El sustentador
Dios sustenta la creación de maneras tan regulares, que el universo a veces es
comparado con una máquina que Dios permite que siga andando sola.
Sin embargo, más bien que una máquina, una metáfora mejor es que la creación es
como un instrumento musical que Dios usa para producir la “melodía” deseada. Es
decir, él está constantemente involucrado en sostener lo que ha creado.
Nada en el universo existe independientemente de Dios. Él creó todo lo que fue
creado. “Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada lo que ha sido hecho,
fue hecho” (Juan 1:3). No solo eso, sino que él es quien sustenta todo. Aun más
asombroso, el que creó y sustenta todo es el que fue crucificado por nosotros.
“El apóstol Pablo, al escribir movido por el Espíritu Santo, declara de Cristo que ‘en
él fueron creadas todas las cosas … y para él. Y él es antes de todas las cosas, y
todas las cosas en él subsisten’ (Col. 1:16, 17). La mano que sostiene los mundos
en el espacio, la mano que mantiene en una disposición ordenada y actividad
incansable todas las cosas en el universo de Dios, es la mano que fue clavada en
la cruz por nosotros” (Ed 132).
Lee Hebreos 1:3 y Colosenses 1:16, 17. ¿Cuál es el rol de Jesús en la existencia
continuada del universo?
La implicación aquí es que Jesús sigue sustentando la existencia del universo por
su poder. El universo no es independiente; su existencia depende del ejercicio
continuo de la voluntad divina. Esta es una refutación del deísmo, la filosofía que
enseña que Dios creó el mundo para gobernarse solo y luego lo dejó evolucionar
sin más acciones de parte de él. La Biblia descarta tales teorías.
Además, Dios no está dentro de la creación, creándola constantemente, como en la
falsa teoría del panteísmo (Dios y el universo son la misma cosa), o el panenteísmo
(Dios habita el universo como si fuera su propio cuerpo). Dios no depende del
universo de ninguna manera. Él es separado del universo. Él existió, y sigue
existiendo, independientemente de él. El universo depende de Dios; Dios no
depende del universo.
Lee 1 Corintios 8:6 y Hechos 17:28. ¿Cómo describe Pablo nuestra relación con
Jesús?
Dependemos del poder sustentador de Dios, momento tras momento, día tras día.
Es por causa de su amor que seguimos existiendo y somos capaces de actuar y
también de formar relaciones. Esto es cierto de un modo especial para aquellos que
se han comprometido con Dios y que están, como lo describe Pablo, “en Cristo” (2
Cor. 5:17; Efe. 2:10; nota las referencias a la creación en estos textos). También es
cierto que aun los que rechazan la salvación dependen, de todos modos, del poder
sustentador de Dios para su existencia. Daniel presentó este punto dramáticamente
al rey Belsasar cuando dijo: “Y al Dios en cuya mano está tu vida, y cuyos son todos
tus caminos, nunca honraste” (Dan. 5:23).
Recordando todo esto, ¿cómo comprendemos la realidad del libre albedrío y de la
libre elección? ¿Por qué estos elementos de nuestra existencia son tan importantes
para todos los que creen?
Así lo dice el Salmo: “Te envíe ayuda desde el santuario y desde Sión te sostenga”
(verso 2) y en el verso 1 nos dice, “que el Dios mismo de Jacob te defienda” (1b).
Nuestro Dios nos escucha, pero no se complace solo en escucharnos, sino que nos
sostiene en los momentos más angustiosos por los que estemos pasando. Te
sostiene cuando vas enfrentar un problema, te sostiene cuando pasas por la
enfermedad, te sostiene cuando estás en el colegio, te sostiene cuando estás en la
universidad, te sostiene cuando estás en tu trabajo, te sostiene, te sostiene, te
sostiene en medio del conflicto. Amén.
El salmista exclama y dice, “Aunque un ejército acampe contra mí, no temerá mi
corazón; aunque contra mí se levante guerra, yo estaré confiado” (Salmo 27:3).
Oh, Aleluya!. Sabe por qué, porque su mano te sostiene. Su Palabra nos dice:
"Yo soy Jehová, Dios de todo ser viviente, ¿acaso hay algo que sea difícil para mí?
(Jeremías 32:27). Él es nuestro poderoso gigante. Su palabra nos sostiene. Los
versos siguientes lo confirman.
Mis estimados hermanos no perdamos de vista que a medida que nos alimentamos
de su Palabra, más vamos a comprobar que Dios nos sostiene.
De manera afirmativa escribe el salmista, “Que cumpla todos tus deseos y lleve a
cabo todos tus planes” (Salmo 20:4). Maravilloso es el Señor, Dios todo poderoso.
A el sea la honra por los siglos de los siglos.
Dios nos ha bendecido, siempre que usted y yo, miramos dónde estamos y de
dónde venimos. Es razón suficiente para comprobar que Dios nos ha respondido.
Dios ha estado con nosotros. He visto jóvenes con muy escasos recursos coronar
sus carreras profesionales, han batallado contra viento y marea, pero Dios ha
estado presente.
En nuestra iglesia hay un hermano que aún, ya con familia decidió salir adelante,
estudiaba de noche su secundaria, trabajo de portero y guarda en un colegio, luego
de mensajero en una universidad y ahí mismo comenzó a estudiar su carrera
profesional, ahora trabaja en el área administrativa de esa alma mater. Dios ha
estado con él, su esposa y sus dos hijos. Ahora su hijo mayor va a estudiar a esa
misma universidad. Nuestro padre eterno cuida y sostiene a sus hijos, él es el que
concede las peticiones de tu corazón.
Dios quiere lo mejor para sus hijos, su naturaleza es ser bueno y misericordioso.
Recuerde lo que dijo Jesús:
“Pues si ustedes, que son malos, saben dar cosas buenas a sus hijos, ¡cuánto más
su Padre que está en el cielo dará cosas buenas a quienes se las pidan” (Mateo
7:11 DDH).
El Señor quiere cumplir las peticiones de tu corazón.
Conclusión
“Ahora conozco que Jehová salva a su ungido; lo atenderá desde sus santos cielos
con la potencia salvadora de su diestra. Estos confían en carros, y aquellos en
caballos; mas nosotros del nombre de Jehová, nuestro Dios, haremos memoria.
Ellos flaquean y caen, mas nosotros nos levantamos y resistimos a pie firme. Salva,
Jehová; que el Rey nos oiga en el día que lo invoquemos” (Salmo 20: 6-9)