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Cien años de la teoría de la

relatividad
En diciembre de 1915, Albert Einstein publicó su máxima obra y
cambió la forma de ver el mundo. ¿Por qué fue tan revolucionario
su descubrimiento? Viaje a la mente de un genio.

Los avances de la ciencia nacen a cuentagotas del esfuerzo en equipo de expertos


que poco a poco producen un descubrimiento crucial. El caso de Albert Einstein es
una de las pocas excepciones a esa regla. Su trabajo personal, reflexivo, intuitivo y
de gran imaginación encaja más bien en el mito del genio solitario. Casi todos sus
grandes aportes a la física empezaron con un simple pensamiento, de los que
provocan la clásica exclamación de Arquímedes: ¡eureka!

Así sucedió con su prodigiosa obra, la teoría general de la relatividad, que el 2 de


diciembre cumple 100 años de publicada bajo el título Die Feldgleichungen der
Gravitation (Las ecuaciones de campo de la gravitación), la misma que destronó las
teorías newtonianas vigentes durante 200 años y mostró otra manera de entender
la realidad. “Fue la introducción de un nuevo gran paradigma”, señala el físico José
Robel Arenas. Esa gran obra del pensamiento humano, que cabía en apenas tres
páginas, marcó el inicio de la cosmología moderna e inspiró a muchos físicos a
desarrollar modelos para explicar los misterios del universo. Se trata de una
formulación teórica que ha resistido la prueba del tiempo, pues “hasta ahora no ha
habido una observación empírica que la contradiga”, dice el físico y profesor de
finanzas Rafael Bautista Mena.

Todo comenzó a finales de 1907 cuando, sentado en su escritorio en la oficina de


patentes de Berna, Einstein tuvo un pensamiento de la nada: si una persona se
lanza de una azotea, mientras cae no sentirá su propio peso. Luego imaginó lo que
pasaría si ese hombre estuviera dentro de un ascensor. “Él y los objetos que lo
rodean también flotarían”, pensó. Pero ¿y si todo esto sucediera en el espacio
exterior, donde no hay gravedad y el ascensor donde va esta persona es jalado con
fuerza hacia arriba? Producto de esa aceleración, la persona también sentiría el
peso hacia abajo y cualquier objeto allí dentro caería en el piso rápidamente, como
si estuviera en la Tierra.

Con esta especie de experimento mental, Einstein concluyó que no había manera
de saber la diferencia entre gravedad y aceleración. “En ese momento pensó que la
gravedad no existía, al menos no como la concebía Isaac Newton”, dice Bautista.
Esta reflexión se conoce como el principio de equivalencia y marcó el punto de
partida de la teoría general de la relatividad.

Ya en 1905, Einstein había producido cuatro brillantes artículos que le granjearon


la admiración de sus colegas y el título de annus mirabilis a esos 12 meses de
producción intelectual prolífica que modificaron las bases de la física. Uno de esos
trabajos fue la teoría especial de la relatividad, en la cual propuso que “la distancia,
la velocidad y la duración son todas relativas al marco del observador”, señala
Brian Geene, profesor de física de la Universidad de Columbia. De esta teoría se
derivaría la ecuación más famosa en la historia de la ciencia: E=mc².

Después de cuatro años, en 1911, Einstein retomó el trabajo del hombre en el


elevador, mientras se desempeñaba como profesor de la Universidad Charles
Ferdinand en Praga. Entre 1911 y 1915 se dedicó a generar una nueva teoría que
generalizara la teoría especial que había ya descrito en 1905.

Mientras esto sucedía en el campo profesional, su vida personal era un desastre


debido al divorcio de su esposa, el antisemitismo en Europa y el distanciamiento de
sus hijos.

A finales de 2015, Einstein decidió presentar la teoría, que aún tenía errores y
asuntos por resolver, en cuatro charlas en la Academia de Prusia. David Hilbert, un
matemático con el que entabló amistad por esa época, colaboró en ese proceso.
Finalmente, el 25 de noviembre de 1915, día de la cuarta charla, a los 36 años,
Einstein presentó la teoría general de la relatividad.

Como era de esperarse, el anuncio causó una revolución. Para Newton, la gravedad
era una energía que atraía todo hacia la Tierra, pero según el modelo de Einstein
esta no era una fuerza sino producto de un universo que se curva. Así, el Sol
mantiene la Tierra en órbita no por ejercer una fuerza física sobre ella sino porque
su masa distorsiona el espacio alrededor y obliga a la Tierra a moverse de esa
manera. “La materia le dice al espacio cómo curvarse, el espacio le dice a la materia
cómo moverse”, diría el físico John Wheeler.

La teoría general de la relatividad cambió la forma de entender la realidad e influyó


en muchos campos de la ciencia del siglo XX. “La idea del universo antes de
Einstein era muy primitiva: era una caja infinita con cuerpos que la habitaban, pero
con la teoría general de la relatividad se volvió un lugar dinámico”, señala Arenas.
Permitió pensar en un origen del universo y eso fue lo que hicieron quienes
propusieron la idea del big bang; otros, como Alexander Friedmann y Georges
Lemaître, formularon que el universo se está expandiendo, algo que más tarde
Edwin Hubble y muchos después de él han logrado demostrar. Como consecuencia
de su teoría también se pudo establecer el concepto de agujeros negros, agujeros de
gusano, materia oscura e incluso de los viajes del tiempo, imposible bajo las leyes
de Newton pero viable a la luz del nuevo paradigma.

Según el astrónomo Richard Gott, el fenómeno ya ha pasado y el mayor viajero en


el tiempo ha sido el astronauta Sergei Krikalev, quien pasó en el espacio 803 días
en la estación Mir a 27.000 kilómetros por hora. Einstein aseguraba que el tiempo
en el espacio pasa más lentamente para objetos en movimiento que para aquellos
en descanso. Es decir, que mientras él estuvo en órbita envejeció 1/48 de segundo
menos que el resto de humanos, o que viajó 1/48 segundo hacia el futuro.
Nada de esto aporta mucho a la vida práctica. Tal vez el más claro ejemplo del
impacto de la teoría general de Einstein son los GPS. Según Bautista, estos aparatos
funcionan con dicha teoría y de no hacerlo se equivocarían de dirección “pues el
tiempo más cerca de la Tierra fluye más rápido que en el espacio”, explica.

Hoy, un siglo después, la humanidad no solo celebra la promulgación de una teoría


que los expertos califican de bella, elegante y eficaz, sino también el proceso que
llevó a este hombre raro y de pelo revuelto a formularla. Como dice el físico José
Fernando Isaza, “su genialidad consistió en ver lo que nadie ve” y en partir de la
intuición más que de los datos, de la imaginación más que del conocimiento. Por
eso, para Bautista esta es la celebración también al mito del genio solitario y
“Einstein fue el último gran científico en encarnar esa idea que tanto fascina a
Occidente”.

El camino a la teoría

1907: Einstein hace un experimento mental con la idea de una persona en caída
libre. Lo maravilloso es que va más allá de lo obvio y analiza que cuando esto
sucede la persona no siente su peso, un concepto que lo pone en la ruta hacia la
teoría de la relatividad.

1911: Einstein, ahora profesor de la Universidad Charles Ferdinand de Praga, se


dedica a explorar cómo expandir su teoría de la relatividad para que integre el
concepto de gravedad.

1912: en la Escuela Tecnológica de Zúrich, donde trabaja como profesor, comienza


un romance con su prima Elsa Lowënthal, con quien se casaría más tarde.

1914: Einstein y su esposa Mileva Marie, también física, se separan. Ella se


traslada de Berlín a Zúrich con sus dos hijos y le impide verlos, lo que le genera a
Einstein gran depresión.

Junio de 1915: el matemático David Hilbert asiste a una conferencia donde


Einstein describe sus ideas preliminares sobre la teoría general de la relatividad y
entre ambos comienza una amistad pero también una rivalidad por quién logra
terminarla primero.

Julio-agosto 1915: unos meses antes de terminar su teoría, Einstein vive solo en
Berlín concentrado en su trabajo, sin dormir ni comer mucho. Solo su afición por el
violín lo consolará en esta frenética etapa.

Noviembre 1915: en la última conferencia ante la Academia de Ciencias


prusiana, Einstein entrega el artículo final de su teoría considerada “tal vez el
mayor descubrimiento científico jamás hecho”, según Paul Dirac, premio nobel en
1933.
Einstein ‘Superstar’
Por qué el científico se convirtió en una figura del pop del siglo
XX.

La imagen del científico loco frente a un montón de ecuaciones incomprensibles,


tan común en películas y series como Back to the future y The Big Bang Theory,
nació el 7 de noviembre de 1919, cuando The Times, de Londres, tituló: ‘Revolución
en la ciencia. Nueva teoría del universo. Las ideas de Newton, demolidas’. Esto
hacía eco de los resultados de las expediciones británicas a Brasil y las islas de Sao
Tomé y Príncipe, que corroboraron que las predicciones teóricas de Einstein
estaban en lo correcto.

Desde entonces, el nombre de Einstein trascendió la esfera de la física y se


convirtió en un ícono universal, solo comparable a cualquier megaestrella del
deporte o del pop y, fuera de ese ámbito, a personajes excepcionales como Gandhi,
Mandela, el Che Guevara o Gabriel García Márquez, que también son íconos fuera
de sus ámbitos y su época y prácticamente reconocibles en cualquier parte. Su
personalidad amable y humilde, su sonrisa y su pelo canoso, largo y revuelto, son
marcas tan identificables como la foto del Che Guevara que aparece en camisetas,
afiches y mugs. Como Coca-Cola, como Apple, como Google.

Las frases célebres de Einstein (así como las que se le atribuyen) compiten con las
de personajes como Oscar Wilde y Groucho Marx. Desde entonces, Einstein
aprovechó los siguientes 35 años de vida que le quedaban para expresar sus ideas
en ámbitos ajenos a la física, como por ejemplo la paz mundial o la necesidad de un
gobierno planetario.

¿Cómo hizo para volverse tan famoso? ¿Por qué casi nadie es capaz de enunciar las
leyes de Newton o Galileo –que rigen fenómenos de la vida cotidiana- y, en cambio,
cualquiera con un mínimo de cultura general recita de memoria la incomprensible
e=mc2, sin saber lo que significa?

La fama de Einstein no se debió al alcance de sus formidables logros científicos e


intelectuales y a su innegable carisma. También tuvieron que ver factores propios
de su época y, también, de la naturaleza misma de sus hallazgos.

En primer lugar, la prensa, que era un medio de masas entre 1870 y 1914,
construyó buena parte del mito. Al terminar la guerra, la radio adquirió una gran
importancia y el periodismo se convirtió en una industria. Los diarios buscaban
captar públicos más amplios, y para ello eran claves los titulares llamativos, como
el de un genio que había acabado con la ciencia tal como se la conocía.

La naturaleza de la teoría de la relatividad (habla sobre el cosmos, tema tan


fascinante) y el hecho de ser incomprensible porque desafía el sentido común, le
daba una aureola que subsiste 100 años después . Además, resultó de gran impacto
que justo unos científicos británicos hubieran corroborado las teorías de un
alemán. Dos naciones enemigas un año antes ahora quedaban hermanadas, así
fuera simbólicamente, por una idea que derribaba las de sir Isaac Newton, una de
las grandes glorias del Imperio Británico.

Einstein, tal vez sin saberlo, fue uno de los tres o cuatro físicos más importantes de
la historia y una de las grandes figuras del pop del siglo XX.

Einstein para rajados en física


El físico José Fernando Isaza responde algunas preguntas sobre el
alemán y su teoría general de la relatividad.

Semana: La gente entiende a Newton, pero casi no comprende las


teorías de Einstein. ¿Qué decía cada uno?

José Fernando Isaza: Cuando Newton hizo su teoría utilizó como herramienta
matemática la geometría de Euclides para demostrar que las leyes que rigen la
caída de los cuerpos en la Tierra son las mismas que rigen las de los planetas
alrededor del Sol. La teoría de Einstein parte de una geometría distinta, con la que
logra explicar que las masas fuertes deforman el espacio-tiempo y eso determina
sus trayectorias.

Semana: ¿Con la teoría general de la relatividad las leyes de Newton


quedaron en desuso?

J.F.I.: Lo de Newton no quedó en el olvido. Para lanzar una sonda espacial a


Plutón aún se utilizan sus postulados. La ingeniería toda se basa en Newton. La
relatividad tiene efecto para el diseño de aceleradores de partículas porque son
velocidades similares a las de la luz. Se ajusta mejor para altas velocidades y
campos gravitacionales fuertes.

Semana: ¿La teoría se ha desvirtuado en estos 100 años?

J.F.I.: Hasta hoy no, pero no es un dogma, está sujeta a experimentos que la
desvirtúen.
Semana: ¿Para qué ha servido esa teoría?

J.F.I.: ¿Para qué sirve un lindo atardecer, un buen concierto, una buena novela?

Semana: ¿Se podría usar en el futuro en viajes interplanetarios?

J.F.I.: El problema de los viajes al espacio no es de la teoría, sino de la tecnología,


de cómo lograr mejores velocidades. El viaje a Plutón, que está a la vuelta de la
esquina, ¡tomó diez años!

Semana: ¿En qué consiste la genialidad de Einstein?

J.F.I.: Tanto la de él como la de Newton consistieron en ver lo que otros no ven.


Hubo millones de hombres antes y a ninguno se le ocurrió preguntarse por qué la
Luna no nos apachurra.

Semana: ¿Por qué estas mentes son tan escasas?

J.F.I.: Porque hay algo mas mal repartido que la riqueza, y es la inteligencia. Si
uno toma la historia de la ciencia, encuentra que toda la matemática la han hecho
30 personas; el 90 por ciento de la física la han hecho 20 físicos; el 90 por ciento de
la música es de la autoría de 80 personas.

Semana: ¿La física cuántica y la física son irreconciliables?

J.F.I.: Einstein planteaba que la relatividad era determinística mientras que la


cuántica es probabilística. La cuántica es exitosa y la gravitacional también, pero
sería ideal tener una teoría de gravedad cuántica y aunque hay grupos trabajando
en ella, aún no hay una teoría general que las una.

Semana: ¿Qué quiso decir Einstein con su frase “Dios no juega a los
dados”?

J.F.I.: Su deseo era que todo fuera determinístico y no producto del azar. El quería
conocer la mente de Dios, no los detalles, sino cómo se creó el universo. Pero
Einstein no creía en Dios.

Semana: En estos 100 años ¿qué ha pasado con los planteamientos de


Einstein?

J.F.I.: Mucho. Hay experimentos que confirman la validez de sus ecuaciones y hay
modelos de universos que se ajustan a la teoría general de la relatividad. Se ha visto
que hay alta probabilidad de que en el centro de la galaxia haya un agujero negro,
todo como resultado de su teoría.
Lo que usted no sabía sobre Albert Einstein

Era un patán con las mujeres, fue un pacifista y defensor de los


derechos civiles, y cuando ganó el premio Nobel en 1922
curiosamente no se lo dieron por la teoría general de la
relatividad.

Genio y figura

Einstein admitió ser un inepto social cuando se le ofreció ser presidente de Israel.
Se comportaba como un patán con las mujeres. Su segundo hijo fue diagnosticado
con esquizofrenia y, aunque siempre lo mantuvo, luego de 1933 nunca volvió a
verlo. Fue un pacifista y defensor de los derechos civiles. Se rumora que inspiró el
personaje de Yoda en La guerra de las galaxias.

Nobel en 1922

Después de producir un revolcón en la física durante los primeros años del siglo
XX, todo el mundo esperaba que Einstein recibiera un Premio Nobel de Física.
Pero el reconocimiento, en opinión de muchos, llegó muy tarde: en 1922. Además
se lo otorgaron por el descubrimiento de la ley del efecto fotoeléctrico, de 1905, y
no por la teoría general de la relatividad. Einstein no asistió a la ceremonia el 10 de
diciembre de 1922 porque estaba en Japón, pero cuando pronunció su discurso de
aceptación, en julio del año siguiente, solo habló de esta última.

¿Autoría compartida?

Dado que varios matemáticos ayudaron a Einstein a solucionar escollos en la


formulación de su teoría, se discute si su autoría debería ser compartida. En
particular, analizan qué elementos de las ecuaciones matemáticas fueron
descubiertos por él y cuáles por David Hilbert, un matemático que presentó una
teoría muy similar una semana antes. “Si uno es justo y honesto debería hablar de
la teoría de Einstein-Hilbert, pues el último la tuvo más clara más temprano”, dice
Rafael Bautista Mena, profesor de la Universidad de los Andes. Sin embargo,
Walter Isaacson, biógrafo de Einstein, opina que no porque “las ecuaciones solo
formalizaron una teoría creada y compartida con Hilbert”.
La suerte de su cerebro

Einstein murió a los 76 años en abril 18 de 1955 como consecuencia de un


aneurisma. Apenas unas horas después de su muerte, el patólogo Thomas Harvey
removió su cerebro sin permiso de la familia y lo preservó con el fin de encontrar
las raíces anatómicas de la genialidad. Luego envió trozos del órgano a diferentes
especialistas. Hasta el momento se han publicado seis estudios sobre su cerebro y
cada uno magnifica una característica anatómica de este, pero ninguno ha dado
resultados que indiquen la razón de su superioridad mental.

Las mejores frases de Albert


Einstein
No muchos saben explicar su teoría pero sí conocen alguna de sus
frases. Estas son las mas famosas.

“Cuando era joven descubrí que el dedo gordo siempre termina haciendo un hueco
en la media. Por eso decidí no usarlas más”.

“Dios no juega a los dados”.

“La imaginación es más importante que el conocimiento”.

“Hay una fuerza motriz más poderosa que el vapor, la electricidad y la energía
atómica: la voluntad”.

“Dos cosas son infinitas: la estupidez humana y el universo; y no estoy seguro de lo


segundo”.

“La mente es como un paracaídas… Solo funciona si la tenemos abierta”.

“Todos somos muy ignorantes. Lo que ocurre es que no todos ignoramos las
mismas cosas”.

“Toda la ciencia no es más que un refinamiento del pensamiento cotidiano”.

“La educación es lo que queda una vez que olvidamos todo lo que aprendimos en la
escuela”.

“Lo importante es no dejar de hacerse preguntas”.

“Nunca pienso en el futuro. Llega demasiado pronto”.

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