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EL PEQUEÑO RIEGO EN MEXICO ¿MANEJO SUSTENTABLE?

REGADÍO, ORIGEN DEL ESTADO Y LA ADMINISTRACION DE SISTEMAS


HIDRAULICOS: DEBATE TEORICO Y ESTUDIOS D E CASO

Jacinta Palerm Viqueira et al.1


Profesor Investigador Estudios del Desarrollo Rural, Colegio de Postgraduados

1997 EN MEMORIAS III SIMPOSIO INTERNACIONAL Y IV REUNIÓN N ACIONAL SOBRE


A GRICULTURA SOSTENIBLE (16 AL 18 DE NOVIEMBRE DE 1997) EDS BAUER,
TIJERINA , C ARBALLO, RODRÍGUEZ, ESCOBEDO CO- EDICIÓN CP/U. DE
GUADALAJARA ISBN 968-839-282-0 (406 PP)

I. Regadío, origen del Estado y la administración de sistemas hidráulicos2


En torno a la organización social necesaria para el manejo de sistemas de riego existe un
debate teórico importante. Wittfogel (1957) y Childe (1936, 1942), en su momento, plantearon
que el origen de los primeros Estados se debía a la agricultura de regadío. Según Childe la
agricultura de regadío era capaz de producir los excedentes indispensables para una sociedad
compleja y, además, la necesidad de agua de riego permitía la coerción para que se produjesen
tales excedentes. Según Wittfogel las necesidades administrativas para la construcción y manejo
de obra hidráulica implicaron el surgimiento del Estado. Un Estado con características muy
específicas, donde el poder estaba basado en la administración (y no en la propiedad de medios
de producción), lo que a su vez llevó a un Estado burocrático y despótico más poderoso que la
sociedad.
En México estas teorías tuvieron un impacto muy importante al dirigir la investigación de
antropólogos sociales y arqueólogos a la búsqueda de las bases materiales de grandes
civilizaciones, como la evidencia de la construcción monumental (las pirámides y ciudades
descritas por los conquistadores españoles) parecía indicar habían existido. Estas bases materiales
debían ser --en referencia a la hipótesis hidráulica-- una agricultura de regadío capaz de producir
excedentes, y que, a su vez, permitía y obligaba a una organización despótica, única organización
2

capaz de movilizar grandes contingentes de trabajo para construir las pirámides y otras obras
monumentales.
Los primeros esfuerzos de búsqueda se dirigieron a tratar de documentar (a) la existencia
de agricultura de riego (menciones explícitas de regadío y de cultivos como el cacao, que en
ciertas zonas climáticas de México se produce sólo bajo regadío); (b) la evidencia física de obra
hidráulica (“acueductos”, canales, etc.)3. El éxito de esta propuesta teórica4, en cuanto a los
resultados de investigación que generó, sin demeritar el ingenio teórico y metodológico para
buscar la evidencia, se encuentra hoy en día en una nueva visión del México prehispánico
plasmada inclusive en los libros de texto gratuitos para la educación primaria.
Sin embargo para otro grupo de antropólogos y estudiosos de otras disciplinas, la
propuesta de Wittfogel tuvo un impacto distinto: generó investigación para demostrar la falsedad
de la hipótesis hidráulica, principalmente para demostrar que la irrigación no tenía que estar
asociada a una administración por el Estado, tal asociación era en todo caso una de las muchas
posibilidades organizativas en torno al regadío (por ejemplo Millon 1962).
De la investigación generada hay un texto muy relevante que queremos mencionar, el de
Arthur Maass y R. Anderson (1976), su investigación comprende siete estudios de caso en
España y Estados Unidos. Maass, basado en sus datos de campo, enfatiza (a) que la organización
para el regadío está, en estos casos, en manos de los regantes, que tienen una administración
democrática; (b) que la organización es necesariamente muy cohesiva, y el individuo tiene que
someterse necesariamente a la colectividad, (c) que el regadío es inevitablemente fuente de
conflicto y la organización sustentable es aquella capaz de contener el conflicto.
Un segundo texto muy relevante, corresponde a Robert Hunt (1988), al señalar la
importancia de definir los conceptos utilizados y realizar una propuesta muy lúcida de definición
de los conceptos: sistema de riego, tamaño del sistema de riego, organización autogestiva o en
manos del Estado, y a través de qué tareas es posible abordar el estudio de la organización,
propone una lista de “tareas siempre presentes” en los sistemas de riego (mantenimiento,
distribución del agua, conflicto, rendición de cuentas, ampliación, rehabilitación y construcción de
obra hidráulica). A partir de estas precisiones retoma los estudios existentes de sistemas de riego,
en aquel momento, a nivel mundial un total de quince casos y concluye que no se puede sustentar
3

que los sistemas más grandes sean aquellos administrados por el Estado: hay sistemas grandes
autogestivos y sistemas pequeños administrados por el Estado.
A Hunt (1994) también debemos una respuesta furibunda a la propuesta de D. Price
(1994) de que en Estados Unidos hay sistemas hidráulicos administrados por el Estado.
Aquí podemos detenernos un momento, desde la perspectiva de mi formación profesional
como antropóloga social, y además con maestros mesoamericanistas que participaron en la
investigación sobre la evidencia de la existencia de grandes civilizaciones prehispánicas
sustentadas en una base material de agricultura de regadío, francamente mi perspectiva es
Wittfogeliana; sin embargo la evidencia de los estudios de caso realizados por Maass es
contundente.
Conviene una precisión sobre la hipótesis hidráulica de Wittfogel, este investigador está
proponiendo la asociación entre regadío y origen del Estado, en una región geográfica y en un
tiempo histórico en que no hay Estados, en que no hay sociedades complejas. También indica que
la situación de construcción y administración de obra hidráulica en sociedad complejas ya
constituidas, es decir con Estado, es distinta, no lleva a una sociedad despótica. Igualmente para
el caso de sistemas de riego pequeños, a que llama “hidroagricultura”. Es decir, está enfatizando
las demandas organizativas para la administración de la construcción y manejo de gran obra
hidráulica a partir de una sociedad primitiva.
Conviene señalar que el impacto de las demandas organizativas del regadío es un punto
de consenso entre estos autores. La diferencia entre agricultura de secano o de temporal y
agricultura de regadío se evidencia tanto en Maass y Hunt como en Wittfogel: hay una
organización centralizada (en manos de los regantes o en manos del Estado)5, la organización es
necesariamente muy cohesiva y el individuo tiene que someterse necesariamente a la colectividad.
El punto de debate está en las consecuencias de las demandas organizativas del regadío.
Desde mi perspectiva, hay ciertas diferencias en las demandas organizativas del regadío,
especialmente cuando involucra construcción de gran obra hidráulica y administración de grandes
sistemas, entre una sociedad primitiva y una sociedad compleja, que no permiten probar la
falsedad de la hipótesis hidráulica con los casos de organización de sistemas de riego en sociedad
complejas con Estados de tipo occidental.
4

Hay ciertas diferencias en el medio social para los casos en que el regadío parte de una
sociedad primitiva, de los casos en que parte de una sociedad compleja (ver figura núm. 1):
(a) En el caso de las sociedades contemporáneas, la gran obra hidráulica ha sido realizada
por el Estado, como señala D. Price (1994), Vaidyanathan (1985) y el mismo Maass (1976). Sin
embargo, como insiste Hunt (1994), tal construcción no implica administración por el Estado y,
como indica Maass (1976), los regantes han sido capaces de enfrentar al Estado y defender su
propia propuesta.
No obstante la obra hidráulica ha sido construida por el Estado, y es el medio social el
que ha dotado de especialistas (ingenieros civiles), de tecnología, de capital, de trabajadores, de
capacidad administrativa para llevar a cabo esta obra. Pero quizá sólo el Estado, aún en nuestras
sociedades contemporáneas, ha tenido la capacidad administrativa y de capital para emprender
estas enormes obras.
Cabe recordar, en este mismo sentido, el debate realizado en México a principios de este
siglo, entre una construcción dejada en manos de la iniciativa privada con incentivos del Estado, o
la necesidad que fuese el Estado mismo quien interviniese. El argumento principal fue que la
dificultad de planeación de la obra, capital necesario, coordinación entre los beneficiarios, y otros
es tan compleja, que hace indispensable la intervención del Estado6. Cuando menos uno de los
ingenieros señala en su texto que los regantes son buenos para administrar, pero no para construir
(Herrera y Lasso 1919 pp xxxvi).
En otro medio social, el de una sociedad primitiva, es la sociedad misma de regantes
incipientes, que hubiese tenido que crear y movilizar especialistas, capital, trabajo y capacidad
administrativa.
(b) Una segunda diferencia en el medio social, radica en que en las sociedad complejas
existe una legislación que ampara la legitimidad de los derechos de los regantes (en el caso de
México los ejidos cuentan por ejemplo con una “resolución presidencial” de su dotación de agua),
existe una legislación y un sistema judicial que permite dirimir las disputas en cortes de justicia u
otros foros de arbitraje (en el caso de México la antes Secretaría de Recursos Hidráulicos ha
jugado este papel). El mismo Maass señala la importancia del recurso a las leyes y a las cortes, en
5

lugar de a la violencia cuando empieza a establecerse la agricultura de regadío en Estados


Unidos7.
(c) Una tercera diferencia en el medio social, radica que en las sociedades complejas,
cuando el conflicto es muy agudo, como en el caso de sequías, existen instancias para contener el
conflicto, como son la policía y el ejército8.
En otro medio social, el de una sociedad primitiva, el recurso para mantener el acceso al
agua o “resolver” el conflicto es la disputa por las armas; como está ejemplificado por Fernea
(1963) para un grupo tribal. Aún para una sociedad compleja, y tal y como se señala en E. Hunt
(1972) para un caso de señoríos prehispánicos, al no coincidir los límites territoriales del Estado
con la cuenca hidráulica, la defensa del abasto de agua lleva a la guerra.
(d) Una cuarta diferencia en el medio social, radica que en las sociedades complejas se
cuenta con especialistas a los que los regantes pueden recurrir para apoyar en la distribución del
agua y mantenimiento del sistema. Por ejemplo, en el caso del tramo medio del río Nexapa es
muy importante el recurso a “aforadores”, servicio que solicitan a la burocracia hidráulica del
Estado mexicano; también, y en este mismo caso, el recurso a especialistas (ingenieros civiles) y
compañías para resolver problemas de mantenimiento (el derrumbe de un túnel, problema para el
cual contrataron a un ingeniero especialista en obras del Metro de la Cd. de México). Igualmente
en las descripciones de Maass encontramos que en la administración de sistemas hidráulicos y de
cuencas hidráulicas juega un papel importante el “water master”, un especialista contratado por
las asociaciones de usuarios y/o por estados de la federación.
En otro medio social, el de una sociedad primitiva, es la sociedad misma de regantes
incipientes que hubiese tenido que crear y movilizar a los especialistas y al conocimiento o
tecnología requeridos.
No obstante, este debate, no importando si se está de acuerdo o no con la llamada
hipótesis hidráulica, creo que deja bastante claro que la administración de sistemas de regadío
necesita y obliga a una organización social cohesiva y cooperativa, y nos indica que en la época
contemporánea esta organización puede --y en muchos casos está-- en manos de los regantes
mismo.
6
Figura num. 1
7

II. La administración autogestiva de sistemas hidráulicos9.


Así como la propuesta teórica de Wittfogel y Childe dirigió la investigación con resultados
exitosos para la definición y comprensión de Mesoamérica; también la propuesta teórica de
Maass, Hunt y otros autores ofrecen un marco teórico-metodológico que dirige la investigación
hacia el estudio de la organización social de sistemas de riego, particularmente a la organización
autogestiva.
Aunque resulte sorprendente nuestro conocimiento sobre las dimensiones de la
organización autogestiva para el manejo de sistemas de riego en México, junto con otras regiones
del mundo, es casi nulo. Una buena parte del problema ha consistido en que la organización social
para el regadío no es visible, especialmente el nivel multicomunitario, es necesario un aparato
teórico-metodológico para visualizar la organización social para el regadío (Palerm 1997). El
problema principal de “visualización” radica en que la organización social no tiene una expresión
material directa, ésta tiene que verse a través de ciertas actividades, lo que Hunt señala como las
tareas siempre presentes. Por ejemplo, en el caso de mantenimiento, cómo se moviliza la gente
para hacer las limpias de canales, quién da la orden, quiénes van, quién o quiénes sancionan a los
que no van, quién o quiénes llevan un registro, etc. La capacidad de llevar a cabo el
mantenimiento, de movilizar trabajo y recursos para llevar a buen término el mantenimiento nos
señala una organización social efectiva.
México cuenta con unas 2.5 millones de hectáreas de “pequeño riego, es decir superficie
que no corresponde a los Distritos de Riego; en algunos casos corresponde a zonas de regadío
milenarias, en otras a superficies incorporadas o reincorporadas muy recientemente. Estas fechas
parecerían indicar la capacidad de los regantes de administrar sistemas de riego; esta capacidad
es aún más impresionante si consideramos que el reparto agrario implicó en muchos casos un
cambio de regantes y un aprendizaje de cómo organizarse (aunque hay un número no
cuantificado, pero muy visible por regiones, en que no hubo tal capacidad).
¿ De cuántos regantes podemos estar hablando, en una superficie de cerca de 2.5
millones de hectáreas ? ¿ Nos es permisible visualizar que el campo mexicano cuenta con
importantes organizaciones multicomunitarias para el manejo de sistemas de riego ?
8

Hemos iniciado una investigación que consiste en buscar e investigar con ciertos criterios
sistemáticos la organización social autogestiva para el regadío en México. Nuestro punto de
partida fue bastante pesimista: probablemente a partir del reparto agrario, los nuevos regantes
habían tenido una baja capacidad para organizarse, esta perspectiva estaba basada en dos casos,
uno del llamado Acolhuacan septentrional donde las comunidades participantes en la red
hidráulica habían disminuido en la mitad o más (Palerm y Wolf 1955, Palerm Viqueira 1995), el
otro, del sistema de riego de San Juan Teotihuacán donde la descripción indicaba un alto conflicto
entre comunidades y una baja capacidad organizativa (Millon, Hall y Díaz 1962). Estamos
hablando más bien de organización multicomunitaria, dado que a nivel de comunidad tenemos
evidencia de una alta capacidad organizativa, posiblemente debido al tamaño del sistema o
porción del sistema que se está manejando, y a la continuidad de acceso al regadío; mientras que
en el caso de organización multicomunitaria estaríamos hablando de sistemas o redes hidráulicas
de mayor tamaño, y de una ruptura organizativa con el reparto agrario.
Hasta ahora hemos abordado cuatro casos en relación con la organización social, y un
quinto caso en relación con mediciones de superficie de regadío a partir de fuentes oficiales.
1) El caso de tres comunidades situadas en los límites entre Guanajuato y Jalisco, donde
el regadío es de introducción reciente, y se realiza a partir del bombeo de agua de pozo. Cada
pozo, y son pocos, riega pequeñas superficies (alrededor de 20 hectáreas). Los pozos, en estos
momentos, los manejan familias extensas. Los problemas organizativos en torno a su manejo:
pago de cuotas de agua, mantenimiento de los canales, distribución del agua parecen mostrar que,
aún en sistemas muy pequeños, la tradicionalización de una normatividad o una autoridad
constituida es indispensable10.
2) Una comunidad --Tochimilco-- que cuenta con varios manantiales, y una superficie
aproximada de riego de 700 hectáreas; la comunidad se sitúa en la vertiente poblana del
Popocatepetl. El regadío data de antiguo y la comunidad vio ampliada su acceso a agua y tierra
con el reparto agrario. Existe una compleja y eficiente organización para el manejo del regadío en
la comunidad a partir de cada manantial y de cada barrio. Sin embargo los vínculos con
comunidades aguas abajo, a partir de la creciente escasez de agua, están en proceso de
construcción, y son conflictivos.
9

3) Un re-estudio del caso del sistema de riego de San Juan Teotihuacán, basado en
historia oral y en indagaciones en el Archivo Histórico del Agua; esto debido a que los
manantiales, base del sistema, se secaron en la década de 1970. En contraste con el estudio de
Millon, Hall y Díaz (1962) realizado a fines de la década de 1950 hemos encontrado que existen
mayores nexos entre comunidades, en lugar de una situación de comunidades como “islas
sociales”. No obstante este sistema ha tenido una alta intervención del Estado; pero no está claro,
hasta el momento, si por efecto de la incapacidad de los regantes o por ser un sistema donde el
Estado ha realizados “experimentos”.
4) Un estudio del caso del tramo medio del río Nexapa, donde la organización abarca
8,000 hectáreas y unos 5,000 regantes; y que parece ser el caso ideal de organización autogestiva
exitosa.
5) Para el caso del Acolhuacan septentrional, un intento de medir la supuesta contracción
de superficie de regadío (Lane 1994) que parecería ir paralela a una contracción de las
comunidades con acceso a la red hidráulica; considerando que las comunidades de aguas arriba
podrían haber ampliado considerablemente su superficie de riego. Tal medición no ha sido posible
dada la situación de la información oficial.
La persistencia del regadío desde tiempos prehispánicos, y su considerable ampliación en
el curso de los últimos cincuenta años de este siglo, con el carácter de no administrado por el
Estado, es decir fuera de los Distritos de Riego, parecería indicar que tenemos una muy
importante superficie en México administrada por los regantes con mayor o menor intervención
y/o presencia del Estado. La organización autogestiva lograda por los regantes parece ser eficaz y
sustentable, basándonos únicamente en la continuidad de los sistemas.
No obstante todavía carecemos de suficiente información para afirmar que en México las
organizaciones autogestivas para el manejo del riego están enfrentando eficazmente el reto del
regadío.
Posiblemente la capacidad de organizarse para el manejo de recursos comunales, como el
agua, el pastoreo, los bosques tiene mucha mayor importancia de lo que hemos visto hasta ahora.
Por ejemplo el pastoreo comunitario sobre esquilmos que se hacía en Morelos antes de la
introducción masiva del cultivo del sorgo, que eliminó la rotación de campos en año y vez; mismo
10

esquema --de pastoreo comunitario sobre esquilmos-- que parece encontrarse actualmente en
Michoacán. Gestión que ha perdurado a pesar de la preferencia social por la propiedad
individual.
No obstante la gestión comunal de recursos comunales está siendo revalorada a nivel
mundial11; y se está dando marcha atrás en las propuestas teóricas que sustentaron la ley Lerdo
en México. Un primer paso, para el investigador, es el aparato teórico-metodológico para hacer
visibles estas organizaciones autogestivas o tradicionales.
Referencias citadas.
Armillas, Palerm y Wolf 1956 "A small irrigation system in the valley of Teotihuacan" (pp. 396-
399) en American Antiquity, vol. 21, num. 4.
Childe [1936] 1954 Los orígenes de la civilización, Fondo de Cultura Económica, México.
Childe [1942] s/f Qué sucedió en la historia, Siglo Veinte, Buenos Aires, Argentina.
Fernea [1963] 1997 (impreso en 1998) “El conflicto en el regadío” en T. Martínez Saldaña y J.
Palerm Viqueira (eds) Antología sobre pequeño riego, Colegio de Postgraduados,
México.
Gayol, Roberto [1906] 1994 Dos problemas de vital importancia para México. La
colonización y el desarrollo de la irrigación Biblioteca del Agua editada por Roberto
Melville y Luis Aboites, IMTA/CIESAS, México.
Herrera y Lasso, José [1919] 1994 Apuntes sobre irrigación. Notas sobre su organización
económica en el extranjero y en el país Biblioteca del Agua editada por Roberto
Melville y Luis Aboites, IMTA/CIESAS, México.
Hunt, R. [1988] 1997 (impreso en 1998) “Sistemas de riego por canales: tamaño del sistema y
estructura de la autoridad” en T. Martínez Saldaña y J. Palerm Viqueira eds. Antología
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Hunt 1994 "Reply to Price" (pp. 205-211) Journal of Anthropological Research vol 50.
Hunt, E. 1972 "Irrigation and the socio-polical organization of the Cuicatec cacicazgos" (pp 162-
259) en F. Johnson y R. W. MacNeish (eds) Prehistory of the Tehuacan valley vol 4.
University of Texas Press, Austin, EEUU.
Lane 1994 "Estudio preliminar sobre la reconstrucción del sistema de riego en la región de
11

Texcoco 1920-1930 y 1991" en C. Viqueira y L. Torre (comp.) Sistemas hidráulicos,


modernización de la agricultura y migración. Colegio Mexiquense/ Universidad
Iberoamericana, México.
Maass y Anderson 1976 ... and the desert shall rejoice. Conflict, growth and justice in arid
environments, The MIT Press, Cambridge, EEUU; la “Introducción” de este texto en T.
Martínez Saldaña y J. Palerm Viqueira (eds.) 1997 (impreso en 1998) Antología sobre
pequeño riego, Colegio de Postgraduados, México.
Millon [1962] 1997 (impreso en 1998) “Variaciones en la respuesta social a la práctica de la
agricultura de riego” en T. Martínez Saldaña y J. Palerm Viqueira (eds.) Antología sobre
pequeño riego, Colegio de Postgraduados, México.
Millon 1957 "Irrigation systems in the valley of Teotihuacan" (pp. 160-166) en American
Antiquity, vol. 23.
Millon, Hall y Díaz [1962] 1997 (impreso en 1998) en prensa “El conflicto en el sistema de riego
del Teotihuacán moderno” en T. Martínez y J .Palerm Viqueira eds Antología sobre
pequeño riego, Colegio de Postgraduados, México.
Mitchell 1975 "Irrigation and community in the central peruvian highlands" (pp 25-43) en
American Anthropology 78.
Ostrom [1990] 1992 Governing the Commons The evolution of institutions for collective
action, Cambridge Univesity Press, EEUU.
Palacios, Leopoldo [1909] 1994 El problema de la irrigación Biblioteca del Agua editada por
Roberto Melville y Luis Aboites, IMTA/CIESAS., México.
Palerm [1954] 1992 “Distribución geográfica de los regadíos prehispánicos en el área central de
Mesoamérica” (pp. 31-66) en Obras Angel Palerm: Angel Palerm y Eric Wolf
Agricultura y Civilización en Mesoamérica, Ediciones Gernika, México.
Palerm y Wolf [1955] 1992 “Agricultura de riego en el viejo señorío del Acolhuacan” (pp. 131-
152) en Obras Angel Palerm: Palerm y Wolf Agricultura y Civilización en
Mesoamérica, Ediciones Gernika, México.
Palerm Viqueira 1997 “La organización social y la agricultura de riego” ponencia presentada el 7
de noviembre de 1997 en el Simposium de la Academia de Ciencias, Sección
12

Agrociencias, con sede Campus Puebla del Colegio de Postgraduados.


Palerm Viqueira 1995 "Organización social y riego" (pp. 163-178) en Mexican Studies/Estudios
Mexicanos vol. 11, num 2.
Price. 1994 Wittfogel's neglected hydraulic/hydroagricultural distinction (pp 187-204) en Journal
of Anthropological Research vol 50 (3).
Vaidyanathan 1985 "Water control institutions and agriculture: a comparative perspective" (pp
25-83) en Indian Economic Review. vol XX, num 1.
Wittfogel [1957] 1966 (La edición de 1957, corresponde a primera edición, la edición de 1963,
en la que se basa la traducción al español [1966], incorpora adiciones y correcciones]
Despotismo oriental. Ediciones Guadarrama, Madrid.

1
Guadalupe Rodríguez Meza, Mª. Elena Serrano y Pablo Zaldívar, (estudiantes del postgrado en
Estudios del Desarrollo Rural del Colegio de Postgraduados), Margarita Huerta (profesora
de la Universidad Autónoma Chapingo), Ricardo Osorio y Luz del Carmen Morán
(egresados del Campus Puebla del Colegio de Postgraduados y profesores de la Universidad
Autónoma de Puebla).]

2
Mi apreciación del debate sobre “la centralización en el Estado de la administración de sistemas
hidráulicas”, debe mucho a la generosa respuesta a mis preguntas por parte de R. Hunt y de
D. Price; y también debe mucho a la paciencia y preguntas de los estudiantes de Estudios
del Desarrollo del Colegio de Postgraduados que han tomado mi curso, foro donde he podido
ir aclarando y poniendo a prueba algunas ideas.

3
A. Palerm [1954] 1992. Evidencia física de obra hidráulica, por ejemplo Pedro Armillas, Angel
Palerm y Eric Wolf 1956, R. Millon 1957.

4
Hay que señalar que el texto de Wittfogel más citado como expresión de su propuesta es de 1957
(aunque sus estudios e influencia teórica inician antes, a partir de artículos), y fue escrito en
diálogo e incorporando los resultados de investigación de los antropólogos y arqueólogos
13

mesoamericanistas y andinos. Los primeros ensayos de Wittfogel sobre el tema datan de


1926.

5
No obstante hay algunos autores que parecen señalar la viabilidad de sistemas de regadío sin
organización “autoridad constituida”, por ejemplo Hunt [1988] se refiere a un puñado de
casos en que la organización carece de “autoridad constituida, todos ellos sistemas muy
pequeños (alrededor de 20 hectáreas); W. Mitchell 1975, se refiere a un caso en que el
sistema sigue funcionando a pesar de la ausencia de autoridades.

6
Biblioteca del Agua editada por Roberto Melville y Luis Aboites, publicada por IMTA/CIESAS:
José Herrera y Lasso [1919] 1994; Leopoldo Palacios [1909] 1994; Roberto Gayol [1906]
1994.

7
"Durante los años formativos de la irrigación en Colorado, surgieron conflictos entre las compañías
de riego establecidas y las compañías en desarrollo. El conflicto entre Union Colony y Fort
Collins Colony fue típico de las disputas en la mayoría de los arroyos. En algunas de estas
disputas las partes recurrieron al conflicto armado y a la destrucción de las obras de riego,
pero la mayoría de las disputas se llevaron a las cortes. (...) El traslado de la lucha por el
agua de las manos de los regantes a las cortes y al ingeniero del Estado tuvo un efecto
saludable en la resolución de conflictos. Los agricultores han tenido la disposición de
presentar sus casos ante la corte del distrito y su arbitro y a atenerse a los decretos de la
corte." (Maass y Anderson 1976 pp. 320, mi traducción).

8
Situación descrita por Millon [1962] para un sistema de riego del Japón.

9
Mi deuda aquí es con los investigadores que en el curso de este año (1997) han iniciado estudios de
caso sobre sistemas de riego y redes hidráulicas, así como con el CONACYT que financia
la investigación. Los investigadores son: Guadalupe Rodríguez Meza, Ma. Elena Serrano y
Pablo Zaldívar, (estudiantes del postgrado en Estudios del Desarrollo Rural del Colegio de
Postgraduados), Margarita Huerta (profesora de la Universidad Autónoma Chapingo),
14

Ricardo Osorio y Luz del Carmen Morán (egresados del Campus Puebla del Colegio de
Postgraduados y profesores de la Universidad Autónoma de Puebla).

10
Contrastar con los casos aludidos en la nota 4.

11
E. Ostrom [1990] 1992 Governing the Commons The evolution of institutions for collective
action, Cambridge University Press, EEUU.

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