De "Los trabajos y las noches" 1965 No he buscado otra hora, ni otro día, ni otro dios
que tú.
Laberinto, pirámide de humo, altura que canta,
pozo que amenaza, tierra de abismo, primavera
Blanca Varela ciega.
Primer baile (V) La soledad nos une en la humedad del guisante,
Hay un lugar lejos de toda ciudad. No hay un en la hinchazón de la ola,
cielo sino varios, superpuestos, en el sudor de la raíz.
espejeantes, horribles.
(Brota en el polvo gris de Lima la baya cargada soñé con un perro
de ira. con un perro desollado
Gira el vals, manantial de orina, vaho dorado y cantaba su cuerpo su cuerpo rojo silbaba
golpe bajo, pregunté al otro
labios negros, estrujados, fantasma que se al que apaga la luz al carnicero
acaricia bajo las uvas amarillas y se flagela al qué ha sucedido
alba con las estrellas.) por qué estamos a oscuras
Asciendo y caigo al fondo de mi alma es un sueño estás sola
que reverdece, agónica de luz, imantada de luz. no hay otro
Es este ir y venir bate el tiempo las alas la luz no existe
detenido para siempre. tú eres el perro tú eres la flor que ladra
Recrearte: polvo, brizna, herida. afila dulcemente tu lengua
Perderte: gesto, contacto, olvido. tu dulce negra lengua de cuatro patas
Buscar tu sombra, reconocerte tras una ventana, la piel del hombre se quema con el sueño
mancha de sol, sombra de lluvia, en cualquier arde desaparece la piel humana
calle del mundo. sólo la roja pulpa del can es limpia
Perseguirte, concenado girasol, la verdadera luz habita su legaña
como una piedra encadenada al aire, tú eres el perro
arrastrando la tierra, cauda que enciende tú eres el desollado can de cada noche
universos, sueña contigo misma y basta
que se desvanece en una plaza.
La mirada que soy entorna la puerta, atisba el (pobres matemáticas)
vacío,
otea el cielo en ruinas. cuando nada quede de ti ni de mí
En la rama vencida estalla una breva furiosa, la habrá agua y sol
pupila en llamas y un día que abra las puertas más secretas
buscándote, exigiendo su razón de luz. más oscuras más tristes
y ventanas vivas como grandes ojos
(tell me the truth) despiertos sobre la dicha
y no habrá sido en vano que tú y yo
dime solo hayamos pensado lo que otros hacen
¿durará este asombro? porque alguien tiene que pensar la vida.
¿esta letra carnal
loco círculo de dolor atado al labio Conversación con Simone Weil
esta diaria catástrofe
esta maloliente dorada callejuela sin comienzo ni - Los niños, el océano, la vida silvestre, Bach.
fin - el hombre es un extraño animal.
este mercado donde la muerte enjoya las En la mayor parte del mundo
esquinas la mitad de los niños se van a la cama
con plata corrompida y estériles estrellas? hambrientos.
¿Renuncia el ángel a sus plumas, al iris,
Secreto de familia a la gravedad y la gracia?
¿Se acabó para nosotros la esperanza de
ser mejores ahora? o el charco de lluvia
La vida es de otros. tras cualquier puerta que se abre
Ilusiones y yerros. está la luna
La palabra fatigada. tan grande y plana
Ya ni te atreves a comerte un durazno. tan fuera de lugar
Para algo cerré la puerta, como si de un cuadro se tratara
di la espalda óleo sobre papel
y entre la rabia y el sueño olvidé muchas endurecido por el tiempo
cosas. así cayeron en la mente
La mitad de los niños se van a la cama formas y colores
hambrientos. casualidades
- los niños, el océano, la vida silvestre, Bach. azar que anuda sombras
- el hombre es un extraño animal. vuelcos en la negra marmita
Los sabios, en quienes depositamos nuestra donde a borbotones
confianza, se cuecen gozo y espanto
nos traicionan. crece el yeso de un cielo
- los niños se van a la cama hambrientos. mil veces lastimado
- los viejos se van a la muerte hambrientos. mil veces blanqueado
El verbo no alimenta. Las cifras no sacian. se borra el mundo y se vuelve
Me acuerdo. ¿Me acuerdo? a escribir
Me acuerdo mal, reconozco a tientas. Me hasta el último aliento
equivoco. sólo esto
Viene una niña de lejos. Doy la espalda. eternidad aparente
Me olvido de la razón y el tiempo. mísera astilla de luz en
Y todo debe ser mentira la entraña
porque no estoy en el sitio de mi alma. del animal
No me quejo de la buena manera. que apenas estuvo
La poesìa me harta.
Cierro la puerta. Justicia
Orino tristemente sobre el mezquino fuego de
la gracia. vino el pájaro
- los niños se van a la cama hambrientos. y devoró al gusano
- los viejos se van a la muerte hambrientos. vino el hombre
El verbo no alimenta. y devoró al pájaro
Las cifras no sacian. vino el gusano
- el hombre es un extraño animal. y devoró al hombre
FUTBOL
A Vicente y Lorenzo
No eres tú.
Siempre yo.
Casa, árbol, dolor,
ventana, pan, baile, temor.
Siempre yo.
Siempre saliéndome al paso.
EPITAFIO
Esto es hoy,
algo perdido.
Brilla el césped.
Cae una hoja