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África

Independencia de África

La independencia de los Estados africanos es un proceso más o menos rápido. Antes de la segunda
guerra mundial se habían independizado, por cuestiones de equilibrio político, Egipto, Etiopía,
Liberia y Sudáfrica.

Tras la segunda guerra mundial y la Conferencia de Bandung (Indonesia, 1955) comienza la


independencia de África. El primer país en liberarse fue Ghana (1957) y antes de 1965 se habían
liberado casi todos los países. Luego hay un compás de espera y en 1975 se liberan casi las últimas
colonias africanas: Angola, Santo Tomé y Príncipe, Guinea-Bissau y Mozambique.

Frecuentemente, tras la independencia, muchos países cambian de nombre, e intentan redefinir sus
fronteras. Pero las divisiones que establecieron los europeos son más estables de lo que parecen. El
hecho de cómo entender el Estado y de hablar la misma lengua, la de la metrópoli, se ha revelado
como una diferencia insuperable. Sin embargo, no son los conflictos fronterizos los más graves en
la región, sino las luchas internas por el poder, sobre todo si hay un grupo comunista con
posibilidades de alcanzarlo. Las dictaduras militares y la corrupción se instalan en casi todos los
países.

A pesar de la descolonización, las relaciones económicas con las antiguas colonias continúan siendo
privilegiadas. Los países europeos controlan la vida económica, sin las presiones que conlleva la vida
política. Los blancos que se quedan no son exactamente extranjeros, y la guía europea domina la
sociedad. El neocolonialismo va desde la tutela efectiva al acuerdo económico, como la creación de
la Commonwealth.

Tras la descolonización la metrópoli deja de invertir en la colonia, sobre todo en las obras públicas,
y las infraestructuras creadas se deterioran. La guerra suele ahuyentar a los capitales de inversión,
con lo que el país se descapitaliza. La negligencia administrativa y la corrupción no favorecen las
nuevas inversiones, ni la creación de capitales autóctonos, con lo que la estos países entran en crisis:
y la pobreza y la miseria se afianzan en la sociedad, y se convierte en una lacra muy difícil de
erradicar.

El cuerno de África

El Cuerno de África es la región del África Oriental, ubicada en donde desagua el mar Rojo con el
océano Índico en la parte meridional del golfo de Adén, frente a la península arábiga. Es, en la
actualidad, una de las regiones más pobres del mundo, en donde el hambre es una amenaza
constante, sobre todo en el sur de Etiopía. Se considera el posible lugar donde se originó la
Humanidad.

Está conformado por la totalidad de los países de Somalia, Yibuti, Eritrea y Etiopía.2 3 Recibe el
nombre de cuerno de África debido a la forma triangular con orientación O-E que se evidencia en la
cartografía.

Es una zona de gran inestabilidad política, económica y social, con continuas guerras. Se trata de
una región que reviste particular interés para las potencias europeas y los EE. UU. por su localización
estratégica, ruta obligada de los barcos petrolíferos y de mercancías.

Las llanuras de Somalia y de Yibuti padecen una aridez extrema y sequías frecuentes, a pesar de que
la región del Cuerno de África se sitúa cerca del ecuador terrestre. Esto se debe a que los vientos de
los monzones tropicales que aportan lluvias estacionales al Sahel y a Sudán soplan desde el Oeste,
de manera que cuando llegan a Yibuti y Somalia ya han perdido la mayor parte de su humedad. En
cambio, el Oeste y el Centro de Etiopía, así como el extremo meridional de Eritrea, se hallan más
expuestos a los vientos mencionados y reciben por tanto mayor cantidad de lluvia. De hecho, el
volumen de 2000 mm de precipitaciones anuales no es raro en las montañas etíopes.

El Cuerno de África cubre aproximadamente 2 000 000 km² y está habitado por más de 100 millones
de personas. Dada su ubicación con respecto a la falla del Valle del Gran Rift, la acción de las placas
geológicas hará que esta región se separe del continente africano, como se cree que sucedió con la
relativamente cercana isla de Madagascar.

Apartheid

El apartheid fue el sistema de segregación racial en Sudáfrica y Namibia, entonces parte de


Sudáfrica, en vigor hasta 1992. Fue llamado así porque significa ‘separación’ en afrikáans, (lengua
germánica derivada del neerlandés hablada principalmente en Sudáfrica y Namibia.)

Básicamente, este sistema de segregación racial en Sudafrica consistía en la creación de lugares


separados, tanto habitacionales como de estudio o de recreo, para los diferentes grupos raciales,
en el poder exclusivo de la raza blanca para ejercer el voto y en la prohibición de matrimonios o
incluso relaciones sexuales entre blancos y negros.

Su propósito era conservar el poder para la minoría blanca, 21 % de la población, que en otras
condiciones habría perdido su posición de privilegio. Estuvo en vigor hasta los años 1990, siendo en
1992 la última vez en que sólo votaron plenamente los blancos. Antes de la victoria del partido
Nacional en 1948, los negros podían votar pero con muchas restricciones.
En teoría, el sistema consistía básicamente en la división de los diferentes grupos raciales para
promover el "desarrollo". Todo este movimiento estaba dirigido por la raza blanca, que instauró
todo tipo de leyes que cubrían, en general, aspectos sociales. Se hacía una clasificación racial de
acuerdo a la apariencia, a la aceptación social o a la ascendencia. Este nuevo sistema produjo
revoluciones y resistencias por parte de los ciudadanos no blancos del país.

Guerra de Independencia de Argelia

Tuvo lugar entre 1954 y 1962 y fue un periodo de lucha del Frente Nacional de Liberación de Argelia
(FLN), que luchaba contra la colonización francesa establecida en el país desde 1830.

Tras la Segunda Guerra Mundial en la sociedad argelina empezó a crecer un sentimiento


anticolonialista. Muchos militares argelinos que habían colaborado a liberar Francia se vieron
frustrados por el trato que la metrópoli daba a los ciudadanos nativos.

Tras la Guerra de Indochina fueron bastantes los soldados argelinos del Ejército francés que
empezaron a considerar que era el momento de obtener la independencia para Argelia. La guerra
se llevó a cabo en forma de lucha de guerrillas y enfrentamientos contra el Ejército francés y las
unidades adicionales de origen local llamadas harkis. En la actualidad, el término «harki» se utiliza
en Argelia como sinónimo de traición.

Los civiles de origen europeo y argelino fueron desde el principio blanco de atentados terroristas
por parte tanto del FLN como de las organizaciones paramilitares francesas como la OAS. Hubo
varios episodios muy sangrientos como el ocurrido en El Alia. Sobre el número de muertos se habla
de una cifra de 33.000 franceses y un número superior de argelinos. El FLN habla en torno al millón
de muertos, aunque hay autores que rebajan el número de muertos del bando nacionalista y
recuerdan que el FLN mató a todo argelino que, según ellos, colaboraba con los franceses. Hay
autores que dicen que en 1962 hubo más muertes que en otros años. Los guerrilleros
independentistas del FLN se autodenominaban djounoud o muyahidines.

El Ejército francés respondió tratando de obtener el máximo de información, en particular utilizando


la tortura, para localizar a los responsables de atentados, lo que se agudizó durante la batalla de
Argel. El FLN luchó también contra otras corrientes independentistas, resultando esta corriente la
predominante. La guerra terminó con el reconocimiento por Francia, a través de los acuerdos de
Evian de la independencia de Argelia el 5 de julio de 1962. Significó la expulsión de alrededor de un
millón de colonos europeos originarios de Francia, Italia o España, así como miembros de minorías
religiosas, como los judíos.
Nelson Mandela

Fue un abogado, activista contra el apartheid, político y filántropo sudafricano que fungió como
presidente de su país en el periodo de 1994 a 1999. Fue el primer mandatario de raza negra que
encabezó el poder ejecutivo, y también el primero en resultar elegido por sufragio universal en su
país. Su gobierno se dedicó a desmontar la estructura social y política heredada del apartheid a
través del combate al racismo institucionalizado, la pobreza y la desigualdad social, y la promoción
de la reconciliación social. Como nacionalista africano y socialista, presidió el Congreso Nacional
Africano (CNA) entre 1991 y 1997, y a nivel internacional fue secretario general del Movimiento de
Países No Alineados entre 1998 y 1999.

Originario del pueblo xhosa y parte de casa real tembu, Mandela estudió en la Universidad de Fort
Hare y la Universidad de Witwatersrand donde estudió Derecho. Cuando residía en Johannesburgo
se involucró en la política anticolonialista, por lo que se unió a las filas del Congreso Nacional
Africano, y posteriormente fundó la Liga Juvenil en la misma organización. Tras la llegada al poder
del Partido Nacional en 1948, ganó protagonismo durante la Campaña del Desafío de 1952, y fue
elegido como presidente regional del Congreso Nacional Africano en la provincia de Transvaal.
Además presidió el Congreso Popular de 1955. En su ejercicio como abogado, fue varias veces
arrestado por actividades sediciosas y, como parte del liderazgo del CNA, fue procesado en el Juicio
por Traición desde 1956 a 1961. Influenciado por el marxismo, se unió en secreto al Partido
Comunista Sudafricano (SACP) y fue parte de su comité central. Pese a que estaba a favor de las
protestas no violentas, en asociación con la SACP fundó y comandó la organización
guerrillera/terrorista Umkhonto we Sizwe (MK) o «La Lanza de la Nación» en 1961.2 En 1962 fue
arrestado y acusado de conspiración para derrocar al gobierno, por lo que fue sentenciado a prisión
de por vida durante el Proceso de Rivonia.

Mandela estuvo prisionero durante 27 años, primero en la isla Robben y después en las prisiones de
Pollsmoor y de Víctor Verster. Campañas internacionales abogaron por su liberación, y fue
excarcelado en 1990 en medio de una convulsión social en Sudáfrica. Se unió a las negociaciones
políticas con Frederik de Klerk para abolir el apartheid y establecer las elecciones generales de 1994,
en las que lideró al CNA al triunfo en las urnas por lo que se convirtió en el primer presidente
sudafricano de raza negra. Durante su Gobierno de Unidad Nacional invitó a otros partidos políticos
a unirse a su gabinete, y además se promulgó una nueva constitución. También creó la comisión
para la verdad y la reconciliación para investigar las violaciones a los Derechos humanos cometidos
en los años del apartheid. Aunque dio continuidad a las políticas liberales de gobiernos anteriores,
en su administración se implantaron medidas para una reforma de la propiedad de la tierra, el
combate a la pobreza y la expansión de los servicios de salud. A escala internacional fue mediador
entre los gobiernos de Libia y el Reino Unido en el juicio por el atentado al vuelo 103 de Pan Am, y
verificó la intervención militar en Lesoto. Declinó postularse para un segundo periodo de gobierno,
y fue sucedido en el cargo por Thabo Mbeki. En su retiro de la política se dedicó a obras de caridad
y al combate a la pandemia del Sida a través de la Fundación Nelson Mandela.
Mandela, en palabras de van Engeland y Rudolph (2007), pasó de terrorista a político hasta llegar a
presidente de Sudáfrica (1994-1999), por lo que fue una figura controvertida gran parte de su vida.
Sus críticos le acusaron de ser un comunista y terrorista, pese a que se ganó el apoyo de la
comunidad internacional por su activismo, lo que le hizo acreedor a más de 250 menciones
honoríficas y otros galardones, entre ellos el Premio Nobel de la Paz, la Medalla Presidencial de la
Libertad y el Premio Lenin de la Paz. En Sudáfrica es considerado como una figura de respeto, donde
se le conoce con el nombre originario del clan xhosa, Madiba, o Tata (padre). Se le llama también el
Padre de la Nación sudafricana.

Descolonización de África

La mayor parte de África había sido colonizada durante la Repartición de África, en medio del
período conocido como Nuevo Imperialismo, durante la segunda mitad del siglo XIX. Tras la Primera
Guerra Mundial, los movimientos independentistas africanos tomaron relevancia, que culminaría
en el proceso de descolonización. En algunos países la independencia se obtuvo de forma pacífica,
mientras que en otros se consiguió mediante el uso de las armas. Entre estos últimos, la Guerra de
Independencia de Argelia (1954-1962) y la Guerra colonial portuguesa (1961-1975) fueron las más
violentas.

En 1959, la Unión Francesa se convirtió en la Comunidad Francesa, con la notable excepción de


Guinea, la cual decidió su independencia en un referéndum; dos años más tarde, todas las colonias
francesas se independizaron. La descolonización, sin embargo, no ha acabado, ya que el Sáhara
Occidental sigue bajo administración colonial española de jure, e invadido por Marruecos en virtud
de los ilegalizados Acuerdos de Madrid.

Durante la Repartición de África en el siglo XIX, las potencias europeas delimitaron África en la
Conferencia de Berlín de 1884 y 1885. Ya en 1905, todo el suelo africano estaba controlado por las
fuerzas europeas. Reino Unido y Francia contaban con mayores posesiones, pero Alemania, España,
Reino de Italia, Bélgica y Portugal también tenían colonias. Las consecuencias de este proceso de
colonización fueron variadas, como la pérdida de recursos naturales, devastación económica,
confusión cultural, división geopolítica y subyugación (Someter o dominar completamente por
medio de la violencia) política. El último país en ser colonizado fue la actual Etiopía, que resistió
independiente hasta el 5 de mayo de 1936.

En la actualidad, casi todos los países europeos se han retirado de territorio africano. Solo Reino
Unido, Francia, Portugal, Noruega, Australia y España mantienen el control de pequeñas islas frente
a las costas africanas. Este último es el único que mantiene presencia en el continente propiamente
dicho, ya que dos ciudades de su costa noroccidental (Ceuta y Melilla) permanecen también bajo
control español aunque estas últimas nunca fueron colonias sino territorios propios.
Genocidio de Ruanda

El genocidio de Ruanda fue el intento de exterminio de la población tutsi por parte del gobierno
hegemónico hutu de Ruanda en 1994, año en el que llegó a ser eliminado el 75% de los tutsis. En
Ruanda, en el pasado, se distinguían dos estamentos dentro de la etnia banyaruanda a la que
pertenece casi toda la población: la mayoría hutu y la minoría tutsi, aunque no existe ningún rasgo
racial ni lingüístico específico que los diferencie; por lo tanto, después del genocidio, en 1994 ambas
distinciones fueron eliminadas de los carnés de identidad.

Antes de la independencia del país y durante el dominio de Bélgica, el país y sus instituciones
estuvieron dominados por la minoría tutsi; sin embargo, desde 1961 hasta 1994 el poder fue
asumido por la mayoría hutu.

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