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PRESENTACIÓN

Querido (a) joven:

El Equipo Nacional de Asociacionismo FMA – SDB pone en tus manos este


material de reflexión personal y grupal sobre Jesucristo, el que VIVE y DA VIDA en
abundancia.

El titulo “jóvenes con Cristo hacia el 2000” sugiere el movimiento de cada joven
hacia Jesús, motivo y razón de la esperanza cristiana. Su vida y su mensaje no son “cosas
del pasado” ni doctrina teórica; son Camino, Verdad, y Vida que llevan a la acción, en una
búsqueda constante y creativa, para hacer posible el Reinado de Dios entre los Hombres.

Te proponemos este camino de profundización y vivencia que te ayudará a cimentar


sobre la base sólida de la Palabra de Dios y cooperar en la construcción de un mundo
fraterno y solidario. Nuestra realidad venezolana requiere de nuevos hombres y mujeres
que, arraigados en Jesús de Nazaret, revitalicen y evangelicen los ambientes en los que
actúan.

El objetivo fundamental de todo este esfuerzo es el de celebrar, con toda la Iglesia


que se prepara al año jubilar, la fe en Cristo Salvador desde el testimonio y vivencia
juveniles.

Esperamos que saques el máximo provecho de este compartir en grupo la fe en


Jesús.

Equipo de Asociacionismo FMA – SDB


ORIENTACIONES METODOLÓGICAS

El presente material está pensado para ser trabajado con adolescentes y jóvenes de
grupos, organizaciones y movimientos, capaces de confrontar su vida con la de Jesús. Tiene
como finalidad profundizar y experimentar en sus vidas “Jesús Vivo”, presencia liberadora
que llena de significado sus existencias y les impulsa a un compromiso personal y
comunitario.
Se han seleccionado unos temas según a los objetivos que se desean. Pero es
necesario adaptarlos a la situación real de cada grupo.

Cada tema sigue los mismos pasos metodológicos:

Partimos de la vida. Mirar nuestra vida y leerla a la luz de Dios; El se revela en la


vida de cada día, en la historia y en los acontecimientos.
Buscamos luz sobre el tema. A través de los textos bíblicos, encontraremos la luz
para iluminar la vida; Jesús tiene siempre una palabra de ánimo y un gesto para indicarnos
por donde seguir.
Nos comprometemos. Nuestras reuniones no pueden quedarse en bonitas palabras;
tienen que concretarse en compromisos de acción a favor de la comunidad.
Celebramos. Expresamos nuestra fe en Jesús liberador con la oración, el gesto, el
símbolo.
Pistas para continuar la profundización. En cada tema ofrecemos algún
documento o material que nos parece importante para que el grupo profundice; el animador
puede conseguir otros materiales sobre el tema.

Pretendemos alcanzar los siguientes objetivos:

Que el joven conozca y profundice su vida en Jesús,


confronte su vida con la de Jesús y asuma los valores del Evangelio;
haga una real experiencia de encuentro con El y
transmita esta “Buena Noticia” a los demás.

Como material básico para la profundización personal y grupal se sugiere esta


bibliografía de fácil acceso:

 COMISIÓN EPISCOPAL DE CATEQUESIS, BIBLIA Y ERE. Y tú, ¿Quién dices


que soy yo? La persona y el mensaje de Jesús. Ed. Paulinas, Caracas 1.997.
 GONZALES RAMÍREZ, JAVIER, Un proceso de formación para los grupos
juveniles. (n°2 y 3) Ed. Don Bosco, México 1.994.
TEMA 1 :
JESÚS ¿QUIÉN ERES TÚ?

El hecho histórico de Jesús ha sido estudiado por muchos y conocido por la


humanidad.
Nosotros, a través de este tema, deseamos conocer la vida de Jesús hombre y su
mensaje para entender mejor su persona y así pasar, en la fe, de su humanidad divina.

Se inicia el encuentro escuchando y comentando el canto “Jesús de Nazaret” (u


otro similar).

PARTIMOS DE LA VIDA.

Dinámicas: Palabras claves.


Se distribuyen en 3 grupos. Cada grupo analiza uno de estos aspectos: las familias, los
niños y los adolescentes. Luego, en plenaria, dice en tres palabras o frases cómo vemos la
situación de la familia, de los niños y de los adolescentes en nuestros ambientes. Se sacan
conclusiones.

BUSCAMOS LUZ SOBRE EL TEMA


Jesús nace en Belén (Lc. 2, 1-20).
El recién nacido ha venido al mundo en un lugar de extrema pobreza y en condiciones de
dependencia absoluta. ¡Cuál será su suerte?
Dios se hace niño nacido en Belén es visto por Herodes como signo de peligro para su
reino, pues conoce las profecías; lo busca para matarlo (Mt. 2, 13-18). La pequeña familia
tiene que huir a Egipto; esta fuga es la amarga experiencia de una familia concreta que, por
motivos políticos, tiene que alejarse de su propia tierra.
Al regresar de Egipto, se trasladan a Nazaret donde Jesús crece en edad, sabiduría y gracia
(Lc. 2, 50-52). Es una familia prácticamente de la ley y obediente al Señor.

JOSÉ:
Jesús aprende de José el trabajo como lo exigía la tradición. Su vida se desenvuelve en el
trabajo de carpintería que le mantiene en contacto con la gente.
Para la gente que lo conoce, Jesús es el carpintero, el “hijo del carpintero” (Mc. 6, 1-5); es
de aquellos que aprendieron un oficio en la familia y que saben practicarlo. El oficio de
carpintero englobaba un conjunto de trabajos para la construcción. Por su trabajo, tuvo que
tratar a todos aquellos que, como José, sacaban de su oficio lo justo para vivir.

MARÍA:
María, una mujer del pueblo, que vive en una casa sencilla y humilde. Sin grandes
pretensiones en la vida de su hijo Jesús y se interroga muchas veces sobre él y su gran
“misterio”.
Lo que más llama la atención es su disponibilidad al designio de Dios, aunque para ella no
era tan claro (Lc. 2, 50-51). Su actitud fue la de “guardar todo en su corazón” (Lc. 2, 51),
peregrinando en la fe, en la esperanza y en el amor.
José y María, una paraje a la que muchas veces vemos separada; sin embargo, siempre
estuvieron juntos; se puede destacar en ellos la unidad, el trabajo compartido, la solidaridad
con la gente. Obedientes a la voluntad del padre, comparten juntos la alegría de ver nacer a
Jesús, el dolor del exilio, la oración (van juntos al templo), el trabajo. Es éste también
ambiente familiar que rodeó a Jesús y del que aprendió a ser el Salvador del Pueblo.

La profundización de estos modelos nos puede ayudar a reflexionar sobre el valor de la


familia. Jesús niño, joven, adulto creció y se desenvolvió en un ambiente familiar, como
muchos de nosotros, donde encontró comprensión, diálogo, exigencias, fe, confianza, amor.

Varias interrogantes nos pueden surgir al confrontar la Familia de Nazaret con nuestra
realidad venezolana. Expresémoslas en el grupo, analicemos y veamos soluciones
concretas que nos ayuden a mejorar las relaciones familiares.

NOS COMPROMETEMOS
¿Qué importancia tiene para ti el valor de la responsabilidad, del estudio, del trabajo como
medio para construir un mejor ambiente familiar?
¿Has leído tu historia de vida, descubriendo la presencia de Dios en ella?
¿Qué aportes concretos puedes dar a tu familia para ir construyéndola según el querer de
Dios?
Consideras que hay familias en tu comunidad que viven (o se esfuerzan por vivir) como la
familia de Jesús?

CELEBRAMOS:
Proponemos realizar una Eucaristía o Celebración de la Palabra compartida con la familia
de cada miembro del grupo.

PISTAS PARA CONTINUAR PROFUNDIZANDO:


 Jesús, Hombre en medio de los hombres (Un proceso 2, 60-62)
 Semejante en todo a nosotros (Un proceso 2, 63-64)
 Palestina en tiempos de Jesús ( Un proceso 2, 38-35)
 Jesús en su tiempo (Y tú ¿quién dices ...? 9-15)

1.2 LA PERSONALIDAD DE JESÚS

“Y tú, ¿quién dices que soy yo?” Es la pregunta que Jesús nos sigue haciendo a cada
uno de nosotros...
Realmente es un personaje que ha suscitado en la historia la más diversas
reacciones: admiración, fe, rechazo, odio, desprecio, seguimiento...
Y tú, ¿qué dice? ¡qué conoces de su persona? ¿quién es para ti?.

Se inicia el encuentro con el canto “Ese es Jesús”.

PARTIMOS DE LA VIDA:
DINÁMICA: Diversos testimonios sobre Jesús.
En grupo, leer y analizar los diferentes testimonios:
“Cuando tenía 10 años hice mi primera Comunión; en ese momento Jesús era para
mí una persona importante. Ahora tengo 17 años; crecí, estudié, ... ya él no cuenta en mi
vida; tengo otros intereses que me absorben: la música, la novia, los amigos, la discoteca, la
moda.., Jesucristo “no me da nota”, no me sirve para nada. Creo que puedo ignorarlo”
(Miguel).

“Yo invoco a Jesús cuando tengo alguna dificultad. El es el todopoderoso que me


ayuda y me da lo que le pido. Creo que tengo fe” (Mirla).

“Para mi Jesús es un amigo, una persona cercana a los más pobres y necesitados. Yo
le admiro por todo lo que hizo y habló mientras estuvo en la tierra. Pero me da “pena” decir
a mis compañeros y amigos que creo en El...posiblemente se reirán y me dirán “atrasado””
(Juan).

“Descubrí de verdad a Jesús en un grupo; se hablaba de él como de un amigo


cercano que impulsa a seguirle. Este grupo se dedicaba a dar catequesis, a preparar planes
vacacionales a favor de los niños y adolescentes del Barrio, a organizar actividades
deportivas, etc. Los muchachos se interesaban por la gente y querían ver un ambiente más
humano; a pesar de las dificultades, todos se ayudaban en los trabajos comunitarios.

Eso me empezó a gustar y decidí quedarme en el grupo. Ahora Jesús es una persona
viva, que me habla en los niños y jóvenes que se acercan a las actividades, en las familias
del barrio, en los que sufren; he comprendido mejor su Evangelio y estoy dispuesto a
seguirle” (Juan).

“Para Nosotros Jesucristo está presente en nuestro hijo subnormal. Nos costó mucho
aceptarlo y descubrir que su vida nos era útil. Pero un día comprendimos que, en él, Dios
nos invitaba a preocuparnos por otros niños como él... Hoy, para nosotros, nuestro hijo es
un signo de amor que Dios nos tiene, en su rostro y en el de tantos amigos suyos
subnormales descubrimos el rostro de Jesús. Esto nos da alegría (Dr. Pujol y Señora).

RESPONDER EN GRUPO:
¿Quién es Jesús para cada uno de los testimonios?
¿Con quién se identifican ustedes?
De lo que han leído y oído ¿qué rasgos de Jesús les llama la atención?

BUSCAMOS LUZ SOBRE EL TEMA:


Jesucristo Es el corazón, el culmen, la fuente del anuncio evangélico. El cristianismo es un
hecho, un acontecimiento realizado en una persona; JESUCRISTO.
Pero, ¿cómo era Jesús?¿qué tipo de hombre era? Los evangelios no nos dan un retrato
escrito de él, ni físico, ni moral. Sin embargo, es posible tomar contacto con Jesús a través
de lo que dice y hace.
No sabemos nada de su figura física; ¿era simpático? Creemos que sí. Hay un hecho muy
significativo en el capitulo 11 del Evangelio de Lucas: Jesús estaba hablando a la gente; de
repente, una mujer del pueblo, entusiasmada, grita: “Dichoso el seno que te llevó y los
pechos que te criaron”. Este es un excelente elogio a Jesús y a María, su madre; y en
términos bien corpóreos. Y esta fascinación se manifiesta sobre todo en su mirada:
penetrante sobre Simón, afectuosa sobre el joven rico, de simpatía sobre Zaqueo, de tristeza
sobre la ofrenda de los ricos y el “ritualismo” de los fariseos, de dolor sobre quien lo
traiciona...¡una mirada elocuente!.

Físico resistente:
Los Evangelios hablan de una actividad constante de Jesús durante los tres años de su vida
pública, lo que revela una contextura sana, robusta. No tiene casa fija; duerme muchas
veces al decampado; come lo que la gente le puede dar; camina de pueblo en pueblo. En
continua actividad, siempre rodeado de pobres y enfermos que le piden ayuda. Y aún le
queda tiempo por la noche para orar (Lc. 6,12). Y por la mañana se levanta bien temprano
también a conversar con Dios Padre (Mc. 1,35)

Fina sensibilidad por los pequeños detalles:


Muy atento a las pequeñas cosas de la vida diaria; de ellas saca las parábolas del Reino:
habla de siembra, campos, levadura, ovejas; de pescadores, obreros, mujeres, pastores...; en
sus enseñanzas, parte de la vida real de su pueblo.

Fuerte y Humilde a la vez:


Jesús tiene palabras muy duras contra la riqueza “deshonesta” (Lc 16, 9), la hipocresía
farisaica (Mt. 23, 1-39), el Rechazo a su persona (Lc 19,44). Y sin embargo, les dice a sus
discípulos que aprendan de él, “manso y humilde de corazón” (Mt. 11, 28-30).

Jesús amaba:
Aquello que más impacta cuando se lee el Evangelio es su gran bondad. No debía ser
demasiado duro y serio. Mostraba una gran sensibilidad por los sufrimientos y el dolor
humano: se conmueve ante la viuda en Naín (Lc. 7,13), llora ante la tumba de Lázaro, su
amigo (Jn. 11,35). Tenía un fuerte sentido de la amistad: amaba a su pueblo y se sentía
plenamente israelita, tanto que el pensamiento de la destrucción de Jerusalén le hizo llorar;
tenía una predilección por los niños y era muy amigo de sus discípulos, compañeros de
vida.

Jesús va a la raíz de los males:


El amor por las personas, especialmente por los pecadores y enfermos, le lleva a descubrir
el poder del mal que hace esclavo al hombre, Por eso al paralítico le dice: “tus pecados te
son perdonado” (Mc. 2,5), a Zaqueo le pide la conversión para que llegue la alegría a su
casa, a los discípulos les envía como “ovejas en medio de lobos”.

Conoce a fondo el corazón humano:


Sabe “lo que hay en cada hombre” (Jn. 2, 25) de grandeza y mezquindad, de fortaleza y
debilidad, de sinceridad y mentira, de bondad y maldad... Tiene expresiones muy duras
contra los fariseos y sacerdotes por su hipocresía. Acepta la invitación a ir a la casa de
personas que no gozan de la estima común, tanto que lo llaman “comedor y bebedor,
amigo de publicaciones y pecadores” (Mt. 11, 19).

Hombre para los demás:


Es u hombre libre para amar y servir a los hombres, a tal punto que puede decir: “El hijo
del hombre no ha venido para ser servido sino para servir y dar la vida en rescate por
muchos” (Mc. 10, 42-45). No busca fama, dinero o poder. Es un hombre libre para los
demás. Dice Pedro que “pasó haciendo el bien “ (Hechos 10,38).

Cercano a los más necesitados:


La bondad de Jesús se manifiesta sobre todo hacia los pobres, los enfermos, los pecadores,
las mujeres, la gente del pueblo; les muestra una profunda compasión (Mt. 8, 1-3).

Consciente de la misión que el Padre le ha encomendado:


Llevar a los hombres, de parte de Dios, la buena Noticia de la Salvación. Esto le trajo
incomprensiones, fatigas, alegrías, muerte.

Fiel a Dios – Padre:


Jesús, al dirigirse a Dios, emplea una expresión jamás utilizada “escandalosamente”
familiar: ABBA (papá, papito, papi), expresión utilizada por los niños para llamar a sus
padres. Ningún israelita se había atrevido a llamar así a Dios. El lo hace con la misma
confianza y familiaridad con la que un niño habla con su padre. Así mismo es su oración. A
esta confianza en Dios une su radical obediencia y fidelidad a su voluntad: “mi alimento es
hacer la voluntad de Padre que me ha enviado” (Jn. 4,34); es decir, realizar en la tierra el
proyecto de Dios sobre los hombres. Su fidelidad le lleva hasta asumir la muerte: no muere
en forma natural, sino como consecuencia de los conflictos que provocó su mensaje y su
actuación; muere por ser fiel a su misión, por ser fiel al Padre. Y en un acto de fe total,
exclama: “Todo está cumplido” (Jn. 19, 30), “Padre, a tus manos encomiendo mi espíritu”
(Lc. 22,46).

Maravillosamente sereno y audazmente libre:


Esta relación filial con Dios Padre le hace fuerte y libre en relación a su familia que no
comprende su vida; a las leyes humanas que pretenden apresar a las personas en
obligaciones puramente externas; audaz frete a la misma ley de Moisés que la cambia para
perfeccionarla en orden al Amor base fundamental del Reino de Dios.

Asume los sufrimientos de su vida y su “fracaso” (muerte):


La fidelidad al proyecto de Dios Padre para los hombres (anuncio del Reino de Dios) le
trae oposición, enemigos,...; la misma gente que le seguía entusiasmada le abandona; los
discípulos están desconcertados y desilusionados ( Jn. 6, 66). Jesús siente el vació de todo
“profeta” y ve vislumbrase su final. Sin embargo, esta situación le lleva a continuar su
misión hasta la muerte. Se sacrifica “en rescate por muchos” (Mt. 20,28).

Jesús demuestra una personalidad desconcertante: en él se encuentra admirablemente todo


lo que hace grande a una persona: bondad y humildad; fortaleza y dulzura; inteligencia y
sensibilidad; cercanía a Dios Padre y al pecador; comunión profunda con Dios y atención
especial por los pobres; libertad absoluta frente a los hombres y disponibilidad al servicio
de Dios y de los más necesitados. Es grande no sólo por su personalidad, sino por las obras
que ha realizado, por su muerte y su resurrección.
Entonces, ¿quién es Jesús de Nazaret? ¿Simplemente un gran hombre? ¿O realmente es
“DIOS CON NOSOTROS”?
NOS COMPROMETEMOS
¿Qué rasgos de la personalidad de Jesús te llaman más la atención’ ¿Por qué?
¿Cuáles deberías asumir en tu vida? ¿Cómo los vas a vivir?

CELEBRAMOS
Símbolos para el momento de oración: una figura de Jesús, Biblia, letreros con rasgos de
Jesús que más les hayan impactado.
Canto: Ese es Jesús (mientras se coloca la Biblia y la figura de Jesús en un lugar preparado
con anticipación).
Lectura de la Palabra: Mt. 16, 13-20
Oraciones espontáneas que resumen lo vivido en el encuentro.
Canto final: Jesucristo me dejó inquieto.

PISTAS PARA CONTINUAR PROFUNDIZANDO:


 La personalidad de Jesús ( Un proceso 2, 76 –79).
 La persona de Jesús (Un proceso 2, 81-86).
TEMA 2
JESÚS LIBRE

¡Tiempo de libertad! En nuestra sociedad surgen cada día formas de libertad


distorsionadas: libertas exaltada como un absoluto; libertad como total autonomía
personal; libertad que hace de la conciencia individual la instancia suprema; libertad
condicionada por el ambiente y el relativismo moral; libertad para los “fuertes” y no
para los sin “voz”; libertad personal y no la de otros; libertad sexual sin límites ni
vínculos estables. Libertad sin ataduras... pero libertad débil, sin bases firmes, sin
control ni exigencias. En pocas palabras, libertad que “no nos hace libres y felices”.

La historia humana, desde el origen (creación – pecado), es una lucha dramática entre el
bien y el mal, entre la luz y las tiniebla; el hombre tiene una libertad limitada, fruto de
una división interna, del pecado.
Sin embargo, la libertad es un gran valor que se debe conquistar, un derecho dentro de
los límites del bien común.

PARTIMOS DE LA VIDA.

Leer en grupo la parábola “EL HOMBRE DE LAS MANOS ATADAS” (material


anexo)
Comentar en grupo: ¿De qué se libró este hombre?
¿Para qué cosas no puedo usar la libertad?
¿Qué cosas nos atan y no nos hacen verdaderamente libres?

BUSCAMOS LUZ SOBRE EL TEMA:


El hombre esta llamado a la libertad:
 A una libertad consciente: sería estéril si no persigue metas dignas del hombre en la
búsqueda de la verdad y el bien. El mismo Jesús dice: “la verdad les hará libres” (Jn.
8, 32). El hombre, consciente de ser libre, toma en serio los interrogantes más
profundos de su existencia; ¿quién soy? ¿de dónde vengo? ¿cuál es el sentido de mi
vida? ¿la vida es u don o una casualidad, un ciego destino? ¿qué puedo esperar y qué
debo hacer para ser feliz? El cristiano sabe que viene del Amor infinito y va hacia él;
por eso se le abre un camino quizás difícil pero lleno de significado: 2para ser libres
nos libertó Cristo” (Gál. 5,1 ; 5,13).
 A una libertad responsable: en el amor, el hombre hace una experiencia de libertad
vivida en solidaridad y responsabilidad que se dona a los otros. En el amor, el hombre
respeta la dignidad de la persona humana y de sus derechos. El “otro” se convierte en
un tú que me interpela, en un hermano que me llama ( ver Lc. 10, 25-37).

Jesús aparece en el Evangelio como un hombre libre; nada ni nadie le impide llevar
adelante el proyecto de su vida: el anuncio del Reinado de Dios. Vamos a destacar
algunos rasgos de esa libertad:

Libre ante la riqueza: toda su vida expresa su opción por la pobreza: “El siendo de
condición divina, no reivindicó en los hechos la igualdad con Dios, sino que se despojó,
tomando la condición de servidor, y llegó a ser semejante a los hombres...” (Fil. 2, 5-7).
No tiene “donde reclinar la cabeza” (Mt. 8,20), vive en medio de la gente pobre y “se
codea” con personas que no le pueden recompensar sus favores.

Libre ante el poder político y religioso: Jesús se mantiene en franca independencia; no


entra en su juego, sino que guarda distancia y se coloca frente a ellos con una actitud
crítica. Es significativo su juicio: “Como ustedes saben, los que se consideran jefes de
las naciones las gobiernan como si fueran sus dueños, y los que tienen algún puesto
hacen sentir su poder. Pero no será así entre ustedes. Al contrario, el que quiera ser el
más grande entre ustedes que se haga servidor de todos; y el que quiera ser el primero,
que se haga siervo de todos...” (Mc. 10, 41-45). No tomó posturas de servilismo ante los
poderosos; denuncia abiertamente la actitud de los fariseos y de Herodes (Mc. 7, 1-13;
Mc 11, 27-33; Lc 13, 31-33).

Libre de sí mismo: tanto que prefiere seguir el Proyecto del Padre antes que sus
proyectos personales: “Mi alimento es hacer la voluntad del que me ha enviado” (Jn.
4,34).

Libre en la aceptación de su pasión y muerte: por amor es libre en el ofrecimiento de


sí miso al Padre por la salvación de los hombres: “Ninguno me quita la vida, sino que
yo mismo la voy a entregar” (Jn. 10, 18)

Jesús nos enseña el camino de la libertad “Yo soy el camino, la verdad y la vida” (Jn.
14, 6). Libres de la esclavitud del pecado. Libres para construir el Reino de Dios. La
libertad es la medida de la grandeza del hombre y al mismo tiempo causa de sus dramas
y problemas. Libres de las falsas preocupaciones: el ansia de tener más, el gozar, el afán
de la riqueza... no nos permiten una vida serena y feliz.

Libres de formalismos y legalismos: Jesús sabía que los discípulos iban a


experimentar el miedo de ser marginados, de perder la estima de sus familiares y
amigos, incluso de perder la vida. Les pide llevar la cruz: “Si alguno quiere venir en pos
de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame”. (Mc. 8, 34).

Libres de ídolos: El mandamiento de amar a Dios sobre todas las cosas hace al hombre
libre; quien tiene a Dios en el centro de su corazón se hace libre de los horóscopos,
brujería, magia, fuerzas ocultas, invocación a los espíritus.

Libres del mal: En el Padre Nuestro, Jesús nos enseña a pedirle al Padre que “nos libre
de todo mal”: el mal, el maligno quiere obstaculizar el designio de Dios (Jn. 8, 44) en
nosotros. Pero, #sí Dios está con nosotros, ¿quién estará contra nosotros? (Rom. 8,31)

Libres para pensar y actuar: Asumir un nuevo modo de pensar es caminar hacia una
escala de valores según el Evangelio. La libertad nos lleva a actuar, a trabajar para
realizar las grandes cosas que Dios quiere de nosotros.

Libres para creer: Creer es un acto consciente y libre. Jesús nos invita a la fe y a la
conversión; no ha querido imponerla a la fuerza “Si quieres...”, le dice al joven rico
(Lc. 18, 18-25).
Libres para servir y amar: Zaqueo, jefe de cobradores, comienza a ver la vida
diferente después de que se encuentra con Jesús : se siente renacer como hijo de Dios y
como hermano de los hombres (Lc. 19, 1-10). En la parábola del buen samaritano
encontramos el verdadero sentido del amor libre que se hace servicio al más necesitado
(Lc. 10, 30-37).

NOS COMPROMETEMOS:
Si quieres ser libre, debes conquistar la libertad. Si dices: no puedo, esta situación es
más fuerte que yo, todos lo hacen etc. Nunca serás realmente libre, sino esclavo de ti
mismo, de tu pasado, del ambiente.
¿A qué te compromete el seguimiento de Jesús libre?
¿Cómo se puede favorecer en el grupo, en tu familia, en el liceo el camino de la
libertad?

CELEBRAMOS:
Proponemos una celebración a base de símbolos que pueden ser reflexionados y hechos
oración a través de sociodramas: letreros sobre el tema, jóvenes con manos atadas,
mecate, etc.

PISTAS PARA CONTIUNUAR PROFUNDIZANDO:


La personalidad de Jesús (Un proceso 2, 76-79).
EL HOMBRE CON LAS MANOS ATADAS

Erase una vez un hombre como los demás.


Tenía cualidades positivas y negativas. No era diferente.

Una noche, repentinamente, sonaron unos golpes secos a su puerta. Cuando abrió, se
encontró con sus enemigos. Eran varios y habían venido juntos. Sus enemigos le ataron
las manos. Después le dijeron que así era mejor; que así, con las manos atadas, no
podría hacer nada malo. Se olvidaron decirle que tampoco podría hacer nada bueno.
Y se fueron...dejando un vigilante a la puerta para que nadie pudiera desatarlo.

Al principio se despertó y trató de romper sus ataduras. Cuando se convenció de lo


inútil de sus esfuerzos, intentó, poco a poco, acomodarse a su situación. Poco a poco
consiguió valerse para seguir subsistiendo con las manos atadas. Al principio, le costaba
hasta quitarse los zapatos. Hubo un día en que consiguió prender y fumarse un
cigarrillo.

Y empezó a olvidarse de que antes tenía las manos libres. Mientras tanto, su vigilante le
comunicaba, día tras día, las cosas malas que hacían en el exterior los hombres con las
manos libres. Pero el vigilante se olvidaba de decirle las cosas buenas que hacían esos
mismos hombres con las manos libres.

Pasaron muchos años.. El hombre llegó a acostumbrarse a sus manos atadas. Y cuando
su guardián le señalaba que, gracias a aquella noche en que entraron a atarle, él, el
hombre de las manos atadas, no podía hacer nada malo; se olvidaba decirle que
tampoco podía hacer nada bueno. El hombre empezó a creer que era mejor vivir con las
manos atadas. Además, estaba tan acostumbrado a sus ligaduras...

Pasaron muchos años, muchísimos años... Un día, sus amigos, sorprendieron al


vigilante, entraron a la casa y rompieron las ligaduras que ataban las manos del hombre.
“¡Ya eres libre!” – le dijeron...
Pero habían llegado demasiado tarde.
Las manos del hombre estaban totalmente atrofiadas...

(De la revista de Pastoral Juvenil, enero, 1975).


TEMA 3:
JESÚS SOLIDARIO

Este tema nos ayudará a profundizar el valor de la solidaridad, un signo muy elocuente
para el mundo actual: ante tantas situaciones de pobreza extrema, todavía existen
personas, grupos e instituciones que, siguiendo el ejemplo de Jesús de Nazaret, realizan
gestos de solidaridad a favor de sus hermanos más necesitados.

Se inicia el encuentro con el canto “Tu ere el Dios de los pobres” y se comenta en el
grupo la frase que más les llama la atención y por qué.

PARTIMOS DE LA VIDA:
Un grupo de jóvenes de un Barrio de Caracas se reúne periódicamente para compartir
los problemas, necesidades, esfuerzos de la comunidad y solidarizarse. Se dan cuenta
que algunos niños no asisten a la Escuela y otros tiene muchos fallos en la lectura, por
lo que deciden ofrecerles tarea dirigidas ay alfabetización. Se organizan y se dedican a
esta actividad los fines de semana. Además facilitan talleres de teatro, deporte y
manualidades donde los niños pueden expresar sus cualidades.

La situación de salud que vive hoy Venezuela ha suscitado en algunos jóvenes


universitarios del Táchira la inquietud de no quedarse con los brazos cruzados,
buscando una pequeña solución a este problema que afecta a los sectores más pobres de
la sociedad. Han formado grupos de voluntarios que prestan sus servicios en algún
Centro hospitalario o Ambulatorio.

Estos casos y tantos que ustedes conocen son signos de solidaridad.

Comenten en grupos pequeños:


¿Qué gestos de solidaridad han visto a través de los Medios de Comunicación Social?
¿Y en su propio ambiente?
¿Por qué en Venezuela hay tanta pobreza y, a la vez, tanta riqueza acumulada en pocas
familias?
¿Qué piensan de esas personas u organizaciones solidarias?
¿Qué es para ustedes la solidaridad?

BUSCAMOS LUZ SOBRE EL TEMA:


Jesús es para los cristianos el modelo de vida. Acerquémonos a su persona para conocer
mejor en qué consistió su solidaridad.

Jesús acoge a los pobre y marginados:


Par él la cercanía del Reino era la proximidad salvífica de Dios hacia todos los
marginados de su tiempo, victimas del rechazo, de la desigualdad e injusticia, del
pecado y del mal. Tuvo hacia ellos una compasión sin límites: “Al ver a las gentes, se
compadecía de ellas porque estaban abandonadas como ovejas que no tienen pastor”
(Mt. 9,36; 14,14). Compasión, misericordia, comprensión, perdón fueron actitudes
habituales de Jesús en relación a las personas que se le acercaban cada día. Siente
lástima por la gente que camina por la vida privada de lo necesario y pide a los
discípulos que se hagan “obrero” de ese gran campo humano (Mt 9,35-38). La parábola
del rico Epulón y del pobre Lázaro es una demostración de la predilección de Dios por
el pobre (Lc. 16, 19-26). En su afán de construir una vida más digna, reincorpora a la
normalidad social a los enfermos y leprosos que han sido expulsados de la ciudad (Mt.
8, 1-4).

Es amigo de publicanos y pecadores:


En una sociedad fundada sobre la religión, toda persona que ejercía una profesión
“despreciable” (publicanos o recaudadores de impuestos, prostitutas, pastores...) era
excluida del templo; era sencillamente “pecador”, igual que los enfermos y leprosos.
Los “pecadores” debían sufrir el desprecio y el rechazo de los demás. Sobre todo los
publicanos, que eran rechazados por sus abusos en el cobro de los impuestos y por su
colaboración con los romanos. Jesús se pone de su lado, pues “no ha venido a llamar a
los justos sino a los pecadores” (Mc 2, 17). Por eso lo vemos que conversa con la
Samaritana, defiende a un adúltera, va a la casa de Zaqueo, se acerca a los enfermos y
los sana. Jesús se convierte para ellos en una Buena Noticia de amor de Dios Padre.

Ayuda a los enfermos:


La enfermedad era para aquella sociedad un signo de pobreza y abandono; sobre todo,
era un castigo de Dios por algún pecado propio o de sus padres. Constituía un hecho de
marginación social: al considerársele “impuro”, el enfermo debía alejarse de los demás;
este es el caso de los leprosos. Si algo parece claro en los Evangelios es el amor de
Jesús por los enfermos: los sana, los rehabilita, los escucha, comprende su dolor y
soledad, les da esperanza y alegría de vivir. En pocas palabras, les hace sentirse de
nuevo personas (Mc. 8, 22-26; Lc. 5, 17-26; Lc 17, 11-19; Jn. 9, 1-38).

Honra a la mujer:
En los tiempos de Jesús, las mujeres eran también marginadas. En el plano civil no
disfrutaban de voz y voto; no podían ocupar un cargo público; no se les enseñaba a leer
y escribir; tampoco se les permitía la participación activa en la vida religiosa. Su lugar
era la casa, y su deber, cuidar de los hijos; una vez que se casaba, la mujer quedaba
sometida al esposo.

Jesús, ante esta situación, toma una actitud crítica y desafiante contra las costumbres
sociales de su época: tiene como amigas a Marta y María, habla con una mujer
samaritana, sana a mujeres de enfermedades, se deja besar los pies por una mujer
pecadora, acepta entre sus seguidores a varias mujeres. Se hace para ella Buena Noticia
al devolverles su dignidad ( Ver Lc. 4, 38-39; Lc. 8, 43-48; Jn. 4, 1-30; Lc. 10, 38-42;
Mt. 26, 6-13).

Pero Jesús otorgó la mayor dignidad que cabe a su Madre, María. Ella está en los
momentos más significativos de su misión: el nacimiento, el inicio de la vida pública, la
muerte, la resurrección y la venida del Espíritu Santo sobre la Comunidad de los
Apóstoles.

NOS COMPROMETEMOS:
¿Qué signos de solidaridad encuentras en tu vida y en la de tu gripo?
¿Solidarizarse es para ti reconocer las necesidades de los más pobres de tu comunidad?
¿Qué signos de pobreza interior descubres en tu vida? Revísate a la luz de Mt. 25, 34-
46.
¿A qué te compromete el seguimiento de Jesús solidario?

CELEBRAMOS:
Sugerimos la celebración que presenta el libro “Y tú ¿quién dices que soy yo?, pág. 38-
39

PISTAS PARA CONTINUAR PROFUNDIZANDO:


Jesús y los pobres (Un proceso 2, 89-93)
Optar por los pobres (Un Proceso 2, 95-96)
Jesús acoge a los pobres y marginados; ofrece el perdón a los pecadores, honra a la
mujer (Y tú, ¿quién dices..., 27-33)
Jesús revela al Padre rico en misericordia (Y tú, ¿quién dices..., 35-37)
TEMA 4:
JESÚS ORANTE

En los temas anteriores hemos visto cómo Jesús está volcado totalmente a la causa del
Reino. ¿Pero no se cansaba, no habría sentido la tentación de abandonarlo todo. De “colgar
la toalla” al encontrar dificultades? ¿Cuál fue el motor, la fuente de su acción? Sin lugar a
duda, la relación amorosa con Dios Padre.

Se inicia el encuentro con el canto “Hazte presente, juventud” u otro.

PARTIMOS DE LA VIDA:
“Esta oración es infalible, José. ¡No falla! Pero tendrás que hacer todo lo que dice ahí en el
papel. Es una oración efectiva. Debes rezarla tres veces de rodillas, a la hora exacta en que
sale el sol durante tres días. Debes prender una vela en la iglesia más próxima, mandar
imprimir 100 hijas y darla a conocer lo antes posible”. José respondió: “¡Caramba, qué
trabajo! ¿Y por qué me piden tantas cosas? ¿Será que el Señor me exige todo eso?” Carlos
respondió: “si quieres ver sana y salva a tu mujer, entonces debes estar dispuesto a hacer
algún sacrificio. Tratar con Dios no es cosa fácil...”

Analizar en grupo el diálogo anterior y sacar conclusiones (el animador prepara algunas
preguntas para facilitar el análisis).

BUSCAMOS LUZ SOBRE EL TEMA:

Jesús oraba continuamente... Como todo judío, oraba por la mañana, por la tarde y por la
noche. “Se levantó de madrugada, se marchó al descampado y allí se puso a orar” (Mc. 1,
35) “Por entonces subió Jesús a la montaña a orar y pasó la noche orando a Dios” (Lc. 6,
12; ver Lc. 5, 16). También iba a la sinagoga los sábados (Lc. 4, 16-18). Pero supera la
costumbre de sus contemporáneos: hace su vida una oración. – comunión con Dios; oraba
desde la vida, desde los acontecimiento que va viviendo. Los momentos más importantes
de su vida están precedidos por espacios fuertes de oración: el bautismo en el Jordán, el
comienzo de su vida pública, antes de llamar a sus discípulos; el la última cena, en el huerto
de Getsemaní antes de ser crucificado, en la cruz...

¿Qué actitudes expresa en su oración?


 Ora desde la vida: Con frecuencia los evangelios nos traen momentos en los que , a
partir de algún milagro o hecho, Jesús en forma espontánea, dirige al Padre una oración
de alabanza (Mt. 11, 25-27).
 Interioridad: Las ceremonias, los gestos tienen significado si van unidos a una
profunda comunicación con el Padre. Por esta razón, inculca a los discípulos la oración
“en secreto”, la recta intención del encuentro con Dios. (Ver Mt. 6, 5- 13).
 Actitud filial con el padre: Más que un lugar, su oración está ligada a una persona: EL
PADRE. La expresión ABBA indica confianza y familiaridad. Así mismo nos pide que
invoquemos a Dios de esta misma forma (Mt. 6, 9-15).
 Diálogo y obediencia al Padre: La confianza y familiaridad con Dios Padre lleva a
Jesús a mantener una obediencia radical a su voluntad salvífica; dice a sus discípulos:
“Mi alimento es hacer la voluntad del Padre que me ha enviado” (Jn. 4,34). Y la
voluntad del Padre es hacer presente en el mundo su Reino (Lc. 22, 39-46).
 Cercanía de Dios para los hombres: Al experimentar en su vida la cercanía de Dios
Padre y su proyecto liberador a favor de los hombres, siente el impulso de ser cercanía
salvífica y misericordiosa con los hombres hasta dar la vida por ellos. No nos podemos
imaginar a un Jesús que ora en la intimidad y se desentiende de los que le rodean. Los
evangelios traen otro “modelo” de oración.
 Fidelidad al Padre hasta la muerte: No sólo la vida de Jesús, sino también su muerte
está profundamente orientada al Padre. Muere por ser fiel a la misión que el Padre le ha
confiado. Y en la cruz entrega a las manos del Padre su vida: “Padre, en tus manos
encomiendo mi vida” (Lc. 23, 46). Jesús muere creyendo firmemente en el amor fiel de
Dios Padre.

NOS COMPROMETEMOS:
Nuestra oración necesita:
 Alimentarse de la Palabra de Dios.
 Ser purificada de tanta superficialidad, interés o supersticiones.
 Mantenerse en una actitud de humildad y confianza.
 De lugares, tiempos, ambientes y gestos concretos.
¿Qué propones al grupo para seguir el camino que “Jesús orante” te señala?
¿Qué te propones personalmente?

CELEBRAMOS:
Proponemos la meditación grupal de la parábola del Fariseo y el publicano (Lc. 18, 9-14)
Pasos:
 Canto: Dios está aquí (o quiero alabarte).
 Lectura y contemplación de la Palabra de Dios: lectura clara y pausada; lectura
personal identificando los personajes, lo que dicen, cómo es su diálogo con Dios, sus
actitudes, etc...
 Meditar en silencio: ¿qué me dice esta parábola? ¿qué actitudes tengo yo cuando voy a
dialogar con Dios? ¿en qué me asemejo al fariseo? ¿ en qué al publicano?
 Oración compartida.
 Canto de despedida: Padre Nuestro (u otro apropiado

PISTAS PARA CONTINUAR PROFUNDIZANDO:


La oración de Jesús ( Y tú ¿quién dices...?, pág. 37-38)
TEMA 5: JESÚS ANUNCIA Y HACE PRESENTE EL REINO

Dolor, guerras, enfermedades, odios, violencia, discordias, racismos...nuestro mundo tiene


necesidad de un cambio de rumbo.. de noticias “buenas”, de una vida diferente.
A pesar de esta situación “caótica”, nosotros no dejamos de esperar un cambio, una nueva
historia, una sociedad más humana y digan del hombre, un modo de vida pleno. De esto
hablaremos en el presente tema.

Iniciamos el encuentro con el canto: “Vaya esta canción”.

PARTIMOS DE LA VIDA:
Recordar en los periódicos las noticias más resaltantes de estos últimos días.
Comentar: ¿De qué hablan?.
¿Cuáles son “buenas” noticias y cuáles “malas”? ¿Por qué?
¿Qué noticias esperamos nosotros en lo más profundo de nuestro ser? ¿qué soñamos?.

BUSCAMOS LUZ SOBRE EL TEMA:


Entre nosotros hay gente que ya no espera o que no quiere que las cosas cambien; otros
piensan que con ser buenos y no hacer daño a la gente ya está todo solucionado; otros creen
que sólo las armas pueden cambiar la sociedad. Algunos esperan que baje Dios del cielo a
solucionar los tantos problemas...

También en tiempos de Jesús la gente esperaba algo parecido; frente a la dominación por
parte de los romanos, los saduceos estaban muy satisfechos con la situación; los fariseos
creían que con cumplir los mandamientos estaban salvados; los celotes creían en la lucha
armada como medio para que Dios reinara en Israel; los apocalípticos deseaban una
intervención directa de Dios desde el cielo. En ese ambiente surge la voz de Jesús.

¿Qué es lo que anuncia en su mensaje?


El reinado de Dios, es decir, un mundo donde Dios realmente mande, donde su proyecto de
amor sobre los hombres se haga realidad. Por eso dice frecuentemente: “se ha cumplido el
plazo, ya llega el reinado de Dios; arrepiéntanse y crean la “buena noticia” (Mc. 1, 15).
Para entender mejor su anuncio, hecho de obras y palabras, recordaremos el texto de Lucas
4, 16-20:
“Llegó a Nazaret donde se había criado y, según acostumbraba, fue el sábado a la sinagoga.
Cuando se levantó para hacer la lectura, le pasaron el libro del profeta Isaías y halló el
pasaje en que se lee: El Espíritu de Dios está sobre mí. El me ha ungido para traer Buenas
Nuevas a los pobres, para anunciar a los cautivos la libertad y a los ciegos que pronto van a
ver. A despedir libres a los oprimidos y a proclamar el año de gracia del Señor. Jesús,
entonces, enrolló el libro, lo devuelve al ayudante y se sienta. Y todos los presentes tenían
los ojos fijos en él. Empezó a decirles: Hoy se cumplen estas profecías que acaban de
escuchar”.
En otra ocasión les dice: “El reino de Dios está ya en medio de ustedes”, indicando que su
presencia –sus hechos y palabras – es signo de la cercanía de Dios. El viene a mostrarnos
un camino hacia la libertad y la vida plena del hombre, un proyecto de promoción humana
y de transformación social.
¿Pero qué significa “reino o reinado de Dios”? No es un lugar o un reino político. Es una
intervención poderosa de Dios a favor del hombre. Para los judíos era una expresión muy
conocida que se traducía es la esperanza de un Rey justo y de una sociedad justa y fraterna
en la que se haría realidad “el año de gracia del Señor?.

Jesús, haciéndole eco de estos sueños, proclama el Reino como plenitud de vida ofrecida a
cada persona; él mismo dice: “He venido para que tengan vida y la tengan en abundancia”
(Jn. 10,10). Esta plenitud de vida abarca todas las dimensiones de la existencia: lo material
(curaciones) y lo espiritual (perdón de los pecados); lo individual (realización de la
persona) y lo social (construcción de una sociedad más justa y fraterna); lo presente (se
construye “hoy y aquí”) y lo futuro (destinada a cumplirse definitivamente en el futuro, al
final de los tiempos).

Jesús vive para la causa del Reino. ¿Y cuáles son los signos que lo demuestran? Su
bautismo, los milagros, el perdón que otorga, la llamada a sus discípulos, su muerte y su
gloriosa resurrección. Y lo hace presente con su palabra y sus hechos:
Jesús explica la presencia del Reino por medio de parábolas, comparaciones sencillas para
el pueblo: El Reino crece silenciosamente como la semilla, es fuerte como un grano de
mostaza que llega a convertirse en un frondoso árbol, es como la levadura que hace crecer
la masa, como u banquete al que todos estamos invitados, como un comerciante que busca
u tesoro...
No sólo habla sino que lo realiza: va al encuentro de los pobres, de los enfermos, de los
leprosos, de los pecadores, de los marginados por una sociedad injusta; se acerca con amor
a los niños, a las mujeres, a los pecadores y paganos... es decir, se pone del lado de los
despreciados por la sociedad. Los “últimos” de la sociedad son los primeros destinatarios
del Reinado de Dios. Y afirma con insistencia que seremos juzgados por Dios precisamente
por el amor a los más pobres 8Mt. 25,31-46)
Pero pone condiciones para pertenecer a su Reino:
La conversión: implica un cambio del corazón, de nuestras relaciones con los demás y de
las estructuras sociales que provocan los signos del anti-reino (explotación, hambre,
marginación, etc.) Significa un paso del egoísmo al amor “Hay que nacer de nuevo...”
Acoger con fe la Palabra: Jesús compara la aceptación de su palabra a una semilla que
cae entre espinas, en el camino, en las piedras y en tierra buena (Mc. 4, 1-9).
Dar frutos: la conversión exige actitudes concretas de amor a los pobres, de servicio,
humildad, rectitud de corazón, pobreza, confianza filial al Padre.
Vivir según la nueva Ley: en el Sermón de la montaña, y especialmente en las
bienaventuranzas, Jesús nos invita a asumir una nueva ley, un modo de vida por la cual nos
reconocerán como los “Hijos de Dios”: la ley del amor que se dona (Ver Cáp. 5 – 6 y 7 de
Mateo).

En la oración del Padre Nuestro decimos “venga a nosotros tu reino”; es un reto, un


compromiso de construirlo en nuestros propios ambientes.

NOS COMPROMETEMOS:
Jesús nos llama a seguirlo en la construcción del Reinado de Dios.
¿Qué signos en nuestra realidad (país, ciudad, barrios) señalan que los cristianos estamos
construyendo el Reinado de Dios?
¿Qué “buenas noticias” espera nuestro pueblo de los cristianos?
¡Cómo puedes tú y tu grupo promover un ambiente más humano en la comuni
dad? ¿Qué están haciendo en este sentido?

CELEBRAMOS
(símbolos escogidos por el grupo)
Canto: La Noticia (u otro apropiado)
Lectura de la palabra: Lc. 4,16-20
Comentarios libres.
Oración del Padre Nuestro. El grupo se detiene en la frase “venga tu Reino” y, en forma
espontánea, se va completando “reino de...”
Canto: Anunciaremos tu Reino, Señor.

PISTAS PARA CONTIINUAR PROFUNDIZANDO:


Jesús anuncia el Reino (Y tú ¿quién dices..., 17-25).
Jesús hace presente el Reino (Y tú ¿quién dices..., 27-35).
Jesús y el Reino de Dios (Un proceso 2, 66-68).
TEMA 6
EL ENCUENTRO CON CRISTO

Todo encuentro amistoso produce alegría: Un amigo, un familiar, una persona


significativa en nuestra vida... Con ellos se comparten alegrías y penas, se expresan
sentimientos y se viven momentos de verdadera amistad. Así fue el encuentro de Jesús con
algunas personas. Te invitamos a descubrir la “riqueza” de cada diálogo.

PARTIMOS DE LA VIDA:
Había en Sicilia un monje, Epifanio, que pintaba bellísimos cuadros. Tenía en su
mente una gran ilusión: retratar el rostro de Cristo. ¿Pero dónde encontrar el modelo
apropiado que expresara a la vez el sufrimiento y alegría, muerte y resurrección, divinidad
y humanidad?

Epifanio se fue a viajar: recorrió Europa escrutando cada rostro; pero ninguno tenía
el rostro que representara a Cristo. Una noche se durmió repitiendo las palabras del salmo:
“Busco tu rostro, Señor; no me escondas tu rostro” (Salmo 27,8). Y tuvo el siguiente sueño:
un ángel le llevó a varios lugares y le hizo descubrir en algunos rostros una característica
particular por la cual se asemeja a Cristo: la alegría de una joven esposa, la inocencia de un
niño, la fuerza de un campesino, el sufrimiento de un enfermo, el miedo de un preso, la
bondad de una madre, el abandono de un huérfano, la seriedad y honestidad de un juez, la
alegría de un joven, la misericordia y bondad de un confesor, el rostro vendado de u
leproso...
Regreso al convento y se puso a trabajar. Después de un año el cuadro de Cristo
estaba listo y se lo presentó al Abad el cual quedó atónito: ¡era maravilloso! Quiso saber de
qué modelo se había servido y el monje respondió: No busques a Cristo en un solo hombre;
busca en cada hombre y mujer un fragmento del rostro de Cristo.

Responder en grupo:

¿Dónde encontró Epifanio a Cristo?


¿Por qué dice: “busca en cada hombre y mujer un fragmento del rostro de Cristo”?
¿Crees que los jóvenes de tu Barrio o comunidad han encontrado a Cristo? ¿Por qué?
¿Tú lo has encontrado? ¿Cómo manifiestas que Jesús en una persona significativa en tu
vida?

BUSCAMOS LUZ SOBRE EL TEMA:

El encuentro con Jesús cambió radicalmente la vida de muchas personas. Los evangelios
narran escenas maravillosas de “encuentros”. que marcan la vida, que dejan huellas
indelebles. He aquí algunos ejemplos:

 Zaqueo: experimenta una gran alegría al tener a Jesús en su casa y percibe que debe
cambiar su vida (Lc. 19, 1-10).
 La Samaritana: va a buscar agua en el pozo; allí se encuentra con Jesús. “fuente de
agua viva”; descubre, en el diálogo, su vida vacía e infeliz. Desea el agua que sacie su
sed de felicidad y la descubre en Jesús . La alegría de ese hallazgo le lleva a
ANUNCIAR la liberación lograda. (Jn. 4, 1-42).
 María Magdalena: una mujer “pecadora”, queda atraída por ese hombre que sana
enfermos, comparte con los pecadores y habla como ninguno antes lo había hecho; ve en
la mirada de Jesús algo diferente a las miradas que estaba acostumbrada. Se le acerca,
toca sus pies, llora... saque que El le comprende y perdona. Después de este encuentro,
María será una fiel seguidora de Jesús (Lc. 7,36 - 50; Lc. 8, 1-3)
 Simón, Andrés, Juan, Santiago...: son pescadores, hombres acostumbrados al duro
trabajo del mar. Un día, como a las cuatro de la tarde, Juan y Andrés,, animados por Juan
el Bautista, quieren conocer cómo vive Jesús, a lo cual éste responde : “Vengan y
verán”; al día siguiente otros se unen al grupo. El hecho es que dejan “todo” lo que
tienen y acompañan a Jesús en el anuncio del Reino de Dios (Jn. 1, 35 - 51).
 Lázaro, Marta y María son hermanos; viven en Betanía, pueblecito cercano a
Jerusalén. Jesús se aloja en su casa y se establece entre ellos una profunda amistad. (Lc.
10,38 - 42); Jn 12, 1-11).
 Los leprosos son considerados “basura” de la sociedad judía , pecadores, malditos;
Jesús se encuentra con ellos y les restituye la dignidad de hombres (Lc. 17, 11-19; Lc. 5,
12- 14).
 Levi es un cobrador de impuestos, por tanto un “vendido” a los romanos y un ladrón ;
Jesús lo invita a seguirlo; deja todo ese negocio y camina en pos de Jesús (Mt. 9,9-13).
 Los discípulos de Emaús dejan Jerusalén y regresan a su pueblo desilusionados; Jesús,
el Mesías, el Salvador esperado, ya no tiene nada que decirles; murió inicuamente; se
desvanecieron todas sus esperanzas y la tristezas les invade. Jesús se les presenta en el
camino, les habla; ellos le reconocen “al partir el pan” (Lc. 24, 13-35).
Pero no todos los encuentros fueron “liberadores”; algunos fueron tan
“desconcertantes” que provocaron rechazo de la propuesta del reino.
 El joven rico era cumplidor de los mandamientos; muchacho bueno y recto. Pero estaba
muy apegado a sus riquezas; cuando Jesús le propuso vender todo y dárselo a los pobres,
su compromiso por el Reino, da media vuelta y se va... ¡Ese Jesús es demasiado
exigente! (Mc. 10, 17-22)
 Los fariseos observaban los preceptos de la ley y eran los preceptos de la ley y eran muy
admirados por la gente debido a la exactitud de sus prácticas religiosas. Jesús los
desenmascara públicamente por vacíos mentirosos, incapaces de amor y solidaridad (lc.
11, 37-44).

NOS COMPROMETEMOS:
Si Jesús viniera en persona a ti y a tu grupo, ¿qué le dirían? ¿qué le pedirían? ¿qué le
responderían? ¿a qué los comprometerían?
En pequeños grupos, realizar un sociograma, canto, dibujo, etc. donde se actualicen “los
encuentros de Jesús”.

CELEBRAMOS
En un momento de oración, proponemos la lectura del “mensaje del Papa a los jóvenes”
(extracto - material anexo).

PISTAS PARA CONTINUAR PROFUNDIZANDO:


El seguimiento de Jesús (Un proceso 2, pág. 131-132)
Eres discípulo de Jesús si... (Un proceso 2, pág. 132-133).
MAESTRO ¿DÓNDE VIVES?

(Síntesis del mensaje de Juan Pablo II para la Jornada mundial de la juventud 1.997)

Con motivo de la XII Jornada mundial de juventud, que se celebró en agosto de este año en
París, camino hacia el gran Jubileo del año 2000, el Papa invita a los jóvenes a fijar la
mirada en Jesús, Maestro y Señor de nuestra vida, mediante las palabras que encontramos
en el Evangelio de Juan: “Maestro, ¿dónde vives? Vengan y lo verán” (Jn. 1, 38-39).

Encontrar a Cristo.

Jóvenes de todo el mundo: en el camino de la vida cotidiana pueden encontrar al Señor. ¿se
acuerdan de los discípulos que, acudiendo a la orilla del Jordán para escuchar las palabreas
del último de los profetas, Juan el Bautista, vieron cómo indicaba que Jesús de Nazaret era
el Mesías, el cordero de Dios? Ellos, llenos de curiosidad, decidieron seguirle a distancia,
casi tímidos y sin saber qué hacer, hasta que El mismo, volviéndose, les preguntó: ¿qué
buscan?, suscitando aquel diálogo que dio inicio a la aventura de Juan de Andrés, de Pedro
y de los otros apóstoles (Jn. 1 29-51)...Precisamente en aquel encuentro sorprendente,
descrito con pocas y esenciales palabras, encontramos el origen de todo recorrido de fe y de
todo proceso vocacional. Es Jesús quien tomó la iniciativa; cuando él está por medio, la
pregunta siempre se da la vuelta: de interrogadores se pasa a ser interrogados, de
“buscadores” nos descubrimos “buscados”; es El , de hecho, quien desde siempre nos ama
primero (1 era. Jn. 4,10). Esta es la dimensión fundamental del encuentro: no tratamos con
algo, sino con Alguien, con “el que Vive”. Los cristianos no son discípulos de un sistema
filosófico; son los hombres y las mujeres que han hecho, en la fe, la experiencia del
encuentro con cristo.

Vivimos en una época de grandes transformaciones. Con frecuencia la humanidad se


encuentra en la incertidumbre, confundida y preocupada, pero la Palabra de Dios no pasa;
recorre la historia, y con el cambio de los acontecimientos, permanece estable y luminosa.
La fe de la Iglesia está fundada en Jesucristo, único salvador del mundo: ayer, hoy y
siempre (Heb. 13, 8). La palabra remite a Cristo para que a El se dirijan las preguntas que
brotan del corazón humano frente al misterio de la vida y de la muerte. El es el único que
puede ofrecer respuestas que no engañan ni decepcionan. Me parece escucharlos a ustedes
haciendo la misma pregunta de los discípulos : maestro, ¿dónde vives? Aprendan a
escuchar de nuevo la respuesta de Jesús: “Vengan y lo verán”.

Seguir a Jesús.

Queridos jóvenes, como los primeros discípulos, sigan a Jesús. No tengan miedo de
acercarse a El, de cruzar el umbral de su casa, de hablar con el cara a cara, como se está
con un amigo (Ex. 33,,11). No tengan miedo de la “Vida Nueva” que El les ofrece: El
mismo, con ayuda de su gracia y el don de su Espíritu, les da la posibilidad de acogerla y
ponerla en práctica.
Es verdad: Jesús es un amigo exigente que señala metas muy altas; pide salir de uno mismo
para ir a su encuentro, entregándole toda la vida: “quien pierda su vida por mi y por el
Evangelio, la salvará” (Mc. 8,35). Esta propuesta puede parecer difícil y en algunos casos
incluso puede dar miedo. Pero les pregunto: ¿es mejor resignarse a una vida sin ideales, aun
mundo construido a imagen y semejanza propia, o más bien buscar con generosidad la
verdad, el bien, la justicia, trabajar por un mundo que refleje la belleza de Dios, incluso a
costa de tener que afrontar las pruebas que esto conlleva? Derriben las barreras de la
superficialidad y del miedo. Conversen con Jesús en la oración y en la escucha de la
Palabra; gusten la alegría de la reconciliación en el sacramento de la penitencia; reciban el
cuerpo y la sangre de Cristo en la Eucaristía; recíbanlo y sírvanle en los hermanos.

Descubrirán la verdad sobre ustedes mismos, y encontrarán a aquel que cura las angustias,
las preocupaciones y el subjetivismo que no dejan en paz.

Vengan y verán

Encontraran a Jesús allí donde los hombres sufren y esperan: en los pequeños pueblos,
aparentemente al margen de la historia, como era Nazaret cuan Dios envió a su ángel a
María; en las grandes ciudades donde millones de seres humanos viven como extraños.
Cada ser humano en realidad es conciudadano de Jesús.

Jesús vive junto a ustedes, en las personas con las que comparten la existencia cotidiana. Su
rostro es el de los más pobres, de los marginados, victimas casi siempre de un modelo
injusto de desarrollo, que pone el beneficio personal en el primer puesto y hace del hombre
un medio en lugar de un fin. La casa de Jesús está donde un ser humano sufre por sus
derechos negados, sus esperanzas traicionadas, sus angustias ignoradas. Allí, entre los
hombres, está la casa de Cristo que les pide que enjuguen, en su nombre, toda lágrima, y
que les digan a los que se sienten solos que nadie está nunca solo si pone en El su esperanza
(Mt. 25, 31-46).

Jesús vive entre los que le invocan sin haberlo conocido; entre los que, habiendo empezado
a conocerlo, sin su culpa, lo han perdido_; entre los que buscan con corazón sincero (LG
16).

Discípulos y amigos de Jesús, conviértanse en embajadores de aquel Mesías que han


encontrado y conocido en su “casa”, la Iglesia, de forma que muchos otros compañeros de
ustedes puedan seguir sus huellas.
Jesús vive entre hombres y mujeres que se honran con el nombre de cristianos. Jesús vive
concretamente en sus parroquias, en las comunidades donde viven, en las asociaciones y
movimientos eclesiales a los que pertenece. En sus grupos, queridos jóvenes, multipliquen
la escucha y estudio de la Palabra; descubrirán en ella los secretos del corazón de Dios y
sacarán fruto para el discernimiento de las situaciones y la transformación de la realidad.
Invoquen a Jesús; que El sea su fuerza, su punto de referencia y su perenne esperanza. Que
nunca les falte el Pan eucarístico en las mesas de su existencia; de este pan podrán sacar
fuerzas para dar testimonio de su fe.
Queridos jóvenes, iluminados por la Palabra y fortificados por el Pan eucarístico, están
llamados a ser testigos creíbles del Evangelio de Cristo. Pero, ¿por qué se reconocerá que
son verdaderos discípulos de Cristo? Porque “se aman los unos a los otros” (Jn.
13,35),siguiendo el ejemplo de su gran amor: un amor gratuito, infinitamente paciente, que
no se niega a nadie. Es ésta la gran novedad que puede asombrar al mundo dividido por los
violentos conflictos. En este mundo ustedes están llamados a vivir la fraternidad como
posibilidad real; en esta sociedad están llamados a construir; como verdaderos misioneros
de Cristo, la civilización del amor.
TEMA 7:
TE SEGUIRÉ...

Uno de los síntomas que se descubre en nuestra sociedad es la desorientación juvenil: ¿en
quién creer?; de tantos mensajes que escuchamos ¿cuál es el verdadero?; ¿a qué líderes
seguimos? ¿qué nos ofrecen?; vale la pena luchar por algo? Estos y tantos otras
interrogantes vienen a la mente de los jóvenes que van en una continua búsqueda de
modelos y guías.

PARTIMOS DE LA VIDA:

Todo encuentro con Jesús se convierte en una invitación a seguirlo y a dar la vida por el
Reino.
Proponemos tres testimonios de personas que han sido capaces de “jugarse la vida” por
Jesús: Madre Teresa de Calcuta, Pedro Casaldáliga, Raúl Follereau.

Se forman tres grupos y cada uno lee un testimonio (Tomado de Un proceso 2, Juego de
pistas – pág. 125-131- material anexo)

En grupo se responde a las preguntas:


¿qué les llama la atención del testimonio?
¿de qué modo siguen a Jesús?
¿qué características tienen los seguidores de Jesús?
¿crees que vales la pena esa forma de vida? ¿por qué?

BUSCAMOS LUZ SOBRE EL TEMA:

LLAMADOS A SEGUIR A JESÚS CAMINO, VERDAD Y VIDA.

¿A quién llama Jesús?


 A hombres y mujeres sencillos, del pueblo: a unos pescadores de Galilea (Mc. 1, 16-
20); a doce apóstoles (Mc 3, 12-19).
 A un cobrador de impuestos: un hombre mal visto por los judíos (mc. 2, 13-14).
 A un joven rico que no tiene el valor de seguirlo (Mc. 10, 17-22).
 A un enfermo que lo envía a proclamar la buena noticia de su liberación (Mc 5, 18-
20).
 A... ¡muchos otros! Todo encuentro de Jesús se transformaba en una llamada a
seguirle.

¿Para qué les llama?


 Para anunciar la Buena noticia del Reino de Dios: Jesús encía a sus discípulos a
proclamar que el Reino de Dios está cerca (Mt. 10, 1-16).
 Para ser de los suyos. Jesús dice: “Permanezcan en mí... Yo soy la vid y ustedes las
ramas; el que permanece unido a mí y yo en él, da mucho fruto” (Jn. 15, 4-5)
 Para continuar su obra en el mundo. Antes de irse al cielo, Jesús les dice a sus
discípulos: “Vayan y hagan discípulos míos... Yo estaré con ustedes hasta que
termine este mundo” (Mt. 28, 19-20).
 Para servir, amar, dar la vida: “Si alguno quiere seguirme, tome su cruz y sígame...
el que pierda la vida por Mí y por el Evangelio se salvará” (Mc. 8, 34-35).
 Para decir a todos que Cristo sigue vivo: “Los discípulos salieron a predicar por
todas partes con ayuda del Señor, el cual confirmaba su mensaje con las señales que
lo acompañaban” (Mc. 16,20):

¿Cuál fue la respuesta?


El seguimiento radical de Jesús que implicó un cambio definitivo en la vida de los
discípulos.

¿Qué significa seguirle?


Ponerse en camino de Jesús, Maestro: aprendemos en la medida que lo escuchamos y
ponemos en práctica su Palabra: “felices los que escuchan la Palabra de Dios y la ponen
en práctica” (Lc. 11, 27-28).
Aceptar a Jesús como el valor central de nuestra vida; es la “perla” y el “tesoro
escondido” que, al encontrarlos, se deja todo y se “compra” (Mt. 13, 44-46).
Vivir sus mismas actitudes.
Continuar su misión de anunciar y hacer presente el Reino de Dios.
Escoger un camino de servicio, amor y cruz.

NOS COMPROMETEMOS:
Todo cristiano está llamado a ser discípulo, a aceptar el camino trazado por Jesús.
¿Cómo puedo seguir a Jesús: en mi casa, en el trabajo, en el liceo, en mi barrio, en mi
parroquia?

CELEBRAMOS:
Canto: Pescador de hombres (u otro apropiado).
(emplear, igual que en los encuentros anteriores, símbolos que representen las actitudes
del seguidor de Jesús)
Oración: Responder a cada invocación: TE SEGUIMOS, SEÑOR
Para hacer un mundo más humano y fraterno...
Para llevar alegría a nuestras familias...
Para trabajare en la comunidad a favor de los más necesitados...
Para... (se sigue la oración en forma espontánea).

PISTAS PARA CONTINUAR PROFUNDIZANDO:


Las opciones de Jesús (Un proceso 2, pág. 133-135).
Dos modos de vivir contrapuestos (Un proceso 2, pág. 136-137).
La espiritualidad del discípulo (Y tú ¿quién dices... pág. 44-45).
MADRE TERESA DE CALCUTA

Hace años la Madre Teresa de Calcuta recibió el premio Nóbel por su trabajo a favor de los
más pobres. Nació en Yugoslavia; a la edad de 18 años ingresa al convento con las
Hermanas de Loreto. Después, abandona su Congregación Religiosa para servir a los
pobres más pobres.

Calcuta es una gran ciudad de la India. “Lo que más me llama la atención, aparte del calor,
el polvo, la suciedad y los mosquitos, es la increíble miseria en que vive la mayor parte de
la población. Más de un millón de personas viven hacinadas en los “slums” – aglomeración
de ranchos hechos de bambú, cartón y latas, recubiertas con hojas de palmera-, tan endebles
y miserables que a ninguno de nosotros se nos ocurriría utilizarlas ni para cobijar a los
animales domésticos.
Cuando, tras ponerse el sol, la noche avanza, la gente muchedumbre de los sin techos va
ocupando todos los ángulos y huecos disponibles en las aceras, transformándolas en un
inmenso dormitorio...mujeres, hombres, ancianos y niños ven transcurrir lentamente su
vida, preocupados por un único y angustioso problema: “comer para sobrevivir”.

El hambre es la realidad más lacerante y espantosa que he visto impresa en los rostros
macilentos, sobre los cuerpos esqueléticos de millones de personas en la India y en
Bengala, sobre todo. He presenciado escenas desgarradoras, que no olvidaré mientras viva:
turbas de niñas y niños desnudos esperando que los empleados de los grandes edificios
salgan a vaciar la basura para lanzarse sobre aquellos desperdicios – en disputa con perros y
gatos callejeros-, en busca de unas conchas de naranja o de plátano que llevarse ávidamente
a la boca.
Y es en esta ciudad – actualmente en muchas otras ciudades- donde la Madre Teresa
levantó un Centro asistencial para dar una casa a todos los desechos humanos de la
sociedad. El nombre de esta religiosa y sus obras son conocidos no sólo en la India, sino en
todo el mundo.
En la “Casa del moribundo abandonado” (Calcuta) no hay portero; la puerta está siempre
abierta para todos. Grupos de enfermos y ayudantes lavan, desinfectan el piso de los largos
corredores, a cuyos lados se distribuyen las esteras de los enfermos. Otros van
distribuyendo el desayuno mientras los demás se ocupan de la limpieza personal de los
enfermos agonizantes. Entre tanto, van llegando al patio los últimos carros, que durante la
noche, han estado dando vueltas por las calles recogiendo muertos o moribundos.

La caridad de la Madre Teresa y de sus colaboradores alcanzó la cota más alta durante la
guerra de Bengla Desh, cuando diez millones de prófugos, huyendo de las matanzas, se
refugiaron en la zona occidental de Bengala, acampando en la afueras de Calcuta,
aumentando así la miseria y el hambre en esta región.
Antes de alejarme, pregunto a la Madre cómo se las arregla para reclutar a tantas personas,
especialmente jóvenes, y de dónde saca recursos para llevar a cabo una obra tan compleja.
Me mira a los ojos y sonríe: ¡Son milagros del amor! (Alessi Dimensioni)
PERO CASALDALIGA

Nació en 1928 en Balsarey (Barcelona). Religioso Claretiano. En 1971 lo nombran Obispo


de Sao Félix en el Mato Grosso, Brasil.

Ha escrito poemas, ensayos, escritos personales. Todos sus trabajos reflejan la lucha del
obispo a favor de los derechos humanos.

Ha sido propuesto para el Premio Nóbel de la Paz. Esta candidatura ha sido apoyada por el
también Premio Nóbel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel, para hacerla coincidir con el V
Centenario, en reconocimiento a su lucha por los indígenas y los más pobres de América
Latina.

El obispo Pedro Casaldáliga es un hombre entregado a su gente. Escuchemos sus propias


palabras:

“Ustedes saben por qué llama Cristo. El llama para dar vida y dar la vida (...). Yo estoy aquí
para eso. Con ustedes, para ustedes. Y para los otros que no están aquí. Para dar la
vida...Voy a ser sincero con ustedes: después de vivir tres años aquí, andando por esos ríos
y setaos, encontrando uno y a muchos peones, sintiendo la amargura de uno y de muchos
campesinos, y después de acudir a las autoridades de aquí o de Barra o de Brasilia, después
de gritar, de llorar- y he llorado algunas veces enterrando peones en ese cementerio de Sao
Félix, ahí a la orilla del río- después de todo eso, estoy sintiendo hoy como la persona más
importante de este día a ese peón, a ese muchacho de 17 ó 18 años que hemos enterrado
esta mañana a orillas del río, sin nombre y sin caja (...).
Para dar vida. Para eso estamos aquí. Y para dar la vida si fuera preciso. Y esto no es un
heroísmo ni nada extraordinario. Mi pobre vida no vale más que la vida de ese peón que
hemos enterrado esta mañana en el cementerio de Aranguaia”.

Habla duramente a los cristianos latifundistas que esclavizan a su pueblo: “No les
aprovechará – dice el obispo- “dar cursillos” en Sao Paulo o patrocinar la “navidad del
pobre” y entregar “limosnas para las misiones” si cierran los ojos y el corazón a los peones
esclavizados en sus fazendas...”

Pronto se le puso precio a su vida. “Benedicto, conocido latifundista – dice un testigo-, el


día 1 de octubre me pidió que matase al padre Pedro, y por matarlo él me daría mil
cruceiros, un revolver 38 y pasaje para donde quisiera. Y otra vez, el 5 de octubre me pidió
intensamente que matase al Padre Pedro, y si yo le descubría a él, me mataría”.

(Resumen de la revista “Pueblos del Tercer Mundo”, febrero 1976).


RAUL FOLLEREAU

Raúl Follereau, “el apóstol de los leprosos”, y vagabundo de la caridad, nace en Nevers
(Francia) en 1903. A los 17 años escribe su primer libro de poemas titulado: “El libro del
amor”. Es un gran éxito. Follereau se licencia en Derecho y Filosofía. Personalmente tiene
buena posición social y un título nobiliario. Descuella también como un gran dramaturgo.
Pero en 1933 cambia el rumbo de su vida. Viajaba por África cumpliendo una misión
periodística y conoció a los leprosos.

El mismo ha relatado el encuentro, con todo el dramatismo del momento:


“Apenas nuestro jeep había dejado atrás este poblado de África, cuando tuvimos que
pararnos junto a un riachuelo para echar agua al motor. Al momento salieron de entre la
espesura unos rostros asustados y luego unos cuerpo famélicos. Les grité que se acercaran.
Lejos de eso, unos cuantos se dieron a la fuga; los demás, los más valientes, permanecieron
inmóviles, sin dejar de mirarnos con sus ojos fijos y doloridos. Entonces pregunté al guía:

-¿Quiénes son esos hombres?


-Leprosos – me respondió-.
-¿Y por qué están ahí?
-Porque son leprosos
-Comprenso, pero ¿no estarían mejor en el poblado?
-Son leprosos – me respondió el hombre taciturno y testarudo-.
-¿Hay, al menos, quién cuide de ellos?

Entonces mi interlocutor se encogió de hombros y se apartó de mi lado sin decir palabra.

Fue aquel día cuando comprendí que existía un crimen imperdonable, digno de Dios sabe
qué castigo, un crimen sin recurso ni amnistía: la lepra.

Y aquel día decidí no defender más que una causa durante toda mi vida: la de esos
millones de hombres a quienes nuestra cobardía, nuestro egoísmo e ignorancia han
convertido en leprosos”

Y entonces comenzó Raúl Follereau su lucha a favor de los leprosos, una lucha persistente
que él mismo ha querido librar con el lema: “La única verdad es amarse”.

El mensaje de Raúl va perfectamente sincronizado con su vida. Una vida entregada a


devolver la dignidad a los hombres más abandonados de la tierra; y lo ha legado a los
hombres de buena voluntad, a través de dos campañas internacionales: “Jornada Mundial
de los leprosos” y “Un día de guerra y paz”.

En 1977, a los 74 años muere en Paris. El dijo que nadie tiene derecho a ser feliz a solas y
que “vivir es ayudar a vivir”. Lo demostró con su vida dedicada a los leprosos.
TEMA 8:
LAS BIENAVENTURANZAS

¿Quién es feliz en nuestro mundo capitalista? Si observamos con detenimiento las


propagandas, podemos decir: felices los ricos que pueden obtener lo que les plazca;
felices los que no dependen de nadie, ni de Dios; felices los que gozan de la vida y se
aprovechan de quien sea; felices los que están a la moda... Y así podríamos seguir la
lista...

Se inicia el encuentro con el canto: “La noticia” o “Por esa gente, Aleluya”.

PARTIMOS DE LA VIDA:
“No hijita, no es nada. Estoy muy bien. Me siento feliz, muy feliz porque puedo realizar
la felicidad de todos ustedes”. Esta era la conversación de una madre con su hija, una
mujer ya anciana, agotada por el trabajo y enferma; supo de la dureza y de la alegría de
la vida, pero era feliz.

Una joven caraqueña escribió la siguiente carta: “Quería padres y recibí de ellos
juguetes; quería hablar y recibí un televisor; quería aprender y recibí libros; quería ser
libre y recibí disciplina; quería amar y recibí normas morales; quería felicidad y recibí
dinero; quería vivir y...”

Para dialogar en grupo:


¿Dónde está el secreto de la felicidad de la mujer anciana?
¿Por qué la joven no consiguió ser feliz? ¿Qué le faltó?
¿Conoces casos parecidos a los anteriores?

BUSCAMOS LUZ SOBRE EL TEMA:


Todos aspiramos a la felicidad. Muchos la buscan por caminos equivocados. Jesús nos
da la clave de la felicidad en Bienaventuranzas:
Lectura del texto: Mt. 5, 1-12

En el discurso de la montaña Jesús nos ofrece motivaciones para la vida bajo la forma
de bienaventuranzas. Es un retrato de su persona y una invitación a seguirle: el hombre
y la mujer de las bienaventuranzas son cristianos que siguen el modelo –Cristo- en
contraste con otros modelos que toman el egoísmo, la diferencia, el consumismo, la
prepotencia, la competencia y la explotación como normas de vida. ¿pero cómo se es
feliz según Jesús?

Siendo pobres y optando por trabajar por lo pobres, en busca de una mejor calidad de
vida. Para Jesús es el que no tiene nada, se contenta con lo necesario y no desea
ávidamente poseer; el que no cuenta con sus propias fuerzas y reconoce que depende de
Dios; el que pone en Dios su esperanza y comparte lo que tiene con otros más
necesitados; el que coloca la justicia y la fraternidad como valores en las relaciones
sociales. Preguntémonos: ¿quiénes son los pobres de hoy? ¿Qué “tierra” poseerán?
 Solidarizándose con los que lloran – sufre, aportando lo que se es y se tiene por
superar los motivos de sufrimientos en la familia, en la comunidad, en el liceo, en
nuestros ambientes... La solidaridad se convierte en valor importante.
Jesús nos hace tomar conciencia de la necesidad de abrir los ojos a la realidad que
nos rodea; él mismo se conmovió ante la viuda de Naím, ante el centurión que le
pide la salud de un siervo, ante el buen ladrón en la cruz...
Quien sabe llorar sus pecados y errores, quien no se desespera en los momentos de
prueba, quien es sensible al sufrimiento de los demás, quien acepta con fortaleza los
momentos de sacrificio y dolor, dice el Señor, será consolado.
 Siendo Pacientes desde la lucha por la justicia y la fraternidad, no desde la
pasividad frente a las tantas injusticias sociales que nos aquejan. En el salmo 37,11
leemos: “los pacientes poseerán la tierra y gozarán de una gran paz”. El mismo
Jesús nos propone el modelo: “Aprendan de mí que soy manso y humilde de
corazón” (Mt. 11, 29
 Teniendo hambre y des de justicia; no podemos mantenernos al margen de los
problemas de nuestra comunidad y de Venezuela; la solidaridad requiere actuación.
No podemos “colgar la toalla” o dejamos apabullar por las dificultades; no podemos
“cruzarnos de brazos”, algo podemos hacer para mejorar “nuestro mundo”. Felices,
entonces, los que desean ardientemente lo que Dios quiere, el mundo de justicia y
fraternidad en una sociedad marcada por las injusticias. Jesús añade: “porque serán
saciados”. Esta búsqueda apasionada del Reino de Dios tendrá como recompensa la
presencia de Jesús con el hombre y la mujer que se pone en teste camino.
 Cultivando sentimientos de misericordia, sin permitir que el corazón se nos
“endurezca” y se vuelva indiferente. Muchos dice: “a mí no me interesan los otros...
que se arreglen como uno lo hace...”; es la actitud contraria a lo que Jesús nos
propone. Feliz el que abre su corazón y se pone de parte del más pobre como lo hizo
Jesús. Feliz el que perdona de corazón y olvida las ofensas. Su recompensa: “porque
encontrarán la misericordia de Dios”.
 Teniendo un corazón limpio, transparente, sin dobleces ni intenciones oscuras,
siendo gente de una sola cara; que sabe mirar a la gente con “ojos claros”, sin
dejarse dominar por los instintos. Puro de corazón son los honestos, leales, sinceros,
respetuosos. “Porque verán a Dios”: serán felices ya en la tierra porque descubrirán
en todo rostro el rostro de Dios.
 Trabajando por la paz, fruto de la justicia y de la solidaridad con los más
oprimidos. Felices los que buscan la paz y la reconciliación en todo momento, no la
venganza. La paz con Dios, la paz social, la paz en la familia, la paz personal. Jesús
nos la deja antes de subir al cielo (Jn. 14,27) A los que actúan así les dice Jesús que
“serán llamados los hijos de Dios”.
Si nos damos cuenta, en cada bienaventuranza has siempre una razón de esa
felicidad: PORQUE... No es inútil esta forma de felicidad; tiene una finalidad muy
clara: “De ustedes es el Reino de los cielos”, “serán hijos de Dios”, “verán a Dios”...

NOS COMROMETEMOS:
En sus comunidades ¿existen personas “felices” según los criterios de Jesús?.
Compartan con sus compañeros sus opiniones o razones.
Como grupo, ¿qué estamos haciendo para llevar un poco de felicidad a las personas
que nos rodean (familia, niños, ancianos, etc)? ¿qué podemos mejorar?.
CELEBRAMOS:
Construir las bienaventuranzas del joven de hoy (buscar entre todos los símbolos
más apropiados)

PISTAS PARA CONTINUAR PROFUNDIZANDO:


Bienaventuranzas juveniles (Un proceso...2, pág. 237).
Las bienaventuranzas: programa de vida (Un proceso...2,pág. 239-240).
TEMA 9:
CAMINAMOS CON JESÚS EN COMUNIDAD.

Hasta ahora hemos conocido a un Jesús que vivió en un pueblo concreto, en


comunidad. Después de su muerte y su resurrección; dejó claro que es en comunidad, en
Iglesia, donde se vive y proclama la fe. Tu vivencia personal, después de tu encuentro con
El en el Bautismo, se desarrolla en una comunidad de fe, esperanza y amor. Todos los
bautizados vivimos juntos la experiencia de ser salvados por Jesús. Vivir con Jesús es, por
tanto, vivir en y con la comunidad eclesial.
Tu grupo de oración de formación o compromiso es ya un paso fundamental para
testimoniar la fe en Jesús dentro de tu barrio o ambiente; pero hay otros grupos,
movimientos, organizaciones eclesiales; está la parroquia, la diócesis... Como ves, es un
conjunto de personas que, de modos diversos y creativos (así actúa el Espíritu Santo),
dinamizan la Iglesia y testimonian la mundo el acontecimiento de Cristo Salvador.

PARTIMOS DE LA VIDA
a) se pueden realizar algunas de estas técnicas para facilitar el diálogo:
Lluvia de ideas sobre “comunidad”: analizar la palabra, significado para cada uno...
Phillips 66: Valores de la comunidad.
Periódico del día: signos comunitarios y no comunitarios.
b) Podemos partir de las propias experiencias:
Contar alguna experiencia de soledad: sentimientos, causas, consecuencias.
Contar alguna experiencia positiva de grupo.
Contar alguna experiencia comunitaria vivida en tu ambiente (familia liceo...).

BUSCAMOS LUZ SOBRE EL TEMA


Desde los comienzos de su predicación, Jesús escoge a los 12 apóstoles; no eran ni los
mejores, ni los más sabios; eran de la gente común del pueblo. Forma con ellos un “grupo”
que, poco a poco, entiende el mensaje del Reino y se lanza a transmitirlo (Mt. 10, 1-16).
Más adelante se les añaden más discípulos, incluyendo las mujeres (Lc. 8,1-3; 10, 1-9). Por
supuesto que no todos aceptan las condiciones de Jesús... (Lc. 9, 57-62).

Jesús realiza con ellos un proceso formativo de integración, amistad, sinceridad,


compromiso; no fue nada fácil; ya sabemos que cada uno tenía sus “interese” y
reacciones... Además, las condiciones del Maestro eran exigentes... y en el momento de su
muerte son pocos los que se mantuvieron fieles a El. Se necesitó la fuerza de la
Resurrección y el fuego del Espíritu para que, de nuevo, se reunieran como comunidad,
recordando y viviendo el camino trazado por Jesús. Así lo expresan los Hechos de los
Apóstoles.
“Eran constantes en escuchar la enseñanza de los apóstoles y en la comunidad de vida, en el
partir el pan y en las oraciones. Todo el mundo estaba impresionado por lo muchos
prodigios y señales que los apóstoles realizaba. Los creyentes vivían todos unidos y lo
tenían todo en común; vendían sus posesiones y bienes y los repartían entre todos según la
necesidad de cada uno. A diario frecuentaban el templo en grupo; partían el pan en casas y
comían juntos alabando a Dios con alegría y de todo corazón, siendo bien vistos de todo el
pueblo. Y día tras día, el Señor iba agregando al grupo a los que se iban salvando” (Hch. 2,
42-47)
Esta comunidad cristiana hace un camino de fe en Jesús resucitado y vivo entre los
hombres; profundiza su mensaje y lo vive en lo concreto de cada día:
 En la escucha de la Palabra transmitida por los apóstoles;
 En el partir del PAN y en los momentos de oración en común;
 En la unidad y en el poner lo que tienen en común; nadie pasa necesidad porque
todo lo compartían;
 Todo lo hacen con alegrías y de corazón;
 Su forma de vida (testimonio) atrajo a mucha gente.

Es una comunidad viva, dinámica, capaz de llevar una vida diferente a la propuesta. ¿Pero
de dónde le viene esa “fuerza nueva”?
Hay una comparación en el Evangelio de San Juan que expresa claramente la relación de
Jesús con la comunidad cristiana: “Yo soy la Vid, ustedes las ramas...” (Jn. 15, 1-17). Jesús
es el tronco del árbol (comunidad) por donde pasa el alimento que necesitamos los
cristianos; no podemos, como ramas que somos vivir separados de Jesús y de los hermanos;
sólo así produciremos los frutos que la gente espera de nosotros.
}Vivir en comunidad, como un gran árbol, es formarse, crecer, producir, amar,
comprometerse en su extensión; implica una unión vital y afectiva con Cristo, fuente de
vida, y una estrecha relación con los hermanos a fin de producir frutos abundantes en la
construcción del Reino, proyecto de mundo nuevo querido por Dios Padre.
La primitiva comunidad cristiana lo vivió y entendió muy bien. No es un grupo cerrado en
sí mismo, mi espiritualista (sólo de oración), ni de simples trabajadores sociales. La unión
con el Padre, el Hijo y el Espíritu le impulsa la acción solidaria, al servicio a favor de los
hombres.

NOS COMPROMETEMOS:
¿Qué característica de la comunidad cristiana vivimos en el grupo? ¿cuáles nos hacen falta?
¿Con qué otros grupos o movimientos eclesiales nos relacionamos? ¿qué aspectos nos
llaman la atención de ellos?
¿Qué caminos debemos emprender para vivir según el ideal de la “comunidad cristiana”?

A nivel personal:
Mira tus cualidades: ¿cómo las puedes poner al servicio de los otros?
¿Qué te favorece o te dificulta la vivencia de fe en comunidad?
¿Eres consciente de pertenecer a una comunidad familiar, parroquial, social?
¿qué consecuencias trae esto para ti?

CELEBRAMOS:
Preparamos en grupo una pequeña celebración de la Palabra que resuma la experiencia
vivida.
ORACIÓN DE LA COMUNIDAD

Señor, tú me llamas a vivir en comunidad


Y quieres que edifique la comunidad.
Me quieres en comunión con otros,
no para estar mejor ni ser más fuertes,
Sino para que sea yo mismo.
La comunidad es fuerte si espera,
la comunidad es verdadera si ama.
La comunidad es santa se cada uno es santo.
Ser comunidad es existir para los demás,
es encontrarse con otras personas,
es rezar con ellas,
es dar razones de esperanza.
Sólo así seremos tus testigos
Y mostraremos tu rostro amoroso
A los ojos de nuestros hermanos, los hombres.

PISTAS PARA CONTINUAR PROFUNDIZANDO


Conversar con personas que viven y entusiasman ...¿qué motivos o razones les llevan a ser
así?
Conversar con personas que critican la Iglesia ¿por qué la critican? Analizar sus puntos de
vista.
TEMA 10:
VAYAN Y ANUNCIEN LA BUENA NOTICIA

Hemos llegado al último tema. Habrás realizado un real camino de conversión y


seguimiento de Jesús. Te habrás encontrado contigo mismo y seguramente sentirás su
llamada a darle sentido a tu vida haciendo algo por los demás...Este tema te puede ayudar a
concretizar tu respuesta y encontrar caminos en relación a tus opciones de vida.

PARTIMOS DE LA VIDA
Te invitamos a que realices un encuesta entre la gente que, en tu comunidad, trabaja para
mejorarla: catequistas, animadores de grupos, madres voluntarias, Asociación de Vecinos,
Comités, Movimientos eclesiales, Club juvenil, etc. Prepara 3-4 preguntas que te interesen
para saber los motivos, problemas, triunfos, etc. Que se encuentran en esa labor.
Comparte con el grupo los resultados obtenidos y saca conclusiones

BUSCAMOS LUZ SOBRE EL TEMA:


¡Cuánta gente sigue el camino de Jesús! ¡Cuánto bien en medio de tantas injusticias! ¡Es
signo de Jesús resucitado! La resurrección es el triunfo de la vida sobre la muerte, del amor
sobre el egoísmo, de la luz sobre las tinieblas. Y El nos envía a anunciar esta Buena
Noticia.

La iglesia es esencialmente misionera. La buena Noticia de Jesús vivo es para comunicarla.


El mismo nos impele:”Vayan por el mundo y anuncien la Buena Nueva” (Mc. 16,15).
“Vayan y hagan que todos los pueblos sean mis discípulos. Bautícenlos en el nombre del
Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, y enséñenles a cumplir todo lo que yo les he
encomendado. Yo estoy con ustedes todos los días hasta que se termine este mundo” (Mt.
28, 18-20).

“Y los discípulos salieron a predicar por todas partes con la ayuda del Señor, el cual
confirmaba su mensaje con las señales que lo acompañaba” (Mc. 16,20).
Los apóstoles, después de Pentecostés, anuncian que Jesús está vivo y que quiere la vida
para todos.

El evangelio por ser Buena Noticia, es una propuesta abierta a toda persona; no
exclusivista; e suna invitación para todos. Pero se necesita que alguien la comunique: si
hemos experimentado en nuestra vida a Jesús, no podemos callarnos “lo que hemos oído,
visto, palpado...”
(1era. Jn. 1,1). Por eso, todos en la Iglesia somos misioneros.

¿Qué significa ser misionero?


El Apóstol Pablo lo resume en una frase: “Anunciar el Evangelio” (Rom. 1,1); que es la
“fuerza de Dios para la salvación del que cree” (Rom. 1, 16) Por eso, el cristiano anuncia
que la vida, muerte y resurrección del Señor son salvación, buena noticia para los hombres
de esta sociedad.
Lo proclamamos constantemente en la liturgia eucarística; lo vivimos en el servicio,, en la
práctica del amor, manifestando la ternura de Dios Padre; lo expresamos en la comunión
entre los cristianos y los testimoniamos con nuestra voz (predicación) y en nuestra vida
diaria. No necesitamos cosas especiales para ello. Cada día, cada instante Anunciamos a
Cristo.

El cristiano deberá ser ese Evangelio vivo para sus hermanos. Este es tu compromiso, tu
reto...

El cristiano anuncia y guarda el Evangelio; es un doble movimiento: mientras ofrece a los


otros su experiencia de Jesús, va “guardando”, cultivando los mismos sentimientos de
Jesús; evangeliza y es evangelizado constantemente por las personas que lo escuchan.
Se puede decir que tiene su mirada sobre dos focos:
 El Evangelio, fuente de vida y misión; exige fidelidad, amor a la persona y a la
palabra de Jesús;
 Las personas a las que comunica el mensaje; exige amor y cercanía a las personas a
las cuales desea evangelizar para que la Palabra de Jesús “siga resonando en el
corazón humano”.

Y en este camino de evangelización, al cristiano le acompaña la certeza final de Jesús: “yo


estoy con ustedes todos los días” ¿Qué importante es sentir la presencia de Jesús
resucitado!.

Para llevar adelante la misión encomendada por Jesús (anuncio del Evangelio), el Espíritu
suscita en la Iglesia diferentes dones y servicios. Lee los siguientes textos y pregúntate cuál
es tu don para los demás:
“Hay diferentes dones, pero el espíritu es el mismo; hay diversos misterios, pero el Señor es
el mismo; hay diversidad de obras, pero es el mismo Dios quien obra todo en todos. En
cada uno el Espíritu revela su presencia con un don que es también un servicio” (1era. Cor.
12, 4-7).
“Y, como cada uno ha recibido algún don espiritual, úsenlo para el bien de los demás, haga
fructificar las diferentes gracias que Dios repartió entre ustedes” (1 era. P. 4,10)
En la comunidad eclesial cada persona desarrolla sus cualidades al servicio de la misión.
Por eso es importante descubrir los propios dones y hacerlos fructificar. Hoy día hay
muchos cristianos comprometidos en el anuncio del Evangelio. Y lo expresan de diferentes
modos (catequesis, animación litúrgica, ministerios eclesiales, atención a los enfermos,
animadores grupales, etc.) Esta es la fuerza del espíritu.

NOS COMPROMETEMOS:
Te invitamos a realizar una MISIÓN JUVENIL en tu comunidad, llevando a las familias,
sobre todo las más necesitadas, el mensaje libertador de Jesús. Organízalo con los demás
grupos, teniendo presente que pueden realizar diferentes actividades. Por ejemplo: visita a
hogares, a los enfermos, a los ancianos; actividades grupales con niños o jóvenes; fogata,
teatros, “festival de la Canción joven para un amigo: Jesús”, celebración de la palabra, etc.
Depende de la situación y de los “dones” de cada uno. Puede ser una buena preparación
para el Festival Juvenil Regional.

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