R E V I S T A S O B R E C U LT U R A , D E M O C R A C I A Y D E R E C H O S H U M A N O S
N.º 5, 2 0 0 9
MEMORIA
REVISTA SOBRE CULTURA , DEMOCRACIA Y DERECHOS HUMANOS
N.º 5, 2009
Editora Responsable
Iris Jave
Comité Editorial
Walter Albán Peralta, Rolando Ames, Javier Ciurlizza, Carlos Iván Degregori,
Miguel Giusti, Iris Jave, Salomón Lerner Febres, Félix Reátegui, Elizabeth Salmón
Cuidado de la edición
Rocío Reátegui
Impresión
Gráfica Delvi
Asamblea de Miembros
Salomón Lerner Febres, Walter Albán Peralta, Rolando Ames, Enrique Bernales,
Javier Ciurlizza, Carlos Iván Degregori, Miguel Giusti, Pepi Patrón, Gonzalo
Portocarrero, Félix Reátegui, Catalina Romero, Marcial Rubio, Elizabeth Salmón,
Máximo Vega Centeno
Derechos reservados. Prohibida la reproducción de esta revista por cualquier medio, total o
parcialmente, sin permiso expreso de los editores.
OBSERVATORIO INTERNACIONAL
41 La paz en Colombia: más allá de vencedores y vencidos
HERNANDO LLANO
PORTAFOLIO GRÁFICO
52 Si no vuelvo, búsquenme en Putis
DOMINGO GIRIBALDI
REPORTAJE EN PROFUNDIDAD
61 Diálogos sobre memoriales: el recuerdo que se hereda
JACQUELINE FOWKS
JUSTICIA Y SOCIEDAD
69 Las «verdades jurídicas» del juicio a Alberto Fujimori
JO-MARIE BURT
INTERSECCIONES
75 Reexaminando la teoría de los derechos humanos de Habermas
en una época de globalización
DAVID INGRAM
MEMORIA CVR
91 Avances y retrocesos
IRIS JAVE Y JOSÉ ALEJANDO GODOY
RESEÑAS Y CRÍTICAS
101 Miguel Giusti. El soñado bien, el mal presente: rumores de la ética
FIDEL TUBINO
105 COLABORADORES
Presentación El debate en torno al museo de la memoria; primero y; luego, alrededor de la
sentencia dada al ex presidente Alberto Fujimori, pone en evidencia nuevamente
la fuerte polarización en torno a las memorias que sobre el conflicto armado inter-
no subsisten en el país; la disputa por el discurso público adopta varias formas,
algunas desde los propios medios de comunicación interesados en sostener la
versión exitosa de la lucha contrasubversiva y, otras formas, diversas, que se
expresan en instalaciones artísticas, ensayos, publicaciones y hasta colectivos de
personas de diversa índole, que ya sea de forma física o virtual, buscan hacer oír
su voz en este gran debate. Lo más valioso es que el debate se produzca y que
encuentre nuevos caminos para canalizar las demandas, los consensos y los di-
sensos, las propuestas, las diversas alternativas que hoy ofrece la posibilidad de
hacer memoria en el país. Es un proceso intenso y no exento de dificultades, que va
desde la diatriba hasta los formalismos legales, pero que tiene un valor en sí
mismo: como sociedad estamos aprendiendo a dialogar, a escuchar al otro, a
encontrar nuevas miradas y nuevas posibilidades de abordar nuestros conflic-
tos. Aunque es incipiente, vale la pena animar el debate, fortalecerlo, dotarlo de
argumentos.
A ello quiere aportar esta edición de Memoria. Revista sobre cultura, democracia y
derechos humanos que hoy llega a sus manos. Hemos convocado a diversos especia-
listas para abordar estos temas y ayudar en la elaboración de nuevas perspecti-
vas que permitan el debate.
El texto que nos presenta Julián Bonder, arquitecto especializado en temas de
memoria, quien nos visitó el año pasado y ha seguido muy de cerca todo el debate
reciente en relación con el museo de la memoria, desarrolla el sentido de los me-
moriales, en tanto espacio público, como un proceso de construcción social y ético
que viene de la ciudadanía y confluye en un escenario de encuentro, intercambio
y reflexión. A partir de su experiencia en el diseño y ejecución de memoriales en
Argentina, Alemania y Estados Unidos, Bonder analiza el espacio público como
lugar para la memoria, para la historia y para la construcción del futuro de una
sociedad.
En la misma perspectiva, la antropóloga Gisela Cánepa, afirma que el museo
de la memoria ya empezó a construirse desde que se inició el debate en torno a su
gestación. En su artículo «Esfera pública y derechos culturales: la cultura como
acción», la autora propicia una reflexión para entender la esfera pública y la
cultura, desde el ejercicio de los derechos y la ciudadanía. Así afirma: «Considero
que tiene la misma importancia seguir abogando porque el proyecto se haga efec-
tivo, así como por mantener abierto el debate. Esto último ciertamente puede
resultar mucho más difícil que la edificación del museo, ya que requiere de la
implementación de un proyecto a largo plazo, que esté atento a la inclusión de las sensibilidades,
demandas y formas de acción cultural de distintos actores, así como de la revisión crítica de nuestros
sentidos comunes; y este es un reto mayor».
En la sección «Observatorio internacional», presentamos un artículo de Hernando Llano, abogado
y politólogo colombiano de la Universidad Javeriana, quien ofrece un conjunto de reflexiones sobre el
complejo proceso de paz en Colombia; la dificultad del diálogo entre los actores involucrados y la
institucionalidad que se va abriendo paso en medio de la violencia y el conflicto.
El «Portafolio gráfico» presenta una selección –con algunas fotos inéditas– del proceso de exhuma-
ción en Putis (Ayacucho), el contexto histórico y el impacto en la vida de los pobladores; el rol del equipo
de antropólogos forenses a cargo de la exhumación y la necesidad de entender por qué la justicia está
estrechamente vinculada a la memoria.
La diversidad de opiniones de los actores entrevistados por Jacqueline Fowks para este «Reportaje
en profundidad» puede ayudar a enriquecer –o a complejizar– los caminos por donde debe discurrir la
memoria. Entre dichos actores tenemos a: Alicia Retto, hija de Willy Retto, fotógrafo asesinado en
Uchuraccay; Otto Guibovich, comandante general del Ejército; Ricardo Wiesse, artista plástico; Rosa
Villarán, coordinadora del movimiento Para que no se Repita; así como los sociólogos Ricardo Caro y
Daniel Ramírez Corzo y Víctor Vich, experto en temas de arte y memoria. ¿Son los memoriales fruto del
consenso o del momento?, se plantea como interrogante la autora.
Al cierre de esta edición, se leía la sentencia a Alberto Fujimori, por lo que en nuestra sección
«Justicia y sociedad», incluimos un artículo de Jo-Marie Burt, politóloga norteamericana que además
ha asistido al juicio del ex mandatario en calidad de observadora internacional. Su impresión, aún
fresca por la reciente sentencia, nos proporciona algunas claves para entender la histórica sentencia.
«El fallo establece ciertas “verdades jurídicas” que ahora constituyen parte del récord legal e históri-
co», en palabras de la autora.
En la sección «Intersecciones», el profesor David Ingram, reconocido filósofo y profesor de la Uni-
versidad Loyola de Chicago (Estados Unidos), realiza un análisis de la teoría de los derechos humanos,
poniendo en cuestión el enfoque de Jürgen Habermas. Una interesante entrada para comprender la
interconexión y la institucionalidad de los derechos humanos en el contexto actual.
Fidel Tubino nos ofrece una lectura crítica del libro El soñado bien, el mal presente: rumores de la ética
publicado por Miguel Giusti a fines del año pasado, en la que recoge la noción de cultura del reconoci-
miento que plantea el autor.
Finalmente, en nuestra acostumbrada sección «Memoria CVR», incluimos un recuento de las accio-
nes realizadas en torno a los avances y recomendaciones dejadas por la CVR en el período agosto de 2008
a marzo de 2009. Lo más importante que destacar lo constituye la pulcritud con que fue conducido el
juicio por los casos La Cantuta y Barrios Altos seguido al ex presidente Fujimori, donde se destaca la
integralidad del conjunto de pruebas que dio lugar a la histórica sentencia; el reconocimiento público
al Informe Final de la CVR y el reconocimiento a la inocencia de las víctimas de ambos casos.
Por otro lado, sigue siendo el mundo de la cultura, donde se alberga la mayor cantidad de expresio-
nes diversas en torno al conflicto armado interno. El arte sigue convocando de forma amplia e inclusiva
las distintas visiones y sensibilidades acerca del impacto que la violencia ha dejado en todos nosotros.
LA EDITORA
Ensayos y análisis
8 MEMORIA Revista sobre cultura, democracia y derechos humanos
ENSAYOS Y ANÁLISIS
Me dijo: más recuerdos tengo yo solo que de nuevas formas de consciencia crítica a través
los que habrán tenido todos los hombres de un comprometido «trabajo de memoria»,
desde que el mundo es mundo. Y también: abriendo caminos hacia un mundo mejor; un
mis sueños son como la vigilia de ustedes. Y mundo en el cual debería haber menos y última-
también, hacia el alba: mi memoria, señor, mente ninguna «razón» u «ocasión» para la cons-
es como un vaciadero de basuras. trucción de memoriales trágicos.
JORGE LUIS BORGES. Funes el memorioso. La palabra «memorial» se corresponde con
«conmemoración» –«algo que sirve para preser-
La sociedad es el milagro de salir de uno var la memoria o conocimiento de individuos o
mismo. eventos»– así como también con la palabra «me-
EMMANUEL LEVINAS mento», que es algo que sirve para advertirnos y
recordarnos acerca de conductas o eventos futu-
El Acto de Recordar es siempre en y del Pre- ros. La palabra «monumento» viene de «mone-
sente, mientras que su Referente es del Pa- re», del latín: recordar, advertir. Los «sitios de memo-
sado y por consiguiente Ausente. ria», como entes paradigmáticos de la cultura oc-
ANDREAS HUYSSEN cidental contemporánea, pueden y deben actuar
como recuerdo y como advertencia. Establecien-
En tanto que eventos y circunstancias se desarro- do diálogos significativos con eventos del pasa-
llan en tiempo presente, el destino histórico de los do cercano y lejano, estos «sitios de memoria»
memoriales es preservar la memoria del pasado y pueden enmarcar acciones transformativas y
proveer condiciones para nuevas respuestas. asistir al «trabajo de memoria» en la «esfera pú-
Como acompañantes psicopolíticos y éticos, los blica». ¿Es posible entonces concebir memoriales,
memoriales debieran funcionar como ambientes monumentos, que estén enfocados en ese «adver-
para pensar a través de traumas pasados y pre- tir» como elemento clave que dispara nuestro pen-
sentes y re-actualizar el pasado en tiempo presen- samiento acerca del pasado y futuro? ¿Podríamos
te. Los memoriales deberían fomentar la aparición pensar y construir memoriales que, al mismo tiem-
po de dirigirse o referirse a eventos y honrar víc- dernidad» parece estar luchando entre la amne-
timas y sobrevivientes, contribuyan a enmarcar sia y una obsesión un tanto enfermiza por el pa-
actos de recordación colectivos y espontáneos, sado. En sus diferentes formas, la memoria se ha
demanden compromiso pro-activo, inviten a ge- convertido en una marca clave de la cultura glo-
neraciones presentes y futuras a involucrarse en bal contemporánea del fin de siglo XX y comienzo
prácticas transformativas y contribuyan a ima- del siglo XXI, impactando áreas tales como la his-
ginar un mundo mejor? toriografía, psicoanálisis, artes visuales y perfor-
mativos, los estudios urbanos, el arte, paisaje y
arquitectura. Como ejemplos, se puede notar la
1. CULTURAS DE LA MEMORIA proliferación de centros históricos para el turis-
mo, la recuperación de todo tipo de objetos o edi-
Recordar es una actividad vital que da identidad ficios antiguos (muchos sin valor arquitectónico),
a nuestro pasado y define nuestro presente. La modas retro, el kistch, el entusiasmo por las bio-
memoria es selectiva y está construida de forma grafías, las colecciones de fotos, las nuevas tec-
dialéctica entre el olvido y el recuerdo. Las me- nologías que permiten recolección y difusión
morias personales y las memorias sociales están instantáneas, etcétera.
siempre sujetas a construcción, a distorsión, a Esta búsqueda obsesiva está presente en las for-
negación, a represión. Son borrosas, texturadas, mas y en las maneras bajo las cuales los pasados
imperfectas; no permanentes. reales y los pasados míticos se re-presentan, se re-
En tiempos cercanos y lejanos, antiguos y cuerdan y se olvidan. Esta fascinación por el pasa-
modernos, la «arquitectura», el «paisaje» y el do, marcada por una sensibilidad que Theodor
«arte» han servido como medios a través de los Adorno llamó «museal», puede pensarse como una
cuales culturas diversas intentaron enmarcar, forma compensatoria de olvido y como signo de la
preservar –así como también aprehender la me- transformación radical en el habitar la temporali-
moria de eventos gloriosos y catastróficos–. En las dad contemporánea.
sociedades modernas, la memoria colectiva se ne- En un pasado no muy distante, el discurso de
gocia en las creencias y valores del cuerpo social, la historia se establecía para «garantizar» la es-
los rituales y las instituciones y los lugares públi- tabilidad relativa del pasado en su carácter de
cos de memoria, tales como los «museos», los «mo- pasado. El espacio construido –los memoriales,
numentos» y los «memoriales». monumentos y museos– representaban trazos
Desde los años ochenta, las sociedades occi- materiales del pasado histórico en el presente y la
dentales y no occidentales han desarrollado una historia funcionaba como fondo del presente. Tal
búsqueda obsesiva de la memoria. Si la moderni- vez, como sugirió Andreas Huyssen: «la búsque-
dad de alguna forma «liberó» a Occidente de la da obsesiva de la memoria puede entenderse como
constricción de la memoria, la llamada «posmo- un indicador de que nuestro pensar y nuestro ha-
bitar la temporalidad están siendo atravesados dias recientes han ocurrido, en peregrinajes a si-
por un cambio significativo, dado que la moder- tios de memoria, y multitud de formas y/o prácti-
nidad conlleva una compresión real del tiempo y cas conmemorativas.
el espacio, asimismo expandiendo los horizontes Si bien las culturas de la memoria se han glo-
temporo-espaciales más allá de lo local».1 balizado en el mundo, y los usos políticos de la
De hecho, hoy pensamos en el pasado como memoria son variados, en su centro, estos usos (o
memoria sin fronteras, no solo como historias a veces abusos) se mantienen conectados a las his-
nacionales dentro de fronteras, dado que la me- torias específicas de comunidades afectadas. Es así
moria puede entenderse como un modo significa- que mientras que los residuos de meta-narrativas
tivo de re-presentación y pertenencia al presente. míticas, de historias de los victoriosos y los «gran-
Un aspecto importante de la cultura de la memo- des» monumentos auto-referenciales –que durante
ria, como el que nos convocó durante el IV Encuen- el siglo XIX han servido para legitimizar las Nacio-
tro de Derechos Humanos: «Memoria y Espacio nes-Estados– están presentes en culturas locales
Público» realizado en Lima, en septiembre de 2008, y globales, estas culturas se ven «infiltradas» por
puede hallarse en las formas en que la lucha por la memorias «reprimidas» (locales o grupales), sub-
justicia y los derechos humanos y el recordar even- vertidas por micro-historias «olvidadas», por la
tos traumáticos han sido y son entrelazados en aparición de aquellos «otros desplazados», por
naciones que buscan re-construir presentes de- aquellos que prestan testimonio a los traumas
mocráticos en el borde y a la sombra de los ex- personales e históricos, y por la transformación
terminios en masa, genocidios, el Holocausto, de los monumentos en «monumentos otros».
desapariciones, segregación apartheid, dictaduras
militares y gobiernos totalitarios.
La construcción de espacios públicos, memo- 2. ARQUITECTURA, PAISAJE, MEMORIA
riales y museos, que marcan la «piel» de la Tierra
con expectativas de actos de recordación en tiem- La relaciones entre memoria y el espacio, entre
po presente, es significativa, no solo en su magni- paisaje, memoria, arquitectura no son novedosas.
tud y vastedad, sino precisamente en la significa- Sitios de memoria, desde ruinas, jardines míticos,
ción y sentido que estos sitios de memoria tienen ciudades en diversas culturas y civilizaciones,
en y para las comunidades afectadas. Como ejem- fueron y siguen siendo vehículos para la memo-
plos se puede pensar en la creación de nuevos me- ria. En su libro The Art of Memory,2 Frances Yates ha
moriales oficiales y comunitarios, en memoriales demostrado que el recuerdo no solo ocurre sino
espontáneos que emergen en lugares donde trage- que está atado a espacio y lugar. De acuerdo con
1 HUYSSEN , Andreas. Present Pasts: Urban Palimpsests and the Politics of Memory. Stanford: Stanford University Press, 2003, Introduction, p. XX.
2 Véase YATES, Frances. The Art of Memory. Londres: Routledge & Kegan Paul, 1966. Véase VIDLER, Tony. The Architectural Uncanny. Cambridge: MIT
Press, 1992, cap. «Posturbanism».
Yates, los «mapas mentales» usados por los retó- dio lugar a una nueva forma de concebir el urba-
ricos del tiempo de Cicerón, o los «mapas y tea- nismo, presentando una nueva aproximación a
tros de memoria» del Renacimiento fueron ins- los monumentos y la monumentalidad: la ciudad
trumentos tanto para el recuerdo como para el devino un teatro de la memoria, tal vez un memo-
discurso. La casa, el palacio, la ciudad se utiliza- rial a sí misma. La Modernidad produjo un cam-
ban como cámaras de la memoria, como teatros bio radical en relación con los mapas de memoria
de la memoria, en los cuales habitaciones y obje- y los monumentos, a través de una actitud dia-
tos se ponían al servicio del discurso. La memoria metralmente opuesta, donde el «olvidar» la ciu-
y la palabra en público estaban conectadas con el dad antigua, los monumentos del pasado, tomó la
espacio construido o imaginado. Lugares reales o forma de demolición y tabula rasa.4
imaginarios, dentro o fuera de la ciudad, servían El advenimiento de la escritura, según el his-
a la construcción de aquellos mapas mentales que toriador de arquitectura, Stanford Anderson, in-
incluían lo real con el objeto de imaginar lo «no vita a una distinción incremental entre sistemas
real», lo «ideal» o aquello que iba a ser rememora- de memoria. Anderson propone una interesante
do. La metáfora del espacio es también muy cer- distinción entre «Memoria a través de Arquitec-
cana a descripciones en el presente de los proce- tura» y «Memoria en Arquitectura».5 La distin-
sos mentales. La psicología contemporánea nos ción se puede pensar como la «memoria social
habla de «trazos mnésticos», la construcción de enmarcada por la Arquitectura», que refiere a usos
«rutas mnemónicas», de lazos y vínculos entre y repetición de formas construidas, en su diferen-
«centros cerebrales». Como aptamente sugiere cia con la «operación de la memoria dentro de la
Umberto Eco: «Recordar es como construir y via- disciplina arquitectónica». Ejemplos de «Arqui-
jar nuevamente a través del espacio (tiempo)».3 tectura como marco para la memoria social» se
Desde el Renacimiento, los arquitectos dieron pueden encontrar en la repetición de capillas,
cuenta de la posibilidad de transferir al mundo de monumentos, espacios sagrados y arquitectura
lo real aquello que se imaginaban en la memoria, doméstica, cuyas formas (me refiero a sus formas
recortando del tejido de la ciudad real, las secuen- intrínsecas como instituciones humanas, no su
cias, espacios y lugares que constituían sus ma- diseño específico) se ven legitimados por usos y
pas mentales, creando así aquellos lugares de ex- continuidad histórica. Mientras que las tradicio-
cepción que tenían en las mentes. De hecho, esto nes vernáculas (arquitectura sin arquitectos, histo-
ria sin historiadores, arte sin artistas) representan Este diálogo con la geografía histórica del contex-
una cohesión social mayor entre memoria social y to ancla los sitios en una forma literal, dotando a
memorial disciplinar, la «Memoria en Arquitectu- los lugares y al trabajo de una percepción de pro-
ra» refiere a la concepción, creación y traducción de fundidad histórica. Es una especie de re-dibujar
ideas arquitectónicas en hechos arquitectónicos. Esto el paisaje en contra de su contexto. Este dibujar
es, las formas en las que la Arquitectura como disci- es siempre foráneo, tiene que ver con el exilio y lo
plina hace «uso» de la historia, se re-define, y trans- temporal. Edificios, proyectos, y paisajes, como
forma la manera de concebir, diseñar y construir disparadores de los procesos de memoria, traen
edificios, espacio públicos, ciudades.6 al presente la profundidad de la continuidad his-
tórica y también el deseo de transformación éti-
ca. De alguna manera, nos permiten habitar la
3.ARQUITECTURA - ARQUITECTURAS distancia que existe entre el acto y el recuerdo. Lo
que el arquitecto hace al diseñar es recordar las
La arquitectura se produce en el punto de contac- formas anteriores de pensar, lo que vio, lo que
to entre mente y sitio. Ocurre en el horizonte, como sabe, lo que es: un bagaje coleccionado que sirve
transformación de la topografía. La arquitectura de cajón de herramientas para las próximas cons-
se genera a través de necesidad y aspiración. Ope- trucciones. Como a Funes, todo el pasado nos
ra primero como deseo, luego como intuición, lue- acompaña.
go como anticipación, antes de ser transformada
en presencia.
El trabajo del arquitecto es hacer presente el 4. EL SEPULCRO Y EL MONUMENTO
límite. Lo que los griegos dicen con la palabra «pe-
ras» es que el límite no es el lugar en el cual algo se Cuando encontramos un montículo en el
detiene, sino el lugar en el que algo nuevo comien- bosque, de uno por dos metros, en forma de
za a hacerse presente. Para que la arquitectura se pirámide aplanada, nos ponemos serios y
haga presente, debe haber una reorganización algo dentro nuestro dice, alguien fue aquí
poética de la materia con el propósito de enmar- enterrado… Esto es arquitectura.
car la vida. Esta reorganización material conlle- ADOLF LOOS
va una violenta transformación de preexistencias,
de energía en materia, de imágenes en forma cons- El arquitecto vienés Adolf Loos planteó, a princi-
truida y de sitio en lugar. El trabajo artístico en la pios del siglo XX, que solo una pequeña parte de la
arquitectura nos obliga entonces a mirar el mun- arquitectura pertenece al mundo del arte: el se-
do empírico para abrir con él un diálogo crítico. pulcro y el monumento. Lo que Loos quiso decir-
6 Véase ib.
nos, de acuerdo con Massimo Cacciari,7 es que el se refiere primordialmente al tamaño, a la escala,
arte tiene lugar cuando está implícita la idea de sino a la capacidad evocativa, a la capacidad de
sepulcro y monumento, esto es la idea de un lugar de irrumpir en el presente generando preguntas y
excepción al cual nos ha llevado la vida, que trasciende o pensamientos.
reabre la función real de la vida. Si bien la existencia Como combinación de lugar de memoria y re-
humana siempre fue coleccionada en el sepulcro, cordación, estos sitios de memoria se producen
el punto central frente a una tumba es, según Loos, para ser históricamente referenciales.9 Su presen-
la función ética: la confrontación con la muerte cia y materialidad están destinadas a tornarse
nos detiene y previene el seguir con nuestro cami- «invisibles», «transparentes», funcionando como
no habitual. Lo que importa, entonces, en el sepul- puente entre visitantes y eventos o individuos que
cro, no es quién está allí, sino saber que allí hay un estos sitios invitan a recordar. En tanto corpori-
ser humano. El arte genuino, en ese sentido, nos zación de memoria a través de arte en el espacio
invita a dejar el lugar al que nosotros denomina- público, su valor no está basado en el arte o la
mos realidad, y retornar a un concepto y lugar arquitectura, sino en un punto más allá de sí mis-
íntimo en el cual nuestra humanidad yace. mos. Su valor yace en el carácter dialógico del es-
En el caso del monumento, la dimensión ética pacio memorial, como James Young aptamente
deriva de establecer diálogos con el pasado. Res- notara. Esto es, el espacio que existe entre las his-
pecto del monumento, Alois Riegl planteaba: «El torias narradas, los eventos recordados y los ac-
monumento en su forma original y más antigua tos de memoria (el trabajo de memoria) que estos
es una creación humana erigida con el propósito memoriales pueden contribuir a enmarcar.
específico de mantener hechos o eventos huma- Los sitios de memoria, en tanto lugares de ex-
nos en la mente de generaciones futuras».8 La pa- cepción, pueden funcionar como sitios de duelo,
labra «monumento» viene de «monere», del latín: como es el caso en y cuando los rastros de la catás-
recordar, advertir. En alemán, la palabra «monumen- trofe se hacen presentes, o cuando los sepulcros
to» se dice «denkmal» y significa pensar en el tiempo. están ausentes. Esta función es esencial pensando
Podemos entonces percibir que, más que una for- en todos aquellos que no pudieron ser enterrados
ma o una imagen, la monumentalidad podría dignamente. Como la joven Liz Flores dijo tan
entenderse como una cualidad. La cualidad que dolorosamente en su testimonio ante la CVR : «en
lugares y objetos tienen de hacernos recordar, Ayacucho, en el día de los muertos no tengo ni a
evocar, pensar o percibir algo que está más allá de donde ir a poner flores, porque ni los huesos de mi
sí mismos. La monumentalidad, así entendida, no madre se han encontrado».
7 Véase CACCIARI, Massimo. Architecture and Nihilism: On the Philosophy of Modern Architecture. New Haven: Yale University Press, 1993, cap. 19,
pp. 195-198.
8 RIEGL, Alois. «The Modern Cult of Monuments: Its Character and Origin». Traducción de Kurt Foster y Diane Ghirardo. En Oppositions 25.
9 Véase YOUNG, James E. The Texture of Memory. New Haven: Yale University Press, 1993, p. 12.
El trabajo sobre proyectos memoriales y si- Arendt de la esfera pública: el espacio para el ha-
tios de memoria presenta, entonces, cuestiones y cerse presente (the space of appearance), en el más
complejidades que no son solamente arquitectó- amplio sentido? Esto es, el espacio donde yo me
nicas sino fundamentalmente éticas, políticas y hago presente a otros en tanto otros se hacen pre-
filosóficas. Entre ellas, las formas en las que la his- sentes a mí. Como Hanna Arendt describe:
toria y las historias, la memoria y las memorias,
el trauma y los traumas van a ser «apropiados», La polis, propiamente hablando, no es el es-
«re-presentados» e «inhabitados». Al mismo tado-ciudad en su lugar físico; es la organiza-
tiempo, al generar y concebir estos proyectos (mo- ción del pueblo emergiendo del hablar y ac-
numentos, museos y memoriales) debemos ser tuar en forma colectiva, y su espacio real yace
conscientes de riesgos, no menores, tales como la entre la gente viviendo junto con este propó-
objetivación de la memoria, la estetización del sito, no importa en donde se encuentren […]
sufrimiento o, peor aún, su banalización. Pero son Es el Espacio para el hacerse presente en el
riesgos que debemos correr, con cuidado y respe- sentido más amplio de la palabra, el espacio
to, a fin de que la memoria no quede relegada al en el cual Yo me hago presente a los otros y
fuero interno y que sea afirmada en el ámbito de los otros a mí, en donde los hombres existen
lo público. Para esto la estética debería poder po- no meramente como otros, sino que se ha-
nerse al servicio de la ética. El tiempo es el mate- cen presentes de manera explícita.10
rial a trabajarse, pensarse, elaborarse, dado que
es en la capacidad de establecer diálogos signifi- Esta definición de la esfera pública como el
cativos con y presentar preguntas acerca del pa- «espacio para el hacerse presente» puede ayudar
sado (y futuro), que encontramos el valor y la fun- a imaginar formas a través de las cuales el campo
ción ética de los memoriales en el espacio público. de lo visual y lo político se intersecan, generando
oportunidades importantes (no sin conflicto), tan-
to para el arte como para la arquitectura, de con-
5.ESPACIO PÚBLICO: DEMOCRACIA tribuir a profundizar la democracia. Ahora bien,
Y MEMORIA recordemos que la democracia, como dice Claude
Lefort, «se ve constituida y sostenida por la diso-
Al pensar el carácter dialógico del espacio público lución de las marcas de la certidumbre. Inaugura
y el espacio memorial debemos cuestionar: ¿cómo una historia en la cual el Pueblo experimenta una
podemos contribuir a elaborar las implicancias indeterminación fundamental en relación al po-
éticas de la descripción que hizo en 1958 Hanna der, la ley y el conocimiento, y a uno en relación a
10 ARENDT, Hannah. The Human Condition. Chicago y Londres: University of Chicago Press, 1958, pp. 198-199.
11 LEFORT, Claude. «The Question of Democracy». En Democracy and Political Theory. Minneapolis: University of Minnesota Press, 1988, p. 19.
12 BALIBAR, Étienne. «What Is a Politics of the Rights of Man?». Masses, Classes, Ideas: Studies on Politics and Philosophy Before and After Marx. Nueva
York: Routledge, 1994, p. 211. (En esta línea, véase en castellano, de Balibar, escrito con Immanuel Wallerstein, Raza, nación y clase. Madrid: Iepala,
1991).
13 ARENDT, Hannah. The Origins of Totalitarianism. San Diego: Harcourt Brace & Company, 1948, p. 296. (Versión en español: Los orígenes del totalitarismo.
Madrid: Taurus, Madrid, 1974).
14 BENJAMIN, Walter. «Theses on the Philosophy of History». En Illuminations. Traducción de Harry Zohn. Nueva York: Schocken Books, 1969, p. 257.
arquitectura contribuir a desarrollar nuestra ca- viuda, del huérfano, del extranjero». La piel
pacidad, no solo para aceptar dicho tipo de expo- del rostro es la que se mantiene más desnu-
sición a aquellos, sino para también darles una da, más desprotegida, más expuesta a la
bienvenida ética? violencia. Pero en virtud de esta doble va-
La ética, para el filósofo Emmanuel Levinas, es lencia, es decir, de su infinitud y su desvali-
una experiencia que remite a una situación con- miento, el rostro es lo que prohíbe matar. Su
creta: la de encontrarse, aunque sea por un ins- sentido consiste en decir: «no matarás». Es-
tante, con el «rostro» del otro. El rostro, al decir de tar frente a un rostro es, por lo tanto,
Levinas, no es simplemente una nariz, unos ojos, escuchar su llamado –su mandato– a una
una boca, sino el punto en el que el «infinito» se responsabilidad infinita. Habitualmente se
manifiesta. Dado que el rostro «habla», declara, dice que uno es responsable de lo que uno
dice y se desdice, permanentemente, no se deja mismo hace, sin embargo ante el rostro soy
encerrar en una imagen o en un concepto. El otro, responsable por el otro, es decir aún por lo
entonces, no sería un objeto de comprensión que que no hice, «aún por los crímenes que no
puede ser reducido a contenido, sino un rostro, un cometí». (Esta última idea es fundamental
enigma que nos llama y cuyo hacerse presente nos para toda reflexión sobre la memoria). La
pone en cuestión,15 cuyo hacerse presente está ética, entonces, no sería sino la respuesta
acompañado por un «tercero» que nos hace to- –inagotable, siempre insuficiente– a ese lla-
mar conciencia de la posibilidad de todos aque- mado, a esa orden, a esa interpelación.
llos «otros».16
Manuel Mauer, joven filósofo argentino,17 nos ¿Cómo podemos entender y pensar acerca de
dice: ese mandato ético, ese «deber de memoria», que
nos responsabiliza de manera infinita y nos llama
A esta infinitud del rostro (que lo vuelve, en a recordar con fidelidad a aquellos otros, aquellos
rigor, irrepresentable) se le suma, en los rostros ausentes, a aquellas «víctimas del odio del
análisis que propone Levinas, otro rasgo hombre» en pasados tan difíciles y traumáticos?
distintivo: su fragilidad desoladora. «Hay en Como hemos visto en nuestros países, testifi-
el rostro una pobreza esencial». Todo rostro car y declarar sobre la «verdad» tiene un aspecto
es, en ese sentido, «rostro del pobre, de la público que es político y judicial, y tiene asimis-
15 Véase DAVIS, Colin. Levinas: an Introduction. Notre Dame: University of Notre Dame Press, 1996, p. 83.
16 Véase ib., p. 83.
17 Notas para una conversación pública sobre arquitectura, memoria, ética y espacio público entre Manuel Mauer (licenciado y máster en Filosofía por la
Universidad París I, Pantheon-Sorbonne) y Julián Bonder, en el Museo de Arquitectura de Buenos Aires, agosto de 2007. Manuel Mauer realiza
actualmente un doctorado en Filosofía acerca del concepto de vida en la obra de Michel Foucault en la Universidad París XII y en la Universidad de
Buenos Aires, y tradujo al español El más allá del versículo y Difícil libertad, ambos de Emmanuel Levinas, publicados en Buenos Aires por la editorial
Lilmod en el 2007 y 2008, respectivamente.
mo una dimensión privada –confesional, espiri- De hecho, creo que la complejidad de los pro-
tual y terapéutica–. El esfuerzo para la recupera- yectos de recuperación de memoria histórica no
ción y curación del trauma y del trauma público permitirían pensar en la memoria, en el deber de
–encontrar la voz narrativa a través de prestar tes- la memoria, de manera unívoca, de manera cerra-
timonio– tiene una oportunidad mayor de suceso da. El deber de la memoria no debería, entonces,
cuando esta voz se da en actos de palabra públicos, pensarse solamente como difusión de un «saber»
más aún cuando se dirige como palabra pública a acerca del pasado (no es historia, que como todo
los otros y por los otros. Como indica el significa- saber es un intento de asimilar aquello que escapa
tivo Informe de la Comisión de la Verdad y Recon- a la presencia), como consolidación de «identidad»
ciliación: «Habiendo prestado especial atención a (nacional, étnica o partidaria), o como herramien-
las voces de las víctimas, y habiendo recogido los ta de cohesión social (activadora de sentimientos
testimonios de muchos peruanos y peruanas de- de pertenencia a partir de la evocación de un pa-
seosos de contribuir a la recomposición de nues- sado común de victorias o derrotas). La memoria,
tra nación, la CVR confía en estar proponiendo una entonces, no debería pensarse únicamente como
manera inédita de narrar nuestra memoria colec- soporte para la acción judicial y legal, porque
tiva». luego de los juicios, tan importantes para la so-
Ahora bien, si como sugiere Pierre Janet, «La ciedad, una vez que victimarios hayan sido juz-
memoria, como las creencias […] como todo fenó- gados, es importante generar espacios, museos,
meno psicológico es una acción […] esencialmente, memoriales, para que la memoria, «la acción de
es la acción de contar una historia», y si el estado contar una historia» y las voces de las víctimas
de trauma a menudo imposibilita a los sobrevi- –cuyo dolor es imprescriptible– no sean barridas
vientes de conectarse con lo que Janet llama «reali- de la esfera pública.
dades y experiencias del presente», ¿como podría Manuel Mauer18 nuevamente:
entonces entenderse ese «deber de memoria»? ¿Po-
dría acaso ser pensado como un deber que nos con- Si hay una alianza posible entre ética y me-
mina a buscar nuevos métodos para acercarnos moria, esta consiste en hacer que el llama-
ética y responsablemente a aquellos «otros», tra- do de esas víctimas inocentes «de aquel odio
bajando para su recuperación, escuchando su pa- del otro hombre» –cuyas voces han sido si-
labra, asumiendo, al mismo tiempo, que la plurali- lenciadas y de cuyos rostros han sido desfi-
dad de voces hace imposible buscar y construir gurados– que su llamado, vuelva a retum-
una narrativa única y completa? bar. No es una historia de los vencedores,
18 Notas para una conversación pública sobre arquitectura, memoria, ética y espacio público entre Manuel Mauer y Julián Bonder en el Museo de
Arquitectura de Buenos Aires, agosto de 2007.
sino una memoria de las víctimas. No –como sentes y qué es de aquellos que sabemos, doloro-
en la historiografía– hacer presente aquello samente, que no van a «re-aparecer»?
que escapa a la presencia (las vidas pasa- ¿Cómo podemos concebir y diseñar espacios
das), sino, precisamente, interrumpir la pre- públicos democráticos, museos, memoriales, que
sencia, abrir una fisura en el presente ha- respondan a aquel llamado y contribuyan al de-
ciendo resonar el llamado (irrepresentable, bate y la discusión pública? En el proceso de pen-
inmemorial) de los vencidos. No hablar des- sar y construir estos espacios, ¿cómo podemos
de el presente sobre el pasado, sino dejar mantener nuestra posición como «testigos» de
que el pasado hable en el presente. sufrimientos e historias (propias o ajenas) sin pre-
tender representarlas?
Filósofos como Giorgio Agamben han teorizado
7. TRAUMA Y RE-PRESENTACIÓN la posición del «testigo» como la base de las relacio-
nes ético-políticas, en tanto el testigo responde al
A la luz de estas ideas, a la sombra de tantos even- sufrimiento del «otro», sin pretender usurpar el lu-
tos traumáticos –en el Perú, en nuestros países la- gar del «otro». Posicionarse como «testigos», como
tinoamericanos, y en tantos otros lugares en el «testigos profundamente comprometidos con el su-
mundo– permítanme formular algunas preguntas. frimiento de aquellos otros», es una forma de ver,
¿Pueden el arte y la arquitectura ayudar a es- mirar y escuchar que requiere aceptar la propia vul-
tablecer modos de ver, testificar, habitar, que acom- nerabilidad. Esta posición requiere una explícita re-
pañen y fomenten el interrumpir, el abrir una fi- nuncia al deseo de dominar, o incluso conocer, dado
sura en el presente haciendo resonar el llamado que, como nos sugiere la teórica del trauma, Cathy
(irrepresentable, inmemorial) de los olvidados, los Caruth, prestar testimonio a la verdad del sufri-
vencidos, los sin voz? ¿Cómo podríamos abrir el miento y el dolor originados en eventos traumáti-
espacio público para que aquellas voces que se di- cos es prestar testimonio a la imposibilidad de com-
rigen a nosotros desde los pozos profundos y pa- prender dichos eventos.19 Dado que, en general, la
sados de la historia, desde los pozos profundos y enormidad de eventos causantes de trauma psíqui-
presentes de la memoria, se hagan presentes en co –una herida acuñada en la mente– es tan grande,
nuestras sociedades democráticas? ¿Cómo invi- dichos eventos no pueden reconstruirse o conocerse
tar a aquellos otros, que pueden hablar, aquellos en su totalidad o magnitud, y generan en víctimas y
que pueden prestar testimonios, a hacerlo sin te- sobrevivientes una incomprensión profunda.
mor? ¿Qué es de aquellos rostros, tal vez desfigu- La imposibilidad de comprender o de acceder
rados, que no tienen la posibilidad de hacerse pre- al corazón de las historias y memorias, de alguna
19 Véase CARUTH, Cathy. «Recapturing the Past: Introduction». En Trauma: Explorations in Memory. Baltimore y Londres: The Johns Hopkins University
Press, 1995.
forma, pone en cuestión la posición del testigo injusticias que este rol en la esfera pública devie-
como «conocedor» de experiencias traumáticas ne altamente complejo, problemático, riesgoso, y
ajenas, dado que «conocer» la experiencia impli- también, esperamos, necesario.
caría pretender entender demasiado, saber inclu- Dicha complejidad se ve magnificada dado que,
so aún más que la víctima, traicionándola. Eso a menudo, y especialmente tras desgracias o catás-
genera problemas serios para formas de repre- trofes, se puede encontrar que un tipo de «estética
sentación que intentan responder al sufrimiento redentora o redentiva» emerge en las comunidades
de los otros. Mientras que el sufrimiento trau- afectadas. Este tipo de «estética redentora» nos pide
mático llama a ser observado, escuchado y pre- considerar al arte (o la arquitectura) como «co-
sentado, al mismo tiempo crea un vacío y una rrección de la vida», asumiendo que cierto tipo de
necesidad, una nueva forma de testimoniar y vi- repetición de experiencia a través del arte puede
sualizar. Una forma de prestar testimonio a la que reparar aquel tipo de experiencia, al decir de teó-
Cathy Caruth llama «testificar una imposibilidad, ricos del trauma, «dañada, o no, tal vez, repara-
la imposibilidad de comprender el trauma».20 ble». Leo Bersani aptamente nos recuerda que «las
¿Cómo podemos, entonces, posicionarnos Catástrofes de la Historia parecen importar me-
como arquitectos, artistas, miembros de la socie- nos si están de alguna forma compensadas a tra-
dad frente a esta imposibilidad? vés de Arte».21
Es entonces importante permitirnos recordar –como
arquitectos, diseñadores, y artistas, como políticos, pensa-
8.ACTITUDES, POSICIONES Y PROYECTOS dores y participantes de la sociedad– que ni el arte, ni la
arquitectura pueden ni deben intentar compensar las ma-
El rol histórico del arquitecto siempre ha sido crear sacres, el genocidio y el trauma publico. Lo que sí pue-
un «teatro de acción». Diagramar y marcar los den intentar nuestras prácticas, artísticas y ar-
límites para una acción determinada, creando así quitectónicas, es establecer una relación dialógica
un contenedor de memoria. El objetivo es permi- con aquellos eventos y colaborar enmarcando los
tirle a la humanidad la continuidad de la vida y la procesos hacia el entendimiento. Es entonces cru-
posibilidad de un futuro mejor. Al tiempo que como cial concebir estos proyectos y trabajos sobre la
arquitectos nos embarcamos en proyectos, nues- memoria como mapas, como topografías espacia-
tro trabajo a menudo consiste en develar, descu- les, condensando voces, abriendo espacios para el
brir, a la vez que anclar, historias y memorias en estudio, la re-presentación y el diálogo con una
sitios, territorios y ciudades. Es frente a las catás- medida de claridad espacial y profundidad arqui-
trofes, los traumas históricos, los genocidios y las tectónica. Es asimismo crucial intentar habitar la
20 Ib., p. 10.
21 Citado por Sidra DeKoven Ezrahi en Booking Passage, Exile and Homecoming in the Jewish Modern Imagination. Berkeley: University of California
Press, 2000, p. 144.
distancia inhabitable entre nosotros y aquellos eventos Este es el tipo de actitudes y posiciones que he
–entendidos como preguntas que nos ponen en cuestión– tratado de traer a mis prácticas y proyectos. En
ofreciendo la prospectiva de que el limbo cronoló- mi trabajo profesional y académico y en nuestro
gico, la tierra de nadie, el espacio entre la tumba trabajo de colaboración con el artista, profesor y
de la memoria y vientre de la historia pueda ser director del Centro de Estudios Visuales Avanza-
atravesado con cuidado generacional, honestidad dos del MIT, Krzysztof Wodiczko, sostenemos y
intelectual y respeto ético. enfatizamos una aproximación humilde y cons-
Para las generaciones recientes y futuras, luego ciente entendida como «diferimiento ético». Esta
de una significativa «erupción» de manifestaciones aproximación al trabajo, a los proyectos, involu-
artísticas y arquitectónicas basadas en representa- cra «habitar la distancia como lugar de acción»;
ciones figurativas o abstractas de la «muerte», la habitar la distancia entre acto y recuerdo, entre
«destrucción», la «desesperanza», el «dolor» y el mundos recordados y mundos a ser transforma-
«horror», nuevas actitudes son posibles y necesa- dos. Esta posición conlleva reafirmar la «presen-
rias. Actitudes que, atentas y recelosas de expectati- cia» y la «autoría» a través de una interacción e
vas e intentos de construir significados inmediatos, imbricación dinámica de mundos conceptuales y
reconocen la imposibilidad de representar experien- materiales por dentro y por fuera del trabajo, con
cias traumáticas, los límites de nuestras prácticas y el objetivo último de auto-removerse, de borrar-
nuestra incapacidad para proponer respuestas se, de retirarse y desaparecer de la escena. Esta
significativas. Estas actitudes se basan en inten- aproximación se funda en intentar enmarcar «pre-
tar sostener los dilemas para la representación, la sencias» a través de materiales más allá de la materialidad,
necesidad de generar más preguntas y la resisten- a través del lenguaje más allá de la representación, a tra-
cia a la «clausura». Es así que trabajar-a-través y vés del espacio más allá del espacio. Esta aproximación
sobre proyectos en relación con el «trauma», el se basa en un entendimiento del arte, la «arqui-
«espacio» y la «memoria», requiere un persis- tectura» y el «paisaje» como medios no represen-
tente intento de generar transformaciones en la tacionales, pero sí medios capaces de presentar e
esfera pública, y conlleva establecer marcos crí- iluminar un preciso y limitado número de verda-
ticos/éticos para posicionarnos como «testigos des y valores en el espacio localizado entre las
comprometidos». Dichas posiciones demandan a preguntas, los públicos y los instrumentos de
nuestras obras y proyectos mantener actitudes muy nuestras prácticas y artes.
precisas, dialógicas y comprometidas en relación Este tipo de aproximación conlleva a contri-
con el «diseño», a «técnicas» y «materiales», a los buir a la construcción de una sociedad agonista22
«sitios de memoria», a la «historia», y especialmen- y democrática –en tanto autores, diseñadores, ar-
te en relación con las «voces y los rostros de otros». quitectos y sujetos ético-sensibles– a través de una
22 El objetivo de la política democrática verdadera, dice Chantal Mouffe, es trasformar antagonismo en agonismo… Una diferencia importante con el
modelo de democracia deliberativa es que para el «pluralismo agonista» el primer objetivo de la política democrática no es eliminar las pasiones de la
esfera pública a fin de adquirir un consenso racional, sino movilizar las pasiones a fin de crear diseños políticos democráticos.
ética de deferencia al «otro»; conlleva un cons- los memoriales que pueden realmente hablar acer-
ciente «salir de uno mismo» (como nos sugiere ca y sobre memorias traumáticas –no solo del
Levinas), como una base necesaria, y espero bien- pasado, sino también del presente– deben surgir
venida, para un trabajo comprometido y trans- a través de un proceso participativo con gente y
formador, en términos políticos, culturales y comunidades que comparten un interés vital en
arquitectónicos en la esfera pública. su realización y continuidad. Dado que los monu-
mentos y los memoriales deben dirigirse a una
pluralidad de públicos y generaciones, su devenir
9.CONCLUSIÓN: «TRABAJOS DE (SOBRE) en vehículos para «testimonios», para emoción y
MEMORIA» pensamiento, para discursos democráticos y pe-
dagógicos, para un trabajo trasformativo, para el
Memorial, memento, monumento, como «moni- entendimiento, para la razón, es esencial. Es así
tor» o guía, sugieren no solo conmemoración sino que desarrollar su «palabra», su «discurso», y dis-
también estar atentos, advertir, remembrar y re- parar su potencial terapéutico y de cuestionamien-
cordar, aconsejar, y llamar a la acción. Entende- to va a ser central para su efectividad.
mos estos «trabajos de (sobre) memoria» –tales Es importante notar que, incluso cuando se
como el Memorial para la AMIA; el Cento de Estu- construye sin dicha intención consciente, los me-
dios para el Holocausto y Genocidio en Clark Uni- moriales deberían entenderse como poseedores
versity; el Museo de la Shoa en Buenos Aires; el de esta función de monitoreo y cuestionamiento
proyecto memorial para los Desaparecidos; el Civil –monitores y críticos del y en el presente–. Pero,
War Memorial en Boston y proyectos realizados con en contra de esta demanda y expectativa, la ma-
Krzysztof Wodiczko como Hoboken September 11 yor parte de los memoriales se ven inactivos e
Memorial en New Jersey, el WTC y Mémorial à incapacitados. Como dice Krzyzstof Wodiczko:
l’Abolition de l’Esclavage (Memorial a la Aboli-
ción de la Esclavitud) en Nantes (Francia) que será Los monumentos y memoriales, en su quie-
construido en el 2011; o el Babi Yar Memorial Park, tud, se ven extrañamante humanos, mien-
en Denver– como memoriales que trabajan, que tras que los humanos traumatizados, en su
en conceptos, diseño y formas que evolucionan inmovilidad y silencio, aparecen extraña-
pueden invitar al compromiso y participación mente monumentales. Los sobrevivientes
colectivas y a la capacidad de responder. silenciosos, viviendo en sus sombras, se
Creo que los sitios de memoria no deberían enfrentan a las fachadas mudas y a los ojos
pensarse como lugares silenciosos, sino como agen- ciegos de nuestros edificios públicos y me-
tes para la cultura y el diálogo, activados a través moriales, los testigos silenciosos de las in-
de programación e interacción. La premisa es que justicias del presente.23
23 De conversaciones con Krzysztof Wodiczko durante nuestro trabajo sobre el Hoboken September 11 Memorial, el Memorial a la Abolición de la
Con el fin de encontrar caminos, frente a dicha Los sitios de memoria concebidos, diseñados y
incapacidad e inmovilidad, un trabajo ético, polí- construidos como vehículos activos y éticos
tico, terapéutico, así como también espacial y pueden y deben funcionar como ambientes para el
monumental, debe ser elaborado. Un trabajo que, pensar a través de traumas pasados y presentes y
a un tiempo necesario e imposible, intenta enmar- re-actualizar el pasado en tiempo presente. Pueden
car la presencia de aquellos rostros, de aquellas y deben servir para recordar, advertir, iluminar,
voces; un trabajo que intenta hacer audible un lla- fomentando la aparición de nuevas formas de
mado moribundo pero infinito. Este trabajo, que conciencia crítica e invitando a visitantes, habi-
re-actualiza los espacios memoriales, monu- tantes, y actores de presente, a construir un mundo
mentos y museos en acción cultural y política, mejor a través de un comprometido trabajo de la
demanda responsabilidad y fomenta «respon- memoria: «trabajos de (sobre) memoria».
se-habilidad» (esto es: habilidad de responder) en
relación con el pasado y el futuro.
Esclavitud en Nantes (Francia), y Babi Yar Park en Denver, Colorado (Estados Unidos).
APÉNDICE: PROYECTOS
PROYECTO N.O 1
Julián Bonder. Museo del Holocausto, Buenos Aires (Argentina)
PROYECTO N.O 2
Wodiczko & Bonder. Hoboken September 11 Memorial, Hoboken, New Jersey (Estados Unidos)
Este proyecto implica trabajar sobre el Pier A Park, sobre el Hudson, al otro lado de Manhattan. Esta
propuesta fue concebida como un refuerzo simbólico del borde sur del parque, el lado más expuesto al
trauma del 11 de septiembre. Es este borde la zona que más fuertemente sintió el evento del 11 de
septiembre y en nuestra propuesta revela los trazos de una memoria traumática sobre el agua del río
Hudson. Este proyecto opera, entonces, sobre la dinámica relación con el Lower Manhattan.
El proyecto enfatiza el fluir de cuerpos, aquel día y todos los días, el fluir de la memoria y la
curación. El elemento central es un camino conmemorativo que entreteje conmemoración, contempla-
ción, conocimiento y silencio, y se extiende a lo largo de 200 metros del borde del parque. El proyecto
incluye espacios contemplativos y de encuentro, y una superficie de respuesta que reacciona frente a
eventos relacionados con el terror que se dan en el mundo.
Este proyecto estuvo entre los cuatro finalistas (entre cien propuestas originales y diez semifinalistas) en el Hoboken
September 11 Memorial Competition.
PROYECTO N.O 3
Wodiczko + Bonder. Memorial a la Abolición de la Esclavitud, Nantes (Francia)
El proyecto es una evocación metafórica y emocional sobre la lucha por la abolición de la esclavitud,
sobre todo histórica, pero que continúa en el presente, realizada a través de la transformación física y
la adaptación simbólica de 350 metros de la costa del río Loire en el centro de Nantes (capital del
tráfico francés de esclavos). Es el primer memorial de esta magnitud y escala en toda Europa.
El proyecto incluye la transformación de espacios existentes bajo la superficie actual de la ciudad.
Dichos espacios –residuos de los malecones portuarios construidos a través de los siglos XVIII, XIX, XX–
son trasformados en un «pasaje» conmemorativo. El proyecto incluye la transformación de la superfi-
cie de la ciudad en un terreno conmemorativo así como también espacios de información y exhibición.
Más allá de su carácter simbólico, el proyecto va a ser utilizado como espacio para testimonios y
como centro del fórum anual por los derechos del hombre en la ciudad de Nantes. Este y otros eventos
programados reafirmarán la especificidad de este sitio como lugar responsable de memoria, respuesta
y lucha. Marcar la lucha contemporánea por la liberación de esclavos en el presente puede servir para
recordarnos que la abolición de 1848 no fue en vano.
Este proyecto sobre la costa del río Loire en el centro de Nantes fue comisionado por la ciudad, su consejo municipal y
su intendente, Jean Marc Ayrault, por concurso internacional. Se encuentra en desarrollo y su apertura está prevista para
fines del 2011.
El proyecto recibió el premio 2007 de la Association of Collegiate Schools of Architecture (ACSA) / Asociación de
Escuelas de Arquitectura de Estados Unidos; el 2001 Faculty Design Award / Diseño de profesores «por trabajo que
avanza la naturaleza reflexiva de la práctica y la enseñanza».
1. EL MUSEO DE LA MEMORIA Y DE CÓMO mucho más difícil que la edificación del museo, ya
ENTENDEMOS LA CULTURA que requiere de la implementación de un proyecto
a largo plazo que esté atento a la inclusión de las
A propósito del ofrecimiento del Gobierno alemán sensibilidades, demandas y formas de acción cul-
de dos millones de dólares para la construcción tural de distintos actores, así como de la revisión
de un museo de la memoria, un proyecto reco- crítica de nuestros sentidos comunes; y este es un
mendado por la Comisión de la Verdad y Reconci- reto mayor.
liación (CVR) en el marco de las acciones simbóli- Por otro lado, el debate en cuestión está con-
cas dirigidas a lograr la reconciliación así como tribuyendo a explicitar concepciones acerca de la
generar consciencia de lo ocurrido en los años de memoria y la reconciliación, así como intereses y
violencia, se ha abierto un debate público acerca lugares de enunciación, implícitos en los argumen-
de su pertinencia. Más allá de la importancia de tos esgrimidos y que requieren ser críticamente
poder concretar la realización de un museo de esta revisados. Si bien el debate es ciertamente políti-
naturaleza, considero que visto desde una pers- co e ideológico, propongo que también vale la pena
pectiva que entiende los museos como arenas de abrirlo a un debate académico en el que se reflexio-
deliberación pública en vez de edificios inanima- ne críticamente acerca de nociones como cultura,
dos,1 este ya empezó a construirse. museo y lo público, que enmarcan el modo en que
La sola posibilidad del museo de la memoria se conceptualizan y llevan a cabo las políticas
ha abierto un debate necesario, si se desea cons- públicas de la cultura.
truir una cultura ciudadana saludable y democrá- Entre los argumentos que han sido esgrimidos
tica. Por esa razón, considero que tiene la misma en contra del museo de la memoria se encuentran,
importancia seguir abogando porque el proyecto por ejemplo, aquellos según los cuales las políticas
se haga efectivo, así como por mantener abierto el de Estado de un país pobre como el Perú deben prio-
debate. Esto último, ciertamente, puede resultar rizar la inversión en la producción ya que la cultu-
1 Al respecto, sería necesario hacer un balance y reflexión crítica en torno a los distintos lugares de memoria edificados a los que no se les da uso alguno
y que por lo tanto pierden poder preformativo para hacer efectivos los objetivos por los cuales fueron construidos. Como ejemplos se puede mencionar
el Parque de la Memoria de Abancay, promovido por organizaciones no gubernamentales de derechos humanos y el gobierno regional; o la efigie a la
paz levantada por la CVR y la Defensoría del Pueblo en Huamanga. En ambos casos se trata de edificaciones deterioradas y que la población no utiliza.
(Conversación personal con Ricardo Caro).
2 «Si yo tengo personas que quieren ir al museo, pero no comen, van a morir de inanición. […] Hay prioridades», apuntó el titular de Defensa. Este también
afirmó que de tener a la canciller alemana, Ángela Merkel, frente a frente, «le agradecería» por el ofrecimiento pero le haría otra propuesta: «Le diría:
qué te parece si empleamos esto en algo más necesario para el país». <http://www.rpp.com.pe/2009-02-26-flores-araoz—crear-museo-de-la-memoria-
no-es-prioridad-para-el-peru-noticia_166846.html>.
3 «La posición del Gobierno Peruano que expresó la Cancillería (al Gobierno de Alemania) es que no creemos que el Informe de la Comisión de la Verdad
y Reconciliación (CVR) haya servido a la reconciliación, por ello creemos que no es el momento ni la oportunidad para crear un museo que va a mantener
abiertas las heridas». <http://www.elcomercio.com.pe/impresa/notas/no-momento-museo memoria/20090310/256782>.
4 «Los museos son tan necesarios para los países como las escuelas y los hospitales. Ellos educan tanto y a veces más que las aulas y sobre todo de una manera
más sutil, privada y permanente que como lo hacen los maestros. Ellos también curan, no los cuerpos, pero sí las mentes, de la tiniebla que es la ignorancia,
el prejuicio, la superstición y todas las taras que incomunican a los seres humanos entre sí y los enconan y empujan a matarse. Los museos reemplazan la
visión pequeñita, provinciana, mezquina, unilateral, de campanario, de la vida y las cosas por una visión ancha, generosa, plural. Afinan la sensibilidad,
estimulan la imaginación, refinan los sentimientos y despiertan en las personas un espíritu crítico y autocrítico». <http://www.elcomercio.com.pe/
impresa/notas/peru-no-necesita-museos/20090308/256015>.
5 Al respecto, es interesante cómo se trata en la película el asunto del miedo y el dolor. El quechua, el canto y las prácticas culturales y rituales relacionadas
con la muerte funcionan allí como los lenguajes apropiados para darles expresión, así como los medios a través de los cuales se delimitan los entornos
sociales dentro de los cuales estos son comentados y compartidos.
ria y de la reconciliación. Existen muchas otras En tal sentido, un museo de la memoria debe
prácticas en torno a esta problemática que se lle- imaginarse más allá de su materialidad y de sus
van a nivel local, como aquellas vinculadas a las particulares formas expositivas y comunicativas
estrategias de mujeres quechuas para lidiar con el para acoger y hacer visible de manera contextuali-
miedo y el dolor de la experiencia de las violacio- zada las memorias de los distintos actores impli-
nes y cuyo carácter público es relativo a audien- cados. Resulta necesario que en toda exposición
cias específicas.6 Lo que una población local nece- museográfica se problematice acerca de quién re-
sita publicitar con el fin de generar respuestas cuerda, qué se recuerda, cómo se recuerda, para
colectivas, no necesariamente requiere ser publi- qué se recuerda y a quién se comunica tal recuerdo.
citado en entornos más grandes; existen incluso Además, un museo de la memoria debería
formas cuya eficacia depende del hecho de mante- mediar y promover de manera descentrada otras
nerse en el plano individual o familiar y que tam- formas de hacer memoria. El lenguaje museográ-
bién requieren ser reconocidas y facilitadas. La fico no es el único mecanismo para poner en esce-
reconciliación que se busca con un museo de la na la memoria. Existen otros como la literatura, el
memoria, por lo tanto, no se logra de manera cine, las artes plásticas, la música y la etnografía
mágica, sino que implica dar cabida a distintas que han venido tematizando experiencias diver-
memorias, formas de recordar y de publicitar, sas de los años de violencia y que incluso se en-
garantizando así la inclusión y respetando la di- cuentran en diálogo entre sí. Estos son los casos de
versidad cultural. En otras palabras, de lo que se la etnografía de Kimberly Theidon, titulada Entre
trata es de garantizar la fuerza performativa de prójimos, que da inspiración a la película de Clau-
cualquier forma de memoria. La reconciliación dia Llosa, La teta asustada,7 pero también de la pelí-
no tiene que ver con el perdón y la culpa, sino más cula Vidas paralelas de Rocío Lladó8 y la novela De
bien con la posibilidad de que la víctima se con- amor y de guerra de Víctor Andrés Ponce,9 las cuales
vierta en actor del proceso de reconstrucción so- confrontan la versión del Informe Final de la CVR.10
cial. Y esto último implica una política cultural Habría que agregar otras formas de recordar o de
que reconozca la diversidad cultural y que sea in- lidiar con el dolor como son la música, la imagine-
clusiva de prácticas alternativas de recordar y ría, la tradición oral, el ritual.11 En otras palabras,
generar consensos y pactos sociales. el trabajo de la memoria no tiene por qué reducir-
6 Véase THEIDON, Kimberly. «La micropolítica de la reconciliación: práctica de la justicia en comunidades rurales ayacuchanas». Allpanchis, n.o 60, 2002.
7 Al respecto, se puede leer la entrevista a Kimberly Theidon alojada en <http://www.reportajealperu.com/noticias/con-ustedes-kimberly-theidon-la-
autora-intelectual-de-la-teta-asustada/>.
8 Véase <http://www.cinencuentro.com/2008/09/30/vidas-paralelas-2008/>.
9 Véase <http://www.librosperuanos.com/autores/va-ponce.html>.
10 Véase <http://www.comisiondelaverdad.galeon.com/>.
11 Al respecto, se puede mencionar las investigaciones de María Eugenia Ulfe sobre los retablos ayacuchanos, de Johnathan Ritter sobre el género del Pun
Pin, y de Ricardo Caro sobre la conmemoración a los muertos durante los años de conflicto en Sacsamarca.
12 HABERMAS, Jürgen. The Structural Transformation of The Public Sphere: An Inquiry into a Category of Bourgeois Society. Cambridge, Mass: MIT Press,
1989.
13 FRASER, Nancy. Iustitia interrupta: reflexiones desde la posición postsocialista. Bogotá: Universidad de los Andes, 1997, p. 102.
da en la argumentación racional como la garantía ejemplo en el Perú, individuos de origen social ét-
para una discusión y reflexión crítica, racional e nico son admitidos como congresistas, siempre y
independiente de la identidad social de los sujetos cuando se delibere en español. El quechua –sin
deliberantes, permitió a la burguesía, depositaria mencionar las formas de argumentación y legiti-
de tal estilo retórico, constituirse en la clase mo- mación propias del mundo campesino quechua–
ralmente solvente para el ejercicio público, a la no es un lenguaje aceptado como válido en el
vez que otras formas culturales para argumentar, ámbito de la política formal, reconociéndose su
debatir y llegar a consensos fueron deslegitima- validez solo en el campo de la cultura (tradición
das. El dominio de las normas de expresión de un oral, poesía, canto).
grupo sobre las de otros, implicado en este proce- Por otro lado, la exclusión de otras formas dis-
so, se convierte en la condición no solo para parti- cursivas públicas en el plano político e ideológico
cipar legítimamente de la esfera pública, sino ade- se traduce en el poco interés que la investigación
más para encarnar la voz representativa de lo que académica ha mostrado en estudiar el potencial
es de interés general. crítico y político de repertorios deliberativos y
Una consideración de este tipo lleva a identifi- de acción pública alternativos, así como en la
car dos puntos centrales de la discusión en torno subestimación de lo que se juega en el campo de la
a la esfera pública: a) el carácter excluyente de esta cultura, de los medios y de las industrias cultura-
y b) el hecho de que tal exclusión no solamente se les.14 Este sesgo está fundado en una tradición
da en términos del acceso a ella, sino que además ideológica y teórica, según la cual la capacidad
se lleva a cabo a través de los repertorios y com- de reflexión y argumentación solo se desarrolla a
petencias culturales que la distinguen. En conse- través de la palabra, y mejor aún la palabra escri-
cuencia, para dar cuenta del carácter excluyente ta, dejando fuera otras formas de generación de
de la esfera pública hay que considerar tanto las conocimiento, de diálogo intersubjetivo y de con-
diferencias estructurales que determinan el acce- senso, a las que se les ha atribuido además un ca-
so al espacio público hegemónico, y a los medios rácter prepolítico.
de producción y circulación de discursos, como a En tal sentido, el interés general de la antro-
las diferencias culturales que se encuentran codi- pología por la diversidad de formas de cultura
ficadas en los estilos y repertorios deliberativos expresiva y escénica que comprometen tanto la
propios de públicos distintos. De este modo, por palabra como la acción corporal, así como su re-
14 Solo recientemente, en el Perú se ha empezado a explorar la eficacia que prácticas que pertenecen al campo de la cultura pueden tener en la deliberación
de asuntos de interés público, la generación de memoria, de sentidos de colectividad y de responsabilidad social, así como en la canalización de la acción
pública. Al respecto, se puede ver CÁNEPA, Gisela y María Eugenia ULFE (eds.). Mirando la esfera pública desde la cultura en el Perú. Lima: CONCYTEC,
2006. ALFARO, Santiago. «Las industrias culturales e identidades étnicas del huayno». En Carmen María Pinilla (ed.). Arguedas y el Perú de hoy. Lima:
SUR, 2005. RITTER, Johnathan. «Siren Songs: Ritual and Revolution in the Peruvian Andes». British Journal of Ethnomusicology, vol. 11, n.o 1, 2002.
FELDMAN, Heidi. Ritmos negros del Perú: reconstruyendo la herencia musical africana. Lima: Instituto de Etnomusicología de la Pontificia Universidad
Católica del Perú e Instituto de Estudios Peruanos, 2009.
flexión más específica sobre el carácter reflexivo, Desde la antropología, el concepto de ciudada-
argumentativo y consensual del ritual, el teatro, nía cultural discute precisamente el derecho de gru-
la danza y las expresiones visuales pueden ser un pos específicos a no ser excluidos de participar en
aporte para una revisión crítica del concepto de la esfera pública sobre la base de marcas cultura-
esfera pública. Por otro lado, la vieja vocación de la les, raciales, de género o físicas que los distingan
antropología por explorar la relación entre cultu- del modelo universalista implicado en las defini-
ra y política ha sido en gran parte investigada ciones convencionales de ciudadanía. Sería, preci-
precisamente a través del estudio de las formas samente, la aceptación de formas de participación
de cultura expresiva. A propósito de este interés, culturalmente específicas la base para lograr una
hay que precisar que este no se reduce al estudio inclusión efectiva y una ciudadanía plena.15
de repertorios culturales que pueden ser califica- Al respecto, es importante señalar que el re-
dos de performativos en el sentido de que com- clamo por los derechos culturales y la constitu-
prometen una puesta en escena y al cuerpo en ac- ción de una esfera pública más democrática no
ción, sino que implica además el estudio de tales implica solo un asunto de representación, es decir
repertorios desde un enfoque preformativo. Tal de tener voz, sino que debe estar centrado en ga-
enfoque implica tomar toda expresión cultural rantizar a cada grupo la producción y gestión de
como una puesta en escena, es decir, tomar en su diferencia. Es, en tal sentido, que quiero argu-
cuenta la acción de los individuos o grupos invo- mentar precisamente que la constitución de una
lucrados en ella, así como el contexto del cual es- esfera pública más inclusiva y respetuosa de los
tos extraen y encauzan significados posibles. Tal derechos culturales se mide por las posibilidades
enfoque ha permitido argumentar por el poder de participación; en otras palabras, tiene que ver
constitutivo de las expresiones culturales, siendo con un asunto de performatividad. Esto es, la po-
este precisamente el que le otorga eficacia política. sibilidad de que la iteración –la puesta en acción–
Problematizar la esfera pública a partir de los de una práctica cultural específica, ya sea esta una
estudios sobre política y cultura expresiva en es- forma de cultura expresiva o una práctica coti-
tos términos es importante no solo porque amplía diana, realizada en el marco de una constelación
el espectro de posibles formas de acción pública, institucional e histórica particular tenga eficacia
sino porque plantea la necesidad de pensar la di- política; es decir, capacidad constitutiva y trans-
versidad de formas de acción pública en el marco formativa de la realidad que enuncia o expresa.
de la transformación del propio campo político y, En otras palabras, una esfera pública más demo-
por lo tanto, de las formas de hacer política. crática y participativa sería aquella en la que la
15 Véase ROSALDO, Renato. «Cultural Citizenship, Inequality, and Multiculturalism». En William V. Flores y Rina Benmayor (eds.). Latino Cultural
Citizenship: Claiming Identity, Space and Rights. Boston: Beacon, 1997.
acción pública no solo tuviera un sentido delibera- ejemplo el caso de las fiestas religiosas que comu-
tivo, sino además fuerza práctica; es decir, capaci- nidades de devotos de origen andino realizan en
dad de intervención directa en la configuración de honor a los santos patrones de sus pueblos de pro-
la vida y el orden social, de modo que opinión y cedencia. Son de especial interés aquellas que se
acción se complementen de manera eficaz. realizan en el centro histórico, ya que las activida-
Hay que señalar que este asunto está vinculado des implicadas en su realización suponen el acceso
a uno de los temas que preocupa a Nancy Fraser y uso tanto de espacios de culto –templos y alta-
cuando distingue entre públicos fuertes y públicos res– como de espacios públicos –las calles y plazas
débiles. A través de tal distinción, la autora llama del Centro de Lima– que son emblemáticos de una
la atención sobre la posibilidad de que la opinión tradición limeña criolla. En tal sentido, es impor-
no se traduzca en decisión y que, por lo tanto, la tante señalar que los devotos de las imágenes an-
opinión pública quede despojada de su fuerza prác- dinas celebradas en el centro de la ciudad no vi-
tica. Es precisamente este problema el que exige ven allí. Sin embargo, no escatiman esfuerzos en
pasar de un modelo representacional a uno parti- colocar sus imágenes en los templos ubicados en la
cipativo, tanto para pensar lo cultural como para zona. Mi argumento es que en el contexto de la de-
actuar a través de él. claración del centro histórico como patrimonio
Para ampliar mi argumento sobre acción pú- cultural de la humanidad por la UNESCO, la puesta
blica y performatividad quiero introducir una en acción de un repertorio cultual como son las fies-
discusión en torno a la relevancia de tomar en tas, adquiere un carácter político. A través de él,
cuenta formas expresivas culturalmente distin- grupos diversos y de origen distinto luchan por
tas o incluso formas cotidianas como mecanismos ocupar, administrar y custodiar legítimamente el
de acción pública. Desde una perspectiva antro- espacio público de la ciudad así como su patrimo-
pológica, estas prácticas son de interés no solo por nio cultural.
su particularismo cultual, sino por a) el hecho de Para que una imagen pueda ser albergada en
que muchas de estas formas son de naturaleza una iglesia, la comunidad devota debe haber lleva-
performativa, es decir, que involucran una puesta do a cabo complejas negociaciones con las autori-
en escena, y por b) el hecho de que en la coyuntura dades religiosas de la parroquia. Estas otorgan una
actual la cultura y sus formas expresivas han po- urna lateral donde la imagen en cuestión es colo-
tenciado su fuerza performativa. cada, comprometiendo la participación de una fe-
ligresía importante en las actividades litúrgicas y
sociales a lo largo del año. La hermandad devota
3.CULTURA PÚBLICA: DEL DISCURSO se hace cargo de los cuidados de la imagen, lo que
A LA ACCIÓN comprende trabajos de limpieza y mantenimien-
to, así como de restauración y tallado. La realiza-
Con respecto a la naturaleza performativa de cier- ción de la fiesta exige adicionalmente negociacio-
tas formas de acción pública, quisiera tomar como nes con el municipio y el Instituto Nacional de
Cultura (INC). En el marco de la declaración de Lima grantes de origen andino dan expresión a sus iden-
como patrimonio cultural y del proyecto Recupe- tidades regionales y locales, e incluso contestan las
ración del Centro Histórico, tales negociaciones imágenes públicas que vinculan a los migrantes al
se tornan polémicas. En el primer caso, porque se mundo de la informalidad, el caos y los problemas
decreta una ordenanza municipal –la 062-1994– de la ciudad, o en el mejor de los casos a la figura del
según la cual, en el Centro de Lima solo pueden provinciano emergente, que los sitúa en el ámbito
realizarse las celebraciones religiosas y cívicas productivo, pero no les confiere valor cultural y
tradicionales como la fiesta de la Virgen del Car- moral. La fiesta es sobre todo acción y, en tal senti-
men de Barrios Altos, la fiesta del Señor de los do, no se agota en el reclamo por la inclusión, sino
Milagros, el Corpus Christi y el aniversario de que le otorga fuerza práctica a este en la medida en
Lima. Por otro lado, la implementación del pro- que la realización progresiva en el tiempo de las
yecto de recuperación en su aspecto de restau- fiestas y las actividades vinculadas a ella puede
ración arquitectónica cuenta con la supervisión llegar a transformar el calendario festivo y los
del INC que cuida que los trabajos se realicen de sitios de culto, y la propia naturaleza del culto
acuerdo con criterios arquitectónicos, históri- religioso. Hay que anotar que a pesar de las re-
cos y estéticos que respeten el carácter colonial sistencias del municipio y la Iglesia a permitir las
y republicano de las edificaciones y plazas. fiestas de origen andino en el centro histórico, es-
En tal sentido, el acceso y uso de los espacios tas empiezan a ser de interés para varios párrocos
públicos, así como los trabajos de restauración y que ven en ellas una posibilidad de trabajo pasto-
arreglo de los templos comprometidos en la rea- ral, y para las agencias de turismo que incluyen las
lización de las fiestas religiosas andinas constitu- celebraciones más vistosas en su oferta turística.
yen formas de acción estratégicas a través de las En otras palabras, se trata de la posibilidad de
que distintos grupos de migrantes interactúan con refundar la tradición religiosa y festiva limeña y
la Iglesia y el Estado, e intervienen en y sobre ca- transformar el propio centro histórico como lu-
lles, plazas y templos para reclamar el reconoci- gar. En un sentido político, esto se traduce en la
miento e inclusión de sus miembros como resi- posibilidad de que las comunidades de devotos de
dentes legítimos de la ciudad, al mismo tiempo origen migrante adquieran agencia cultural, cons-
que negociar su participación en el proyecto Re- tituyéndose en los legítimos intérpretes y custo-
cuperación del Centro Histórico, implementado dios de las tradiciones y monumentos del centro
precisamente en el marco de la Declaración del histórico. De tal manera, la acción festiva como
Centro como Patrimonio Histórico y Cultural, y una forma de acción pública no solo avanza un
las políticas de promoción de la cultura y el turis- argumento dirigido al reconocimiento cultural,
mo a favor del desarrollo. sino que puede hacer efectivo tal reclamo al cons-
Por lo tanto, la fiesta no debe reducirse a su tituir a los devotos de origen migrante en los legí-
función representacional, como un espacio de ex- timos intérpretes y custodios de las tradiciones y
presión y argumentación en el que grupos de mi- monumentos del centro histórico.
16 Véase TURNER, Terence. «Indigenous and Culturalist Movements in the Contemporary Global Conjuncture». En Federación de Asociaciones de
Antropología del Estado Español y Asociación Galega de Antropoloxia (eds.). Globalización, fronteras culturales y política y ciudadanía. (Actas del
VIII Congreso de Antropología). Santiago de Compostela: Federación de Asociaciones de Antropología del Estado Español y Asociación Galega de
Antropoloxia, 1999.
17 Véase ib.
18 Véase YÚDICE, George.El recurso de la cultura: usos de la cultura en la era global. Barcelona: Gedisa, 2002.
19 Véase TURNER, Terence. Ob. cit.
das y formas de intervención que incluyen mo- Estos autores definen la cultura pública como una
vimientos como el de los zapatistas en México,20 «zona de debate cultural» donde los repertorios
quienes han instrumentalizado los medios para de la cultura nacional, la cultura de masa y la cul-
el activismo político, o iniciativas como la de los tura folk son los recursos de tal interacción dis-
asháninkas en el Perú que diseñan sus reclamos cursiva, y cuya economía política se encuentra
por el derecho a la tierra y la protección de su triangulada por la acción entre públicos diversos,
entorno a través del ecoturismo, actividad a tra- las industrias culturales y el Estado.
vés de la cual instrumentalizan los discursos del Desde tal perspectiva, lo público se configura
desarrollo a favor de intereses políticos locales.21 a través de un arreglo de textos y experiencias de
Es precisamente, en esta línea, que autores los que a la vez emergen contextos particulares,
como Appadurai y Breckendrige22 proponen rom- de tal modo que la «vida cotidiana entreteje de
per con la correlación entre lo público y la sociedad manera compleja las prácticas y experiencias do-
civil europea, así como entre literacidad, comuni- mésticas e íntimas de los sujetos con los discur-
dad pública y política que la definición original de sos, prácticas y eventos compartidas que provie-
esfera pública implica. Para ellos la producción nen de la cultura pública».24 La reflexión en torno a
de lo público y la acción pública sucede más bien la producción de lo público trasciende aquí la con-
en el marco de un conjunto de arenas que surgen en cepción espacializada de la esfera pública que ha
una variedad de condiciones históricas, y en las predominado en la literatura,25 y recupera el sen-
que se «articulan el espacio entre la vida domésti- tido de Öffentlichkeit, que alude más exactamente a
ca y los proyectos del estado nación donde distin- una condición o circunstancia que a un espacio
tos grupos sociales (clase, etnicidad y género) cons- delimitado y definido por estructuras propias y
tituyen sus identidades a través de la experiencia separadas de los dominios privados y domésti-
de formas mass-mediaticas en relación con las cos, del cual se puede entrar y salir.
prácticas de la vida cotidiana. El público en este El concepto de cultura pública borra las fronte-
caso deja de tener una relación necesaria o prede- ras entre lo privado y lo público; admite otros len-
terminada con la política formal, acción comuni- guajes, corporales, visuales, escénicos, como for-
cativa racional, capitalismo impreso o las diná- mas de argumentación y reflexión discursiva para
micas de emergencia de la burguesía letrada».23 la creación de opinión, y propone un sujeto públi-
co siempre situado, tanto en términos de su lugar como lava la bandera, a través de la cual, una acción
en la estructura social como con respecto a la pro- cotidiana se buscaba explicitar la necesidad de
ducción, distribución y legitimación de formacio- reflexionar y tomar posición con respecto al pro-
nes discursivas, pero también en relación con los blema de la corrupción; o como la campaña anti-
afectos implicados en su vínculo con distintas co- minera en el caso de Tambogrande, donde parte
munidades de opinión (la familia, los amigos, el de la campaña se organizó en torno a slogans que a
mundo laboral y profesional, el barrio, el grupo través de la reivindicación de derechos culturales
religioso, etcétera), y cuyas agendas y formas de plantearon un debate acerca de dos modelos de
acción discursiva dan lugar a complejas y a veces desarrollo, uno basado en la economía agroexpor-
contradictorias formaciones de identidad. tadora –específicamente de limón– y el otro basa-
Tal perspectiva se encuentra alineada con una do en la explotación minera.
serie de estudios que se han ocupado en estudiar En la línea de lo expuesto hasta aquí y en el
distintas formas de recepción, interpretación, contexto de la celebración de la multiculturalidad,
apropiación y resignificación de contenidos tras- sería necesario, por ejemplo, estudiar el boom de la
mitidos a través de una variedad de formas dis- música tropical, de la gastronomía, de la moda
cursivas que incluyen desde las académicas, las étnica, de las series de televisión que se ocupan de
literarias, las visuales, las espectaculares y expe- personajes de la cultura popular urbana, y la in-
rienciales, considerando al consumidor de estas, corporación de figuras del folclore en las propues-
no como un lector, espectador o participante abs- tas publicitarias y de marketing, con el fin de explo-
tracto, es decir como un consumidor pasivo, sino rar los procesos y los términos de reconocimiento
como un actor. García Canclini,26 particularmen- de la diversidad cultural que están en juego, las
te, han argumentado que el campo del consumo múltiples interpretaciones, apropiaciones y re-
constituye en la coyuntura actual un campo de contextualizaciones de las que son objeto reperto-
acción ciudadana fundamental. rios culturales específicos, así como la economía
Es precisamente en el marco de la coyuntura política que ordena la producción y distribución
culturalista que prácticas culturalmente específi- de la cultura. Es central comprender con respecto
cas –no solamente las que caen bajo la clasifica- a casos específicos y adecuadamente contextua-
ción de géneros performativos del tipo que hemos lizados, cómo se entrelazan política, mercado y
descrito más arriba, sino también prácticas coti- cultura, de modo que se puedan diseñar políticas
dianas– pueden en contextos específicos adquirir culturales adecuadas que instrumentalicen las
eficacia política y constituirse en acciones públi- posibilidades que ofrece el mercado, al mismo
cas para la demanda de derechos culturales, eco- tiempo que evite la incorporación de la diversi-
nómicos y políticos. Ejemplos de esto son acciones dad cultural en términos puramente mercantiles.
26 Véase GARCÍA CANCLINI, Néstor. Consumidores y ciudadanos: conflictos multiculturales de la globalización. México D F.: Grijalbo, 1995.
Víctimas y vengadores
LA PAZ EN COLOMBIA: MÁS ALLÁ
DE VENCEDORES Y VENCIDOS
HERNANDO LLANO*
El que vence engendra odio, el que es En efecto, ambas partes están enfrentadas en
vencido sufre; con serenidad y alegría se un pulso a muerte por la derrota militar de su
vive si se superan victoria y derrota. contrario o la imposición de una pax romana que
RAIMON PANIKKAR. Paz y desarme y cultural, dicte e imponga al adversario las condiciones de
Dhamapada XV, 5 (201). su rendición o eventual reinserción a la vida polí-
tica institucional, sin tener en cuenta los costos
que ello implique para el conjunto de la sociedad
1. PRESENTACIÓN colombiana y sus futuras generaciones. Costos que
de por sí ya constituyen un pesado fardo de vícti-
Estas reflexiones sobre la paz en Colombia van en mas, imposible de negar y mucho menos olvidar,
contravía de la realidad y la dinámica política que en tanto ellas mismas son la memoria y el doloro-
prevalece en la actualidad frente a la caracteriza- so legado de un pasado que se pretende superar
ción del conflicto, su tratamiento y eventual reso- mediante la aplicación de la controvertida ley 975,
lución. Por lo tanto, tienen un propósito más oficialmente denominada de Justicia y Paz, o la
heurístico que propositivo y postulan de entrada invocación recurrente a una reconciliación idílica
que en la presente coyuntura no se divisa un hori- sin verdad ni reparación para las víctimas.
zonte de paz política para Colombia, pues ella está Justamente, en desarrollo de la citada ley se
descartada en los cálculos estratégicos del gobier- constituyó el Grupo de Memoria Histórica de la
no presidido por Álvaro Uribe Vélez y los co- Comisión de Reparación y Reconciliación Nacio-
mandantes guerrilleros de las Fuerzas Armadas nal que, desde 1982 hasta el 2007, ha documenta-
Revolucionarias de Colombia (FARC) y el Ejército do 14.660 colombianos asesinados mediante la eje-
de Liberación Nacional (ELN). cución de 2.505 masacres. No obstante el rigor con
* Agradezco a la politóloga Alejandra Vargas Madrid por su valiosa colaboración en la investigación y sistematización de la información para este artículo.
que el Grupo de Memoria Histórica ha adelantado febrero de 2007 y diciembre de 2008 en los depar-
su trabajo, está en discusión la precisión de esta tamentos de Antioquia, Córdoba y Magdalena. De
estadística del terror,1 cuya magnitud es materia los cerca de 2.000 restos correspondientes a per-
propia del conflicto, pues la degradación de todos sonas denunciadas como desaparecidas, la Uni-
los victimarios dificulta en muchos casos la iden- dad de la Fiscalía ha identificado 1.930, la inmen-
tidad y contabilidad de las víctimas. sa mayoría pertenecientes a campesinos pobres.
Uno de los aspectos más dramático y evasivo Por ello, el fiscal general, Mario Iguarán Arana, ha
en su aprehensión y delimitación es el relaciona- dicho en la ceremonia de entrega de los restos de
do con las desapariciones forzadas y la respon- las víctimas a sus familiares: «el conflicto armado
sabilidad de sus ejecutores, pues este crimen so- en Colombia provocó un genocidio que “toca acep-
brepasa el límite del terror de las masacres y la tarlo y decirlo” y que las víctimas fueron campe-
sevicia de las ejecuciones públicas, en tanto las sinos pobres y marginados».2
víctimas son desvanecidas en el limbo de la Pero más allá de la precisión de dichas cifras
muerte y sus familiares condenados a una an- macabras, que pretenden afirmar la superioridad
gustia eterna al serles negada la certeza del duelo militar incontestable de una de las partes, se en-
que proporciona la ceremonia final de su inhuma- cuentra una realidad de tal raigambre histórica,
ción. De allí la enorme importancia de la recien- complejidad socioeconómica y densidad política
te entrega de 112 restos de personas desapare- que no es posible ignorar, como es justamente la
cidas, como resultado de las investigaciones de definición y caracterización del conflicto. Por ello
la Unidad Nacional para la Justicia y la Paz de la es imprescindible comenzar reconociendo la ma-
Fiscalía General de la Nación, completando así yor paradoja de este, que estriba precisamente
86 jornadas de exhumación para un total de 503 en la negación política de su existencia por parte
restos óseos devueltos a los familiares de las víc- del presidente Uribe3 y la imposibilidad de su
timas. cabal caracterización en el ámbito académico,4
De estos últimos 112 restos, 104 pertenecían a como una de las claves para comprender su ac-
hombres y 8 a mujeres, y fueron hallados entre tual degradación.
1 «Según los cálculos del Sistema Georreferenciado del Centro de Investigación y Educación Popular (CINEP), entre los años 1990 y 2000, los asesinatos
de personas civiles relacionados con el conflicto armado llegaron a 26.985 mientras que los muertos en acciones bélicas propiamente tales fueron sólo
12.887». Véase GONZÁLEZ, Fernán, S. J en: «Conflicto violento en Colombia: una perspectiva de largo plazo».
2 <eltiempo.com/caribe>, sábado 28 de marzo de 2009.
3 El presidente Uribe sostiene reiteradamente en sus discursos que en «Colombia no hay un conflicto armado sino una amenaza terrorista contra una
democracia profunda».
4 El Instituto de Estudios Políticos y Relaciones Internacionales (IEPRI) de la Universidad Nacional de Colombia, publicó en el 2006 un libro dedicado
al conflicto colombiano, con la participación de los más reconocidos investigadores sociales de este, bajo el significativo título de Nuestra guerra sin
nombre. Bogotá: Norma, 2006.
5 GARCÍA MÁRQUEZ, Gabriel. «Por un país al alcance de los niños». Prólogo a Colombia al filo de la oportunidad. Bogotá: Presidencia de la República,
Consejería para el Desarrollo Social, 1995.
6 En total, se han iniciado investigaciones contra 77 congresistas en ejercicio y 22 ex congresistas. <http://www.nuevoarcoiris.org.co/sac/files/oca/anali-
sis/radiografia_parapolitica_legislativa_febrero_2009.pdf>.
so una etnia dominante. Desde posiciones población campesina en zonas de presencia y con-
dictatoriales o desde pactos republicanos se trol de las FARC (entre 1999 y 2002, período del fallido
iban imponiendo estas condiciones de iden- proceso de paz, las AUC cometieron nacionalmente
tidad durante tiempo indefinido para confi- alrededor de 4.958 asesinatos y 971 desapariciones
gurar otros sistemas de poder. La evolución forzadas, según el Banco de Datos del CINEP).
posterior, en particular la actual, demues- Por su parte, las FARC continuaron sus accio-
tra que los excluidos de cualquier tipo recla- nes de hostigamiento contra la fuerza pública por
man con gran violencia el reconocimiento fuera de la zona de distensión y cometieron graves
de su existencia y de su derecho a partici- infracciones al derecho internacional humanitario,
par. La gracia es que la identidad de la Nue- mediante asesinatos y secuestros de civiles, que
va Colombia, que encare los desafíos del después de los atentados del 11 de septiembre de
siglo XXI y se ofrezca a las nuevas genera- 2001 las condujo a ser catalogadas como grupo
ciones, tiene que ser incluyente de la diver- terrorista. El único resultado tangible de esta tra-
sidad colombiana, y no excluyente, como ha gicomedia de la paz fue la «Agenda común por el
sido hasta ahora para una parte importante cambio hacia una nueva Colombia», que contiene
de los colombianos. Mantener la unidad de en 12 puntos el temario que debería empezarse a
la Nación tiene que estar en el origen y fina- negociar para alcanzar la paz política en Colom-
lidad de esta determinación histórica en fa- bia, pero que jamás fue abordado por la nueva iden-
vor de la paz. tidad como grupo terrorista de las FARC.
Es en este contexto que el presidente Pastrana
Basado en esta esclarecedora proclama por la pone fin a la zona de distensión y prepara así las
identidad y la unidad de Colombia, Pastrana em- condiciones para el triunfo presidencial de Álva-
prendió un nuevo proceso de paz con las FARC que ro Uribe Vélez, catapultado por las acciones de
fracaso estruendosamente al subordinar ambas las FARC contra la población civil al pedestal de un
partes esa incipiente dinámica de negociación po- hombre providencial, pues ofrecía al electorado
lítica a los avatares de una acumulación estraté- seguridad y lucha contra la corrupción y la politi-
gica de fuerza militar con la intención de llevar a quería. En efecto, Uribe gana en primera vuelta la
la contraparte a la mesa de negociación en los tér- presidencia de la República y obtiene un amplio
minos impuestos por el más fuerte. respaldo en su lucha contra las FARC, ya tratadas
Pastrana lo hizo con éxito a través del llama- como agrupación terrorista.
do Plan Colombia que permitió un fortalecimien- A partir del 2002, el esfuerzo gubernamental
to militar y tecnológico de la fuerza pública, vigo- será puesto en la política de «seguridad democrá-
rosamente respaldado por los Estados Unidos, sin tica», cuyo principal objetivo es doblegar militar-
subestimar el apoyo del crecimiento exponencial mente a las FARC, sin reconocerle ninguna capaci-
de las AUC y su atroz secuela de masacres contra la dad de interlocución política, como bien lo expresa
el punto 41 del «Manifiesto Democrático»7 en los No solo se trata de una alianza entre el plomo
siguientes términos: «La agenda temática de la y la plata, sino también de un sincretismo
democracia no se debe negociar bajo la presión de ideológico y cultural entre un pasado anacrónico,
los fusiles, pero a quienes los portan se debe ofre- provincial, neofeudal y violento (cuya mejor
cer condiciones para que los abandonen y hagan expresión son las AUC ) con la tecnocracia del
valer sus ideas en los escenarios de la democra- PowerPoint, internet y la formación académica
cia». Es decir, se descarta de entrada un proceso internacional, bien reflejada en la personalidad
de negociación sin previo «abandono del terroris- ultramontana y también ultramoderna del
mo y cese de hostilidades» y se ofrece para «el presidente Uribe, rodeado de jóvenes tecnócratas
desarme y la desmovilización todo el plazo que se y asesores que añoran el regreso de esa autoridad
requiera». Esta oferta es rechazada de plano por patriarcal providente, protectora e infalible que
las FARC, pero es acogida por las AUC, con quienes se encarnaban los abuelos y viejos «paisas».8
diseña la ley 975 del 2005, que conduce a su des- Para ejemplificar esta alianza neoconservado-
movilización y sometimiento judicial a esta. ra, basta citar un par de testimonios de quien es
Así las cosas, desde el 2002 hasta la fecha, Co- considerado el máximo estratega de las autode-
lombia está viviendo una auténtica coyuntura fensas, José Vicente Castaño, en entrevista conce-
histórica de revelación, que está develando la ver- dida a la revista Semana en el 2005:
dadera matriz del sistema político: la simbiosis
entre la política y el crimen. Esta simbiosis se en- La seguridad democrática funcionó y se nos
cuentra incluso en el origen del actual orden cons- ha terminado la razón de existir. Las auto-
titucional y se ha convertido en el hilo conductor defensas nacieron porque el Estado no po-
de sus principales transformaciones y crisis. Así, día defendernos pero en este momento el
como hace dieciocho años, la Asamblea Nacional Estado está en capacidad de defender a los
Constituyente fue catalizada por la violencia mag- ciudadanos.9
nicida y terrorista de Pablo Escobar, hoy se asiste
a la consolidación de un proyecto político hege- Y en cuanto a la forma como se ha venido con-
mónico que, bajo el espejismo de la «seguridad solidando esa nueva alianza en territorios ubé-
democrática» y como respuesta al miedo ciuda- rrimos, declaró:
dano, ha sido capaz de capitalizar los resultados
de la lucha contrainsurgente de las AUC y la defen- En Urabá tenemos cultivo de palma. Yo mis-
sa cerrada del statu quo, todo ello en nombre de la mo conseguí los empresarios para invertir
guerra contra el terrorismo. en esos proyectos que son duraderos y pro-
7 El «Manifiesto Democrático» contiene en 100 puntos el programa de gobierno del presidente Álvaro Uribe Vélez.
8 Regionalismo del gentilicio de los antioqueños y su capital Medellín.
9 Revista Semana, n.o 1205, junio, 2005, p. 32.
ductivos. La idea es llevar a los ricos a in- «revolución social» (insurgencia) o la «refunda-
vertir en ese tipo de proyectos en diferen- ción de la patria» (paramilitarismo).
tes zonas del país. Al llevar a los ricos a esas Es decir, una política democrática que supere
zonas llegan las instituciones del Estado. el falso dilema de la existencia inevitable de ven-
Desafortunadamente las instituciones del cedores y vencidos, y lo reemplace por el de ciu-
Estado sólo le caminan a esas cosas cuando dadanos responsables que rotundamente repudian
están los ricos. Hay que llevar ricos a todas cualquier actor que despliega la violencia contra
las regiones del país y esa es una de las mi- civiles como título de legitimidad o estrategia de
siones que tienen todos los comandantes.10 gobernabilidad, independientemente de los argu-
mentos que esgrima para su ejercicio.
Es este común denominador de la violencia en
el ejercicio de la dominación y la gobernabilidad
lo que precisamente confiere a todos los actores 3. EL PODER DE LA AUTONOMÍA CIVIL FRENTE
una identidad mutante. Identidad mutante, pues- A LA REVANCHA DE LOS VENGADORES
to que integran en su estrategia y acciones la vio-
lencia criminal con el poder estatal (en el caso de Una perspectiva profundamente civilista, situa-
las AUC), los recursos ilegales con los legales (espe- da más allá de todo cálculo estratégico, bien sea
cialmente el narcotráfico) y el crimen con la polí- que este se despliegue en la arena electoral para
tica (en el caso de la guerrilla). De allí la ambigüe- vencer a un adversario en las urnas o en el campo
dad de la política gubernamental frente a las AUC, de batalla para derrotar a un enemigo en la guerra.
tratándolos; primero, como actores delincuencia- Esta apuesta parte de una concepción de la ciuda-
les comunes y; luego, graduándoles como delin- danía en clave republicana, pues considera que solo
cuentes políticos, justamente para cooptarlos merecerá el título de ciudadano y ciudadana11 quien
gracias al éxito de la política de «seguridad de- sea capaz de construir con otros, diferentes a él, no
mocrática». tanto por su alteridad existencial sino sobre todo
Por todo lo anterior, nada hay más urgente en por su pluralidad de identidades, un orden políti-
la Colombia de hoy que propugnar por el rescate co y social que respeta y promueve la dignidad
de la política desde una perspectiva ciudadana, humana mediante relaciones sociales estimuladas
ajena por completo a la obcecación de los venga- por la deliberación, el debate y la cooperación, en
dores, solo obsesionados con la derrota y la humi- un horizonte normativo agonal que excluye la vio-
llación de su enemigo, así utilicen como coartadas lencia como fuente o instrumento capaz de forjar
la «seguridad democrática» (gubernamental), la legitimidad política.
10 Ib., p. 34.
11 Esta concepción ha sido planteada por Bernardo Toro en su texto Principios de la democracia.
Dicha ciudadanía es aquella capaz de forjar la palabra y las leyes la existencia de la misma
una práctica del poder político cuya matriz gene- violencia, como sucede con la postura oficial del
radora se encuentra en la civilidad de la palabra, presidente Uribe al no reconocer el conflicto ar-
el debate público y la concertación autónoma de mado interno en Colombia, para así soslayar la-
la acción social, como lúcidamente lo definiera dinamente la plena aplicación de los principios y
Hannah Arendt en su libro La condición humana, en normas del derecho internacional humanitario,
los siguientes términos: cuyo fin primordial es evitar o aminorar al máxi-
mo el sufrimiento de las víctimas.
El poder sólo es realidad donde palabra y Por su obstinación en desconocerlo, es que
acto no se han separado, donde las pala- cada día el conflicto se degrada más y aumenta el
bras no están vacías y los hechos no son número de víctimas civiles, al punto que hoy Co-
brutales, donde las palabras no se emplean lombia tiene un promedio de dos personas despe-
para velar intenciones sino para descubrir dazadas por las minas «quiebrapatas»; la mayor
realidades, y los hechos no se usan para población desplazada en el continente americano,
violar y destruir sino para establecer rela- con más de 3 millones de personas y el año pasado
ciones y crear nuevas realidades.12 alcanzó el ignominioso récord del mayor número
de sindicalistas asesinados, con 39 víctimas.
Porque es justamente cuando se da este divor- De allí la importancia de ese principio funda-
cio entre la palabra y la acción que surge el espacio cional sobre el cual descansa todo el edificio hu-
para la aparición de las víctimas, condenadas al manitario, como es la distinción meridiana entre
silencio del miedo y los gritos de espanto y dolor población civil y combatiente, que la denomina-
como preámbulos de su muerte o desaparición da política de «seguridad democrática» se niega
forzada por la acción devastadora y arrasadora a reconocer en la práctica mediante el impulso
de los actos violentos de sus verdugos, que han de estrategias como la red de civiles cooperantes
sustituido las palabras por proyectiles y los ar- con la fuerza pública y el pago de cuantiosas re-
gumentos por golpes. compensas por informaciones que conduzcan a
Tal es el escenario que predomina en Colom- la captura, desarticulación, descuartizamiento o
bia desde hace más de medio siglo, con el agra- muerte de terroristas. Los resultados saltan a la
vante de que las palabras y el discurso han servi- vista, aunque se trate de banalizarlos con eufe-
do como coartada para el ejercicio de la violencia mismos como los llamados falsos positivos en
por parte de todos los actores, hasta llegar hoy al lugar de llamarlos por su nombre: asesinatos o
paradójico extremo de pretender negar mediante ejecuciones sumarias.
[…] A partir del momento en que por falta denó la extradición de Mancuso a Estados Unidos
de carácter corre uno a darse una doctrina, para que fuera juzgado por narcotraficante, y no
desde el instante en que se razona el cri- continuara desenredando esa madeja de la alian-
men, éste prolifera como la misma razón, za estratégica del crimen con la política en que se
toma todas las figuras del silogismo. Era ha convertido la gobernabilidad de Colombia.
solitario como el grito; helo ahí universal Según la anterior declaración, Mancuso con-
como la ciencia. Ayer juzgado, hoy legisla. tactó al senador Mario Uribe, primo segundo del
presidente Álvaro Uribe, para iniciar los trámites
En efecto, hoy en Colombia no solo legisla, sino de la que posteriormente se conocería como la ley
que incluso gobierna esa simbiosis entre el cri- de Justicia y Paz. Una ley que no es de justicia y
men y la política, como lo ponen cada día de pre- tampoco de paz, producto de una compleja y difí-
sente una serie de escándalos e investigaciones cil negociación entre los cabecillas de las AUC y el
macabras, como la de los llamados «falsos posi- Ejecutivo, que ha terminado por dejar insatisfe-
tivos» y ahora las ilegales interceptaciones te- chas a todas las partes, pero especialmente a las
lefónicas del Departamento Administrativo de víctimas, en la medida en que no cumple con los
Seguridad ( DAS ), adscrito directamente a la tres criterios universalmente reconocidos de ver-
Presidencia de la República, en gran parte reali- dad, justicia y reparación.
zadas a magistrados de la Corte Suprema de Jus- Hoy la verdad está casi totalmente extradita-
ticia que investigan numerosos políticos de la da, pues 14 de los máximos cabecillas de las AUC
coalición de gobierno relacionados con el para- fueron enviados a los Estados Unidos, donde son
militarismo y las Autodefensas Unidas de Co- procesados por narcotráfico y no por sus críme-
lombia y a periodistas que han venido desentra- nes de lesa humanidad. Así se escamotea el cono-
ñando tan macabra maraña, como es el caso de cimiento de quienes, desde sus posiciones de pri-
Hollman Morris y sus investigaciones sobre los vilegio económico y social o de responsabilidad
asesinatos de líderes de la Comunidad de Paz de gubernamental, auspiciaron económicamente o
San José de Apartado. fomentaron por omisión de sus deberes oficiales
Para comprender la forma como se ha tejido el crecimiento del paramilitarismo y su desenfre-
la urdimbre de esa trama de gobernabilidad e nada acción criminal.
impunidad, es pertinente recordar la declaración Mucho menos hay justicia, pues además de la
del ex comandante de las AUC, Salvatore Mancuso, benignidad de las penas, que oscilan entre cinco y
en el noticiero de televisión de la Radio Cadena ocho años de cárcel, para crímenes de lesa huma-
Nacional (RCN), donde relató la reunión sostenida nidad, el mismo presidente Uribe se enfrentó a las
con el senador Mario Uribe en el 2002 para pro- altas Cortes cuando estas dejaron sin fundamen-
mover una estrategia de paz con el Gobierno cen- to y aplicación legal la tipificación del delito polí-
tral. Una semana después el presidente Uribe or- tico de sedición a quienes hubiesen cometido tales
crímenes, desafiando así el consejo del presidente ción y victimización de la mayoría de la pobla-
sobre el alcance de la ley 975 de 2005 de buscar: ción negra, reconociéndole así sus plenos derechos
«tanta justicia como fuere posible, y tanta impu- y el poder de gobernar. En Colombia está suce-
nidad como fuera necesaria». Por último, sin ver- diendo todo lo contrario, pues bajo la ley 975 –que
dad y sin justicia nunca habrá reparación, por no puede denominarse de «justicia y paz»– esta-
cuantiosa que sea la indemnización económica a mos asistiendo a un tratamiento benevolente
favor de los sobrevivientes de la víctima. dado a criminales privilegiados para afianzar aún
Por todo lo anterior, es que no cabe hablar de más un régimen económico y social al servicio de
una justicia transicional en Colombia, sino más privilegios criminales que requieren para su de-
bien de una justicia transaccional. Una justicia fensa y sostenimiento incluso de la legitimación
que transa penas benignas a favor de criminales política del crimen. En palabras concluyentes de
de lesa humanidad, con el propósito central de Iván Orozco Abad, se trataría de la «legalización
simular justicia, pretendiendo así evadir una fu- de una brutal contrarrevolución narcoconser-
tura intervención de la Corte Penal Internacional, vadora. Ironía de la historia»,13 pues esta fue pro-
que todo parece indicar se dará inevitablemente piciada y afianzada por los excesos y el desco-
al cabo de los años, pues ninguna realidad judi- nocimiento flagrante del derecho internacional
cial y mucho menos política puede soportar tan humanitario por parte de quienes pretendieron
elevados niveles de impunidad e ilegitimidad. hacer la revolución en Colombia.
De allí que sea un disparate total comparar el
proceso actual de la mal llamada ley de Justicia y
Paz con lo sucedido en Sudáfrica, donde la recon-
ciliación eliminó el apartheid, fuente de discrimina-
13 Entrevista a Iván Orozco Abad realizada por la periodista Juanita León, publicada por <semana.com>.
Un encuentro casual con José Pablo Baraybar, fun- infinitas curvas de llanuras y praderas desiertas
dador y director del EPAF (Equipo Peruano de An- de ganados. Decenas de escolares bajan corrien-
tropología Forense) determinó mi colaboración do, desaliñados y apurados por llegar a la escuela
como fotógrafo en el viaje a Putis. Los miembros ubicada a más de dos horas a pie.
del EPAF, impulsados por un profundo sentido de En el trayecto, solo pienso que debo afinar mis
justicia, solidaridad y verdad, les devuelven a los sentidos y aprovechar la única hora que me dan
deudos de los lugares más olvidados del país la para realizar los retratos de este pueblo víctima
posibilidad de recuperar a sus muertos y realizar, de la guerra.
por fin, una ceremonia del adiós. Al final de la ruta, desde el mirador de Putis y
Viajar a Ayacucho en esta oportunidad simbo- con un paisaje semejante al mapa del Perú, me
lizaba el retorno a los orígenes del conflicto y, en lo narran la historia completa de la matanza. Con-
personal, la posibilidad de realizar una ofrenda. mocionados, vamos entrando en el corazón del
El 2 de septiembre de 2008, a las 5:00 horas, en pueblo, todo el tiempo tengo la sensación de estar
San José de Santillana, despertamos viendo la cruz acompañado pero no solo por los compañeros del
del sur que nos acompañó durante la noche. To- equipo.
mamos un desayuno muy ligero y emprendemos Nunca antes tuve tanta conciencia de lo que
la ruta en la combi asignada. El camino de tierra y significa la labor de un fotógrafo documental. Ha-
piedras, afirmado y de una sola vía, nos conduce cer un registro imparcial resulta difícil en momen-
hasta el destino final del viaje, el poblado despo- tos como este. Mi intención es registrar el vacío, el
blado de Putis. dolor, el duelo y el silencio pero también el reen-
En la combi nos encontramos José Pablo Bara- cuentro, la reconciliación, la esperanza y el espíri-
ybar, director del EPAF; Franco Mora, asistente fo- tu inquebrantable. A medida que avanzo por este
rense; Telésforo Huashuayo, asistente y encuesta- pueblo casi fantasmal, mil y una historias desfi-
dor; el chofer huamanguino y su novia selvática lan por cada escena que registro: los amaneceres,
de 16 años; y quien suscribe este texto. las familias, las jornadas de trabajo, el final del
La ruta de cinco horas nos muestra un paisaje día. Una neblina espesa comienza a esconder Pu-
serrano deslumbrante. Poblados rurales con es- tis, todavía me falta el encuentro con los deudos.
tablos vacíos, rodeados por bosques de piedras e El viaje recién ha comenzado.
Compañeros de viaje. De izquierda a derecha: Telésforo
Huayshuayo Ramos, colaborador de EPAF y músico de afición; José
Pablo Baraybar, director de EPAF; y Franco Mora, colaborador de
EPAF y estudiante de Antropología en la Universidad Católica.
La iglesia y la flor de la
cantuta. Dos elementos que,
como dice el huayno de
Telésforo Huayshuayo,
servían para albergar a los
muertos.
Piscigranja de la muerte. Se
llamó así a este lugar porque
los soldados que tenían su base
en Putis congregaron a la
comunidad para que excavaran
una supuesta piscigranja que
los beneficiaría. Todo ello solo
fue una excusa que dieron los
soldados para no tener que
excavar ellos mismos.
El juego de la vida. El juego de sapo, sobreviviente solitario y
testigo al mismo tiempo de que en Putis alguna vez hubo vida.
En el país hay –desde fines de los años ochenta– 1. SENTIDO DE LOS MEMORIALES
espacios públicos destinados a recordar la vio-
lencia producida durante el período 1980-2000 y Ricardo Wiesse realizó una intervención plástica
a quienes la sufrieron. Sin embargo, algunas de en los cerros donde exhumaron los restos de nue-
esas edificaciones han sido desmanteladas, otras ve estudiantes y un profesor de La Cantuta. Sobre
existen sin vida; mientras que un número menor los memoriales indica que «son una expresión irre-
es producto del diálogo de una comunidad. Va- frenable y la huella que ha dejado en la vida de
rios entrevistados para este reportaje coinciden muchos peruanos y comunidades, quienes requie-
en que se requiere un esfuerzo estatal, especialmente ren de estos espacios para procesar traumas. Te-
en el sector educación, para que los más jóvenes ner un memorial es terapéutico y profundamente
visiten dichos memoriales y conozcan esa parte de humano, como buscar tumbas o tocar la puerta
la historia contemporánea de nuestro país. de un cuartel».
Para la elaboración de este texto dialogamos El artista destaca que aquí «a diferencia de otros
con Alicia Retto, periodista e hija de uno de los países, como Argentina o Chile, no hay una mo-
hombres de prensa asesinados en Uchuraccay; numentalística importante, con sujetos y deba-
Otto Guibovich, comandante general del Ejército; te». Conocido por sus representaciones del desierto
Ricardo Wiesse, artista plástico que realizó un tra- y sus murales, está convencido de que «se va a dar
bajo acerca del caso La Cantuta; y Rosa Villarán, el museo de la memoria: no es una empresa irrea-
fundadora del movimiento Para que no se Repita. lizable, la necesidad va a llevar a juntarnos por-
Además, aportaron significativamente al diálo- que hay un divorcio entre lo vivido por las perso-
go los sociólogos Ricardo Caro y Daniel Ramírez nas y lo ideologizado: lo básico es enterrar a sus
Corzo, así como Víctor Vich, doctor en literatura muertos y pedirse perdón. Lo gran ausente en este
hispanoamericana. tiempo de vileza ha sido el perdón».
La discusión acerca de la construcción de un Para Rosa Villarán, estos espacios son la ex-
museo de la memoria está permitiendo conocer la presión cultural de un duelo y de dignificación. El
opinión más clara de sectores que anteriormente movimiento nacional que coordina inició en el 2007
repetían clichés sobre el Informe Final de la Comi- un registro de lugares de memoria e identificó
sión de la Verdad y Reconciliación (CVR). Hay aún quince en Lima y casi treinta en otros trece depar-
demasiadas visiones y versiones en disputa, e his- tamentos. Dicha iniciativa se realizó sin recursos
torias que no se han contado. El tiempo ayudará. y quedó inconclusa debido a otros pendientes en
la agenda de quienes sufrieron la violencia del con- El ministro de Defensa, Ántero Flores Aráoz,
flicto armado interno. inauguró en noviembre pasado el parque Héroes
Villarán destaca algunas expresiones como en de la Pacificación, «obra de la Municipalidad de
Pajarillo (San Martín), el Óvalo de la Paz en El San Borja y del Ejército», según informó su despa-
Agustino, el árbol desenraizado en Villa María del cho, era la continuación de una obra iniciada por
Triunfo, placas en la Universidad Hermilio Valdi- Luisa Cuculiza en 1999 cuando fue alcaldesa y que
zán (Huánuco) y en la de Huancavelica, una estela denominó Obelisco de los Héroes de la Pacifica-
en Huarmaca (Piura), entre otras. «Nos importan ción. La placa de dicho obelisco fue arrancada y
mucho los memoriales pero el momento es muy no es posible verificar, como indica la versión ofi-
difícil, estos lugares favorecerán procesos que de- cial, que aludía a la guerra del Cenepa y no al con-
ben tener un momento culminante en el período flicto armado interno. Guibovich precisó que solo
2009-2010 con respecto a las reparaciones para participan de actividades allí cuando la munici-
las víctimas», agrega. palidad los invita.
En la Comandancia General del Ejército (co- «Deberíamos avanzar un poquito más, no he-
nocida como el Pentagonito), un monumento fu- mos sido buenos comunicadores, no hemos ex-
nerario lleva inscritos los nombres de quienes plicado el fenómeno desde nuestra perspectiva,
murieron durante el combate contra la subver- las generaciones nuevas podrían percibir que las
sión. Tienen espacio para agregar los nombres Fuerzas Armadas han sido nocivas, creo que ha
de los caídos en los alrededores de Vizcatán re- habido exageración en algunos niveles: no ayu-
cientemente. En el 2007, el Estado iba a gastar dan en este proceso de integración nacional. No
casi diez mil soles en el mantenimiento de las suena bien que pongan a las instituciones cas-
piletas y la red de agua de dicho cenotafio. Este trenses como violadoras sistemáticas de los de-
lugar de memoria no es público, pero pueden rechos humanos», expresó el alto jefe militar
verlo los empleados civiles del instituto arma- consultado sobre el museo de la memoria y so-
do que trabajan allí, comenta el general Otto bre una posible exposición fotográfica con la
Guibovich. Otro espacio de memoria –que even- versión de los institutos armados, como anun-
tualmente abre el Ejército para visitas– es el de- ció Flores Aráoz.
nominado Museo Chavín de Huántar en Cho-
rrillos.
Guibovich recuerda que en el 2007, cuando 2. UNA GENERACIÓN NO PUEDE RECORDAR
estuvo a cargo de la Región Centro, trabajó con el PERO DEBE CONOCER LO OCURRIDO
alcalde de Pueblo Libre, Rafael Santos, «la posibi-
lidad de hacer un parque de la pacificación, está El investigador Víctor Vich archiva y estudia
bastante avanzado el diseño, incluso nos ofreció imágenes vinculadas con el conflicto armado in-
un parque cercano a la Plaza de la Bandera, es un terno: sean de espacios públicos o manifestacio-
buen intento orientado a eso», sostiene. nes artísticas.
«Los actores de la violencia tienen que ser su- a los jóvenes, con una verdadera política cultural
ficientemente autocríticos para decir “hicimos esto orientada desde el Ministerio, los sectores educa-
pero no lo podemos volver a hacer”. Ese es el sen- tivos. Para estudiantes de cuarto de media donde
tido de un memorial y de un museo de la memo- les expliquen qué pasó».
ria. Hablar sobre la violencia implica producir un Alicia Retto tiene su vida enlazada a tres me-
discurso sobre el país, muestra las fracturas del moriales que recuerdan a los mártires de Uchu-
país. La discusión sobre la violencia es sobre qué raccay. La fugacidad de la historia ante la falta de
tipo de país tuvimos y qué tipo de país queremos un relato o memoria que se difunda a otras gene-
tener. No hay nadie que no supiera que Sendero raciones se nota en sus palabras.
Luminoso era una organización criminal y terro-
rista, después de la CVR accedemos a otra verdad: El monumento en el cementerio El Ángel
en determinados momentos el Estado se compor- fue producto de una conversación triple en
tó igual que los senderistas», argumenta. la cual estaba el arquitecto, los familiares
Vich asegura que a partir de lo vivido en la y la Municipalidad de Lima –en ese enton-
época de la violencia tenemos algo que aprender: ces a cargo de Jorge del Castillo–. Los fami-
«reconocer la ideologización extrema de un fana- liares tenían claro que esto quedaría para la
tismo político, unas fuerzas armadas marcadas posteridad al lado de los restos, fue cuatro
por una formación al margen de los derechos hu- años después, tenía que ser algo imponen-
manos y por un racismo histórico, una sociedad te y con mucho significado. Todo fue por con-
civil limeña centralista que se desinteresó del pro- senso, la Municipalidad cooperó mucho, los
blema y una clase política que le entregó toda la medios de comunicación también. Hasta
responsabilidad a los militares: esos errores tie- hoy, cuando vamos al cementerio a poner
nen que estar bien simbolizados». flores, pasan las personas y se quedan mi-
Según el investigador, los memoriales no ter- rando. Dicen «¿Te acuerdas?», comentan
minan cuando se construyen: «necesitan la arti- el caso porque ha marcado tanto que no se
culación de un discurso que los acompañe, no solo olvidan, algunos que tienen flores en la
deben hacernos recordar lo que pasó sino que de- mano, se acercan y las ponen.
ben interpretar y explicar lo que pasó. Los pocos Muchas veces hemos llegado y hay flores
memoriales que hay son un ejemplo más de la puestas por otros, hay un sentimiento y una
ausencia de una política cultural en el país. No solidaridad a pesar de que han pasado vein-
hay quién guíe, difunda interpretaciones, senti- ticinco años. ¿Pero cuál es el perfil de quie-
dos. El memorial del Banco de la Nación (Centro nes tienen ese recuerdo? Pasan los 30 ó 40
de Lima) no va acompañado de nada. Tienen que años. Lamentablemente, mi generación no
ser instancias de formación de ciudadanía, tienen lo recuerda porque no lo ha vivido, no se lo
que ser lugares para constituir nuevos ciudada- han enseñado, recién estaban naciendo y
nos y creo que fundamentalmente están dirigidos no conocen la magnitud de lo que esto signi-
más allá de sus propias vidas. Entonces esos espa- Mar, Ayacucho). Y con ello se llevan la memoria
cios no tienen un sentido en la historia inmediata de la gente, como en Iscahuaca».
de las personas, por un sentido práctico los dejan, «Están, además, las escuelas y espacios públi-
pues hay cosas más importantes en el día a día cos municipales que se convirtieron en bases de
que pensar en el mediano plazo. La sociedad civil tortura y asesinato. Las ruinas de la antigua base
debiera pensar cómo poner en valor estos luga- de Huancapi –creada sobre el ex colegio– se po-
res, no es extraño hacerlo con el patrimonio anti- dían ver en un barranco en el 2005, se notaban las
guo, incaico, o restaurar una iglesia. Hay un senti- ropas de las personas asesinadas, las marcas del
do político en esta voluntad de revitalizar memo- horno donde las quemaron. Igual en Churcampa
rias, pero nadie lo quiere encarnar en la sociedad (Huancavelica), el Ejercito tomó la escuela, años
política del país», opina el sociólogo. después quedó vacía, allí mataron. Lo mismo en
Semanas más tarde, como parte del debate Iscahuaca: están las aulas, las pizarras. ¿Qué ha-
público del museo de la memoria, el alcalde de cen los colegios actuales para usar esa experiencia
San Miguel, Salvador Heresi, y la líder socialcris- colectiva de la unidad escolar e instalarla en la
tiana, Lourdes Flores, se pronunciaron a favor de memoria con un sentido cívico de formación?»,
un museo de la memoria. «Son intentos por con- cuestiona el investigador de la violencia en Aya-
servar presente la evidencia de lo que puede suce- cucho, Apurímac y Huancavelica.
derle a un pueblo cuando lo envuelve la violencia. Hay memoriales construidos –indica– que no
Por eso, la tragedia que vivió nuestro país en las han sido producto de un diálogo o un proceso lo-
décadas de los ochenta y noventa necesita tam- cal, como por ejemplo El Ojo que Llora de Torata
bién un museo donde se cuente lo que ocurrió para (Apurímac), en cierto modo una copia del limeño.
que no nos vuelva a pasar», expresó Heresi en El «Lo hicieron aprovechando una feria agropecua-
Comercio. ria, habrá que ver si tiene una función cívica más
Caro señala que hay un descuido –por parte allá de la meramente ornamental», anota. Tam-
de las organizaciones de derechos humanos y la bién recuerda una estela erigida, siendo Del Casti-
academia– con lo ocurrido fuera de la capital. «Se llo alcalde de Lima, en homenaje a las autoridades
debe hacer un registro de estos lugares y de lo que civiles asesinadas por el terrorismo. El memorial
pasó en ellos, a muchos puntos no llegó la CVR. Hay se convirtió años más tarde en un muro de bien-
infinidad de municipalidades incendiadas. Es con- venida al distrito de Jesús María (en la esquina de
tradictorio el descuido de estos espacios (en rui- Salaverry con Rebagliati).
nas) y el empeño por construir y recordar en me- Según Ricardo Caro, el único memorial que a
moriales. Se gastaría mucho dinero en el proyecto la fecha ha logrado consenso de todas las partes
de la alameda de El Ojo que Llora, pero las lluvias ha sido el de Tarata (Miraflores, Lima): «Hay un
siguen destruyendo las ruinas en las aldeas de las consenso sobre el pasado que motivó una volun-
agrupaciones de autodefensa como en Tranca (La tad emocional, es reivindicado por la Municipali-
dad, las organizaciones de derechos humanos, la El sociólogo pide marcar la diferencia entre el
Iglesia, los agentes del orden y los vecinos, hay un Estado y el gobierno con respecto al discurso so-
discurso oficial (del poder) que se vincula con el de bre la memoria. «Yuyanapaq está en el Museo de la
los miraflorinos. Por el contrario, uno se pregunta Nación y la Defensoría mantiene el Centro de In-
por qué monumentos que se hicieron en Huaman- formación sobre derechos humanos. No debemos
ga no participan de la vida cívica, tienen las esta- caer en el simplismo de ver al Estado como un
tuas rotas o les han robado las placas, son solo cuerpo único. Muchos municipios distritales, go-
monumentos al cemento: como instrumentos de biernos regionales y universidades nacionales han
memoria han muerto». apoyado y se han comprometido con la construc-
Un caso opuesto –de orgullo– que menciona es ción de memoriales. Por otro lado, no podemos
el de Acobambilla (Huancavelica). En la plaza del perder de vista los matices entre ellos, finalmente
distrito, Sendero Luminoso asesinó en 1989 a vein- un monumento o placa es solo la huella física de
te autoridades comunales y líderes y arrojó los un proceso social alrededor de él. En ellos se cons-
cadáveres al lado de un monolito considerado la truyen y negocian las memorias», acota.
piedra de los ancestros. Cuando en el 2006 se re- Al cierre de este reportaje, el Ejecutivo dio a
modeló la plaza, la comunidad decidió no retirar conocer la conformación de una comisión encabe-
el monolito debido a la doble memoria (la ances- zada por el escritor Mario Vargas Llosa para con-
tral y la de la violencia reciente) e inscribir los cretar el museo de la memoria con la cooperación
nombres de los mártires en la nueva placa. «La del Gobierno Federal de Alemania. Luego de unos
comunidad reorganizó el espacio adaptándolo, fue minutos en el memorial de Jesús María, aún vul-
un proceso autónomo», añade. nerable y descuidado, es claro que la memoria tie-
El investigador Daniel Ramírez Corzo ha he- ne esos mismos rasgos y continuará la disputa
cho la geolocalización de memoriales de Lima uti- por lo que se quiere recordar.
lizando mapas del buscador Google y refiere que
la mayoría se han construido con apoyo o al menos
anuencia de las municipalidades. «No han sido
promotores (lo que no está mal), pero sí se han su-
bido al proyecto una vez que la sociedad civil lo ha
impulsado. Lo mismo en el caso del memorial de la
Universidad La Cantuta», sostiene.
1 El documental El juez y el general se estrenó en el 2008, y fue producido por Elizabeth Farnsworth y Patricio Lanfranco.
2 GUZMÁN TAPIA, Juan. «La responsabilidad de los Jefes de Estado: de Pinochet a Fujimori». Palabras pronunciadas en el evento organizado por la
Coordinadora Nacional de Derechos Humanos en Lima, el 18 de agosto de 2008.
ves violaciones de los derechos humanos en Chile. de Estado perpetrado por Fujimori el 5 de abril de
Hoy en día, hay más de 600 juicios por casos de 1992 con el apoyo de las fuerzas armadas (abril y
violaciones de los derechos humanos en Chile en julio de 1992, respectivamente).4 El tribunal lo sen-
curso, y más de 250 oficiales policiales y militares tenció a la pena máxima de veinticinco años de pri-
han sido condenados.3 sión y ordenó una serie de medidas de reparación a
Este pequeño relato sobre el juez Guzmán las víctimas y sus familiares.5 A su vez, la sentencia
puede ayudar a reflexionar sobre el fallo conde- establece que las matanzas de Barrios Altos y La
natorio y unánime que emitió, el 7 de abril, la Cantuta constituyen crímenes de lesa humanidad.
Sala Penal Especial de la Corte Suprema peruana Según el derecho internacional, los crímenes de lesa
en contra de otro ex jefe de Estado acusado de co- humanidad no prescriben y, por tanto, no se puede
meter graves violaciones de los derechos huma- aplicar ni la amnistía ni el indulto.
nos: Alberto Fujimori. ¿Qué significa esa sentencia para el Perú? Ya
Fujimori ha sido hallado culpable como autor han comenzado las reflexiones y, seguramente,
mediato en los cuatro casos de violaciones de los será largamente debatida en los meses que vie-
derechos humanos por los cuales fue extraditado nen, tanto por sus implicancias jurídicas como
y ha sido juzgado: la masacre de Barrios Altos políticas. A pocos días de haberse concluido el jui-
(noviembre de 1991), donde murieron 15 perso- cio a Fujimori, me parece evidente que el fallo es-
nas, incluso 1 niño de 8 años; la masacre de La tablece ciertas «verdades jurídicas» que ahora
Cantuta (junio de 1992), donde fueron secuestra- constituyen parte del récord legal e histórico. ¿Cuá-
dos y luego asesinados, probablemente luego de les son esas «verdades jurídicas»?
ser torturados, 9 estudiantes y 1 profesor; y los El fallo del tribunal establece que Fujimori,
secuestros en los sótanos del Servicio de Inteli- poco después de asumir el poder, creó, junto con
gencia del Ejercito (SIE) del periodista Gustavo su principal asesor, Vladimiro Montesinos, una
Gorriti y el empresario Samuel Dyer tras el golpe estructura de poder cuya misión fue combatir la
3 Cath Collins, catedrática en ciencia política en la Universidad Diego Portales, analizó la evolución de la judicialización de casos de derechos humanos
en Chile durante un simposio organizado por George Mason University, the Washington Office on Latin America (WOLA), y el Instituto de Defensal
Legal (IDL) en Washington, D. C. el 2 de octubre de 2008. Su ponencia se encuentra resumida en el informe del relator del simposio, Tribunales a los
derechos humanos en América Latina: el juicio a Fujimori en perspectiva comparada, el cual se encuentra alojado en <http://cgs.gmu.edu/publications/
hjd/OSI2009RappReportSpan.pdf>.
4 Fujimori solo puede ser enjuiciado por los crímenes por los cuales fue concedida la extradición. Sin embargo, el Estado peruano puede solicitar a la Corte
Suprema chilena la aprobación de su procesamiento bajo otros cargos. El Estado peruano estaría preparando una solicitud de ampliación de los casos en
contra de Alberto Fujimori en por lo menos tres de ellos: la masacre del penal Castro Castro (1992); Chavín de Huantar (1997); y la venta de armas a las
Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) («Nuevo paquete de extradición de Fujimori». La República, 11 de abril de 2009).
5 Este es el segundo fallo condenatorio que ha recibido Fujimori. Su primera condena, de seis años de prisión efectiva, fue emitida el 11 de diciembre
de 2007, por usurpación de funciones en el caso del allanamiento ilegal de la casa de la señora Trinidad Morán, esposa de Vladimiro Montesinos Torres,
asesor de Fujimori, que le permitió extraer vídeos probablemente incriminatorios y cuyo destino aún se desconoce. A partir del 11 de mayo comenzará
el juicio por el caso del pago ilícito de 15 millones de dólares a Montesinos por «servicios prestados» luego de que este también se fugó del país en
septiembre de 2000, seguido por un proceso por tres otros casos de corrupción (espionaje telefónico; congresistas «trasfugas»; y compra de tractores
chinos).
crímenes cometidos; reconoce el daño causado a tesinos, Hermoza Ríos, y los autores materiales
las víctimas y sus familias, pero también el temor de los asesinatos. Y no es posible negar que du-
que generaron estas prácticas entre la sociedad rante años las víctimas y sus familiares fueron
entera; y va destejiendo los argumentos del auto- estigmatizados erróneamente con el título de «te-
ritarismo sobre la necesidad de la violencia, el ase- rroristas», justamente, para deslegitimar sus de-
sinato y la tortura para hacer frente a amenazas a nuncias e infundir el miedo en la sociedad en su
la sociedad como Sendero Luminoso. En el caso conjunto.
del juicio a Fujimori, nos encontramos ante una El juez de la Corte Suprema de los Estados
oportunidad de reevaluar –como lo hizo el juez Unidos, Louis Brandeis, habría dicho que «la luz
Guzmán cuando investigaba los crímenes de Pi- del sol es el mejor desinfectante». El proceso judi-
nochet– nuestra percepción sobre el pasado y so- cial que acaba de concluirse en el caso del ex presi-
bre el actuar de Fujimori y de todos aquellos que dente Alberto Fujimori ha hecho brillar la luz del
apoyaron dicho régimen. sol sobre los crímenes más horrendos y oscuros
El fallo será analizado con mayor detenimien- cometidos durante su régimen. La condena máxi-
to en los meses que vienen. Pero establece hechos ma de veinticinco años para quien es el máximo
incontrovertibles —verdades jurídicas— que na- responsable de tales crímenes constituye un hito
die puede negar. No es posible ya negar que el en la lucha contra la impunidad no solo en el Perú
Estado peruano fue responsable de graves vio- sino en el mundo entero.
laciones de los derechos humanos en el Perú. No
es posible negar que Fujimori es el responsable de
las masacres de Barrios Altos y La Cantuta. No es
posible negar que utilizó todos los poderes del Es-
tado para encubrir los crímenes y proteger a Mon-
Cada año, dieciocho millones de los seis billones chos humanos –como aspiraciones para medir el
de habitantes que tiene la Tierra mueren por falta progreso moral o como reclamos hacia las entida-
de medios de subsistencia. Los que vivimos en na- des gubernamentales por haber faltado a sus de-
ciones desarrolladas típicamente culpamos de esta beres para con sus ciudadanos– genera un dis-
catástrofe a las sequías, a la sobrepoblación, al mal curso moral suficiente como para conformarse con
manejo de los recursos, a gobiernos corruptos y a la globalización. En particular, uno se pregunta si
otros factores locales, liberándonos de toda res- responden adecuadamente al hecho de que esta-
ponsabilidad en este crimen. A la vez, no duda- mos tratando con la imposición de estructuras
mos en invocar el lenguaje de los derechos huma- sociales impersonales e instituciones que le impi-
nos al condenar este estado de cosas. Lo hacemos den al pobre acceder libremente a los medios de
en nombre del progreso moral –como cuando de- su subsistencia.
cimos, siguiendo la Declaración Universal de los Al responder a este reto, me vuelco hacia la
Derechos Humanos de las Naciones Unidas, que el explicación de la teoría discursiva de los derechos
mundo se ha quedado corto en alcanzar una aspi- humanos desarrollada por Jürgen Habermas. Aun
ración esencial para la humanidad civilizada– o cuando Habermas no habla de un derecho huma-
lo hacemos en nombre de una ofensa moral, como no a la subsistencia como tal, su crítica a los regí-
cuando condenamos a determinados oficiales del menes neoliberales de los derechos humanos que
Estado de haber cometido actos de genocidio, lim- restringuen estos derechos a «las libertades nega-
piezas étnicas y otros similares. Uno podría con- tivas de los ciudadanos que adquieren un status
siderar si alguno de estos dos sentidos de los dere- ‘inmediato’ con respecto a la economía global»,1
* Dado que la traducción del artículo se realizó en los Estados Unidos, no ha sido posible contar con las ediciones en español. De ahí que cuando se hace
referencia a una página exacta, se ha mantenido luego la edición en inglés. Asimismo, y para efectos de orden, se ha mantenido la sigla del libro tal como
figura en el texto original.
** Quisiera agradecer a la profesora Gisèle Velarde por haber traducido este ensayo al español.
1 HABERMAS, Jürgen. El Occidente escindido. Madrid: Trotta, 2006. De aquí en adelante DW. (The Divided West. Cambridge: Polity Press, 2006, p. 186).
combinado con su crítica mordaz hacia la po- deber negativo cuyo sentido es abstenernos de cau-
breza global y a la desigualdad, nos obliga a con- sar daño alguno. Pero la injusticia de un sistema
siderar el reconocimiento de este derecho en al- que priva a personas de un libre acceso a la sub-
gún lugar de su teoría. Y así es, él menciona como sistencia acusa a ese mismo sistema y a aquellos
básicos «los derechos a la provision de condicio- que contribuyen con él por faltar en sus deberes
nes de vida que son asegurados social, tecnológica negativos hacia esas personas. En segundo lugar,
y ecológicamente».2 Pero, como él mismo explica la fuerza de los derechos positivos varía en pro-
en otro lado, estos derechos han de ser entendidos porción a la solidaridad (que tenemos) con quie-
como (derechos) derivados de los derechos libera- nes nos sentimos unidos vía el deber. Aunque los
les y políticos clásicos. vínculos de amistad global pueden extenderse
En otras palabras, un derecho que exija la pro- hasta el punto donde sintamos un deber positivo
vision de condiciones de vida que estén socialmen- de asistir a las «sociedades cargadas» (como sos-
te garantizadas, debe entenderse como el derecho tiene John Rawls), Habermas mismo hace notar
que las personas que viven en un orden liberal y que nuestra solidaridad hacia extraños es básica-
democrático pueden exigir de la sociedad como mente iniciada con las violaciones de su libertad
una condición necesaria para ejercer igualdad de negativa. Sentimos indignación –y por ello pedi-
derechos civiles y políticos. Como tal, el derecho a mos intervención internacional– cuando un go-
la subsistencia tal como se presenta aquí no debe bierno deliberadamente deja morir de hambre a
entenderse como un derecho humano universal una parte significativa de sus ciudadanos. (Pero)
que se aplica a todos sin más, al margen de la so- solo sentimos malestar y resignación cuando la
ciedad en que uno viva; más bien, debe entender- gente pasa hambre por falta de asistencia, si ello
se como un derecho político menos universal y se debe a que los costos resultan no afrontables
subsidiario previsto para garantizar la igualdad para darla.
solidaria, sin la cual sería impensable la ciudada- Habiendo dicho esto, argumentaré que la co-
nía en cualquier sociedad liberal, democrática. rrelación que establece Habermas entre un dere-
Argumentaré que hay diversas dificultades en cho básico a la subsistencia y un deber positivo
concebir un derecho a la subsistencia derivado de de asistir vía la redistribución de riqueza, no ago-
los derechos liberales democráticos en este senti- ta los recursos dentro de la explicación de su teo-
do. En primer lugar, dicho derecho solo impone ría discursiva, lo cual podría usarse para desa-
un deber positivo a la sociedad en relación con el rrollar un deber más fuerte, el deber negativo de
suministro de asistencia, derecho que usualmen- desistir de hacer daño. Estos recursos incluyen;
te se considera como más débil comparado con un primero, una versión institucional de los derechos
2 HABERMAS, Jürgen. Facticidad y validez: sobre el derecho y el estado democrático de derecho en términos de teoría del discurso. 5.a ed. Madrid: Trotta, 1998.
De aquí en adelante BFN. (Between Facts and Norms: Contributions to a Discourse Theory of Law and Democracy. Cambridge, MA: MIT Press, 1996, p. 123).
humanos que conciba los derechos humanos como 1. TEORÍAS DE LOS DERECHOS HUMANOS
reclamos hacia las estructuras que son impuestas INTERACCIONALES CONTRA
a las personas contra su voluntad; en segundo lu- LOS INSTITUCIONALES
gar, una versión de los derechos liberales clásicos,
incluyendo el derecho a la propiedad, que tienen Uno de los rasgos distintivos de la teoría discursi-
«valor intrínseco» al margen de «su valor instru- va de Habermas sobre los derechos humanos es
mental en la formación de la voluntad democráti- que concibe los derechos humanos en términos
ca» y; en tercer lugar, una deconstrucción de la institucionales y no fundamentalmente interac-
diferencia entre deberes negativos y positivos que cionales. Siguiendo la definición de Thomas Pogge,
conciba algunos deberes positivos de justicia dis- decimos que los derechos humanos concebidos in-
tributiva como emergentes de los deberes negati- teraccionalmente son reclamos hechos de una
vos. Habiéndonos apropiado de estos recursos persona hacia otra persona –contra otra perso-
para desarrollar un derecho a la subsistencia más na–.3 Como tales, imponen deberes correlativos a
sólido, todavía queda abierta la cuestión de si, y las personas, sea el deber positivo de asistencia o
contrariamente a Habermas, debemos también el deber negativo de abstenerse de dañar a otros.
concebir los derechos humanos desde una visión En un extremo del espectro de los derechos
no jurídica, como aspiraciones morales y reclamos interaccionales, una teoría libertaria de los derechos
dirigidos hacia estructuras inhumanas al margen humanos afirma que un oficial público P no está
de cuál sea su estatus legal. De acuerdo con la con- faltando a su deber negativo hacia la persona Q
cepción dialéctica del pensamiento y de la reali- bajo su autoridad, mientras que la conducta ofi-
dad social elaborada por los teóricos críticos, no cial de P no cause daño alguno a Q violando inten-
propongo un concepto pleno y coherente de los cionalmente el derecho moral o legal que tiene Q
derechos humanos, tampoco sugiero una serie de de acceder a algún bien básico. De P actuar de otra
usos no relacionados entre sí ni superpuestos para manera, P estaría faltando a su deber al violar el
dicha expresión. Sin embargo, sí propongo que derecho de Q. Supongamos que el líder de una
nuestra comprensión de los derechos humanos milicia local de Janjaweed en Darfur evita que un
abarca un número de ideas diferentes que deben residente tenga libre acceso a su correspondiente
incluirse en dicho concepto, tanto institucional ración de agua robándole su agua. El líder de la
como interaccionalmente, tanto judicial como milicia y el Gobierno de Sudán que sanciona di-
moralmente, tanto de manera minimalista como cho comportamiento faltan en su deber negativo
de manera maximalista. hacia dicho residente: se puede decir que están
3 POGGE, Thomas. La pobreza en el mundo y los derechos humanos. Barcelona: Paidós Ibérica, 2005. (World Poverty and Human Rights. Cambridge: Polity
Press, 2002, p. 64 y ss.).
violando su derecho a la subsistencia. Por el con- humanos afirma que el oficial público P no está
trario, si una estructura económica impersonal faltando a su deber positivo hacia Q, mientras que
le permite al Banco Mundial prestarle dinero a la ayuda que P le da a Q para tener acceso a su
Bolivia a condición de que Bolivia venda su de- agua no sacrifique recursos de igual valor que el
recho público al agua a multinacionales priva- que conlleva que Q acceda a su agua. Supongamos
das, de modo que amenace con privar a los residen- que el oficial P ayuda a Q al punto en que P co-
tes de Cochabamba y de El Alto al libre acceso al mienza a sacrificar recursos de igual valor, por lo
agua, no hay daño personal hecho a estos resi- tanto, exponiéndose a sí mismo y a sus subordi-
dentes y no podemos decir que su derecho a la nados a una vida ampliamente disminuida. P debe
subsistencia ha sido violado.4 hacer esto si no quiere violar el derecho a la sub-
Siguiendo la concepción libertaria de los dere- sistencia de Q. Contrariamente, supongamos que
chos humanos, la estructura económica no sería res- P simplemente no tiene recursos para ayudar a Q
ponsable de dañar a estos residentes, ya que esta a acceder a su agua porque ha usado sus recursos
concepción contempla la responsabilidad en térmi- en ayudar a R a acceder a su propia agua. Ahora
nos de un modelo de responsabilidad personal. Este mode- imaginemos una vez más que un préstamo del
lo define los daños como desviaciones de un patrón Banco Mundial que requiere la privatización del
normal de peligros convencionalmente sancionados que derecho al agua es la fuente de que Q no tenga
son causalmente remitibles a las diferentes accio- agua. Aunque el acceso al agua por parte de Q ha
nes de malhechores individuales. Sin embargo, en el sido negado por el préstamo anteriormente men-
caso de la privatización del agua, el daño no es cau- cionado, su derecho humano a la subsistencia no
sado por las acciones desviadas de distintas clases ha sido violado por nada que el oficial P o algún
de personas; es más bien causado por los muy nor- otro oficial del Estado haya hecho, ya que ellos
males peligros generados por estas convenciones. estaban simplemente cumpliendo con su oficio de
En el otro extremo del espectro de los derechos acuerdo con leyes domésticas y convenciones in-
interaccionales, una teoría utilitaria de los derechos ternacionales.
4 Sucumbiendo a la presión del Banco Mundial para refinanciar una deuda antigua a fin de poder recibir nuevos préstamos, Bolivia le vendió a Bechtel
los derechos de sumistro y distribución del agua pertenecientes a Cochabamba y estableció leyes que requerían la compra previa de licencias para
colectar agua de lluvia. Betchel comenzó entonces a incrementar el precio del agua hasta en un 200% (lo que equivale a 1/5 del ingreso familiar
promedio). Esta acción desató cinco meses de disturbios que llevaron a la cancelación del contrato un poco más de seis meses luego de su renovación
en 1999. Una nueva ley (ley 2878) fue dada en el 2004 donde se reconocían los derechos al agua tradicionales, garantizando la tenencia de derechos
al agua para la irrigación y para las comunidades agrícolas indígenas. Sin embargo, en ese mismo año una segunda «guerra por el agua» irrumpió en El
Alto, que había vendido sus derechos al agua a la multinacional francesa Suez en 1997. Estando las tasas sujetas al dólar, el precio del agua subió en un
35%. Aguas del Illimani, el consorcio privado perteneciente a Suez, estableció la suma de $ 445 como tarifa familiar para la instalación del servicio de
agua y terminó dejando a 200.000 personas sin dicho servicio. El servicio de agua es crucial, desde luego, ya que la falta de agua limpia es la causa
principal de enfermedad infantil y mortalidad en Bolivia. En el 2002, la Comisión de los Derechos Económicos, Sociales y Culturales de las Naciones
Unidas declaró que «El derecho humano al agua es indispensable para llevar una vida humana digna. El agua y la facilidad al agua deben ser asequibles
para todos».
Las teorías libertarias y utilitarias de los de- personal, está cimentada en estructuras globales
rechos humanos nos presentan dos visiones institucionales, y, más específicamente, en los efec-
opuestas de nuestras responsabilidades morales tos colaterales no intencionales de estas estructu-
y legales respecto del mantenimiento de los dere- ras. Más aún, estos efectos dañan a la gente en
chos humanos. La teoría libertaria nos presenta distintos grados. Lo importante no es en realidad
una visión minimalista, que le asigna a los oficiales que una persona haya sido privada de su acceso a
del Estado una única responsabilidad en el man- un bien básico, sino que su acceso a dicho bien se
tenimiento de los derechos humanos, responsabi- ha vuelto inseguro. En el caso de la privatización
lidad que llevan a cabo en la medida en que no del agua, tendríamos que decir que el acceso de Q
obstruyen su ejercicio. Por otro lado, la teoría uti- a su agua –a su derecho humano al agua– no co-
litaria presenta una visión maximalista que asigna rresponde ya más a una exigencia socialmente ga-
responsabilidad en el mantenimiento de los dere- rantizada. Puede que la privatización no haya
chos humanos a todo aquel que tenga el poder y privado directamente a Q del agua. Quizá Q era
los medios para hacerlo. Como señala Peter Singer una de las personas afortunadas que podía pagar
en su famoso ensayo sobre el alivio de la ham- el alza de las tarifas –al menos en el tiempo en que
bruna, este tipo de responsabilidad puede reque- ocurrió–. Sin embargo, el ejercicio de Q a la sub-
rir que aquellos que son modestamente adinera- sistencia no está ya más asegurado; puede que no
dos transfieran parte de su riqueza a los menos haya sido violado, pero tampoco ha sido respeta-
adinerados de acuerdo con cálculos de utilidad do ni protegido.
marginal.5 ¿Quién es responsable de esta falta de respeto?
A pesar de sus diferencias, las versiones liber- Definitivamente, los líderes de Bolivia y los oficia-
taria y utilitaria de la teoría interaccional de los les de Betchel y de Suez. Pero también es respon-
derechos humanos tienen ciertos rasgos en co- sable todo aquel que contribuye manteniendo las
mún. En primer lugar, ambas evidencian el error estructuras de fondo, las instituciones globales
de sostener derechos humanos como directamen- económicas, que permitieron la privatización de
te provenientes de la acción o de la omisión de la ac- un recurso humano básico por parte de los men-
ción personal. En segundo lugar, evidencian este cionados actores. Desgraciadamente, la noción
error como una violación de derechos; es decir, interaccional de los derechos humanos no puede
como una privación real de algún bien básico para concebir la responsabilidad por daños en el senti-
alguna persona. La debilidad fundamental del do de lo que Iris Young llama conectividad social. En
enfoque interaccional se debe a estos dos rasgos. contraste con el modelo de responsabilidad per-
La privación de los recursos básicos, lejos de ser sonal, la responsabilidad que brota de la con-
5 Véase SINGER, Peter. «Famine, Affluence, and Morality». Philosophy and Public Affairs, 1, 1972, pp. 229-243.
nexión social también engloba a las personas que si aquellos a quienes se debe asistir son vistos con
viven en países desarrollados, quienes se benefi- el mismo nivel de conexión social que se tendría
cian de, dependen de y contribuyen en mantener con extraterrestres que viven en otro planeta. El
(aunque no intencionalmente) las instituciones pobre puede con justicia exigir subsistencia por
económicas globales que dañan al pobre.6 parte de su gobierno, pero si su gobierno es pobre
Por el contrario, una visión institucional de los o no fuciona, ¿a qué instituciones globales podría
derechos humanos puede concebir que el derecho dirigirse para pedir asistencia? Sin duda, surge la
de Q a la subsistencia ha sido no intencionado e siguiente pregunta: ¿por qué deberían siquiera
indirectamente reducido de este modo. El derecho existir instituciones que ayudan a quienes viven
de Q a la subsistencia ha sido disminuido por las en el extranjero cuando nuestra primera obliga-
instituciones del capitalismo global: por los acuer- ción es asistir a nuestros compatriotas?
dos de intercambio y por las instituciones que Un derecho humano institucional a la subsis-
hacen préstamos internacionales, las cuales refle- tencia que tenga un carácter más sólido debe en-
jan el injusto nivel de negociación de las multina- tonces comenzar por el hecho de la conectividad
cionales, bancos y naciones adineradas; los injus- global y por la idea correspondiente de que los
tos monopolios existentes sobre los recursos, y las países afluentes se están beneficiando por institu-
coacciones estructurales –y las convenciones que ciones que dañan al pobre. El derecho a la subsis-
lo permiten– que obligan a los oficiales del Estado tencia es antes que nada una exigencia hacia las
a vender los recursos de sus naciones.7 instituciones globales de no dañar al pobre (o de
Desde luego que un derecho humano a la sub- no interferir) en su libre búsqueda de subsisten-
sistencia de carácter institucional puede también cia; ya que nuestros deberes negativos hacia los
tomar la forma de una exigencia o reclamo contra extranjeros tienen al menos el mismo peso que
las instituciones globales encargadas de proveer los deberes negativos que tenemos hacia nuestros
una asistencia positiva. Sin embargo, dicho recla- compatriotas. Si se puede demostrar que institu-
mo sería comparativamente débil, especialmente ciones globales como las anteriormente mencio-
6 Young esclarece la diferencia entre los modelos de responsabilidad y de conectividad social en relación con el fenómeno de las injusticias estructurales,
que aparecen cuando el efecto no intencional y conjunto de acciones que sí fueron intencionales produce estructuras impersonales, tales como los
sistemas de mercado globales y sus instituciones filiales, que imposibilitan la igualdad de oportunidades para ejercer y desarrollar capacidades humanas
entre grupos de personas diferencialmente posicionadas. Dentro de la institucionalidad de las maquilas que han emergido como parte del capitalismo
global, se puede distinguir entre la violación de los derechos de los trabajadores directamente causada por el desdén individual en relación con el salario
mínimo, la seguridad del centro laboral y las leyes de negociación colectiva —a menudo amparadas por oficiales estatales— y la violación del derecho
a la subsistencia causada por la operatividad legal y ordinaria de una economía de mercado en donde las maquilas están obligadas a operar con un margen
de ganancia precariamente reducido a fin de poder cumplir con las exigencias de los minoristas multinacionales y de sus clientes adinerados. Véase
YOUNG, Iris. «Responsibility, Connection, and Global Labor Justice». En Global Challenges: War, Self-Determination, and Responsibility For Justice.
Cambridge: Polity Press, 2007, pp. 159-186.
7 Las razones por las cuales se venden los recursos de una nación no suelen ser inocentes ni pensadas para el bien del país. Países ricos en recursos como
Nigeria parecen destinados a estar bajo el mando de gobernantes corruptos que encuentran en los países desarrollados disponibles compradores de
recursos a un precio reducido, quienes, a su vez, están dispuestos a financiar préstamos a esos mismos gobernantes para que puedan comprar las armas que
los mantienen en el poder.
nadas son la causa principal de la desigualdad se de causar daño, puede él sostener que las insti-
radical y de la pobreza, entonces los que vivimos tuciones globales injustas reducen los derechos
en democracias ricas y poderosas que mantienen humanos hasta el punto de que una intervención
y se benefician de dichas instituciones, estamos global sea requerida.8
faltando a nuestro deber negativo de abstenerse
de dañar al otro. Nuestro deber de evitar dañar al
otro va más allá del deber libertario mínimo, en 2. LA TEORÍA DISCURSIVA DE LOS DERECHOS
tanto requiere de nosotros entrar en acción políti- HUMANOS DE HABERMAS
ca para cambiar el orden económico global; po-
dría eventualmente también requerir acciones Varios rasgos soprendentes destacan en la expli-
compensatorias de justicia redistributiva tanto cación habermasiana de los derechos humanos.
públicas como privadas. Estos actos de repara- En primer lugar, a diferencia de la mayoría de los
ción podrían ser considerables, pero muy posi- filósofos, Habermas rechaza la idea de que los de-
blemente menores que los costos que las personas rechos humanos son una subespecie de los dere-
adineradas asumirían bajo un enfoque utilitario. chos morales. En su opinión, son derechos legales,
Habermas no duda de que las instituciones aunque poseen validez universal. En segundo lu-
globales son injustas en este sentido. Más aún, y gar, y relacionado con lo primero, Habermas nie-
como veremos ahora, su teoría discursiva que da ga que los derechos humanos necesiten un aside-
cuenta de los derechos humanos es más bien ins- ro moral en la naturaleza humana o en la razón.
titucional y no interaccional. La única cuestión En vez de ello, insiste en que están esencialmente
pendiente es ver si él considera que el derecho ligados a los prerrequisitos formales y funciona-
humano a la subsistencia conlleva el deber insti- les de los sistemas legales modernos. Esto no sig-
tucional correspondiente de asistir proveyendo nifica que su razón de ser sea exclusivamente fun-
ayuda o de desistir en causar daño. Solo si concibe cional, en tanto estos se desarrollaron en respues-
que (el derecho humano a la subsistencia) conlle- ta a experiencias de opresión universales.9 En esa
va el deber negativo correspondiente de abstener- medida ellos poseen, sin duda, una base moral
8 Habermas, al igual que Rawls, estaría tentado en mantener una posición minimalista en relación con los derechos humanos, al menos en dos sentidos. En
primer lugar, está inclinado a concebir los derechos humanos como reclamos legalmente procesables o como garantías potenciales para la sanción o
intervención externa. Como dicha sanción e intervención deben evitarse en todo sentido, menos en las violaciones más extremas de los derechos, la lista
de derechos que se establezca debe ser relativamente pequeña en número e importancia. Por consiguiente, Habermas incluye el genocidio (la violación
masiva del derecho a la vida llevada a cabo por un gobierno hacia algunos de sus ciudadanos), pero no la inanición causada por el sistema económico
global. Juntamente con este minimalismo aplicado encontramos un minimalismo justificatorio o la exclusion de derechos que no pueden ser, en
principio, justificados ni aun apelando al consenso universal. Una vez más, la insistencia principista de Habermas en que los derechos humanos sean
formalmente derivados de la gramática de las instituciones legales modernas le lleva a priorizar los derechos clásicos, civiles y políticos por encima de
un derecho a la subsistencia, a tal punto que queda algo incierto el que pueda darle cabida a un derecho a la subsistencia dentro de los derechos humanos
básicos. Para una mayor discusión respecto del minimalismo de los derechos humanos, véase MACLEOD, Alistair. «Rawls’s Narrow Doctrine of Human
Rights». En R. Martin y D. Reidy (eds.). Rawls’s Law of Peoples: A Realistic Utopia? Maldon, MA: Blackwell, 2006, pp. 134-149.
9 HABERMAS, Jürgen. BFN, p. 191.
única. En tercer lugar, como todo derecho legal, dad moderna, de unir la legalidad con la legitimi-
los derechos humanos deben ser el resultado de dad democrática tanto como lo están por la nece-
procesos políticos democráticos, lo que les da la sidad funcional de garantizar la democracia a tra-
forma cuasi legal asociada con leyes relativamen- vés del derecho legal. En resumen, ellos establecen
te bien definidas que permiten guiar el comporta- las condiciones comunicativas necesarias para la
miento de modo predecible. La teoría discursiva «formación de una volutad» progresiva.
de Habermas sobre la legalidad y la democracia Sin embargo, este argumento funcional solo
explica cómo el contenido específico de estos dere- puede explicar aquellos derechos humanos que
chos debe ser políticamente negociado en un diálo- están directamente relacionados con la preserva-
go transparente y totalmente inclusivo, de manera ción de la vida política democrática, construida
tal que todos los afectados por dichos derechos ampliamente. Según Habermas, los derechos hu-
puedan consentir a ellos de manera libre y racio- manos de propiedad privada, de seguridad per-
nal (y) en tanto son de interés de todos. sonal, de libertad de movimiento y, sin duda al-
Aunque ahora solo estamos desarrollando las guna, todos los derechos humanos clásicos que
instituciones legales internacionales que podrían originalmente ocuparon la atención de los teóri-
algún día evolucionar hacia un régimen global y cos del contrato social liberal durante el período
democrático de los derechos humanos, Habermas de la monarquía, están más directamente vincu-
considera que los lineamientos de dicha evolución lados a la «gramática del código legal».10 Aquí ve-
son perceptibles en las tradiciones constituciona- mos, una vez más, a Habermas apartándose cla-
les inglesa y norteamericana. Revisando estas tra- ramente de la moralidad de la ley natural que guió
diciones Habermas nota que algunos de nuestros a estos teóricos. Estos derechos humanos clásicos,
derechos humanos se remontan, en cuanto a su nos dice Habermas, no «tienen [su] origen en la
genealogía y justificación, a esas libertades civiles moralidad, sino que cargan con la huella de las
que garantizan las libertades mismas de expre- libertades individuales, por lo tanto de un concep-
sión y de asociación, sin las cuales las leyes bási- to específicamente jurídico».11 Más precisamente,
cas y constituciones que fundamentan las institu- dichos derechos funcionan ante todo como permi-
ciones democráticas no podrían a su vez haber sos para actuar sin miedo a restricción guberna-
adquirido legitimidad. En otras palabras, dichos mental alguna. Los deberes que imponen recaen,
derechos humanos están funcionalmente justifi- en primer lugar, en los responsables de ejercer la
cados por la necesidad moral, dentro de la socie- ley y no en los ciudadanos particulares.
10 HABERMAS, Jürgen. La constelación posnacional: ensayos políticos. Barcelona: Paidós, 2000. De aquí en adelante PC. (The Postnacional Constellation.
Political Essays. Cambridge, Mass: MIT Press, 2001, pp. 117-118).
11 HABERMAS, Jürgen. La inclusión del otro: estudios de teoría política. Barcelona: Paidós Ibérica, 1999. De aquí en adelante IO. (The Inclusion of the Other:
Studies in Political Theory. Cambridge, MA: MIT Press, 1998, p. 191).
3.LA SUBSISTENCIA COMO DERECHO HUMANO tancias vigentes lo hacen necesario (y) si es que los
ciudadanos han de tener igualdad de oportunida-
¿Cómo podría la teoría institucional de los dere- des en la utilización de los derechos civiles ya men-
chos humanos de Habermas concebir la subsis- cionados [en las cuatro categorías precedentes de
tencia como un derecho humano? Para dar res- derechos]».12 Mientras que Habermas insiste en
puesta a esta pregunta comenzaremos revisando que las cuatro primeras categorías de derechos
su concepción derivada de los derechos humanos están «absolutamente justificadas» en relación con
y veremos cuán importante es el suministro del el concepto moderno de ley, observa que la última
bienestar material en la totalidad de su teoría le- categoría de derechos de bienestar –en la cual po-
gal. Habermas comienza deduciendo cuatro cate- dríamos nosotros incluir la subsistencia– está solo
gorías de derechos básicos que son esenciales para justificada de manera «relativa» y contingente.
cualquier código legal moderno que sea legítimo. La naturaleza no fundamental del derecho hu-
En primer lugar, en los sistemas legales modernos mano a la subsistencia es reiterada en un ensayo
los derechos deben tomar la forma de libertades posterior en el que Habermas presta atención a la
individuales. La segunda categoría de derechos queja hecha por los firmantes de la Declaración
ciudadanos se sigue conceptualmente, una vez de Bangkok de 1993, quienes critican que Occi-
más, del hecho de que los derechos de libertad son dente privilegie los derechos civiles y políticos
exigencias reconocidas por una comunidad legal. sobre los derechos sociales: «desde un punto de
La tercera categoría de los derechos debidamente vista normativo, el darle ‘prioridad’ a los dere-
procesados acoge el hecho de que los derechos le- chos sociales y culturales básicos no tiene senti-
gales son exigencias que pueden decidirse y ha- do por la sencilla razón de que esos derechos solo
cerse cumplir a través de procesos legales recono- sirven para asegurar el ‘justo valor’ (Rawls) de
cibles. Una cuarta categoría de derechos políticos los derechos liberales y políticos básicos; es decir,
es requerida para poder establecer la legitimidad los presupuestos fácticos para la igualdad de
democrática en nuestra interpretación particular oportunidades en el ejercicio de los derechos in-
de estos derechos abstractos en la forma de dere- dividuales».13
chos constitucionales y legales. Un derecho básico Hay cuatros aspectos que resaltar en esta ca-
a la subsistencia sería incluido en la quinta y últi- racterización del derecho a la subsistencia. Lo pri-
ma categoría de los derechos básicos de Haber- mero es que el derecho a la subsistencia está justi-
mas que alude a la «provisión de las condiciones ficado instrumentalmente, debido a la necesidad
de vida que están aseguradas social, tecnológica y de mantener la solidaridad social igualitaria que
ecológicamente, en la medida en que las circuns- es (a su vez) un requisito para el mantenimiento
de la democracia liberal. Por lo tanto, no está pen- su aplicación no puede estar subsumida bajo el
sado para asegurar un umbral básico de humani- control centralizado de una agencia global de de-
dad floreciente aplicable a cualquiera al margen rechos humanos, cuyos miembros participantes
de su estatus politico. Está, más bien, previsto no están unidos en solidaridad democrática al-
como un principio de justicia distributiva básica- guna. En palabras de Habermas, sentimos una
mente en el mismo sentido en que el principio de solidaridad «negativa» con los extranjeros cuan-
la diferencia de Rawls lo está. En ambos casos, la do sufren violaciones extremas de sus derechos
idea contractualista de «raciones iguales para co- humanos negativos durante genocidios, limpie-
laboraciones aproximadamente iguales» es la idea zas étnicas y opresión política de amplia escala.
directriz y no la idea de una necesidad humana básica. Por el contrario, nuestra solidaridad positiva ha-
Lo segundo es que, en tanto el derecho legal, el cia ellos no es el tipo de solidaridad que nos obli-
derecho a la subsistencia es un reclamo hecho a garía a transferir nuestra riqueza hacia ellos.14
las instituciones jurídicas. No es un reclamo con- Por consiguiente, Habermas aprueba la interven-
tra las estructuras económicas opresivas ni con- ción internacional agresiva en casos de genoci-
tra los sistemas patriarcales y de casta racial tra- dio pero no en casos de pobreza, cuyas causas
dicionales que han sido impuestos al pobre por son menos seguras y cuyos remedios son más
convención. Dichas estructuras y sistemas no solo controversiales.
pueden prosperar en medio de instituciones lega-
les modernas que las prohíben –de modo que diri-
gir una queja de derechos humanos al sistema le- 4. EL DEBER NEGATIVO DE ABSTENERSE
gal resulta inútil–, sino que cuando la causa de la DE DAÑAR AL OTRO Y EL DERECHO
opresión es la tradición, el mejor remedio no resul- A LA SUBSISTENCIA
taría ser uno de carácter legal sino uno de carácter
pedagógico, a través del fomento de la conciencia. En suma, Habermas no tiene lugar en su teoría
En tercer lugar, el derecho a la subsistencia es con- para un derecho humano a la subsistencia que sea
tingente. En una sociedad adinerada donde la ri- aplicable a las personas al margen de cuál sea su
queza está ya distribuida de manera uniforme, una estatus político y legal. En el mejor de los casos,
garantía legal de esta naturaleza sería innecesa- puede él insistir en este derecho de manera deri-
ria. En cuarto y último lugar, el derecho a la sub- vada, como cuando critica la idea de los regíme-
sistencia es entendido como el cumplimiento de nes neoliberales de los derechos humanos que res-
un deber positivo. Más precisamente, es el deber tringen los derechos humanos a «las libertades
de ayudar a aquellos a quienes reconocemos como negativas de los ciudadanos que adquieren un sta-
nuestros compatriotas en solidaridad. Como tal, tus ‘immediato’ con respecto a la economía glo-
bal».15 Esta crítica, es verdad, asume que los dere- incluido por Habermas dentro de los derechos
chos políticos positivos a la autodeterminación humanos básicos.17 Este derecho, en tanto nos pro-
democrática deben considerarse derechos huma- híbe dañar a otros en su libre búsqueda de vida,
nos básicos, de lo cual luego se sigue que un dere- no hace distinción alguna entre extranjeros y com-
cho positivo a la subsistencia debe también ser patriotas.
acogido «como un asunto de justicia». Pero nue- Dos consecuencias resultan de concebir un
vamente esto no toma en consideración el dere- derecho humano a la subsistencia como un dere-
cho humano a la subsistencia de las personas que cho lockeano a la vida. En primer lugar, las perso-
no viven en una democracia liberal –y por lo que nas tienen un reclamo hacia los otros para acceder
sabemos, es posible que nunca vivirán en ella–. En libremente a medios de subsistencia cuya exis-
el mejor de los casos, su derecho a la subsistencia tencia abunda de manera suficiente. En segundo
solo puede ser tomado en consideración por nues- lugar, los déficits de subsistencia deben ser ma-
tro derecho positivo más frágil de asistir a aque- yormente atribuidos a las limitaciones impues-
llos en necesidad. tas por personas e instituciones. Una vez que su-
Derivar un derecho a la subsistencia de los ponemos que las personas tienen una igualdad de
derechos liberales y democráticos es una empre- participación en el acceso a los abundantes re-
sa riesgosa mientras que el estatus de derechos cursos de la tierra, las estructuras de propiedad
humanos de estos derechos siga siendo un asunto aceptables deben quedar limitadas a aquellos que
discutible. Por lo tanto, no es de sorprender que «dejan suficiente y también para los otros», de
muchos teóricos de los derechos humanos hayan manera proporcional a la satisfacción de las ne-
evitado concebirlo así.16 Igualmente riesgoso es cesidades básicas de todos. Cualquier estructura
derivar un derecho a la subsistencia de nuestro económica que se desvíe de este originario dere-
frágil deber positivo de asistir a aquellos en nece- cho igualitario a la propiedad debe considerarse
sidad, dado que tanto los beneficiarios como la por todos los afectados como un avance igualita-
suma de beneficios otorgada estaría librada a rio de sus intereses individuales, de acuerdo con
nuestra discresión y preocupación solidaria. Se las exigencias de la ética discursiva.
necesita otra estrategia para hacer frente a las con- Locke justificó una economía capitalista de
secuencias de la subsistencia negada por parte de carácter monetario con posesiones de propiedad
las instituciones globales. Esta estrategia, a mi ampliamente desiguales, sobre la base de que aun
parecer, está implícita en el «derecho a la vida» aquellos que no tenían nada sino su cuerpo prefe-
rirían el nivel de vida relativamente más alto que prando productos a precios reducidos apoyados
gozarían como meros asalariados en comparación por las agencias proteccionistas de bancos y de
con la precaria subsistencia que tendrían dentro compañías multinacionales.
de condiciones más igualitarias. A la luz de la po-
breza devastadora y la desigualdad desencade-
nadas por el capitalismo global contemporáneo, 5. CONCLUSIÓN
la justificación de Locke resulta refutable. Como
señala Habermas, los acuerdos de intercambio En conclusion, al interpretar un derecho humano
neoliberales; las zonas de trabajo no reguladas; a la subsistencia como un derecho a la vida liberal
las políticas de inversión en el desarrollo; y los clásico en el sentido lockeano, perdemos las sóli-
programas de reajuste estructurales que hacen las das asunciones igualitarias asociadas con un de-
instituciones capitalistas globales de hoy en día ber positivo de proveer las condiciones materia-
son impuestos a los pobres sin su consentimiento. les que son un requisito para garantizar el «justo
Más aún, la extrema desventaja que tienen los valor» de la libertad política. A la vez, obtenemos
pobres en la negociación de mejoras refleja una la fuerza incondicional de un deber negativo que
larga historia de desventajas acumuladas que bro- puede autorizar las intervenciones internaciona-
ta de un pasado histórico de colonización brutal, les de derechos humanos en los casos donde las
de imperialismo, de explotación, de expropiación personas están negadas a la subsistencia segura,
y de esclavitud. Esta injusticia –quizá la violación sea a través de la conducta personal de oficiales
sistemática más sostenida de un deber negativo del Estado o de los efectos impersonales de las ins-
jamás registrada en la historia de la humanidad– tituciones. 18 El desarrollo de una comprensión
es además amparada, como Pogge y otros han adecuada del derecho humano a la subsistencia
señalado, por convenciones internacionales que puede requerir que rechacemos la comprensión
permiten a los líderes autoritarios de países en exclusivamente jurídica propuesta por Habermas
desarrollo el privilegio de vender los recursos de de los derechos humanos. Sin duda, una compren-
sus naciones a cambio de armas y de ganancias sión jurídica capta un aspecto importante de los
personales, así como usar estos mismos recursos derechos humanos que ha salido a la luz en inter-
a manera de aval para prestarse dinero de bancos venciones internacionales recientes contra Esta-
internacionales. No es necesario decir que todo dos que han cometido violaciones de los derechos
esto funciona en provecho de todos aquellos que humanos (las intervenciones en Dafur y Kosovo
subsidian sus extravagantes estilos de vida com- ilustran solo algunos ejemplos que dan cuenta de
18 Esto no excluye el que la pobreza pueda a veces ser en parte causada por el comportamiento de las propias víctimas de la pobreza. Sin embargo, aun
cuando esas causas locales son registradas en explicaciones concernientes a las tasas diferenciales de pobreza entre regiones y poblaciones, las institu-
ciones de fondo que condicionan y exacerban la pobreza son globales.
esta comprensión). Estas intervenciones legales nos progreso y crítica, independientemente del esta-
recuerdan que la defensa de los derechos huma- tus que tienen como reclamos «mínimos».19 Este
nos es una obligación política y no meramente sentido último de los derechos humanos, que se
moral (o personal). Por otro lado, algunas inter- refiere esencialmente a una concepción moral com-
venciones reflejan un aspecto no jurídico –y en prehensiva de la naturaleza humana y a sus nor-
ocasiones no institucional–. Los esfuezos políti- mas adjuntas de florecimiento humano y de
cos para transformar patrones tradicionales de autorrealización, resuena profundamente en la tra-
discriminación de género a través de la educación dición aristotélico-marxista.20 Aun si esta tradición
en vez de vía el mandato legal constituyen una no puede ser ya aceptada para proveer una justifi-
forma no jurídica de intervención institucional. cación (o fundación) categórica de los derechos hu-
Sin embargo, otras intervenciones manifiestan manos en el sentido metafísico de la palabra (es
una noción interactiva de los derechos humanos, decir, como deducidos o intuidos por la «razón
como cuando el líder de una nación (probablemen- pura»), ella puede especificar de qué tratan los de-
te en coalición con líderes de otras naciones de rechos humanos y por qué son importantes. Dicho
igual idiosincracia) asume contener al líder de otro de manera simple, los derechos humanos se ocu-
país que ha licenciosamente dejado de lado las le- pan tanto de garantizar la satisfacción de las nece-
yes humanas y convenciones de su propio país. sidades humanas más básicas como de realizar las
Incluso una comprensión interactiva de los dere- capacidades humanas más importantes.
chos humanos, con sustento moral, no debe de- Probablemente, Habermas objetaría que cual-
jarse de lado, ya que hay ocasiones, como cuando quier concepción de los derechos humanos basada
hay catástrofes naturales, donde personas indi- en una concepción moral de la naturaleza humana
viduales tienen un deber positivo de asistir a otros viola los principios pluralistas del liberalismo po-
que están en necesidad a través de la donación de litico por escabullirse en una concepción compre-
sus propios recursos. hensiva, metafísica del bien humano. En su opi-
Otra razón para reconocer una comprensión nión, tal concepción teleológica de la naturaleza
moral –y en este sentido, no jurídica– de los dere- humana no sería convincente de modo universal
chos humanos es que los derechos humanos fun- para todos los seres humanos. De ahí que apelar a
cionan como ideales, como aspiraciones «máxi- este estándar de florecimiento humano como base
mas», o como estándares evolutivos de civilización, para la acción legal, para la crítica y la reforma,
19 Nussbaum comprende la distinción entre derechos como reclamos para un trato mímamente decente y derechos como aspiraciones en la distinción que
hace entre capacidades básicas y capacidades combinadas. Las primeras son entendidas como habilidades innatas, mientras que las segundas serían
capacidades totalmente maduras, las cuales cuentan con los soportes ambientalistas adicionales y la «base social» para seguir desarrollándose. Véase
NUSSBAUM, Martha. Ob. cit., p. 96 y ss.
20 Véase POGGE, Thomas. Ob. cit.; NUSSBAUM, Martha. Ob. cit y LUBAN, David. «Intervention and Civilization: Some Unhappy Lessons of the Kosovo War».
En Pablo de Greiff y Ciaran Cronin (eds.). Global Justice and Transnational Politics. Cambridge, MA: MIT Press, 2002.
A continuación se presenta el quinto balance de tín y Lima Sur, que permiten que se recoja de modo
las acciones realizadas por el Estado peruano en- más completo la información de cada una de las
tre junio de 2008 y marzo de 2009, relacionadas víctimas del conflicto.
con las recomendaciones de la Comisión de la Ver- Desde noviembre de 2008, se ha iniciado la
dad y Reconciliación (CVR). Las acciones han sido entrega de los certificados que acreditan a las víc-
ordenadas en seis ejes temáticos: instituciones de timas del conflicto, documentos que serán necesa-
emergencia para la reconciliación, Plan Integral rios para acceder a los programas de reparacio-
de Reparaciones, difusión del Informe Final, judi- nes que elabore la Comisión Multisectorial de Alto
cialización, reformas institucionales y expresio- Nivel (CMAN) y que serán implementados en los
nes artísticas y culturales. próximos meses.
Hasta marzo de 2009, el Consejo de Repara-
ciones cuenta con 31.761 personas inscritas en el
1. INSTITUCIONES DE EMERGENCIA Libro de víctimas individuales y 3.648 personas
PARA LA RECONCILIACIÓN inscritas en el Libro de beneficiarios colectivos.
Aunque el trabajo del Consejo está pasando
Las acciones vinculadas con la creación de una casi inadvertido en los medios nacionales, al inte-
institucionalidad orientada hacia las tareas de rior del país hay mayor expectativa acerca de su
reconciliación propuestas por la CVR se concentra- trabajo, en parte porque allí se encuentra concen-
ron en la implementación de las distintas instan- trada la mayor cantidad de víctimas pero, por otro
cias y acciones del Consejo de Reparaciones, enti- lado, también porque la agenda pública regional
dad encargada del Registro Único de Víctimas. está más involucrada con una demanda por repa-
Así, se han creado sedes descentralizadas del raciones individuales. Y el registro único de vícti-
Consejo en Satipo, Huamanga, Huanta, San Mar- mas es el paso previo.
* Un cuadro completo con las acciones realizadas en ese período se puede ver en <http://www.pucp.edu.pe/idehpuco//index.php>.
nal, realizada en marzo de 2009, el presidente del ciséis años de prisión y señala que la desaparición
Poder Judicial anunció la creación de dos juzga- forzada es un delito de carácter permanente mien-
dos especializados en derechos humanos, en los tras no se establezca el destino o paradero de la
distritos judiciales de Huánuco y Junín, así como víctima. c) Caso Hugo Bustíos: se confirmó el fallo
la formación de dos colegiados dentro de la Sala condenatorio contra Víctor La Vera Hernández y
Penal Nacional dedicados exclusivamente a esta Amador Vidal Sanbento, por asesinato de perio-
materia y destinados a acelerar estos procesos. dista ocurrido en 1988. d) Caso Indalecio Pomatanta:
Meses atrás, en noviembre de 2008, los con- en primera instancia, la Sala Penal Nacional con-
gresistas Edgar Núñez y Mercedes Cabanillas pre- denó a Andrés Egoachaga, oficial de la Marina, a
sentaron proyectos de ley destinados a dar am- veinte años de prisión por homicidio calificado de
nistía e indulto, respectivamente, a miembros de joven de 17 años ocurrido en Ucayali, mientras
las fuerzas armadas y policiales procesados por que otros tres acusados fueron absueltos.
violaciones de los derechos humanos. Ambas pro- De los procesos desarrollados, el que ha conci-
puestas están pendientes de debate en la Comi- tado mayor atención es el Caso Alberto Fujimori, cuya
sión de Justicia del Congreso de la República. sentencia fue dada a conocer el 7 de abril de 2009
Asimismo, en octubre de 2008, se reguló, me- por la Sala Penal Especial de la Corte Suprema,
diante decreto supremo 022-2008-DE/SG, la defensa obteniendo la pena de veinticinco años de prisión
legal del personal militar y policial involucrado en por su responsabilidad en los delitos de homici-
investigaciones en el Poder Judicial por presunta dio calificado con alevosía, por las matanzas de
comisión de delitos contra los derechos humanos, Barrios Altos y de La Cantuta, y de secuestro agra-
en el ejercicio regular de sus funciones. Se incluye vado bajo circunstancia agravante de trato cruel,
personal de tropa y se señala que, en caso de de- por las detenciones del periodista Gustavo Gorri-
claración de culpabilidad, deberá reintegrarse al ti y el empresario Samuel Dyer; lo que en palabras
Estado la suma empleada en la defensa. del presidente de la Sala, el vocal supremo César
También se han registrado sentencias en los San Martín, constituyen crímenes contra la hu-
siguientes casos: a) Caso Cúpula del MRTA: se dio a manidad. 1 Asimismo, el Tribunal, reconoció el
conocer la sentencia en segunda instancia, que ele- valor del Informe Final de la CVR como un documen-
va las penas de Víctor Polay Campos a treinta y to de referencia trascendental en la valoración de
cinco años de prisión; Miguel Rincón a treinta y pruebas.
cinco años; Lucero Cumpa a treinta años y Alber- El proceso que ha sido calificado de histórico
to Gálvez Olaechea a veinticuatro años. b) Caso por observadores internacionales de todo el mun-
Ernesto Castillo Páez: la Corte Suprema confirmó el do, pues es la primera vez que un jefe de Estado es
fallo que condena a Juan Carlos Mejía León a die- juzgado y sentenciado en su propio país por un
tribunal enteramente nacional, ha demandado Otros casos en los que se han registrado avan-
una nutrida concurrencia de testigos y documen- ces han sido los siguientes: a) Caso El Frontón: el Tri-
tos. Durante junio y julio de 2008, se presentaron bunal Constitucional declaró improcedente el re-
los últimos testigos, destacando los testimonios curso de agravio constitucional interpuesto por
de Nicolás Hermoza Ríos, quien reconoció que el el Instituto de Defensa Legal contra la resolución
ex presidente fue informado del caso La Cantuta al judicial que aceptó el hábeas corpus del marino
día siguiente de ocurridos los hechos; Máximo San Teodorico Bernabé Montoya, quien solicitó la pres-
Román, quien entregó notas de inteligencia que cripción de este caso. Con ello, el Tribunal Consti-
había proporcionado a Fujimori sobre el caso Ba- tucional no se pronunció sobre el tema de fondo,
rrios Altos y Rafael Merino Bartet, quien reconoció que queda a determinación del Poder Judicial. Pos-
que Vladimiro Montesinos era el jefe real del Ser- teriormente, abre proceso a 22 marinos por este
vicio de Inteligencia Nacional (SIN) y que guardó caso y se les declara impedimento de salida del
documentos de inteligencia que iban a ser incine- país, pero a causa del fallo del Tribunal Constitu-
rados. También se presentaron los testimonios de cional, el abogado de los procesados ha solicitado
Vladimiro Montesinos y Jesús Sosa Saavedra, la prescripción del caso. b) Caso Los Cabitos: la Sala
quienes procuraron exculpar al ex presidente. En Penal Nacional emitió una resolución que declara
los meses de agosto y septiembre se presentaron este caso como imprescriptible, mientras que el
los peritos nacionales e internacionales, que pro- Ministerio Público solicitó la pena de treinta años
curaron realizar aclaraciones sobre temas jurídi- de prisión para 7 ex miembros del Ejército a quie-
cos, antropológico-forenses, documentos descla- nes acusó de autores de las desapariciones for-
sificados por el Gobierno de los Estados Unidos y zadas de 54 personas en esta instalación militar.
el Informe Final de la CVR. Entre octubre y diciembre c) Caso La Cantuta: en el proceso llevado ante el Quin-
se realizó la presentación de la prueba documen- to Juzgado Penal Especial Anticorrupción, se emite
taria; mientras que enero, febrero y marzo fueron resolución que abre proceso penal contra el gene-
meses destinados a la presentación de los alega- ral EP (r) Juan Rivero Lazo, el coronel EP (r) Federico
tos finales de cada una de las partes. El conjunto Navarro, los mayores EP (r) Santiago Martin y
de pruebas ha dado lugar no solo a la histórica Carlos Pichilingüe y los sub oficiales EP Jesús Sosa
sentencia, sino también a un nuevo debate públi- Saavedra, Julio Chuqui y Nelson Carvajal, anu-
co que ha reavivado la importancia del Informe Fi- lándose, además, la sentencia del Fuero Militar
nal de la CVR y ha puesto nuevamente en evidencia sobre este caso. Mientras que en el proceso segui-
la polarización del país en torno al conflicto ar- do contra Julio Salazar Monroe por este mismo
mado interno.2 caso, que se encuentra en etapa de apelación, el
2 En esta edición de Memoria incluimos un artículo de análisis de Jo-Marie Burt sobre la sentencia aplicada a Alberto Fujimori.
Ministerio Público solicitó confirmar la culpabili- sa y orden interno y justicia, dado que son los
dad del ex jefe del SIN, pero rebajando su pena a únicos en los que se han registrado avances. Con
veinticinco años de prisión. d) Caso Comando Rodri- ello se confirma la conclusión de nuestros repor-
go Franco: Agustín Mantilla prestó su declaración tes anteriores: los pocos avances consignados des-
en el proceso que se le sigue por ejecuciones extra- de el 2003 en estas materias no se deben a una
judiciales. e) Caso Samuel Dyer: el Ministerio Públi- política de reforma institucional, sino a iniciati-
co denunció a Vladimiro Montesinos, Alberto Pin- vas desarticuladas y sin continuidad que no se
to Cárdenas y Santiago Zegarra por el secuestro enmarcan en una orientación general de política.
de un empresario, ocurrido en 1992, pero el Tercer
Juzgado Penal Especial desestimó la denuncia, por 5.1. REFORMA DEL SISTEMA DE DEFENSA
considerar que el caso no se encuentra inmerso en
el delito de secuestro agravado. f) Caso Matanza de En junio de 2008, se emitió la ley 29428, Ley del
Chumbivilcas: el Primer Juzgado Penal Supra pro- Servicio Militar, norma que prohíbe el recluta-
vincial de Lima inició investigaciones por el ase- miento forzado y especifica una serie de incenti-
sinato de más de 20 personas en la localidad de vos para el servicio militar, que se mantiene como
Cusco, adjudicada a miembros del Ejército perua- de carácter voluntario. En cuanto al Registro Mi-
no. g) Caso Cúpula de Sendero Luminoso: Abimael litar, se indica que la inscripción como ciudadano
Guzmán demandó al Perú ante la Comisión Inte- estará a cargo del Registro Nacional de Identifica-
ramericana de Derechos Humanos (CIDH) por con- ción y Estado Civil (RENIEC) a los 17 años pero que,
siderar que se violaron sus derechos durante el a los noventa días de realizada esta inscripción, el
juicio que lo condenó a cadena perpetua. ciudadano deberá acudir a inscribirse en el insti-
tuto armado de su elección. La libreta militar se
emitirá solo para quienes opten por el servicio
5.REFORMAS INSTITUCIONALES militar voluntario.
El reciente atentado contra una patrulla mili-
Dentro de sus recomendaciones, la CVR planteó una tar en el valle de los ríos Apurímac y Ene (VRAE)
serie de reformas institucionales destinadas a crear pone en evidencia la necesidad de verificar la eje-
las bases de un nuevo pacto social que impida que cución de esta ley, pues la propia Defensoría del
los hechos de violencia producidos se repitan. Es- Pueblo ha denunciado la incorporación de meno-
tas recomendaciones se formularon para mejorar res de edad en el servicio militar voluntario.
la presencia del Estado y la autoridad democráti- Posteriormente, en julio de 2008, se emitieron
ca, así como para complementar las reformas que dos reglamentos. Se reglamentó la Ley de Ascen-
deben hacerse en los campos de defensa y orden sos de las Fuerzas Armadas, estableciendo crite-
interno, sistema de justicia y sistema educativo. rios para los ascensos. También se reglamentó la
En este campo, al igual que en el reporte ante- controvertida Ley del Uso de la Fuerza por parte
rior, nos ocuparemos solo de los sectores de defen- de las fuerzas armadas, dado que se incluyen los
MIGUEL GIUSTI. El soñado bien, el mal presente: rumores de la ética. Lima: Pontificia Universidad
Católica del Perú, 2008, 246 pp.
Después de releer el poema de Francisco de Que- además –como al parecer creía Hegel– involucra
vedo que le ha servido a Miguel Giusti como fuen- fusión y diferenciación, reconocimiento y autono-
te de inspiración para el título del libro que nos mía, es por definición un indefinible. Pero que sea
presenta, no puedo evitar expresarles la sensa- indefinible no quiere decir que no dejemos de in-
ción de desconcierto que el título del poema pro- tentar nombrarlo para encontrarle sentido y por
duce. «La definición del amor» es un título con- ello solo lo evocamos cuando lo nombramos de
tradictorio pues si hay algo más indefinible que diferentes formas.
el ser, es el sentimiento insondable del amor que Miguel Giusti saca de su contexto un verso del
Quevedo evoca en su poema. Pero así como el poema de Quevedo para darle título a su último
ser, el amor también se dice de muchas maneras; libro El soñado bien, el mal presente en el que nos pone
de allí su ambigüedad y ambivalencia. El amor de manifiesto desde diversas entradas la tensión
reúne lo antagónico, «es hielo abrasador, es fuego irresoluble que hay entre lo que el ser humano
helado... es un descuido que nos da cuidado... un hace de sí y lo que anhela ser, entre aquello a lo que
cobarde con nombre de valiente... es un soñado aspira y aquello con lo que tiene que contentarse,
bien, un mal presente». El amor –lo sabemos– es entre el bien perdido –o tal vez jamás encontra-
un sentimiento tan bello y tan trágico al mismo do– y el mal banal con el que inexorablemente con-
tiempo que se escurre cuando intentamos definir- vivimos cotidianamente.
lo, no es posible determinarlo. En filosofía sole- El subtítulo del libro rumores de la ética posee
mos decir –siguiendo al viejo Aristóteles– que connotaciones sugerentes. Los rumores son, como
para definir algo debemos empezar por determi- bien señala Miguel Giusti siguiendo las indicacio-
nar el género próximo al que pertenece lo que es- nes del Diccionario de la Real Academia Española,
tamos definiendo, para, desde allí, determinar su «voces que corren en el público». Pero hay voces
diferencia específica. Pero el amor no tiene ni gé- que no tienen consistencia y otras que sí la tienen.
nero próximo ni diferencia específica definible. Si Cuando Giusti habla de los «rumores de la ética»
hay algo que no se puede determinar, es decir, sub- vuelve a sacar de su contexto, esta vez la defini-
sumir bajo un concepto para hacerse inteligible, ción de la Real Academia Española, para hacerle
entonces lo coherente es afirmar que estamos ante decir lo que no contempló como significación po-
algo indefinible. Si el amor es indetermimable y si sible. «Rumores de la ética» es una expresión que
se refiere a aquellas opiniones plausibles que cir- tiene Giusti en esta parte– es «éticamente inces-
culan en la academia sobre asuntos éticos que nos tuoso porque se ha acostumbrado a vivir violan-
incumben, pero de las que no se puede llegar a do los principios que le sirven de fundamento
tener certeza. Se trata de conjeturas elaboradas y que le dan legitimidad. [...] los viola por exceso y
filosóficamente, es decir, de opiniones sustenta- los viola también por defecto de sus reformas li-
das en razones que las hacen plausibles y por lo berales» (p. 56).
mismo convincentes. En filosofía práctica asisti- Necesitamos construir una cultura del reco-
mos en el presente a un debate muy dinámico en- nocimiento que sustituya a la cultura del narci-
tre una pluralidad de posiciones racionalmente simo. En clave política, de lo que se trataría sería
muy bien estructuradas y sustentadas sobre los de recrear, tanto en la teoría como en la práctica,
grandes éticos problemas de la convivencia. «¿Es y de acuerdo con cada contexto, el modelo repu-
el “reconocimiento” que demandan los grupos blicano de democracia tomando como referentes
culturales contrario a la “justicia distributiva”?, tanto el principio liberal del respecto irrestricto
¿es la libertad individual conciliable con los re- de los derechos individuales como el principio
querimientos de una vida humana solidaria?, ¿pue- comunitarista de la importancia «del cultivo de
de la tolerancia considerarse verdaderamente un los múltiples vínculos comunitarios entre los se-
ideal moral, o necesita de alguna convicción más res humanos» (p. 61) como fundantes de la iden-
positiva para hacerse comprensible y persuasi- tidad.
va?» (p. 12). Estas son algunas de las grandes inte- La segunda parte trata de lo que está a la base
rrogantes que nos plantea el mal presente sobre el de la reflexión sobre el bien, es decir, de aquello
cual soñamos el bien ausente para elaborarlo de que engendra la desmesura, del origen del daño,
diversas formas. «Porque –como dice el autor– ha de aquello que nos rebela, en otras palabras, del
sido precisamente la experiencia de la violencia, mal que se hace patente en la convivencia huma-
del dolor, del mal, la que ha motivado en la histo- na. Así, por ejemplo, la situación de pobreza de
ria humana, por lo general, la necesidad de recor- las grandes mayorías en un mundo como el ac-
dar, de reconstruir la memoria, de buscar el bien tual que posee todos los recursos necesarios para
que hemos perdido» (p. 109). extinguirla y que «es una verdadera violación de
Pudiendo el libro estar compuesto de dos par- los derechos humanos» no tiene su origen en la desi-
tes, contiene inevitablementes tres. La primera dia de los pobres, sino en la desmesura «de la acu-
trata de lo que deseamos ser, es decir, de la mejor mulación originaria y de una igualmente origina-
manera de vivir, a partir de una crítica de las di- ria relación de desigualdad y de poder» (p. 143).
versas formas de representarnos la vida buena Sin embargo, la lógica de la globalización del ca-
que se hallan ligadas a la ética del individualismo pitalismo es la lógica de la acumulación del capi-
y de la desintegración social (p. 52) que está a la tal. Por ello, «no solo es injusta la situación o la
base del liberalismo actual. El liberalismo –sos- acumulación originaria, sino que también lo es el
orden institucional contemporáneo a nivel inter- tiene él mismo de diferenciarse y de adquirir con-
nacional» que dicha acumulación ha generado y ciencia de su particularidad» (p. 188). Quizá el
que cada día se hace más evidente que es incapaz reconocimiento, más allá del joven Hegel, sea in-
de resolver las inevitables tensiones y los grandes determinable como el amor, que es una de sus
litigios que origina. formas. Quizá por ello estemos en la actualidad
La tercera parte no vayamos a pensar que, por en un momento en el que las elaboraciones teóri-
las reconocidas simpatías hegelianas de Miguel cas sobre el reconocimiento no dejan de ser aún
Giusti, constituye la síntesis esperada. Se trata un «ruido confuso de voces» –segunda acepción,
más bien de esbozos, retazos, fragmentos sueltos según el Diccionario de la Real Academia Españo-
de una potencial futura síntesis. Él la ha titulado la de la palabra «rumor»–.
«Rumores de reconocimiento», es decir, de «voces O quizá el reconocimiento y la tolerancia sean
que corren en el público» sobre la necesidad y la formas insuficientes de ensoñar el bien ausente.
exigencia ética que tenemos los seres humanos de «La cultura del reconocimiento –sostiene Giusti–
reconocer y ser reconocidos como valiosos. El pa- necesita, pues, como base una ética de la solidari-
radigma del reconocimiento es un lugar de en- dad» (p. 63) y de la participación ciudadana.
cuentro en el que confluyen tanto la ética de la Pero para ello debemos aprender a evitar tan-
felicidad como la ética de la autonomía. En primer to la desmesura como las polarizaciones y de una
lugar, porque el reconocimiento es necesario para vez por todas dejar por sentado que la conviven-
desarrollar y poner en funcionamiento aquellas cia es el lugar donde inevitablemente se cruzan el
capacidades que tenemos, razones para valorar mal presente y el soñado bien del que nos habla
y; en segundo lugar porque «mientras más exito- Miguel Giusti y del que nos habló hace siglos Fran-
sa sea la experiencia del reconocimiento, es decir, cisco de Quevedo.
mientras más sólidos sean los lazos que unen al
individuo con su comunidad, más posibilidades FIDEL TUBINO
COLABORADORES
sido capturada por su lente. Sus fotografías han lación nacional e internacional. Fue directora de
sido expuestas en diversas muestras colectivas y comunicaciones de la Comisión de la Verdad y
han sido publicadas en casi todos los medios Reconciliación del Perú. Se ha especializado en
impresos del país. comunicación política y ha trabajado en varios
organismos del Estado, organizaciones no
JOSÉ ALEJANDRO GODOY gubernamentales y organismos de cooperación
Bachiller en Derecho por la Pontificia Universidad internacional. Actualmente dirige el área de
Católica del Perú. Tiene un diplomado en Periodismo Comunicaciones e Impacto Público del IDEHPUCP.
Político y Análisis Cultural por la Universidad
Antonio Ruiz de Montoya. Actualmente es HERNANDO LLANO
investigador del proyecto «Justicia y derechos Abogado por la Universidad Santiago de Cali, Valle
humanos en el Perú: asesoría, capacitación y (Colombia). Máster en Estudios Políticos por la
seguimiento para una eficaz judicialización de las Pontificia Universidad Javeriana de Bogotá
violaciones de derechos fundamentales» del (Colombia). Máster en Comunidades Europeas por
IDEHPUCP. la Universidad Pontificia Comillas (España).
Doctor en Procesos de Cambio y Transición Política
DAVID INGRAM por la Universidad Complutense de Madrid
Profesor del Departamento de Filosofía de la (España). Ha publicado numerosos artículos y
Universidad Loyola de Chicago (Estados Unidos). realizado ponencias sobre ciencia política,
Sus áreas de especialización son filosofía social, procesos de transición democrática, procesos de
filosofía política, filosofía del derecho, teoría reconciliación política, entre otros. Actualmente
crítica, filosofía contemporánea alemana y es profesor de la Pontificia Universidad Javeriana
francesa. Además de numerosos artículos, cuenta de Bogotá (Colombia).
con las siguientes publicaciones: Habermas y la
dialéctica de la razón; Teoría crítica y filosofía; Antología FIDEL TUBINO
de la teoría crítica: lecturas esenciales; Razón, historia y Doctor en Filosofía por la Universidad Católica de
política; Derechos de grupo: reconciliando la equidad y la Lovaina (Bélgica). Actual decano de la Facultad
diferencia; entre otros. de Estudios Generales Letras y profesor principal
del Departamento de Humanidades de la Pontificia
IRIS JAVE Universidad Católica del Perú (PUCP). Es también
Comunicadora social por la Universidad Nacional coordinador de la Red Internacional de Estudios
Mayor de San Marcos y egresada de la Maestría Interculturales (RIDEI). Ha sido coordinador del
en Ciencia Política de la Pontificia Universidad Doctorado en Filosofía de la PUCP . Miembro
Católica del Perú. Se ha desempeñado como fundador de Foro Educativo y experto en educación
periodista en varios diarios y revistas de circu- intercultural.