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Planteamientos del texto “Educar en la era planetaria” de Edgar Morín

Sugei Milanés Martínez


Las investigaciones filosófico-cosmovisiva poseen una relación de los estudios
científicos con la vida práctica y dentro de esta práctica, la explicación del mundo que exhibe
propiedades complejas y las relaciones que podamos concluir con el mundo. A continuación,
se abordarán las diferencias que existen entre los términos complejo y complicado, simple y
simplificado, los principios del pensamiento complejo y ¿Cómo se concibe al método en el
pensamiento complejo? A partir del libro de Edgar Morín titulado “Educar en la era
planetaria”.

La interpretación del pensamiento complejo para Edgar Morín (2002), trata de la


construcción de un método nuevo sobre la base de las ideas complejas que emanan sobre la
ciencia y su conjugación con el pensamiento humanista, político social y filosófico. El
pensamiento complejo intenta explicar las dinámicas complejas de los objetos en estudio, sin
explicar en ello las consecuencias metodológicas más generales. Para el mismo autor es
también denominada complejidad restringida, como una forma de definir el pensamiento
nuevo válido para comprender la naturaleza, la sociedad, reorganizar la vida humana y buscar
soluciones a la crisis de la humanidad contemporánea.

El estudio de lo complejo ha impactado también en el ámbito de las interacciones


directas del ser humano como la educación, la interpretación de la sociedad, la política y la
comprensión del momento actual que viven los seres humanos, por lo que el problema de la
complejidad es un problema de la vida y el vivir, la construcción del futuro y la búsqueda de
las soluciones a los problemas contemporáneos, es decir, “se trata de afrontar la dificultad de
pensar y de vivir (Morín, 2004).1
Ahora bien, el término complejidad, basado en la teoría de la información y de los
sistemas, la cibernética y en los procesos de auto organización biológica, construye un
método que intenta estar a la altura del desafío de la complejidad. Según Morín estamos en
la prehistoria del espíritu humano y solo el pensamiento complejo nos permitirá civilizar
nuestro conocimiento. No obstante, el término complejo tiene tres significados
fundamentales, que son de interés de cara a nuestra clarificación y comprensión conceptual
de la complejidad: 1) compuesto de elementos diversos; 2) complicado: enmarañado, difícil,
compuesto de un gran número de piezas; 3) conjunto o unión de dos o más cosas. Lo
complejo, pues, presenta un carácter tanto objetivo (unión de elementos diversos) como
subjetivo (difícil de comprender).

1
E. Morín (2004). El método, Tomo 6. París, Seuil, col. Points. P.224
Como se verá, varios de los significados más técnicos o eruditos que, en el ámbito de
las ciencias naturales y sociales, cobrará la noción de complejidad o se vincularán con la
misma (multiplicidad de elementos relacionados, retroacción, sistema, incertidumbre)
entroncan con los significados etimológicos o comunes del sustantivo complejidad y del
adjetivo complejo.
De lo anterior, parte el denominado “Paradigma de la complejidad”, el cual asume que
la ciencia global debe incluir las dimensiones del mito, la cultura, la biología y la historia. Se
interesa por el desarrollo conceptual de la idea de auto organización y de tres principios
teóricos: dialógico, recursión organizativa y hologramático. El primero, se caracteriza desde
el orden y el desorden que hay en un diálogo, son necesarios uno para el otro. Permite la
asociación de nociones contradictorias que forman parte de un mismo fenómeno Principio
de recursividad organizacional. El segundo, es aquel en el cual los productores y los efectos
son al mismo tiempo causas y productores de aquellos que los produce (producido y al mismo
tiempo productor). Rompe la relación lineal entre causas y efectos, estableciendo relaciones
recursivas, base de la auto organización, el tercero, es la imagen del holograma contiene casi
la totalidad de la información del objeto representado. Que supera el reduccionismo centrado
en las partes, así como el holismo que sólo se centra en el todo. Se basa en suponer que no
sólo las partes están en el todo, sino el todo en las partes también. No puede concebir el todo
sin concebir a las partes y no puede concebir a las partes al todo sin concebir al todo.

Desde el paradigma de la complejidad, se presentan características o principios que


generalizan la funcionalidad del mismo, en primer lugar, el estatuto semántico y
epistemológico del término complejidad no se ha concretado aún. En segunda instancia,
varios autores plantean definiciones en cuanto a los términos: complejo y complejidad
asumiéndolos desde una cuestión cualitativa y cuantitativa; en tercera instancia, el
pensamiento complejo sabe que la certidumbre generalizada es un mito, partiendo de que es
más potente un pensamiento que reconoce la vaguedad y la imprecisión de un pensamiento
que la excluye irreflexiblemente, no obstante, también se refuerza la idea de que un
pensamiento complejo nunca es un pensamiento completo, porque es un pensamiento
articulante y multidimensional; asimismo, el pensamiento complejo sabe que existen dos
tipos de ignorancia: la del que no sabe y quiere aprender y la ignorancia de quien cree que el
conocimiento es un proceso lineal que en ocasiones no produce los resultados esperados
(Morín, p.45).

Ahora bien, el pensamiento complejo enfatiza en la cuestión del método visto como
camino que “se inventa y nos inventa”, así como una herramienta que funciona como
estrategia de conocimiento y acción. Según Morín (2002), el método es un discurso
prolongado de un objetivo que se piensa, una búsqueda que se inventa y se reconstruye
continuamente, por lo que obtener resultados, requiere de distintos procedimientos que lleven
hasta lograr tal fin. En otras palabras, es el camino que lleva a alcanzar el propósito, pero esta
idea de método presupone un resultado desde el comienzo, por tanto, método y programa son
equivalentes:
El método, entendido de esta manera, es en realidad un programa aplicado a una
naturaleza y a una naturaleza y a una sociedad vista como algo trivial y determinista.
Presupone que es posible partir de un conjunto de reglas ciertas y permanentes que se
pueden seguir de forma mecánica.

Autores como Zambrano, M. (1989), en donde señale la peculiaridad de un método


como camino para transitar la experiencia de la pluralidad y la incertidumbre, pero este
postulado no deviene solo del método-camino de la mente, sino de todo el sujeto en la
realización y el cumplimiento de los objetivos. Por ello, el método no precede de la
experiencia, se encuentra durante y después del proceso. No obstante, para Baudelaire
(1964), el método consistía en su posible aptitud para capturar características de la
multiplicidad y complejidad de la vida:

Y en esta intervención del sujeto lo que le confiere al término método su papel


indispensable. En la perspectiva compleja, la teoría está engramada, y el método,
para ser puesto en funcionamiento, necesita estrategia, iniciativa, invención, arte.
Se establece una relación recursiva entre teoría y método. El método generado por
la teoría, la regenera (p.19). El método incluye además la precariedad del pensar
y la falta de fundamento del conocer (p.20).

De esta manera, la reflexión sobre la complejidad y todo lo que se desprende de su


teoría, reúne de nuevo los saberes e integra al hombre consigo mismo y con el universo, así
como definir paradigmas como el de la simplicidad. El esfuerzo del pensamiento complejo
es captar la diversidad y pluralidad de la unidad, o sea un pensamiento que enlaza y globaliza.

Por otro lado, el paradigma simplificante es un conocimiento que se desconoce a sí


mismo y que es por eso mucho más peligroso que la ignorancia ingenua pues aquella es una
ignorancia que al apoyarse en un saber, se cree con derecho a actuar.
Morín señala cómo el pensamiento clásico, o sea el de la ciencia desde Newton, se basa
en el principio determinista, que, si bien fue un notorio avance respecto al saber de su época,
su carácter absolutista y simplificante llevó “a una inteligencia ciega en la ciencia,
inteligencia parcelaria, compartimental, dispersiva que rompe el conjunto, es inteligencia
miope, présbita y ciega.” Esto significa que hemos tomado conciencia no de la ignorancia
humana en general, sino de la ignorancia agazapada, disimulada en el corazón mismo del
conocimiento reputado como el más cierto, el científico.
Según Morín, son 4 los pilares en el pensamiento simplificante:
 Orden: Ve el universo regido por leyes de carácter absoluto, hasta Newton eran leyes
divinas, luego el mundo como máquina reemplaza a Dios.
 Separabilidad: Lleva a descomponer el todo según la 2a regla de Descartes. Falta la
conciencia del conjunto como conjunto. De ahí la especialización que degenera en
hiperespecialización. Así el cerebro se estudia en el departamento de biología y la
mente en el de psicología. Se aíslan los objetos de su ambiente, se separa el sujeto de
su objeto y la ciencia de la filosofía.
 Reducción: El conocimiento de los elementos del mundo lleva a un pensamiento que
mide, formaliza, y es computable, pues desde Galileo se parte de la medición,
condenando lo no medible: el ser, la existencia, el sujeto.
 Lógica deductiva e inductiva: necesaria, pero, que ha llevado a descuidar lo que esta
fuera de la lógica y que es tan importante como ella: la invención (p. 104).

En el libro de Edgar Morín la necesidad de un pensamiento complejo y el papel que


juega la incertidumbre en la teoría de la complejidad y cómo define en su desafío, gira la
exploración analítica de este texto. La necesidad, se impone en tanto vayan apareciendo los
límites, las insuficiencias y las carencias de un pensamiento simplificante y, en esa medida
estar a la altura de su desafío. Se hace necesario, reitera Morín, crear un método, una manera
de pensar, un pensamiento que dialogue con lo real. En Morín la complejidad no es una
reducción o deslinde de la simplicidad. Al contrario, el pensamiento complejo íntegra las
formas simplificadoras de pensar. El pensamiento complejo se concibe como un pensamiento
total, completo, multidimensional lo define Morín, pero se reconoce en un principio de
inconformidad y de incertidumbre. Se reconoce como pensamiento no parcelado, dividido,
no reduccionista, pero reconoce lo inacabado e incompleto del pensamiento.

La crítica que Morín hace del pensamiento simplificante lo problematiza porque


considera que este pensamiento no concibe la conjunción de lo uno y lo múltiple, unifica en
abstracto y anula la diversidad y por este camino se llega a la “inteligencia ciega”. Sin
embargo, considera que la simplificación es necesaria, pero debe ser relativizada. Morín
define la complejidad como un tejido. Un tejido de eventos, acciones, interacciones,
retroacciones, determinaciones, azares de conforman el mundo de lo fenoménico, y sus
rasgos son los de ordenar lo inextricable, el desorden, la ambigüedad y la incertidumbre,
estrategias para lograr la inteligibilidad. En Morín la complejidad es un fenómeno
cuantitativo, una cantidad de interacciones e interferencias entre un número de unidades y
también determinaciones, incertidumbres, y fenómenos aleatorios. La complejidad es la
incertidumbre en los sistemas organizados, esto es, que la complejidad está permeada por
una mezcla de orden y desorden y en esa dirección está relacionado con el azar.
El pensamiento complejo íntegra la incertidumbre y concibe la organización que
contextualiza, globaliza, pero también reconoce lo singular y lo concreto. La complejidad
requiere que rompamos con nuestros tradicionales esquemas mentales en” reforma del
pensamiento” que no nos ha habituado a concebir la dialógica de lo simple y lo complejo, de
lo separable y no separable, del orden y del desorden. El paradigma del pensamiento
complejo, reitera Morín, tendrá su origen en los nuevos conceptos, visiones, descubrimientos
y reflexiones que puedan reunirse en una tarea cultural histórica y en ese sentido allí está su
desafío.
Para finalizar, la nueva epistemología y la nueva ética que nos propone Morín, es la
estrategia de su pensamiento de la complejidad y en ese sentido es oportuno para nuestra
realidad latinoamericana en tanto que es originario de una nueva mirada o perspectiva sobre
nuestra realidad social, política, cultural, económica desde su singularidad y su totalidad que
nos conduce necesariamente al campo de la complejidad. Ahora bien, la teoría de la
información es una herramienta que permite en Morín tratar la incertidumbre, lo inesperado,
la sorpresa. La información es de alguna manera organizadora. La cibernética es la teoría de
las máquinas autónomas y la teoría de los sistemas sustenta las bases de un pensamiento de
la organización.

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