrollo de sus propias fuerzas productivas; por el
contrario, fueron los cambios exógenos los que generaron cambios al punto de
tener una industria espontanea, desorganizada y altamente dependiente del los
bienes tecnológicos y de capital.

Los autores muestran que en el desarrollo histórico de la industria


venezolana fue logrando un mínimo de condiciones para lograr un potencial
medio, de acuerdo a su mercado. Sin embargo para la época, los recientes
cambios tecnológicos y la reorganización de los mercados internacionales
presenta un panorama con limitaciones y también, aunque con mayor
restricciones, un conjunto de oportunidades que teniendo en claro los cambios
históricos (aciertos y desaciertos) podrían seguir haciendo de la industrialización
una alternativa para el desarrollo nacional.

7.- EL EXTRAÑO MUNDO DE LAS EMPRESAS DEL ESTADO.

En el artículo «Las empresas del Estado: del lugar común al sentido


común» su autora, Janet Kelly de Escobar, hace un recorrido que busca dar luces
sobre los lugares comunes más importantes respecto a las empresas del Estado.

En su recorrido la autora va desmitificando y tensionando esos lugares


comunes recurrentes que se tiene sobre las empresas del Estado, es decir, su
número, sus posibilidades de saneamiento, el papel que ocupan en la economía
nacional, su peso en la crisis del momento, la forma como determinan a los grupos
de poder y la urgencia de su superación, para mostrar que si bien el papel de
Estado en el sector económico no es lo más le corresponda tampoco los cambios
abruptos como su salida del juego económico genere beneficios inmediatos y
soluciones mágicas.

Para Kelly un cambio en la composición del aparato de Estado y


fundamentalmente en su rol de empresario es un proceso lento, sistemático, que
depende de decisiones políticas acertadas y que debe ir construyendo a la par de
una cultura empresarial que vaya adecuando los objetivos a las condiciones reales
de desarrollo.

8.- LA CEGUERA DE LA ABUNDANCIA EN EL SECTOR PRIVADO.

En el artículo «La empresa privada en Venezuela: ¿qué pasa cuando se


crece en medio de la riqueza y la confusión?» Moisés Naím hace una
caracterización de la empresa privada venezolana, a la cual califica de compleja,
heterogénea y desconocida.

A partir de tres grandes tópicos/apartados, Naím hace un recorrido por las


tensiones, paradojas, contradicciones y oportunidades que le dan forma al sector
privado en Venezuela: sus características principales, la naturaleza de la relación
del Estado venezolano con el sector privado y los factores que determinan el
comportamiento político del empresario venezolano.

La heterogeneidad de la empresa privada venezolana es un reflejo del


desarrollo histórico diverso y complejo de la economía nacional. Por eso ésta es,
de acuerdo al autor: joven, poco competitiva, con una rentabilidad que causa
extrañeza, con formas de organización doméstica o de origen familiar, muy
diversificado en sus actividades y campos de acción; con alta capacidad de
endeudamiento y organizativamente rezagada.

De la misma manera la relación entre la empresa privada y el Estado


venezolano posee una naturaleza que Naím califica compleja. Las opiniones poco
argumentadas y sustanciadas, así como la falta de información en el Estado ha
impedido el estudio del tema libre de mitos, dilemas e informaciones equívocas.
Para el autor esta relación y su naturaleza es producto de una relación de fuerza
donde ambos elementos o factores luchan y al mismo tiempo se necesitan.

Para Naím la empresa privada venezolana ha cegado sus posibilidades de


liderizar el sector económico por desbordamiento de potencialidades, de recursos.
Sin embargo, es lo años de aprendizaje y reacomodo de las condiciones crea
posibilidades para que la empresa privada su autodisciplina, ande por sí misma,
rompa sus lazos de dependencia con el Estado y pueda ser el sector dominante
en campo económico.

8.- LA ENERGÍA EN VENEZUELA ES MÁS QUE PETRÓLEO.

En el artículo «Energía y petróleo: evolución, organización y perspectivas»,


Gustavo Coronel hace una repaso histórico sobre si bien es cierto que el
desarrollo nacional venezolano ha estado atado desde inicio del siglo XX al
petróleo y éste es un recursos energético ha carecido de políticas públicas de
energía que permita integrar, estructurar y desarrollar el sector energético nacional
como una totalidad comprendiendo sus limitaciones y aprovechando sus
oportunidades.

Para Coronel el petróleo como recurso energético se ha tragado al punto de


invisibilizar a los otros recursos energéticos con los que cuenta Venezuela. Su
posición geopolítica, sus características geológicas, así como otras características
técnicas permiten no sólo identificar y certificar las potencialidad energéticas de la
nación sobre la base de otros recursos naturales más allá del petróleo; sin
embargo, las decisiones políticas han estado orientadas a “fortalecer” y ver al
“sector petrolero” como un sector autónomo y no como un componente estratégico
dentro de, ahora sí, un sector más integrado como el sector energía.

Esta ceguera con respecto al sector energía en Venezuela, se manifiesta en


el monopolio que el Estado tiene sobre sector así como a una gestión llena de
entes heterogéneos, administrativamente dispersos, burocratizados e indiferentes;
los cuales han estado sostenidos por unos mitos como “Venezuela es un país rico
en energía”, “como la energía es abundante debe ser barata” o “el petróleo no se
terminará nunca”; que en el sector energía pueda plantearse una reformulación
administrativa. El fracaso del modelo de desarrollo basado en la exclusividad de la
explotación petrolera amerita alternativas menos grandilocuentes pero que
permitan mejorar significativamente la calidad vida de la nación.
9.- ESAS AMPLIAS POSIBILIDADES DEL TERRITORIO.

En «Un espacio geográfico de inmensas posibilidades» Pedro Cunill Grau


expone y explora las posibilidades que presenta el territorio venezolano y como
éstas son necesarias para la constitución de una identidad espacial que le de
forma al modelo de desarrollo en el cual el sustrato territorial sirva para alcanzar
una armoniosa calidad de vida.

Para el autor la nación venezolana cuenta con una extensión territorial que
es tanto diversa como potente no solamente por la calidad y heterogeneidad de
recursos naturales explotables como materia prima sino también por una ubicación
múltiple de fachadas que le da dinamismo para ampliar un conjunto diversificado
de actividades económicas. En comparación con países que cuenta con
características geo-económicas similares el territorio venezolano cuenta con
ventajas comparativas que lo colocan en una mejor posición en el sistema
económico mundial.

Sin embargo, la carencia de conciencia de las condiciones territoriales


actuales así como sus potencialidades económicas desmerita todo lo que este
territorio puede ofrecer para el desarrollo económico social, cultural e incluso de
conservación para elevar la calidad de vida de la población. Para Cunill Grau, la
calidad y diversidad de paisajes, flora, fauna, recursos minerales, bosques,
cuencas acuíferas, da posibilidades de construcción de una economía y un
desarrollo que equilibre y mantenga sus condiciones sin poner en riesgo el largo
plazo de su utilidad. Éstas puestas a la orden de prioridades bien jerarquizadas
junto a una educación ambiental adecuada y a los requerimientos locales hacen
del territorio venezolano un espacio de inmensas posibilidades.

10.- EL ENGRANAJE DE LA TOMA DECISIONES POLÍTICA.

Para Diego Bautista Urbaneja en «El sistema político o como funciona la


máquina de procesar decisiones» expone como el Estado venezolano y
fundamentalmente el sistema político como el engranaje que nueve a éste está
compuesto por un conjunto de actores y fuerzas en movimiento que hacen que la
toma de decisiones les obedezcan, y muy al contrario de lo que comúnmente se
piensa es la institucionalidad del Estado la que afecta la cotidianidad de la
población.

Desmontando los mitos en torno al comportamiento del poder y sus clásicos


aparatos el autor pone sobre el tapete cómo ha sido el comportamiento de la joven
democracia venezolana, dejando claro que en el sistema político venezolano
actúan cotidianamente y en muchos casos con una compleja coordinación los
aparatos formales del Estado, junto a un aparato informal (burocratismo,
opinadores, gremios y grupos de presión entre otros).

Para Urbaneja la maraña que componen el sistema político y las formas


como estos entran en movimiento para toma de decisiones se desarrolla a partir
de la relación y la naturaleza de las instituciones de participación y los procesos
formas e informales de participación generando unas dinámicas que determinan la
manera como actúa el estado. Estas dinámicas se pueden resumir en tres
procesos: de rebote, de sobrecarga y la bipartidista.

A partir de una descripción detallada de cada uno de los procesos de


participación y sus dinámicas, el autor traza una línea zigzagueante en el
desarrollo del sistema político venezolano hasta el punto de hacer ver que la
tendencia marca por el bipartidismo entra en agotamiento y la necesidad de
construir nueva dinámicas de participación que no ahoguen a la democracia.

11.- LA CENICIENTA: LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA.

Uno de los grandes mitos con respecto a la administración pública y de la


cual se desprende la idea recurrente de ineficiencia es su tamaño. Para Antonio
Cova y Tamara Hannot en «La administración pública: otra forma de ver a una
villana incomprendida» es un lugar común que si bien tiene bastantes elementos
de realidad es mucho más el mito que le da forma.
Para los autores el crecimiento organizacional del aparato burocrático
venezolano se caracteriza por dos elementos fundamentales: el creciente aumento
del personal y fundación constante y desordenada de instituciones que al final de
cuentas terminan segmentando al infinito los objetivos de acción del aparato
estatal.

Los autores muestran que el tamaño del aparato burocrático venezolano si


bien tiene un tamaño considerable no es precisamente la raíz del problema de su
ineficiencia, más que el tamaño numérico de su personal y la cantidad de recursos
que destina para sostenerlo es la falta objetivo y metas en cada una de la
diversidad de entes e instituciones la marca la tendencia.

Estas características de la administración pública generan tres modelos de


gestión que hacen de la forma de comportamiento del Estado alcance nivel altos
de improvisación y desorden: la gerencia por crisis, por espasmos y por ciclos o
del eterno retorno.

Con el análisis de cada uno de los modelos de gestión Cova y Hannot


hacen una radiografía detalla como, a partir de cada una e incluso en su
combinación en determinados momentos y períodos, se va instalando un sentido
común a razón de mito que el Estado, su burocracia y su actuación en la vida
nacional son innecesaria. Sin embargo, la administración pública, más allá de
verse como un mal necesario, es transformable siempre y cuando se entienda que
ella es un producto del desarrollo histórico y su transformación requiere
comprensión, paciencia y nuevas formas de construir posibilidades para que la
historia de la cenicienta tenga un final feliz.

12.- MOVIMIENTO SINDICAL ¿PARA QUÉ?

En el artículo «El movimiento sindical: ¿actor social o gestor institucional?»


Carlos Eduardo Febres muestra el paisaje y las particularidades del nacimiento,
auge y aparente agotamiento del modelo del movimiento sindical venezolano. Éste
ha nacido al calor de las transformaciones del aparato productivo industrial
venezolano, el cual a su vez nace anclado a la constitución de un Estado a la
sombra de la explotación petrolera.

Para Febres, en un recorrido histórico por el siglo XX, muestra como el


movimiento sindical venezolano se convierte y consolida como una fuerza social
particular en la sociedad venezolana y especialmente en las dinámicas de las
fuerzas que constituyen el desenvolvimiento del sistema político venezolano. El
movimiento sindical venezolano más que una fuerza que actúa en procura de los
intereses de la clase trabajadora se convierte en un mecanismo de gestión que
permite y mantiene la permanencia del juego democrático y sus actores, los
partidos.

Esta característica del movimiento sindical venezolano constituyó un


modelo de dirección sindical burocratizado y bajos niveles de autonomía creando
la burocracia sindical. No obstante, los cambios en el panorama nacional y la
entrada a un ciclo sistemático de crisis económica y social anuncia el agotamiento
de este modelo y la urgencia de la constitución de alternativas que haga de los
sindicatos y de su movimiento un actor que tenga sentido para la sociedad.

13.- LA ESFERA PÚBLICA EN CUESTIÓN: LOS MEDIOS DE


COMUNICACIÓN.

Para Tomás Eloy Martínez en «Radio, prensa y televisión: entre el equilibrio


y el estancamiento» pone sobre la mesa que los medios de comunicación
venezolanos son tan desconcertantes que se mueven entre una abundancia y
solidez que sus contenidos no reflejan.

Para el autor, los medios venezolanos están constituidos por unas


dinámicas que precian poco de poseer independencia, profesionalismo y
capacidad de influencia al momento de establecer la agenda de la opinión pública.
Son las oscilaciones de estos entre la sobrevivencia y su posibilidad de inclinar la
balanza a favor o no de quien acceda a ello o estos pretendan beneficiar.
A criterio de Martínez los medios de comunicación venezolanos carecen de
un poder real en términos de la construcción de una cultura política, económica o
ciudadana. Sin embargo, las altas posibilidades que esta tiene para recuperarse
de los sinsabores por los que históricamente ha atravesado pueden hacer de
estos, como así parecía estar sucediendo a comienzo de los 80´, los espacios de
construcción de las agendas y los sentidos que se exponen en la arena pública.

14.- CON CLARIDAD DE OBJETIVOS: LA FUERZA ARMADA

En «El realismo militar venezolano» el general Jacobo Yepez Daza expone


cuál es la razón de ser, razones, funciones y particularidades de una organización
tan vieja y compleja para la vida nacional como lo son las Fuerzas Armadas
venezolanas.

Para ello hace un recorrido histórico de esta organización que va desde la


naturaleza de la guerra hasta a la actual preservación de la defensa nacional. La
compresión de los cambios en las posiciones y naturaleza del objetivo de la
institución armada caracteriza los cambios en su organización y dinámica en el
entramado de la vida de cualquier país.

Estos cambios están determinados por la organización jurídico-normativa


del país y las transformaciones de las relaciones geopolítica en la que se
encuentra inmersa la nación. De allí que la concepción doctrinaria en lo conceptual
y en lo operacional es determinante en el papel que le corresponde a las fuerzas
armadas jugar el desarrollo nacional. Los cambios deberían ir a la par de los
contextos y elementos que le determinan.

Para el autor la constatación de las limitaciones y contradicciones que se


producen en la inconsistencia doctrinaria se manifiesta en la burocratización de la
institución que separa a su oficialidad entre burócratas y comandantes, así como
en la transculturación militar que prepara ante situaciones que no le son propias
para su desempeño. Ante esta situación, el realismo militar venezolano busca
adecuar la organización militar de cara a objetivos nacionales que de va desde la
constitución de un andamiaje jurídico-normativo que clarifica su concepción
doctrinaria, objetivos y formas de organización hasta una forma de desarrollo que
pone a tono la naturaleza de la organización ante los nuevos escenario en los que
le corresponde desarrollarse.

El realismo militar venezolano, para el autor, aunque no está libre de


contradicciones, omisiones y limitaciones las trasformaciones en la organización y
conducción de la fuerza armada la pone ante la posibilidad de real de contar con
una concepción para los tiempos de crisis que aparecían haciendo de ésta un pilar
institucional sólido en la vida nacional.

15.- LA MIRADA AL HORIZONTE: LA POLÍTICA EXTERIOR.

El papel de Venezuela en el ámbito internacional es un camino de cambios


y continuidades, así lo describe Eva Josko de Guerón en «La política exterior:
continuidad y cambio, contradicción y coherencia».

Para la autora la particularidad de la política exterior venezolana puede ser


vista de manera contradictoria. Para algunos ésta obedece a su capacidad de
adaptación a las dinámicas de los ámbitos nacional e internacional; mientras que
para otros demuestra la falta de objetivos claros. No obstante, para los voceros de
la política exterior venezolana la nación es democrática, en desarrollo, productor
de petróleo y americana; y es de allí que se desprende su acciona en cada unos
de los escenarios bilaterales, multilaterales o de otro orden que le corresponda
jugar en el ámbito internacional.

En un recorridos por el últimos 25 años de la política internacional


venezolana, la autora expone los diferentes formas y acciones que ha tomado en
algún momento un gobierno nacional en particular; muestra en conjunto que la
política exterior venezolana ha estado concebida con cierta coherencia en su
accionar donde las contradicciones y limitaciones se han manifestado, al punto
que se fue generando un entramado institucional para el manejo de la política
exterior que desdibuja la identidad de Venezuela ante el mundo en determinados
períodos. Sin embargo, la política exterior venezolana mantiene continuidades en
sus objetivos y a pesar del sinnúmero de actores, recursos y vocerías marca en el
horizonte democrático un espacio que tiene una potencialidad en los cambios que
se daban en el mundo, jugando a ciertas posiciones en la construcción de un
horizonte propio en el escenario internacional.

16.- POR UNA TECNOLOGÍA ALIADA AL DESARROLLO ECONÓMICO.

La relación confusa entre política científica y política tecnológica es el tema


central del artículo «Breve historia de la política tecnológica venezolana» de
Ignacio Ávalos, que expone en un recorrido histórico, cuáles han sido las
concepciones y las maneras como han sido entendida la política tecnológica en
Venezuela, una política tecnológica inexistente en tanto ha obedecido a una idea
“tradicional” de ciencia; es decir, es el conocimiento especializado, universitario,
académico el que ha dirigido el accionar del Estado con respecto al desarrollo
tecnológico, mientras el empresariado ha apostado más a entender a la tecnología
como un bien que se adquiere “llave en mano” para satisfacer ciertos
requerimientos puntuales en momentos determinados de su actividad productiva.

Para el autor esta contradicción en las concepciones respecto a lo


tecnológico ha generado un desgaste en los esfuerzos económicos, financieros e
institucionales sin poder dar al traste con la dependencia tecnológica para un
desarrollo potente de la industria productiva nacional.

La creación de instituciones que permitiera dirigir y constituir una política


tecnológica coherente siempre estuvo anclada en concepciones “cientificistas” en
la que se enmarca el desarrollo tecnológico. De ahí que tanto las medidas como
las decisiones políticas, económicas y financiaras terminaran siendo más que
incentivos y mecanismos para el desarrollo obstáculos para que todos los actores
de la vida nacional apostaran al desarrollo tecnológico. Así que la política científica
a falta de una política tecnológica constantemente ha dado la espalda a la
industria nacional.
Subsanar esta situación para el diseño de una política tecnológica que no
descanse sólo en el esfuerzo de la investigación formal y por ello ésta debe
descansar en cuatro elementos: a) separación relativa entre la política científica y
la política tecnológica; b) la vinculación estrecha entre la política tecnológica y
económica; c) el reconocimiento de la empresa como protagonista principal del
desarrollo tecnológico; y d) el reconocimiento del “aprendizaje tecnológico” como
componente esencial, aunque no único, de una estrategia para un país como
Venezuela.

17.- LA RAZÓN DE SER DEL DESARROLLO Y SUS COMPLEJIDADES:


LA PRODUCTIVIDAD INDUSTRIAL.

A partir de la observación y la experimentación de realidades concretas


Gustavo Escobar se pregunta ¿qué es productividad? Esa es la pregunta que
hace de hilo conductor del artículo «Gerentes, obreros y máquinas: la
productividad industrial».

Para Escobar, la productividad es la relación que existe entre la producción


y los insumos. Ésta es en términos generales la esperanza los niveles de
bienestar material mediante un crecimiento sostenido y además contribuye a
compensar aumentos salariales, costos de insumos y detener la inflación. No
obstante, y a pesar que en torno al concepto exista una disparidad de posiciones,
tomando datos de la encuestas industriales del período 1971-977 y los casos de
las industrias textil, metalmecánica y del caucho, el autor despliega su análisis
para saber cómo es entendida la productividad en Venezuela y cuáles
características le componen.

Este análisis a su vez sirve para desmontar algunos lugares comunes en


torno a éste asunto como lo son: el aumento de salarios con respecto a ésta, la
reducción de costos por su aumento y la detención de la inflación en el caso
Venezolano; indica que estos lugares comunes están constituidos por
contradicciones que impiden ver relación tan directa como la de producción e
insumos en el caso Venezolano se complejiza por las descoordinación dentro de
los procesos productivos y las maneras como éstos son gestionados. Las
posibilidades de cambio en esta situación para que el estudio sistemático y la
asimilación de ejemplos concretos, sin caer en optimismos injustificados, puedan
servir del guía para ampliar las posibilidades de futuro.

18.- CRISIS EN EDUCACIÓN O CAMBIO DE MIRADA A LAS


OPORTUNIDADES.

Para Lilian Hung de León y Ramón Piñango la impresión común con


respecto a la educación es desconcertante. En el artículo « ¿Crisis de la
educación o crisis del optimismo y el igualitarismo?» los autores hacen una
revisión del sistema educativo venezolano concentrándose en los aspectos
sociales y, particularmente, en las implicaciones de estos en las políticas públicas
con la finalidad de comprender la insatisfacción con la situación de la educación
en Venezuela, la cual se divide entre la insistente realidad que importantes grupos
de la población al momento tienen acceso a los beneficios de ésta, mientras otros
sectores insistían que existían un exagerado gasto de recursos en relación de los
logros que se mostraban.

En su análisis los autores muestran que el sistema educativo venezolano


está compuesto por una compleja red de instituciones que se encuentran
desarticuladas donde el objetivo principal que es educar se pierde en la confusión
de la propia maraña institucional. No obstante, la educación para la población
venezolana tiene un valor de altísima importancia porque es el mecanismo idóneo
para alcanzar la igual económica, política y social.

Es precisamente ese valor, el que ha generado el afán de satisfacer las


demandas y expectativas para alcanzar la igualdad entre la población y le ha
impreso una velocidad vertiginosa no sólo en crecimiento cuantitativo sino en la
heterogeneidad institucional, que han traído como consecuencia que a la par haya
proliferado una densidad y complejidad al momento de administrarlo, lo cual se
traduce en un aumento significativo en la disponibilidad de recursos económicos
por parte del sector pero que no necesariamente se traduce en un importante
número de logros de acuerdo a los objetivos trazados.

La educación en Venezuela, históricamente ha tenido entre sus objetivos


ser el espacio donde se logran dos grandes expectativas: establecer y consolidar
un sistema democrático liberal y lograr un desarrollo económico y social igual de
los países industrializados. Ambas expectativas definen al igualitarismo como el
rasgo fundamental del sistema educativo venezolano; sin embargo es un hecho
inconsistente que demuestra el aprovechamiento de los servicios educativos de
manera diferenciada por los sectores sociales, lo cual termina generando mayor
desigualdad; a lo que se suma el divorcio entre lo que hace el sistema educativo y
las necesidades reales para el desarrollo social y económico de la nación.

Para lo autores las características arriba mencionadas definen la carencia


de un modelo integral de gestión del sistema educativo venezolano y que se
manifiesta en la evasión de la tensión entre igualitarismo-excelencia. La
superación de dicha contradicción pasa por comenzar a mirar desde otros ángulos
las oportunidades.

19.- EL TRASFONDO DE LA SALUD

Para Augusto Galli y Haydee García en el artículo «El sector salud:


radiografía de su males y sus remedios» los indicadores del sector presenta
significativos avances y mejorías con respecto a otros países con características
similares. Sin embargo, las deficiencias médico-asistenciales no pueden ser
evadidas, pero más aún es la complejidad que caracterizan sus causas.

Partiendo de informaciones y de datos descriptivos los autores ofrecen


elementos que permiten caracterizar la crisis médico-asistencial así como dar
explicaciones e interpretaciones sobre los factores y procesos que contribuyen a
formar los problemas del sector.
La nación venezolana ha contado con recursos y con política que le han
permitido enfrentar los diferentes factores que atacan la salud de su población. Sin
embargo, por más que las estadísticas y cuantificaciones muestren avances
loables la persistencia de ello más conflictos laborales y vacíos en el desarrollo de
la política pública de salud muestran que en la dirección del sector existe un
desorden que hacen que los problemas de presenten cada tanto.

Dicha desorganización pasa tanto por las concepciones como que el


objetivo de la salud la cura de enfermedades mas no así su prevención, además
de modelos de gestión del sector que se sostienen en estas concepciones las
cuales se traducen en la burocratización de un sector que por su dinamismo y
complejidad lo hacen sensible a ciclos de crisis. Es necesario una mirada integral
sobre el sector que comprenda como un servicio social puede poder las
transformaciones en la gestión que han de ser necesarias.

20.- CRECIMIENTO URBANO Y LA NECESIDAD DE ORDEN.

Para Víctor Fossi el cambio de patrón del asentamiento poblacional y


transformación en la concepción metropolitana es la tesis del artículo «Desarrollo
urbano y vivienda: la desordenada evolución hacia un país de metrópolis». En
donde muestra el desarrollo histórico de la relación de dos aspecto: patrón de
asentamiento población y momentos del desarrollo urbano.

Para el autor, ambos aspecto se relacionan a partir del peso que la


explotación petrolera tuvo en la velocidad de los cambios del desarrollo
económico, social y político venezolano, porque aunque la tasa de crecimiento
había sido sostenida con leves variaciones en ascenso es a partir de la década de
los 40 cuando hay un fuerte disparo ascendente que rompe los techos históricos
acumulados con anterioridad. Sin embargo, y aunque esta situación era previsible
los modos de gestión del proceso urbano venezolano vacíos y desorientados que
indica el cambio de un patrón rural al patrón metropolitano sin mediaciones
coherentes.
Estos vacíos y desórdenes en los modelos de gestión urbana, al entender
de Fossi, pasan por la inconstancia del papel del Estado como regulador del
crecimiento de la ciudad y el sistema de ciudad. La entrega del poder de
regulación del Estado nacional a las municipalidades a través de las ordenanzas
de zonificación hizo que los espacios urbanos crecieran de forma heterogénea y
desigual generándose ya para finales de la década de los 70 un “caos
urbanístico”. Los elementos particulares e históricos sobre la gestión de lo urbano,
atraviesa por un conjunto de complejidades y complicaciones.

21.- DE LOS MITOS PERSISTENTES: LA AGRICULTURA VENEZOLANA.

Al entender de Gustavo Pinto Cohén en su artículo «La agricultura: revisión


de una leyenda negra» en torno a la agricultura venezolana se ha forjado una
leyenda negra que no permite dar cuenta de los avances, logros y limitaciones que
en la actualidad presenta el sector.

Históricamente la agricultura ha tenido un peso importante en el desarrollo


nacional, incluso en ese momento. Siempre estuvo compuesta por sectores: uno
proveedor de alimentos para el consumo interno de escaso desarrollo, y otro,
especializado en productos de exportación con un gran dinamismo en diferentes
etapas pero sujeto a los vaivenes de las fluctuaciones del mercado internacional.
Da ahí que los procesos de crecimiento y dinamismo del sector siempre han sido
importantes y han tenido un peso significativo en la composición de la economía
nacional.

No obstante, aunque la agricultura venezolana no ha tenido los saltos


vertiginosos en términos de precios y productividad que ha tenido el sector
petrolero éste ha sido enmascarado y distorsionado en su lectura e interpretación.
La composición de la producción agrícola ha sufrido cambios importantes, que han
sido de avance en términos de diversificación, tecnificación y gestión económico-
administrativa. En todo caso, el modelo económico venezolano ha hecho ver que
la importación de productos agrícolas y fundamentalmente de alimentos es
consecuencia de la improductividad del sector o a lo sumo de un atraso derivado
de los efectos de la producción petrolera; lo cual sin dejar de ser cierto exagera la
nota al no tomar en cuenta el conjunto de decisiones políticas que han generado
lastre el desarrollo del sector.

Cada rubro, sean estos estrictamente agrícolas o pecuarios, en diferentes


momentos históricos a medida que ha ido alcanzando peso e importancia han sido
afectado por medidas que inclinan los esfuerzos o los desvían hacia cambios más
coyunturales que estructurales.

Para el autor la nación venezolana cuenta con un potencial relativo acorde


al tamaño de su mercado interno y sus condiciones económicas productivas. No
obstante, el conjunto de obstáculos que históricamente ha presentado hacen del
desarrollo agrícola una empresa monumental lo implica un fuerte y sostenido
esfuerzo nacional que apunte a un organización económico-social del medio rural
venezolano que hagan posible la consecución e los objetivos.

22.- SÍNTESIS Y PROSPECTIVA DE UN ANÁLISIS SERENO.

Para Moisés Naím y Ramón Piñango la construcción y constitución de un


proyecto como «El caso Venezuela: una ilusión de armonía», con la que se titula
todo el texto y sirve de capítulo final, ameritaba una visión de conjunto; que más
que ser una síntesis comentada de los temas, problemas, posibilidades y
tensiones expuestas pudiera dar una visión de país sumando algunas
interpretaciones acerca de su naturaleza, su funcionamiento, limitaciones y
posibilidades. Esta visón general, para los autores, pasa por entender la manera
como ha sido conducido el país durante esa etapa de su democracia.

Esa forma de conducción está atravesada por un conjunto de factores de


diversa naturaleza y origen, pero que plantean posibilidades de progreso a pesar
de lar urgencias y los sinsabores.

Haciendo menos énfasis en lo estructural se basan en los rasgos que han


marcado la conducción del país y sus organizaciones, así como el
desentrañamiento de sus factores determinantes son las dos líneas de
pensamiento con la que se atraviesa el capítulo.

Para los autores los motores concretos que movieron las aceleradas
transformaciones del país fueron: dinero y deseos; duplas que permiten la
compresión y el análisis de una realidad venezolana que para la fecha seguía en
perpetuo movimiento. Por otro lado, la abundancia de recursos instaló en la
población venezolana un conjunto de aspiraciones que si bien no se pueden
calificar de irreales por lo menos éstas gozan de inconsistencia y ello lleva
irremediablemente a la frustración.

La lógica que guió los destinos de una nación donde había para todos y
todo era posible se agotó y mostró su verdadero realidad, desorganización e
inmovilidad que anuncia un conflicto latente, que históricamente se busco evadir y
fue la evasión, la incapacidad del liderazgo para afrontarlo lo que permitió que
acumulara fuerza interna. Ahora, queda es la construcción de instancias de
mediación, de canalización y confrontación pacífica y democrática de los
conflictos, lo que va a permitir a Venezuela salir dando la cara abriendo espacios
para las posibilidades.
CONCLUSIONES.

La lectura y síntesis del proyecto «El caso Venezuela: una ilusión de


armonía» permite tener una visión de conjunto y al mismo tiempo plural de las
posibilidades, limitaciones y omisiones que implica la conducción de una
organización con la complejidad que tiene una nación.

De la misma manera da luces de cómo desarrollar análisis e


interpretaciones administrativas y de gestión en el desarrollo de una crisis, qué
elementos tomar, cómo utilizar el manejo argumentando de los datos y la
información con la que se cuenta; y cuáles ángulos y perspectivas se pueden
tomar al momento de hacerlos. Una mira histórica, la compresión de los contextos
y la manera como entran en juegos las fuerzas, factores y rasgos es determinante.

Sin embargo, es importante hacer notar también que externa sobre el objeto
de análisis implica complejidades que hay que afrontar, porque para poder captar
la densidad de lo que se pretende hacer mostrar y demostrar es necesario contar
con información que focalice la mira y centre sobre los objetivos.

A pesar de estas complejidades este ejercicio de síntesis interrogativa deja


algunas incógnitas por despejar, como por ejemplo: ¿qué tanto han cambiado los
modelos de gestión pública y privada treinta años después?, ¿cuáles son los retos
actuales y en cuáles sectores existen mayores avances para la transformación de
la nación venezolana? Estas incógnitas son las puertas para estudios futuros, para
nuevas oportunidades.

Anda mungkin juga menyukai