sufrió Jerusalén en 607 antes de nuestra era. Además, indicó que el pueblo de Dios sería conducido al cautiverio, pero que regresaría a su tierra a los “setenta años” (Jer. 29:4, 10). El mensaje que el profeta tenía para los judíos cautivos en Babilonia era muy importante. Estos no debían dejarse contaminar por la religión falsa de aquel lugar, pues así estarían listos para volver a Jerusalén y restaurar la adoración pura cuando llegara el momento fijado por Dios. Y el momento llegó poco después de que los medos y los persas conquistaran Babilonia en 539 antes de nuestra era. El rey persa Ciro II promulgó un decreto que permitía a los judíos regresar a su tierra y reconstruir el templo (Esd. 1:1-4).
Esdras 1:1-4 “Y en el primer año de Ciro el rey
de Persia, para que se realizara la palabra de Jehová procedente de la boca de Jeremías, Jehová despertó el espíritu de Ciro el rey de Persia, de modo que él hizo pasar por todo su reino un pregón —y también por escrito— que decía: “Esto es lo que ha dicho Ciro el rey de Persia: ‘Todos los reinos de la tierra me los ha dado Jehová el Dios de los cielos, y él mismo me ha comisionado para que le edifique una casa en Jerusalén, que está en Judá. Cualquiera que haya entre ustedes de todo su pueblo, resulte su Dios estar con él. Así, pues, que suba a Jerusalén, que está en Judá, y reedifique la casa de Jehová el Dios de Israel —él es el Dios [verdadero]— la cual estaba en Jerusalén. En cuanto a cualquiera que quede de todos los lugares donde esté residiendo como forastero, que los hombres de su lugar lo ayuden con plata y con oro y con bienes y con animales domésticos, junto con la ofrenda voluntaria para la casa del Dios [verdadero], la cual estaba en Jerusalén’”.”
9 Miles de judíos aprovecharon la oportunidad y
volvieron a su país (Esd. 2:64-67). Al hacerlo, cumplieron el mandato profético de Jeremías de huir de Babilonia. Este grupo huyó en sentido literal, pues salieron físicamente de la ciudad (léase Jeremías 51:6, 45, 50). ¿Y qué pasó con los israelitas que no estaban en condiciones de hacer el largo viaje a Judá y Jerusalén? Aunque tuvieron que quedarse en Babilonia —como fue el caso del anciano profeta Daniel—, también podían contar con la bendición divina. Para ello era necesario que apoyaran incondicionalmente la adoración pura, cuya sede estaba en Jerusalén, y se mantuvieran alejados de la religión falsa de Babilonia.
Esdras 2:64-67 “La congregación entera, como
un solo grupo, era de cuarenta y dos mil trescientos sesenta, aparte de sus esclavos y sus esclavas, los cuales eran siete mil trescientos treinta y siete; y tenían doscientos cantores y cantoras. Sus caballos eran setecientos treinta y seis, sus mulos doscientos cuarenta y cinco, sus camellos cuatrocientos treinta y cinco, [sus] asnos seis mil setecientos veinte.”
Jeremías 51:6 “”Huyan de en medio de
Babilonia, y provea escape cada uno para su propia alma. No vaya a dejarlos inanimados el error de ella. Porque es el tiempo de la venganza que pertenece a Jehová. Hay tratamiento por el cual él le está dando el pago.”
Jeremías 51:45 “”Sálganse de en medio de ella,
oh pueblo mío, y provea cada uno escape a su alma de la ardiente cólera de Jehová.”
Jeremías 51:50 “”Ustedes, los escapados de la
espada, sigan adelante. No se detengan. Desde lejos acuérdense de Jehová, y suba Jerusalén misma al corazón de ustedes.””
10 Hoy en día, miles de millones de personas
pertenecen a una multitud de religiones cuyas prácticas se originaron en la antigua Babilonia (Gén. 11:6-9). En su conjunto, a estas religiones se les llama “Babilonia la Grande, la madre de las rameras y de las cosas repugnantes de la tierra” (Rev. 17:5). A lo largo de la historia, la religión falsa ha apoyado a los líderes políticos de este mundo. Entre las cosas repugnantes de las cuales es responsable, están las numerosas guerras en las que cientos de millones de personas han perdido la vida (Rev. 18:24). A esto hay que agregar el abuso de menores y otros actos de inmoralidad sexual cometidos por clérigos y tolerados por las autoridades eclesiásticas. ¿Verdad que no nos extraña que Jehová vaya a eliminar pronto a la religión falsa? (Rev. 18:8.)
Génesis 11:6-9 “A continuación dijo Jehová:
“¡Mira! Son un solo pueblo y hay un solo lenguaje para todos ellos, y esto es lo que comienzan a hacer. Pues, ahora no hay nada que tengan pensado hacer que no les sea posible lograr. ¡Vamos! Bajemos y confundamos allí su lenguaje para que no escuche el uno el lenguaje del otro”. Por consiguiente, Jehová los esparció desde allí sobre toda la superficie de la tierra, y poco a poco dejaron de edificar la ciudad. Por eso se le dio el nombre de Babel, porque allí había confundido Jehová el lenguaje de toda la tierra, y de allí los había esparcido Jehová sobre toda la superficie de la tierra.”
Revelación 18:24 “Sí, en ella se halló la sangre
de profetas y de santos y de todos los que han sido degollados en la tierra”.”
Revelación 18:8 “Por eso, en un solo día
vendrán sus plagas: muerte y lamento y hambre, y será quemada por completo con fuego, porque fuerte es Jehová Dios que la juzgó.”
11 Los cristianos verdaderos sabemos qué le
espera a Babilonia la Grande; por eso tenemos la obligación de avisar a sus miembros. Una manera de hacerlo es distribuyendo biblias y publicaciones bíblicas editadas por “el esclavo fiel y discreto”, a quien Jesús nombró para suministrar el alimento espiritual “al tiempo apropiado” (Mat. 24:45). Si alguien se interesa en el mensaje de la Biblia, lo invitamos a que estudie con nosotros, esperando que vea la necesidad de “[huir] de en medio de Babilonia” antes de que sea demasiado tarde (Rev. 18:4).
Huyamos de la idolatría
12 Otra práctica repugnante de Babilonia la
Grande es la veneración de imágenes. Dios llama a estas imágenes “cosas repugnantes”, “ídolos estercolizos” (Deu. 29:17). Todo aquel que desee agradar a Dios debe evitar la idolatría, pues él mismo dice: “Yo soy Jehová. Ese es mi nombre; y a ningún otro daré yo mi propia gloria, ni mi alabanza a imágenes esculpidas” (Isa. 42:8). 13 La Biblia también habla de otras formas sutiles de idolatría; por ejemplo, la codicia (Col. 3:5). Codiciar es desear algo prohibido, como lo que le pertenece a otra persona (Éxo. 20:17). El ángel que se convirtió en Satanás dejó que creciera en él el deseo codicioso de ser como el Altísimo y recibir adoración (Luc. 4:5-7). Esto lo llevó a rebelarse contra Jehová y a seducir a Eva para que codiciara algo que Dios había prohibido. En cierto modo, Adán también se hizo idólatra al dejar que su deseo egoísta de tener la compañía de su esposa fuera más importante que obedecer a su amoroso Padre celestial. Todos los que quieran huir del día de la ira divina deben adorar solo a Jehová y evitar tales manifestaciones de codicia.
Colosenses 3:5 “Amortigüen, por lo tanto, los
miembros de su cuerpo que están sobre la tierra en cuanto a fornicación, inmundicia, apetito sexual, deseo perjudicial y codicia, que es idolatría.”
Éxodo 20:17 “”No debes desear la casa de tu
semejante. No debes desear la esposa de tu semejante, ni su esclavo, ni su esclava, ni su toro, ni su asno, ni cosa alguna que pertenezca a tu semejante”.”
Lucas 4:5-7 “De modo que lo llevó hacia arriba
y le mostró todos los reinos de la tierra habitada en un instante de tiempo; y el Diablo le dijo: “Te daré toda esta autoridad y la gloria de ellos, porque a mí me ha sido entregada, y a quien yo quiera se la doy. Por eso, si tú haces un acto de adoración delante de mí, todo será tuyo”.”
“Huyan de la fornicación”
14 Léase 1 Corintios 6:18. Cuando la esposa de
Potifar trató de seducir a José, él literalmente huyó de ella. ¡Qué excelente ejemplo para todos los cristianos, estemos solteros o casados! Es obvio que José había moldeado su conciencia al reflexionar en ciertos sucesos que indicaban lo que Jehová pensaba sobre la inmoralidad. Los cristianos debemos obedecer el mandato de huir de la fornicación, y para lograrlo hemos de evitar todo aquello que nos haga desear a alguien que no sea nuestro cónyuge. La Palabra de Dios nos aconseja: “Amortigüen [...] los miembros de su cuerpo [...] en cuanto a fornicación, inmundicia, apetito sexual, deseo perjudicial y codicia, que es idolatría. Por causa de esas cosas viene la ira de Dios” (Col. 3:5, 6).
1 Corintios 6:18 “Huyan de la fornicación.
Todo otro pecado que el hombre cometa está fuera de su cuerpo, pero el que practica la fornicación peca contra su propio cuerpo.”
15 Como notamos, Pablo señala que “viene la ira
de Dios”. Hoy día, muchas personas abrigan deseos sexuales inmorales y se dejan controlar por ellos. Para evitar que esto nos suceda a nosotros, debemos pedirle a Dios su espíritu santo. También debemos estudiar la Biblia, asistir a las reuniones y participar en el ministerio. De este modo seguiremos “andando por espíritu y no llevar[emos] a cabo ningún deseo carnal” (Gál. 5:16).
16 Para ‘andar por espíritu’, está claro que
debemos evitar la pornografía. Tampoco debemos leer, mirar ni escuchar nada que pueda excitarnos sexualmente. Ni siquiera debemos hablar o bromear sobre esos asuntos, porque tal comportamiento no es “propio de personas santas” (Efe. 5:3, 4). De este modo, le demostraremos a nuestro amoroso Padre que realmente queremos escapar de su día de ira y vivir en su justo nuevo mundo.
Huyamos del “amor al dinero”
17 En su primera carta a Timoteo, Pablo resaltó
los principios que debían regir a los cristianos que eran esclavos, pues, al parecer, algunos de ellos esperaban obtener beneficios económicos de sus amos creyentes. Quizás había otros miembros de la congregación que trataban de utilizar a los hermanos para lucrarse. Pablo dijo que no debía verse “la devoción piadosa [como] un medio de ganancia” económica. Tal vez la raíz del problema fuera “el amor al dinero”, el cual puede perjudicar a todos, tanto a ricos como a pobres (1 Tim. 6:1, 2, 5, 9, 10).
18 ¿Puede usted pensar en algún personaje
bíblico que haya arruinado su relación con Jehová por causa del amor al dinero o a las cosas materiales? (Jos. 7:11, 21; 2 Rey. 5:20, 25-27.) Pablo le dijo a Timoteo: “Hombre de Dios, huye de estas cosas. Pero sigue tras la justicia, la devoción piadosa, la fe, el amor, el aguante, la apacibilidad” (1 Tim. 6:11). Todo aquel que quiera sobrevivir al futuro día de la ira divina debe hacer caso de este consejo.
Josué 7:11 “Israel ha pecado, y también han
traspasado mi pacto que les impuse como mandato; y también han tomado algo de la cosa dada por entero a la destrucción y también han hurtado y también lo han tenido secreto y también lo han puesto entre sus propios objetos.”
Josué 7:21 “Cuando llegué a ver entre el
despojo un vestido oficial de Sinar, uno de buena apariencia, y doscientos siclos de plata y una barra de oro, que pesaba cincuenta siclos, entonces los quise, y los tomé; y, ¡mira!, están escondidos en la tierra, en medio de mi tienda, con el dinero debajo de él”.”
2 Reyes 5:20 “Entonces Guehazí el servidor de
Eliseo el hombre del Dios [verdadero] dijo: “Mira que mi amo le ha perdonado [gastos] a este sirio Naamán al no aceptar de su mano lo que trajo. Tan ciertamente como que vive Jehová, yo ciertamente correré tras él y tomaré algo de él”.”
2 Reyes 5:25-27 “Y él mismo entró y entonces
estuvo de pie junto a su amo. Eliseo ahora le dijo: “¿De dónde [vienes], Guehazí?”. Pero él dijo: “Tu siervo no fue a ninguna parte”. Ante esto, él le dijo: “¿No te acompañó mi corazón mismo al momento que se volvió el hombre [para bajar] de su carro para recibirte? ¿Es tiempo de aceptar plata o de aceptar prendas de vestir u olivares o viñas u ovejas o ganado o siervos o siervas? De manera que la lepra de Naamán se te pegará a ti y a tu prole hasta tiempo indefinido”. Inmediatamente salió de delante de él, leproso, blanco como la nieve.”
“Huye de los deseos que acompañan a la
juventud”
19 Léase Proverbios 22:15. La tontedad puede
descarriar fácilmente al muchacho, pero la disciplina que se basa en la Biblia ayuda a contrarrestarla. Aunque el joven no tenga padres cristianos, puede encontrar la guía que necesita en los principios bíblicos. Los sabios consejos de los hermanos maduros de la congregación también son de gran ayuda. Sin importar quién ofrezca los consejos bíblicos, los jóvenes deben hacer caso de ellos, pues así serán felices ahora y en el futuro (Heb. 12:8-11).
Proverbios 22:15 “La tontedad está atada al
corazón del muchacho; la vara de la disciplina es lo que la alejará de él.”
Hebreos 12:8-11 “Pero si ustedes están sin la
disciplina de la cual todos han llegado a ser participantes, son verdaderamente hijos ilegítimos, y no hijos. Además, solíamos tener padres que eran de nuestra carne para disciplinarnos, y les mostrábamos respeto. ¿No hemos de sujetarnos mucho más al Padre de nuestra vida espiritual, y vivir? Pues ellos por unos cuantos días nos disciplinaban según lo que les parecía bien, pero él lo hace para provecho nuestro de modo que participemos de su santidad. Es cierto que ninguna disciplina parece por el presente ser cosa de gozo, sino penosa; sin embargo, después, a los que han sido entrenados por ella, da fruto pacífico, a saber, justicia.”
20 Léase 2 Timoteo 2:20-22. Hay muchos
jóvenes que, por no aceptar la disciplina basada en la Biblia, se han comportado de manera tonta y han sucumbido al espíritu de competencia, la codicia, la fornicación, el amor al dinero y la búsqueda de placeres. Estos son algunos de “los deseos que acompañan a la juventud” y de los cuales la Biblia nos anima a huir. Para poder huir de ellos, el joven cristiano debe protegerse de las malas influencias, vengan de donde vengan. También le resultará muy útil seguir el consejo divino de cultivar cualidades cristianas, tal como lo hacen “los que de corazón limpio invocan al Señor”.
2 Timoteo 2:20-22 “Ahora bien, en una casa
grande no hay solamente vasos de oro y de plata, sino también de madera y barro, y algunos para un propósito honroso, pero otros para un propósito falto de honra. Por eso, si alguien se mantiene apartado de estos, será un vaso para propósito honroso, santificado, útil a su dueño, preparado para toda buena obra. De modo que, huye de los deseos que acompañan a la juventud, mas sigue tras la justicia, la fe, el amor, la paz, junto con los que de corazón limpio invocan al Señor.”
21 Seamos jóvenes o mayores, debemos huir de
“la voz de los extraños” y rechazar a todo aquel que pretenda engañarnos, pues así demostraremos que queremos ser ovejas de Jesús (Juan 10:5). Sin embargo, no basta con huir de las cosas perjudiciales para escapar del día de la ira de Dios. También debemos desarrollar cualidades cristianas. En el siguiente artículo hablaremos de cómo cultivar siete de ellas. Tenemos buenas razones para estudiar ese tema con detenimiento, pues Jesús hace esta magnífica promesa: “Yo les doy [a mis ovejas] vida eterna, y no serán destruidas nunca, y nadie las arrebatará de mi mano” (Juan 10:28).