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Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme á sus riquezas en gloria en Cristo

Jesús. Filipenses 4:19.


A lo largo de toda la Biblia, Dios promete a sus Hijos ser nuestro sustentador, historia
tras historia Dios demuestra su impresionante habilidad de satisfacer nuestras
necesidades físicas, emocionales y espirituales. Pon mucha atención a lo siguiente:
Cuando nosotros le obedecemos, Dios asume la responsabilidad acerca de nuestras
necesidades. Si nuestra petición parece no ser contestada, debemos autoanalizarnos
honestamente y preguntarnos ¿Por qué? Pues si no nos damos cuenta, algún error
que estemos cometiendo, puede estar estorbando la respuesta de nuestra petición.
¿Cuál es su Promesa?
1°. En Mateo 6:25-26, Jesús le dice a sus discípulos que no deberían preocuparse de
que comer o que vestir, puesto que Nuestro Padre Celestial cuida a cada instante de
las aves del cielo, entonces podemos estar seguros que Él cuida a cada instante de
nosotros.
2°. Dios no retiene o niega sus bendiciones para aquellos que viven en
obediencia: “Porque sol y escudo es Jehová Dios: Gracia y gloria dará Jehová: No
quitará el bien á los que en integridad andan” Salmo 84:11. Cuando nosotros
depositamos nuestra plena confianza en Él, Él provee sólo lo mejor para nosotros:
“10Yo soy Jehová tu Dios, Que te hice subir de la tierra de Egipto: Ensancha tu boca, y
henchirla he… 16Y Dios lo hubiera mantenido de grosura de trigo: Y de miel de la
piedra te hubiera saciado” Salmo 81:10-16.

¿Qué puede estorbar sus bendiciones? Estas son algunas razones:


1°. Confundir necesidades con deseos. Debemos evaluar si nuestra petición es un deseo
o una necesidad real y pedir a Dios que nos ayude a entender entre una y otra para
no pedir mal: “Pedís, y no recibís, porque pedís mal, para gastar en vuestros deleites”
Santiago 4. Pero recuerda que Él sabe lo que necesitamos aún antes de pedirle: “No
os hagáis, pues, semejantes á ellos; porque vuestro Padre sabe de qué cosas tenéis
necesidad, antes que vosotros le pidáis” Mateo 6:8
2°. No entender su Palabra. En Filipenses 4:19 dice: “Mi Dios, pues, suplirá todo lo que
os falta conforme á sus riquezas en gloria en Cristo Jesús”. Esta Promesa no aplica
cuando somos rebeldes a Él. “En Cristo Jesús” significa que por medio de él recibimos,
pero también que debemos andar en obediencia como él: En cuanto á mí, en mi
integridad me has sustentado, Y me has hecho estar delante de ti para siempre”
Salmo 41:12. Y esto último, la desobediencia, es lo más común por lo que sus
bendiciones pueden estar estorbadas, porque eso depende completamente de
nosotros: Trabajar en sábado, no diezmar, robar, ser deshonesto, mentiroso,
desordenado, hiriente, mal agradecido, flojo, etc., etc.
3°. No pedimos. “Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá” Mateo
7:7. Dios sabe lo que necesitamos antes de que lo pidamos, pero quiere que te
acerques a Él y le pidas, que hables con Él, quiere que recuerdes que Él es tu creador
y tu sustentador, pero tienes que pedirlo: “Echa sobre Jehová tu carga, y él te
sustentará; No dejará para siempre caído al justo” Salmo 55:22.
4°. No cumplimos con nuestra parte. Dios nos ha dotado de muchas y grandes
habilidades a todos: mentales, espirituales y físicas; nos dotó de un maravilloso
cuerpo para usarlo, no solo para vestirlo de lujo y vanidad, ni tampoco para
descuidarlo o corromperlo. De manera que Dios no atará la cuerda de nuestros
zapatos cada mañana, cuando nos ha dado manos para hacerlo nosotros mismos.
Cualquiera que pueda trabajar, debe trabajar, porque aún muchos discapacitados de
algún miembro físico, son gran ejemplo de superar las discapacidades de la mente.
Las circunstancias, por difíciles que sean, no son una excusa, porque tu salario viene
de Dios y de nadie más. Y si eres negligente en tus obligaciones, tendrás el justo
pago: “7Porque vosotros mismos sabéis de qué manera debéis imitarnos: porque no
anduvimos desordenadamente entre vosotros… … Que si alguno no quisiere trabajar,
tampoco coma” 2ª Tesalonicenses 3:7-10.
5°. Rechazamos los tiempos de Dios. No te apresures a algo ó presiones a Dios. No te
equivoques y en consecuencia de tu ansiedad e impaciencia pierdas las mejores
bendiciones de Dios por no esperar sus tiempos. Si cumples tu parte, espera en Dios
y Él hará lo mejor en el momento adecuado: “Dios, perfecto su camino: Es
acendrada (sin defecto) la palabra de Jehová: Escudo es á todos los que en él esperan”.
Salmo 18:30.
“Y fueron ayudados contra ellos, y los Agarenos se dieron en sus manos, y todos los
que con ellos estaban; porque clamaron á Dios en la guerra, y fuéles favorable,
porque esperaron en él” 1° de Crónicas 5:20.
6°. Rechazamos la Sabiduría de Dios. A veces podemos demandar y exigir a Dios que
lo haga a nuestra manera, pero su respuesta puede llegar de maneras o de personas
que menos pensamos. Confía en Él, no intentes decirle como hacer las cosas ó como
suplir tus necesidades, Él siempre sabe la mejor manera de cuidarte y darte lo que
realmente necesitas: “Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni
vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová” Isaías 55:8.
7°. Perdemos perspectiva. Cuando nos dejamos abatir por nuestras necesidades y se
hacen más grandes en nuestra mente, resulta que Dios parece más y más pequeño:
Isaías 31:1.
Jesús dijo: “Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas
cosas os serán añadidas” Mateo 6:33. Esto quiere decir, nuestra primera meta debe
ser honrar y servir a Dios, en la escuela, en el trabajo, en la casa, en la iglesia, con
nuestros hijos, con nuestros padres, con nuestra pareja, en la mañana, en la tarde, en
sábado y diariamente
8°. No confiamos en Dios ni en su Hijo. Jesús dijo: “Por tanto, os digo que todo lo que
orando pidiereis, creed que lo recibiréis, y os vendrá” Marcos 11:24. Dios ha
confirmado por medio de su Hijo que Él suplirá todas nuestras necesidades, pero
debes estar seguro que tiene el poder y los medios para hacerlo y lo hará.
¿Pero todo esto funciona si no soy cristiano? No. Si tú rechazas a Dios y su Hijo, estás
por tu propia cuenta. Y aún si eres bautizado, debes dejar que Él entre en tu vida y
confiar en que tienes un Padre que desea y puede suplir todas tus necesidades. ¿Qué
debo hacer cuando parece que Dios no contesta? Ser humilde y caer de rodillas delante
de Él y orar “Señor: ¿qué estoy haciendo mal? Dame la paciencia para esperar en ti si
aún no es tiempo”
Aun cuando el Señor parece estar lejos Él nunca deja de trabajar en tu vida, Dios es
fiel para suplir nuestras tus necesidades en el tiempo adecuado y en la forma
adecuada: “Y á Aquel que es poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente de
lo que pedimos ó entendemos, por la potencia que obra en nosotros” Efesios 3:20.
Dios se deleita en darnos lo mejor de Él, solo tenemos que obedecerle y Él se
encargará de las consecuencias.

El sustentador
Dios sustenta la creación de maneras tan regulares, que el universo a veces es
comparado con una máquina que Dios permite que siga andando sola.
Sin embargo, más bien que una máquina, una metáfora mejor es que la creación es
como un instrumento musical que Dios usa para producir la “melodía” deseada. Es
decir, él está constantemente involucrado en sostener lo que ha creado.
Nada en el universo existe independientemente de Dios. Él creó todo lo que fue
creado. “Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada lo que ha sido hecho,
fue hecho” (Juan 1:3). No solo eso, sino que él es quien sustenta todo. Aun más
asombroso, el que creó y sustenta todo es el que fue crucificado por nosotros.
“El apóstol Pablo, al escribir movido por el Espíritu Santo, declara de Cristo que ‘en
él fueron creadas todas las cosas … y para él. Y él es antes de todas las cosas, y
todas las cosas en él subsisten’ (Col. 1:16, 17). La mano que sostiene los mundos
en el espacio, la mano que mantiene en una disposición ordenada y actividad
incansable todas las cosas en el universo de Dios, es la mano que fue clavada en
la cruz por nosotros” (Ed 132).

Lee Hebreos 1:3 y Colosenses 1:16, 17. ¿Cuál es el rol de Jesús en la existencia
continuada del universo?
La implicación aquí es que Jesús sigue sustentando la existencia del universo por
su poder. El universo no es independiente; su existencia depende del ejercicio
continuo de la voluntad divina. Esta es una refutación del deísmo, la filosofía que
enseña que Dios creó el mundo para gobernarse solo y luego lo dejó evolucionar
sin más acciones de parte de él. La Biblia descarta tales teorías.
Además, Dios no está dentro de la creación, creándola constantemente, como en la
falsa teoría del panteísmo (Dios y el universo son la misma cosa), o el panenteísmo
(Dios habita el universo como si fuera su propio cuerpo). Dios no depende del
universo de ninguna manera. Él es separado del universo. Él existió, y sigue
existiendo, independientemente de él. El universo depende de Dios; Dios no
depende del universo.
Lee 1 Corintios 8:6 y Hechos 17:28. ¿Cómo describe Pablo nuestra relación con
Jesús?
Dependemos del poder sustentador de Dios, momento tras momento, día tras día.
Es por causa de su amor que seguimos existiendo y somos capaces de actuar y
también de formar relaciones. Esto es cierto de un modo especial para aquellos que
se han comprometido con Dios y que están, como lo describe Pablo, “en Cristo” (2
Cor. 5:17; Efe. 2:10; nota las referencias a la creación en estos textos). También es
cierto que aun los que rechazan la salvación dependen, de todos modos, del poder
sustentador de Dios para su existencia. Daniel presentó este punto dramáticamente
al rey Belsasar cuando dijo: “Y al Dios en cuya mano está tu vida, y cuyos son todos
tus caminos, nunca honraste” (Dan. 5:23).
Recordando todo esto, ¿cómo comprendemos la realidad del libre albedrío y de la
libre elección? ¿Por qué estos elementos de nuestra existencia son tan importantes
para todos los que creen?

2. El Padre siempre sostiene a sus hijos

Así lo dice el Salmo: “Te envíe ayuda desde el santuario y desde Sión te sostenga”
(verso 2) y en el verso 1 nos dice, “que el Dios mismo de Jacob te defienda” (1b).

Nuestro Dios nos escucha, pero no se complace solo en escucharnos, sino que nos
sostiene en los momentos más angustiosos por los que estemos pasando. Te
sostiene cuando vas enfrentar un problema, te sostiene cuando pasas por la
enfermedad, te sostiene cuando estás en el colegio, te sostiene cuando estás en la
universidad, te sostiene cuando estás en tu trabajo, te sostiene, te sostiene, te
sostiene en medio del conflicto. Amén.
El salmista exclama y dice, “Aunque un ejército acampe contra mí, no temerá mi
corazón; aunque contra mí se levante guerra, yo estaré confiado” (Salmo 27:3).
Oh, Aleluya!. Sabe por qué, porque su mano te sostiene. Su Palabra nos dice:

"Yo soy Jehová, Dios de todo ser viviente, ¿acaso hay algo que sea difícil para mí?
(Jeremías 32:27). Él es nuestro poderoso gigante. Su palabra nos sostiene. Los
versos siguientes lo confirman.

“Estos confían en carros, y aquellos en caballos; mas nosotros del nombre de


Jehová, nuestro Dios, haremos memoria. Ellos flaquean y caen, mas nosotros nos
levantamos y resistimos a pie firme” (Salmo 20:7-8).

Permítame contar otra anécdota, que dice así:

“Un cristiano escribió una carta al editor de un periódico quejándose de que ya no


tenía sentido el ir a la Iglesia cada Domingo. "He asistido fielmente por más de 30
años", escribió el hombre, "y durante todo este tiempo he escuchado a más de 3,000
sermones. Pero la verdad es que no puedo recordar ni uno solo. Así que, pienso
que estoy malgastando mi tiempo….y creo que el pastor también está malgastando
su tiempo en predicarlos."Esto dio inicio a una verdadera controversia en la columna
de "Cartas al Editor", algo que hizo que el editor estuviera, por supuesto, bien
contento. Siguió por unas semanas hasta que alguien escribió lo siguiente: "Ando
casado por más de 30 años. En todo este tiempo mi esposa me ha preparado unas
32,000 comidas. Pero la verdad es que no puedo recordar el menú de ninguna de
estas comidas. Pero una cosa reconozco. Cada comida me nutrió y me dio la fuerza
que necesitaba para seguir fielmente en mi trabajo. Si mi esposa no me hubiera
preparado cada una de estas comidas, yo no estuviera presente hoy."El periódico
nunca recibió más cartas sobre ese asunto. Proverbios 10:21 – "Los labios del justo
apacientan a muchos, Mas los necios mueren por falta de entendimiento."

Mis estimados hermanos no perdamos de vista que a medida que nos alimentamos
de su Palabra, más vamos a comprobar que Dios nos sostiene.

3. El Padre te concede tus peticiones

De manera afirmativa escribe el salmista, “Que cumpla todos tus deseos y lleve a
cabo todos tus planes” (Salmo 20:4). Maravilloso es el Señor, Dios todo poderoso.
A el sea la honra por los siglos de los siglos.

Dios nos ha bendecido, siempre que usted y yo, miramos dónde estamos y de
dónde venimos. Es razón suficiente para comprobar que Dios nos ha respondido.
Dios ha estado con nosotros. He visto jóvenes con muy escasos recursos coronar
sus carreras profesionales, han batallado contra viento y marea, pero Dios ha
estado presente.

En nuestra iglesia hay un hermano que aún, ya con familia decidió salir adelante,
estudiaba de noche su secundaria, trabajo de portero y guarda en un colegio, luego
de mensajero en una universidad y ahí mismo comenzó a estudiar su carrera
profesional, ahora trabaja en el área administrativa de esa alma mater. Dios ha
estado con él, su esposa y sus dos hijos. Ahora su hijo mayor va a estudiar a esa
misma universidad. Nuestro padre eterno cuida y sostiene a sus hijos, él es el que
concede las peticiones de tu corazón.

Vea lo que dice el profeta Jeremías:


“Yo sé los planes que tengo para ustedes, planes para su bienestar y no para su
mal, a fin de darles un futuro lleno de esperanza. Yo, el Señor, lo afirmo” (29:11
DHH).

Dios quiere lo mejor para sus hijos, su naturaleza es ser bueno y misericordioso.
Recuerde lo que dijo Jesús:

“Pues si ustedes, que son malos, saben dar cosas buenas a sus hijos, ¡cuánto más
su Padre que está en el cielo dará cosas buenas a quienes se las pidan” (Mateo
7:11 DDH).
El Señor quiere cumplir las peticiones de tu corazón.

Conclusión

Concluyo con los últimos cuatro versos de esta poderosa oración

“Ahora conozco que Jehová salva a su ungido; lo atenderá desde sus santos cielos
con la potencia salvadora de su diestra. Estos confían en carros, y aquellos en
caballos; mas nosotros del nombre de Jehová, nuestro Dios, haremos memoria.
Ellos flaquean y caen, mas nosotros nos levantamos y resistimos a pie firme. Salva,
Jehová; que el Rey nos oiga en el día que lo invoquemos” (Salmo 20: 6-9)

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