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CLASES DEL DR. MONTEJANO.

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BOLILLA 1
La Universidad
¿Qué es la universidad? Desde el punto de vista sociológico es un grupo social. Pero
también la familia, una empresa, un club de fútbol, el Estado, una asociación de gansters son
grupos sociales. Los grupos sociales como tales deben perseguir un bien común social. Las
universidades, en particular, tienen características que las poseen desde su fundación. Las
primeras universidades se fundaron en el siglo XIII, aproximadamente hacia el 1200. La
primera fue la Universidad de Bolonia que se dedicó a estudios jurídicos y se fundo gracias a
la “Escuela de los Glosadores” que ya existía mucho antes.
Desde el siglo XIII hasta el siglo XXI (nuestros días), la esencia de la Universidad no ha
cambiado, pero sí las realizaciones históricas. A la Universidad se va para estudiar, para saber.
Su particularidad es que es un grupo social para estudiar y saber. Este grupo está formado por
dos elementos indispensables sin los cuales no podría existir:
1. Profesores
2. Estudiantes
Es un grupo específico que tiene por finalidad el estudio, el saber. Cita del Rey Alfonso “El
Sabio”: “La universidad es un ayuntamiento de maestros y escolares, hecho en algún lugar,
con voluntad y entendimiento de aprehender los saberes”. La finalidad de la universidad es la
que la distingue de otros grupos sociales.

Reglas para estudiar de San Bernardino de Siena: ¿Quién fue San Bernardino de Siena?
Fue un hombre muy importante, popular, gran predicador italiano, misionero franciscano y un
Santo cristiano. Da una clase con consejos para profesores y estudiantes. Éstos aparecen
dirigidos hacia las universidades de Siena para que sean observados y aprehendidos; si lo
hacían se convertirían en hombres y mujeres de provecho. Luego estas reglas aparecen
glosadas por un cardenal llamado Luciani, que fue un hombre del siglo pasado, nombrado
Papa, con el nombre de Juan Pablo I, por un período de un mes aproximadamente. Luciani
escribe un libro donde aparece gran parte del sermón de San Bernardino y las siete reglas que
él predica. Éstas son:
1. El aprecio: es el gusto por el estudio; un gusto inicial. “Uno nunca estudia en serio si
primero no aprecia el estudio. El aprecio tiene que ver con la vocación, que es el llamado
que uno tiene para ocupar en el mundo un determinado lugar. Todos tenemos la vocación
universal de ser hombres buenos, pero no todos tienen la vocación particular para estudiar.
¿Cómo se estudia?: la regla habla de nuestra relación con los hombres del pasado. Nos
ponemos en contacto con los hombres del pasado a través de la lectura de los textos que
han quedado de esos hombres. Por eso la regla habla de: amor por los libros. Éste tiene
que ser un amor inteligente, no debe ser que uno se convierta en acumulador de libros o
ratón de biblioteca. Los libros son medios, no fines. Medios que nos ayudan a ver las
cosas, tienen un carácter instrumental. Esta primera regla se extiende también al presente,
se entre los llamados “presentes próximos”, a nivel de profesores y estudiantes. Esto se
llama intercambio, se dialoga y hay que estar preparado para intervenir en el camino del
dialogo, el cual tiene una finalidad. Todo esto se hace entre personas próximas, por eso la
universidad necesita un lugar. La relación se debe dar con buenos libros, ya que éstos son
el alimento del alma, y hay algunos que la envenenan y otros que no dejan nada. El
profesor debe orientar a la buena lectura. Ésta, para ser verdadera, debe ser lenta, que nos
permita reparar en las cosas importantes, distinguir lo que no es importante. “Leer bien es
como un descubrimiento continuado…” “Es querer acercarse hacia el movimiento de la
verdad…”. Esto nos ayuda a comprender una parte de la prudencia que es la docilidad, la
buena voluntad de aprender con otros. 1
2. La separación: se da una comparación obligada entre el estudiante. El estudiante es un
atleta de la inteligencia; debe tener un lugar cómodo que no lo distraiga del fin de su
lectura. Se debe dar una separación de las malas compañías, de cosas que permitan la
distracción. La regla pone como ilustración de la resistencia el llamado Remedio de
Saltimbanqui. El cardenal Luciani dice que debe darse una “separación de las musas que
dan patadas morales”.
3. Tranquilidad: el estudiante debe tratar de alcanzar la paz interior, la paz del alma.
Nuestra alma es como el agua. Un marco para la tranquilidad es el silencio, según Saint
Exuperi es el espacio del espíritu. San Bernardino de Siena pide a Dios la tranquilidad:
“da Señor, reposo a nuestra mente”. Lograr la tranquilidad hoy en día es muy difícil por
las novelas y los medios de comunicación. Pero a pesar de las dificultades, el hombre se
distingue del animal por la capacidad de ensimismarse, metiéndose dentro de uno mismo.
El animal vive continuamente alterado, en el animal no hay vigilia, insomnio, en cambio
en el hombre sí.
4. El orden: debe darse el orden en las cosas del cuerpo y en las cosas del espíritu. Comer
ni poco ni mucho, todos los extremos son malos. No se puede comer poco y estudiar, ni
comer mucho y estudiar, se debe cuidar la alimentación. No se puede dormir ni mucho ni
poco, hay que levantarse con la “mente sobria”. Platón decía que había que “tener bien
dispuesto el cuerpo para cultivar bien el alma”. En las reglas no hay ninguna referencia al
deporte, y esto genera un vacío en ellas. Hay que tomar el deporte como una actividad
lúdica. “El deporte es un vivero de virtudes psicológicas”. Respecto al orden de las cosas
del espíritu: “no pongas el carro delante de los bueyes”. Mejor es aprender poca ciencia y
estudiarla bien que estudiar mucho y mal. Se puede tener simpatía por algunos autores
más que por otros, pero no debemos despreciar a ninguno.
5. La perseverancia: no se debe ser como la mosca, vueltera, sino como la abeja,
silenciosa y perseverante. Esto es símbolo de una voluntad firme y tenaz. Es preferible no
ser demasiado inteligente y tener una férrea voluntad, que ser inteligente y no tener
voluntad. En la escuela y en la vida no basta con desear, sino que hay que querer. Las
cosas en la vida hay que tomarlas con calma. La estudiosidad” es la virtud especifica del
estudiante. Es una virtud anexa a la templanza que se pone en práctica, la cual establece el
orden en el interior del hombre, lo libera. Los vicios contrarios a la templanza y a la
estudiosidad son la negligencia (pereza, descuido), y la curiosidad, que es el apetito
desordenado de saber. Hay que ser estudioso. La estudiosidad es una virtud que reside en
la voluntad, fortalece el ánimo y la voluntad se calienta al sol de las grandes ideas.
6. La discreción: “no correr más de lo que te permitan las piernas”, no comenzar a hacer
demasiadas cosas a las vez. La discreción proviene de la virtud de la prudencia. Se debe
tener conciencia de los propios límites: “no investigues aquello que te supera”. Hay que ir
de lo más fácil a lo más difícil paso a paso, no de golpe.
7. La delectación: es estudiar con gusto. Es el gusto que se va encontrando poco a poco a
lo largo del camino como premio al esfuerzo realizado. El estudiante primero debe
aprender a leer bien, con dos diccionarios (uno común y otro jurídico en nuestro caso).
Luego debe escribir bien con buena caligrafía y ortografía. Como tercer paso debe
instruirse en gramática. Luego debe estudiar lógica, y por último debe entrar en el camino
de la retórica. Se debe tratar de entender lo que se lee y escucha y recomendarlo a la
memoria. Se debe despertar la duda para llegar a certezas. El estudiante debe ser como los
rumiantes. Luego de estos pasos se llega a lo que llamamos asimilación. Esta delectación
se da cuando los saberes se saborean, se asimilan. Se requiere de cuatro pasos:
 Se debe leer aquello sobre lo que se quiere saber,
 Recurrir a alguien más sabio,
1
 Releer lo leído, escuchado,
 Estudiarlo: masticarlo y digerirlo y así colocarlo en la mente. En la mente sólo tiene
lugar lo saboreado en el alma.
La delectación se puede ver, por ejemplo, en la enseñanza que le da el zorro al Principito. Ésta
surge con el problema de la soledad urbana, que es la soledad que se siente aun estando
rodeado por la multitud. El principito vive la soledad cuando llega al desierto, pero el zorro le
dice que entre los hombres y con ellos también se vive esta soledad. El zorro le propone
hacerse amigos porque así van a conformar una relación personal la cual se dará a través de la
asimilación. El zorro dice que el hombre vive apurado, y a la larga no puede terminar de
asimilar las cosas, no deja marcas, huellas por donde pasa ni tampoco le dejan marcas a él.
La amistad verdadera no está en el comercio, no se vende ni se compra. No existen
mercaderes de amigos.”Si quieres un amigo, asimílame”. Sólo se conocen las cosas que
asimilamos, que se hacen nuestras, de las cuales reflexionamos, profundizamos.
Este proceso de asimilación requiere una serie de cuatro condiciones o pasos nombradas
anteriormente. La amistad requiere tiempo, asimilación. Otra de las grandes enseñanzas del
zorro es que uno se hace y es responsable de las cosas que asimila.

Ámbito donde se da el estudio: de modo paradigmático es la Universidad. Aquel que ingresa


en serio a la universidad adquiere un carácter que nunca abandonará, y seguirá toda su vida
estudiando.
La universidad no es un mero agregado, sino que es un grupo social con dos estamentos
fundamentales, que son los profesores y los alumnos. Se habla de estamentos y no de clases
sociales. Estamento es colaboración, en cambio la clase social da una sensación de lucha, de
oposición. La universidad da una idea de colaboración entre sus estamentos en la medida en
que cumplan con sus deberes.
Los que progresan son los estudiantes, debido al cambio intrínseco que en ellos se produce.
Este grupo social tiene una causa material que se da en las conductas de los universitarios, de
ciertas personas. Tienen una causa formal intrínseca que es el orden. La causa eficiente es el
principio del cambio, son esas causas dinámicas, buscando el fin de la universidad. Y la causa
final es el bien común universitario, la perfección de la inteligencia, obtenida en forma social,
donde colaboran estudiantes y demás estudiantes (ver primera regla, “el amor inteligente”).
La causa formal extrínseca son las reglas que rigen la constitución de la universidad
(asistencia, pago de cuotas, finales, parciales, etc.).

Notas características de la universidad. (Escritas por un filósofo argentino, Causauvon).


Son cuatro:
1. Tener por fin la verdad: apunta a la finalidad, que es la verdad de los saberes. El saber
no es un nuevo conocimiento, sino que es un conocimiento a través de sus causas, que se
puede transmitir, en el cual encontramos una justificación. Un saber por ejemplo, es la
medicina; un mero conocimiento es la curandería. Nosotros en la universidad estudiamos
saberes, no meros conocimientos. La experiencia debe ser clarificada por el estudio del
saber. Desde el punto de vista filosófico, la verdad es el ajuste del pensamiento con las
cosas. Desde el punto de vista natural, el pensamiento es verdadero cuando se ajusta a la
realidad. Es muy importante no cortar los lazos con la realidad. Es la adecuación del
pensamiento con las cosas, y que nuestras palabras expresen ese pensamiento. Desde el
punto de vista sobrenatural, la verdad encarnada es Cristo (“soy el camino, la verdad y la
vida). La verdad nos libera de la servidumbre del error. Podemos transitar caminos que no
llegan a ningún lado; debemos reconocer el error y volver al camino correcto. La
universidad no puede ser indiferente ante la verdad y el error, ni ante la virtud y el vicio.
2. Tener una recta filosofía: la universidad debe tener una recta filosofía. Lo primero es
que debe tener una filosofía porque no puede ser un amontonamiento de ciencias 1
desarticuladas. La unidad de éstas es obra de la filosofía; la cual debe ser buena porque
una filosofía errónea conduce el error a las ciencias. No basta con tener una filosofía, sino
que esta debe ser sana. Ej.: una universidad con filosofía marxista, el hombre se reduciría
siempre a su aspecto material. Esto influirá directamente en las ciencias, por ej. en el
derecho, que será una superestructura, generada por una infraestructura económica; y en él
hay muchas cosas que no se pueden reducir a lo económico, no se puede por ejemplo
calcular cuanto vale una vida si en un accidente muere alguien, ni cuanto vale el honor de
una persona cuanto se comete una calumnia.; puede influir también en la medicina, la
historia, la economía, etc. Por todo lo nombrado anteriormente, es muy importante que la
universidad tenga una sana y “recta filosofía”.
3. Ser fiel a la tradición cultural del pueblo que la nutre: diversos pueblos tienen diversos
tienen diversas tradiciones culturales. Nuestra tradición particularmente tiene tres pilares:
1) Filosofía griega; 2) Derecho Romano; y 3) Revelación Cristiana. Nosotros le debemos
mucho a los griegos. El griego es el hombre que a través del asombro que le produce el
orden del cosmos (universo), ve y busca más en su principio, como son el problema del
argé, de dónde viene el principio del cosmos. Tenemos el modelo del filosofar, del buscar,
gracias a ellos. Roma, significa la realización de la justicia, la elaboración de los
conceptos jurídicos. La herencia de Roma es muy importante, sobre todo en materia de
derecho. Y por último la revelación cristiana que la conocemos a través de las Sagradas
Escrituras, de la ley antigua y la ley nueva. Estos elementos, los recibimos a través del
hombre español del siglo XVI. Cuando se da el descubrimiento de América, este bagaje
esta ya asumido por aquellos que llegan a estas tierras. La reconquista española dura ocho
siglos, desde Asturias, hasta la toma de Granada. Cuando llegan a estas tierras aparece una
nueva síntesis que es el criollo. Con esta herencia, podemos dilapidarla y quedar como
hombres sin generación; imitarla o asimilarla y tratar de mejorarla, aumentando las dosis
positivas.
4. Estar abierta a las novedades de la época y no ser un ente burocrático. Vitalidad y
apertura de la época: la universidad tiene que ser un ente vivo, y estar abierta a los
problemas de la época, cualquiera de ellos puede ser tratado por la universidad desde el
punto de vista académico. La universidad tiene una perspectiva para entender las cosas,
llamada perspectiva académica; la universidad puede y debe tratar la técnica; se pregunta
la esencia de ésta; su influencia en la sociedad, en el trabajo humano, etc.
Estudiar el tema, el problema, señalar vías teóricas para solucionar el problema”. Esto
puede y debe hacerlo la universidad. Estudia la forma, los materiales, las cosas
económicas, puede colaborar con el estudio de ciertas fuentes, y todo lo que haga a la
solución de un problema planteado. La universidad puede tratar cualquier tipo de
problema, lo que no puede es por ejemplo ir a construir casas.
Debe estar abierta a todos los progresos de la época y colaborar con la solución de ellos,
pero siempre desde el punto de vista teórico. Esto es así porque al fin y al cabo, la
sociedad es la que mantiene en pie a la universidad.

“Misión de la Universidad” Ortega y Gasset: la presencia de la universidad en la sociedad


tiene que intervenir como un poder espiritual. “La ausencia de la institución de la universidad
en la sociedad ha sido sustituida por el periodismo”, dice Ortega y Gasset. Al periodismo no
le interesa lo permanente, lo profundo.

Antecedentes de la Universidad: la universidad fue un invento medieval, del siglo XIII.


Pero antes, encontramos antecedentes de ella en Oriente, en Roma y en Grecia. En Oriente
hubo importantes escuelas árabes y judías. En Grecia encontramos las escuelas más
importantes: El Círculo Pitagórico, la Academia Platónica y el Liceo Aristotélico. 1
1. El Círculo Pitagórico: Pitágoras es conocido por un teorema. La escuela es conocida
por sus enseñanzas matemáticas y geométricas. Pero además, Pitágoras, tenía una
concepción personal del hombre, de la justicia, de la sociedad política. Era griego, pero su
escuela la funda en Italia y es el primero que conceptualiza la justicia. Funda su escuela
con una intención formativa de hombres capaces de afrontar las contingencias políticas.
Hay una concepción acerca del hombre; piensa que la relación entre gobernantes y
gobernados debe ser análoga a la relación entre profesores y estudiantes. Hasta que
apareció Pitágoras, la justicia se personificaba primero en la Diosa Themis y más tarde en
la Diosa Dicea o Diké, hija de Zeus y Themis. La justicia no era un concepto sino una
persona divina, Dicea que tenia hermanas, Irene o Pax (diosa de la paz) y Eunomia (diosa
del buen orden). Pitágoras dice, en cambio, que la justicia es una igualdad. Esta igualdad
la representa con números, y es una superación de dos desigualdades. Hay una
desigualdad por exceso, que es la injusticia que yo hago, y una desigualdad por defecto
que es la injusticia que yo padezco. La justicia, es el justo medio superador de los
extremos viciosos. Pitágoras es el primer antecedente de la universidad en Grecia. Para
ingresar a ella era muy difícil.
2. Academia Platónica: Platón no sólo fue un doctrinario político, sino que además,
intentó encarnar esto en la realidad política. Platón intenta aplicar la doctrina política en
Siracusa, ya que en Atenas, todavía estaba muy fresca la muerte de su maestro, Sócrates.
Pero este intento de aplicar la doctrina a los tiranos de Siracusa, no resulto, incluso le fue
muy mal. Señaló que el tirano era el hombre más infeliz porque era el más injusto.
Dionisio lo hecha de Siracusa y se lo entrega a Esparta, lugar donde deciden venderlo
como esclavo. Más tarde luego de pasar esto, vuelve a Atenas y funda la Academia
Platónica. Se llamó Academia porque la fundó en los jardines de Akademo. Ésta era un
instituto totalmente organizado, fundado en el año 386 a.C., y duró hasta el año 539 d.C.
Era una organización del saber por el saber. Platón pensaba que la política pertenecía a la
ética; que el mejoramiento del hombre de la sociedad se generaba por la política. El
pensamiento de Platón es especialmente político. Pero necesitaba una concepción del
hombre y de la realidad. Por eso aparece lo que llamó la Filosofía Primera, que parte de la
existencia de dos mundos y pone la imagen del hombre prisionero en una caverna (repasar
alegoría de la caverna). Además de estos temas, prepara un plan educativo. Se estudia
educación, matemáticas, filosofía primera, antropología, política, y elabora el estudio de la
justicia. Las obras más extensas son: “La República”, “El hombre político del reinado” y
“Las Leyes”. Las tres son obras políticas. Es gracias a la Academia que se conserva casi
toda la obra de Platón. En la República estudia el gran tema de la justicia y además la
educación. Para Platón, la justicia es que cada uno haga lo que debe. Estudia la justicia
primero en la ciudad y luego en el hombre, ya que considera que hay una gran
correspondencia entre la polis y el hombre y en ambos debe buscarse esta justicia. En la
polis se la identifica como la virtud. Esto es así ya que en ella, las virtudes y los vicios se
ven en grande. En cambio en el hombre, al verse en chico y no delimitarse bien, se nota
recién en el orden social, que en definitiva conforma la polis. Platón enuncia la doctrina de
la polis formada por distintos estamentos: 1) La polis tiene necesidades que hacen a la
alimentación, el vestido, la vivienda, por eso existe la clase de los productores, que poseen
la virtud de la templanza. 2) Tiene necesidad también de defensa contra el desorden
interior y el ataque exterior. Para esto se encuentra el estamento de los guerreros, cuya
virtud es la fortaleza. 3) Y por último encontramos a los gobernantes cuya virtud es la
prudencia; virtud que nos habilita para escoger los medios para lograr la finalidad de la
polis, que es el bien común. Los gobernantes se ocupan de las cosas comunes de la polis,
es el que gobierna, valga la redundancia. La justicia es la virtud armonizadora, es que cada
uno de los tres estamentos haga lo que le corresponde. Totaliza las virtudes nombradas 1
(templanza, prudencia y fortaleza). En la Academia de Platón el tema clave era la justicia
relacionada directamente con tema del gobierno, pero también la educación.
3. Liceo Aristotélico: dentro de la Academia Platónica, existía Aristóteles de Estagira,
que permanece en ella hasta la muerte de su maestro Platón. Es entonces cuando funda el
Liceo, el cual se situaba cerca del templo de Apolo Liceo. Aquí se estudiaba todo lo que
podía estudiarse en la época. Había cursos esotéricos para los que habían ingresado ya, y
cursos exotéricos para estudiantes y aquellos que tenían alguna inquietud. Aristóteles
también estudia el tema de la justicia, y la arquitectura de la politeia, en sus libros de ética:
Ética Nicomaquea (libro V). También, aquí, corrige a Platón, porque es el primero que
limita el orden de la justicia a las relaciones entre hombres. La justicia jurídica,
propiamente dicha, es descubrimiento de Aristóteles. La teoría platónica se mantiene en la
justicia legal.
Estudia el objeto de la justicia que es lo justo, es decir, el Derecho. La estudia desde la
perspectiva moral, a partir de lo cual aparece lo jurídico. Esta filosofía jurídica es la
justicia práctica. Para Aristóteles existe un solo mundo. Y el conocimiento comienza a
través del conocimiento sensible. Al que llegamos mediante un proceso de abstracción que
nos acerca a las ideas. Corrige la doctrina platónica respecto al hombre, ya que para él
tiene un alma material y otra espiritual. Se ocupa también de la vida política, pero no fue
un político práctico, a diferencia de Platón que sí lo fue. En el Liceo se estudia todo lo que
podemos imaginar y lo que no. Hay obras sobre meteorología, animales y se descubre que
se dan trabajos colectivos. Aristóteles es el padre de la lógica accidental y los conceptos
que ella encierra. Reconoce que el trabajo de la ciencia del razonamiento le ha costado
mucho estudio y pide la benevolencia de los lectores de su estudio. Aristóteles supera
todos los antecedentes en la Retórica.

Todos estos son los antecedentes griegos remotos, de la universidad. Luego se da un salto
histórico aterrizando en Europa.
Hacia fines del siglo V, año 480 aproximadamente, nacen dos personas que tendrán gran
importancia en los antecedentes próximos:
1. San Benito de Nurcia: es importante porque redactó la Regla Benedictina en el Siglo
VI y que sigue vigente hoy en día (siglo XXI). Esta regla fue un orden al cual se ajustaron
monasterios, abadías, que surgieron en lo que luego fue Europa. Esta regla se refería a los
monjes cenobita. Hay una distinción entre los monjes anacoretas (que viven solos
aislados, por ej. los del desierto), y los monjes cenobita (viven en comunidad). La regla
organiza la vida, el trabajo, la oración y el estudio de los monjes. A partir de ella, surgen
las abadías y monasterios que empiezan modestamente pero luego surgen grandes
edificaciones, como ser iglesias, claustros de los monjes, galpones, talleres, bibliotecas,
escuelas, etc. pasan a ser un centro de vida religiosa, social, cultural y económica. Hoy en
día hay abadías que cumplen estrictamente con esta regla del siglo VI, y tratan de ser
autosuficiente, es decir, que dentro de la abadía tienen todo lo que pueden necesitar para la
subsistencia. Ej.: Abadía de Le Barroux. Aquí lo que interesa para la universidad es que
cuando vienen los bárbaros, las culturas atacadas encuentran refugio en las abadías.
Aparecen también en esta época los copistas, que eran plajarios, pero en aquel momento
eran muy bien vistos ya que realizaban una gran tarea porque no existía la imprenta, y
eran los únicos que podían mantener “vivos” los antiguos escritos. Efectuaban
correcciones en éstos, y hasta comentarios. Esta tarea de multiplicación de los libros es
una de las cosas buenas que se hacían en las abadías.
2. Boecio: ha sido llamado el último romano y el primero escolástico. Fue el último
hombre que tuvo contacto con la época y cultura griega en Alejandría. La importancia de 1
Boecio es haber organizado las Artes Liberales que formarán el contenido de una de las
facultades de la Primera Universidad. La facultad de Arte era una facultad introductoria
para ingresar en las facultades mayores. Ésta facultad se dividía en:
 El trivium: está compuesto por la Gramática, la Dialéctica y la Retórica.
 El cuadrivium: abarcado por las Matemáticas, Geometría, Música y
Astronomía.
Boecio, actuó bastante en la política y lo ejecutaron en el año 525; durante su tiempo en
prisión, escribe un libro donde describe a un hombre desdichado que se refugia en la
filosofía, llamado Consolación de la Filosofía. La filosofía le muestra la caducidad de los
bienes temporales y la continuidad de los bienes eternos.
Las facultades mayores eran las facultades de Teología, las Facultades de Derecho
(preparadas en occidente por las obras de los Glosadores, las más importante es la de
Bolonia), y las Facultades de Medicina.
Las Artes Liberales junto con las tres facultades mayores, conformaban la estructura de la
Universidad Medieval.

Luego de esto, viene un período denominado: Período de los Compiladores de la Cultura


Antigua. Aparece un personaje muy importante, llamado San Isidoro de Sevilla. Nace en el
año 560 y vive los avatares de la España Visigótica. San Isidoro fue un espíritu vinculado con
los problemas de la época. Escribe el libro llamado “Las Etimologías”, que es una especie de
diccionario de los saberes de su época. Esta obra está dividida en veinte libros: los tres
primeros libros están dedicados a las Artes Liberales; el cuarto se ocupa de la Medicina (su
materia son las enfermedades y la salud); el quinto libro se llama “de las leyes y de los
tiempos”, hace referencia al derecho civil y de gentes. Es muy importante la definición de ley
que da en este libro, y señala sus características: “la ley debe ser honesta, justa, conforme a la
naturaleza y a las costumbres patrias, posible, conveniente al lugar y al tiempo, necesaria, útil,
clara, y dada para la utilidad común de los ciudadanos”.
El noveno libro se llama “de las lenguas, gentes, milicias, ciudadanos”. En este libro da el
concepto de pueblo como “reunión de una multitud humana asociada y vinculada por el
derecho y por común acuerdo”. También da el concepto de rey, en latín dice “rey serás si
obras rectamente y sino no serás rey. Éste debe estar sometido al derecho como todos los
ciudadanos. Si el rey obra con justicia y derecho permanecerá siendo rey, y sino se
transformará en tirano.

Más tarde llega otro momento relevante que se ubica en el año 800 y se denomina
“Renovación Carolingia”, motorizada por el gran emperador Carlo Magno. Él era casi un
bárbaro, sin embargo tenía grandes inquietudes culturales, y lo deleitaban los libros de San
Agustín. Carlo Magno tuvo que empezar de cero ya que era un analfabeto y en las horas de
insomnio practicaba la escritura; aborrecía a los médicos. Es el inspirador de lo que se llamó
la “Escuela Palatina” (escuela del palacio). Tenía una especie de Ministro de Educación que
trata de recomendar, multiplicar las escuelas para instruir más a la gente. Se intenta de forma
una Nueva Atenas, superior a la Antigua. Su voluntad era hacer progresar a los habitantes del
palacio y el resto de la gente a través de la Academia Palatina.
Luego de Carlo Magno viene una dinastía desastrosa que conduce al siglo X conocido como
“Siglo de Hierro”, fue una época vergonzosa. Fue el tiempo del denominado “concilio
cadavérico” (un Papa intenta juzgar a otro Papa que ya estaba muerto). Si la Iglesia no murió
en esta época fue porque su fundador le dio perpetuidad. Este siglo fue una época de “nueva
barbarie”.
El “Siglo de Hierro” fue seguido por el Renacimiento (Siglo XI) que se centra en la creación y
difusión de nuevas escuelas, ubicadas alrededor de las catedrales. Este fue uno de los 1
antecedentes próximos de las Universidades.
El estudio del derecho comienza a darse en Bolonia a partir del siglo XIII aproximadamente.
Esta ciudad recibe el nombre de “la ciudad de los cuatro doctores”, doctores en derecho
También comienza a desarrollarse, en este siglo, la medicina, primero en Salerno y luego en
Montpellier; comienzan a surgir los hospitales.
Todos estos antecedentes nos llevan al siglo XIII donde aparecen las primeras universidades.
El centro de la vida comienza a cambiar de lugar, del campo a la ciudad, donde existen las
corporaciones, que en un comienzo eran de artes y oficios y luego también de maestros y
estudiantes. El maestro es favorecido por la recepción del conjunto de las obras de Aristóteles.
En esta época, también tienen importancia las “escuelas de traductores de Toledo”. España
sirve de eslabón entre Occidente y el Islam (cultura musulmana). Éstos últimos habían
invadido toda la Península Ibérica, y hacía tiempo había comenzado la Reconquista, que
recién se da con el descubrimiento de América, por eso sirve de barrera y eslabón. A través de
los musulmanes, llegan textos de la antigüedad de gran importancia a Europa (ej. los de
Aristóteles). Y todo esto se da gracias a la Escuela de Traductores.
La filosofía cristiana en esa época era la de San Agustín, basada en Platón. Luego llega la de
Aristóteles que se compagina con la filosofía cristiana mucho más que la de Platón, en
especial con la concepción del hombre.
Esto es lo que hace, el ámbito de la Universidad de París como centro cultural de la
cristiandad. Hoy en día son universidades que se podrían considerar Internacionales ya que
ingresan estudiantes de todas partes de Europa. Ingreso facilitado por el idioma latín que era
el idioma común en toda Europa, propio de la iglesia latina. Aquí nacen las figuras de Santo
Tomás, Buenaventura, etc. Esta universidad se distinguía de sus antecedentes porque otorga
grados académicos como ser, licenciados, bachiller y doctorado. A su vez, otorga la licencia
docendi, que era un permiso para los profesores de enseñar por su cuenta, en forma particular,
para el ejercicio profesional. En esta época también surgen los colegios universitarios para
alojar a los estudiantes de escasos recursos. El servicio que el saber le puede dar al hombre
consta de espiritualidad, sociedad y medicina.
La universidad de París se llamaba Universitas Magistrorum, ya que estaba organizada por los
profesores. El método de la enseñanza era el Dialéctico, el cual consistía en la lectura y la
discusión.
Esta lectura se hacía de textos importantes, como ser la Biblia, Aristóteles, el Digesto, los
cuales generaban problemas que movían a investigaciones colectivas por eso se llamaba
Disputatio, que significa discusión.
Esta universidad daba lugar especial para las propuestas de profesores y discípulos, para sus
diálogos.
Un ejemplo de estructura de estas investigaciones fue por ejemplo, la Suma Teológica de
Santo Tomás de Aquino.
Metodología de la SUMA TEOLÓGICA: Esta obra es una estructura dialéctica, que se presta
al diálogo. Los temas que trata son: Dios, el hombre, y el camino del hombre hacia Dios. Se
divide en distintos tratados, por ejemplo, el derecho se encuentre en el Tratado de Justicia.
Los tratados, a su vez, se dividen en cuestiones y estas en artículos. Todos los artículos de la
Suma Teológica tienen la misma estructura y dentro de esta se encuentra la expresión
interrogativa. Se comienza con la enunciación del tema en forma interrogativa, como por
ejemplo ¿qué es la virtud?, ¿cuáles son los vicios? En el caso del derecho, Santo Tomás sigue
el pensamiento de Aristóteles y se pregunta si el derecho es el objeto de la justicia.
En primer lugar aparecen las dificultades, las cuales serán agrupadas dentro de un capitulo
que se llama “dificultades” que consta de opiniones de gente importante contrarias a la tesis
(propuestas de profesores y alumnos). Luego viene el argumento de autoridad, que es el más
débil de los argumentos porque no tiene una explicación que convenza, entonces Santo Tomas 1
de Aquino, agrega la parte de “respuestas” donde expresa lo que él piensa. Y la última parte se
denomina “soluciones a las dificultades” donde los argumentos son analizados, integrados y
refutados.
En esta época no existían los libros, no había imprenta, y se escribían a mano. Es por esto que
el sistema es muy valioso, ya que se apoyaban en el dialogo. Un dialogo oculto, diferente al
actual porque para participar de este se requería de una participación. Los que participaban
pertenecían a las facultades mayores, y debían tener el titulo de bachiller. Método para llegar
al dialogo:
1. poseer un objeto y analizarlo.
2. será aceptada cualquier opinión sobre el tema y desechadas las que no pertenezcan a
el.
3. se deben corregir y contraponer opiniones
4. dialogo no es eterno, sino que apunta a un fin, a una conclusión, que puede no ser
definitiva, sino quedar abierta a nuevos diálogos.

Universidad de Paris: nace en el año 1206. Está vinculada con el Papa, siempre con la Iglesia
y en ella es muy importante el estudio de la teología.
Universidad de Bolonia: también llamada “escuela de los Glosadores”, en ella fue muy
importante el estudio del derecho. Los glosadores eran quienes comentaban el derecho
romano clásico, son los que redescubren el derecho. Esta universidad siempre estuvo
vinculada con el poder temporal (reyes, emperadores, etc.). Mientras que la Universidad de
Paris dependía de los profesores, ésta era manejada por los alumnos. Estos últimos venían de
distintos lugares, por eso se los llamo “ultramontanos” (reaccionarios, conservadores). Las
naciones ultramontanas eran Galia, Inglaterra, Castilla, Alemania, Polonia, etc. y las llamadas
“siltramontanos” eran Calabria, Sicilia, Siena, Venecia, Florencia, etc. Estas naciones tenían
representantes que no debían tener ningún contacto ni influencia de la iglesia.
Los glosadores fueron atacados por un filosofo español llamado Francisco Elías de Tejado que
va en contra de sus fundadores, decía que ninguno de ellos fueron verdaderos científicos del
derecho.
A partir el siglo XII el derecho comienza a llamarse “positivo”.
También fue muy importante la facultad de medicina en Bolonia.
Universidad de Oxford: fue la tercer facultad mas importante, ubicada en Inglaterra, que tiene
su origen en la escuela “cátedra Licea” de la ciudad. En ella se destacan las ciencias naturales,
astronomía, matemática, etc. Entre los profesores se destacó Roberto Grosseteste (filosofo
platónico), Roger Bacon que sostenía que la única forma de llegar a la verdad era la
experimentación, no había progreso si no se conocía la naturaleza.
Lo más interesante de la estructura de esta universidad fue la vida universitaria, ya que los
estudiantes vivían en las escuelas (estos colegios universitarios terminan absorbiendo a la
universidad). Cada alumno tiene un tutor que es el profesor que lo orienta en su camino
educativo. Este sistema duró ocho siglos.

A partir de estas tres universidades nombradas, comienzan a surgir en Europa nuevas


universidades:
 Universidad de Papua, a partir del siglo XIV
 Universidad de Cracovia, en Polonia
 Universidad de Montpellier, en Francia.
Estas universidades medievales produjeron acontecimientos muy importantes.
La universidad de Paris tuvo una huelga por dos años porque los estudiantes tenían conflictos
y debió intervenir el Papa. El 13 de Abril de 1231, luego de investigaciones sobre el suceso, 1
se firma la Carta Magna y se reconoce el derecho de huelga. También hubo problemas entre
profesores y alumnos y problemas con la recepción de Aristóteles. Estos choques comienzan a
dar lugar a verdades. La universidad medieval tiene un régimen jurídico que se realiza a
través de las partidas de Alfonso “el sabio” (durante un tiempo prolongado fue el derecho
positivo en Argentina). Dentro de las partidas se da la definición de universidad como un
“ayuntamiento de profesores y alumnos con el criterio de aprender los saberes en un lugar
determinado”. También permanece el criterio del Papa ante los estudiantes en la sociedad; el
papel que tienen que cumplir los universitarios en la sociedad. El lugar donde debe estar
establecida la universidad debe tener buen aire, hermosas salidas para vivir sano, etc. Los
vecinos deben honrar a los maestros y estudiantes; y se establece la seguridad de los
universitarios. Las universidades tenían autonomía para elegir su gobierno. No cualquiera
podía enseñar, debía cumplir con determinadas cualidades. Deben mostrar tener
conocimientos suficientes y entendimiento. Por ultimo, se establece una ley que dice que el
rector puede juzgar a los estudiantes y profesores.

Luego del Descubrimiento de América:


Universidad Indiana: esta se llamó Santo Domingo, y fue la primera universidad.
En 1561 se fundaron dos universidades en Nueva España y Perú: la universidad de Perú se
llamo San Marco ubicada en Lima.
El descubrimiento de América hace surgir muchas cuestiones en el punto de vista académico
siendo un estímulo para que se planteen nuevos problemas (en el siglo XIII se renovará el
estudio). La primera cuestión serán los “títulos”, el titulo realizado de España para América,
que será la donación pontificia, que seria una donación con cargo, donde el Papa donaba
ciertas tierras a Portugal y España (denominado también, evangelización). Este no era el
dueño de estas tierras entonces se comienza a cuestionar si el Papa tenía la autoridad
suficiente para realizar esto; así comienzan a surgir problemas con los indios que habitaban
estas tierras: algunas de las preguntas eran si estos eran capaces de gobernarse, si era lícito
hacerles la guerra.
A partir de estas cuestiones surgen distintos personajes que darán respuestas a esto:
 Fray Bartolomé de las Casas: fanático de los indígenas.
 Francisco de Vitoria: funda el derecho internacional público
Además, surge la pólvora, la brújula y la imprenta. Y todo esto influirá en la guerra, en los
estudios, en la navegación, etc.
En el siglo XVI aparece la Reforma Protestante rompiendo con la unidad política, ya que
hasta ese momento sólo se veía la cristiandad donde los pueblos aceptaban vivir bajo el
régimen cristiano y eso se corromperá con los protestantes. Esta reforma altera el Orden
Natural. San Pablo la conducta de los gentiles, y decía que ellos cumplen la orden de la ley
por razón natural y gracias a esta pueden saber lo que esta bien y lo que esta mal, discernir el
orden natural.
Lutero decía que la razón no cumple ningún papel, porque quedo destruida luego del “pecado
original”, según él, la razón es una “prostituta carcomida por la sarna y la lepra, que debe
relegarse a las letrinas”. Esta concepción de Lutero es refutada por Francisco de Vitoria.
En Inglaterra, Henry VIII se volvió protestante para volver a casarse y esto dio lugar a
reformas políticas.
El siglo XVI fue un siglo de grandes novedades, acontecimientos y descubrimientos.
Para el bien público de los Colegios de Indias es necesario tener universidades para terminar
con la ignorancia. Las universidades de San Marco y de México fueron fundadas por el rey.
Se concreta el fuero universitario, apareciendo la figura del rector y alguien que controle las
oposiciones. En el siglo XVI aparecen acontecimientos culturales, entre ellos aparece el
Renacimiento con orientación general hacia el hombre, se realiza una universidad filosófica, 1
porque a la filosofía se llega a través de la razón natural, pero esta universidad perdió gran
parte de sus saberes, como por ejemplo la teología y la astronomía.
En el siglo XIX aparecen otras universidades:
 La universidad científica, que es el auge de las ciencias particulares donde se expulsan los
saberes filosóficos y teológicos y esto trae consecuencias, ya que la universidad se
transforma en un amontonamiento de ciencias, hay una desarticulación de las ciencias, se
agotan en si mismas. Ortega dice que comienza la barbarie del espacialismo. Esto surge ya
que ciertos especialistas son unos bárbaros porque saben cada vez más de una pequeña
cosa en particular y no lo pueden colocar en la realidad.
 Aparece una nueva universidad cientificista, la cual es perturbada por el positivismo.
Augusto Comte, quien invento la sociología quería instituir una única ciencia en lo social,
desapareciendo las demás, que serian absorbidas por esta. Esto no es razonable porque lo
social puede ser estudiado desde muchos puntos de vista. Se dice que Comte también
inventó la religión de la humanidad. En esta universidad también se perdieron la filosofía
y la teología.
 Aparece la universidad profesional donde cambia el fin de las primeras universidades,
porque no se va a estudiar por estudiar, sino que sólo asisten para recibir un diploma. En
el medio de esta decadencia interviene el Estado (al principio las universidades no eran
estatales sino que eran entes culturales). El Estado no tiene una competencia específica
pero éste, a través de una falsa teoría entra a la universidad y surge la:
 Universidad Burocrática. Su fundador fue Napoleón y comienza, ésta, a tener fines
políticos. En esta universidad no importa la asimilación y el orden natural de las distintas
disciplinas, lo único que importa es llegar al titulo. A estas universidades se le agrega el
elemento de la técnica. Y surge así la:
 Universidad tecnocrática. En éstas, surge el problema donde la técnica se apodera de la
universidad. La técnica son medios, y los medios no pueden ocupar a los fines. La
universidad no puede reducirse a estudiar algunas técnicas es decir elimina los fines, y
estos no pueden dejarse de lado.
 La universidad ideológica. No siempre hubo ideologías sino que surgieron en la época
moderna. Son ideas abarcadas, generalmente apartadas de lo real. Las ideologías no son
consideradas racionales y chocan, entonces las universidades empiezan a luchar con las
diferentes ideologías, y esto se transforma en un campo de batalla donde cada ideología
trata de imponerse sobre el resto. La universidad comienza a ser un ámbito de conflicto y
ésta se sustentaba con filosofías falsas.

Conclusión de La Universidad: La Universidad se ha ido degradando a través de los


distintos tipos de universidades nombrados anteriormente. Con todas ellas llegamos a la
actual, la cual tiene muchos problemas que pueden llegar a agravarse en el futuro, e incluso
hay algunos norteamericanos que hablan ya de la desaparición de la universidad.
¿Por qué será esto? Hemos señalado al principio el concepto de universidad, su esencia que
permanece desde que se fundó. Si esta esencia que es el estudio y el saber como finalidad de
la universidad, desaparece, entonces así dejará de ser una universidad más allá que siga
teniendo el nombre “universidad”. Ya que la finalidad ahora será la de otorgar un título
habilitante, y no el hecho de recibirse sabiendo. En algún momento llegará a transformarse en
un lugar administrativo donde se expiden títulos habilitantes. Y así se dará la decadencia
definitiva, que sería lo peor de la Universidad Profesional.
Otros problemas son la multiplicación de carreras y profesores. Muchas de estas carreras son
inventos sin ningún fundamento. No se puede enseñar cualquier cosa en la universidad, sino 1
saberes y profesiones fundadas en saberes.
Nuevas circunstancias requieren nuevas (parcialmente) respuestas. Pero no pueden inventarse
nuevos y completos estudios. Ej.: uno puede tratar una semilla de diversas formas para que
germine y lograr un fin deseado, e incluso crear nuevas formas de tratamiento, pero lo que no
puede es inventar una semilla.
Dentro del campo del derecho pueden aparecer nuevas circunstancias. Ej.: aparición del
derecho aeronáutico nacido del derecho comercial. Hoy en día hay una nueva rama que es el
derecho ambiental nacido cuando comienza a destacarse el tema del medio ambiente (mitad
del siglo pasado). Pero este problema no es actual, sino que ya se encuentra en el Génesis,
cuando el hombre es designado, en el Jardín del Edén, como cuidador del planeta. El hombre
no fue creado para destruir y degradar el planeta, pero hoy en día tenemos una profusa
legislación y un descuido predominante del ambiente, por lo tanto es razonable el nacimiento
de esta nueva rama del derecho.
La multiplicación de carreras, estudiantes y profesores es muy perjudicial ya que produce una
gran degradación de los estudios.
Por otro lado está el tema de la ubicación de las técnicas. Son bienvenidos los progresos en
materia tecnológica, pero ésta no debe ocupar el centro de las cosas.
El verdadero universitario debe plantearse el problema de los fines de su estudio, lo demás
son sólo técnicas, hay que analizar que hacer con ellas.
Otro punto importante en este tema, es el uso que se hace de los medios, de las ciencias
aplicadas y técnicas. Estos usos deben estar subordinados a la ética y a la moral. Porque las
técnicas pueden ser bien o mal usadas. Se debe dar el buen uso, el uso conciente de la ciencia
y la técnica. La conciencia genera el orden en las cosas creadas y mandadas por Dios. Según
Rabelais “la ciencia sin conciencia es la ruina del alma”.
Nunca podremos conocer todo, en cualquier momento y lugar. El conocimiento humano es
limitado. Nuestro conocimiento es precario; pensamos que es verdadero y al otro día nos
demuestran que es falso. También podemos decir que es relativo, está sujeto a revisión, hay
una vigilia permanente en el hombre. Esto es lo que permite que se progrese, como así
también puede hacernos retroceder.
Cuanto más progresen las ciencias y las técnicas, más necesario se hace el uso de la razón, la
ética y la moral.

La Universidad Argentina
Los orígenes de la Universidad Argentina: la primera Universidad Indiana, en el territorio del
Virreinato del Río de la Plata fue la de Córdoba, constituida a través de un proceso que se
desarrolla desde su fundación en junio de 1613. En ella se enseñaba latinidad, artes, filosofía
y teología. En un principio no existían estudios jurídicos. Por eso, en este campo se destaca la
Universidad de San Juan de Chuquisaca o Charcas, en el Alto Perú inaugurada en 1624. En
ella estudiaron muchos argentinos que actuaron en la época de la independencia.
El 9 de agosto de 1821 se erige la Universidad de Buenos Aires, cuyo proyectista, fundador y
primer rector fue Antonio Sáenz, catedrático de Derecho Natural y de Gentes.
Una herencia disminuida y nuevos modelos europeos: desde el siglo XVII las nuevas
universidades que se fueron fundando, como la de Buenos Aires, se estructuraron siguiendo
nuevos modelos europeos, que poco habían conservado de la tradición medieval.
Sucesos posteriores como la Reforma de 1918, contribuyeron a agravar la situación anterior.
En la Argentina y en este campo, la gran tarea no es de restauración sino de instauración. La
Universidad Argentina plena es una tarea, un desafío, una “construcción” del porvenir.
La universidad anterior a la Reforma de 1918: esta Universidad, estatal desde sus orígenes y
la Universidad de Córdoba, secularizada en el año 1807 por resolución del Virrey Liniers, 1
provincializada en el año 1820 y nacionalizada en 1854, marchan paralelas a los diversos
periodos políticos.
Durante la época de Rosas se desarrolla un cierto liberalismo, llamado por algunos “ecléctico”
y por otros “espiritualista”. “…La formación jurídica de los que habían pasado por la
Universidad se nutria de tendencias de un mayor tradicionalismo, manifestándose en ellas el
respeto a la religión y a todos los valores sociales que años más tarde iban a sufrir violentos
embates con el predominio de otro liberalismo, esta vez materialista y ateo, que triunfó a
partir de la primera presidencia de Roca”.
Este último liberalismo materialista y ateo es el que influye en forma determinante en la
formulación del llamado “Proyecto del 80”.
El clima predominante en el país después del ´80, caracterizado por la ruptura con nuestra
tradición cultural, el laicismo, el estatismo y el enciclopedismo, influye en la Universidad y la
despoja de su esencia; queda solo lo externo. Aparece un “conservadurismo” que no advierte
la pérdida de lo valioso. Los elementos tradicionales que se han salvado del naufragio
aparecen fosilizados. Caturelli: “…el sentido de la vida universitaria había prácticamente
desaparecido. Los profesores repetían manuales de año en año. La universidad comenzó a ser
campo de lides políticas o trampolín de ascenso a posiciones expectables; los jóvenes eran
agitados por nuevas ideas e inquietudes que no encontraban eco en las aulas estáticas”.
La Reforma de 1918: es un acontecimiento estudiantil producido en la Universidad de
Córdoba. Pero es un acontecimiento que ha sido por muchos, aquí y en otros países,
idealizado. Al recibir su “canonización” laica, la Reforma adquirió todas las características de
las ideologías modernas. Y desde el poder estableció una moderna “inquisición” contra los
disidentes.
La nueva generación que se lanzó a la lucha por la Reforma Universitaria, en nombre de ésta,
incitaba al pueblo a tomar la Bastilla, a barrer con las oligarquías, a descubrir las mentiras
sociales, a concluir privilegios, a extirpar los dogmas religiosos, a realizar ideales americanos
de renovación social, a impulsar esta corriente revolucionaria hasta los reductos
universitarios…”
La sed reformista era política y no universitaria.
La Reforma cambió los términos del problema universitario: lo sacó de la órbita cultural, de la
cual nunca debió haber salido y lo transformó en un problema político. “La Reforma ha
introducido en el espacio universitario la lucha por el poder político y el tratamiento (no
académico) de los problemas políticos y siempre desde una perspectiva no académica, no
científica, sino partidaria. El fin teorético o especulativo de la Universidad es repugnante a la
reforma…”, Eduardo Ventura.
Al cabo de unos pocos años la Universidad estaba peor que antes. El “remedio” fue peor que
la enfermedad.

La universidad del mañana


La previsión del porvenir: así como la prudencia se apoya en la memoria del pasado para
prever el futuro, también nuestro sentido de la historia incluye lo venidero, ya que considera
el presente no como un tiempo aislado, sino solidario con el ayer y el mañana. El tema del
futuro del hombre y de sus instituciones, entre ellas la universidad, es muy complejo y los
elementos que influyen son múltiples.
Las herramientas del pasado y el aterrizaje en el futuro: sólo un adecuado uso de herramientas
forjadas en el pasado hará posible el suave aterrizaje en el futuro.
Es imposible la vida social y política sin un mínimo acuerdo colectivo.
El exceso de opiniones se multiplicara en el mundo del mañana. Esta demasía puede
extraviarnos y hacernos perder el sentido de los verdaderos bienes. Pero ya en nuestra época 1
se asiste a un vacío axiológico producido por el relativismo cultural y por la aparición de la
neutralidad científica que intentan sustituir a los valores tradicionales. “Cuánto más crítica se
vuelve la cuestión de los valores, menos dispuestas están nuestras escuelas a enfrentarse con
ella”.
Es lo que sucede hoy en nuestras universidades, en las cuales no se enseña a “saber vivir”. En
muchas, el positivismo dominante es ciego y sordo ante el problema; en otras, se enseña sin
convicción, sin ejemplaridad y sin verdadera actualización, una moral que poco tiene de
clásica aunque se llame tal, cuyo acento se encuentra más en los males a evitar que en los
bienes a perseguir y en las virtudes a practicar.
Toffler propone “cursos del futuro” para que cese el destierro del mañana en las aulas y en las
conciencias y se refiere a la “ciencia ficción” como una especie de “sociología del futuro” que
puede guiar a las mentes juveniles en una imaginaria exploración de problemas políticos,
sociales, psicológicos y éticos con los que habrán de encontrarse. Se trata de saber lo que va a
pasar, no de una aceptación irreflexiva de todos los posibles horrores del mañana, no de una fe
ciega en el cambio por sí mismo”. Y esto ¿no es acaso discernir los signos de los tiempos, a lo
cual nos convoca el Evangelio?
Finalmente, Toffler se refiere al dominio de la tecnología responsable, subordinada a la
política. Entre dos extremos viciosos, el romanticismo que postula la vuelta a un idílico y
primitivo “estado de naturaleza”, por una parte y por otra el uso egoísta, insensato y
“autónomo” de la tecnología, el término medio superador es una de las especies, y la más
importante, de las primeras de las virtudes cardinales: “la prudencia política, en especial la del
gobernante, que ejercerá su imperio sobre los medios, aquí la tecnología, para ordenarlo al fin
que es la vida buena de la multitud.
En realidad, Toffler no rompe con el pasado, sino que utiliza sus legados: providencia,
prudencia, solercia, ciencia como virtud intelectual, concordia, compromiso axiológico,
discernimiento de los signos de los tiempos, dominio de los medios mediante el ejercicio de
una política arquitectónica, todo un patrimonio heredado, cuyo estudio cuidadoso nos
permitirá usarlo mejor, con conciencia de lo que hacemos y por ende, obtener mejores frutos
en la empresa de entrever el futuro.

La subsistencia de la Universidad: ¿subsistirán en el siglo XXI las escuelas y las


universidades? No se puede afirmar con certeza. El progreso de la informática y de las
tecnologías en el ámbito de las comunicaciones “capacitarán a gente de todas las edades y
condiciones sociales para aprenderlo todo, en cualquier lugar, en cualquier momento, con
óptimos resultados. El nuevo sistema de enseñanza no estará basado… en mecanismos de
selección y de exclusión. Los títulos tendrán que desaparecer. En su lugar, la gente obtendrá
certificados para justificar ante las empresas que tienen una preparación, una aptitud o unos
conocimientos específicos”.
Toffler habla de un reflujo educativo desde la escuela hacia el hogar, ayudado por el aumento
del nivel de educación que hará que los padres asuman responsabilidades hoy en manos de las
escuelas y por los progresos de las computadoras, las grabaciones visuales electrónicas, la
holografía y otros sistemas técnicos. La asistencia de los colegios podría reducirse a ciertos
periodos de corta duración para estudiar temas específicos.
Por otra parte se refiere a una “facultad externa”, para la educación secundaria y superior, con
mentores que “no sólo transmitirán sus conocimientos, sino que mostrarán cómo las
abstracciones de los libros de textos se aplican en la práctica. Peritos mercantiles, médicos,
ingenieros, hombres de negocios, carpinteros, constructores y proyectistas podrían formar
parte de ella”.
En lugar de una visión realista del futuro, que tenga en cuenta sus posibilidades y sus riesgos.
No tiene lógica alguna el reflujo educativo desde la escuela hacia el hogar vaticinado por 1
Toffler, ya que es imposible que el matrimonio y la familia del futuro si se concretan en el
marco de sus proyecciones puedan asumir una mayor responsabilidad en la materia.
En este contexto ¿Cómo se puede reducir la escuela o la Universidad a institutos dedicados a
enseñanzas supletorias o a actividades sociales y deportivas? Además, con este reduccionismo
¿Dónde queda la esencia de toda entidad educativa y la función integradora de los saberes de
la Universidad?
Por otra parte, si es cierto que en el futuro hay que tender a superar el divorcio entre la teoría
y la práctica, hoy tan marcado en ciertas facultades, para concretizar la primera y darle sentido
y fundamento a la segunda, para impedir que se transforme en una mera rutina, la vía
propuesta de una “facultad externa” con sus “mentores” y la ejemplificada mescolanza de
ciencias, artes, técnicas y usos, no nos parece el camino adecuado.
Ahora, si todo esto se concretara, si se diera una descentralización educativa, si la enseñanza
se impartiera a través de videos y los exámenes se pudieran rendir por correspondencia,
desaparecería en la práctica la Universidad como “lugar” de convivencia entre profesores y
estudiantes.
Pero además de esta desaparición física poco probable existen otros peligros, males que ya
afectan a casi todas las universidades y que amenazan agravarse: ¿subsistirá la Universidad
con su naturaleza unitaria o se disolverá en una Multiversidad o en una Pluriversidad?
Un rector de la Universidad de California propone sustituir la Universidad por la
Multiversidad, a la cual define como una “factoría de conocimientos”, una especie de
supermercado de “golosinas del alma”, en la cual los estudiantes se consideran a sí mismos
como proletarios y no dejaron de resistirse a ello.
Pero sin ir tan lejos hoy nos encontramos a cada rato con institutos que bajo el nombre de
universidad esconden otra realidad. La Pluriversidad, ya que constituye una suma de escuelas
especializadas que han renunciado a la unidad, o sea a todo intento de integrar los saberes en
un todo articulado. Y con esto le han dado la espalda a la autentica universidad en la cual
deben existir vasos comunicantes entre los distintos saberes. El espíritu interdisciplinario
salvara a la Universidad o no habrá universidad. Los órdenes del saber son complementarios.
Solamente una universidad así orientada podrá ayudar al hombre en el aprendizaje del
pensamiento y cumplirá con la finalidad de la educación en su más alto grado.
Algunos grandes problemas:
 Multiplicación de las carreras y de los universitarios.
 La insubordinación de la técnica. Urge recuperar el sentido del hombre integral, ya
que los problemas más graves no son los que aquejan a las nuevas máquinas sino a los
maquinistas. El universitario debe ser educado para no disociar los problemas técnicos
de sus consecuencias humanas o de sus fundamentos que debe buscar más allá de la
técnica; debe plantearse el problema de sus fines.
 Los límites de la ciencia: los adelantos de la ciencia cuando no son paralelos al
desarrollo moral, provocan grandes desajustes y el mundo contempla aterrado la
aplicación de las investigaciones científicas a tareas de exterminio y destrucción. “es
indispensable que las aplicaciones de los descubrimientos científicos se hagan de
acuerdo con sanas normas morales”, Bernardo Houssay.
 Diversidad y comunión universal. Nuestra institución debe conciliar su arraigo
nacional con su carácter ecuménico. Por eso, si aprovechamos bien los medios
técnicos a nuestro alcance y el progreso de las comunicaciones, en el amanecer del
mañana, “podemos entrever en la Universidad convertida en vehículo de comunión
universidad. Si el universo entero tiene una aspiración hacia la unidad ¿Por qué la
universidad no habría de constituirse en instrumento para restaurar la quebrada unidad
del cosmos? A esta comunión cósmica deberá llegar la Universidad por la vía
académica que muestre la unidad subyacente en todos los saberes humanos. 1
 La interminable fila; la Universidad fuera del tiempo: “no hay hombre que no quiera
sentirse alegre”, afirma San Agustín en “la Ciudad de Dios”. Es natural que
busquemos momentos de alegría. Esos momentos se producen en la Universidad
cuando se abren las inteligencias de los profesores y los estudiantes, cuando se
recupera la alegría de enseñar y la alegría de estudiar.
Para que la Universidad no muera, para que se proyecte con vigor en el porvenir, a
todos aquellos que la amamos con voluntad de perfección, Robert Ellrodt nos convoca
a la lucha, ala única batalla universitaria. Que es la batalla por la verdad.

BOLILLA 2

Estudios jurídicos. Clase 6/9


Los estudios jurídicos comienzan en Grecia y en Roma, mucho antes de la facultad de
Derecho. Es necesario que existan en la medida que exista la sociedad. La realidad jurídica
plena existe cuando existe la sociedad, y será entonces la sociedad política donde aparece el
derecho.
Los abogados son necesarios mas allá de las formas jurídicas que adquiera la sociedad.
Durante la Revolución Francesa los abogados fueron suprimidos, al igual que los colegios de
abogados, por ser considerador como arbitrarios. Fueron sustituidos por los “influyentes”
(amigos de los jueces por ejemplo), lo que no fue favorable porque se resolvía todo según las
conveniencias. Los influyentes terminaron siendo peor que los abogados, con lo cual podemos
concluir que los abogados son necesarios.
Los árbitros y los mediadores también son necesarios, al igual que los escribanos, para brindar
seguridad jurídica. Los árbitros son personas con afinidad con las partes, se ofrecen como una
especie de mediadores para resolver el pleito, pero fuera de la justicia.

En Occidente, la reflexión acerca de la necesidad de los abogados, los árbitros y mediadores


comienza en Grecia. Existieron leyes y recopilaciones anteriores pero en Oriente.
En Grecia se da una doble problemática:
 La teórica (la de los filósofos), se tratan de configurar los conceptos jurídicos, como
de ley, lo justo, la justicia que van naciendo a través de una evolución que comienza con
los poetas. “En la poesía griega está el germen de la filosofía griega”. Surge la distinción
entre la poesía escrita y la no escrita. De la poesía se pasa a la filosofía. La primera
formulación filosófica o conceptual de la justicia la hacen los pitagóricos. Platón es el
primero en exponer una doctrina sobre la justicia en “La Republica”, que es un estudio de
la justicia, la educación y las formas políticas. Platón ve la justicia primero en la polis
(macrocosmo) y después en el hombre (microcosmo), porque primero se ve en grande. La
justicia para Platón es que cada uno haga lo que corresponde en la ciudad.
Aristóteles señala que es necesario para la justicia la “alteridad”, lo que significa que tiene
que haber otro para que exista el Derecho. Platón decía que se podía dar en uno mismo; se
confunde entonces la justicia con la bondad como una virtud universal. Aristóteles
reconoce a la justicia como virtud universal pero la limita exigiéndole la alteridad.
Es universal porque puede exigir actos de otras virtudes, como la templanza, la prudencia,
etc. Aristóteles la denomina “justicia legal” o “justicia general”.
En lo que es la justicia particular plantea la doctrina de la equidad.
 Realización práctica: ¿Cómo se hace justicia? En Grecia, el procedimiento era oral, a
través de la retórica. La retórica, como la define Aristóteles es el arte de persuadir a través
de las palabras. Los tribunales griegos funcionan dentro de la órbita de la retórica.
Aquí aparece el logógrafo, antecedente de los abogados, que se encargaba de redactar los
discursos que se presentarían ante los tribunales. Se abrieron escuelas de retórica. Los 1
jueces griegos eran muchos, con tribunales multitudinarios, no sabían Derecho y
generalmente eran bastante corruptos. Sus resultados no eran justos, generalmente, se
juzgaba injustamente y en contra del derecho griego, como cuando se hacia un juicio
colectivo.
Aristóteles se plantea aquí, si es preferible que las cuestiones jurídicas sean resueltas por
las leyes o si es mejor por los jueces. A lo que dice que es preferible que estén reguladas
por las leyes y dejar al arbitrio de los jueces las menores cuestiones posibles. En un
contexto de pocas leyes y una justicia pésima, dice que en primer lugar el legislador
legisla en frío y para el futuro, en cambio el juez legisla en caliente y para el pasado.
Además el legislador hace su tarea en general, el juez juzga en particular el caso que tiene
frente a él. Dice que basta uno para sancionar las leyes y se necesitan muchos jueces para
juzgar casos particulares. Entonces, el juez juzga uniendo el pasado y el presente.
El legislador tiene tiempo para hacer su trabajo y pensar la ley que va a legislar, en cambio
la justicia debe ser rápida. Los argumentos de Aristóteles después son repetidos por Santo
Tomas de Aquino.

En conclusión, los griegos se hicieron la pregunta de qué es la justicia y la contestaron muy


bien, pero fracasaron al preguntarse cómo se hace la justicia. Nunca en Grecia existió la
ciencia del derecho ni los juristas. Es Aristóteles el que cambia la jerarquía de los discursos,
diciendo que el más importante no es el forense sino el discurso deliberativo porque es de
interés más común. Hay un tercer discurso que es el “epidíctico” que es el de las
conmemoraciones, los homenajes, el discurso del educador.

Roma:
Etapa religiosa: En esta primera etapa de la evolución romana había un papel que
desempeñaban los pontífices como figura central del derecho romano. Los pontífices eran una
especie de puente entre los dioses y los hombres. Los jueces eran ejecutores de las sentencias
de los pontífices, que averiguaban la voluntad de los dioses. En la segunda etapa del derecho
romano, con una cierta laicización, aparece el jurista y la enseñanza pública del derecho. Esta
comienza a partir de Tiberio Coruncanio en el 300 a.C. En esta etapa jurídica las cuestiones
comienzan a pensarse y la autoridad que antes tenían los sacerdotes pasa a ser asumida por los
juristas. El jurista era un hombre que tenía una ciencia, que era la de lo justo y lo injusto, que
la adquiría en el contexto de las cosas divinas y humanas. Esto quiere decir que el jurista era
un hombre práctico, que conocía la jurisprudencia. En este contexto el jurista era un experto
en lo justo y lo injusto. En el Siglo I de nuestra era aparece el fundador de la jurisprudencia
romana, Quinto Mucio Escévola, quien es nombrado pretor en África, e hizo crucificar a los
corruptos. Fue el verdadero fundador de la jurisprudencia romana. A pesar de que ya en el se
da alguna sistematización, su metodología era propia de un jurista romano. Los juristas no
tenían poder, pero su palabra tenía autoridad. Eran consultados por sus conocimientos, ya que
había pocas leyes se planteaban problemas jurídicos. Los juristas estudiaban los problemas y
sugerían la mejor solución para resolverlo. O sea que los juristas no tenían imperio.
Etapa clásica central de la jurisprudencia romana: es el periodo signado por las escuelas de
jurisprudencia: sabiniana y proculeyana. Estas discutían acerca de muchos temas.
Sabirio, fundador de la primera, creo un manual para estudiar el derecho. Empezaba por la
herencia, luego los derechos de las personas y por ultimo las cosas. La herencia era muy
importante porque se mostraba como la esencia de la sociedad dependía de la familia. Aquí ya
se distingue entre religión y derecho.
Etapa filosófica: es una etapa clásica tardía que llega hasta el año 335 de nuestra era. A ella
pertenecen Papiniano, Ulpiano y Paulo. Papiniano escribió libros sobre definiciones y 1
conceptos del derecho. Lo mataron porque se negó a justificar un asesinato a pedido del
emperador.
Ulpiano es tan importante que Santo Tomas lo llama “El Jurista” y algunos errores en la suma
teológica son por seguir a Ulpiano, influenciado por la filosofía estoica. Toma de Ulpiano el
concepto de derecho natural, en el que combina a los hombres con los animales. También lo
mataron.
Paulo da una definición de derecho natural como algo que es siempre equitativo y bueno.
Aparecen otros juristas como Gayo.
Según Tejada estos juristas montaron a la cima de la perfección el estudio del derecho,
utilizaron la comparación, el análisis y el sentido común.

Etapa religiosa.
Etapa donde se funda la jurisprudencia.
Etapa filosófica.

Etapa de las compilaciones: por un lado tenemos la situación de Oriente y por otro de
Occidente. El imperio romano de Occidente había caído y aparecieron los bárbaros, que poco
a poco comienzan a asentarse pero el derecho pasa por una época de oscuridad hasta los
glosadores. En Oriente se conservan las obras de jurisprudencia clásica en la escuela de Beirut
y de Constantinopla, gracias a las cuales se puede realizar la compilación de las obras de
Justiniano. El Digesto y las Institutas, las Novelas y el Código.

BOLILLA 3

El hombre, la sociedad y el derecho. Clase 13/9


¿Qué es el hombre? De todo lo que existe, lo más misterioso es el hombre, decía Sófocles.
Según Boecio, el hombre es una sustancia individual de naturaleza racional.
Sustancia: todo aquello que es en sí. Accidente en cambio, es todo aquello que necesita de
otro que le sirva de sujeto para insertarse.
Naturaleza: sinónimo de esencia, según Boecio.
El hombre es un compuesto constituido por dos principios intrínsecos: cuerpo y alma
(espiritual). A través de su cuerpo, es parecido al género animal.
Max Sheler, filósofo alemán, en su libro “El puesto del hombre en el cosmos”, destacaba
dentro de la humanidad del hombre, algunas notas:
1. El hombre es capaz de intuir, conocer las esencias de las cosas por la vía de abstracción.
Comienza mediante el conocimiento sensible, que es luego interiorizado. Así, tiene idea
de la esencia de las cosas para distinguir una cosa de otra. Conoce por los sentidos y a
partir de sus datos comienza el proceso de abstracción cuyo resultado es “el concepto”.
2. El hombre es capaz de tener la vivencia de los valores, a través de su razón estimativa.
Los valores, serian los bienes, según la filosofía tradicional. Según la metafísica, son
accidentes de cualidad, que residen en las cosas y hacen que sean de determinada manera.
No pueden existir valores en el aire, aislados, sino que se concretizan. A si mismo, hay
valores mas importantes que otros, dependiendo además de la persona. Ejemplo: para un
avaro, el valor mas importante es el dinero. Hay una jerarquía de valores que se estructura
a partir del supremo valor que es el Sumo Bien (Dios). El supremo valor colorea toda la
tabla y un error en el supremo valor conspira contra toda la tabla de valores. Los valores
son objetivos y bipolares (a cada valor le corresponde un anti-valor o disvalor).
3. El hombre es capaz de conquistar su libertad, siendo el único animal capaz de decir que no
ante algo que lo reclame. Le da a la libertad una connotación negativa. Esto es cierto pero 1
insuficiente ya que también puede decir que si. Es libre, pero tampoco absolutamente. El
hombre es libre pero ateniéndose a las circunstancias. La libertad siempre es una libertad
situada.
4. El hombre es el eterno buscador de Dios. Esto es por la nota de criaturidad, no es un ser
originario sino dependiente, contingente (“hoy estamos, mañana no estamos”). Sheler
primero fue judío, luego católico y por ultimo panteísta, esto quiere decir que ve a Dios en
todo, Dios es todo y todo es Dios. Buscar a Dios es algo de todo, plantearse los grandes
temas de la existencia, cuál es el sentido de la vida, mi destino, etc. preguntarse esas cosas
es algo que hacemos todos.
Estas cuatro características muestran la espiritualidad del hombre.
Además de estas, cabe agregar que:
5. El hombre es el único animal histórico, es decir que es el único que ingresa activamente
en la historia, deja su marca en ella y hace historia. Cuando los animales entran en la
historia, entran por causa del hombre. Ejemplo: caballo blanco de San Martín, caballo de
Calígula.
6. El hombre es el único animal tradicionalista. Esto quiere decir que es el único capaz de
heredar saberes. Los otros animales cuando nacen tienen que aprender todo y no heredan
nada. En cambio nosotros heredamos hasta los errores. De todo aprendemos en la medida
que seamos dóciles.
7. El hombre es el único capaz de aplicar los conocimientos abstractos, o sea, lo que el
hombre sabe, lo puede aplicar a través de diversas técnicas; el animal no. Ejemplo: un
típico animal constructor es el hornero, siempre tiene su construcción hecha con los
mismos materiales, con la misma disposición y se construyen en los lugares más insólitos.
El hombre puede disponer las cosas de tal modo que puede construir lo que se le ocurra.
Ha ido progresando en la fabricación de materiales de construcción, en los estilos
arquitectónicos. Todo esto hecho por el hombre, no se puede comparar con el hornero.
8. El hombre es el único animal social: la vida de los animales es colectiva, instintiva.
Ejemplo: la organización de las abejas. Pero la sociedad humana no es puramente
instintiva, hay una inclinación del hombre a vivir en sociedad, ingresando a una cantidad
de grupos que le permiten actualizarse y perfeccionar esa inclinación social adquirida en
el nacimiento. El hombre tiene una socializad riquísima. En parte esta dada por este
instinto social, pero en parte no; uno elije si casarse o no, si construir una sociedad o no.
Es muy distinta la vida del hombre de la de cualquier animal.
9. El hombre es el único animal político: el hombre dentro de las sociedades esta inclinado a
un tipo especial de sociedad que es la sociedad política, que hoy en día es llamada Estado.
Lo que es necesario es que haya una sociedad global. Esta busca bienes parciales,
comunes. El hombre necesita de ella, porque gracias a la sociedad política el hombre tiene
una suficiencia de bienes y servicios necesarios para alcanzar una vida buena. Dice
Aristóteles una vida feliz. Nosotros podemos tener esa vida en la medida en que nos
integremos a una sociedad más amplia que la de la familia y los grupos. El hombre dentro
de su socializad tiene esta nota de politicidad.
10. El hombre es el único animal jurídico: esto quiere decir que el hombre es el único animal
que tiene las capacidades requeridas por lo jurídico; es el único que puede conocer el
contenido de las normas, que puede obedecerlas o desobedecerlas, que puede ser
imputable. Esto no existe en el mundo animal, vegetal o de cosas inanimadas. Desde
Grecia hasta nuestros días hay habido grandes errores, por ejemplo, el tema de la
reencarnación. En Roma que se hablaba del Derecho Natural común a hombres y
animales. En nuestra época todos los desvaríos ecologistas. Ni los ríos, ni los animales, ni
los bosques tienen derechos, sino que el hombre es quien tiene deberes. El único que
puede actuar como sujeto en el derecho es el hombre, el resto actúa como objetos, sobre 1
los cuales el hombre tiene deberes.

El hombre, la sociedad y el derecho. Clase 20/9


La sociedad
Según Boecio, el hombre es una sustancia individual de naturaleza racional.
En cambio la sociedad es un accidente.
Lo que caracterizaba a la sustancia es que ésta es en sí, en cambio el accidente es en otro,
necesita de una sustancia en la cual insertarse de alguna manera. No puedo decir que existe
una sociedad si no hay hombres que la integren.
Según Aristóteles, dentro de los distintos accidentes la sociedad pertenece al accidente de
relación. Está constituida por relaciones entre los hombres.
La sociedad NO es un accidente. Afirmar que es una sustancia es una afirmación grave porque
las personas que la integran se desustancializan. La sociedad es algo artificial, algo que
nosotros fabricamos, como si fuera un artificio. Pero esto NO es así, porque la sociedad es
una consecuencia de la naturaleza del hombre (es un ser social que participa en la
estructuración de la sociedad). La sociedad es un accidente.
El Derecho
El término derecho, es un término que tiene diferentes significados, es un término análogo.
¿Dónde observamos la vida del derecho? Se observa en la sociedad. No existe derecho sin
sociedad. Lo observamos en las relaciones que surgen a través de las conductas humanas.
El primer sentido es el derecho como conducta humana. ¿Cómo puede ser esta conducta?
Puede ser individual o colectiva. Ejemplo de conducta humana colectiva: conducta de la toma
de exámenes; mesa de la Corte Suprema de Justicia; cuando un órgano de una Sociedad
Anónima se reúne.
La conducta puede ser individual o colectiva, pero siempre es humana. Otras notas que posee
esta conducta son:
1. Se da con relación a otro. Esta nota de la conducta jurídica se llama alteridad. El otro
tiene que ser otro totalmente distinto. Pero hay casos donde la alteridad está atenuada.
2. Es una conducta exterior. Se manifiesta exteriormente pero es una conducta exterior que
tiene raíz interior; arranca de la interioridad y se manifiesta. Por ejemplo: una persona
detesta a otra persona, si lo hace interiormente no pasa nada desde el punto de vista
jurídico, excepto que lo manifieste exteriormente.
3. Es una conducta obligatoria. Ya que está regida por normas que engendra una necesidad
deóntica. Esta necesidad es distinta de la necesidad lógica y física. Uno esta obligado a
cumplir con ciertas cosas pero en los hechos no lo hace. Debo hacerlo pero puedo no
hacerlo.
La conducta jurídica debida es:
4. Objetiva: es decir que se ajusta a un título que tiene otra persona. ¿Qué es un título? En el
derecho existen dos sentidos del término título: a) título como signo jurídico, ejemplo:
título de propiedad de una cosa. b) el título como la razón o causa por la cual algo le
pertenece a alguien, por ejemplo: a alguien le pertenece una cosa porque se la han donado
o algo por el estilo. Acá la conducta jurídica es objetiva cuando se ajusta al título. Excepto
que la obligación sea intuito persone, esta conducta puede ser cumplida por otra persona.
Por ejemplo: un padre puede pagar por el hijo. A veces esta conducta puede ser cumplida
por un órgano coactivo del Estado.
Alternativas de conductas:
 Uno puede cumplir con buena voluntad, ej. le pago porque se lo debo. Esto se
llama intención virtuosa.
 Uno puede cumplir sin intención virtuosa.
1
 En las que no son intuito persone puede cumplir un tercero o un órgano coactivo
público.
En las primeras encontramos un elemento que se denomina COERCION. Es algo preventivo,
psicológico. Puede existir coerción religiosa, moral, social, y por deber. Uno puede cumplir
con la conducta de vida por motivos religiosos, por ejemplo, puede no matar por el
mandamiento que dice “no mataras”; uno puede cumplir por coerción moral, persona buena
en la cual influye la ley natural, no hace daño al prójimo. Puede cumplir por coerción social,
eficaz en poblaciones pequeñas y sociedades medianas, “si cometo un delito me van a echar
del club, y la gente comentara”, respeto la norma porque “me conviene”. Existe la coerción
jurídica, que es el temor a las penas. En nuestro caso concreto se mezclan las cuatro
alternativas.
La coerción es anterior a que uno haga un acto injusto, es psicológica.
Y finalmente encontramos en estas conductas la posibilidad de la COACCION. Se distingue
la fuerza de la coacción y la fuerza de la violencia. La coacción es la fuerza monopolizada por
el derecho, por el Estado. La fuerza de la violencia es la del delincuente, el violador, etc. Por
ejemplo: la diferencia entre la fuerza del carabinero (bien común) y la del bandido.
La fuerza debe ser objetiva, limitada, reglada para distinguirse de la mera violencia. Existe
siempre la posibilidad de coacción lo que no significa que siempre se utilice.
Todo esto se refiere al primer sentido del término derecho, como conducta. Cuando uno se
ajusta al titulo, esta conducta será justa.
Ahora bien, hay otras conductas que son jurídicas, pero no son justas. Estas se llaman,
conductas jurídicas facultativas. No quiere decir que sean injustas. Tienen algunas
características: son humanas necesariamente, poseen la nota de alteridad, son exteriores, y
pueden ser individuales o colectivas. Sin embargo, le faltan las notas de objetividad, coerción
y coacción.
Ejemplo de estas conductas: la donación. Es una conducta facultativa porque uno no esta
obligado a cumplirla, uno lo hace porque quiere hacerlo. Y es jurídica porque tiene
presupuestos jurídicos y consecuencias jurídicas. Si quiero donar algo tiene que ser algo mío,
la donación no puede hacerse en perjuicio de terceros.
En el derecho comercial se da bastante en la convocatoria de acreedores, en los concursos y
quiebras.
Por otra parte, también se puede hablar de la centralidad de la conducta, porque todos los
sentidos anteriormente nombrados giran en torno a la conducta justa o conducta de vida.
Nosotros permanentemente tenemos conductas jurídicas. Esta conducta esta regida por
normas. La vida humana esta regida por normas. Y aquí aparece el segundo analogado del
derecho, que es el derecho como norma.
No todas las normas son jurídicas, hay también normas morales, religiosas (los diez
mandamientos), sociales, de costumbre, leyes físicas, leyes ortográficas, normas de caligrafía,
reglas técnicas, etc. El hombre vive sujeto a una cantidad inmensa de normas. Una especie de
todas ellas son las NORMAS JURÍDICAS. Por ejemplo, las leyes, la costumbre, un decreto,
las sentencias, un estatuto, reglamento de copropiedad y administración, los contratos (ley
para las partes), convenios colectivos, etc.
¿Cómo la norma jurídica se conecta con la conducta jurídica? Las normas rigen la conducta,
son causa formal extrínseca de la conducta. Las normas son modelos de conductas, inducen a
obrar bien o mal.
¿De dónde proviene el término norma? Del latín norma.
Las normas son medios, NO fines. Son medios para lograr determinados fines; por eso la
perfección hay que buscarla en las conductas. Y esto se da en todo el campo práctico, no solo
en el campo del derecho. En el deporte, por ejemplo, las reglas de fútbol sirven para
distinguirlo de otros deportes. 1
En nuestro país padecemos, por un lado de inflación legislativa, hay demasiadas leyes, y por
el otro tenemos la denominada anomia. Esto se da ya que no todas las casi 27000 leyes, están
vigentes. Hay otros fenómenos que son la antinomia, que es algo contradictorio.
Acá la anomia significa que las normas jurídicas, en una cantidad de casos, no se cumplen. La
anomia no solo se da a nivel nacional sino también a nivel municipal.
Las normas jurídicas son necesarias, pero lo que hay que hacer es tratar de recuperar el
respeto por la norma. La norma es mejor que la anomia, pero hay que tratar de evitar la
anomia con inflación de normas.

Clase 27/9
Tercer analogado del término derecho. El derecho como poder.
En la antigüedad no existía una doctrina de este, lo que no quiere decir que no existieran los
poderes jurídicos; también existían potestades que hoy no existen.
Lo que no existió hasta fines del medioevo fue el concepto de poder jurídico. Tiene un punto
de nacimiento histórico: los franciscanos y el Papa Juan XXII se plantearon una querella
acerca del usufructo de la propiedad. Los franciscanos en esa época ya no eran los de la época
de San Francisco de Asís; tenían muy escrupulosamente observado el voto de pobreza. Luego
comienzan a tener muchas propiedades, y decían que no eran propietarios de nada, era todo de
la Santa Sede, ellos solo tenían el usufructo de esas propiedades. El usufructo siempre es
temporal pero en este caso se transformo en un usufructo perpetuo. El Papa les dice que son
propietarios.
Aquí surge la concepción del derecho como poder distinto a los anteriores. Los poderes
jurídicos se pueden dividir en tres categorías; se expresa muchas veces como un derecho
subjetivo pero es sólo categoría:
1. Las potestades: es el poder de mando que ejerce una persona sobre otra; se da en un
ámbito social y esta marcada por la desigualdad.
2. Los derechos subjetivos: se dan en una relación marcada por la idea de igualdad.
3. Las facultades: en el derecho tenemos un campo de lo permitido y hay muchas cosas
permitidas que nosotros las realizamos utilizando facultades, ejemplo: el testamente es un
acto facultativo.
¿Cómo ubicamos a este nuevo sentido en relación con el derecho como norma y como
conducta? Este es un analogado terciario que dice que para que exista un poder jurídico tiene
que existir una norma que lo regule, natural o positiva, en la cual se funde. El derecho como
poder, para ejercerlo se tiene una determinada conducta. No se puede utilizar para realizar
conductas antijurídicas (ejemplo, el caso en India que los padres preparan a sus hijos para
mendigar). Las potestades deben ser bien ejercidas, sino se vuelven contestables privándose
de ellas. Estos derechos hay que usarlos subordinados a las normas y con un objetivo que sea
justo. En los derechos subjetivos y en el orden facultativo deben reglarse en cuanto a normas,
sin perjudicar a otro. Ejemplo: existe un derecho a la vivienda, señora que exigió que le
regalen una vivienda aún recibiendo un buen sueldo.
Los actos jurídicos y las facultades deben ejercerse subordinados a las leyes.
Dentro de este analogado entra un capitulo que es el de los Derecho Humanos, cuyo primer
error esta en la denominación, porque todos los derechos son humanos.
Estos derechos han ido extendiéndose a través de un proceso que comienza con la Revolución
Francesa, la libertad por ejemplo fue uno de esos derechos.
1. Primer Etapa: La Revolución Francesa fue en un principio burguesa y para los burgueses
era muy importante el derecho de propiedad. Y además el derecho de seguridad, saber a
qué atenerse respecto de las consecuencias de la conducta. Seguridad jurídica y política.
En esta época son considerados derechos subjetivos individuales. También se extiende el
derecho de la resistencia a la opresión. Nada de esto fue inventado por la Revolución 1
Francesa, siempre existieron pero en otras formas. Esta revolución proclamo ciertos
derechos subjetivos del hombre como individuo ante el poder. Fue fundamentalmente
individualista; se trata de suprimir a los grupos infrapoliticos y a las regiones. Así surge
otro momento.
2. Segunda etapa: todo esto trata de corregirse, y se da la proclamación de los derechos
subjetivos sociales. Ejemplo: el derecho de asociación, de jornadas limitadas, etc. Todo
esto aparece con los derechos sociales.
3. Tercera etapa: de los derechos subjetivos difusos. Son por ejemplo los derechos a vivir en
un ambiente sano (esto lo dice la Constitución Nacional de 1994), el derecho a la paz
(derecho muy relativo), el derecho al desarrollo (crecimiento económico).
4. Cuarta etapa: en este momento aparecen los denominados derechos libertarios, como por
ejemplo, el derecho al aborto, al matrimonio homosexual, etc. y finalmente todo esto
acaba con un último momento.
5. Quinta etapa: aquí encontramos los denominados Derechos Humanos (infrahumanos).
Que son los derechos de los animales, de los bosques, de los ríos, que no pueden ser
derechos evidentemente.

Estos tres analogados pertenecen a la realidad jurídica.

Hay un cuarto analogado que se encuentra fuera de esta realidad jurídica. Este es el derecho
como conocimiento. Es el arte de lo bueno y de lo equitativo, como lo define Celso, de lo
justo y adecuado. En ese tiempo el arte era un tipo de conocimiento transmisible. Hoy en día
encontramos la filosofía del derecho, la teología del derecho, etc. No hay que confundir el
estudio con el objeto que se estudia, por lo que no hay que confundir el Derecho como saber,
con el Derecho. Este estudio se realiza a través de la Ciencia del Derecho (que estudia la
relación jurídica a través de sus causas próximas); la filosofía del Derecho (estudia la relación
jurídica a través de sus causas remotas); y la teología del Derecho (estudia la relación jurídica
a través de la Revelación).
Santo Tomás se refiere a un quinto analogado que es el derecho como tribunales, lugar donde
se imparte justicia. Es el ámbito en el cual transcurren ciertos aspectos del Derecho. La
“Patología del derecho” se desenvuelve en los tribunales, mientras que la mayoría del
Derecho, “la fisiología” transcurre fuera de ellos.

Etimología del término derecho


El término derecho de las lenguas modernas proviene de ciertos vocablos latinos como
directus, rectus, regula y regere. Cuya única raíz proviene del sánscrito y es “rgu”, que
representa la idea de rectitud, hace referencia a lo recto tanto en sentido físico como en
sentido moral. En cambio lo justo, como justicia, proviene de otro vocablo que es el vocablo
romano ius, del que derivan iustum (lo justo), y iustitia (justicia). El vocablo “ius” también
proviene del sánscrito y puede originarse en dos raíces diferentes: por un lado YU, de origen
laico, que significa que el derecho es un vinculo de tipo constrictivo, es decir que nos obliga a
hacer algo; y por el otro YOH que vincula al Derecho con su origen religioso.

Divisiones del Derecho


Lo más importante es la división entre derecho natural y derecho positivo. Pero además existe
otra división que se da entre los derechos perfectos y los derechos imperfectos.
Esta división aparece en Grecia cuando Aristóteles se ocupa de lo que se llama formas
analógicas de justicia. La justicia, en sentido estricto, se daba entre personas iguales, libres.
Había otras situaciones en las que al no existir alteridad plena, existían formas analógicas de
justicia. Por ejemplo la relación que se daba entre el amo y el esclavo. El esclavo no es otro 1
porque pertenece al patrimonio del amo, pero se intuía en el esclavo una cierta personería y
era considerado más que un animal.
Aristóteles se da cuenta que algo no funcionaba. Se da cuenta que debajo de esta forma
jurídica de esclavitud existía un hombre. Entonces no es ajena a la justicia pero no es una
justicia plena por la falta de alteridad. Es lo que hoy pasa entre la mujer y el marido que no
pueden establecer un contrato de compraventa por estar sujetos a una comunidad conyugal,
aquí hay falta de alteridad.
Santo Tomas, a estos derechos a los que les falta la nota de alteridad, los denomina derechos
imperfectos. Por el contrario, serán derechos perfectos aquellos que resulten de los elementos
de alteridad según una relación de igualdad.

Otros órdenes que rigen la conducta humana


La conducta humana está regida por los derechos, por la moral, los usos sociales y normas
políticas.
La moral
Definición de moral, diferencia con la ética. ¿Cuáles son los elementos constitutivos de la
moral? ¿Dónde se da la realidad moral? La moral se da en la vida cotidiana, en los llamados
actos humanos, actos que el hombre realiza con discernimiento, intención y voluntad. Estos
actos buenos o malos constituyen nuestra personalidad moral, porque la naturaleza del
hombre es plástica, se puede ir transformando y amoldando. Todo esto acaba el día de la
muerte de cada uno.
En fin, la moral es un aspecto de la realidad que esta constituido por todo el obrar libre del
hombre. El Derecho como orden normativo está relacionado con otros órdenes normativos
que rigen la conducta humana tales como la moral, los usos sociales y la política.
Hábitos y disposiciones
Es necesario que desarrollemos ciertos hábitos y desarraiguemos otros. Los hábitos buenos se
llaman virtudes y los hábitos malos se llaman vicios. Es importante desarrollar las virtudes
desde la niñez y desarraigar los vicios desde la niñez también. Ejemplo: en El Principito de
Saint Exuperi (dibujo del perezoso), cuando uno cae en el vicio aparece lo que él ejemplifica
con la figura del borracho, prisionero de sus vicios.
Las virtudes son medios, el centro son actos.
Las leyes
Las leyes son las normas que rigen la conducta moral. Son la ley natural y la ley divina
positiva, y la ley humana cuando concretiza el dictado la ley natural, que es la que tiende a la
conservación del ser, la especie, la sociedad.
El cuarto elemento es la teología moral, la filosofía moral, que estudian la realidad constituida
por los actos.
Diferencia entre moral y ética. La moral se refiere a esta realidad y la ética seria la filosofía
que estudia todo esto. Pero se trataran indistintamente.

Clase 3/10
La moral muchas veces es llamada ética. El término moral, viene del latín mos, que está
relacionado con el término costumbre. Ética viene de etos, que tiene que ver con un modo
habitual de obrar.
Se dice que la ética es la filosofía de la moral.
Ética Pública: es una herencia de Platón. Él nos da una gran lección cuando en la República
está buscando un concepto de justicia. Ya en Grecia existía ese concepto como dar a cada uno
lo suyo pero Platón no se conforma y busca un concepto más representativo de la justicia. Lo
busca entre la polis y el hombre que es como una polis pero en chico. 1
Busca en la polis porque dice que allí las virtudes y los vicios se ven en grande, entonces
incluso aquellos que no tengan bien entrenado el ojo del alma, se pueden dar cuenta. En el
hombre las virtudes y los vicios se ven en chico. Las enseñanzas que esto nos deja es que un
gobernante modelo con su conducta, edifica a una multitud, cuando el gobernante es justo, la
gente se siente estimulada a ser virtuosa. Por eso las grandes virtudes y los grandes vicios se
dan en el orden político que tiene una gran influencia en la Ética Privada.
San Agustín hace una comparación entre el reino y una banda de piratas, con lo cual dice que
los reinos sin justicia son como grandes bandas de piratas, y los piratas son como pequeños
reinos, porque en ellos también existen ciertas reglas.

Moral y derecho
El ámbito de la moral se da en las conductas humanas y el derecho en su primera acepción es
conducta.
La realidad moral es más extensa porque abarca tres órdenes de deberes que surgen de la ley
natural.
1. En primer lugar los deberes que el hombre tiene con Dios.
2. En segundo lugar, los deberes que tiene consigo mismo.
3. Y por último, los deberes que tiene para con los demás.
El derecho abarca los deberes para con los demás pero solo algunos de ellos son jurídicos, hay
relaciones sociales que no se pueden juridizar, como por ejemplo las relación de amistad.
Cuando se trata de una verdadera amistad dice Aristóteles que es una virtud y o acompaña a
una virtud.
La moral cuando manda a hacer el bien se refiere a estos tres deberes.
Los deberes del hombre para con Dios surgen de la creación. El hombre es el único que,
consciente de su criaturidad y de su fragilidad, reconoce que tenemos una causa, y debemos
devolverle al creador, mediante el culto de la religión. Estos deberes no están contenidos ni
regidos por la justicia desde la perspectiva humana y no son deberes jurídicos; sino que están
regidos por la virtud de la religión. Esta virtud mueve al hombre a rendirle a Dios el culto
debido, de latría, pues Dios es principio absoluto de ser y gobierno.
Estos son deberes morales.
Los deberes del hombre para consigo mismo también están por fuera del derecho. Por
empezar tenemos el deber de ser buenas personas, el deber de tener un cierto orden en nuestro
interior, de ser personas armónicas. Es esto a lo que se refiere Platón, el hombre justo seria el
hombre bueno, gobernado por la inteligencia.
El aspecto exterior de un hombre manifiesta su interioridad. Estos deberes no son deberes
jurídicos. Rigen cuando el hombre está completamente solo. Requieren que en el hombre
exista una jerarquía armoniosa. La virtud que ordena al hombre a esto, es la templanza, junto
con la fortaleza y la prudencia individual.
La tercera categoría es la de los deberes del hombre para con los demás. Hay algunos que son
jurídicos, que los podemos identificar. Existen algunos actos que entran dentro de la
liberalidad, donde no hay un deber jurídico, como por ejemplo hacer un regalo. Son jurídicos
los deberes del hombre para con los demás, los que surgen de la justicia y son objetivos. Estos
existen si hay alteridad, igualdad relativa, y vínculo a través de un debito estricto y exigible
jurídicamente.
El derecho forma parte de la tercera categoría de deberes, y la moral está en todos; por lo que
la moral es más amplia que el derecho, que sólo abarca ciertos deberes del hombre para con
los demás.
La moral es mucho más amplia que el derecho, este con relación a la moral realiza tareas de
selección y de concreción, asume tareas morales, cuando estas interesan al bien común y a la 1
vida socio-política. El derecho no castiga todos los pecados, sino sólo algunos cuando afectan
a los demás y causan un desorden en la sociedad. Hay muchas cosas malas que son actos
privados, interiores, que el derecho no los castiga. Si el derecho regulara todos los males y los
suprimiera todos, también se estarían suprimiendo muchos bienes. No se pueden suprimir
todos los males, hay que tener una cierta prudencia gubernativa y castigar aquellos que
afectan en mayor medida a la vida de las personas.
Diferencia entre moral y derecho. Algunos dicen que hay una contradicción entre ellos
porque el derecho permitía actos prohibidos por la moral. Pero esto no es correcto ya que el
derecho no manda a cometer estos actos.
Otra teoría dice que el derecho solo rige la conducta exterior que es la que está sujeta a
castigo, y la moral rige el fuero interno. Pero la conducta exterior tiene una raíz interior, por lo
que esta separación tampoco puede hacerse.
“Entre moral y derecho podría haber distinción pero no separación y menos antitesis”, Del
Veccio.
Criterios de Distinción:
1. La interioridad y la exterioridad, un criterio de separación. Se refiere al punto de partida
moral, que es interno y siempre tiene que ser así. Por ejemplo, había un hombre asaltado,
herido al borde del camino, paso primero un sacerdote judío que lo miro, dijo pobre tipo y
siguió porque iba al templo, luego un levita hizo lo mismo. Los dos se conmovieron en su
interior pero no fue suficiente para que se convirtiera en un acto exterior. Entonces, Cristo
hace pasar a un samaritano (despreciable para los judíos), quien lo ve y se detiene a
ayudarlo, curándolo con vino y aceite. Entonces, ¿quien actuó moralmente? El samaritano.
La moral no puede quedarse en el interior del hombre, sino que debe traducirse en una
acción externa. En cambio el derecho parte de algo que sucede en el mundo exterior y se
mete en la interioridad del autor para saber si hubo dolo o culpa.
2. Criterio de “el medio”. La moral se manifiesta en un medio interior que se llama médium
racionis, y el derecho en un medio exterior que se llama medio real. El médium racionis es
subjetivo ya que en muchos casos los actos dependen de cada uno. Por ejemplo, la
sobriedad es una virtud, pero la cantidad de vino que tome cada uno para emborracharse o
no, es algo relativo que depende de cada uno. En cambio el derecho se da en un medio
real, en el ajuste de la conducta exterior al titulo exterior que tiene cada uno. Es algo
objetivo.
3. Criterio de que la moral es algo autónomo, en cambio el derecho es heterónimo. autónomo
quiere decir que cada uno se da a si mismo su ley. La moral no es autónoma, lo que sucede
es que para que la conducta moral sea valorada no debe ser forzada. La ley moral es
heterónoma, y para que sea heterónoma debe ser libremente aceptada. El derecho por ser
impuesto desde afuera se dice que es heterónimo, pero así también lo es la moral. Además
se dice que tiene esta característica porque es forzado.
“Entre moral y derecho podría haber distinción, pero no separación y menos antitesis”.

Usos y convencionalismos sociales


Necesariamente rigen la conducta las normas usuales. Hay una cantidad de relaciones sociales
regidas por estas normas, como saludo por ejemplo, el vestido, la forma de comportarse
cuando estamos frente a otros, la cortesía, etc.
El derecho puede meterse en este campo de los usos sociales, aunque es mejor que no lo haga,
y esto sea parte de una regulación autónoma. Por ejemplo, el saludo está regido por los usos,
en algunos lugares se saluda con dos besos, en otros con tres, y en otros se da la mano.
En algunos ámbitos, el saludo está regulado jurídicamente como en el ámbito militar. En
cuanto al vestido, generalmente esta regulado por los usos, pero en algunos países esta 1
regulado jurídicamente, por ejemplo, no se puede sacar el DNI con un velo que tape la cara.
En cuanto a la correspondencia, esta regida también por los usos, por ejemplo como nos
referimos a una persona o a otra. Pero las normas establecen ciertas reglas para dirigirse a un
juez. La comida en principio es libre, pero existió en un momento una exigencia a los
restaurantes, de tener un menú económico, el derecho se metía en la parte culinaria.
Existen los usos, que son necesarios porque sin ellos el hombre no puede vivir.
Estos a veces tienen sentido en cierto lugar. Los usos tienen potencialidad jurídica, pueden ser
asumidos por el derecho y a veces este puede referirse a los usos como lo hace por ejemplo el
Código de Comercio.

BOLILLA 4

Derecho y Justicia. Clase 4/10

El perjuicio no es un hecho del azar, no es obra de la naturaleza física, de la erupción de un


volcán, de un tornado, sino que es obra conciente deliberada de otros hombres. Ó sea que el
perjuicio es causado voluntariamente por otros. Esto de visualizar la justicia a partir de la
injusticia tiene una carga histórica, que comienza con Heráclito, cuando dice que no se
conocería el nombre de la justicia si no existiesen estas cosas, que son las injusticias. También
recordemos que Aristóteles, cuando en su consideración en el Libro V de la Ética
Nicomaquea, parte de la verificación de que existen los hombres injustos, dice que hay
injusticia cuando no se respeta la ley, y cuando no se respeta la igualdad, hombres injustos son
los que se burlan de la ley.
Tenemos dos formas de justicia, la justicia según la ley y la justicia según la igualdad. Este
término justicia, al igual que el término derecho, tiene diversas significaciones, tiene también
un significado propio y tiene significado derivado.
El significado propio de la justicia, es la justicia como virtud, como una de las cuatro
virtudes cardinales que son los ejes en torno de los cuales gira nuestra vida moral. A este
sentido del término justicia se referían los romanos cuando definieron a la justicia como la
voluntad constante y perpetua de dar a cada uno lo suyo. Esta definición común de la justicia
posibilita varias cosas: la primera es que entre las potencias del alma, la justicia enraíza en la
voluntad, así como la prudencia es una virtud intelectual o sea enraíza en la inteligencia.
Según la definición, esto es una voluntad, dice Santo Tomas, no seremos justos porque
conozcamos algo rectamente sino porque obremos rectamente. Casualmente la voluntad es
una potencia operativa, o sea que obra, yo puedo saber perfectamente lo que le corresponde a
otro y no dárselo. Entonces, la voluntad es muy importante en este sentido. La justicia es un
dar, un hacer, un realizar, por eso la justicia, como se dijo, enraíza en la voluntad.
Pero no es una voluntad cualquiera, y por eso tenemos estas dos notas: constante y perpetua.
¿Esto quiere decir lo mismo o algo distinto? ¿Constante y perpetua son lo mismo? El hecho
de ser constante no es exclusivo de la justicia porque cualquier virtud para configurarse
necesita de una repetición de actos. Perpetua alude a los propósitos, uno no puede estar todo
el tiempo realizando actos de justicia, pero si puede tener el propósito de realizarlos cuando se
de la ocasión. Entonces, constante alude a la repetición de los actos, y perpetua al propósito de
dar a cada uno lo suyo.
¿Qué es lo suyo de cada uno? Existe un suyo natural, y existe también un suyo positivo que
surge mucha veces de las leyes, de los contratos, etc. Entonces, volvemos a esta definición
clásica de justicia como “la voluntad constante y perpetua de dar a cada uno lo suyo”. Una
definición mas literal de la justicia, es la de Cicerón, dice que “es el hábito del alma,
observado en el interés común, que da a cada cual su dignidad, esta repetición de actos, se
transforma a la larga en un hábito, en una disposición permanente”. Es evidente que la justicia 1
se da en la sociedad, por eso Cicerón dice, “observado en el interés común”. Es decir, la
justicia es una virtud social por antonomasia. La justicia requiere de otro, desde Aristóteles
hasta acá, esto que se llama la justicia jurídica, es la nota de alteridad, o sea se da con relación
a otro, se da en el orden social, como dice Cicerón, se da en el interés común.
Es dar a cada cual su dignidad. El término dignidad en Roma era bastante más amplio que la
actual. Por ejemplo, los cargos públicos se llamaban dignidades, el no designar algo a uno que
se ha presentado en concurso y es el mejor, y sin embargo seria una injusticia, no se le
respetaría, no se le daría su dignidad.
Entonces tenemos primer sentido del término justicia, que es la justicia como virtud. Es una
virtud humana. La justicia no se da en el ámbito infrahumano, no se puede decir que un
elefante, un caballo o un perro son justos, incluso cuando en forma extensiva, analógica, se
atribuyen cualidades que en principio son humanas, a uno no se le ocurre decir que un animal
es justo, se le ocurrirá decir que un perro es fiel por ejemplo, pero no justo. La justicia,
entonces, es algo propiamente humana.
¿Qué se requiere para que pueda existir? Uno no es justo consigo mismo, es justo para con
otros, entonces, la justicia requiere la existencia del otro. Cuando Robinson Crusoe estaba
solo en la isla, la justicia para él estaba suspendida porque no había otro con quien formar un
contrato, a quien cometerle un delito, la justicia estaba potencialmente pero no actualmente.
Hace falta el otro, la nota de alteridad, el aporte que se ve de Aristóteles. Hace falta en
segundo lugar, una cierta igualdad. Esto quiere decir que cuando hay una absoluta
desigualdad no hay justicia posible. La relación entre el hombre para con Dios, no son materia
de justicia, son materia de religión, porque a Dios nunca le podemos devolver lo que él nos ha
dado, entonces no podemos igualar la relación con Dios, no hay igualdad posible. Y en tercer
lugar, débito de la justicia, debe ser un débito estricto, un débito exigible. Hay muchos débitos
que son estrictos pero no exigibles. Y hay débitos que no son ni estrictos, ni exigibles, por
ejemplo, débitos de liberalidad, débitos de afabilidad (virtudes anexas a la justicia).
Así queda configurado el primer sentido del término justicia, que es la justicia como virtud.
Virtud que tiene la característica propia que la distingue de las demás virtudes. Porque en la
justicia tenemos dos caras: la cara interior que mira el perfeccionamiento de la gente que obra
(intención con que se realiza el acto), y la cara exterior que mira la efectiva realización del
acto. Para que se distinga de las demás virtudes, la cara exterior es la más importante, porque
al orden social lo que le interesa es que se realicen los actos justos. Si el acto justo se realiza
con buena intención, con buena gana, es mejor, porque se enriquece el que lo realiza, pero
aunque se realice de mala gana, sin intención virtuosa, al orden social le basta que se realice,
que la gente no se maten unos a otros, aunque la persona no se enriquezca interiormente,
moralmente. La justicia es una virtud muy especial, se esta hablando en este caso de la justicia
desde una perspectiva jurídica. La interioridad de la justicia es mas bien una perspectiva
moral que busca el enriquecimiento de la persona, pero aquí lo que se busca es el
enriquecimiento del orden social, y basta con que se cumpla con las deudas, por ejemplo,
aunque de mala gana.
La justicia es tan objetiva, que se traduce en ordenaciones. Y acá estamos en otro sentido del
término justicia, la justicia como ordenaciones justas.
Erick Grudner, tiene un libro importante llamado “La Justicia” (subtitulo: doctrina de las leyes
fundamentales del orden social”). Esta obra se divide en grandes partes: la primera parte hace
un análisis de la justicia como virtud, y la segunda parte se llama “de las ordenaciones justas”.
En esta ultima, se ocupa de la ordenación justa de la familia por ejemplo, y del matrimonio,
de la ordenación justa del estado, de la ordenación justa de la economía, del salario justo, de
la ordenación justa de la empresa, de la ordenación justa de la propiedad, de las penas, etc.
Esta segunda parte, entonces, ya no se ocupa de la justicia como virtud, sino de esto traducido
en ordenaciones. 1
Cuando se ocupa de la ordenación justa de la familia, parte de la ordenación justa del
matrimonio, que es la base de la familia. Y a su vez, hace un paradero por la sociedad política
porque al fin y al cabo la familia es la base de la sociedad política. Dice que un estado en el
cual el concubinato, el adulterio, están a la orden del día, esta más propenso a la ruina política,
es un estado que esta desecho en sus bases. Hoy en día poco a poco vamos cayendo en esa
ruina, la imagen de la familia, de la sociedad política se va desvirtuando. Estamos frente a la
progresiva disolución de la familia, leyes antinaturales, por ejemplo, la ley del llamado
matrimonio igualitario (opinión del profesor).
Y esta es una prueba de que este ámbito de la justicia como ordenaciones se puede mejorar o
se puede empeorar. Y evidentemente nosotros lo hemos empeorado, hemos aumentado las
dosis de injusticia y diminuido las dosis de justicia.
Así como hemos empeorado en materia de familia, hemos mejorado en el siglo XX en otras
materias, por ejemplo en toda materia que hace al derecho de trabajo. A fines del siglo XIX,
no existía el contrato de trabajo, a cambio había una figura del derecho civil, que era la
locación de servicios. Pero no existía el descanso dominical por ejemplo, los sindicatos, las
vacaciones, las jornadas limitadas, el trabajo era insalubre, no existía el aguinaldo, la licencia
por maternidad, el salario mínimo, vital y móvil. Pero lo mas importante que no existía era
algo que hacia a la salud del trabajador, y es la salubridad del trabajo; el trabajo era muy
insalubre, mientras la materia salía ennoblecida del taller, la salud del trabajador se degradaba.
No existían los convenios colectivos del trabajo, etc. En ese ámbito de las ordenaciones que
siempre son más o menos justas, tenemos que reconocer un avance.
Entonces, en este orden de cosas, la justicia como ordenaciones, de acuerdo con los distintos
campos, se pueden producir progresos o regresiones.
Las ordenaciones jurídicas perfectas no pueden darse aquí en el tiempo. De pensar eso, es
seguir el camino de las utopías. Usualmente utopía quiere decir no lugar, es decir, un lugar
inexistente. Y esto nos lleva al tercer sentido de la justicia.
El tercer sentido, es la justicia como ideal. La justicia como ideario, como una finalidad del
derecho normativo, la justicia que se expresa a través de los principios. Que a pesar de no
realizarse nunca plenamente, tiene papel de guía. Casualmente el papel de los principios es
juzgar las realizaciones históricas, criticarlas, tratar de mejorarlas, tratar de suprimir
injusticias escandalosas. Los principios sirven de guía al legislador, al juez, al hombre del
derecho, se los ha comparado con las estrellas. Las estrellas y la brújula guían los navegantes,
nunca se van a cansar las estrellas, pero el papel de guiar, el papel que sirve para ubicarnos a
nosotros, es un papel real, y cuando nosotros vemos como se mejoran o se empeoran en
materia de realizaciones históricas, estas mejoran. El empeoramiento tenemos que analizarlo
desde algo que no cambia. Los principios no cambian, cambian las circunstancias, cambian
las dosis de justicia o de injusticia que se realicen.
Este es el primer punto de la justicia.
Pero no es la única finalidad del derecho normativo. El derecho normativo realiza para que
pueda darse la justicia, algunas cosas más elementales. Y esto esta bien explicado por
Grudner, en el libro antes nombrado, cuando habla de la “justicia en el estado”. Señala que
esta justicia se va desarrollando a través de cuatro escalones. Es como una escalera.
El primer escalón lo llama la arquia, el segundo las leyes generales, el tercero las leyes
generales justas y el cuarto la justa distribución del poder.
¿Qué es la arquía? Es la superación de la anarquía, no hay justicia posible. En la lucha de
todos contra todos cuando nadie monopoliza la fuerza, la lucha de bandas armadas, es
imposible hablar de justicia. Incluso en época de anarquía económica, por ejemplo cuando
estallo el uno a uno, o en la época de la hiperinflación a veces a uno lo consultaban los
clientes, preguntándole que es lo justo, que es lo que le tengo que pagar a fulano, que es lo
que le tengo que devolver a fulano, y uno no sabia que responder realmente, porque no había 1
parámetros, porque la anarquía con justicia es imposible.
La arquia se produce cuando alguien, que generalmente es el estado, monopoliza el uso de la
fuerza. Ej.: el régimen de Stalin en Rusia, donde murieron cien millones de personas, era un
régimen sumamente injusto, pero había arquia, a uno lo mandaba a matar Stalin, no lo
mandaba a matar cualquiera. Entonces uno puede decir esto es injusto, porque hay un
responsable de la muerte. Entonces la arquia, aunque sea a veces horrorosa, es ella una cierta
justicia, imprime el escalón. Y acá la justicia se confunde con un orden mínimo.
El segundo escalón son las leyes generales. Tiene algunas ventajas. Por ejemplo, el tirano
limita el poder porque se establecen leyes generales, se comprometen a tratar igual, todos los
casos iguales. Además sabemos por anticipado que nos va a pasar. Supongamos que sale una
ley que dice que el 7 de octubre todas las rubias argentinas serán fusiladas, las que no son
rubias saben que se salvaron. Este es el gobierno según las leyes generales, hay algo más de
justicia, pero el hombre aspira a más que a estas ciertas seguridades.
Entonces encontramos el tercer escalón, que son las leyes generales justas. Aquí se trata no
sólo de leyes, sino de leyes justas. ¿Cuándo una ley es justas? Según la opinión de Montejano,
una ley es justa cuando se deriva de algún modo, de la ley natural. Como Grudner no habla de
ley natural, dice que una ley justa es aquella que se conforma al orden de la creación. Y una
ley injusta es la que se opone a este orden. Una ley justa es una ley razonable. Cuando Santo
Tomas define a la ley dice que es un ordenamiento de la razón, ordenado al bien común,
promulgado por aquel que tiene a su cargo el cuidado de la comunidad. O sea esto no puede
ser un arbitrio del legislador. Entonces, aquí la justicia va más allá del mero orden, o de la
mera seguridad. En el tercer escalón, que nos permite a través del orden de la creación, o ley
natural, discernir entre las leyes justas y las leyes injustas (leyes que no persiguen el bien
común, sino el bien privado, leyes que reparten muy injustamente las cargas, leyes que están
dictadas fuera de la competencia del legislador).
El cuarto escalón, es la justa distribución del poder. Del poder político. ¿Cuándo se distribuye
justamente el poder político? Aquí Grudner pone de ejemplo la organización política suiza, es
el estado federal el que propone la justa distribución del poder. ¿Cómo es, hace mucho
tiempo, la organización política suiza? Los suizos llegaron a este resultado luego de muchos
conflictos. Las unidades políticas de los suizos se llaman cantones, y los cantones son
distintos. Son distintos en la religión, en el idioma, y en la forma política también. En
realidad, este federalismo de Grudner, es mas o menos lo mismo que un principio que se
encuentra en la doctrina social de la iglesia, de muchas encíclicas, que se llama principio de
subsidiariedad, o de acción subsidiaria. La estructuración de la sociedad política se da de
abajo hacia arriba, y sostiene que si una persona o un grupo menor puede ejercer bien una
tarea, esa tarea no tiene porque asumirla el grupo mayor. Subsidiariedad viene de auxilio, de
ayuda, el grupo mayor lo que podrá hacer es ayudar, promover, integrar, pero no absolver.
Ejemplo de subsidiariedad: la educación esta a cargo de los padres, los padres no pueden tener
un colegio en cada casa, entonces viene el papel subsidiario de la iglesia, del estado, de las
comunidades educativas, a los efectos de que la educación en la parte de instrucción también
sea buena. Pero una cosa es colaborar en este sentido, y otra cosa es absolver. Si una tarea
puede realizarla bien el municipio, no tiene porque realizarla la provincia, y menos la nación,
porque esa tarea pertenece al grupo menor. Así funciona este principio de subsidiariedad, y
este federalismo según Grudner. Y dice que lo contrario a esta justa distribución del poder, es
el estado totalitario, el estado que intenta asumir todas las competencias, que intenta que todo
este referido a él, y maneja todo. En lugar de ir desde abajo hacia arriba, esto va de arriba
hacia abajo, y constituye una injusticia.
Algunos de estos escalones tienen mucho que ver con otros fines que debe buscar el derecho
normativo además de la justicia. 1
El primer fin es el orden. ¿Qué es el orden? Definición de San Agustín: es la disposición que
asigna a las cosas, iguales y desiguales, el lugar que les corresponde. Esta definición sirve en
muchos ámbitos, habrá orden en una biblioteca por ejemplo cuando los libros según un
criterio de orden, estén en el lugar que les corresponden. El orden de la biblioteca es un orden
de cosas inanimadas. Cuando nosotros queremos ordenar algo que tenga vida, ya es más
complejo porque las plantas crecen por ejemplo. Si tenemos que ordenar un grupo de
animales, hay que tomar más recaudos todavía porque hay que tener en cuenta el instinto
también. Y ordenar un grupo humanos es aun mucho mas complicado, porque hay que tener
en cuenta que los hombres se mueven con libertad, y cuanto mas grande es la sociedad mas
complicado es. Y sin embargo, el orden es fundamental, sin orden tampoco hay justicia, sin
orden no hay paz. La paz es una consecuencia del orden y de la justicia. ¿Qué es la paz?
Definición de San Agustín: la paz es la tranquilidad en el orden. En latín es “tranquilitas
orditis”. Sin orden no hay paz. Pero la paz también requiere de la justicia. El profeta Isaías, en
el Antiguo Testamento, decía que la obra de la justicia será la paz. A esto de San Agustín,
Santo Tomas lo corrige un poco y dice que la justicia es causa indirecta de la paz. ¿Cuál es el
papel de la justicia para construir la paz? Santo Tomas dice que el papel de la justicia es
indirecto, porque la justicia remueve las injusticias que no permiten la paz. O sea la justicia lo
que hace es remover los obstáculos, en cambio, la paz, es obra directa de otras virtudes. Estas
son las virtudes punitivas. Es obra directa de la amistad, de la concordia, de la realidad. La
paz es muy importante. Pero San Agustín también aclara que la paz es un bien incierto, y la
guerra es un mal cierto. Y como la guerra es un mal cierto, el hombre va a estar
permanentemente en guerra, lo que se podrá hacer es aumentar las dosis de paz y disminuir
las dosis de conflicto. El Papa Juan XXIII escribió una encíclica que se llama “la paz en la
tierra” y compara allí el orden maravilloso de los astros con el desorden en que viven las
sociedades humanas, y por eso dice que los hombres no tienen paz. ¿Por qué los hombres no
tienen paz? Acá el Papa recuerda un texto de San Pablo, que es el primer texto cristiano que se
refiere a la ley natural y dice que los hombres no tienen paz porque no respetan el orden
querido por Dios, este orden que lo conocen a través de la ley natural, que lo tienen grabado
en sus corazones, y entonces no hay paz en la familia, en la ciudad, en el mundo. Los hombres
nunca vamos a respetar el orden querido por Dios, por causas del pecado, del pecado original,
y el de nuestros propios personales. Entonces la paz en la tierra será siempre una aspiración,
será algo relativo.
Otro fin del derecho normativo es la seguridad. ¿Qué es la seguridad? Desde el punto de vista
subjetivo es saber a qué atenerse. Por eso, es muy importante que todos los aspectos objetivos
de la seguridad nos permitan saber a qué atenernos. El primer aspecto objetivo de la seguridad
son las leyes. Es preciso que existan las leyes para que uno pueda por anticipado saber las
consecuencias de su conducta, estar seguro de lo que le va a pasar. Acá en Argentina tenemos
un grave problema, no por falta de leyes, sino por exceso de leyes, es una especie de
indigestión legislativa, inflación legislativa. Padecemos de la existencia de demasiadas leyes.
Las leyes, entonces, son necesarias para la seguridad, pero tienen que ser en número
razonable. Porque esta cantidad espantosa de leyes, decretos, etc. conspiran contra la
seguridad, y producen ese fenómeno que se llama la anomia. Anomia quiere decir sin normas.
Aquí en Argentina tenemos exceso de normas y a la vez anomia, porque las normas no se
cumplen.
En segundo lugar hacen falta los tribunales, no basta con las leyes, porque si a alguien viola
las leyes, nos perjudica, tenemos que apelar a un recurso que es ir a los tribunales que
protegerán nuestros derechos. Pero tampoco se puede estar litigando todo el tiempo sino que
los juicios tienen un término, un fin que es cuando se ha llegado a la última sentencia, que
generalmente se da a nivel de la cámara, pocos juicios llegan a la corte. Entonces, ¿Qué pasa
cuando hay una sentencia definitiva que no es apelable? ¿Cómo se llama eso que hace tan 1
bien a la seguridad jurídica? Se llama cosa juzgada. De ese asunto, entre esas partes, no se
puede discutir más. Ya se pasó a la autoridad de cosa juzgada. Una cosa juzgada no se puede
volver a revisar más.
¿Qué otros institutos hacen a la seguridad jurídica? La prescripción. ¿Qué es la prescripción?
Es la adquisición o pérdida de derechos por el transcurso del tiempo. Existen dos tipos de
prescripciones: la prescripción adquisitiva o usucapión, y la prescripción liberatoria. Ej.: si
una persona tiene un lote al lado de su quinta que no sabe de quien es, lo cerca, pone plantitas,
paga el pavimento, los impuestos, etc. a los 20 años puede iniciar un juicio de prescripción,
para quedarse con el inmueble. Esto es razonable, ya que por un lado la prescripción
adquisitiva es un premio para aquel que se ocupo del inmueble, y es un castigo para el
propietario que durante 20 años ni siquiera cubría el lote. Pero la prescripción también puede
ser liberatoria.

Clase 18/10
Repaso de la clase anterior. Se había hablado de los institutos de la seguridad jurídica.
Se mencionó el sentido subjetivo, de ella, que es saber a qué atenerse. Y un sentido objetivo
que son todos aquellos institutos que le permiten en principio a la persona saber a que
atenerse.
Estuvimos hablando de sus elementos. De la necesidad de que existan las leyes. Hacen falta
los jueces porque muchas veces las leyes tienen diversas interpretaciones, hay confrontación a
partir de ciertos hechos, entonces hacen falta los jueces que concreticen las leyes a los casos
particulares. Decía Aristóteles que la sentencia era una sentencia era una ley particular.
Hace falta la cosa juzgada, que jurídicamente es entendida como verdad. No puede volver a
pensarse. Una de las barbaridades de este gobierno, respecto a la cosa juzgada, es el caso de
los militares a quienes existiendo la cosa juzgada, se los vuelve a juzgar.
También nombramos la prescripción, que tiende a estabilizar los derechos. Hablamos de la
prescripción liberatoria y adquisitiva.

Prescripción es la adquisición o la perdida del derecho por el transcurso del tiempo.

Otro de los elementos de la seguridad, es la irretroactividad de la ley. Esto quiere decir que
las layes en general rigen para el futuro. Pero pueden ocuparse del pasado. Hay ciertos
ámbitos del derecho, como el derecho penal, que la irretroactividad, tiene garantía
constitucional, es decir que no se pueden tipificar delitos después de los hechos. En cambio
otros ámbitos, por ejemplo el civil, la gran vía de la irretroactividad es solo legal, esta en el
Código Civil. Y ¿Qué es el Código Civil? Es una ley, entonces una ley puede ser derogada por
otra ley. La irretroactividad civil puede ser derogada por otra ley civil. Es un criterio general
legal. El legislador legisla en frío, legisla para el futuro, así debería ser el buen legislador
(Aristóteles), entonces tiene tiempo para pensar que va a incluir en la ley. Entonces, la
irretroactividad de las leyes es otra gran vía de la seguridad.

Otro instituto que hace a la seguridad son los derechos adquiridos. Cuando uno ha adquirido o
ha ingresado en su patrimonio ciertos derechos. Estos derechos no pueden ser afectados por
una ley posterior. Acá hay que distinguir los derechos de las expectativas. Uno puede tener
expectativas de una herencia, pero el Código Civil, en lo pertinente a las herencias es una ley
que puede ser modificada por otra ley. Y esa ley puede cambiar las expectativas. Por ejemplo,
la porción disponible, el testador, que sean herederos forzosos, es un quinto de los bienes;
supongamos que el testador que detesta a su mujer y a sus hijos, le deja la porción disponible
a su amante, puede hacerlo, pero hasta que no se muera, no entra en el patrimonio de su
amante ese quinto. Pero, si el Código Civil dice que en vez del quinto, es el décimo, se 1
redujeran a la mitad esas expectativas.
Entonces, lo que no puede la ley es afectar lo que ha entrado en el patrimonio de una persona,
bajo la vigencia de una ley anterior. Pero si puede afectar las expectativas.
Desde distintos ángulos se ha criticado a la seguridad jurídica, diciendo que es un valor
jurídico burgués. Esto es falso porque cualquier régimen político tiene que buscar la seguridad
jurídica. Lo primero que tiene que buscar un régimen, es la arquía. O sea superar la anarquía,
monopolizar el uso de la fuerza, consolidar el orden y la seguridad, sino no hay justicia que
valga.

Último fin del derecho normativo. El bien común.


Aquí nos encontramos con un término que no es fácil, que tiene dos palabras, bien y común.
Hay ciertos bienes que el hombre puede obtener solo, pero hay muchos otros bienes que para
conseguirse requieren del concurso de otras personas. Y entonces tenemos unidas estas dos
palabras.
Hablando del bien, decía Aristóteles, que es aquello que todos los seres apetecen, persiguen.
Nadie que sea medianamente normal, que no sea un demente, declarado o no, va a perseguir
el mal por el mal mismo, sino que va a perseguir el mal porque a veces el mal se disfraza de
bien. Entonces va a provocar un bien aunque sea del mal.
Por ejemplo, en España, dos señoritas mataron a una compañera, la mataron porque querían
experimentar esa sensación, que para ellas era una cosa buena. El mal no se busca por el mal
mismo, sino porque se disfraza de bien. O en otros casos cuando las cosas se están mezclando,
en los casos de bestialidad. ¿Qué es la bestialidad? Es el peor de los pecados sexuales. Es la
unión de un hombre con un animal. ¿Por qué alguien le atrae una cosa tan espantosa como la
bestialidad? Porque si, porque le dio placer, entonces como siente un placer, y entonces en
este mundo parece que sentir placer es el bien para muchos degenerados, entonces lo hará por
eso.
Entonces, el tema del bien es que siempre esta presente en los objetivos humanos. Y cuando
no persiguen un bien verdadero, persiguen un bien aparente, falso, lo que es un mal disfrazado
de bien, un desorden. El vino es bueno evidentemente, el mal aparece cuando se bebe en
exceso; no es que el vino sea malo, sino que el humano tiene una mala relación con la botella.
Entonces, la maldad esta en la relación entre el hombre y el objeto.
Montejano escribió un trabajo sobre el pensamiento político de Saint Exuperi, cuya síntesis es
que la política debe ocuparse de promover el bien. El bien humano, el cual abarca el bien del
alma y el bien del cuerpo. Y ¿Cómo se consigue el bien? Se consigue a través de la práctica
de las virtudes; si una persona es prudente, es justo, es fuerte, temperante, será una persona
buena. Entonces, el gobierno lo que debe hacer es promover el bien de cada uno de los
integrantes del pueblo. Una de las virtudes es la laboriosidad, porque el trabajo dignifica, en
cambio, la vagancia corrompe.
Aquí estamos hablando de bienes comunes, cuya consecución hacen falta más de una persona.
Un ejemplo de bien común de un grupo infrapolitico, es el bien común de la familia. Pero el
hombre esta llamado a través del pluralismo social, a incorporarse a otros grupos ifrapolíticos,
a la escuela, a la universidad, a una empresa, a un sindicato, a una iglesia (parroquia), a un
club, etc.
Estos grupos infrapoliticos tienen también su bien común. Ej.: famoso juicio de un profesor
contra la Universidad de La Plata, que quería borrarse de la obra social de la universidad
porque usaba otras. Y tuvo que intervenir la Corte Suprema porque la universidad le prohibió
borrarse; la Corte resolvió y argumentó que por la pertenencia a la Universidad de La Plata,
por ser profesor de una universidad de tanto prestigio, él tenia una dignidad, y tenia múltiples
beneficios desde el punto de vista académico, entonces como goza de los beneficios, también
tiene que asumir de las obligaciones y las cargas. Este un ejemplo de bien común parcial. 1
Todos estos bienes parciales de grupos infrapoliticos rematan en el último fin del derecho y
también del estado que se llama: bien común político.
Algunos lo llaman bien común temporal, pero también los son los de la familia, la
universidad, etc., algunos otros lo llaman bien público temporal.
En Aristóteles el bien común político abarcaba todo, por eso se dice que la ciudad griega era
una especie de totalitarismo antiguo, donde hasta los dioses eran dioses de la ciudad, cada una
tenía una dignidad protectora, había una especie de pluralismo de dioses. Y la finalidad
entonces que es el bien, era la felicidad, en la medida en que los hombres podemos ser felices.
La felicidad, el bien era entonces, para Aristóteles, vivir con virtud.
Entonces, el bien común político para los griegos y también para los romanos, abarcaba todo.
El bien común político debe ser limitado. El bien común político es aquel que gestiona el
cesar. Pero existe otro bien común, y es el bien común espiritual, que hay que distinguirlo
cuidadosamente del bien común político. Porque al fin y al cabo el hombre tiene una
existencia temporal pero tiene una vocación eterna. Y así como la ley natural y la ley positiva
lo encaminan a su fin natural, la ley divina positiva lo encamina a ese fin sobrenatural.
Elementos constitutivos del bien común político, según Santo Tomas de Aquino, en su obra El
Régimen de los Príncipes: aquí se refiere a los tres elementos constitutivos.
1. El primero se refiere al deber del gobernante, que es instituir a la multitud en la unidad de
la paz. Esto significa que el gobernante debe tratar de establecer, lo que se llama la
concordia, que es la amistad en la ciudad. decía Aristóteles que en una ciudad donde todo
fuera justo se necesitaría de la amistad. Pero en una sociedad donde todos fueran amigos,
no haría falta la justicia. Entonces la amistad, la concordia esta más allá de la justicia,
supera a la justicia. Y ¿Qué tiene que evitar el gobernante? Tiene que evitar la discordia,
los enfrentamientos, las luchas, los resentimientos, la guerra, las crispaciones. Esto es lo
que debe hacer el buen gobernante, impartiendo justicia.
2. Inducir a la vida virtuosa, a través de la palabra, pero sobre todo, a través del ejemplo.
Dice un proverbio antiguo: “la palabra tiene que transitar un largo camino; mucho mas
directo y eficaz es el ejemplo”. Cuando Santo Tomas se refiere a la palabra para inducir a
la practica de la virtud, se esta refiriendo a las leyes, porque las leyes se expresan a través
de las palabras. Y las leyes no pueden ser neutrales ante lo bueno y lo malo. Las leyes
deben inducir al bien. A veces las leyes inducen al bien prohibiendo el mal, para evitar
cosas injustas. Pero, Santo Tomas, dice que muchos mas eficaz es el ejemplo, la conducta
del buen gobernante, el ejemplo de la austeridad del gobernante, lo que se traducirá en la
austeridad y la buena conducta de los gobernados.
3. El tercer elemento se refiere a los bienes materiales. Según Santo Tomas, es tarea del
gobernante procurar que todos los gobernados tengan lo necesario, desde el punto de vista
de los bienes materiales, como para poder vivir virtuosamente. Acá, existe una frontera
que separa la pobreza de la miseria. La pobreza puede hacerle bien al hombre, puede
ubicarlo bien en su temporalidad. La miseria casi siempre lo degrada. Por eso, un gran
escritor francés, Charles Péguy, decía que era necesario una revolución temporal que
hiciera pasar a los hombres de la miseria a la pobreza, y más allá de la pobreza, a lo que se
llama una medianía económica. Algunos dicen que las cosas económicas son tarea de
otros particulares, no de la política. Eso es cierto y no es cierto; es cierto que
fundamentalmente la gestión económica es privada, pero no es cierto porque el estado
también tiene que tener una política económica que haga realidad la suficiencia de bienes,
porque no basta que existan muchos bienes. Si existen muchos bienes, y estos están mal
distribuidos, si alguno prospera mucho en medio de la miseria de otros, a la larga se esta
tentando contra un bien que tiene mayor jerarquía en el ámbito del bien común, que es la
paz. Además esta suficiencia de bienes materiales no es la misma en todos los países del
planeta. Por ejemplo, en el norte argentino, hay muchos chicos que se mueren desnutridos 1
o por las enfermedades que aparecen con motivo de la mala alimentación, esto se da en un
contexto de un país que tiene 40 millones de habitantes y capacidad para alimentar a 400
millones de habitantes. Donde los políticos se llenan la boca hablando de inclusión social,
parece un chiste pero es una realidad. Y es un elemento muy importante del bien común,
porque hace falta que el hombre coma, dice Saint Exuperi, si el hombre no come se
muere, esto es algo urgente. Después vienen las cosas importantes que el hombre se
plantea y eso esta más allá del bienestar material. El bienestar material es el tercer
elemento, entonces, constitutivo del bien común.

Ahora se retoma al tema de la Justicia.


¿Cómo se divide la justicia, y cuáles son las características de cada especie?
La justicia como virtud tiene una primera gran división, que es: justicia legal o general y
justicia particular. Y esta última a su vez se divide en distributiva y conmutativa. Si nosotros
queremos establecer una jerarquía entre las formas de justicia, la mas importante de las tres es
la justicia general o legal, después viene la distributiva y después viene la conmutativa.
¿Cuáles son las razones por las que se establece esta jerarquía?
 La primera forma de justicia es la herencia platónica. Platón sostenía que la justicia era
toda la virtud, así la justicia se confundiría con la bondad. El hombre justo de Platón es el
hombre bueno, igualmente que el varón justo de las Sagradas Escrituras es el hombre
bueno. Pero después viene Aristóteles, y aprovechando la herencia de Platón la corrige bien
a los efectos jurídicos. Dice que la justicia general o legal es toda la virtud pero solo con
relación a otro. O sea que la nota que Aristóteles agrega limitando los alcances de la justicia
legal, es la nota de alteridad (toda la virtud pero con relación a otro). La justicia general, por
ser toda la virtud, puede ordenar, puede imperar, actos propios (actos elícitos) de otras
virtudes. Así, por ejemplo, la justicia legal o general, le ordena al gobernante que sea
prudente. Dentro de la prudencia, hay una parte que se llama providencia, que es la que ve
lejos. Hay una enfermedad de la vista, que se llama miopía, que nos impide ver de lejos con
claridad. El gobernante no puede ser un miope del intelecto, tiene que ver lejos. Y tiene que
ver la proyección de ciertas políticas, de ciertos desajustes que se dan, y tienen que tratar de
corregirlos para que algún día estos desajustes no exploten.
La falta de providencia, es una falta de justicia, porque la justicia es la que ordena al
gobernante que sea prudente. Pero la justicia, también, ordena al centinela que sea valiente,
ósea que ejerza la virtud de la fortaleza.
La justicia legal ordena al guardabarrera que no se duerma, que no emborrache, porque esta
a cargo de una función publica, de la cual depende la vida, y la integridad de todos los que
pasan por la barrera. Y si se duerme o se emborracha, será considerado un hombre injusto
porque no ha cumplido con los deberes de la justicia legal o general, que le ordenaba estar
atento, vigilante.
Esta justicia legal o general, va de las partes al todo. El todo esta representado por la
autoridad. Y la autoridad en general es la que dicta las leyes, los decretos, etc. y la actitud
del gobernado ante todo esto es la obediencia. La obediencia es una virtud. Y es lo general.
Ahora que la obediencia mueva a respetar las leyes y decretos, etc. no quiere decir que haya
que obedecer siempre, ya que esta el tema de las leyes y ordenes injustas. Aquí la
obediencia no es obligatoria, a veces, incluso, es obligatoria la desobediencia. Por ejemplo,
cuando los emperadores romanos obligaban a que se los adoraran; los cristianos por lo
general desobedecían, ya que decían que había que obedecer a Dios antes que a los
hombres. Es el caso de una ley inicua que se oponía a un bien divino. Hay otras leyes que se
oponen a bienes humanos, leyes que no se orientan al bien común, sino al bien privado del
gobernante, leyes dictadas fuera de la competencia del gobernante, leyes que distribuyen
muy desigualmente las cargas. En estos casos no hay recetas, porque a veces es preferible 1
obedecer para evitar el escándalo y el desorden, el mal ejemplo; y a veces es preferible
desobedecer; ósea hay que apuntar a la prudencia y las circunstancias. Pero la obediencia
siempre debe ser lucida, o sea el último tribunal por el cual pasan las normas es el tribunal
de la conciencia. Por eso la obediencia o la desobediencia deben ser razonadas y
responsables. Pero el principio es que hay que obedecer porque lo requiere la justicia legal.
 La justicia particular tiene a su vez dos especies: que son la distributiva y la conmutativa.
¿Por qué esta forma de justicia se llama particular? Porque acaba en la parte. La justicia
distributiva va del todo a las partes; y la justicia conmutativa (que Aristóteles llamaba
correctiva), es una justicia entre partes. Las dos acaban en la parte. La justicia distributiva es
un conjunto de requerimientos que las partes, de acuerdo a su ubicación en la sociedad,
exigen del todo. Esta es la justicia de las distribuciones o de los repartos. ¿Qué cosas se
pueden repartir? Por empezar se distribuyen cargos, lo que antes se llamaban dignidades.
¿Qué hay que tener en cuenta para asignar un cargo? Aquí aparece un principio
constitucional que esta prácticamente derogado en Argentina, una especie de desuetudo
terrible. ¿Qué hay que tener en cuenta para discernir un cargo? La idoneidad, que es la
capacidad para ejercer ese cargo, la preparación para ejercerlo. También reparte cargas, las
cargas que son debidas. Las virtudes de la justicia legal son tasadas por la justicia
distributiva, porque no todos, por ejemplo, tienen la misma capacidad económica, entonces
los impuestos deben tasarse de acuerdo a la capacidad contributiva. También se distribuyen
bienes de acuerdo a las necesidades. Esto tiene que ver también con la ubicación de las
personas dentro de la sociedad. Las necesidades también abarcan los sectores pasivos, a los
jubilados, a los pensionados, victimas de un Estado que les ha robado. La justicia
distributiva no solo se refiere a personas particulares, sino también se refiere a sectores
geográficos, económicos. Todo aquello que se genera en virtud de las exigencias de la
justicia legal, debe ser después adecuadamente distribuido. Y finalmente está la justicia
conmutativa, que va de parte a parte. Es entre las partes. Es la justicia del intercambio, la
gran figura de la justicia conmutativa es la figura del contrato. Esta justicia, según
Aristóteles, debe asegurar la reciprocidad en los cambios. Esto quiere decir que, una vez
concluido el intercambio, las personas deben quedar en una situación de cierto equilibrio, la
cual se rompe en esos contratos llamados “leoninos”; ¿Qué es un contrato leonino? Aquí no
se respeta la reciprocidad en los cambios; una de las partes se queda con la parte del león, y
la otra con la parte del ratón, son contratos muy desiguales que violan la reciprocidad en los
cambios. Ejemplo: acá hubo una época en la cual la jurisprudencia tuvo que rectificar
muchos contratos que se habían transformado en leoninos por circunstancias económicas
externas a los contratantes.
Para facilitar los cambios, se inventó la moneda. Aristóteles dice que la moneda es un invento
humano. En la naturaleza no existe la moneda. Se invento para mensurar las cosas
económicas. La moneda puede funcionar en la medida en que no se devalúe, en la medida
que tenga más permanencia que las cosas que mide.

Una parte de la justicia es la equidad. La equidad, Aristóteles la trata en la ética Nicomaquea y


en La Retórica. Es un término que tiene distintos significados. Y pertenece a la órbita de la
justicia.
El legislador cuando legisla, legisla en general. Toma para legislar lo que sucede más
comúnmente, ordinariamente. La previsión del legislador es una previsión humana. Y las
cosas humanas son relativas. Entonces, dice Aristóteles, ¿Qué pasa si sucede un caso fuera de
lo común, en el cual si yo aplico estrictamente la ley, consagro una injusticia? Entonces, se
procederá rectamente corrigiendo a la ley donde ha fallado por disponer en general, porque
aplicando ciegamente la ley en este caso, consagro una injusticia. Si el legislador lo hubiera
podido prever lo hubiera previsto. Entonces, a este primer sentido del termino equidad, 1
Aristóteles lo define como “la dichosa rectificación de la justicia rigurosamente legal”; lo
equitativo no es mejor que lo justo en lo absoluto, sino que es mejor que lo justo que se erra
por haber previsto en generales.
¿A qué especie de justicia pertenece la equidad? Pertenece a la justicia general o legal. Santo
Tomas cuando se refiere a esto, dice que la equidad no solo tiene en cuenta la letra de la ley
sino fundamentalmente su espíritu. Porque el espíritu de la ley no fue llegar a una solución
inicua, sino llegar a una solución justa.
La equidad tiene otro sentido también. Además de la equidad como rectificadora, aquí nos
encontramos con la equidad como integradora. La ley es una norma de tipo general, entonces,
hay muchas cosas que no puede especificar. Estas cosas tiene que especificarlas el juez,
porque el legislador y el juez operan en distintos niveles de concreción mas abstractos es el
del legislador, mas concreto el del juez. Entonces todo aquello que el juez determina, el
legislador lo da por indeterminado (¿?). El juez lo determina para este caso que tiene adelante,
que tiene su singularidad, sus peculiaridades.
La equidad también tiene que atender al todo y no a la parte. El juez cuando falla
equitativamente tiene que fallar en el contexto del orden jurídico al cual esa ley que esta
corrigiendo pertenece; no puede ser un fallo que saque a ese caso del orden jurídico vigente.
El juez atiende a la ley, pero existen los árbitros. Los árbitros atienden a la equidad. El árbitro
no juzga según la ley. Juzga según la ley natural. Aristóteles dice que el arbitro se invento para
que reine la equidad.

Clase 24/10. Partes potenciales de la justicia


La justicia tiene anexa ocho virtudes, las cuales se encuentran agrupadas en tres grupos.

1. Primer Grupo: Virtudes de la veneración. Son tres, la religión, la piedad y la observancia.


2. Segundo grupo: Virtudes de honestidad. Son la vindicta, la gratitud y la veracidad.
3. Tercer Grupo: Virtudes de civilidad. Son la afabilidad y la liberalidad.

Estas virtudes anexas a la justicia estuvieron muy presentes en el pensamiento antiguo, o sea
en el pensamiento clásico. Y no solo presentes teóricamente, sino presentes en la practica de
la vida, incluso de la vida jurídica.
Santo Tomas de Aquino, en la Suma teológica, le dedica a estas virtudes dos tratados: el
Tratado de Religión, y el Tratado de las virtudes sociales.

1. La Religión: esta virtud relaciona al hombre para con Dios, desde la perspectiva del
hombre. Tiene un fundamento ontologico que es previo al orden moral. Este fundamento
ontologico es un hecho, es el hecho de la creación. El hombre advierte, se da cuenta de
que no es un ser originario, sino que es un ser causado. Y a partir de este reconocimiento,
de su experiencia, el hombre se vuelve hacia el creador, hacia su causa, a través de la
religión. Se vuelve al creador a través de un culto, que se llama culto de latría. Latría
quiere decir adoración. Al volverse el hombre hacia su creador reconoce que el creador es
Otro. Y al volverse hacia Otro cumpliríamos con un requisito de la justicia que es la
alteridad, y sin embargo la religión no es justicia, ya que esta requiere cierta igualdad.
Pero entre Dios y el hombre no existe ninguna igualdad, sino una total desigualdad. Es por
eso que nunca le vamos a devolver a Dios lo que nos ha dado, siempre hagamos lo que
hagamos vamos a quedar en deuda. Decíamos, que el hombre se volvía a Dios a través del
culto de latria, o adoración. Si nosotros rendimos culto de latria o adoración a cualquier
que no sea Dios, estaríamos cometiendo un pecado gravísimo que se llama idolatría
(rendirle a una criatura o algo fabricado por la mano del hombre, el culto debido a Dios).
En nuestro mundo existen muchas idolatrías, porque el hombre hace del dinero por 1
ejemplo, el ultimo fin de su existencia, o adoran algún deportista, lo idolatran, o algún
régimen político, etc., son idolatrías contemporáneas.
La religión es una virtud que se refiere fundamentalmente al culto debido a Dios, y que
para ser autentica tiene que concretarse subordinada a otras virtudes que son más
importantes. Estas virtudes se llaman virtudes teologales. O sea la religión es una virtud
moral, y apunta al culto debido a Dios, en cambio las virtudes teologales se dirigen a Dios
directamente. Las virtudes teologales son la fe (a través de la cual le damos a Dios lo que
creemos es la Revelación Divina), la esperanza (en virtud de la cual confiamos que con
los auxilios divinos vamos a llegar a la vida eterna) y la caridad (forma de amistad que
une al hombre para con Dios, y a los hombres entre si). La religión tiene que practicarse
subordinada a estas virtudes teologales, en especial a la caridad. En el Evangelio
encontramos algunos ejemplos de esto:
 Parábola del Buen Samaritano: Cuando a Cristo los fariseos, doctores de la ley y
compañía, le preguntan ¿quién es mi prójimo?, Cristo en lugar de elaborar una definición,
lo que hace es enseñarles mediante una parábola, mediante un recurso retórico que es un
ejemplo inventado. Y a esta parábola la llama “La parábola del Buen Samaritano”. A
través de ella, Cristo lo que quiere hacer es contraponer la mera religión con una religión
informada por la caridad. Iba un hombre, un comerciante por un camino y es asaltado.
Pasa un sacerdote judío que se dirigía al templo y lo ve ahí tirado al comerciante, herido,
pero sigue de largo. Luego pasa un levita (la tribu de Levi se ocupaba de los asuntos del
culto, eran subordinados del sacerdote) y hace lo mismo porque iba al templo.
Evidentemente eran dos hombres judíos religiosos. Y por último Cristo dice que pasa un
Samaritano (que eran personas repugnantes para los judíos), que se compadeció
(compadecerse es padecer con otro, es ponerse en el lugar del otro), se detuvo, curó sus
heridas con agua limpia y vino, lo alzo en su cabalgadura y lo llevo a un albergue. allí se
quedó con el comerciante, lo siguió cuidando hasta que tuvo que seguir, y le dio un dinero
al posadero para que siga cuidándolo hasta que se recupere, y le dijo que lo que gastara de
mas se lo iba a pagar a la vuelta. Entonces, ¿Quién actuó como prójimo? Le pregunta Dios
a los judíos. Y como los judíos no podían decir el samaritano, porque ni siquiera
pronunciaban esa palabra, los judíos dicen “el último”. Aquí se ven claramente dos
personas que NO son auténticamente religiosas, que son el sacerdote judío y el levita,
porque eran aparentemente religiosos, pero no se ocuparon del prójimo, que en ese
momento era esa persona que los necesitaba. Y Cristo, con una fina ironía, hace aparecer a
un despreciado, un disidente, como un ejemplo de una persona caritativa. La caridad esta
por encima de la religión.
 Hay otro pasaje bíblico, que se da ya dentro del templo, que se refiere al modo de orar.
Porque al fin y al cabo uno de los actos de la religión es la oración. Esta es otra parábola,
“del fariseo y del publicano”. Los fariseos eran una secta dentro del pueblo de Israel,
gente soberbia, conocedora de la ley, sumamente exigentes sobre todo para los demás. Y
el fariseo rezaba; su oración era una oración autojustificatoria (decía por ejemplo: “Dios
mío, te doy gracias porque no soy como los demás hombres; los demás hombres son
ladrones, son adúlteros, son tramposos, etc., en cambio yo soy un tipo excelente, yo pago
el diezmo. Y sobre todo no soy como ese publicano miserable, que esta ahí atrás
miserable, traidor”). Los publicanos eran los de la AFIP, los que cobraban los impuestos.
Los impuestos eran para el César, para los romanos; porque los judíos en esa época
estaban ocupados por los romanos; y los publicanos eran los que cobraban para ellos,
entonces eran los tipos odiados, despreciables, muy rigurosos, y además participaban de
las ganancias. Y el publicano en sus oraciones decía “acuérdate de mi Señor, que soy un
pobre pecador”. O sea, cuando Cristo pregunta ¿Quién de los dos quedó justificado ante
Dios? Evidentemente fue el último, porque se reconocía pecador. Entonces dentro del 1
templo también hay una actitud auténticamente religiosa, que es la de los publicanos,
arrepentidos de las cosas que ha hecho, etc. y el del fariseo es una actitud falsamente
religiosa.
La religión como virtud aparece como un término medio, superador de dos extremos
viciosos. Porque la virtud según Aristóteles es un termino medio de superación. Estos
extremos viciosos son: uno por exceso, y otro es por defecto. Por exceso: tenemos las
supersticiones, la adivinación, la idolatría. Y por defecto tenemos el desprecio de Dios, y
el desprecio por las cosas santas.
Vicios por exceso: la idolatría es rendirle debido a Dios, a alguien que no es Dios. ¿Qué es
la adivinación? Es predecir lo que no se puede predecir. Es predecir los futuros humanos
contingentes, que sólo lo conoce Dios. La superstición, por ejemplo: en lugar de estudiar,
nos aferramos a un amuleto. Se creen cosas en las cuales no se debe creer.
Vicios por defecto: por un lado tenemos el desprecio de Dios. Se desprecia a Dios en el
perjurio y en la tentación de Dios. Y se desprecian las cosas santas en el sacrilegio y en la
simonía. El perjurio es una mentira abalada por un juramento (ej. cuando un testigo jura
en los tribunales decir la verdad, porque si no la dice, perjura. Y haber jurado es como que
se quisiera hacer cómplice a Dios de la mentira). La tentación de Dios es poner en duda la
sabiduría, la providencia divina. El sacrilegio se refiere a la falta de respeto por las cosas
santas, sagradas (ej. si un ladrón entra a la iglesia, opaca al cura, se roba el cáliz, ha
cometido hurto, lesiones, robo, pero además sacrilegio). La simonía es negociar por las
cosas santas, que Dios las da gratuitamente.
La religión se expresa a través de actos internos y externos. Los actos internos son la
oración y la devoción. Y los actos externos son la adoración, la ofrenda, el sacrificio, el
voto y el juramento.
Actos internos
 La oración: San Buenaventura da una breve definición que dice “es la elevación de la
mente a Dios”. Es el hombre que se dirige a Dios, en primer lugar para honrarlo (el Padre
Nuestro dice, santificado sea tu nombre); para pedirle cosas (“danos el pan de cada día”);
para agradecer los beneficios recibidos (en el Evangelio aparece cuando Cristo cura a los
diez leprosos, sólo uno vuelve a darle las gracias, y ese era un extranjero). La oración es
un acto del entendimiento, de la razón.
 devoción: en el sentido estricto, la devoción es algo distinto de lo que nosotros
entendemos. La devoción es un acto de la voluntad. Es la voluntad que tiene el hombre de
poner todo, toda su excelencia, todos sus talentos, que son los dones que Dios nos da, al
servicio divino. La ciencia, las artes plásticas, las letras, la filosofía, todo puede ponerse al
servicio de Dios.
Actos externos
 La adoración: el hombre no es sólo mente, no es sólo espíritu. Es un espíritu encarnado,
entonces se manifiesta también a través del cuerpo. Y la adoración es rendirle culto a Dios
con el cuerpo. Cuando el hombre se arrodilla, cuando va a ciertos lugares como las
iglesias que reúnen a los adoradores. Manifiesta externamente, corporalmente, aquello que
es movido por el espíritu.
 La ofrenda: es ofrecer algo a Dios. si este algo se destruye o se inmola, tenemos el
sacrificio. En la Antigua Alianza en el pueblo de Israel existían muchos sacrificios; se
sacrificaban palomas, corderos, cabritos, etc. La Sagrada Escritura habla del sacrificio del
“Justo Abel”. Pero puede ser que lo que se ofrece no se inmole, entonces estamos ante la
ofrenda. Un tipo de ofrenda por ejemplo, es el Diezmo, cuyos beneficiarios son los
sacerdotes, los levitas, los pobres, las viudas, los extranjeros; todos aquellos que podían
tener dificultades para el sustento. 1
 El voto: es un término equívoco. Aquí, como acto de la virtud de la religión, se refiere a
una promesa. Promesa de liberar al libre de un bien posible y mejor. Por ejemplo cuando
Cristo le ofrece al joven rico hacer voto de pobreza, si es que quería llegar a la vida
eterna. El voto no es para todos, y no es para ciertas personas. Generalmente las órdenes
religiosas hacen tres votos que son la obediencia, la castidad y la pobreza.
 El juramento: es orar a Dios por testigo de algo. Puede ser promisorio, se promete para el
futuro hacer algo. Y también puede ser asertorio, que es para el pasado, es acerca de cosas
que de algún modo conocimos por nuestros sentidos externos, por la vista, el tacto, el
oído, etc.

2. La Piedad: fundamento de la religión en la que Dios era principio absoluto de ser y de


gobierno. Fundamento de la piedad, es que los padres y la patria también son principios,
no absolutos pero próximos de ser y de gobierno. Así como a Dios no le podemos
devolver lo que nos ha dado y quedar liberados, con la patria y con los padres pasa lo
mismo. Aquí tenemos una doble piedad: la piedad para con la patria, y la piedad para con
los padres. Por ser principios próximos de ser y de gobierno, la patria y los padres también
merecen un culto. Pero este culto no es culto de adoración, de latria, sino que es un culto
de respeto, que se llama dulía. El culto de dulía se manifiesta en la disposición de servicio
que tenemos que tener hacia la patria y hacia los padres. A la patria nunca le podemos
devolver lo que nos ha dado, porque hemos recibido gratis una cantidad de bienes, de
cultura y de civilización por pertenecer a la Argentina, nada más que por eso. A través de
la patria que es la tierra de los padres nosotros recibimos la filosofía griega, al derecho
romano, a la revelación cristiana, a la literatura hispánica, etc. Es imposible para
cualquiera, por más que haga devolver ese patrimonio espiritual, cultural de
civilizaciones. Ahora, esto que es virtud puede transformarse en vicio, y en lugar de Dios,
oremos a la patria por ejemplo, rindiéndole culto de adoración o si despreciamos a la
patria y pensamos que somos ciudadanos del mundo, que somos continentalistas, que
preferimos lo extranjero a lo nacional, etc. Respecto a los padres que nos han dado la vida,
la respuesta honesta también es la veneración y el servicio. En principio nadie le puede
devolver a los padres lo que ellos le han dado. Puede haber algún caso raro y extremo. Y
aquí también hay dos vicios, por un lado rendirle a los padres cultos de adoración,
ponerlos por encima de Dios; y el desprecio a los padres, cosa que hoy en día,
lamentablemente, es muy común.

3. La observancia: es una virtud muy interesante, que hoy en día se encuentra nada más que
en los diccionarios. ¿Qué es? Es el culto de edulía, de respeto que se debe a aquellas
personas que son principio de bienes comunes. Hay personas que por su conducta a lo
largo de toda su vida, son modelos, verdaderos arquetipos, son modelos para la plenitud
humana. Éstos son los santos y los héroes, los grandes descubridores, los benefactores de
la humanidad. Hagamos lo que hagamos no vamos a poder devolverles lo que nos han
dado. Acá también encontramos dos vicios: un vicio por exceso que es idolatrar a estas
personas, ponerlos en el lugar de Dios; y por defecto es no apreciarlos debidamente, y
pensar que todo es debido a nosotros, que no hemos heredado nada.

4. La Gratitud: es una respuesta honesta aquellas personas que son principios de un beneficio
particular. Hay mucha gente que muchas veces nos presta un servicio, nos hacen un favor,
y que no estaba obligada a hacerlo. Entonces, la respuesta honesta a esta persona se
manifiesta a través del agradecimiento, se manifiesta a través de la gratitud. Y el no
manifestar la gratitud es ingratitud, y una persona es ingrata cuando no reconoce el
beneficio o cuando, devuelve bien por mal (peor forma de ingratitud). El bien que le han 1
hecho lo desconoce y devuelve algo malo, aquí es cuando interviene el derecho a través de
las normas del Código Civil que regulan la revocatoria de una donación por ingratitud del
beneficiario. La gratitud es la respuesta a bienes, la otra cara es la vindicta.

5. La Vindicta: es una virtud, es también una respuesta honesta, pero no a bienes, sino a
males. Aquí tenemos que distinguir dos tipos de vindictas, una que pertenece a la justicia
estricta y otra que pertenece a las partes potenciales de la justicia. La vindicta que
pertenece a la justicia estricta, es la vindicta del Código Penal, que castiga los delitos en
forma proporcional a su gravedad; y el juez penal es el que aplica este tipo de vindicta
cuando ejerce la justicia represiva; no es virtud anexa a la justicia sino que es justicia
estricta. ¿Cuándo la vindicta es una virtud anexa a la justicia que busca la corrección o al
menos el refreno del culpable? Es cuando la vindicta se ejerce en los grupos infrapolíticos,
cuando la corrección del culpable se ejerce en el ámbito de la familia, de la escuela, de la
universidad, del club, de la empresa, etc. Es muy importante el ejercicio de esta virtud por
aquellos que detentan la autoridad, porque ejercida a tiempo esta virtud ahorra muchos
males a la sociedad. Por otro lado existe otra vindicta que es la que se da en el plano
político, en el cual a menudo, hay conductas que no caen estrictamente en el Código
Penal, o conductas que pro las demoras judiciales son apacibles de delitos que prescriben
y sin embargo esas personas siguen como si no pasara nada. Un pueblo memorioso castiga
estas conductas a través de la vindicta pública.

6. La Veracidad: es la ultima de las virtudes de honestidad. ¿Es algo distinto de la verdad? Si


es algo muy distinto. Una persona puede estar equivocado, o sea no conocer la verdad
acerca de tal cosa, pero uno dice lo que piensa, es veraz. Veracidad no es verdad. La
veracidad es una virtud que mueve al hombre, a través de las palabras o hechos, a expresar
lo que piensa. Hay una concordancia entre lo que uno piensa y lo que uno dice, y entre lo
que uno piensa y lo que uno hace. Lo contrario de la verdad es el error. En cambio en el
orden de la palabra, lo contrario a la verdad es la mentira. Una cosa es el error y otra cosa
es la mentira. La veracidad, entonces, tiene distintas enemigas. Uno es veraz cuando
expresa a través de las palabras o actos lo que tiene en su interior. Enemigas: a) El termino
de mentira, viene de “contra mente”. El que miente dice algo contrario a lo que tiene en su
interioridad, o sea desnaturaliza la función de la palabra, que es decir la verdad. Pero no
solo se puede mentir con las palabras, sino también con los hechos, y eso se llama
simulación (se vende un Dpto. y se hace un contradocumento que dice que en realidad se
hizo la venta pero que el Dpto. sigue siendo de fulano, y mengano que es el adquirente se
obliga a volver a transferírselo a fulano cuando este lo indique; simulación con
contradocumento). b) La hipocresía es otra forma de atentar contra la veracidad. El
hipócrita es un simulador continuado, ostenta una personalidad distinta de la que en
realidad tiene; se pone una especie de máscara. c) La jactancia, que significa
sobreelevarse, hay gente que es muy “manda parte”, que se jacte de todo lo que ha hecho
en su vida, que tiene enorme currículum, a veces inflado o inventado; es creerse más de lo
uno es. d) La ironía, tomada en el sentido clásico, que no es el sentido por el cual la
utilizamos. Es la ironía que en lugar de ensalzarse, tiende a bajarse, “hacerse el
pobrecito”, es la falsa humildad, que sirve para engañar mejor a los demás.

7. La Afabilidad: la afabilidad mueve al hombre a agradar a los demás en las relaciones


sociales corrientes. La afabilidad no es la amistad, la amistad necesita una serie de
requisitos que no se dan en la afabilidad. Esta aparece como un termino medio entre los
extremos viciosos que son por un lado, el litigio (es el ánimo de desagradar, de contristar,
de litigar), y por otro lado la adulonería (¿?), que es intentar agradar sin fundamentos, sin 1
razones, a veces para sacar algún beneficio, etc.

8. La Liberalidad: la liberalidad mueve al hombre a hacer compartir a los demás aquello que
es suyo. La liberalidad es la generosidad de darle a los demás lo que es de uno. Aquí se ve
la diferencia con la justicia, la cual da a otro lo que es de otro, o sea, restituye. La
liberalidad, en cambio, regala a otros lo que es de uno. Es el desprendimiento de los
propios bienes para hacer participar a los demás de esos bienes. Es un término medio entre
dos extremos viciosos, que son la avaricia y la prodigalidad. El avaro retiene, acumula,
cuenta monedas de oro y se goza con eso. La avaricia es un pecado capital. Y en el otro
extremo, que no es tan malo como la avaricia, pero que es un vicio, es la prodigalidad. El
prodigo da, pero da sin prudencia, sin medida.

BOLILLA 5

El conocimiento jurídico. La Introducción al Derecho. Clase 1/11


La introducción al derecho no es un saber jurídico, tiene temas de la ciencia del derecho y de
la filosofía del derecho.
Los saberes troncales de la realidad jurídica, del conocimiento jurídico, son la filosofía del
derecho, la ciencia del derecho y la teología del derecho.

Distintos niveles del conocimiento jurídico


Son tres los saberes que se ocupan de la realidad jurídica y tienen en común que son
conocimientos a través de las causas que pueden estudiarse y transmitirse.
1. Filosofía del Derecho: según Del Vecchio “es el estudio de la realidad jurídica a través de
sus ingredientes universales”, de sus primeras causas o sus últimas razones. La filosofía
del derecho trabaja con la luz natural de la razón y con los límites que esta tiene debido al
pecado original Tiene tres temas básicos:
 La ontología jurídica: se busca respuesta a qué es el derecho, cómo se divide,
división entre derecho natural y positivo. Se ocupa del ser del derecho, busca sus
causas, sus características
 La deontología jurídica: es el estudio de los fines del derecho.
 La gnoseología del derecho: se encarga del conocimiento del derecho, del
conocimiento jurídico prudencial. Estudia el carácter práctico de los elementos
teóricos que hay que conocer para dirigir el obrar en orden a ciertos fines.

2. La Ciencia del Derecho: conceptualiza la realidad jurídica a partir de distintos sectores de


ella, no desde una perspectiva universal. Mientras la filosofía del derecho apunta a
encontrar la esencia de las cosas, la Ciencia del Derecho estudia la esencia de las cosas
pero concretizada en conductas jurídicas, ordenamientos jurídicos y normas jurídicas. La
ciencia del derecho estudia la realidad jurídica a través de las causas próximas o segundas.

3. La Teología del Derecho: comparte con la ciencia y la filosofía del derecho el carácter de
saber, pero además comparte con la filosofía, el hecho de ser un saber universal. El objeto
formal es diferente. Ambas trabajan con el derecho de la ley natural, de la razón, pero el
punto de partida de la teología no es la razón sino la revelación.
Hay un grupo de temas que trata la teología del derecho, que se denominan: propedéuticos
o introductorias:
 La comprensión de Dios. el punto de partida de la teología del derecho es el Dios
1
Creador del Antiguo Testamento y el Dios Redentor del Nuevo Testamento.
 El hombre creado, pecador y redimido.
 El camino del hombre hacia Dios.
 La naturaleza y la gracia.
 La razón y la fe.
Luego de los temas introductorios, los temas propios de la teología del derecho son:
 La ley.
 La justicia.
 El derecho.
Se ocupa de la ley divina positiva, aparece el tema de compatibilizar la ley antigua (Antiguo
Testamento) con la ley nueva (Nuevo Testamento). En el Antiguo Testamento encontramos los
preceptos ceremoniales (la preparación para la llegada del Mesías), y los preceptos morales
(los 10 Mandamientos). El Nuevo Testamento pasa a tener más exigencias morales pero en
cuanto a las normas, estas se reducen. Hay además preceptos políticos, en esa época se regían
por una teocracia. Cuando llega Cristo, las disposiciones jurídicas y políticas quedan
desligadas de lo espiritual y ya no es más una teocracia.
En cuanto a la justicia hay que distinguirla de la justificación. La justicia jurídica es distinta
de la bíblica. El hombre respecto a Dios trata de justificarse porque no puede devolverle a Él
lo que le ha dado, y siempre quedará en deuda. En lo social, la justicia está superada por una
virtud teologal, la caridad. Con el prójimo primero hay que respetar los deberes de justicia,
pero estos son superados por los deberes de la caridad. Ésta pertenece al género de la amistad.
Si rigiera la amistad entre todas las personas, entonces seria innecesaria la justicia.
En cuanto al derecho, lo podemos dividir entre natural y positivo. El derecho divino se puede
incluir en esta gran división porque en él también hay cosas que son justas en sí y otras que se
resuelven justas porque están mandadas (justas o injustas).

En el campo del conocimiento jurídico la prudencia es muy importante, porque como se


estudia la realidad jurídica, al momento de aplicar los conocimientos hay que utilizar la
prudencia. Esta implica una perspectiva práctica. Es una virtud intelectual con materia moral,
porque reside en la razón práctica pero rige la condición moral y se encarga de encontrar los
medios que hacen el bien y evitan el mal. La prudencia según San Agustín es “el
conocimiento de las cosas que debemos apetecer y rendir”.

Teoría general del derecho


La teoría general del derecho es distinta de todas las ramas especializadas.
En la época de la universidad positivista fue sustituta de la filosofía del derecho. Hay teorías
positivistas y no positivistas como la de Kelsen que se popularizó en Argentina. La teoría
general del derecho de Carnelutti estudia la realidad jurídica y sus elementos. La estática
jurídica estudia el ordenamiento que se presenta con una forma piramidal. En la base de la
pirámide se encuentra la norma fundamental que puede tener fundamento natural o artificial.
Para él, el ordenamiento jurídico se funda en la ética porque tiene que tener un fundamento
justo. Por otro lado, habla de la situación jurídica que relaciona a las personas y a las cosas. Y
también el dinamismo jurídico que es ver todo esto en movimiento que se da a través de los
actos jurídicos, juicios, etc. y los hechos jurídicos.

Disciplinas auxiliares
Las disciplinas auxiliares del derecho son: la sociología jurídica, la historia del derecho y el
derecho comparado. Augusto Comte fue quien invento la sociología, pero como una religión.
Sus discípulos lo plantearon como una disciplina que se dedicaría al estudio de lo social.
Utilizan ciertos métodos que tienen su importancia como las estadísticas, las encuestas, la
observación etnográfica. 1
Muestra la realidad de la sociedad: visión descriptiva de la sociedad (derecho, visión
normativa de la sociedad).
La historia del derecho es el estudio del pasado jurídico para compararlo con el presente y
servir. Es la ciencia que estudia el progreso, desenvolvimiento, evolución y desarrollo del
derecho.
Otro auxiliar es el derecho comparado, que es la comparación con otras legislaciones y
realidades jurídicas pertenecientes a diversos países y épocas, con el fin de determinar sus
notas comunes y sus diferencias y derivar de tal examen conclusiones sobre la evolución de
tales instituciones o sistemas y elementos de juicio para su interpretación y reforma.
Hay que evitar dos extremos viciosos: el imitacionismo (por exceso) y el patriotismo o
showinismo jurídico. No se pueden copiar legislaciones sino que hay que tener en cuenta las
características del lugar donde se quiere aplicar. La ley además debe ser ajustada al tiempo,
debe ir con el tiempo y el lugar.

LIBRO: CURSO DE DERECHO NATURAL

BOLILLA 6
Derecho natural en la antigüedad oriental
Egipto
Su civilización se formó alrededor del río Nilo. La función benéfica del río exigía la
regulación del curso del río. Para ello era necesario el trabajo comunitario, lo cual produjo un
gran estimulo para la organización social, naciendo la tendencia a la formación de
comunidades humanas y la idea del Estado.
Las concepciones egipcias respecto del fundamento del poder y las normas de convivencia
pueden extraerse del análisis de las instituciones. Está dividido en dos imperios:
 Imperio Menfita o Antiguo (2595 a.C. hasta 2540 a.C.): era una monarquía de derecho
divino. El rey es considerado como un dios viviente. Se lo llama Faraón y en sus manos
está el destino del país. Es quien da el agua a la tierra, quien da orden al Nilo de crecer
cuando la sequia ha durado bastante, quien asegura la salida diaria del sol. Así, nos
encontramos con un poder sin límites y sin justificaciones. El faraón es el mediador entre
el pueblo y el orden cósmico.
Los súbditos, además de pagar impuestos en especie, debían prestar el servicio del trabajo
obligatorio en las pirámides. Fue una monarquía absoluta.
A partir de la IV Dinastía (2540 a.C.) comienza a ceder el poder de los faraones. Los
funcionarios de los nomos (comunidades) reciben tierras en premio por sus trabajos, se
convierten en terratenientes y se independizan. Sus cargos se hacen hereditarios y adviene
el periodo feudal hasta el 2360 a.C.
Entre los años 2360 a.C. y 2160 a.C. se da la “Gran Revolución” mediante la cual se
produce una transformación radical de las instituciones y de las ideas.
El poder de los faraones vuelve a consolidarse en el Imperio Tebano.
 Imperio Tebano: comprende dos fases, el Imperio medio (año 2160 a.C. a 1660 a.C.) e
Imperio nuevo (año 1580 a.C. a 1100 a.C.)
Se robustece el poder real como órgano supremo de coordinación y dirección de los
esfuerzos de todos al servicio de la colectividad. Grandes reformadores y legisladores
buscan una síntesis entre el antiguo derecho divino y una asociación activa de los súbditos
a la vida social bajo un régimen de leyes encaminadas al bien común. Los faraones en
forma explicita encarnan una concepción del poder al servicio de la justicia.
“Instrucción al visir”: la instrucción del faraón al visir Rekmara es un testimonio respecto de
la concepción del poder al respecto de la justicia. Los puntos mas importantes que le recalcó 1
fueron:
 “cuando venga un demandante, mira que todo se haga conforme a la ley”.
 “atiende al que conoces como al que no conoces, al que llega personalmente a ti, como al
que está lejos de tu casa… no descartes a ninguno sin haber acogido su palabra”.
 “cuando un demandante se halle ante ti, quejándose, no rechaces con una palabra lo que te
diga… si desatiendes su súplica, justifícaselo”.
La instrucción contiene criterios para juzgar de valor universal: el juez debe juzgar según ley,
no debe hacer acepción de personas, debe oír a las partes y a ambas partes, y su sentencia
debe estar fundada, alejada del mero arbitrio. (En la actualidad, la Ley de Procedimientos
Administrativos recoge estos criterios en el art. 1° que comprende el derecho a ser oído, el
derecho a ofrecer y producir prueba y el derecho a una decisión fundada).

Las “Quejas del Felah”: época del imperio medio. El felah es un campesino que en tránsito
hacia la ciudad, a la cual viajaba en busca de alimentos para su familia, es robado y azotado
por un siervo del intendente. Es el mismo intendente a quien se dirige en demanda de justicia;
ante él concurre nueve veces, hasta que es escuchado. Sus alegatos permiten comprobar la
vigencia de los principios y preceptos de derecho natural en esa época y en ese lugar.
1. Primer alegato: invoca el papel de guía del intendente: “aparta el mal… haz justicia…
júzgame, pues tengo gran necesidad”. “…la justicia del rey es ser defensor de los
extranjeros, de las viudas y de los huérfanos… es no dar ninguno de sus favores a los
injustos, a los impúdicos…alimentar a los pobres”. Entra en juego la justicia distributiva,
la cual también tiene en cuenta las necesidades. El campesino persigue lo justo concreto,
le pide que lo juzgue, que proteja esa realidad de las amenazas del entuerto, que aniquile
la injusticia y proclame el derecho.
2. Segundo alegato: no recibe respuesta y acude nuevamente, sospechando de cierta
complicidad entre el intendente y su siervo. “No hay nada peor que una balanza
desequilibrada… un hombre justo que vacila… el que debe dar aire nos quita la
respiración, el que tiene que distribuir roba; el encargado de combatir los pecados, obra
mal”.
Sin respuesta vuelve por tercera vez y recuerda el papel de la autoridad en orden a la
realización del bien común político: “la justicia para el país es hacer el bien”.
3. Tercer alegato: “reprime a los ladrones, ampara a los miserables”. “Sé justo teniendo en
cuenta que la justicia para el país es hacer el bien. No mientas pues eres la grandeza”. “Tú
te identificas con la balanza hasta el punto de que ella se desnivela, tu también. No
vaciles, eres quien lleva el timón. No robes, tienes que perseguir al ladrón”.
Ante la falta de respuestas, el campesino se cansa, se indigna y sube el tono del reclamo.
“Eres el justiciero en quien está aniquilada toda justicia. Eres el jefe del granero que no
socorre a quien acude con las manos vacías. Eres un pastor que no cuida del rebaño. Eres
el que pudiendo oír no oye”. En esta situación, el intendente ordena la flagelación del
campesino. Pero sus azotes fortalecen el pedido de justicia del campesino, que increpa e
incrimina al intendente. El campesino sigue insistiendo.
4. Cuarto alegato: “no dejes morir a aquel cuya vida debes conservar… no seas sombra que
oscurece el sol”. En la Argentina de hoy todos los días muere mucha gente inocente,
victima de la violencia impune, que el Estado “deja morir” porque abdica de sus deberes
más elementales en el orden de la seguridad, de la prevención y de la represión, de los
delitos, mientras las cárceles son promotoras de reincidencias.
5. Quinto alegato: “no despojes al pobre de sus bienes, son el aliento del miserable, y quien
le priva de ellos le ahoga. Estás encargado de los interrogatorios para juzgar entre dos 1
equitativamente y para castigar al ladrón”.
6. Sexto alegato: “haz que nazca el bien y aniquila el mal… el engaño es enemigo de la
justicia. Eres instruido y diestro, pero no para ejercer la violencia. Engañas a todo el país
haciendo lo mismo que el que te rodea”. En los alegatos que siguen pide otra vez que su
asunto se tramite en justicia, habla del buen juez, cita algún precedente de justos juicios
del intendente e invoca el juicio de los muertos en el más allá de esta vida”.
7. Séptimo alegato: “señor, permite que mi asunto sea conducido en justicia. El buen juez
obra según su corazón”.
8. Octavo alegato: “la codicia es fatal, el codicioso se queda sin lo suyo. Tu eres codicioso y
eso no está bien, robas y eso no es bueno”. “Obra según verdad, por respeto al señor de la
verdad, cuya verdad es la verdad justa”. “la verdad dura eternamente y desciende del
juicio de los muertos con aquel que ajustó a ella sus acciones”.
El campesino que hay ejercitado la virtud de la paciencia, virtud anexa a la fortaleza,
vuelve por última vez e insiste en la necesidad de igualar la balanza en la justicia.
9. Noveno alegato: “No seas parcial… no rechaces al que acude a rogarte… no seas
negligente… haz justicia… no escuches a los malos consejeros y llama al que sabe…”
Así concluyó el juicio. El encargado de los interrogatorios juzgó, castigando con
severidad al ladrón, demostrando así que no velaba su faz frente al perverso, que
aniquilaba la injusticia y proclamaba el derecho, que no era cómplice del malhechor, que
era capaz de igualar la balanza, de empuñar el timón y de atender a las necesidades de
todos.

El juicio de los muertos: para alcanzar la inmortalidad los egipcios debían comparecer ante el
tribunal de Osiris. Ante la diosa Maat (orden del universo), el difunto se justificaba con una
oración fúnebre diciendo: “Yo no maté a nadie, ni dañé a nadie. No escandalicé en el lugar de
la justicia. No sabía mentir. No hice mal no obligué como superior a trabajar para mí todo el
día a mis criados. No hice maltratar a un esclavo por superior a él. No los abandoné al
hambre. No les hice llorar. No ordené matar. No rompí el matrimonio. No fui impúdico. No
malgastaba. No disminuía en los granos. No rebajaba en las medidas. No alteraba los límites
del campo.”
Encontramos referencia a:
 El derecho a la vida y a la integridad corporal.
 Deber de conservar y respetar la vida e integridad corporal de los demás.
 Derecho a la verdad. Deber de buscar la verdad honestamente. Deber de veracidad.
 Derecho a los bienes necesarios para la subsistencia.
 Deber de trabajar en condiciones dignas.
 Derecho de formar una familia, junto con los deberes que emergen de su constitución
e institucionalización.
 Derecho al respeto a la dignidad humana.
 Deber de vivir dignamente.
 Derecho a la propiedad de bienes exteriores.
 Deber de respetar la propiedad ajena.
Todo esto se funda en el derecho natural normativo.

Babilonia
Ideal asiático del rey perfecto. La autoridad encuentra su justificación en la búsqueda del bien
común político.
Una de las tareas más importantes del príncipe es impartir justicia “para que el fuerte no dañe
al débil” y para “decidir las contiendas”. Para ello debe procurar la atenuación de las 1
injusticias recurriendo a la equidad de un jefe paternal.
También en la lejana Babilonia aparece el derecho natural normativo para corregir, por vía de
equidad, las imperfecciones de la ley positiva. El esplendor de Babilonia, que entonces
gobernaba gran parte de la Mesopotamia fue en los tiempos de Hammurabi, cuyo reinado se
extendió entre los años 1728 y 1685 a.C.

El Código Hammurabi: es el código conocido más antiguo de la humanidad, descubierto a


principios del siglo XIX. Es un bloque de dos metros de alto aproximadamente. En la parte
superior aparece el dios Samas, señor de la justicia, que se lo dicta al rey.
En el preámbulo Hammurabi afirma que fue llamado por los dioses para “promover el bien
entre los hombres, para hacer valer el derecho en este país, exterminar la perversidad y el mal,
impedir al poderoso dañar al débil, para aparecer ante los hombres como el sol e iluminar el
país, para traer felicidad y la alegría”. El soberano no sólo busca reglamentar las instituciones,
sino que también intenta instaurar el reinado de la justicia para que impere. El soberano es el
reflejo de la armonía de un mundo superior.
 El buen gobernante: “traer la felicidad y la alegría”. Hoy parece algo utópico, pero
siempre fue el norte de todo buen gobernante, que intentó servir a los gobernados y no
aprovecharse de su cargo.
 El Código Hammurabi es considerado “la madre de todos los derechos”. Encontramos
disposiciones tendientes a proteger la vida, la integridad corporal, el buen nombre, la
propiedad y la familia (reconoce excepciones, como la posibilidad de repudio por
parte del marido y del adulterio por parte de la mujer)
 En el epilogo, el rey afirma que es el pastor que ha tomado a las gentes bajo su
protección paternal, que los ha protegido con su prudencia “para que el fuerte no
oprima al débil, para hacer justicia al huérfano y a la viuda”.
 El deseo de eternidad: Hammurabi se dirige a sus sucesores. Si el futuro príncipe es
sabio, que observe el Código, que administre justicia, corte los diferendos, extirpe del
país al perverso y procure la felicidad de sus súbditos.
Aquí comete el error de pretender que su legislación dure para siempre, de que
constituya una normatividad pétrea, olvidando que toda ley temporal puede variar
justamente al cambiar las circunstancias de los tiempos.
Y refuerza su pretensión con una serie de maldiciones destinadas a su sucesor que
pretendiera derogar el Código.

China
Región de Asia que estuvo dividida en una serie de principados que fueron unificados
políticamente en un vasto imperio bajo la dinastía de los Chou (1050-246 a.C.). la decadencia
de esta dinastía dio lugar a un proceso de disgregación, surgiendo así un feudalismo
caracterizado por guerras y desórdenes.
Esta época feudal se conoce como el “periodo de los reinos combatientes” y marca el
florecimiento de las escuelas filosóficas clásicas.
Una de estas escuelas fue el confucionismo, fundado por Kung-fu-tse (551 a 479 a.C.).
Los chinos se destacaron por su carácter práctico, ocupándose fundamentalmente de los
problemas relativos a la moral y al derecho.
Sus tareas principalmente agrícolas, los indujeron a contemplar la naturaleza física y a
descubrir en ella un ritmo. Las estaciones se sucedían y los resultados de las tareas rurales
eran buenos si los agricultores se colocaban en el “ritmo” de la naturaleza. Al orden de las
estaciones le corresponde el comportamiento normal de hombres y animales. Si en un punto
cualquiera del circuito universal aparece un desorden, se encuentra amenazado el equilibrio
del mundo. 1

 Confucio: entiende que el conocimiento de la naturaleza de las cosas es lo que le permite


al hombre obrar bien en cualquier circunstancia. Entre el hombre y la naturaleza existe
una acción reciproca, ningún hecho tiene sentido si se toma aisladamente cada ser, cada
cosa, ya que “el universo constituye un todo orgánico cuyos elementos son
interdependientes”.
Así surgen los deberes que cada persona tiene según su ubicación en el todo social. Es
clave que las realidades coincidan con los términos que las designan, ya que “ser padre es
tener determinados derechos, pero también determinados deberes; un príncipe cuya
conducta no fuera principesca no merecerá el nombre, y todo iría mal en su principado”.
Confucio no divorcia a los hombres de las cosas.
Ejemplo del gobernante: el buen ejemplo del gobernante es mas eficaz que la amenaza de
las leyes: “si el príncipe es personalmente correcto, regirá su estado sin decretar leyes. Si
es personalmente incorrecto, aunque promulgue leyes estas no serán observadas”. “El
príncipe debe reformarse a sí mismo y cumplir sus deberes para con su prójimo. Para
cumplir los deberes para con su prójimo debe conocer a los hombres. Para conocer a los
hombres debe conocer al Cielo”.
¿Cómo se conoce el Cielo? A través de una ley que se llama Tao: ley suprema que preside
las revoluciones de los astros, el desarrollo de las estaciones, las manifestaciones de la
vida vegetal y animal, así como las actividades humanas. Es la expresión del orden
establecido por el Cielo”. El hombre por excelencia es el rey, sobre él pesa la
responsabilidad de lograr la armonía universal y la estabilidad social.
Confucio, con sus enseñanzas, pretende restaurar la “antigua sabiduría”.
 El Taoísmo: es otra escuela filosófica muy importante en China (395 a 303 a.C.). Los
chinos crearon la expresión filosófica Tao para darle una base y un fundamento a su
estructura religiosa, moral y jurídica. En este concepto queda comprendido todo cuanto
significa orden, principio, camino y norma supremos. Se convierte en el primer orden
normativo. Es un ser indeterminado y perfecto, solitario e inmutable; circula por todas
partes sin alterarse jamás; se puede considerar la madre del mundo.
Yin y yang: en sus orígenes son términos poéticos. El punto de partida de la doctrina
taoísta esta en la vieja distinción china entre el yin y el yang, elaborada sobre la idea de
clasificar a los seres por sexo y no por géneros; en la cual el yin es el principio universal
femenino y el yang el principio universal masculina. El yin y el yang no se oponen
sistemáticamente, sino que se combinan entre sí dando lugar al ritmo cósmico o Tao,
forjado por la sucesión de las diversas formas: temporales, espaciales, vitales, morales,
políticas, etc. que aquéllas toman. El tao es la fórmula rítmica del perfecto orden de la
vida. El tao es “la madre del mundo”, el antepasado de todos los seres. “No es ni
masculino, ni femenino… es el origen primero que no viene de nada y de donde vienen
todas las cosas”. Da vida a todos los seres y su virtud los nutre, los hace crecer, los cuida,
los lleva a su madurez, los conserva y los traga.
El papel del hijo del cielo: la comunidad humana debe ser el reflejo del orden del
universo. El punto de contacto entre el orden del universo y la comunidad de los hombres
es el emperador, hijo del cielo. Él es quien pone en movimiento el ciclo de las estaciones y
asegura la concordia entre el imperio y el cielo. Las calamidades que caían sobre la
colectividad eran consecuencia de una falta del emperador, el cual perdía entonces su
calidad de hijo del cielo y debía ser apartado del gobierno por quien probaba que más
eficazmente la poseía.
Aquí encontramos, entonces, un segundo orden normativo: los ritos. El emperador es un
intermediario que debe ajustar su acción a la legalidad suprema del Tao y al orden de los 1
ritos; justifica y conserva su carácter de hijo del cielo cuando su actuación gobernante y
las leyes que dicta concuerdan con aquellos órdenes superiores. La autoridad política se
justifica por su recto ejercicio, su nobleza. “El estado debe ser tan fuerte, que no necesite
ser violento”. La autoridad debe dar curso a las relaciones e inclinaciones naturales de los
hombres presionando lo menos posible. Y la obligación principal del rey es consagrarse al
bien de su pueblo sin esquilmarlo.
El buen orden de una sociedad exige la conservación de una jerarquía, para lo cual debe
cultivarse las virtudes, enseñándose al pueblo a moderar los sentimientos, a ello
contribuyen los ritos.
 Mencio (372-288 a.C.): discípulo de Mencio. Reivindica el ejemplo de los reyes
fundadores que persiguieron el bien común haciendo reinar la paz en una tierra bien
administrada. El hombre es capaz de discernir el bien del mal. Y ese discernimiento es el
comienzo del camino hacia la sabiduría. A partir de él, el hombre se autodetermina en
orden a lo bueno o a lo malo. Si se decide a obrar mal, si se abandona a sus bajos
instintos, si reniega de sus deberes fundamentales, “su naturaleza sufre violencia”. Para
Mencio, la bondad está en el corazón del hombre, pero sólo en germen y el germen no
produce frutos si se deja en barbecho la tierra que lo ha recibido. Lo mismo ocurre con las
virtudes, el hombre debe cultivarlas.
El amor al prójimo y el orden del amor: el amor y el orden del amor, más allá de lo
jurídico, elevan a la plenitud las relaciones humanas. “Si alguien se esfuerza por amar al
prójimo como a sí mismo, el bien perfecto que él busca no puede estar más cerca de él”.
Pero el amor tiene un orden en las relaciones humanas, el orden de la projimidad, que es
“proximidad” y que no es una pura convención, sino que está establecido por la
naturaleza.
 Regla de oro: la encontramos en Confucio. Es el principio de reciprocidad, en su sentido
positivo: “haced a los demás lo que queráis que se os haga”; y en su sentido negativo: “no
hagáis a los demás lo que no queréis que os hagan” y más allá de ello: “amar al prójimo
como a uno mismo”.
 Resumen: “constituye el primer estrato de la moralidad el orden general del universo
(Tao) que abarca no sólo la sociedad humana, sino también la naturaleza y el más allá, y
viene a ser, con arreglo a los conceptos occidentales, un orden religioso. El segundo, es el
de los ritos que tiene de común con el orden universal (Tao) los principios éticos, pero que
los desarrolla en las reglas prácticas dirigidas a todos. Sigue finalmente, el derecho
positivo, establecido por el emperador como soberano que gobierna a los hombres con
responsabilidad religiosa y ha de atenerse a las normas éticas en toda su actuación”.

India
Se presenta como un mosaico de civilizaciones y con una visión pesimista del mundo, lo que
contrasta con la homogeneidad étnica y cultural y el optimismo filosófico de China.
En la perspectiva de su historia política, solo excepcionalmente se unificaron en reinos
amplias zonas del país, permaneciendo por lo general “dividido en una multitud de
principados y republicas aristocráticas”. Su contrapartida es su más escaso sentido social y
político.
El brahmanismo: es una interpretación de la tradición religiosa aria recogida por los Vedas
(colecciones de himnos sagrados), los sutras (recopilaciones de aforismos) y los sastras
(tratados sobre el dharma o conjunto de preceptos que rigen la vida humana en lo religioso,
moral y jurídico); el más famoso de los sastras es conocido como Código o Leyes de Manú.
Lo que se llama filosofía en la India, es sobre todo, la filosofía de los brahmanes. Estos
constituyen a la vez la casta sacerdotal, la casta intelectual y la casta superior sobre la que 1
intentan modelarse las demás.
El brahmanismo clásico cree en la existencia de un principio eterno, universal, causa única de
todo lo existente, sustancia pura, única y total, que es el brahmán; esta realidad se encuentra
en nuestra conciencia como atman (espíritu o soplo vital), que es el sustrato de los fenómenos
de la conciencia: “Brahmán y atman son principios espirituales que respectivamente definen
el cosmos y al hombre”. El anhelo supremo será encontrar el camino por el cual el atman
pueda identificarse con el brahmán, a lo cual se oponen las sucesivas rencarnaciones a las que
el hombre, como integrante del devenir cósmico, está sujeto. La superación de la serie de
transmigraciones consiste en alcanzar el nirvana que es la inmersión en la eterna quietud del
brahmán.
Las castas: aspecto más destacado del brahmanismo, su origen se considera divino y la
pertenencia a cada casta se determina por herencia. Existen cuatro:
 Los brahmanes, sacerdotes salidos de la boca de Brahma. Debían dirigir los sacrificios
y enseñar los Vedas.
 Los chatriyas, guerreros, procedentes del brazo o el pecho de Brahma. Se encargaban
de proteger a la comunidad.
 Los vaisyas, comerciantes, labradores y artesanos, originados en las nalgas. De nutrir
la comunidad.
 Los sudras, dedicados a trabajos manuales, salidos de los pies de Brahma. Por debajo
se encontraban lo parias o intocables. Debían servir a las otras castas.
Cada casta tiene su propia organización lucrativa. Pero durante las épocas de miseria los
miembros de una casta podrían dedicarse a tareas propias de la casta inferior.
No sólo representaban una división del trabajo, sino “la más absoluta diversificación en todos
los órdenes de la vida”. Cada casta tiene su propio código peculiar.
Las leyes de Manú: promulgadas por Manú, hijo de Brahma y padre de los hombres; recoge
disposiciones muy antiguas. Su compilación está avalada por las siguientes razones: la
simplicidad de sus dogmas religiosos, su estrecha relación con los Vedas y el no hacer
referencia a ningún personaje posterior a esa época.
Es una colección de preceptos religiosos, morales, políticos y jurídicos a los que deben
sujetarse las diversas castas. Como justificación del poder aparece la función represiva, ya que
el hombre es naturalmente malo y sólo se somete mediante el castigo.
La misión del rey: el rey tiene como misión fundamental aplicar los castigos, pero para esto
debe tener buenos consejeros, idoneidad intelectual y rectitud moral. El rey debe impedir la
anarquía y la prepotencia de los poderosos. También debe mantener la subordinación entre las
distintas castas, pues “ha sido creado para ser el protector de todas las clases, que se
mantienen en el cumplimiento de sus deberes.
El castigo no se puede aplicar de cualquier modo; por eso en la función retributiva se requiere
discernimiento y rectitud, ya que de esta forma trae felicidad a los pueblos; pero aplicado
inconsideradamente los destruye de arriba abajo.
Finalmente el castigo debe ser equitativo y solo lo será aplicado “por un príncipe, fiel a sus
promesas, cumplidor de las leyes, rodeado de hábiles servidores y dotado de sano juicio”.
El budismo: es un movimiento religioso iniciado por el “Buda”, el “Iluminado”, cuyo
sobrenombre proviene del verbo budh, que significa “despertar”, por lo tanto viene a ser “el
que ha despertado a la verdad”.
Sus enseñanzas son eminentemente prácticas, teniendo como punto de partida el problema del
dolor, cuyas formas son: la pobreza, la enfermedad y la muerte, correspondientes a los tres
encuentros con un mendigo, un enfermo y un cadáver que Buda tuvo el día de su conversión,
según la leyenda.
¿Qué es la existencia? ¿De dónde viene el dolor? ¿Cómo evitarlo? Del dolor el hombre no se
libera ni siquiera con la muerte, a causa de la transmigración. La cadena de transmigraciones 1
sólo se rompe con la entrada en el nirvana la llegada al Absoluto, caracterizada por la ausencia
completa de deseos, acciones y pensamientos. El hombre, todo hombre, puede salvarse a sí
mismo con su propio esfuerzo.
Buda no intentó suprimir las castas edificadas por el brahmanismo de manera expresa, pero
tuvo alguna influencia indirecta en cierto relajamiento del sistema, al admitir que todos los
hombres son capaces por sus méritos de alcanzar el nirvana, y afirmar que el hombre se
convierte en paria o brahmán no por su nacimiento, sino por sus actos.
Diferencias entre el budismo y el brahmanismo: mientras que en el budismo he hombre busca
la salvación alcanzando el nirvana, en el cristianismo es Dios quien revela una salvación que
consiste en la entrada en el Reino de los Cielos; además mientras el budismo se centra en la
persona individual, es decir sobre sí mismo, el cristianismo sobre la caridad hacia el prójimo;
y finalmente, mientras las afirmaciones que Cristo hace sobre su propia persona, en su calidad
de Hijo de Dios, lo colocan por encima de todos los seres humanos, Buda afirma de sí mismo
que él es solamente un hombre.

Israel
Singularidad de este pueblo: pueblo judío, pueblo distinto a los otros. Es el “pueblo elegido”,
depositario de la Ley Antigua, mediante el cual Dios, a través de las patriarcas y de los
profetas, anuncia al mundo la venida del Mesías. Israel es “el más trágico de los pueblos de la
Tierra, cuya tragedia consistió en hallarse más próximo a Dios sin saberlo aproximar”.
Ley mosaica: fue el pueblo privilegiado, al cual el Creador le promulgó la Ley Divina
Positiva. Según relata el libro del Éxodo, habló Dios diciendo: “no habrá para ti otros
dioses… no tomaras en falso el nombre de Yahveh tu Dios… recuerda el día del sábado para
santificarlo… honra a tu padre y a tu madre para que se prolonguen tus días sobre la tierra…
no mataras. No cometerás adulterio. No robarás. No darás testimonio falso contra tu prójimo.
No codiciaras la casa de tu prójimo, ni codiciarás la mujer de tu prójimo, ni su siervo, ni su
sierva, ni su buey, ni su asno, ni nada que sea de tu prójimo”. Siendo la característica esencial
del pueblo judío la religiosidad, ese espíritu repercutía en los aspectos político, jurídico y
social.
Criterios para administrar justicia: Dios justo establece los grandes criterios que deben
observar los jueces para afianzar una buena administración de justicia: “establecerás jueces y
escribas para tus tribus en cada una de las ciudades que Yahveh te da. No torcerás el derecho,
no harás acepción de personas, no aceptaras soborno, porque el soborno cierra los ojos de los
sabios y corrompe la palabra de los justos”.
Estos criterios, podemos decir que son complementarios a la Instrucción del faraón al visir. El
primer deber de los jueces es “no torcer el derecho”; el segundo es tratar a todos por igual, al
conocido, al desconocido, al influyente y al marginado; el tercero es no aceptar coimas y
denunciar al que las ofrece.
La actuación de Dios: el eje de la vida de Israel se centra en la actividad de un Dios personal,
vivo y actuante, que crea al hombre a su imagen y semejanza; la defección de la criatura
humana y el pecado original sobreviene el castigo, la expulsión del Paraíso en el que el
Creador lo había colocado. Pero al castigarlo ya aparece implícita la promesa del Redentor.
Es gracias a la verdad revelada que el pueblo de Israel, elegido por Dios e infiel muchas
veces, se destaca en su legislación, en sus preceptos morales y también en aquellos preceptos
político-jurídicos que Santo Tomas denomina “judiciales”.

Todo esto nos permite remarcar la protección de la vida humana (no mataras), de la estructura
familiar (honrarás a tu padre y a tu madre, no adulterarás, no desearás a la mujer de tu
prójimo), la facultad de usar los bienes de conformidad con la voluntad divina (no robarás, ni
desearás lo que le pertenece al prójimo) y el deber de veracidad (no prestar falso testimonio). 1

Ley Antigua y protección de la vida: “no quitarás la vida al inocente ni al justo” (Éxodo), y se
refiere al derecho natural de legitima defensa frente al hombre injusto que al atentar contra la
seguridad de su prójimo se despojó de su derecho a la vida. Al nacer el derecho de legítima
defensa cesa el derecho del injusto agresor, porque no pueden existir dos derechos
contrapuestos en las mismas circunstancias.
Para conservar la vida todo hombre necesita del sustento, y como quienes corren mayor
peligro de no obtenerlo son el pobre, el levita, el extranjero, el huérfano y la viuda, el Señor
ordena en el Levítico que cuando se haga la recolección de la tierra no se debe llegar al limite
extremo del campo, ni recoger las espigas caídas, ni hacer rebusco de las viñas y olivares, ni
recoger la fruta caída de los frutales, ya que hay que dejar todo eso para el pobre y el
extranjero.
Ley Antigua y estructura familiar: creación del hombre a imagen de Dios y diferencia de
sexos, constituyen la base del matrimonio y de la familia. El matrimonio constituye una unión
exclusiva, monogámica, indisoluble: “por eso deja el hombre a su padre y a su madre y se una
a su mujer, y se hacen una sola carne”.
La unión sexual se entiende con referencia al hijo.
Esta generosidad de los padres que se asocian a la obra de Dios en la transmisión de la vida
exige a su vez una actitud piadosa a los hijos. “Quien honra a su padre expía sus pecados,
como el que atesora es quien da gloria a su madre… Hijo, cuida a tu padre en la vejez y en la
vida no le causes tristeza. Aunque haya perdido la cabeza, sé indulgente, no le desprecies en la
plenitud de tu vigor. Pues el servicio hecho a un padre no quedará en el olvido, será para ti
restauración en lugar de tus pecados. Como blasfemo es el que abandona a su padre, maldito
del Señor quien irrita a su madre”.
La propiedad según la voluntad de Dios: en la ordenación económica bíblica, Dios es el único
dueño de los bienes por eso en el Levítico dice que las tierras no se venderán a perpetuidad
porque la tierra es de Él y nosotros somos en él peregrinos y extranjeros. El hombre debe usar
de la propiedad y respetar la ajena. “maldito el que traspasa la heredad de su prójimo”. Son
claras las prohibiciones del abuso y del acaparamiento, a la acumulación de las propiedades.
La usura: se prohíbe en la ordenación económica bíblica, el crédito usurario. “No exijas a tus
hermanos interés alguno, ni por víveres, ni por nada de lo que con usura puede prestarse.
Puedes exigírselo al extranjero, pero no a tu hermano, para que Yahveh, tu Dios, te bendiga en
todas tus empresas.
La protección del salario: protección del salario del trabajador, necesario para su
sostenimiento y el de su familia, contraprestación imprescindible del deber de trabajar que
Dios impone al hombre.
Una triple concepción de la justicia: en el lenguaje bíblico el término justicia tiene por lo
menos tres significados.
 Se aplica a la virtud moral, que designa la observancia de todos los mandamientos: el
varón fiel cumplidor de todas las exigencias de la ley divina; correlativamente, el
Señor es justo al conducir a su pueblo y retribuir a cada uno según sus obras; el Éxodo
nos manifiesta esta justicia unida a la misericordia.
 Justicia puramente humana, jurídica: “juzgad según justicia las diferencias que pueda
haber entre ellos o con extranjeros”. “no hagas injusticia en tus juicios, ni
favoreciendo al pobre ni complaciendo al poderoso”.
 La justicia divina: significa el castigo de Dios contra los hombres enemigos de su
pueblo y contra los judíos pecadores y la concesión de bienes celestiales, el juicio
favorable de Dios para con su pueblo y con cada hombre individual cuando fiel al pan
divino. 1
La libertad para el bien: todo hombre tiene derecho natural a la libertad para obrar el bien. Su
conducta se ajusta a los bienes comunes parciales de los grupos infrapoliticos, al bien común
político, al bien común del universo y, en última instancia, al bien común trascendente, Dios.
“no te dejes arrastrar al mal, por la muchedumbre; en las causas no respondas porque así
responden otros”.
El extranjero como prójimo: la precaria situación económica del extranjero era considerada en
la ordenación económica bíblica. Pero el Antiguo Testamento va más allá: el extranjero
también es prójimo, ya que, como el judío, está creado a imagen y semejanza de Dios. En el
Levítico se hace referencia a esto cuando se les recuerda a los hombres la terrible experiencia
vivida en Egipto: que traten a los extranjeros como ellos hubiesen querido ser tratados por los
egipcios.
El fundamento del poder: todo gobierno que regia los destinos del pueblo judío “se
caracterizaba por la limitación que la soberanía directa de Dios imponía al poder real. Como
lo que Dios quiere es el bien del pueblo, éste encuentra en la Ley Divina una protección
contra el arbitrio real. Dios es la única fuente de poder, y el poder sólo es legitimo cuando se
somete a los designios de Dios, convirtiéndose de lo contrario en tiránico”.
En la hesed se unen la entrega a Dios y la pasión por la justicia. “El cumplimiento de la hesed
requiere a juicio de Oseas acabar con las monarquías dentro del pueblo hebreo, tornando a la
sola monarquía de Yahveh, lo cual se realiza como castigo divino si el pueblo no se anticipa a
cumplir de buena voluntad los mandatos del Señor”. Los integrantes del pueblo elegido,
cualquiera fuese su posición social, política o religiosa, eran iguales ante la ley de Dios. Esto
no era frecuente en el Medio Oriente, ya que en la mayoría de los Estados el gobernante era
también una emanación de Dios, o sumo sacerdote, o ambas cosas.
La hesed como misericordia: el término hesed también se traduce por misericordia. Indica una
actitud profunda de bondad. Hesed significa “gracia” o “amor”. Cuando en el Antiguo
Testamento el vocablo hesed es referido al Señor, esto tiene lugar siempre en relación con la
alianza que Dios ha hecho con Israel. Esta alianza fue, por parte de Dios, un don y una gracia
para Israel. El compromiso jurídico por parte de Dios dejaba de obligar cuando Israel
infringía la alianza. Pero precisamente entonces hesed, dejando de ser obligación jurídica,
descubría su aspecto más profundo: se manifestaba, como amor, amor que da, amor más
fuerte que la traición.
La hesed va más allá de lo jurídico y abarca también los deberes para con Dios, y también se
manifiesta en el amor y en la misericordia.
Las guerras de Israel: las guerras de Israel son guerras santas en las cuales interviene el Señor
de los ejércitos. La presencias de Dios junto a su pueblo se comprueba en la respuesta de
Judas Macabeos a su tropa, temerosa del número de enemigos: “no está en la muchedumbre
del ejercito la victoria en la guerra: del cielo viene la fuerza. Éstos llegan contra nosotros
llenos de orgullo e impiedad para apoderarse de nosotros, y saquearnos, mientras que nosotros
luchamos por nuestras vidas, nuestras leyes. Dios los aplastará a nuestros ojos; no tengáis
miedo de ellos”.
El fundamento de las leyes humanas: Israel no se plantea el problema del fundamento de las
leyes humanas, ya que lo encuentran en la ley divina. En el ámbito judío, recién se ocupara de
las relaciones entre el Decálogo y la ley natural Filón de Alejandría, contemporáneo a Cristo,
quien los equipara.
En realidad la ley divina no sólo estaba contenida en las tablas dadas a Moisés, sino también
impresa en la mente y el corazón de los hombres.
La ley de Dios siempre residió en los corazones de los hombres. Y no sólo el Dios de Israel
nos da testimonio de ello, sino también el reconocimiento de los pueblos en la antigüedad. En 1
los paganos como ley natural, en los judíos como ley divina positiva, sin ninguna
contradicción, pues es el mismo Autor que se manifiesta de dos maneras distintas.

Grecia
Los sofistas: pensadores contemporáneos a Sócrates que, a pesar de tener entre ellos
diferencias importantes, se encuentran vinculados entre sí por ser los que conducen el
pensamiento griego en su transito de una visión objetiva a una subjetiva, los que someten a
duras criticas al nomos y los que a cambio de una retribución enseñan a los griegos el arte de
la retorica.
Estos profesores ambulantes, los primeros “enciclopedistas”, enseñaban la moral, el derecho,
la política, la filosofía, la educación, sin preocuparles la verdad ni el bien.
Características comunes:
 Relativismo: nada hay fijo y estable. Todo cambia. No existen cosas buenas ni malas en sí
mismas.
 Subjetivismo: no existe la verdad objetiva. Las cosas son como a cada uno le parecen.
 Escepticismo: no somos capaces de conocer nada con certeza.
 Convencionalismo jurídico: contraponen la ley a la naturaleza. No existen leyes
inmutables. Las leyes no tienen fundamento en la naturaleza ni han sido establecidas por
los dioses, sino que son simples convenciones de los hombres para vivir en sociedad.
 Oportunismo político: todos los medios son aptos para conseguir el fin propuesto.
 Utilitarismo: más que a servir a la sociedad, enseñaban a emplear los medios al servicio de
intereses particulares.
 Frivolidad intelectual: maestros de retórica, tenían una confianza ilimitada en el poder de
la palabra, verdaderos “prestidigitadores intelectuales”
 Venalidad: vendían sus lecciones por dinero; “mercaderes ambulantes de golosinas del
alma”.
Con los sofistas se abandona la reflexión sobre el orden cósmico, centrándose el interés en los
problemas humanos, en especial los políticos.
Algunos de los pensadores sofistas fueron:
 Hippias de Elis. Formulación revolucionaria del derecho natural: opone el nomos a la
physis, la concepción iusnaturalista de Hippias es cosmopolita, utópica y sin matices. La
ley positiva establece distinciones entre los hombres, y eso en principio no está mal. Es
justo distinguir entre varones y mujeres, entre mayores y menores de edad, etc. Es injusto,
en cambio, distinguir entre libres y esclavos. La moralidad y el derecho positivo quedan
desligados del orden Natural e incluso contrapuestos al mismo. Según él lo semejante está
unido por la naturaleza y la ley frecuente la contradice. La naturaleza no encuentra en la
ley positiva humana su forma de expresión y complemento, por lo que están enfrentadas.
 Calicles. “los fuertes y la aurora de la justicia: el nomos fue establecido en beneficio de
los débiles que lo impusieron para frenar el libre despliegue de la autoridad de los fuertes.
Calicles guarda la esperanza de que un día la libertad natural sacudirá y destruirá el
derecho positivo, instaurando la fuerza que asegurará un autentica y justa jerarquía. El
problema es que Calicles utiliza un concepto de naturaleza reducido a los impulsos
irracionales, primigenios y espontáneos del hombre, concepto que ya se reservaba para el
mundo irracional. Según él, en la mayor parte de las cosas la naturaleza y la ley están en
oposición.
 Trasímaco. Relativismo jurídico radical: el Derecho no es otra cosa que lo que le conviene
al más fuerte. Lo justo será aquello que el gobierno repute como tal, cambiando cuando
éste lo desee o le convenga otra cosa. Y los que detenten el poder harán creer a los
gobernados que son justas las leyes que sancionan. 1
 Protágoras. Relativismo jurídico moderado: sostiene que el hombre es la medida de todas
las cosas. El contenido del Derecho es determinado por la opinión de los hombres
reunidos en la Asamblea, que tiene como misión procurar, de acuerdo a las circunstancias
del momento, el mejor ordenamiento jurídico; desprendiéndose del sentimiento de lo justo
y de lo bueno con ayuda de los oradores sabios. “Por naturaleza no hay nada que sea
esencialmente justo o injusto, santo o no santo, sino que es el ser de la colectividad el que
se hace verdadero cuando se formula y todo el tiempo que dura ese parecer”. Según él, la
conciencia del derecho y el sentimiento de justicia serian un bien común participado por
todos los hombres normales.

Sócrates (Atenas 469-399 a.C.): surge en tiempos de crisis. La demagogia como fuente de
inmoralidad, disensiones y odios. Se ven las consecuencias de la guerra del Peloponeso y la
tarea destructiva de los sofistas.
Sócrates es el maestro de la “política virtuosa” que será la proyección social de una profunda
transformación de los hombres en su esfera personal. Sostiene que lo primero es el cuidado y
mejoramiento del alma, esta es la meta del filósofo que se alcanza por medio de la virtud.
Superando el relativismo de los sofistas, advierte que el hombre debe ajustar su conducta a un
orden universal objetivo, a un mundo de valores. El hombre debe dirigirse al bien y vivir
virtuosamente. Vincula el conocimiento del bien con el obrar positivo.
Equipara lo justo con la ley. Para él no existe sólo ley positiva humana, sino también existen
las normas superiores a las leyes escritas cuyo fundamento está en la divinidad; son leyes no
escritas establecidas por los dioses, dotadas de sanción natural. La justicia no es contrapuesta
al derecho positivo, sino que a través de la ley humana es donde se concreta y realiza el valor
absoluto de la justicia.
Sócrates afirma que el hombre se integra naturalmente a la comunidad política. La polis es
donde la sociedad protegía al ciudadano mientras éste se obligaba a respetar las leyes. Creía
que el gobierno debía estar reservado a los más capaces. Dentro de la vida de la polis,
Sócrates busca el “bien común” guiado por la verdad. Además, capta perfectamente la
dimensión moral de la política y se da cuenta que la verdadera decadencia de un pueblo
procede cuando su espíritu interno ha desaparecido, ya sea por disolución interior o por
invasión enemiga.
Sócrates quiere librar a la ciudad de dos males diferentes:
o De los sabios perezosos e indignos de su representación, a través de su ironía. Con ella
busca purificar el espíritu de la aparente ciencia de los falsos sabios, de los figurones de
entonces, a veces discípulos de los sofistas, forzándolos a contradecirse. Y a través de la
mayéutica trata de encontrar la solución al caso planteado, ayudando al interlocutor a
llegar a ella mediante su propio esfuerzo.
o De los sofistas, demostrándoles que la verdad existe y que la razón puede y debe llegar a
descubrirla, y que la ciudad se asienta sobre un orden, posee una estructura y un divino
origen que la constituye como tal.
Su mérito con respecto al Derecho Natural consiste en afirmar la existencia de un orden
universal establecido por Dios, del cual la conciencia es un testigo; y la prédica acerca de la
necesidad de la contemplación de la idea de lo justo.
Sus enemigos logran que sea condenado a beber la cicuta acusado de corromper a la juventud,
de no honrar a los dioses de la ciudad y de tratar introducir en la polis dioses ajenos. Sócrates
no trata de eludir su muerte y cumple la sentencia injusta. Lo hace considerando su deuda
hacia la polis a la que debía mucho más de lo que él le podía dar. Sócrates ve en la ciudad una
realidad ética fundada en el orden divino de las cosas, y esta legitimidad esencial no es
destruida por errores accidentales. Al tener que afrontar la injusticia, Sócrates rindió a las
leyes el mejor homenaje: sacrificar su propia vida para no menoscabarlas con el mal ejemplo 1
de su desobediencia pública. “Es preferible padecer la injusticia que cometerla”.

Platón (Atenas 427-347 a.C.): toda su filosofía representa el anhelo hacia una realidad fija,
inmutable y necesaria que él espera encontrar más allá de la movilidad, contingencia e
impermanencia del mundo físico. Se empeña en la búsqueda objetiva de la verdad sustraída de
la duda.
Platón atribuye realidad ontológica y subsistente a los conceptos de Sócrates, inventando así
el “mundo de las ideas” (necesario, inmutable y absoluto), al que separa del “mundo físico,
sensible o de los fenómenos” (contingente, mudable y relativo). El alma descubre por sí
misma los conceptos universales con independencia de toda experiencia sensible. Así, llega al
mundo de las ideas, mundo del SER. Ser y conocer son conceptos correlativos y los grados
del conocer corresponden a los del ser. Al Ser corresponde la ciencia, al llegar-a-ser la
opinión, y al no-ser la ignorancia. Por medio de nuestros sentidos percibimos el mundo
sensible o físico, y a través de nuestro conocimiento racional intuitivo captamos el mundo de
las ideas.
Nuestra posición en el mundo terrestre se explica con la “Alegoría de la Caverna”. Los
hombres que viven en el mundo sensible son semejantes a pioneros que nunca han visto la luz
del sol y que se hayan encadenados de pies y manos en el fondo de una gran cueva, de
espaldas a la única abertura de entrada que da al exterior. Dentro de la caverna y detrás de
ellos arde una hoguera, que tampoco pueden ver, por hallarse de espaldas y porque se
interpone una valla, a lo largo de la cual van pasando hombres portadores de figuras, de cosas
y animales. Los prisioneros solamente pueden escuchar sus voces y contemplar sus sombras
que se proyectan sobre el fondo de la pared. En este estado permanecen hasta que alguien les
liberta. De la misma manera, los hombres, mientras viven encerrados en sus cuerpos,
solamente pueden ver las cosas del mundo sensible, que no son más que “sombras”,
apariencias de la verdadera realidad, hasta que la filosofía y la dialéctica les liberan de sus
cadenas y les permiten contemplar el mundo ideal.
Por medio de la dialéctica conocemos las cosas por sus primeras causas, las ideas, y pasamos
de la opinión a la ciencia. La dialéctica tiene un sentido ascensional, para pasar de lo múltiple
a lo uno, de lo contingente a lo necesario, de las apariencias a la realidad. La misión de los
filósofos es conducir a los demás hombres al conocimiento del “mundo de las ideas” a través
de su dialéctica.
Platón busca un orden justo en la convivencia partiendo de la naturaleza del hombre. Según
él, la polis es una institución necesaria ya que el hombre necesita de los demás para satisfacer
sus necesidades. Su misión principal es hacer virtuoso al hombre, creando las condiciones
para el perfeccionamiento de la personalidad: la razón debe predominar sobre la voluntad y
las pasiones; “el hombre llega a una vida armoniosa cuando la razón manda, el coraje obra y
los sentidos obedecen”. La verdadera polis se logra en la armonía y la concordia, que se
logran cuando cada estamento cumple con sus tareas, determinadas por la Justicia (que es
virtud principal y armonizadora).
Intenta construir un estado en el cual la naturaleza es el gran criterio para legislar, en contra de
aquellos que sostienen “que con respecto a lo justo, nada absolutamente lo es por naturaleza,
sino que los hombres dictan disposiciones que son la medida de lo justo”. Le parece conforme
a la naturaleza “que el ignorante obedezca y el sabio gobierne y mande”.
Con respecto a la relación individuo-estado, el individuo se ordena al Estado como la parte al
todo. La finalidad del gobierno es el bien de la comunidad, de los súbditos y en la actividad
encaminada hacia ese fin es donde el poder encuentra su justificación.
Si hablamos de la Ley, Platón al principio afirma que no había necesidad de leyes, porque así
los magistrados podían aplicar la justicia en los casos concretos, y su gobierno podría con 1
mayor agilidad buscar el bien común. Sin embargo, luego, consciente de la imperfección de
los hombres, admite la posibilidad de fijar leyes positivas con carácter general, que han de
nutrirse de la experiencia colectiva (costumbres y tradición). Estas leyes positivas deben tener
por objeto la virtud.
La trayectoria iusnaturalista de Platón puede resumirse en: Estado fundado en la naturaleza
del hombre, primacía natural de la razón sobre la voluntad y las pasiones, división del trabajo
y por ende exigencia a cada uno de desarrollar aquella actividad que corresponde a sus
aptitudes naturales, bien común como justificación del poder y del Estado, y verdaderas leyes
que tengan su mira puesta en la justicia.

Aristóteles (Estagira 384-322 a. C.): su doctrina significa una triple respuesta al:
 Monismo estático de Parménides: Aristóteles sostiene el pluralismo del ser (concepto
abstracto y análogo) al afirmar la existencia de muchos seres; y salva el movimiento a
través de la teoría del acto y la potencia.
 Movilismo de Heráclito: Aristóteles afirma que las esencias permanecen, son inmutables.
 Idealismo de Platón: sostiene la existencia de un solo mundo, el que percibimos a través
de nuestros sentidos. Así aclara que los conceptos que conforman el “mundo de las ideas”
no tienen realidad ontológica sino lógica, siendo formados por la mente mediante la
abstracción.
Según Aristóteles, el Universo es una serie graduada de cosas en la cual cada estadio encierra
los precedentes: primero la materia orgánica, los seres vivos, el hombre y finalmente Dios,
causa final atractiva, causa suprema del movimiento.
A este orden del Ser debe ajustarse el orden del Conocer. Hay dos tipos de conocimientos:
a. Sensitivo: es verdadero pero no científico.
b. Intelectivo: capaz de producir conceptos universales fijos, estables y necesarios; y puede
llegar a constituir ciencia.
El bien: Aristóteles asegura que existen muchos seres y que a cada uno le corresponde su
propio bien, que consiste en lograr la plenitud de su propia perfección. La Ética investigará
cual es el bien que corresponde al hombre y cuales son los principios normativos a los que
debe ajustar su conducta para obtener la perfección.
El hombre: el hombre es un compuesto de cuerpo (materia) y alma (espíritu, parte más noble).
Es un ser social y político por naturaleza. La actitud propia del hombre es vivir conforme a la
razón. La ciudad es el fin al cual aspira el hombre pues en ella puede alcanzar la vida perfecta.
La Justicia: en sentido estricto, para Aristóteles, la justicia surge en el ámbito de lo social, con
relación a otro, en alteridad. Separa la legalidad de la justicia, admitiendo la existencia de
leyes injustas; ya que las leyes persiguen un bien parcial no pueden ser consideradas justas.
Lo justo: lo justo concreto, en las comunidades políticas, se divide en: “natural” (es aquel que
posee la misma fuerza en cualquier lugar e independientemente de si es reconocido o no) y
“por determinación humana” (es aquel que en principio es indiferente, pero cuando el
gobernante establece como derecho una cosa, ésta es justa porque él lo determina). La
inclinación social que tiene el ser humano le impone respetar el ordenamiento jurídico; pero
este deber de obediencia no es incondicional ya que existe el derecho a desobedecer las leyes
injustas basándose en la justicia natural.
Para Aristóteles, el derecho natural no es algo abstracto o ideal, no es un fin, sino un
verdadero derecho, partícipe del orden de la polis.
La Equidad: una función de vital importancia: las leyes son normas generales y, aunque
justas, pueden fallar en algunos casos singulares, algo que enmienda la equidad. La equidad
corrige el marco rígido de la ley adecuándolo al caso concreto en función de la justicia
natural. La naturaleza de lo equitativo está en la corrección de la ley donde falla por razón de
su universalidad: lo equitativo es lo justo que tiene en cuenta la variabilidad de la materia y 1
sirve para corregir a lo justo legal desde el ángulo más alto de lo justo natural.

Roma
Marco Tulio Cicerón (106-43 a.C.): es uno de los encargados de popularizar en el mundo
romano la filosofía griega. Es un pensador ecléctico y en sus ideas predomina la influencia
estoica.
o La Ley Natural: formula una definición descriptiva de la ley natural: “es una ley
verdadera, la recta razón inscripta en todos los corazones, inmutable y eterna, que llama a
los hombres al bien por medio de mandamientos y los aleja del mal por sus amenazas”.
Esta ley no se puede alterar ni derogar por otras leyes. Es una ley inmutable y eterna que
rige a la vez a todos los hombres y en todos los tiempos. El universo entero está sometido
bajo el Dios Todopoderoso que ha concebido, meditado y sancionado esta ley. La voluntad
del pueblo, los decretos de los príncipes, y las sentencias de los jueces están limitadas por
el orden natural que determina en lo fundamental lo bueno y lo malo, lo justo y lo injusto.
Actuar conforme a la naturaleza significa actuar positivamente en beneficio del bien
general de la comunidad. Las características fundamentales de la ley natural son:
 Dios como autor de la ley
 Unidad de la misma: “hay UNA ley verdadera”
 Universalidad: es la misma en Roma y en Atenas, rige a todos los pueblos.
 Inmutabilidad: rige en todos los tiempos.
 Inderogabilidad: no puede alterarse ni derogarse por otras leyes.
 Posee sanción natural: desconocerla es renegar de su naturaleza, padecer los
castigos más crueles.
 Impresión: está inscripta en todos los corazones.
o Los hombres: todos los hombres son iguales, pero no de una manera absoluta, sino en una
esencial dignidad. Hay igualdad pero como postura verdadera que admite las jerarquías y
las armónicas desigualdades dentro del cuerpo social. Asegura que las relaciones entre
distintos pueblos y grupos humanos están regidas por la moral, por la ley natural.
o El Estado: es un producto de la naturaleza, un instinto natural empuja al hombre a la
sociabilidad y precisamente a la convivencia política. Sin embargo, para él la vida
comunitaria no concluye en la ciudad-estado. Por encima de ésta encontramos la
“sosiegas” humana que envuelve a toda la humanidad.

Los juristas: “la fuente primera del derecho es la naturaleza”.


Las ideas filosóficas griegas llegan a través del estoicismo romano y de Cicerón a ponerse en
contacto con los grandes juristas que elaboran el Derecho. Sus más grandes exponentes
fueron: Papiniano, Gayo, Ulpiano, Paulo y Modestino. No se clausuran en el derecho vigente,
sino que buscan su fundamento en aquella racionalidad que está ínsita en el orden de las cosas
y que es superior al arbitrio humano.
o La naturaleza: fuente primera del derecho. El punto de partida para su elaboración es la
lectura de un orden natural inteligible para el hombre, que el jurista sabe conciliar con las
posibilidades de la vida con ayuda de la tradición, la experiencia y la intuición.
Posteriormente se precisaban las reglas que conformaban el derecho.
o Derecho natural: distintas opiniones:
 Según Paulo derecho natural es lo que siempre es bueno y equitativo, y derecho
civil es lo que hay en la ciudad para todos.
 Según Gayo, derecho natural es el que la razón natural establece entre todos los
hombres, es el que usan los pueblos, dándonos a entender claramente que el buen
orden jurídico se encuentra la colaboración entre el derecho positivo y el derecho
natural. Hay una división bipartita y dice que el derecho de gentes es el derecho 1
natural.
El derecho natural entra en acción sobre todo en el momento de la aplicación
judicial a través de la equidad.
El derecho elaborado por los juristas, basado en el derecho natural fue creando
poco a poco un nuevo sistema normativo con cohesion interna, conformidad con la
naturaleza y universalidad. Los juristas aplicaron las ideas filosóficas a la práctica
de la ley positiva, satisfaciendo siempre con genial acierto las exigencias lógicas y
las necesidades mudables de la realidad. No perdieron nunca de vista la vida
concreta y la naturaleza de las cosas, aun teniendo el mayor respeto por las formas
tradicionales e históricas de las instituciones, y no rompiendo jamás bruscamente
la continuidad de su desarrollo.
 Para Séneca existen, el derecho natural, que es el orden necesario de la naturaleza
y de las cuatro estaciones; el derecho común a todos lo animales, y el derecho
humano, común a los hombres, que se divide en derecho de gentes y civil.
 Papiniano define el derecho pretorio como “el que por razón de utilidad pública
introdujeron los pretores, para ayudar, o suplir, o corregir el derecho civil.
 Ulpiano: los juristas “sacerdotes”, cultivadores de la justicia, profesan el
conocimiento de lo bueno y lo equitativo, y “separando lo justo de lo injusto,
discerniendo lo licito de lo ilícito, deseando hacer buenos a los hombres no sólo
por el miedo de las penas sino también con la incitación de los premios, buscando
con ansias la verdadera filosofía, no lo aparente”, lograron “satisfacer con genial
acierto las exigencias lógicas y las necesidades mudables de la realidad”.
o Derecho natural y de gentes. Concepción zoológica: Ulpiano recoge el pensamiento de
Séneca y dice: “el derecho natural es el que la naturaleza enseñó a todos los animales,
pues este derecho no es peculiar al género humano, sino común a todos los animales, que
nacen de la tierra o el mar, y también a las aves. Derecho de gentes es aquel que usan
todos los pueblos humanos. Esta postura es una regresión a Pitágoras y a Empédocles. La
primera sostiene una transmigración de las almas. La segunda es similar y sostiene el
renacimiento de los seres.
o Derecho de gentes: los romanos agregan un tercer término a la división bipartita del
derecho (ius naturale e ius civilis). El derecho de gentes tiene su origen en el derecho de
extranjeros: las reglas y costumbres que regían las relaciones contractuales con tales
extranjeros se desarrollaron por el pretor peregrino, cuyas decisiones establecían una serie
de principios jurídicos de equidad natural, formándose así una ley común para todos,
producto de la razón natural y distinta de la rígida ley civil.
Era un grupo de normas que el Estado romano aplicaba a las relaciones entre extranjeros y
romanos. En el 456, cuando cae el Imperio Romano de Occidente, el derecho de gentes es
aceptado por los diferentes grupos con personalidad internacional regulando las relaciones
públicas y privadas en esta esfera.
Con Francisco de Vitoria el derecho de gentes tomará su estructura definitiva y se
precisarán con claridad sus dos aspectos:
 Por un lado el derecho de gentes con su conjunto de reglas que se refieren al
derecho internacional privado.
 Por el otro, el “Ius Inter Gentes”, aquel que la razón natural estableció entre todas
las gentes y que reconoce como sujetos a las naciones del orbe. Esto es la ciencia
del derecho internacional público.
o Para Cicerón existe el derecho natural que rige a todos los hombres; el derecho de gentes
1
que rige a una misma nación, u el derecho civil que rige a los individuos de una misma
ciudad.

BOLILLA 7

El Cristianismo
El cristianismo no es una filosofía sino una “vida religiosa basada sobre una revelación que le
impone al hombre en nombre de la autoridad divina un conjunto de verdades a creer y de
preceptos a observar… pero como sobre los mismos temas, las filosofía propone soluciones,
surge el problema de su conciliación. Es por eso, que en virtud de la necesidad natural del
espíritu humano, un esfuerzo intelectual debía producirse para fundir en una sola ciencia estas
doctrinas nuevas con las verdades adquiridas por la razón”.
Con la encarnación del Hijo de Dios, se produce el hecho de mayor trascendencia en la
historia universal. Nace en Belén de Judá, Palestina, el hijo de Dios, Cristo, perteneciente al
pueblo elegido que se había preparado y esperado su venida.
Con este acontecimiento comienza nuestra era, nuestra civilización, nuestra vida.

Situación del Imperio:


 Factores negativos:
o Bancarrota religiosa: alejamiento y descontento de los antiguos dioses,
proliferación del ateísmo, y desorientación general.
o Los grandes sistemas filosóficos de Platón y Aristóteles fueron sustituidos por los
de los epicúreos, cínicos y escépticos que representaban la decadencia y
descomposición de la filosofía.
o La familia se encontraba minada por el divorcio y el concubinato.
o Un lujo exorbitante corrompía la clase dirigente.
 Factores positivos:
o Tendencia al monoteísmo en lo religioso
o Ciertas consecuencias de las prédicas de los filósofos estoicos en la moral.
o Reservas de antiguas y austeras tradiciones.
Situación de Israel: dentro del imperio, el pueblo judío se encontraba dividido en partidos
religiosos:
o Saduceos: contemporizadores y acomodados, pactaron con los romanos
vencedores.
En el exterior tenían ideas y religión judías pero en el interior estaban alejados del
verdadero Dios y poseían una ideología semi pagana.
Se entregaron a una vida de placeres, siendo enemigos de las tradiciones religiosas.
o Fariseos: doctores de la ley, fanáticos, meticulosos y soberbios. Mientras defendían
la ley hasta en sus más insignificantes detalles, no vacilaban ante los crímenes más
atroces para deshacerse de los que los molestaban.
Fueron los responsables de haber desvirtuado el concepto del Mesías esperado,
materializándolo en la figura de un caudillo político.
A pesar de todo, el pueblo elegido contaba con algunos israelitas fieles a Dios y a
sus profetas, quienes esperaban la venida del Mesías.
La ley: en el Nuevo Testamento encontramos diversos pasajes que presuponen la existencia de
una ley ética asequible (similar) a la razón natural. La santidad predicada por Cristo implica la
justicia. Esta justicia abarcará ciertamente las exigencias de la naturaleza humana racional,
condensadas en el principio de reciprocidad: “tratad a los hombres de la manera que vosotros
queréis que ser tratados”; pero la justicia evangélica va mucho más allá que la justicia natural.
Sin embargo, la doctrina evangélica y la ley natural no se encuentran disociadas: mientras la
gracia actúa sobre la naturaleza y la perfecciona, la ley divina coopera a fin de lograr en los 1
hombres el cumplimiento y la vigencia de la ley natural.
Todos debemos aspirar a la perfección y obrar de continuo en orden a ella, pero deben
distinguirse claramente dos niveles de exigencias: el de lo estrictamente obligatorio,
indispensable para agradar a Dios, y el del consejo para quienes busque una perfección más
elevada.
En el plano natural interesa destacar la trascendencia dada por Cristo al principio de
reciprocidad: “cuanto quisiereis que os hagan a vosotros los hombres, hacédselo vosotros a
ellos, porque ésta es la ley…”. Esa ley se basa en el carácter racional del hombre y su
inclinación al bien propio y común.
Se reconoce la capacidad del hombre de discernir lo bueno, de distinguirlo de lo malo y de
obrar en consecuencia, tratando de evitar los litigios, buscando antes una conciliación. Contra
el culto de las apariencias, de la exterioridad de los fariseos, Cristo apunta a la interioridad, al
corazón; lo externo debe ser una consecuencia coherente.
Prédica evangélica: “amar a nuestros enemigos, hacer el bien a quienes nos aborrecen,
bendecir a los que nos maldicen y orar por los que nos calumnian”.
San Pablo: el Apóstol de los Gentiles, en un pasaje de su Epístola a los Romanos, nos instruye
sobre los caracteres de la ley natural y pone los cimientos sobre lo que luego trabajaran los
pensadores cristianos.
o La ley natural: San Pablo afirma que cuando los hombres guiados por la razón
natural cumplen con los preceptos de la ley, aunque no la tengan, ellos mismos son
ley. Con esto se muestra que los preceptos de la ley natural están escritos en los
corazones de cada uno de ellos. Una sola es la ley para todos los hombres,
constituyendo el Decálogo una promulgación solemne hecha por Dios de la
misma. La ley natural es una luz, está impresa como luminosidad en el hombre
para iluminar su camino. Además, desde la venida de Cristo todos los hombres
igualmente van a comparecer al juicio final que Dios dará a cada uno según sus
obras.
Epístola a los Romanos: lo invisible de Dios se deja conocer a través de sus obras,
los cielos y la tierra que cantan su gloria; pero los hombres en vez de rendirle el
culto debido, “se ofuscaron en sus razonamientos y su insensato corazón se
entenebreció”, o sea, la luz de la ley natural, que señala en primer lugar nuestros
deberes para con el creador, desaparece en medio de las tinieblas”.
o La autoridad social: San Pablo asegura que todos los hombres están sometidos a
las autoridades superiores, ya que no hay autoridad sino por Dios, y las que hay
por Dios han sido ordenadas. La autoridad es el ministro de Dios para el bien. Es
preciso someterse a ellas no sólo por temor al castigo, sino por conciencia. Así se
expone una doctrina de validez universal: el hombre ha sido creado con una
naturaleza social y política que no existe sin autoridad; y esa autoridad ha sido
querida por Dios para el bien. Sin embargo, la autoridad puede obrar de forma
injusta: a) cuando afecta un bien humano (la discreción de cada uno debe
determinar la conducta a seguir); b) cuando afecta un bien divino (aquí el cristiano
debe obedecer a Dios antes que a los hombres).
o La Epístola a Filemón (tema de la esclavitud): la Epístola de San Pablo a Filemón
permite completar el criterio sostenido acerca de la obediencia (o desobediencia)
que se debe tener a los preceptos humanos.
Filemón era un cristiano a quien se le había escapado un esclavo. San Pablo
convierte al esclavo al cristianismo y se lo devuelve a su amo con una carta. San
Pablo se enfrenta aquí con el problema de una institución radicalmente injusta y a
la vez profundamente arraigada en el mundo antiguo: la esclavitud. No reclama su
abolición, lo que hubiera sido inútil, sino que acepta el orden jurídico vigente: 1
devuelve al esclavo a su amo y ofrece pagarle lo que le debe por el tiempo que lo
tuvo a su servicio. Renuncia a ordenarle lo que es justo para ubicar el problema a
la luz más alta de la caridad, cuyo objeto no es el derecho del otro, sino la persona
del otro; y suplica al dueño que acoja al esclavo como a un hermano. Con esta
actitud destroza en sus fundamentos una institución inicua, que pertenecía a la
justicia relativa que imponía el poder romano y que San Pablo reconoce por razón
del servicio que prestaba al orden, que como todo orden humano concreto contiene
dosis variables de justicia e injusticia.

La Patrística
La patrística es la actividad de los apologetas y de los padres de la Iglesia, comprendida entre
la epístola y San Agustín. En estos años suceden algunas cosas:
o Se formulan los dogmas de la nueva iglesia.
o Se reúnen concilios que fijan su doctrina.
o La influencia del cristianismo se extiende por el mundo antiguo mientras recibe las
ideas de éste.
La labor de la patrística es estudiar la incorporación parcial de la filosofía de la antigüedad en
el cristianismo y en defender la integridad de la fe contra las herejías que la amenazaban.
La naturaleza: los Santos Padres parten de la creación de la nada y la diferenciación clara
entre Dios Creador y las criaturas. El mundo y la naturaleza son obra del Creador. La
naturaleza creada se encuentra vulnerada y debilitada por el pecado original, pero al no estar
totalmente corrupta sirve para conocer nuestro recto obrar.
Para Tertuliano la ley común a todos los hombres es el derecho natural. La naturaleza es la
maestra del derecho natural y el alma su alumna.
San Ambrosio distingue dos naturalezas:
o La naturaleza empírica, como se da en la realidad existencial, llena de faltas.
o La naturaleza buena, creada por Dios, que sirve de medida a nuestro obrar.
“Obrar conforme a la naturaleza”, no significa aceptar el determinismo estoico, sino seguir a
la naturaleza creada por Dios, que nos obliga a un amor activo a Él y al prójimo.

El derecho natural: es una ley común a todos los hombres. Como dijo Tertuliano, la naturaleza
es la madre del derecho natural, y el alma su alumna. “La justicia adquiere su plenitud en el
amar a Dios y al prójimo” (Lactancio). El derecho natural nos prescribe un obrar justo que
consiste en ayudar a los demás en todas las formas posibles y en no dañar a nadie, lo que nos
obliga a un actuar activo.
El Estado y la autoridad: el hombre es un ser social. Y como toda sociedad exige una
estructuración jerárquica, en la cual es natural la existencia de una autoridad. Esta inclinación
social coordinada por la autoridad es independiente de la existencia del pecado original, que sí
influye en el aspecto coactivo, en el uso de la fuerza, que es imprescindible para el gobierno
de los hombres en el estado de naturaleza caída.
La esclavitud: es considerada consecuencia del pecado original, sosteniendo la necesidad de
un tratamiento humano de los esclavos y afirmando la igualdad del amo y el esclavo ante
Dios, quien pedirá cuenta a cada uno de su conducta con el prójimo.
La propiedad: es admitida como un hecho, con la reserva del derecho de socorrer a los que
carecen de lo imprescindible. La Patrística enseña que la propiedad debe ser utilizada en
beneficio de los demás. Además admite la propiedad dentro de los limites del bien común y
apela a la practica de virtudes como la liberalidad y la magnificencia.
San Agustín (354-430 d.C.)
Con San Agustín culmina la Patrística y el pensamiento cristiano desarrolla los principios del 1
derecho natural presidido por la Ley Eterna. San Agustín vive en la época del Bajo Imperio,
en un marco de lucha contra las herejías y es allí donde expone su doctrina.

Ley eterna: se encuentra en la cúspide del ordenamiento, es “la razón o voluntad de Dios que
rige todo lo creado”. Los participantes de ella son:
o Los hombres, que la captan por encontrarse impresa en sus conciencias y hasta pueden
desacatar sus mandatos.
o La naturaleza irracional que obedece necesariamente a la ordenación del creador.
Con la existencia de la ley eterna es justo que todas las cosas estén perfectamente ordenadas.
Por eso ordena conservar el orden natural y prohíbe alterarlo. Respetar el orden natural
significa darle a Dios el culto debido, de el latría; el hombre debe estar al servicio de Dios; se
debe dar una fraternidad entre los hombres y ellos deben tener dominio sobre el resto de lo
creado.
La ley eterna, su jerarquía, es violada por todo antropocentrismo que no le da a Dios lo suyo,
todo sistema político o económico que niegue la fraternidad entre los hombres o que esclavice
al hombre, a los animales o a las cosas.
Ley natural, (ley íntima): por medio de ella habla Dios al hombre en su conciencia; o ley
justa, “se encuentra escrita y como impresa en el corazón del hombre, obrador de justicia, y
no como si emigrase, sino como una especie de intro-impresión…”. La ley natural es la
transcripción de la ley eterna en el alma humana, en la razón y en el corazón del hombre. Se
equipara con el principio subjetivo de justicia, con el hábito psicológico de ésta, innato en
nosotros por naturaleza.
San Agustín, corrige el error del estoicismo que consideraba a la ley natural como una
emanación de la ley eterna en los hombres, o sea como una partícula de Dios en las criaturas,
llevando a un grosero panteísmo.
Ley temporal (ley humana): es el escalón inferior del ordenamiento. Llamada Ley Positiva
Humana. A través de ella se determina, con fundamento en la ley eterna y la ley natural, lo
que en cierta época debe quedar ordenado o prohibido. Es aquella que aun siendo justa, puede
modificarse cuando lo exijan las circunstancias de los tiempos; lo que cambia no es la justicia,
sino que las distintas situaciones hacen aplicables principios distintos.
La ley temporal y sus mutaciones serán justas siempre y cuando estén fundadas en la ley
eterna.
El fin de la ley temporal es obtener el orden y la paz a través de la justicia. Sólo así será una
ley autentica, ya que para San Agustín no es ley la que no es justa. Esta ley no castiga todos
los pecados, sino sólo los que atentan contra el orden y la paz, de esta manera “deja impune
muchos actos que castiga la providencia divina”.
Entre los atributos de la ley humana o temporal se encuentra la posibilidad de aplicar la fuerza
de la coacción contra los violadores de su mandato.

La sociedad (etapas de la vocación social del hombre): la encargada de dictar la Ley Positiva
es la autoridad social, ya que el hombre está impulsado a la vida común con sus semejantes.
Esta sociabilidad del hombre se actualiza en tres grados o niveles:
o Casa: comunidad doméstica.
o Urbe: sociedad civil.
o Orbe: comunidad de género humano.
La característica común de los tres niveles es la necesidad de una jerarquía, lo que se debe
traducir en la existencia de una autoridad. Esta autoridad existiría incluso antes del pecado
original. Pero determinadas facetas del Estado, como por ejemplo la coacción, no existiría en
el Paraíso. 1
La finalidad es que en estos tres ámbitos reine la paz, la “ordenada concordia”.
Pueblo y justicia: San Agustín también se ocupa del concepto de pueblo a partir de un texto de
Cicerón que dice que “un pueblo es una multitud congregada por el reconocimiento del
derecho y la comunidad de intereses”, o sea que no hay pueblo si la justicia no une la
multitud. Pero como considera que no puede ser justo un pueblo que no da a Dios lo suyo,
como los paganos, elimina esa referencia jurídica de justicia y elabora su propia definición
que dice: “el pueblo es un conjunto de seres racionales asociados por la concorde comunidad
de objetos amados”.
Santo Tomás aclarará que las relaciones del hombre para con Dios no están regidas por la
virtud de la Justicia, porque el hombre nunca podrá devolverle a Dios todo lo que de Él ha
recibido. Por eso las relaciones con Dios están regidas por la virtud de la religión: “a Dios le
basta con que el hombre le corresponda como buenamente pueda”.
Las dos ciudades: dos amores fundaron dos ciudades:
o El amor a Dios hasta el desprecio a sí mismo, fundó “La ciudad de Dios”;
o El amor de los hombres a sí mismo, hasta el desprecio de Dios, fundó “La Ciudad
Terrena”.
No son ciudades políticas sino místicas: la de los bienaventurados y la de los condenados.
Cada hombre y cada sociedad se ubica en alguna de ellas de acuerdo al fin último que cada
uno tenga:
o Si el fin ultimo está en el cielo, pertenecen a la ciudad de Dios
o Si el fin ultimo está en la tierra, pertenecen a la ciudad terrena.
Esta doctrina de las dos ciudades se basa en la gran visión apocalíptica de la Jerusalén
Celestial. Pero, a través de algunos comentaristas de San Agustín, se han confundido las
cosas. Se ha confundido la ciudad de Dios con la Iglesia, y la ciudad terrena con la sociedad,
lo cual es falso porque las dos ciudades agustinianas que estaban en un plano de eternidad, se
han hecho descender al plano del tiempo, apareciendo entones el problema de los dos poderes
como si el poder espiritual fuera “la ciudad de Dios” y el poder temporal “la ciudad del
hombre”.
El orbe: es el tercer grado de actualización de la vocación social humana. Allí, San Agustín
prefiere la división en pequeños reinos, en los cuales se encuentre presente la justicia; lo cual
no molesta a la ciudad celestial en su peregrinación por la tierra., ya que ella “no se preocupa
de la diversidad de leyes, de costumbres, ni de institutos… no suprime ni destruye nada, antes
bien, lo conserva y a un único y mismo fin: la paz terrena, si no impide la religión que enseña
que debe ser adorado el Dios único y verdadero”.
La ciudad de Dios acepta y valora las diversidades nacionales, no las suprime ni las destruye,
sino que las trasciende y las encamina al fin del orbe: la paz terrena, que sólo se puede lograr
si se acepta y se respeta al Dios único y verdadero.
La paz: la paz entre los hombres es su ordenada concordia. El orden es la disposición que
asigna a cosas iguales y diferentes el lugar que les corresponde. La paz es la tranquilidad en el
orden. La autoridad social a través de las leyes positivas debe concretizar la paz.
Todos los hombres desean la paz, aun los mismos amantes de la guerra no desean más que
vencer para alcanzar una paz gloriosa. El verdadero fin de la guerra es la paz.
Según San Agustín, la paz de la casa es la ordenada concordia entre los que mandan y los que
obedecen en ella, y la paz de la ciudad es la ordenada concordia entre los ciudadanos que
gobiernan y los gobernados. Y la paz de todas las cosas la tranquilidad del orden. Y el orden
es la disposición que asigna a las cosas diferentes y a las iguales el lugar que les
corresponden.
Con todo esto, San Agustín nos muestra que a la paz se puede llegar a través de la aplicación
de la justicia, o mediante la imposición arbitraria de una o muchas voluntades tiránicas. El fin 1
del Estado es buscar la paz a través de la justicia, pero no es misión del Estado castigar todos
los pecados, sino sólo aquellos que por su trascendencia social conspiran contra el orden y la
paz social.

San Isidoro de Sevilla (560-636)


Obispo, teólogo, historiador, político, vive en una época de transición que se caracteriza por
pasarse de la unidad imperial romana a la espiritualidad católica; de la cultura clásica a la
cultura medioeval; de una Europa Mediterránea a una Europa Continental.
Es una época de luchas. El centro de gravedad se desplaza hacia un futuro ordenado y una
concepción armónica del mundo con un clima espiritual cristiano, un sistema de Estados y
una conciencia universalista.
Es una época de dualismos:
o La independencia política de la península se opone a la influencia bizantina.
o La unidad religiosa se encuentra quebrantada por la herejía arriana.
o Se advierte una lucha permanente entre quienes quieren imponer la monarquía
hereditaria y los apegados a la monarquía electiva.
Concepción jurídica: sostiene que el derecho se llama así porque es justo, manifestándose en
leyes y costumbres. Lo divide en natural, civil y de gentes.
 Derecho natural: es el derecho común a todos los pueblos y existe en todas partes por
instinto de la naturaleza. La unión del hombre y la mujer es un derecho natural, la
recepción y educación de los hijos, la misma libertad para todos, común posesión de
todas las cosas, derecho a adquirir todo lo que en el cielo, la tierra y el mar existe,
restitución de lo prestado o cosas depositadas, etc.
 Derecho de gentes: se acentúa la perspectiva internacionalista en la guerra y en la paz.
Está en vigor en todos los pueblos y es ocupación de lugares, la edificación de
fortificaciones, guerras, hacer prisioneros, las servidumbres, restitución, alianza de
paz, treguas, prohibición de casarse con extranjeros, etc.
 Derecho civil: es el que cada pueblo o ciudad ha decretado para sí mismo, fundada en
causa divina o humana y se manifiesta en leyes y costumbres.
La ley: es constitución del pueblo que recibió su sanción de los ancianos, juntamente con el
pueblo. El concepto de ley se apoya en el concepto de pueblo, que no es la masa inorgánica,
sino la reunión de una multitud humana asociada por el consentimiento del derecho y por
común acuerdo. La ley debe cumplir una serie de requisitos:
 Requisitos éticos: debe ser honesta, justa, conforme a la naturaleza, ordenada al bien
común.
 Requisitos técnicos: debe responder a una técnica legislativa, debe ser clara (no sea
que induzca a error por su oscuridad) y estar bien redactada.
 Requisitos de realismo político: exige que sea posible, conforme a las costumbres
patrias, convenientes al lugar y al tiempo, necesaria y útil.
Propiedad de la ley es la sanción, como premio o como castigo, ya que “la vida humana se
rige por el premio y por el castigo”.
También el derecho civil se manifiesta a través de la costumbre considerada por San Isidoro
como “cierto derecho establecido por la práctica y que se toma como ley cuando esta falta, y
no importa que esté escrita o no, siempre esté aprobada por la razón”.
El poder sometido al derecho: San Isidoro se refiere a las relaciones entre la autoridad
política, personificada en su época por los reyes y el derecho. “La palabra rey viene de regir y
no rige el que no corrige. Los reyes conservan su nombre obrando rectamente y lo pierden
pecando” y señala como las principales virtudes reales a la justicia y a la piedad. El derecho
divino y el derecho humano limitan el poder real, a la vez que crean en los súbditos el
adecuado sentimiento de obediencia. El que se alza al rey legítimo y usurpa el trono, incurre 1
en el anatema de la Iglesia e igual cosa sucede con el monarca que se rebela contra la ley y se
transforma en tirano.

El derecho natural en el Medioevo. Santo Tomás de Aquino (1225-1274)


Máximo exponente de la teología católica, nacido en pleno florecimiento de la crisis
medioeval. Occidente soporta las invasiones bárbaras y sobre las ruinas del Imperio renace la
vida. Florecen los colegios, nacen las universidades y una vida cultural intensa se desarrolla
en la cristiandad. En su obra, Santo Tomás recoge lo mejor de la filosofía griega, de la
jurisprudencia romana y de sus antecedentes cristianos

El derecho. Sus notas: “se determina por sí mismo el objeto de la justicia y es llamado lo
justo; tal es el derecho”.
El significado nominal o etimológico del término derecho, tomando la definición de San
Isidoro: “el derecho se ha llamado así porque es lo justo”. Luego podemos distinguir las
acepciones reales o sentidos principales del término derecho:
Derecho objetivo: el objeto de la justicia, la misma cosa justa.
Derecho normativo: ordenamiento jurídico o conjunto de normas.
Derecho como arte de discernir lo justo.
Las notas características del derecho en sentido estricto son:
 Alteridad: el derecho siempre se refiere a otro, lo mismo que la justicia, bajo cierta
razón de igualdad. Y la igualdad se establece con relación a otro.
 Exterioridad: el derecho se ocupa del aspecto exterior de la conducta del hombre y
sólo indirectamente de su intención.
 Objetividad: el derecho se determina en sí mismo, la medida en lo jurídico es objetiva,
independientemente de las disposiciones subjetivas y de las condiciones contingentes
del agente que realiza la acción justa. “lo que es recto en los actos de las demás
virtudes se determina en relación al agente. En cambio, lo recto en el acto de la
justicia, aun hecha abstracción del agente, se constituye en relación a otro sujeto,
puesto que en nuestras obras se llama justo lo que según alguna igualdad corresponde
a otro.
 Obligatoriedad: el imperativo jurídico es impuesto por las exigencias de otros, es
estrictamente exigible, sin perjuicio de que también obligue en conciencia.
 Posibilidad de coacción: es más bien una propiedad que se actualiza sólo en caso de
transgresión de las normas. Propiedad derivada de la nota de obligatoriedad.
Divisiones del derecho: Santo Tomás divide el derecho en natural y positivo, incluyendo en el
primero al derecho de gentes como un derecho natural derivado.
 Derecho Natural: el derecho o lo justo Natural es aquello que por su naturaleza es
adecuado o ajustado a otro. Esto puede darse considerando la cosa absolutamente y en
sí misma (es lo justo en sí mismo o por su propia naturaleza); o considerando la cosa
en relación con sus consecuencias. Si este terreno se considera en absoluto, no hay
razón para que pertenezca a una persona con preferencia a otra, pero si se considera en
atención a la conveniencia de su cultivo y a su pacifico uso entonces sí tiene cierta
aptitud para ser de uno y no de otro.
 Derecho positivo: es aquello que es adecuado o ajustado a otro considerando la cosa
en relación a sus consecuencias (lo que es propio de la razón, de aquí que estas
mismas consecuencias sean naturaleza del hombre); es lo justo por libre determinación
e imposición del hombre.
Entre derecho natural y positivo no cabe término medio: o es recto y justo intrínsecamente,
por su naturaleza misma, o no lo es. 1
 Derecho de gentes: es un derecho derivado del derecho natural, según Santo Tomás,
constituido por las conclusiones próximas que la razón extrae del derecho natural
primario, que son preceptos secundarios y principios de conclusiones posteriores.
Consiste en conclusiones inmediatas y fácilmente deducibles por toda clase de
personas.
Causas del derecho: Santo Tomás recoge la doctrina aristotélica de las causas aplicable a
todos los seres, y las extiende al derecho.
1. Causas intrínsecas:
 Material: es aquello con lo cual algo se constituye; en el caso del derecho es la
conducta humana social.
 Formal: es aquella que hace que el ser sea lo que es y no otra cosa. En este caso seria
la igualdad objetiva. Ya que el medio de la justicia consiste en cierta igualdad de la
proporción de la cosa exterior y la persona exterior.
2. Causas extrínsecas:
 Eficiente: es aquello de lo cual algo proviene o por obra de lo cual algo existe. El caso
del derecho es peculiar porque de esta causa participan las normas que ejercen una
causalidad eficiente moral en la realización misma del derecho como orden vivido,
pero como el modelo necesita ser encarnado en la conducta de alguien que lo realice,
también es la persona, y entonces coincide con la causa material aunque desde una
formalidad distinta.
 Final: es aquello para lo cual algo existe. Si el bien, conocido y operado por el
hombre, en cuanto ser inteligente y libre, es la causa final de su obrar, aquí el fin será
el bien común político en sus aspectos jurídicos.
 Formal extrínseca: la razón determina lo justo de un acto conforme a una idea
prexistente en el entendimiento como cierta regla de prudencia, esta recibe el nombre
de ley. Así, la ley es un modelo, una regla que describe e impera las conductas en tanto
debidas.

La ley, su esencia: Santo Tomás se ocupa de la ley moral, al estudiar “el movimiento de la
criatura hacia Dios”, el cual se realiza a través de actos humanos, con relevancia moral.
Define a la ley como “una ordenación de la razón, dirigida al bien común, promulgada por
aquel que tiene el cuidado de la comunidad”.
 Esta definición la induce desde la ley humana;
 Su primera nota es el carácter racional que debe tener toda ley;
 La ley es una ordenación, es el resultado de un acto de la razón. Todo obrar busca un
fin, el que en su orden tiene naturaleza de bien. Pertenece a la razón ordenar en vista al
fin, y ella es primer principio en el orden del obrar. El hombre es un ser racional y
libre; la razón y la voluntad lo constituyen en su ser y en su obrar; por eso la medida
de sus actos debe ser racional. La razón humana, que no es regla ni medida, lo es, sin
embargo, en cuanto participa de la ley eterna, regla y medida de todas las cosas.
Además, la ley pertenece a la razón por los actos que se le asignan (mandar, prohibir,
permitir, castigar). El consejo y el juicio, también son actos de la razón práctica,
prepara el “acto de imperio”. Consejo, juico e imperio son actos propios de la
Prudencia, por eso la prudencia es virtud especifica del legislador.
 El bien común es el fin de la ley en general, ya que las distintas leyes persiguen
distintos bienes comunes: a) ley eterna: Dios es el bien común por orden al cual se
constituye; b) ley natural, moral y física: el bien común natural o intrínseco del
universo es su finalidad; c) ley divina positiva: su causa final es el bien común
sobrenatural; d) ley humana: su finalidad es el bien común político. 1
La ley es un dictamen imperativo que impone una dirección a los actos humanos
encausándolos hacia el bien común, sólo puede mover eficazmente al bien común una
razón revestida de autoridad y potestad.
 La ley requiere ser promulgada, puesta en conocimiento de los obligados, ya que no se
puede obedecer lo que no se conoce. Esta promulgación es tarea del legislador.
La ley eterna: es la razón de la divina sabiduría en cuanto dirige todos los actos y
movimientos de cada una de las criaturas. Todo lo que existe cae dentro de su órbita, pues el
universo está gobernado por Dios, y todo lo que está sometido al gobierno divino, lo será
también a la ley eterna. Pero no todos participan de la misma manera de la ley eterna, ya que
las criaturas irracionales están sujetas a la ley eterna en cuanto son movidas por la divina
providencia, pero sin percibir intelectualmente el precepto divino, como sucede en las
criaturas racionales.

La ley natural: es la participación de la ley eterna en la criatura racional. El hombre, dotado de


razón, conoce los primeros principios de esa ley grabados por Dios en su mente. Así, podemos
decir que la ley natural se encuentra anclada en la ley eterna. “Todos conocen de alguna
manera la verdad, al menos por lo que se refiere a los principios generales de la ley natural. Y
respecto a los demás principios, unos participan más y otros menos en el conocimiento de la
verdad.
Primeras inclinaciones naturales: la ley natural se asienta sobre ciertos primeros principios de
la razón práctica y de la razón especulativa. Unos y otros son evidentes por sí mismos, siendo
los preceptos de la ley natural con respecto a la razón práctica, lo mismo que los primeros
principios de la demostración respecto a la razón especulativa. Entre las cosas que son objeto
del conocimiento humano se da un cierto orden. Así, el bien es lo primero que aprehende la
razón práctica (razón ordenada a la operación), puesto que todo agente obra por un fin, el cual
tiene naturaleza de bien.
Bien es todo lo que los seres apetecen. Entonces el primer precepto de la ley natural será: “se
debe obrar y proseguir el bien y evitar el mal”. Todos los demás preceptos de esta ley se
fundan en este primero. Y puesto que el bien tiene naturaleza de fin, todas las cosas hacia las
que el hombre siente inclinación natural, son aprehendidas, naturalmente por la inteligencia,
como buenas y practicables. Por lo tanto, el orden de los preceptos de la ley natural es
paralelo al orden de las inclinaciones naturales.
Inclinación:
1. Común a todas las sustancias: a la conservación del ser según su propia naturaleza.
2. Común a los hombres y animales: a la unión del macho y la hembra; a la educación de los
hijos.
3. Propia del hombre hacia los bienes conformes a su naturaleza de ser racional: conocer a
Dios; vivir en sociedad (desterrar la ignorancia y no ofender al prójimo).
Características de la ley natural:
 Unidad: todos sus preceptos dependen de un primer principio: hacer el bien y evitar el
mal, y se ordenan a un fin, la perfección del hombre.
 Universalidad: deriva de la naturaleza humana que es universal y respecto a su
conocimiento y validez lo es en el orden de los primeros principios, fallando en
algunos casos en las conclusiones próximas.
 Inmutabilidad: también se reduce a los primeros principios. Respecto de los principios
secundarios y conclusiones remotas, Santo Tomás admite la mutación por cambio en
la materia, ya que la ley natural es algo de la razón práctica, que se va descubriendo
progresivamente, en contacto con la vida, con sus virtualidades y circunstancias,
acomodándose a ellas, variando si es necesario sus perspectivas y aplicaciones. 1
 Imborrabilidad: es indeleble en sus primeros principios en general, ya que estos nunca
pueden ser borrados de la mente y el corazón humano. Aunque puede borrarse cuando
se aplican los principios a obras particulares y se encuentra la razón oscurecida por la
concupiscencia u otras pasiones. Respecto de los principios secundarios, puede
borrarse del corazón humano.

La ley humana: es necesaria porque la ley natural sólo se refiere a los principios y preceptos
universales, válidos para todos los hombres de todos los tiempos. Es necesario para el
gobierno de los pueblos que la ley humana derive conclusiones, formule determinaciones e
intervenga con la fuerza coactiva para salvaguardar el orden y la paz. Además, la ley humana
tiene reservado para sí todo el campo de lo útil y puede cambiar porque cambian las
circunstancias y además porque es propio de la razón perfeccionar las normas de convivencia.

La ley divina positiva: precisa los preceptos de la ley natural, los que reciben a través de ella
una promulgación explicita y solemne. Con cuatro argumentos Santo Tomás demuestra la
necesidad de esta ley:
1. El destino sobrenatural del hombre: se refiere al destino del hombre, la bienaventuranza
eterna; independientemente del pecado original. Ya que esto excede el orden natural y
requiere una norma divina que lo dirija hacia esa bienaventuranza.
2. La incertidumbre del juicio humano: el hombre necesita saber sin género de duda lo que
debe hacer en el orden práctico. La norma cierta, promulgada por Dios, es el ultimo
criterio para su seguridad. El hombre tiene la necesidad de saber, sin ninguna duda, lo que
debe hacer y lo que no debe hacer.
3. Las acciones interiores: así como la ley humana se encarga de la conducta exterior del
hombre que tiene repercusión pública y altera el orden y la paz; la ley divina ordena los
actos interiores y las acciones privadas de ellos.
4. El castigo de los males no comprendidos en la ley humana, ya que la ley humana no
castiga todas las acciones malas, porque si pretendiere exterminar todos los males
suprimiría también muchos bienes. Entonces para que ningún mal quede impune, sin
prohibición, fue necesaria la imposición de la ley divina.

La justicia: según Santo Tomás, la justicia es ante todo una virtud definida como el hábito
según el cual uno, con constante y perpetua voluntad da a cada uno su derecho.
Un acto aislado de justicia no hace virtuoso al hombre ya que requiere una disposición
constante y firme de dar a cada uno los suyo, necesita habitualidad.
Es una virtud cardinal cuyo sujeto es la voluntad. No se nos llama justos por conocer algo
rectamente, sino por el hecho de obrar algo rectamente. La justicia nos inclina a dar a otro
sujeto distinto e independiente lo que le pertenece.
La justicia en sentido propio requiere alteridad plena.
Clases de justicia:
 Legal o general: es la que sirve a la comunidad. El que sirve a una comunidad sirve a
todos los hombres que en ella se contienen. Todos los hombres que componen alguna
comunidad se relacionan a la misma como las partes al todo. Así, los bienes
particulares se pueden ordenar al bien común. En este sentido es llamada la justicia en
virtud general. Pero también puede llamarse justicia legal ya que concuerda con la ley
que ordena los actos de todas las virtudes al bien común. esta forma de justicia rige las
relaciones de reciprocidad entre lo individual y lo social, en lo que el individuo debe a
la comunidad.
 Justicia particular: ordena las relaciones de los particulares de dos maneras:
1
1. Justicia distributiva: rige las relaciones del individuo con la sociedad en lo que
ésta le debe por ser miembro de ella; es el orden del todo a las partes, en virtud
del cual la autoridad “reparte proporcionalmente los bienes comunes”.
2. Justicia conmutativa: rige las relaciones entre las partes y trata de establecer el
orden de igualdad, de reciprocidad, en los cambios que se realizan.

La Escuela Española del Derecho Natural


Francisco de Vitoria (1492-1546)

La razón, instrumento idóneo para encontrar los principios: sostiene que la naturaleza sólo
está debilitada, que es campo fértil para la actuación de la gracia (con el fin de lograr la
perfección del hombre) y que la ley natural es regla del obrar humano, en concordancia con la
ley divina positiva. De esta manera la recta razón volvió a ocupar un primer plano en la
valoración del problema ético-jurídico. La razón, que pregunta por el fin y el sentido de los
seres y las cosas, es un instrumento porque el derecho natural es algo inserto en la naturaleza
que la razón del hombre revela.

Derecho natural progresivo: como el conocimiento de la ley natural puede oscurecerse y aun
fallar, también es posible que pueda ir progresando y clarificándose en la conciencia humana.
Entonces el derecho natural es susceptible de progreso.
Derecho natural y ley natural: Vitoria formula una clara distinción entre ambos. Dice que la
ley natural es más extensa que el derecho natural, que sólo es parte de esa ley en lo que atañe
a la justicia o a los derechos de otro, los demás individuos o la comunidad.

El orden social: se renueva la doctrina aristotélica de la integración natural del hombre en lo


social, constituyendo además el derecho natural la base de la comunidad política. Aplicación
del derecho natural al orden social, a la organización de la vida de la república y a la
ordenación de la comunidad internacional. Así, la formación de los grupos sociales procede de
la naturaleza misma del hombre establecida por Dios.

La autoridad: la sociedad organizada necesita naturalmente de una autoridad para caer en la


anarquía, ya que no puede persistir si no hubiera alguien que gobierne y cuide de la
comunidad y vele por los intereses de todos. Por estas razones, la potestad pública está
constituida por derecho natural y teniendo el derecho natural a Dios sólo por autor, es
manifiesto que el poder público viene de Dios. Esa autoridad, necesaria para conducir a los
integrantes de la sociedad política al logro de los objetivos comunes, coordinar sus tareas y
organizar su seguridad, tiene que ser fuerte. Lo cual no quiere decir arbitraria o ilimitada,
despótica o violenta, sino encuadrada en los cánones del derecho natural, para ser justa.

El derecho de gentes: respecto de su ubicación, la postura de Vitoria cambia, ya que primero


lo ubicaba dentro del derecho positivo por considerar que se trata de conclusiones “útiles y
convenientes”, y más tarde lo se rectifica y lo ubica dentro del derecho natural, por entender
que se trata de conclusiones necesarias, lo define aquí como “lo que la razón natural
estableció entre todas las gentes”, o sea las Naciones, y pone las bases del derecho
internacional moderno.

Aplicación de los principios a nuevas circunstancias: Vitoria vive en un tiempo de grandes


cambios, propicios para nuevos estudios en todas las cuestiones. Se había descubierto un
nuevo continente, habitado por indígenas paganos de distintas razas, costumbres, aptitudes e
inclinaciones. Esos naturales eran hombres, por lo tanto, de acuerdo con el objetivo
fundamental de la empresa hispana, había que tratar de incorporarlos a la grey católica y a la 1
cultura y civilización greco-romano-cristiana.
¿Cómo debía efectuarse esta incorporación? ¿Cómo debía ser la relación entre indios y
españoles? Para contestar esto, Vitoria define el derecho de gentes como “lo que la razón
natural estableció entre todas las gentes”, o sea, las Naciones, y pone las bases del derecho
internacional moderno, desgajando del antiguo ius gentium romano, el ius inter gentes,
acentuando los esbozos internacionalistas que se encontraban en Cicerón por ej. y San Isidoro.
Encuentra entre los españoles y los indios una comunidad internacional, basada en el derecho
natural. Dentro de su concepción, serán títulos legítimos de la conquista hispana:
1. El de sociedad y comunicación natural: aquí se incluyen diversos derechos:
 El derecho de emigración, es decir, ingresar a esas provincias, recorrerlas y
permanecer allí. Este a su vez se funda en:
a. El derecho de gentes, que ordena recibir bien a los huéspedes o peregrinos,
siempre que no dañen la nación. Es ilícito desterrar a los huéspedes sin
culpa.
b. El derecho a la mutua comunicación entre los hombres.
c. La amistad entre los hombres, que es de derecho natural; y contra la
naturaleza, impedir la compañía y el consorcio de los hombres que ningún
daño causan. Lo primero no es cierto, porque la amistad no es jurídica.
d. Que por derecho natural son comunes a todos las aguas corrientes y el mar;
lo mismo los ríos y puertos; y les es lícito por derecho de gentes a las naves
atracar en ellos.
e. El derecho natural a la igualdad de trato. Según Vitoria los indios admiten a
otros barbaros y harían injuria a los españoles no admitiéndolos.
 El derecho al comercio. El cual se funda en:
a. El derecho de gentes: los transeúntes extranjeros pueden comerciar sin
daño alguno para los ciudadanos.
b. El derecho natural: los príncipes están obligados a amar a los españoles, no
siendo licito, si puede hacerse sin el propio daño, prohibirles sin causa
alguna el disfrute de los bienes de aquellas regiones. Lo primero no es
cierto porque el amor no es jurídico.
c. El derecho natural, porque parece que obraran contra el proverbio: “no
hagas a los otros lo que no quieras que te hagan a ti”. No pueden prohibir a
los barbaros su comercio más que los cristianos lo pueden prohibir a otros
cristianos. Y si los cristianos prohíben a otros cristianos comerciar con
ellos no por el bien de su país, sino para impedirles participar en alguna
utilidad, esa ley sería inicua.
 El derecho a participar de las cosas comunes: su fundamento se encuentra en el
derecho natural de emigración y comercio, ya que si les es lícito a los españoles
peregrinar y comerciar con los bárbaros, también lo será que participen en las
cosas comunes a ciudadanos y huéspedes.
 El derecho de ciudadanía o nacionalidad: si algún español tiene allí los hijos, el
nacido en ese lugar tiene derecho a ser ciudadano y gozar de los derechos que
tienen los nativos. Parece que es de derecho de gentes que el que ha nacido en una
ciudad se llame y sea ciudadano de ella, porque si no fuese ciudadano de la ciudad
natal no seria ciudadano de ninguna. Para los americanos, es el ius soli y no el ius
sanguinis el que establece la nacionalidad, aunque hoy muchos argentinos recurran
hoy al último para invocar un titulo que les permita emigrar a países más
prósperos.
 El derecho de guerra justa: si los bárbaros niegan los derechos naturales y de
1
gentes anteriormente expresados, los españoles deben mostrar por todos los
medios que no vienen a hacerles daño, pero si los bárbaros acuden a la violencia,
los españoles pueden defenderse, porque es lícito rechazar la fuerza con la fuerza.
Les es lícito aceptar la guerra o declararla y todas aquellas medidas necesarias para
el fin de la guerra, para obtener la paz y la seguridad.
2. La propagación de la religión cristiana: este título también encuentra su fundamento en el
derecho natural, porque si los españoles tienen legitimidad para peregrinar y comerciar,
pueden enseñar la verdad a quienes la quieran oír. Pero si los bárbaros impidieran a los
españoles anunciar libremente el Evangelio, pueden éstos, dando antes razón de ello,
predicarles aun contra su voluntad y entregarse a la conversión de aquella gente, y si fuere
necesario aceptar la guerra o declararla, hasta que den oportunidad y seguridad para
predicar el Evangelio.
Lo mismo se ha de decir si, permitiendo la predicación, impiden las conversaciones,
matando o castigando de cualquier manera a los ya convertidos a Cristo.
Queda claro que la injuria consiste en impedir la prédica. Si la permiten, se conviertan o
no, no es lícito declararles la guerra, pues la conversión debe ser libre y no forzada.
3. Religión, amistad y sociedad humanas: los títulos tercero y quinto fundamentan el derecho
de intervención para proteger la libertad religiosa y los derechos esenciales conculcados
por la tiranía. Según el tercero, si algunos de los bárbaros se convierten y sus príncipes
quieren por la fuerza y el miedo volverlos a la idolatría, pueden los españoles, como
última instancia, declarar la guerra y obligarlos a desistir de la injuria.
El quinto título legitimo es “la tiranía de los mismos señores de los bárbaros o de las leyes
inhumanas que perjudican a inocentes, como el sacrificio de hombres inocentes o el matar
a hombres inculpados para comer sus carnes”.
Existe el derecho y el deber de defender a los inocentes de una muerte injusta. Se puede
obligar a los bárbaros a que renuncien a tales costumbres, y si se niegan hay causa para
declararles la guerra.
Los bárbaros no son dueños de entregarse a la muerte ni de entregar a sus hijos, ya que
junto al derecho a la vida existe el deber de conservarla. Como el derecho a la vida no
autoriza el suicidio, el consentimiento común no concede al error carta de ciudadanía. Por
más que todo un pueblo niegue la vida de personas deformes, ancianas, enfermas o
dolientes, el derecho de éstas seguirá existiendo.
4. Voluntaria elección: es el sexto título: si los bárbaros libremente quisieran recibir por
príncipe al rey de España pueden hacerlo, aunque tomando todos los recaudos para que la
voluntad sea plenamente libre y no se cause perjuicio a los antiguos señores. Se funda en
el derecho natural, ya que cada República puede constituir su propio señor, designar a
quien va a ser su autoridad.
5. Razón de amistad y alianza: es el séptimo titulo y se funda en los derechos derivados de la
guerra justa. Como los bárbaros guerrean a veces entre sí legítimamente y la parte que
padeció la injuria tiene derecho a declarar la guerra, ésta puede llamar en su auxilio a los
españoles y repartir con ellos los frutos de la victoria.
El cuarto titulo legítimo según Vitoria, que versa acerca del poder indirecto del Pontífice
para intervenir en el orden político de un pueblo convertido, no lo tenemos en cuenta por
considerarlo ajeno al orden natural.
A través de los justos títulos comprobamos la apelación al orden natural; cómo sus
principios se aplican a la nueva realidad americana.

Francisco Suárez (1548-1617).


Aquí culmina la Escuela Española del Derecho Natural.
1
La ley: comienza su obra tratando de la ley en general y después de desechar otras acepciones
de la misma, sostiene que en su sentido estricto se refiere a las costumbres y es una
“determinada medida de los actos morales, de tal manera que, si se conforman con ella, tienen
rectitud moral, y si están en desacuerdo con ella, son torcidos”.
La ley es a la ve un acto del entendimiento y un acto de la voluntad.
Es un acto intelectual, en cuanto contiene directrices racionales encaminadas a ordenar a seres
dotados de razón, suponiendo además un acto de voluntad que obligue a quienes está dirigido.
“Precepto común, justo, estable, suficientemente promulgado”.
Para Suárez existen tres tipos de leyes:
1. Ley eterna: la identifica con Dios mismo, y “es un decreto libre de la voluntad de Dios por
el que determina el orden que deben observar o en general todas las partes del universo
con relación al bien general… o en particular las criaturas intelectuales en sus operaciones
libres”. Pero respecto de la obligación moral de las criaturas intelectuales la ley eterna “es
la voluntad eterna de Dios conforme a la cual deben obrar las voluntades racionales para
ser buenas”. Esta ley regula: los actos libres de la Divina voluntad; la naturaleza racional;
los actos humanos por medio de la expresión en la conciencia humana de la ley natural.
Los hombres la conocen: por la ley natural reflejada en sus conciencias; por las leyes
divinas promulgadas por Dios en su Revelación; por las leyes humanas positivas que
reproducen y concretan los principios de la ley natural.
2. La ley divina positiva: “es una participación de la ley eterna más excelente que ninguna
otra”, por tres razones: porque en ella se da una participación más perfecta de la ley
eterna; porque dimana de la ley eterna más inmediatamente; porque su obligación procede
inmediatamente de la misma autoridad divina.
Lo bueno, lo malo, lo mandado y lo prohibido: debemos referirnos al problema de la
bondad o maldad en sí de los actos humanos y su relación con el mandato o prohibición
de Dios.
Suárez se plantea la objeción: “si Dios quisiera que se lo odiara, entonces ciertamente el
odio a Dios no sería malo y ello encierra una contradicción”, ya que no es posible
independizar la bondad o maldad de un acto y su mandato o prohibición por Dios; pues el
ser un acto buena lleva ya necesariamente la consecuencia de que sea mandado (o
aconsejado) por Dios. Lo único que puede hacerse es distinguir en lo que manda la ley
natural un doble aspecto de bondad: primero, el que se deriva racionalmente de la misma
esencia del acto; y segundo el que se funda en la obediencia y el respeto debido a Dios.
“En el acto humano hay alguna bondad o malicia en virtud del objeto mismo según que
éste es conforme o no la recta razón… pero además de esta bondad o malicia, al añadirse
una ley divina prohibitiva o preceptiva, el acto humano tiene una especial bondad o
malicia respecto de Dios, y en función de ella el acto humano se denomina de una manera
especial pecado o culpa ante Dios por razón de la transgresión de una ley propiamente
dicha del mismo Dios”.
3. La ley natural: para Suárez la ley natural “propiamente dicha es la que reside en la mente
humana, para discernir lo bueno de lo malo”.
Distingue entre la ley natural, objetiva y absoluta, y su expresión en la conciencia, que es
un hecho psicológico, condicionado por la humana limitación. La ley natural se refiere
sólo a lo que es bueno o malo en sí y de un modo necesario.
Respecto del contenido distingue los principios generalísimos (por ej. no hacer a nadie lo
que no se desee para sí); principios más concretos (por ej. la justicia debe ser guardada),
ambos son evidentes y se encuentran de un modo intuitivo en la conciencia; y normas
especiales (por ej. la usura es injusta).
El efecto propio de la ley natural, al mandar aquello que la razón exige de la naturaleza
humana y prohibir lo contrario, es la obligación de conciencia de acatar sus preceptos que 1
crea en cada hombre.
Caracteres: sus características necesarias son:
 Unidad: a pesar de estar compuesta de multitud de preceptos, todos éstos
constituyen un todo armónico, persiguen un mismo fin, proceden del mismo Autor
y tienen una esencia común que consiste en prohibir lo malo y mandar lo bueno.
 Universalidad: “es una para todos los hombres, en todos los tiempos y en todas
partes”. Puede faltar el conocimiento porque no es siempre pleno ni perfecto.
 Inmutabilidad: la rigidez o flexibilidad de la ley natural y su relación con los
contenidos históricos es el gran aporte de Suárez.
La ley natural es inmutable en sí, lo cual no impide que algunos de sus preceptos
cambien en sus contenidos al modificarse la materia aplicable. La ley natural
manda una cosa en tal ocasión y otra en la otra. Como aclara Suárez: “no hay
dificultad en que la materia sea mudable, porque la ley natural distingue la
mutabilidad de la materia misma y acomoda a ella sus preceptos: una cosa manda
en una materia para una situación y otra para otra, y así ella misma se mantiene
inmutable por más que parezca mudarse”.
La inmutabilidad es total en el plano de los preceptos universalísimos, hacer el
bien y evitar el mal, y en las conclusiones inmediatas, como los preceptos del
Decálogo.

Derecho natural preceptivo y dominativo: el derecho natural en sentido normativo lo divide


Suárez en preceptivo y dominativo. Al primero pertenecen los preceptos esenciales, que
obligan inmediatamente, sin tener en cuenta la voluntad humana. Así, no se debe matar ni
infamar.
El segundo recién obliga ante un determinado estado de cosas, ya que versa acerca de
cuestiones que introduce la voluntad humana por medio de pactos, promesas y obligaciones.
Así, celebrado un contrato entre personas capaces y sobre un objeto lícito, el derecho natural
dominativo nos obliga en conciencia a cumplir las prestaciones correspondientes.

Promulgación: la ley natural, o derecho natural, se promulga por medio del conocimiento
espontaneo o flexivo que de la misma tienen los hombres, merced al testimonio de la
conciencia: “el corazón del hombre es un libro vivo en que está escrita la ley natural”.

Derecho natural y derecho positivo: ambos colaboran en la normatividad concreta. El primero


establece las grandes directivas y requiere para su concreción del auxilio del segundo; pero
también le presta una gran ayuda al obligar en conciencia a la observancia de las normas
positivas justas.

La ruptura con el objetivismo jurídico: Suárez analiza tres formas analógicas del derecho: la
clásica, que lo considera como objeto de la justicia; una segunda, que lo identifica con la ley,
y un tercero que lo estudia bajo el inequívoco titulo de “significado propio de la palabra
derecho”.
“Con toda propiedad suele llamarse derecho al poder moral que cada uno tiene sobre lo suyo,
o sobre lo que se le debe; así se dice que el dueño de una cosa tiene derecho sobre la cosa y
que un obrero tiene derecho al salario”.
En otras palabras, el derecho consiste esencialmente en la facultad del sujeto titular, en el
poder personal de obrar o de exigir.
El poder o la facultad pasan a constituir el eje de lo jurídico, alrededor del cual girarán los
otros analogados. Aquí nos encontramos con los comienzos del subjetivismo, que a la larga 1
nos conducirá a la desintegración de lo jurídico.

BOLILLA 8
Decadencia del derecho natural en la Edad Moderna
La destrucción de las bases antropológicas del derecho natural por el protestantismo
ortodoxo.
Concluido el medioevo, la filosofía escolástica tiene un gran florecimiento a través de la
Escuela Española del Derecho Natural, pero importantes acontecimientos históricos como el
Renacimiento y la Reforma religiosa van a influir en el quehacer filosófico, político y
jurídico, verificándose una evolución progresiva hacia el individualismo, el naturalismo y el
racionalismo.
Edad Media y Renacimiento: desde el punto de vista del encuadre de los problemas jurídicos,
es importante recordar que en el medioevo estaban integrados en un orden jerárquico
presidido por la teología, de acuerdo con el carácter teocéntrico de la época.
Con la llegada del Renacimiento, el enfoque teocéntrico, la primacía dada a las cosas de Dios,
es reemplazado en forma paulatina por una concepción antropocéntrica.
Decae el espíritu austero que había predominado en épocas anteriores. Se diluye en los
príncipes cristianos el respeto al Papado. El bien común, como finalidad de la acción política,
es poco a poco reemplazado por la razón de Estado. Los reyes ya no se consideran los
primeros servidores de sus pueblos, limitados en su poder por el derecho, sino que se
convierten en monarcas absolutos que desprecian los derechos de los gobernados y anteponen
sus intereses particulares o nacionales a los intereses de la Cristiandad.

Martín Lutero (1483-1546)


Estalla la Reforma religiosa, que quiebra la unidad de la Cristiandad y trae graves
consecuencias en el campo del derecho.
Con la Reforma llega Lutero y dice que la naturaleza humana está totalmente corrupta. Que la
tentación es invencible. Que “al darnos su ley, Dios nos ha mandado lo imposible. Cristo es
justo en lugar nuestro… nada tenemos que hacer para salvarnos. Por el contrario, pretender
cooperar con la acción divina es no tener fe, renegar de la sangre de Cristo y condenarse.
Absoluta inutilidad de las obras, salvación por la fe sola”.
Acá encontramos uno de los principios fundamentales de Lutero: justificación por la fe y no
por las obras; el otro es la autoridad doctrinal de las Sagradas Escrituras y la exclusión de las
enseñanzas posteriores de la Iglesia.

La devaluación del derecho: es lo primero que debemos destacar en Lutero, y es novedad, ya


que en la Iglesia siempre mereció acogida y respeto; incluso el Cuerpo Místico de Cristo tiene
una dimensión jurídica

La liberación de la ley moral: para la salvación no interesa la conducta moral: “es suficiente
haber reconocido al Cordero que carga los pecados del mundo; entonces el pecado no podrá
alejarnos de Él”.
Lutero no sólo nos libera del derecho canónico, sino también de la ley moral: peca
fuertemente pero cree más fuertemente todavía.

Un derecho sin justicia: en Lutero no hay espacio para la justicia “jurídica”; reserva el nombre
para la justicia bíblica; se rompe toda relación del derecho con la justicia y la esencia del
primero será una “técnica de represión” para conservar el orden social.
El derecho es la ley que actúa contra la naturaleza: el derecho deja de ser lo justo; las leyes 1
positivas (divina y humana) serán el derecho. Y en el caso de la ley humana, ella vale porque
ha sido dictada por el gobernante, prescindiendo de su contenido.
Tampoco hay espacio para el derecho natural normativo, ya que para Lutero el derecho
natural es la ley divina revelada. Ya que la naturaleza es mala, el derecho no puede formarse
según ella, sino contra ella.

El positivismo de Lutero: en el año 1525 se produce en Alemania una sublevación campesina,


la que en primera instancia es apoyada por Lutero, que se dirige a los príncipes en todo
severo: “no son los campesinos los que se levantan contra vosotros sino la cólera de Dios”.
Derrotada la sublevación, escribe un folleto, contra las bandas asesinas y bandoleras de los
campesinos, en el cual dice: “los campesinos roban, saquean, se conducen como verdaderos
perros rabioso.”
Ante semejante cambio de posición, Lutero es muy criticado; entonces, escribe un nuevo
folleto en el cual muestra su positivismo al desnudo: “lo que yo enseño y escribo será siempre
justo y verdadero, aunque el mundo estalle de despecho. No quiero oír hablar de misericordia.
El populacho debe ser conducido por la fuerza”.
No existe, entonces, lo justo natural, lo justo objetivo, sino que la justicia de una causa
depende de las opiniones.

Juan Calvino (1509-1564)


Es continuador de Lutero en el tiempo y en las ideas.
El calvinismo niega el libre albedrio del hombre, que está determinado desde la eternidad a la
salvación o a la condenación. Es elegido o réprobo sin que a Dios le interesen su esfuerzo, su
intención, sus obras.
La prosperidad material es un signo de que Dios había elegido a alguien, la pobreza era una
señal de condenación y la riqueza de salvación. Así, el calvinista en vez de convertirse en
quietista (que se despreocupa por obrar o hacer algo) se hizo capitalista. Sus creencias
religiosas produjeron una ansiedad espiritual capaz de suavizarse, únicamente a través de la
riqueza material.
Una nueva moral: surge una moral fundada en las Sagradas Escrituras. Reprueba Calvino
como “perversas y diabólicas, potencias de error, montañas de orgullo”, la moral de los sabios
paganos, y en las huellas de Lutero critica las tentativas escolásticas de conciliación.
Habrá una moral cristiana que va a reglar toda la vida temporal; por un lado, libera a los fieles
de los deberes de la Iglesia católica, destruye sus instituciones, su jerarquía, elimina la
mayoría de los sacramentos; pero impone una moral severa que incrimina hasta las fiestas y
los bailes.
Quiere una moral uniforme para todos los fieles y critica a los monjes que viven en la
penitencia, que hacen culto a la pobreza y la castidad. Dios bendice el trabajo, el
enriquecimiento, la propagación de la especie, la agricultura, la industria y el comercio, que es
factor de prosperidad.
Una moral adaptada a la burguesía: se adapta a las tendencias de la burguesía moderna y
estructura una ética que coloca al trabajo y a la riqueza en la cúspide de su arquitectura moral.
Esta mentalidad trastorna el orden y la jerarquía de la naturaleza. Si el hombre es el ser más
perfecto de la creación, las cosas, y por ende, esa invención humana que es el dinero, deben
estar a su servicio.
Ya Weber, al advertir este desorden, escribe que para la mentalidad capitalista nacida de la
Reforma, “la ganancia no es un medio para la satisfacción de necesidades vitales materiales
del hombre, sino más bien que éste debe adquirir, porque tal es el fin de su vida”.
El sumo bien de esta ética será la adquisición de más y más dinero.
1
El positivismo de Calvino: trastocado el orden natural, se buscará destruir su cobertura
normativa. Es la nueva mentalidad calvinista la que intenta dislocar las jerarquías naturales y
da razón de ser a las cosas antinaturales.
Partiendo de una pesimista noción del hombre, de quien “nunca podrá partir nada bueno”,
cuya “conducta está plagada de maldad”, cuyas “instituciones son pecaminosas”, llega a
justificar como suprema norma política a la razón de Estado, que define como “la
preservación del orden social en defensa de la innata imperfección humana”.
El positivismo de Calvino consiste en la aceptación y sumisión de los hechos, en la
conservación del régimen establecido, en la prédica de la obediencia, incluso a los tiranos, ya
que niega a los súbditos el derecho de resistencia. Así, la Reforma, que en un principio
respaldará a los Estados absolutos post renacentistas, aunque en su pensamiento germina una
actitud contraria que semillará el liberalismo posterior y que concluirá derribando los
estamentos reales.
Razón de Estado, Absolutismo, Liberalismo y Revolución, tienen razón de ser después de la
ruptura del orden natural en lo político.

Consecuencias del enfoque protestante


1. Las relaciones entre Dios y el hombre son despojadas de toda referencia a la justicia y a su
anexa virtud de religión. La justicia absoluta de Dios, deja de ser modelo para la relativa
justicia terrena. No interesa al arbitrio divino el obrar del hombre, el servicio a Dios, la
plegaria, la observancia de los mandatos que surgen de la ley natural y de la ley divina
positiva.
2. Sobre el concepto luterano-calvinista de naturaleza humana totalmente corrupta no se
puede basar el derecho natural, porque en esa naturaleza no puede ser medida de nada
valioso.
3. La razón deja de ser un instrumento adecuado para conocer el derecho natural, porque
participa de la corrupción de la naturaleza y es considerada por Lutero como “una
prostituta carcomida por la sarna y la lepra, que debía ser ahogada por el bautismo y que
merecería que la relegaran a las letrinas”.
4. Comienza a perfilarse la separación entre la moral y el derecho. En el pensamiento
protestante la ley sólo impone obras exteriores, cuya imposición garantiza la autoridad por
medio de la fuerza; y las impone a gentes groseras y descreídas, no al “cristiano”, que no
necesita ley, bastándole con la fe y la norma de su propia voluntad.
Aquí está la raíz de la separación entre la moral y el derecho. La primera se ocupará de las
cuestiones de conciencia y el segundo de la actividad exterior, garantizando por la coacción el
cumplimiento de las normas.

El Renacimiento con su concepción humanista antropocéntrica, y la Reforma que sostiene en


teoría la total corrupción de la naturaleza humana, hacen que surja una corriente llamada:
Doctrina individualista del Derecho Natural
Esta doctrina se desenvuelve en tres direcciones:
1. Escuela del Derecho Natural y de Gentes: aquí encontramos a Grocio (corriente de
transición hacia los tiempos modernos).
2. Doctrina del Derecho Natural Naturalista, expuesta por Hobbes, Locke y Rousseau.
3. Doctrina Racionalista puta del Derecho Natural, representada por Pufendorf.
El verdadero sentido del término “natural”: el denominador común de estas corrientes
iusnaturalistas es el impropio uso del término “naturaleza”, y esto sirve para distinguirlas de la
escolástica medieval o española.
La palabra naturaleza se emplea en dos sentidos absolutamente distintos:
1. Como expresión de una ley de hecho, de una regularidad en el mundo empírico, o 1
dicho sea en términos más precisos de una relación causal. En esta acepción es natural
la ley de gravedad, las que rigen los procesos del cuerpo humano tanto enfermo como
sano.
2. Por natural se entiende en un sentido radicalmente diverso y contradictorio al anterior,
aquello que es como debe ser, o más estrictamente, los principios del deber ser. Es
decir, no la realidad como es positivamente, tal como se desenvuelve desde el punto de
vista de la ley de causalidad, sino aquello que debe ser, ya en mérito de una
construcción teleológico o finalista, ya por razón de una norma ideal o de un valor. Ej.
la salud es natural, la enfermedad es antinatural. Y situados en la ética, la virtud es
natural y el vicio antinatural, porque tenemos presente un juicio de valor.
El haber olvidado esta distinción fue causa de que en muchas ocasiones aparecieran las
doctrinas iusnaturalistas plagadas de contradicciones y oscuridades. Las cuales fundan el
derecho natural en un hecho empírico del ser humano (temor, sociabilidad, sentimiento de
debilidad, etc.), es decir en una nuda realidad.

Escuela del Derecho Natural y de Gentes: Grocio (1583-1645)

Jurista holandés y protestante, que se encuentra con el advenimiento de la Reforma que


produce la quiebra de la Cristiandad.
Busca un lazo de unión entre las distintas naciones que suplantará a la unidad de la fe, y
encuentra una base jurídica común en el derecho natural.

Fuentes del Derecho Natural: la fuente inmediata del derecho natural es el “deseo de
sociedad”, el instinto social, un hecho empírico del hombre. La fuente mediata es Dios,
creador de la naturaleza humana. Pero su presencia no es imprescindible, pues el derecho
natural existiría aunque Dios no existiese o no se ocupase de los asuntos humanos. Esta
hipótesis es para Tomás Casares el principio de ateización de lo jurídico.
Este problema es el hito que nos conduce de una concepción teocéntrica del derecho a una
antropocéntrica.
Según Grocio, pertenece al derecho natural “la abstinencia de lo ajeno y si tuviésemos algo de
otro o de ello hubiésemos sacado alguna ganancia, la restitución, la obligación de cumplir las
promesas, la reparación del daño causado culpablemente, el merecimiento de la pena entre los
hombres y la distribución prudente en repartir lo que es propio de cada hombre o de la
comunidad”.

Concepto del derecho natural: “dictado de la recta razón, que indica que acción por su
conformidad o disconformidad con la misma naturaleza racional, tiene fealdad o necesidad
moral y por consiguiente está prohibida o mandada por Dios autor de la naturaleza”.
En oposición a los escolásticos que habían reducido el derecho natural a escasos principios y
preceptos que necesitaban del complemento del derecho positivo y se adaptaban a las
circunstancias cambiantes de la realidad social, Grocio inicia una corriente que acabará
construyendo sistemas acabados de derecho natural racional.
Se hace necesario resaltar la importancia de la sociabilidad y el carácter racionalista del
hombre.

Conclusiones:
 Comienza a producirse la separación entre la ley natural y la ley eterna. La ley natural
1
se desprende de la ley eterna y comienza a vagar sin dirección. Aparece como una ley
sin legislador que la sancione.
 Aunque Grocio en lo personal sea iusnaturalista, ya que considera que los principios
fundamentales “son de suyo claros y evidentes, caso lo mismo que lo que percibimos
por los sentidos externos, los cuales, siendo ellos instrumentos bien dispuestos para
sentir, y existiendo las demás cosas necesarias, no engañan”, esta concepción del
derecho natural lleva en sí los gérmenes que producirán su descrédito y su ruina.

Doctrinas Naturalistas

Tomas Hobbes (1588-1679)


La irrupción del protestantismo fue el comienzo de la decadencia del derecho natural, pero
esto se agrava con el “naturalismo”.
Para Tomas Hobbes, el derecho natural ya no es una congerie de normas, sino la libertad
ilimitada de utilizar, por la propia conservación, todas las fuerzas que se juzgue conveniente y
emplear todos los medios que puedan ayudar a la realización de los propósitos personales.
Según la corriente naturalista, el hombre no está obligado a ajustar su conducta al bien y a
dirigir por medio de la razón sus inclinaciones en orden a los fines que le marca su naturaleza,
sino que el derecho natural será el poder de hacer cualquier cosa según el propio arbitrio, sea
buena o mala, enaltezca y eleve o degrade y prostituya al hombre.

El derecho como poder ilimitado: “el derecho natural de cada uno se extiende hasta donde se
extiende su poderío”. Todo el que sea considerado como viviendo bajo el solo imperio de la
naturaleza tiene el derecho absoluto de codiciar lo que juzgue útil, ya sea movido a ese deseo
por la sana razón o por la violencia de las pasiones; tiene el derecho de apropiárselo de
cualquier modo, sea por fuerza, sea por astucia, sea por súplicas, sea por todos los medios que
juzgue más fáciles.

El hombre lobo del hombre: según Hobbes el hombre es antisocial y peligroso ya que “la
naturaleza hizo a los hombres insociables y, lo que es más grave, asesinos los unos de los
otros”.
El hombre nace con derecho a todo, en el llamado “estado de naturaleza”. Del derecho de
todos a todo surge la guerra de todos contra todos. Entonces el hombre, movido por su
egoísmo y por su razón, a fin de evitar la muerte violenta, poder gozar de los bienes y lograr
la paz, trata de encontrar un medio para superar la anarquía de ese estado pre-social. La forma
de superarlo es mediante la construcción de un artefacto: el Leviatán, el Estado según Hobbes,
encargado de corregir las atrocidades del carácter antisocial y bárbaro que tendría la especie
humana, imponiendo el orden y la seguridad.
Para lograr estas finalidades “los contratantes deben abdicar sus derechos y ponerlos en
manos del soberano… y es este contrato, prescripto por la ley natural de la conservación de la
vida y de la integridad del cuerpo, el que constituye el derecho natural… que se reduce al
principio: pacta sunt servanda (hay que cumplir los pactos). Este principio servirá de
justificación a la voluntad omnipotente del Estado y reducirá la ley a un simple acto de
autoridad. No habrá más ley que la ley positiva dictada por el Estado”.

Del naturalismo al positivismo: el naturalismo de Hobbes nos conduce al positivismo. Y ese


Estado que dicta la única ley debe poseer un poder ilimitado para evitar la regresión a la
anarquía; también debe asumir la autoridad espiritual. Desaparece la distinción entre Dios y el
César, todo, incluso lo espiritual, depende del César.
1

Doctrinas naturalistas, su variante liberal: John Locke (1632-1704)


Locke tiene con Hobbes un común punto de partida: el estado de naturaleza, pero discrepa en
la interpretación de la característica del hombre que vive en él; según Hobbes sería antisocial,
según Locke es asocial.
En ese estado de naturaleza los hombres tendrían una “completa libertad para ordenar sus
actos y para disponer de sus propiedades y de sus personas como mejor les parezca dentro de
los limites de la ley natural”.
En ese estado regiría la ley natural.
Ese estado de naturaleza tiene inconvenientes que mueven al hombre a salir de él y, a través
de un pacto o contrato, ingresar al estado social. Del pacto surge el poder.
El pacto no es como en el caso de Hobbes formal y vacío, ya que tiene un contenido: los
derecho pre-estatales que el Estado debe garantizar: derechos a la vida, a la libertad y a la
propiedad.
Eran derechos reservados, y la mejor forma de asegurarlos seria con la división de poderes.
Eran derechos subjetivos que se transferían del estado de naturaleza al estado social.
“Todo el poder del gobierno civil afecta exclusivamente a los intereses civiles. Se limita a las
cosas de este mundo y no tiene nada que ver con el otro”. Predica una tolerancia religiosa
genérica; sin embargo, la Iglesia Católica estaba excluida de ella.
“El poder supremo no puede arrebatar ninguna parte de sus propiedades a un hombre sin el
consentimiento de éste. Siendo la salvaguardia de la propiedad la finalidad del gobierno, y
siendo el móvil que llevó a los hombres a entrar en sociedad, se presupone y se requiere para
ellos que esos hombres puedan poseer”. Locke no reconoce la expropiación por causa de
utilidad pública. Y esto es porque carece de una noción verdadera de bien común.
“El derecho ilimitado para la adquisición de los bienes es el camino mejor para alcanzar el
bienestar general”. Locke debe ser considerado por estas ideas el fundador del liberalismo
político y, a través de él, el primer defensor del capitalismo desenfrenado.

Doctrinas naturalistas, su variante revolucionaria: Jean Jacques Rousseau (1712-1778)


Existe una coincidencia entre Hobbes, Locke y Rousseau en afirmar la existencia de un estado
de naturaleza.
Sin embargo, los tres discrepan en la consideración de ese estado de naturaleza. Mientras que
para Hobbes en él los hombres se devoran entre sí como lobos, mientras que para Locke era
un estado de intranquilidad del cual era mejor salir, para Rousseau era un estado feliz en el
cual el hombre era un buen salvaje, que vagaba despreocupado por los bosques, juntándose de
vez en cuando con una mujer para tener hijos.
El estado de naturaleza: para el hombre sus únicos bienes son “la comida, una hembra y el
reposo, los únicos males que teme son el dolor y el hambre”. Éste es un hombre robusto,
“acostumbrado desde la infancia a enfrentar el rigor de las estaciones, ejercitado en la fatiga,
forzado a defenderse contra los animales feroces o de escapar a la carrera”.
Su cuerpo era el único instrumento con el que contaba y empleaba en diversos usos. El
hombre degenera en la medida en la cual progresa.
La decadencia: el estado social. La gran decadencia es el estado social, cuando los hombres se
reúnen en grupos y aparece la propiedad privada. “La división de las posesiones, el uso de la
fuerza, la sujeción de los más al interés de los menos, transforma estas uniones ingenuas en
agrupaciones, donde no hay bien público ni cuerpo político, sino tan sólo y frente a frente,
señor y esclavos.
El estado social es injusto, porque acaba con la felicidad del estado primitivo. El hombre, que
había nacido libre, se encontraba en todas partes encadenado. 1
El derecho positivo que regula ese orden social está en absoluta oposición con el derecho
natural, concebido por Rousseau como una libertad naturalista absoluta.
La solución: el contrato social. La solución no se encuentra en el retorno al estado de
naturaleza, sino en “una forma de asociación que defienda y proteja con toda la fuerza común
a la persona y a los bienes de cada asociado, y por la que, cada cual, uniéndose a todos, no
obedezca, sin embargo, más que a sí mismo y permanezca tan libre como anteriormente”.
Existen tres periodos: “…el estado de inocencia, la decadencia y la restauración: la inocencia
en el estado natural, la decadencia en el estado social, la restauración por el contrato social”.
Esa sociedad surgida del contrato debe ante todo garantizar la libertad y la igualdad natural,
ya que ambas son absolutas. Cualquier tipo de restricción a la primera o cualquier intento de
jerarquizar a la sociedad son contrarios a la naturaleza. La asociación debe lograr que cada
persona se siga obedeciendo a ella solamente.
La voluntad general: en el instante en que el pacto engendra el cuerpo social, cada uno se
absorbe de tal modo en ese Yo común, que al obedecerlo se obedece a sí mismo. En ese
momento se crea voluntad general, y cuanto uno más la obedece, más libre es.
La ley ya no emanará de la razón, sino que será expresión de la voluntad general.
El legislador será el superhombre que guía a la voluntad general. El pueblo soberano que
suscribió el pacto e hizo nacer la voluntad general no puede transmitir ni dividir su soberanía.
La asamblea, mediante el voto de la mayoría de sus integrantes, adivina el mandato de la
voluntad general. Los que se oponen se equivocan en su interpretación.
La voluntad general también tiene competencia religiosa, como en el Leviatán. Se crea una
religión civil que colaborara en la defensa del contrato social.
La voluntad general la forman los individuos como tales.

Las consecuencias
Esta doctrina naturalista-revolucionaria tiene gran importancia en los tiempos modernos y
graves consecuencias en nuestra época. Debemos destacar la degradación, la animalización
del hombre llevada a cabo por Rousseau.
La libertad en el estado de naturaleza es pura espontaneidad. Pura no-constricción, propiedad
casi animal.
Es clara la tergiversación del auténtico concepto de libertad guiada por la razón y medio para
alcanzar la verdad y el bien.
La reflexión para Rousseau es “…un estado contra natura… el hombre que medita es un
animal depravado”. En lugar de perfeccionarnos nos ofusca (perturba). En este sentido es
claro el empeño de Rousseau en animalizarnos y convertirnos en bestias.
La sociedad nacida del contrato es una forma de asociación en la cual los miembros se unen,
pero siguen tan libres y tan iguales como antes; sin obedecerse más que a sí mismos.
En esa sociedad manda la voluntad general, propia del yo común engendrado por la alienación
general, el sacrificio que cada uno ha hecho de sí mismo y de todos sus derechos en el altar de
la sociedad.
Esa voluntad es siempre recta y tiene siempre a la utilidad pública.

Entre la anarquía y el totalitarismo: con hombres animalizados se construye un todo social en


el cual cada uno no se obedece más que a sí mismo y sigue siendo tan libre y tan igual como
antes; o sea que instaura la anarquía.
Pero, a la vez, se crea la voluntad general que nace de la alienación total hecha sin reservas; a
aquel que rehúse obedecerla “se le forzará a ser libre”, y si “la conservación del Estado es
incompatible con la suya, es necesario que uno de los dos perezca y se hace morir al culpable
como enemigo”. Es el camino del totalitarismo. 1

Doctrina Racionalista: Samuel Pufendorf (1632-1694)


Asistimos al primer intento de construir un sistema de derecho natural con la sola ayuda de la
razón.
El punto de partida es un sentimiento, un instinto que se da en los hombres: la sociabilidad. A
este hecho empírico se le adosa una construcción normativa.
La razón es el instrumento que nos permite deducir de la naturaleza humana este hecho de la
sociabilidad del hombre. El mismo se produce en virtud del desamparo y la debilidad en que
se encontraría sin la sociedad, y su fundamento último es “Dios que dotó a los hombres con
una naturaleza social obligándolos a vivir en sociedad”.
Pufendorf considera que los deberes del hombre derivan de tres fuentes:
1. La razón (derecho natural);
2. El mandato de la autoridad legislativa (derecho positivo); y
3. La Revelación divina (teología moral).

Los principios sociales fundamentales: la norma suprema del derecho natural es el mandato
dirigido al hombre de mantener y cuidar las relaciones sociales. De esta norma derivan los
principios sociales fundamentales:
1. La obligación de no dañar a los demás.
2. El deber de honrar a los demás y tratarlos como iguales, derivado de la dignidad
humana.
3. La obligación de cada hombre de ayudar a los demás.
4. El deber de cumplir los compromisos contraídos.

Un sistema de derecho natural: de la norma suprema parte Pufendorf para construir su sistema
de derecho natural.
Elaborado el sistema, dentro del cual todo está previsto y los problemas solucionados por
normas deducidas racionalmente, Pufendorf incluye en él al derecho positivo.

Derecho natural absoluto y derecho natural relativo


El derecho natural relativo es el derecho positivo. Sólo existe, pues, el derecho natural, que
abarca todo el mundo jurídico, se introduce en el campo de lo contingente, se funda en un
instinto del ser humano, y se fagocita al derecho positivo. Este derecho natural racionalista
mutila la realidad, igual que lo hace el positivismo al contemplar una sola parte de la misma.
Es necesario no ignorar los dos aspectos del ser humano: el inmutable, en tanto es hombre que
tiene una particular naturaleza, y el variable en tanto vive en un tiempo y en un lugar. A la
contemplación de ambos concurren el derecho natural y el derecho positivo.

BOLILLA 9.
Conversión del derecho natural moderno en derecho positivo.

La encarnación política del racionalismo: el protestantismo, el naturalismo y el racionalismo


habían preparado el ambiente en la doctrina jurídica para las reformas que habrían de
producirse a fines del siglo XVIII y comienzo del XIX.
Movimientos políticos, en especial la Revolución Francesa, proporcionaron la base de poder
necesaria para llevarlas a la práctica. Con ella se unen el derecho de la razón y el Estado
según la razón.
La estatización total del derecho: se pretende la estatización total del derecho. “El Estado del
iluminismo quería ser un Estado según la Razón y, por consiguiente, el carácter estatal del 1
derecho se afirmaba no en función de todo el Estado, sino sólo para el Estado apoyado en los
denominados principios inmortales de la Razón. De suerte que en esa ideología la antítesis
entre el Derecho natural y el carácter estatal de aquél seria superada por la razón misma,
fuente de los principios inmortales del Estado moderno y de las modernas legislaciones”.
Se confirma la religiosidad del hombre, ordenado a Dios. Cuando abandona al Dios
verdadero, aparecen los ídolos. Contra esta idolatría se dirigió la Cátedra romana condenando
la siguiente proposición: “la razón humana, sin tener en cuenta relación alguna con Dios, es el
árbitro único de la verdad y de la mentira, del bien y del mal; es ley en sí misma, y con sus
fuerzas naturales se basta para procurar el bien de los hombres y de los pueblos”.

Derecho natural moderno, absolutismo y Revolución


El derecho natural moderno, nacido en cierto pensamiento protestante y complementado con
el aporte de filósofos racionalistas, de pensadores de la Enciclopedia y de teóricos
revolucionarios, tuvo la oportunidad de desarrollarse al producirse la quiebra del orden
cristiano y ascender al poder durante el absolutismo y la Revolución.
En la época del “Despotismo ilustrado” las casas reales y la nobleza decadente habían abierto
sus puertas a los profetas del mundo nuevo (Voltaire, Montesquieu, Beccaría, Rousseau).
En esa sociedad en decadencia llegó la Revolución Francesa de 1789. “El orden racional a
que aspiraba el derecho natural moderno se concreta en el Estado de la revolución en una
realidad histórica: …se vincula al poder y el poder se impregna de racionalidad, porque se
propone, como finalidad intrínseca, la armonía y el equilibrio de las libertades: en esa
concepción la ley se considera obra de la voluntad general, y la voluntad general se presupone
racional y justa”.
Esta actitud fue la base del moderno positivismo. La ciencia jurídica moderna fue dogmática
porque el legislador aparecía investido de una autoridad ideal.
La ley es la voluntad del pueblo, y el pueblo es omnipotente.

Los derechos del hombre: “Considerando que el desconocimiento, el olvido y el desprecio de


los derechos del hombre son las únicas causas del desorden público y de la corrupción de los
gobiernos, la Asamblea de la Revolución, en julio de 1789, declara solemnemente que los
hombres son libres e iguales ante las leyes. Las diferencias sociales las crea solamente la
utilidad común. Los derechos naturales e inalienables del hombre son:
 Libertad
 Igualdad legal
 Derecho de propiedad
 Seguridad de las personas
 Derecho de resistir a la opresión.
De allí habría surgido para el hombre una nueva era, en la cual viviría feliz haciendo lo que
quisiese y libre de ataduras y perjuicios. Pero todo esto es falso: el hombre ahora es
esclavizado por la técnica, la máquina, el supercapitalismo o el comunismo. El hombre que
anunciaban feliz vive bajo la angustia. La sociedad nueva se encuentra constantemente en
estado de conmoción. Este hecho indica que sobre estos presupuestos falsos no se pueden
lograr el Orden y la Paz, fines básicos de la comunidad organizada.

Criticas: en la declaración de derechos revolucionaria se nota la presencia del racionalismo.


 Es fácil en abstracto proclamar la libertad y la igualdad; lo difícil es conciliarlas en la
práctica.
 El derecho de propiedad no reconoce límites, como en Locke.
 La seguridad de la persona es barrida por los tribunales revolucionarios.
1
 El derecho de resistencia a la opresión, sin encuadre alguno, es la apología de la
Revolución permanente.
Todos sabemos que el hombre es libre de algo y para algo concreto; que la igualdad esencial
entre los hombres se encuentra matizada por múltiples desigualdades naturales; que la
propiedad reconoce limites derivados de su encuadre social y de las exigencias del bien
común; que el derecho a la seguridad es más importante respetarlo que proclamarlo; y que el
derecho de resistencia a la opresión, para ser legítimo, requiere una prudente consideración de
las circunstancias.

La codificación del derecho privado. La exégesis.


En el año 1804, concluido el caos de la Revolución Francesa, el emperador Napoleón
Bonaparte sanciona su Código Civil.
Ese año fue considerado por sus contemporáneos y por todo el siglo XIX como una de las
grandes fechas de la historia. En adelante, el matrimonio, la venta o el alquiler, serán
reglamentados por un derecho que el Estado establece, y no por un derecho tradicional que el
Estado se limita a reconocer.
La ley se hace fuente casi única y omnipotente del derecho. Lo grave es que muchos juristas
empiezan a no saber moverse sin el texto legal. Se ha perdido el hábito de razonar
jurídicamente; ante cualquier punto dudoso piden una reforma.

La Escuela de la Exégesis
A poco de la sanción del Código, un grupo de juristas se agrupan en la llamada “Escuela de la
Exégesis”. Esta corriente se va a caracterizar por su culto a la ley dentro de la cual
consideraban encerrado todo el derecho. Tiene las siguientes características:
 Es estática: el derecho se reduce a la ley como expresión de la voluntad general
promulgada por medio del legislador. La ley es elaborada y sancionada por el Estado.
 Es normativista: la realidad jurídica es visualizada fundamentalmente desde la norma
y a través de ella.
 Es legalista: reduce toda norma jurídica a la ley. Y el Código es una ley. “La ley debe
ser en la actualidad el origen único de las decisiones jurídicas”.
 Es deductivista: a partir del texto legal el intérprete y el juez deben extraer todas las
consecuencias mediante un proceso deductivo. Con total menosprecio por la tarea
creadora de juristas y jueces, sostenía Liard que ellos no debían ser más que meros
geómetras que todo lo dedujeran de los teoremas de la ley.

Una nueva autoridad: después de que el siglo XVIII, a través de sus ideólogos, quiso desterrar
de la faz de la tierra toda autoridad divina o humana, el siglo XIX a través de los exégetas nos
devuelve la autoridad; pero no es divina, ni siquiera humana, en sentido personal; es la
autoridad de esta obra humana que es la ley positiva.
Nos encontramos con el culto de la ley apoyado en la tesis de Rousseau, quien defiende la
infalibilidad de la voluntad general que la sustenta.

Escuela histórica
El derecho natural racionalista había triunfado en el mundo jurídico a fines del siglo XVIII y
principios del siglo XIX, y sus sistemas encontraron refugio en los Códigos de la época. Pero
dentro de sí llevaba dos gérmenes que lo arrastrarían a la muerte: se había alejado de Dios, y
de la continuidad histórica (de la Vida).
Respecto al primero lo importante es que el centro de gravedad, el eje de la vida espiritual, se
traslada de Dios al hombre, “el intelectualismo y el voluntarismo teocéntricos son superados
en la perspectiva del intelectualismo antropocéntrico. Así, se hace fácil pasar del positivismo
iusnaturalista (consideración de un derecho de la naturaleza, empíricamente dado pero que la 1
experiencia jurídica no puede mostrar en modo alguno), a un positivismo puro (afirmación
exclusiva del derecho que es efectivamente dado por la experiencia, el derecho positivo).
Esa experiencia es la de un derecho concreto, natural y positivo enraizado en última instancia
en Dios, y no de un supuesto “derecho de la naturaleza”, racional, monopólico y con
pretensiones universalistas.
El segundo error fue el alejamiento de la vida, de la continuidad histórica, sin percatarse de
que es en la vida singular de un pueblo donde el derecho nace y se desarrolla, que las normas
se establecen para regular lo social y que las situaciones varían.

La reacción histórica: contra este error se levantó en Alemania, Savigny, para señalar que “el
derecho es ante todo un producto de las costumbres y de las convicciones del pueblo y sólo
posteriormente el resultado de la jurisprudencia de modo que es siempre y en todo momento
la consecuencia de la acción de fuerzas internas espontaneas y nunca la creación del arbitrio
de un legislador”.
El derecho para Savigny no es elaborado racionalmente, sino una emanación espontanea del
espíritu nacional, comparable con el lenguaje.

El error racionalista: la Escuela Histórica cayó a la larga en el error opuesto al racionalismo,


ya que para combatirlo exaltó los sentimientos irracionales, olvidando el papel de la razón y
de la prudencia en la construcción jurídica; atacó el arbitrio del legislador, pero erigió en su
lugar el arbitrio de las masas.

Dos elementos en el derecho: el derecho encuentra dos elementos, uno individual y peculiar
de cada pueblo, otro general, fundado en la naturaleza común de la humanidad. Ambos son
reconocidos científicamente por la historia y la filosofía del derecho.
Los que reconocen uno solo de estos dos elementos son conducidos a puntos de vista
exclusivos e incompletos. Unos miran el contenido del Derecho como cosa indiferente y
accidental, y se contentan con hacer constar los hechos; desconociendo la dignidad de su
vocación. Otros establecen por encima del Derecho Positivo un Derecho Absoluto y normal
que todos los pueblos podrían adoptar, sustituyendo al suyo propio; reduciendo el Derecho a
una abstracción sin vida. Este doble escollo se evita asignando al Derecho un fin general, que
cada pueblo está llamado a realizar. El fin general del Derecho se desprende de la Ley Moral
del hombre bajo el punto de vista cristiano.
De esto surge claramente la crítica tanto al Derecho Natural del racionalismo que establecía
por encima del Derecho Positivo otro Derecho con sus mismas características, como a los
positivistas que desconociendo la dignidad de la vocación jurídica miraban el contenido del
Derecho como cosa indiferente y accidental.
Savigny concilia el fin general del Derecho desprendido de la Ley Moral (Derecho Natural)
con las realizaciones históricas de cada pueblo (Derecho Positivo).

Resurgimiento de la ciencia del derecho natural


Hay que hacer antes que nada una distinción entre el derecho natural objeto, por una parte, y
la ciencia que lo estudia, la ciencia del derecho natural, por otra.
 Derecho natural objeto: es una normatividad intrínseca en las cosas integrada por
principios y preceptos que tienen la misma permanencia que la naturaleza humana y
que informan y regulan respectivamente, en el plano de lo necesario, la vida social del
hombre y sus estructuras fundamentales.
Su reconocimiento es imprescindible para que la sociedad humana se encuentre bien
organizada y constituya un medio idóneo a través del cual alcancen su plenitud los 1
hombre en ella integrados.
 La ciencia del derecho natural: intenta descubrir el objeto del derecho natural, ponerlo
de manifiesto, estudiarlo y formularlo. Esta búsqueda no es fácil porque nuevas
situaciones requieren renovadas búsquedas.
Por otra parte, la formulación de los principios y preceptos, la traducción de la ley “no
escrita” a reglas escritas, está cargada de historicidad y puede ser más o menos fiel a la
realidad, más o menos acertada en su técnica.
Muchas veces los ataques al derecho natural son a la ciencia del derecho natural, a pesar de
que pretenden ser contra el derecho natural objeto, dirigidos contra concepciones
iusnaturalistas ingenuas y superficiales, que los convierten en críticas justificadas.

Descrédito del “Derecho Natural Racionalista” y de los “Sistemas de Derecho Natural”: como
vimos, a partir del Renacimiento y de la Reforma surge una corriente filosófica signada por el
espíritu de la modernidad. Grocio desvincula el derecho natural de su fundamento teocéntrico,
y el resultado es “la ateización radical del orden moral y jurídico”. Desde acá, se intentará
explicar en vano la existencia de una ley natural sin legislador.
Reaparece la tesis de Protágoras: “el hombre es la medida de todas las cosas”. Y la razón
humana, que reside en ese “dios terrestre” en que ha devenido el hombre, desorbitada y
desencajada, se convertirá en regla y medida de todas las cosas, incluidas las jurídicas.
De allí las pretensiones racionalistas de elaborar sistemas políticos y jurídicos pétreos y
universales, aplicables a todos los hombres de todos los tiempos.
El derecho natural racionalista se superpone y anula al derecho positivo, se convierte en
modelo a copiar, se desentiende de las circunstancias y de la historicidad propia de todo
derecho vigente.
Los “sistemas de derecho natural” cayeron en el descredito; habían convertido al derecho una
“abstracción sin vida”.

Renovación en la ciencia del derecho natural: nuestro tiempo marca una renovación en los
estudios acerca del derecho natural objeto.
Esta renovación fue estimulada por los hechos, algunos trágicos, que mostraron la
insuficiencia del positivismo para encarar y solucionar los problemas fundamentales de la
vida social y política.
El auge de la ciencia del derecho natural ha motivado múltiples formulaciones: un derecho
natural de contenido progresivo, según Renard, o de aplicaciones variadas, según Leclercq; un
derecho natural idealista según Del Vecchio; un derecho natural “político” según Dabin; un
derecho natural normativo, la “ley jurídica natural”, según Verdross; un derecho natural
objetivo, según Villey; un derecho natural denominado “orden de la Creación”, según
Brunner; un derecho natural como conjunto de reglas que revela en forma espontanea el
sentido común, según Carnelutti.

Alfred Verdross (1890-1980)


Comenzó sus estudios jurídicos dentro de la “Escuela de Viena”, fundada por Kelsen, “pero
comprendió bien pronto que la misión del jurista no puede limitarse a la determinación de los
presupuestos del conocimiento jurídico y al análisis de la validez formal de las normas del
derecho positivo; su función suprema es la que siempre ha desempeñado en la historia y
consiste en la búsqueda, más allá del derecho positivo, de los fundamentos del contenido de
los mandamientos jurídicos”.
Más allá, entonces, del estéril positivismo kelseniano, Verdross se abocó a la tarea de
encontrar y formular esos fundamentos. 1

La “ley jurídica natural”: “a la esencia del hombre pertenece vivir como miembro de una
comunidad jurídica, la que condujo desde sus orígenes, a la convicción de que existen normas
jurídicas fundamentales que no provienen del derecho positivo, sino que le preceden y se
encuentran en su base”.
Desde entonces, ese aspecto de lo jurídico es llamado “derecho natural” o “ley natural”.
Verdross considera este último término equivoco, pues desde la época de Kant, significa
asimismo ley causal, y propone una nueva denominación: ley jurídica natural.
Conciencia y sentimiento de lo jurídico: El sentimiento de la personalidad del hombre revela
una tendencia a la igualdad. En segundo término la conciencia de grupo (el hombre sabe que
es miembro de una comunidad humana), de donde fluyen la aspiración al orden y a la
seguridad y el deseo de luchar contra los enemigos interiores y exteriores de la comunidad.
El sentimiento y la conciencia de lo jurídico pertenecen a las cualidades fundamentales del
hombre, pero siendo elementos subjetivos, no permiten deducir de ellos las normas jurídicas
objetivas básicas.

Los testimonios de la etnología: encuentra en los testimonios de la etnología y de la ciencia de


la prehistoria una cierta concordancia respecto de algunos principios jurídicos fundamentales.
“diversas instituciones jurídicas reveladoras de la presencia de una cierta concepción
iusnaturalista: la monogamia, la relativa igualdad de los sexos, la patria potestad sobre los
hijos, la propiedad privada sobre el menaje de la casa y los útiles de trabajo”.
La vía de la intuición: los hombres podemos captar por intuición algunos principios jurídicos
fundamentales; pero hay algo que no puede decirnos la doctrina intuitiva de los valores y es la
naturaleza del reino en el cual existen. Se habla de un mundo del “ser ideal”, lo único que
sabemos de él es que no pertenece al mundo de lo real y que tampoco es un reino puro del
pensamiento.

El orden cósmico: tentativa de la Escuela Jónica que pretendió deducir el derecho natural del
orden cósmico.
Pero el orden cósmico se bifurca en el orden de la necesidad causal y en el orden moral y
jurídico: el hombre es un ser que está sometido al orden causal de la naturaleza, pero en
cuanto persona ética es un ente libre y responsable que si bien está obligado a vivir en
armonía con las normas morales y jurídicas, posee no obstante la posibilidad de violarlas.
El derecho natural no puede deducirse del orden causal de la naturaleza, sino exclusivamente
del orden moral y jurídico, único que se adapta a la naturaleza humana.

La esencia del hombre: Verdross trata de deducir el derecho natural de la esencia del hombre,
“si por derecho natural entendemos las normas que se acomodan a la condición biológico-
espiritual y a la naturaleza social del hombre, su esencia y su contenido dependen
necesariamente de la naturaleza humana”.
Desde esta base, toda doctrina del derecho natural se fundamentará en una concepción
antropológica.

Verdross distingue dos corrientes doctrinarias del derecho natural:


1. La doctrina teocéntrica: el hombre posee un sentido metafísico que le permite elevarse
sobre el conocimiento sensible del mundo y descubrir, por conducto de la razón, que no es un
ente originario que exista por sí, sino que ha sido creado por un ente trascendente a nuestro
mundo, de quien recibió determinadas cualidades y aptitudes.
El hombre es capaz de descubrir su creaturidad, como también reconocer que no es el único
en su especie, ya que junto a él existen otros entes que, al igual que él se encuentran 1
ordenados inmediata y directamente al ser divino; de ahí que en virtud de esa ordenación
común, nazca una comunidad que los abarca a todos. Finalmente, el hombre se da cuenta que
la naturaleza irracional está ordenada a él, ya que puede, mediante el conocimiento de las
leyes naturales, servirse de ella. De estas ordenaciones el ser se deduce la total subordinación
a Dios, el respeto entre los hombres y el derecho sobre el resto de las criaturas terrestres. El
hombre es miembro de la comunidad universal. Llega a ella a través de comunidades
menores, como la familia y el Estado.
Pero no es sólo un ser social, sino que es ante todo un ente independiente y responsable que
mediante su razón y su conciencia, está ordenado inmediatamente a Dios.
El fin de la autoridad pública es procurar aquellas condiciones sociales indispensables para
que el hombre desenvuelva su personalidad y conduzca una existencia conforme con la
dignidad que le corresponde. Cuando esto no se cumple, se genera la posibilidad de la
desobediencia del hombre.
2. La doctrina antropocéntrica: difiere de la anterior ya que considera que problema
metafísico es científicamente imposible de resolver y coincide en afirmar que la sociedad es
un medio “que permite crear las condiciones sociales necesarias para que el hombre pueda
conducir una existencia digna”.
Pero cualquiera sea el parecido, para Verdross existe una diferencia esencial, ya que el
fundamento de la filosofía del derecho tiene que ser el reconocimiento de la dignidad de la
persona humana; este fundamento adquiere un valor absoluto cuando la filosofía del derecho
descansa sobre una base metafísica, en tanto la filosofía empírica no puede sino proporcionar
una base hipotética, insuficiente para asegurar la dignidad de la persona.

Aspiración a una vida plena: se puede desprender de la organización natural de los hombres y
de sus necesidades la doctrina del derecho natural, siempre que presupongamos como valiosa
la aspiración a una vida humana plena. “La vida en sociedad es un imperativo, ya que
únicamente en ella encuentra el hombre la seguridad de la conservación, protección y
desarrollo de la vida”.
Reconocida la existencia de la sociedad, es forzoso admitir la existencia de la autoridad
política y el nacimiento de una serie de deberes de los integrantes para con la misma.

Derecho Natural Primario y Secundario


Partiendo de la base de que existe una parte inmutable y otra mudable, Verdross sostiene que
en el derecho natural debe existir una parte inmutable y otra variable, que llama derecho
natural primario y secundario respectivamente. Respecto del primero Verdross considera tres
clases de relaciones: “de los miembros entre sí, de los ciudadanos y la autoridad y de ésta con
los miembros de la comunidad”.
La ley jurídica natural debe tener su base en otros tantos principios; el primero de ellos
impone a los hombres el deber de respetarse mutuamente como personas y de no dañar a los
derechos vinculados a la naturaleza humana, o adquiridos conforme al orden jurídico de la
comunidad; este primer principio no se limita a la inviolabilidad de la vida, del cuerpo, y del
honor de las personas, sino que se extiende a la garantía de la familia y de la propiedad.
El segundo de los principios obliga a los miembros de la comunidad a obedecer los
mandamientos legítimos de la autoridad y a proporcionarle los servicios indispensables para
la subsistencia del grupo.
El tercero obliga a la autoridad pública a adoptar medidas conducentes a la realización del
bien común: el establecimiento y la conservación de la paz y del orden, la protección de los
ciudadanos y de sus bienes, el fomento de sus fines existenciales y la solución de los
conflictos de intereses. 1
Estas obligaciones persiguen un fin que permanece idéntico a través de los cambios: el
“desenvolvimiento de los valores de la persona humana, concebida como imagen de Dios.
Este núcleo humano inmutable constituye el fundamento ontológico del derecho natural”.
Respecto de la parte mudable afirma que es el derecho natural secundario que acondicionado
por las circunstancias de tiempo y lugar, se transforma necesariamente cuando desaparecen y
hacen su aparición nuevas formas de relaciones sociales. Este sector de la ley jurídica natural
adapta los principios del derecho natural primario a las diversas circunstancias.

Criticas: la elaboración de Verdross es importante y enriquecedora, sin embargo, su


perspectiva normativista le impide desarrollar el primer sentido del derecho natural: lo justo
natural. La “ley jurídica natural” es derecho natural sólo en sentido derivado.
Consideramos equivocada la caracterización del derecho natural secundario.
Es verdad que en el hombre existe una parte inmutable y una mudable, pero los preceptos del
derecho natural sólo deben referirse a la primera; la segunda pertenece al derecho positivo.
No existe un derecho natural secundario en el sentido indicado por Verdross, pero sí existen
preceptos secundarios o conclusiones próximas del derecho natural.
En síntesis, consideramos que problemas diversos requieren la aplicación de preceptos
diversos del derecho natural; que existe un derecho natural de aplicación diferenciada, y nos
parece errónea la construcción de un derecho natural secundario.

Las criticas del positivismo contemporáneo al derecho natural


El pensamiento positivista, con sus características de agnosticismo y relativismo, es tan
antiguo en el hombre como la inquietud filosófica.
Sin embargo, aunque en su larga historia tuvo periodos de considerable influencia, por lo
general vinculados al auge del escepticismo, nunca su predominio fue tan importante y
generalizado como en el siglo XIX y buena parte del XX.
La reacción de la filosofía contemporánea: el positivismo es una doctrina que abarca los
distintos ámbitos de la realidad humana y reposa en un grave error antropológico, contra el
cual ha reaccionado la filosofía de nuestro tiempo.
El hombre es algo esencialmente distinto de todos los demás seres; y lo es porque la
inteligencia y la voluntad son algo sustancialmente distinto del conocimiento sensible y de los
movimientos del instinto. El positivismo asumió la tarea de demostrar que la humanidad había
vivido en el engaño de creer en esa diferencia sustancial o de naturaleza, siendo que sólo se
trataba de una diferencia de grado. El resultado fue suscitar un tipo humano que casi le dio la
razón al positivismo”.
En nuestro tiempo, aunque con menos vigor, asistimos a un rebrote en general del
positivismo. En el campo jurídico reaparecen las viejas ideas de la sofistica.

Charles Eisenmann
El profesor de París formula su crítica al derecho natural considerando tres clases de
problemas acerca de los cuales tienen que preocuparse las ciencias jurídicas.
Problema del conocimiento de las normas de derecho positivo: según Eisenmann, “la idea del
derecho natural o del derecho ideal no tiene intervención alguna en la tarea puramente teórica
de descripción del derecho positivo”.
El hecho de que el jurista describa los ordenamientos positivos “tal como son no quiere decir
que los apruebe (al igual que el criminólogo tampoco aprueba los hechos delictuosos que
analiza y estudia)”.
Problemas de casuística o dogmática jurídica: se plantean dos situaciones:
 Cuando el legislador ha establecido normas precisas que regulan el caso planteado:
1
aquí Eisenmann niega toda intervención del derecho natural, sea en el caso del juez
que debe juzgar en forma silogística, deduciendo la solución aplicando la ley al caso,
sea en el caso de desobediencia de los obligados a observar una ley reputada injusta.
Entendemos que el silogismo constituye una simplificación forzada de la realidad
cotidiana, ya que el juez es mucho más que un autómata silogístico; el juez elige la
norma aplicable y la vincula con el caso para resolverlo; en esa función el derecho
natural le sirve de guía. Respecto de la segunda parte, nos parece lógico que un
ordenamiento positivo califique como actos ilícitos y antijurídicos a todos los intentos
de ruptura del mismo y de reforma que no sean por los canales por él establecidos.
Sin embargo, la realidad y la experiencia histórica nos demuestran que el derecho
natural juega un trascendente papel en la lucha contra la injusticia de una regulación
positiva y en la quiebra, aun por la fuerza, de esa normatividad.
 Cuando el legislador no ha establecido normas, o cuando éstas no resuelven con
precisión el caso: el juez o el jurista deberán recurrir o elementos exteriores al orden
jurídico positivo. Eisemann afirma que “entre esos elementos exteriores podrán muy
bien figurar legítimamente preceptos por él considerados como de valor ideal y que
extrae de una determinada ideología política y social”.
Esos elementos exteriores entendemos que son los principios del derecho natural, que
el juez y el jurista descubren y concretizan en su tarea enderezada a solucionar
problemas razonable y justamente.
Problemas de legislación: para encararlos, según Eisemann hay que ir más allá del derecho,
por eso afirma que “en la medida en que recaigan sobre normas fundamentales y básicas, no
podrán por definición resolverse si no es recurriendo a estos valores, doctrinas, normas o
principios de procedencia no ciertamente jurídica”.
Este reconocimiento es un progreso; niega el derecho natural, pero acepta que existen valores,
doctrinas, normas o principios que cumplen con la función que siempre se asignó a aquél.

Los hombres “puros”: el jurista es una abstracción. Lo real es el hombre, que debe hablar
como científico, pero también como filósofo.

BOLILLA 10.
El derecho natural y el derecho positivo desde los analogados del término derecho.

El hombre concreto: el punto de partida es el hombre. La antropología filosófica sirve de


basamento al derecho natural, porque es preciso saber qué es el hombre para poder en el orden
práctico, de la política, del derecho, de la economía, de la educación, del arte, de la medicina,
decir algo fundado acerca del obrar y del hacer humanos.
El hombre al que hacemos referencia es el hombre concreto, el hombre de carne y hueso, que
piensa, que quiere, goza, sufre, que lucha por la vida y por las libertades concretas.
Es el hombre que existe.

Desde Adán y Eva: ese hombre existe con características peculiares desde Adán y Eva, como
varón y como mujer.
Ese homo sapiens es capaz de entender, actuar y transformar su contorno, de descubrir los
secretos que encierra la creación, de aportar algo propio al legado de sus mayores.
Ese hombre, más allá de las particularidades de tiempo y lugar, integra la especie humana y
encuentra en cada uno de los demás hombres, al partícipe de una común naturaleza.
El hombre posee sindéresis y conciencia.
La sindéresis: concepto elaborado por la escolástica a partir de Aristóteles. Es el hábito de los 1
primeros principios prácticos de la razón natural que le permite distinguir lo bueno de lo
malo. Es un hábito al cual el hombre se encuentra naturalmente ordenado. La sindéresis
intuye las primeras máximas de la conducta moral.

La conciencia: es un acto que permite al hombre apreciar su conducta juzgándola según las
normas que son los principios y preceptos de la ley natural, conocidos por medio de la
sindéresis.
La conciencia no es la fuente del bien y del mal; es la advertencia, la percepción de una voz
que por eso se llama la voz de la conciencia.
Es acto de la razón práctica que juzga los actos humanos como buenos o malos y se traduce
en un juicio que regula las conductas futuras y examina las pretéritas.
El juicio de conciencia está ordenado a dirigir la acción, y su rectitud depende de su ajuste a la
ley natural y a la ley divina positiva, en última instancia, a la ley eterna.
La conciencia errónea: la conciencia puede errar, incluso de buena fe, y entonces será una
conciencia errónea, pero sincera, que hace que la conducta no sea pecaminosa.
Por eso es necesario formar la conciencia en orden a la verdad y al bien, preocuparse por su
rectitud. En el Evangelio se advierte respecto de las consecuencias de la deformación de la
conciencia, ojo del alma: “La lámpara del cuerpo es el ojo. Si tu ojo está sano, todo tu cuerpo
estará luminoso, pero si tu ojo está malo, todo tu cuerpo estará a oscuras”.

El libre albedrío: es la potencia de autodeterminación electiva, pertenece a la voluntad, la


que por medio de actos distintos elige y quiere.
Santo Tomás destaca la indeterminación que le permite al libre albedrio elegir: “el libre
albedrio se halla indiferente en cuanto a elegir bien o mal. Por consiguiente, es imposible que
sea un hábito. Tiene por lo tanto que ser una potencia”.
La voluntad se adhiere necesariamente al Fin último que es el Bien supremo.

La prudencia: es una virtud cardinal (intelectual) que reside en la razón práctica, regula
nuestro obrar en la esfera de lo agible y nos indica los medios que el hombre debe emplear
para conseguir los fines discriminados y promulgados normativamente por la sindéresis.

Criterios jurídicos: el legislador cuando estudia, delibera y sanciona una ley, el juez cuando
también, previa deliberación, juzga y resuelve un caso, el hombre común cuando presta su
concurso y asentimiento a una norma jurídica consuetudinaria no lo hacen por puro arbitrio,
sino que generalmente actúan en forma racional y, como escribe Carnelutti “se conforman a
una ley que encuentran en el fondo de su conciencia, o que, en otras palabras, les es sugerida
por el buen sentido y como el buen sentido sugiere también a los otros hombres de bien, ese
buen sentido es, finalmente, el sentido común” (habla de sindéresis).
Si el hombre es racional, es natural en él usar la razón. La razón “observa, valora y critica las
inclinaciones según sus finalidades. No es lo mismo la tendencia natural de los padres a
proteger y educar a sus hijos y la acción de una madre que comete un infanticidio. La razón
juzga las inclinaciones de los hombres y ve cuáles favorecen las finalidades de la estructura
humana y cuáles se oponen a ella.

Pérdida de la dignidad de la jurisprudencia: de la dignidad de la jurisprudencia, definida


por los romanos como “conocimiento de las cosas divinas y humanas, ciencia de lo justo y de
lo injusto”, cosa de prudentes, hemos caído en forma estrepitosa a una dogmática jurídica
dedicada al estudio de normas cuya esencia es la sanción como castigo, único elemento
permanente del derecho, devaluado así en cosa de alguaciles, de policías, de cárceles, de
verdugos. 1

Enfoque teocéntrico: el hombre, única criatura terrestre capaz, por medio de su razón, de
reconocer su creaturidad y su dependencia de Dios, que gobierna el universo.
Las cosas inanimadas, los vegetales, los animales y la parte inconsciente del hombre están
regidos por leyes inexorables por Él sancionadas.
Pero el hombre en su aspecto consciente tiene el poder de decidir. En la elección, en ejercicio
de la libertad psicológica, puede ajustar su conducta ene l orden religioso, moral y jurídico o
violarlo. Es responsable de su conducta y de merecer sanciones como premio o como castigo.
El hombre puede reconocer su contingencia, su precariedad, su dependencia respecto de Dios,
de quien es deudor.
Por ello al Creador le basta con que le corresponda con lo que buenamente pueda. Por la
absoluta desigualdad existente, las relaciones del hombre para con Dios, desde la perspectiva
del primero, están regidas no por la justicia, sino por la virtud de religión.

Relaciones del hombre: el ser humano observa también la existencia de otros seres que
poseen idéntica naturaleza, y a quienes está unido por un común origen y un común destino.
Característica esencial del hombre es relacionarse con otros hombres. Mediante esas
relaciones el hombre puede enriquecer su vida personal. En este campo y en su
comportamiento con los demás el hombre debe dar a cada uno lo suyo y tratar a los demás
como desea ser tratado.

A cada uno lo suyo: ¿Qué es lo suyo de cada cual? La justicia, definida como “dar a cada uno
lo suyo”; tiene un contenido significativo perfectamente inteligible y diferenciable de otros
como “sustraer a cada uno lo suyo”, “dar a cada uno lo ajeno”.
La justicia no se basta a si misma y requiere una fundamentación que está más allá de ella
misma.
Al acto prudencial de determinación de lo suyo de cada uno sigue el acto volitivo que da lo
suyo a cada uno. Es preciso ahora determinar lo suyo, el derecho, al cual se ordena el acto de
justicia.

Lo suyo natural: existe ante todo un “suyo natural”, determinado por la naturaleza. Como
escribe Llambías: “la esencia del hombre, funda el suyo primario y éste orienta el sentido de
la justicia que se le debe. El valor eminente de la persona y los valores consecutivos que
fincan en la totalidad del ser del hombre con su carácter de bienes frágiles, fundamentan un
derecho que exige una conducta de los demás proporcionada a él, adecuada a él, y no
meramente una conducta cualquiera con tal que sea igual para todos”.
El “suyo natural” es el que funda a la justicia y le concede su pleno sentido. La justicia recibe
su pleno sentido de un principio ajeno a ella.
Porque antes de que aparezca la justicia es preciso que exista el derecho, aquí lo suyo natural
determinado por los primeros principios y preceptos y las conclusiones inmediatamente
derivadas de ellos. Así, hay cosas que son suyas del hombre en virtud de la naturaleza: el
hombre es dueño de sí, está llamado a ser señor de sí mismo y su propio ser le pertenece.
La justicia sigue el derecho… la justicia da cada cual sus derechos, pero no reparte esos
derechos: este reparto corresponde en parte a la naturaleza y en parte a la sociedad humana.
Para invocar un derecho es preciso tener una razón, un titulo, que puede derivarse de la
naturaleza o de la determinación humana.
Lo suyo positivo: existe también un suyo positivo, una esfera de derecho que a cada persona
le pertenece en virtud de la ordenación de las leyes humanas. 1
La ley positiva concretiza y explicita los principios y los preceptos del derecho natural
normativo, los aplica a las variables realidades políticas y sociales, establece derechos y
deberes en todo el campo que la generalidad o el silencio del primero le atribuye, determina
sanciones como castigo o como premio; concurre así a precisar en cada caso lo que pertenece
a cada uno.

Así, como ejemplo del primer caso, el Código Penal protege el buen nombre y el honor de
una persona, que son suyos en virtud de un titulo natural, tipifica como delitos las calumnias e
injurias, establece penas y concede al agraviado acciones para querellar al ofensor, que son
suyas en virtud de un titulo positivo.
Como ejemplo del segundo caso, las ordenanzas municipales ordenan y reglamentan el
transito por las calles de la ciudad e imponen sanciones a los infractores: todo esto genera
títulos positivos.

“Siendo el hombre persona, es un ser dueño de sí y, en consecuencia, no cabe un poder que


domine omnímodamente a la persona… el poder se justifica como función y necesidad social;
fuera del orden de los fines naturales del hombre, no hay poder, sino prepotencia, violencia
o… delincuencia del poder.”

Tratar a los demás como deseamos ser tratados: respecto del principio de reciprocidad,
debemos tratar a los demás como deseamos ser tratados. ¿Y si quiero que se me trate mal?
El principio de reciprocidad puede tener alguna excepción, pero se aplica en la generalidad de
los casos para los cuales están dictadas las leyes, destinadas a hombres que puedan
entenderlas, que sean imputables, que si cometen un delito sean capaces de comprender la
criminalidad de su acto y merecedores de pena.
O sea que el derecho normativo se dirige tanto a su aspecto preventivo cuanto sancionador a
gente normal, que no quiere que se le trate mal, que se la mate, robe, insulte o castigue si es
inocente.

Sociedad y autoridad: de la inclinación natural-racional que posee el hombre a vincularse


con sus semejantes y de su necesidad de complementación nace la sociedad.
Esa inclinación constituye una potencia que se actualiza en forma gradual a través del
matrimonio, la familia, otros grupos infrapolíticos profesionales, educativos, culturales,
extendiéndose geográficamente a través del municipio, la provincia, la región, la Nación y la
comunidad internacional.
Toda sociedad requiere para subsistir de una autoridad que mantenga la cohesión del grupo, lo
ordene en pos de sus fines en la faz interior y lo represente en la actividad exterior. La
existencia de la autoridad es una exigencia natural, como lo es también su poder de legislar y
de castigar.
Derechos de la autoridad: la autoridad tiene derecho a exigir de los miembros todo lo
necesario para el bien común.
El individuo debe a la sociedad, personificada por la autoridad, todo lo que se precisa para su
existencia, para la constitución y buen funcionamiento de sus órganos y para la defensa del
organismo social.
Si es gobernante, está obligado al prudente y fiel cumplimiento de sus funciones; si es
gobernado, a obedecer las leyes y las ordenes justas de la autoridad.
Esto, en el plano natural. En su tarea complementaria, el derecho positivo determinará en qué
forma y por qué medios debe saldar el individuo su deuda con la sociedad (impuestos, tasas, 1
servicios, participación en las funciones públicas, etc.).
Entrará a jugar la justicia legal que se dirigirá al individuo para exigirle que quiera y dé en el
caso concreto lo debido a la sociedad.
Deberes de la autoridad: pero también la sociedad, representada por la autoridad, tiene
deberes, y muy importantes porque en definitiva, la sociedad es para los individuos y no al
revés.
La sociedad debe hacer participar a todos sus miembros del bien común y en sus partes
susceptibles de reparto, distribuirlas en proporción al mérito, la dignidad y las necesidades.

Lo suyo de los miembros: el integrante de la sociedad le exige lo que le es debido como suyo
en su calidad de miembro, al reclamarle su justa participación en los bienes sociales. Así, la
sociedad deberá colocar a los mejores, a los más dignos e idóneos, que además sean honestos
y probos, en los cargos y funciones públicas y distribuir entre los miembros bienes, premios,
honores, subsidios de acuerdo con la dignidad, preminencia y necesidades de las personas. El
mismo criterio deberá observarse en la distribución de las cargas.
El derecho positivo vendrá a concretar y adaptar los principios del derecho natural normativo.

El derecho concreto: el derecho concreto de una comunidad política requiere la presencia del
derecho natural y del derecho positivo para solucionar adecuadamente los problemas
planteados por la vida jurídica.
El orden jurídico completo, se integra con elementos del derecho natural y del derecho
positivo, en sus tres acepciones principales: justo natural, ley jurídica natural o derecho
natural normativo, poder jurídico natural o derecho subjetivo natural, por una parte; y por la
otra, justo positivo, ley positiva, humana o temporal y poder jurídico positivo.
Cada una de las partes del orden jurídico es incompleta, y sólo unida a la otra puede cumplir
su misión.
El derecho natural es fundamento, directriz, normatividad, y debe estar presente para regular
lo permanente; el derecho positivo es concreción, determinación, posibilidad de coacción, por
lo tanto, es también necesario, exigido por la naturaleza, o sea que es natural su presencia en
el ordenamiento jurídico total de una sociedad.

Fundamento natural o fundamento artificial: el derecho natural es fundamento natural del


ordenamiento jurídico positivo.
El orden nuevo del mundo debe levantarse sobre el inconcuso y firme fundamento del
derecho natural y de la revelación divina.
Un fundamento artificial.
No importa que las leyes se dicten en orden al bien común, que es participable, que no es un
bien ajeno a los particulares, sino su mejor bien personal, o que en virtud de la “razón de
Estado” se elimine a treinta millones de personas, cosa que hizo el stalinismo. Todo se hará en
nombre del “derecho”, legitimadas las órdenes por concordar con la norma fundamental
positiva, y ésta con la norma básica hipotética.
Fundamento natural o fundamento artificial. Consecuente con su naturaleza racional, busca el
hombre la verdadera fuente de validez de las normas, o inventa su fundamento arbitrario
capaz de cobijar y “legitimar” cualquier cosa.

Las directrices: es misión del derecho natural establecer los principios directivos, los que
deberá tener en cuenta el derecho positivo para arbitrar las soluciones adecuadas a los
problemas concretos.
De acuerdo con las inclinaciones del hombre, el primero establece el derecho de asociación.
El segundo, atendiendo al bien común concreto, reglamentará los tipos de asociación, las 1
formalidades y requisitos para su constitución, su régimen jurídico, los mecanismos de
control, etc.
Otras veces la ley positiva puede limitar conductas permitidas por el derecho natural y
establecer exigencias: la necesidad del pasaporte para viajar, o incluso prohibir los viajes por
causa de enfermedades infecciosas. Lo que no puede es derogar el derecho de circular o
viajar.

Derecho positivo y positivismo: derecho positivo no es sinónimo de positivismo, ni


patrimonio de esa corriente del pensamiento jurídico. Ésta niega o se desinteresa del derecho
natural. El derecho positivo se funda en el derecho natural, no sólo en cuanto al respetar y
conformare a sus preceptos, por enraizados éstos en la naturaleza humana social, sino en
cuanto la positividad es una exigencia del derecho natural. Éste reclama concreción y
determinación, positividad, tanto como ésta exige principios inmutables que le den validez y
fuerza moral.

Caracteres del derecho natural normativo


La universalidad: el derecho natural normativo o la ley natural jurídica se inserta y obliga a
todos los hombres de todos los tiempos, porque los fines e inclinaciones naturales no
cambian.
“Son absolutamente universales los preceptos originarios; en cambio los preceptos
subsiguientes sólo son relativamente universales, ya que dependen de la situación histórica”.
La inmutabilidad: el derecho natural normativo, en la medida en que se deriva de la naturaleza
humana, participa de su invariabilidad.
Sin embargo, los cambios históricos de situaciones pueden sustituir el criterio aplicable.
El carácter indeleble: no puede ser borrado de la mente y el corazón humano, pero esto se
reduce al núcleo fundamental conocido por connaturalidad.
Pero fuera de este ámbito cabe el error en los hombres y en los pueblos; en nuestra época es
común el embotamiento de la mente, la decadencia del sentido moral, el oscurecimiento o la
ceguera respecto de preceptos importante, con lo cual se instaura la confusión.
Un ejemplo actual es el del terrorismo disfrazado con argumentos religiosos que esconden los
peores crímenes.
La unidad: todos los preceptos son concreción del primer principio: hacer el bien; en tanto el
primer principio, evitar el mal, contiene todos los preceptos negativos. Honrar a los padres,
respetar la vida del prójimo, pagar un salario justo se incluyen en el primero; no fornicar, no
levantar falso testimonio, no hurtar, se incluyen en el segundo.
La promulgación: la promulgación es necesaria y si el derecho natural normativo es derecho,
no puede carecer de este requisito, ya que a través de ella el hombre se entera del contenido de
sus disposiciones.
La promulgación se efectúa en la mente y el corazón de los hombres.

La sanción natural del derecho natural: existe como premio y como castigo y alcanza
inexorablemente a las sociedades humanas.
Los hombres vivirán felices (hasta donde pueden serlo) en tanto se sometan al derecho natural
normativo. Negado éste se plantean trágicas circunstancias, ante las cuales, a la larga o a la
corta, las sociedades si quieren subsistir tienen que volver a sus carriles naturales. El
“retorno” será a veces disfrazado con manifestaciones equivocas.
“No seguir la ley natural es introducir automáticamente un real factor de perturbación social.
El fraude y el engaño provocan la desintegración social, el divorcio debilita la familia…”. 1
Un buen ejemplo es el comunismo, que toma por asalto el poder de Rusia en 1917 y abomina
de la familia, la propiedad privada y la herencia.

Ejemplo. Comunismo:
La familia y el matrimonio de hecho: Revolución Rusa. Los entusiastas revolucionarios
declararon el amor libre denunciando a la familia como una rémora de la época burguesa. “El
matrimonio indisoluble es un abuso; es la tiranía del hombre que ha convertido en propiedad
la posesión de la mujer…”.
Como consecuencia de esto se implantó el matrimonio y el divorcio de hecho, aconsejándose
su registro como mero dato estadístico.
Consecuencias: en el año 1928 se calculaba que existían ocho millones de chicos
abandonados. Una encuesta realizada en 1935 señala que el 90% de los delincuentes juveniles
provenían de este sector de la niñez. Pero esto no solo sucedía en la URSS. Otra encuesta de
la misma época afirmaba que en 20 años el divorcio había dejado sin padres en los EEUU a
un millón y medio de niños.
La situación en la URSS era cada vez más grave. El desorden social producido por la
aplicación a la realidad de graves errores ideológicos parecía desbordar a la dictadura del
proletariado.
El retorno al orden natural: no hubo más remedio que el retorno, aunque parcial y a disgusto,
al orden natural. En 1936 se implanta el casamiento formal y el divorcio judicial. Se declara al
amor libre una supervivencia burguesa y se afirma que la familia comunista debe ser sólida y
estable.
Es una contradicción, pero ésta está ínsita en la filosofía marxista.
Era difícil divorciarse. Para lograrlo, desde 1944 se debía pasar por un tribunal de
conciliación, en el cual las reconciliaciones inducidas eran numerosas, y si esa instancia
fracasaba, un nuevo tribunal podría conceder el divorcio.
No había divorcio por mutuo consentimiento. También existía una sanción social y hasta
política para los divorciados: al divorcio se le daba publicidad y era muy oneroso el trámite.
El Estado postulaba como modelo a la familia sólida, estable y numerosa.
Parecía que el comunismo había aprendido.
Sin embargo, la fuerza de una ideología perversa continuó revolviéndose contra el orden
natural, u a la hora de su estrepitosa caída, Gorbachov hizo su balance respecto de los
resultados, de un sistema enemigo de la familia.
La propiedad: en la euforia revolucionaria de los primeros años, se desconoce en la URSS
toda propiedad excepto la estatal. Los sueños de Rousseau están cumplidos, “los frutos son de
todos y la tierra no es de nadie”.
Pero este periodo es breve ya que en 1921 el gobierno se encuentra obligado a cambiar el
sistema y a inaugurar el periodo de la nueva política económica (NEP). Las causas fueron la
desorganización económica y social, el hambre y las sublevaciones de campesinos.
La NEP reconoce la propiedad e iniciativa privadas en la industria, el comercio y la
agricultura. Se restablece la economía. Pero esto amenaza al régimen, ya que gracias a la
propiedad el hombre se independiza en lo material, y esta independencia posibilita el
desarrollo de ciertas libertades; en cambio, cuando no hay propiedad privada, el asalariado es
esclavo del Estado en el interior mismo de su fábrica.
Colectivización: en 1928 mediante otras medidas, se ordena la abolición de las economías
campesinas y de las propiedades particulares en la industria y el comercio; se planifica la
colectivización agrícola.
En 1933, las estadísticas muestran un descenso vertiginoso de la producción campesina.
La propiedad personal: en 1936 se trata de remediar la situación admitiendo un nuevo tipo de
propiedad: la personal. Ésta se ejerce sobre el beneficio del trabajo y los ahorros, ampara la 1
adquisición de una vivienda y permite el desarrollo de una economía domestica auxiliar, la
que se labora en los tiempos libres y cuya producción supera en muchos rubros.
El tira y afloja entre la ideología en el poder y el orden natural continuó hasta la caída del
comunismo.
La máxima sanción fue el estallido de la URSS y la declinación del comunismo en muchos
países de Europa Oriental, por más que en algunos retornan antiguos jerarcas con diversas
máscaras democráticas.

El suicidio demográfico: en nuestros días, muchos países en especial en Europa, han olvidado
que el matrimonio está ordenado a la procreación. Esta verdad de orden natural está ratificada
por el mandato bíblico. Pero esos países también quieren manejarse como si Dios no existiese
o no se ocupase de las cosas humanas.
La sanción del derecho natural ha comenzado a operar. Una pirámide poblacional invertida
dificulta el mantenimiento de los sectores pasivos, que crecen debido al progreso de la
medicina, y amenaza la supervivencia de esos países, que si no rectifican a tiempo el rumbo,
desaparecerán.
“Dios perdona, el hombre olvida, la naturaleza no perdona ni olvida”.

BOLILLA 11. Lo justo natural y la ley jurídica natural como fundamentos de los
derecho naturales subjetivos. El orden del universo y el desorden de las sociedades
humanas.

Los analogados del derecho: los tres analogados principales del término derecho: lo justo, la
norma y el poder.
El derecho natural existe en los tres analogados como lo 1. justo natural, como 2. derecho
natural normativo y como 3. poder jurídico natural.

Lo justo natural: es lo justo en sí, como una especie de lo bueno en sí. Lo justo en sí es aquel
cuyo titulo y cuya medida procede de la naturaleza, del ser mismo del hombre y no de una
determinación humana.
Como el derecho entendido como lo justo se traduce en conducta, existen entonces conductas
naturalmente justas y conductas naturalmente injustas.

Conductas naturalmente justas e injustas, ejemplos: algunas conductas jurídicas son debidas a
otro que posee un titulo por su misma naturaleza. Si la persona es ontológicamente dueña de
sí, si es inocente, su vida, su integridad física, su integridad moral, su libertad de desplazarse
le pertenece, son naturalmente suyas.
El asesinato, las lesiones, la calumnia, e secuestro, son naturalmente injustas, constituyen
conductas injustas en sí, son antijurídicas, aunque no existiera ninguna norma humana que las
incriminara.
En cambio, el respeto a la vida, a la integridad física y moral, a la libertad de desplazarse son
conductas omisivas naturalmente justas y debidas.

La naturaleza: criterio para el legislador: “deseos, emociones, elementos subjetivos, vanos


sustitutos, cuando la explicación es clara, límpida, diáfana, según el orden natural:
objetivamente la vida que se pierde con el homicidio vale más que los bienes materiales que
se pierden con el robo. El ser vale más que el tener. Esto, que lo entienden todos los
legisladores cuando legislan bien, cuando los gobierna el buen sentido y no la ideología, no
lo entiende el positivismo”, Kelsen. 1

El derecho natural normativo: es una ley objetiva, una parte de la ley natural es, en
definitiva, el aspecto jurídico de nuestra participación como criaturas racionales en la ley
eterna. Es esa ley común, conforme a la naturaleza, aludida por Aristóteles en la Retórica. En
virtud de ella existen algunas normas jurídicas que no provienen de un legislador humano.
Se encuentra siempre en el derecho positivo.

Dos tipos de normas en el derecho positivo: las que son accidentalmente positivas y las que
son esencialmente positivas. En el primer caso, el legislador humano confiere por su sanción
sólo positividad formal a una norma no positiva, no puesta por fuente humana, una norma
propia del derecho natural. En el segundo caso existe positividad formal y material, porque el
contenido es determinado por el legislador humano.
La justificación racional de las normas humanas: las normas positivas humanas deben
justificarse racionalmente, y pueden hacerlo cuando de algún modo, sea por vía de
conclusión, en el primer caso señalado, o por determinación, en el segundo, se derivan del
derecho natural normativo.
La ley humana que no se deriva del derecho natural normativo por alguna de las dos vías
señaladas, es injusta. Genera violencia y prepotencia.
Las normas injustas tienen efectos jurídicos: abren el camino a la objeción de conciencia, a la
desobediencia civil, a la resistencia pasiva, y en algunos casos a la resistencia activa y a la
revolución.

El poder jurídico natural: se verá el tema de los derechos subjetivos naturales o


fundamentales, llamados muchas veces derechos humanos o derechos del hombre.
Algunos poderes jurídicos o derechos subjetivos son naturales y pertenecen a los hombres y a
sus sociedades, aun cuando no exista una norma positiva humana que los reconozca, e incluso
aunque existiere una ley humana que los niegue o desconozca.
Ningún legislador humano tiene discrecionalidad para afirmar o negar ciertos poderes
jurídicos o derechos subjetivos, porque, en primer lugar, existe lo justo en sí; en segundo
lugar, el legislador lo reconoce; y en tercer lugar, sanciona las normas jurídicas que establecen
los poderes jurídicos necesarios para satisfacerlos.
Los poderes jurídicos, que abarcan las potestades, los derechos subjetivos y las facultades,
pueden volverse injustos, porque su legitimidad depende de la subordinación a las normas y al
derecho como lo justo.
Por ejemplo, la patria potestad se puede volver injusta por su ejercicio cuando los padres
desnaturalizados en lugar de servir al bien de la prole, se aprovechan de ella y la corrompen.
Otro ejemplo, respecto de una facultad justa, como donar o testar, se vuelve injusta cuando
perjudica al cónyuge, a los hijos o a los padres.

Como derivados del derecho natural normativo se encuentran los poderes o derechos naturales
subjetivos. Éstos requieren dos condiciones:
1. Un fundamento trascendente que se encuentra en la ley eterna, porque la persona humana,
creada a imagen y semejanza de Dios, “lleva en su naturaleza inscripta una ordenación
obligatoria al bien común universal que es Dios y al bien común de la sociedad… este
débito esencial y primero de la persona, esta obligación primaria, es fuente de todos los
derechos humanos.
2. La unión de los derecho con los deberes, porque la mejor forma de asegurar los derechos
es comenzar por insistir en la observancia de los deberes correlativos, ya que, “los
verdaderos derechos del hombre, son, sobre todo, ejercicio de sus deberes: tiene derecho a
la vida, porque tiene el deber de vivir; tiene derecho a la libertad porque tiene el deber de 1
mantenerse libre, es decir, dueño de sus propios actos, una vez que ya ha alcanzado el
desarrollo “natural” que le permite actuar con responsabilidad, es decir, como un hombre.
Sin duda tiene también derechos que derivan del ejercicio de un deber de otros; tiene
derecho a la alimentación y a la educación, porque su nacimiento no depende de él, sino
de los que lo han procreado, los cuales, tienen responsabilidad del hecho y las
obligaciones relacionadas con las consecuencias”.

El encuadre en la Pacem in Terris: encíclica del Papa Juan XXIII. Según él, la paz en la
tierra es “la suprema aspiración” de los hombres; pero ella necesita para alcanzarse el
cumplimiento de una condición, ya que “no puede establecerse ni consolidarse si no se respeta
fielmente el orden establecido por Dios”.
Luego destaca el orden maravilloso que impera en los “seres vivos y en las fuerzas de la
naturaleza”, el orden del universo, el cual contrasta con el desorden que reina entre los
individuos y entre los pueblos.
¿Cuál es la causa de este contraste? Es “el error de pensar que las relaciones de individuos con
sus respectivas comunidades políticas pueden regularse por las mismas leyes que rigen las
fuerzas y elementos irracionales del universo, siendo así que tales leyes son de otro género y
hay que buscarlas solamente allí donde las ha grabado el Creador de todo, esto es, en la
naturaleza del hombre”.

Comentarios: ante todo, la paz absoluta, perpetua, es y será una aspiración, un anhelo, un
deseo; nunca una realidad. Por eso San Agustín señalaba que la guerra era un mal cierto, y la
paz un bien incierto.
¿Por qué la paz absoluta es una utopía? Porque para su logro los hombres y los pueblos deben
respetar fielmente, íntegramente, el orden establecido por Dios, expresado a través de la ley
natural. Eso nunca se ha hecho ni se hará por la existencia del pecado; del original y de los de
todos los hombres.
Ése es el motivo por el cual lo más que se puede lograr en forma efectiva es aumentar las
“dosis” de paz y disminuir las de guerra, litigio, discordia, conflicto.
Para esto se deberá tener una actitud constructora de la paz, la cual no debemos confundir con
la de los pacifistas, los cuales no dejan de alimentar al cocodrilo “con la esperanza de ser
comidos los últimos”.
Un poco más delante de la encíclica del Papa Juan XXIII aparece una clara referencia a los
deberes asociados a los derechos y al fundamento de ambos: “los derechos naturales están
unidos en el hombre que los posee con otros tantos deberes, y unos y otros tienen en la ley
natural que los confiere o los impone, su origen, mantenimiento y vigor indestructible”.
Y como la ley natural es la participación del hombre en la ley eterna, ésta constituye el
fundamento último, trascendente, de los derechos y deberes naturales.

Del derecho subjetivo al subjetivismo: de la primacía del derecho natural objetivo, de lo


justo natural, en primer lugar, y de la ley jurídica natural, su causa formal extrínseca,
ejemplar, pasamos a la primacía del derecho subjetivo, un derecho del individuo vinculado a
una hipótesis individualista, la del estado de naturaleza pre-social, que sustituye a la realidad
del hombre concreto, social y político por naturaleza.
Este individualismo pierde de vista la situación real del hombre, que vive en comunidades y
sociedades, gracias a las cuales puede actualizar sus potencias mediante su participación en
bienes comunes posibles y concretos.
En este clima subjetivista, individualista y racionalista, con las pretensiones universalistas de
la modernidad, germinan diversas declaraciones de derechos, como la de la Revolución 1
Francesa en 1789, o la de las Naciones Unidas en el siglo XX.
Éstas responden a una ideología que nos conduce al peligro de la desintegración jurídica, de la
pulverización del orden jurídico en un amontonamiento de poderes jurídicos desorbitados.
Para no caer en esa desintegración, para no desarticular al Estado de derecho en un Estado de
derechos subjetivos, consideramos importante cambiar la terminología y hablar de derechos
naturales o derechos subjetivos fundamentales de la criatura humana (así, logramos eliminar
del tema los supuestos derechos zoológicos y del resto de realidades infrahumanas; y
reconocer el primer vínculo ontológico del hombre que lo religa como criatura al Creador, lo
cual permite fundar con solidez los derechos naturales de la criatura humana).

Como afirma Havel, ex presidente de la República Checa, “…los derechos, las libertades y la
dignidad del hombre hunden sus raíces más profundas fuera del mundo terrenal… estas
nociones sólo poseen un significado al telón de fondo del infinito y de la eternidad… el
verdadero valor de nuestros actos, concuerdan o no con nuestra conciencia –la embajadora de
la eternidad ante nuestra alma-, es sometido a un examen final en algún lugar que no podemos
ver… porque el Estado es hechura del hombre, pero la humanidad fue creada por Dios”.
Las criaturas humanas somos sujetos y no objetos manipulados por los poderosos de este
mundo; y tenemos una idéntica naturaleza que se concreta en personas, todas distintas,
desiguales, llamadas a la hermandad bajo la protección del Padre común.

Derechos de la criatura humana y bien común: los derechos naturales de la criatura


humana se concretan y determinan en el seno de la comunidad política, ajustados a un
peculiar bien común, concreto y posible.
Santo Tomás señala los elementos que integran el concepto y que constituyen deberes
primordiales de la gestión gubernativa:
1. Instaurar a la multitud en la unidad de la paz;
2. Inducirla al bien obrar, mediante la palabra y el ejemplo;
3. Lograr una suficiencia de bienes materiales.
Consideramos que los derechos naturales de la criatura humana habría que exponerlos a partir
de las primeras inclinaciones naturales, que según Santo Tomás son paralelas a los primeros
preceptos de la ley natural, todos derivados del principio supremo: se debe hacer el bien y
evitar el mal. Esas inclinaciones no constituyen la ley, porque ésta es una ordenación racional
de esas inclinaciones en orden al fin natural del hombre.

Derechos fundados en la inclinación a conservar el ser


Derechos vinculados con el orden de la sustancialidad; derechos que se concretizan en
compañía de deberes, porque el hombre nace deudor, con deuda insaldable hacia Dios y hacia
la patria. Y con un deber primario: respetar los derechos de los demás.
Surge el derecho a la permanencia del ser, que comprende el derecho a la vida física de todo
hombre inocente. Biblia: “no quitarás la vida al inocente ni al justo”.

Relatividad del “no matar”: no es un imperativo absoluto, ya que un hombre puede ejercer el
derecho natural de legítima defensa contra una agresión violenta y arbitraria y matar al injusto
agresor; también la autoridad legítima puede condenar a muerte a un delincuente sin violar el
derecho natural. Lo que está prohibido es matar injustamente a otro.
El tema de la legítima defensa tiene por desgracia entre nosotros cada vez más actualidad,
debido a la deserción de un Estado que no protege al hombre común y del recrudecimiento de
la delincuencia.
Ante la inseguridad creciente en la calle y en el transporte, en el trabajo y en la casa, en la
ciudad, en los suburbios y en el campo, la respuesta del gobierno de entonces era la antítesis 1
de la señalada por el sentido común. Por un lado se seguían agravando las causas al reducirse
el espacio religioso en la vida pública y al ser objeto de los valores sagrados de burla y de
mofa; al vaciar a la moral de sus contenidos en nombre de una ética declamatoria y vacía; al
aflojar los lazos sociales básicos, en especial en la familia y en la escuela, haciendo odiosa la
autoridad de los padres y educadores; al crecer la miseria y la marginalidad. Por otro, tampoco
se actuaba sobre los efectos, porque en lugar de aumentarlas se disminuían las penas.

Violaciones contemporáneas del derecho a la vida humana

Homicidio y homicidios enmascarados: el derecho a la vida está unido al deber de conservarla


y de respetarla en los demás.
El primer crimen contra la vida ajena es el homicidio, violación del derecho a la vida de los
demás. Por el homicidio se mata a otro hombre, por propia decisión, no mediando legítima
defensa.
La vida de otro no nos pertenece. Santo Tomás dice: “se puede considerar a un hombre de dos
modos: en sí mismo y en comparación a otro. Considerando al hombre en sí mismo, no es
lícito quitar la vida a nadie, puesto que en todo hombre, aun pecador, debemos amar la
naturaleza, que Dios ha hecho y que la muerte destruye. La occisión del pecador sólo se hace
lícita en atención al bien común, que se destruye por el pecado; mientras que la vida de los
justos es conservadora y promovedora del bien común, ya que ellos son la parte más elegida
de la multitud. Por esta razón, de ningún modo es lícito matar al inocente”.

En nuestros días, y a la luz de estos derechos y deberes correlativos en orden a sí mismo y al


prójimo, surgen las múltiples violaciones que se agregan al homicidio y que a veces se
enmascaran como derechos humanos.
Hoy son frecuentes los homicidios vinculados con otros delitos que lo agravan, en especial el
secuestro, el robo, la violación.

El suicidio: es contrario a este derecho natural ya que viola el correlativo deber primario de
conservación. El suicidio contradice la primera inclinación natural, ya que como enseña Santo
Tomás de Aquino, “pertenecen a la ley natural todos los preceptos que contribuyen a
conservar la vida del hombre y a evitar sus obstáculos”.
Hoy el Papa se encuentra empeñado en una lucha desigual a favor de la vida humana. El
suicidio destruye esa vida, y el “Nuevo Catecismo” de la Iglesia Católica le dedica algunos
parágrafos:
 Cada cual es responsable de su vida delante de Dios que se la ha dado, Él sigue siendo
su soberano Dueño… somos administradores y no propietarios de la vida que Dios nos
ha confiado. No disponemos de ella.
 El suicidio contradice la inclinación natural del ser humano a conservar y perpetuar su
vida… ofende… al amor al prójimo porque rompe injustamente los lazos de
solidaridad con las sociedades familiar, nacional y humana con las cuales estamos
obligados…
 Si se comete con intención de servir de ejemplo… el suicidio adquiere además la
gravedad del escandalo.
 “…trastornos psíquicos graves, la angustia... pueden disminuir la responsabilidad del
suicida”, y podríamos agregar las amenazas, presiones, el acosamiento.
 “No se debe desesperar de la salvación eterna de aquellas personas que se han dado
1
muerte. Dios puede haberles facilitado por caminos que Él solo conoce la ocasión de
un arrepentimiento salvador”.

El aborto: es violatorio de este derecho con dos agravantes:


1. La víctima es absolutamente inocente y totalmente indefensa.
2. Los que lo provocan son por lo general los padres, los primeros obligados a velar por
la vida y la salud de sus hijos.
También es importante el tema de la responsabilidad social y política. El poder político debe
velar por la “suficiencia de bienes materiales” y establecer las condiciones morales, sociales y
económicas necesarias para que las familias puedan recibir, atender y educar a sus hijos, lo
cual asegurará la permanencia de la Nación, a través del recambio de las generaciones.

La eutanasia: es el homicidio del cual son víctimas seres deformes, dolientes, ancianos,
enfermos terminales, lo cual, lejos de constituir una liberación para los que sufren, es una
muestra del egoísmo de los demás.
La eutanasia es un capitulo de una filosofía perversa. “…El modelo holandés tal vez sea una
referencia para esas sociedades que han perdido el rumbo”. ¿Cuáles son las notas salientes del
modelo? “La droga está permitida, también la eutanasia, la prostitución y el matrimonio entre
homosexuales”.
Parten los defensores de la eutanasia de una filosofía hedonista, que olvida los deberes más
elementales de justicia, de solidaridad y a veces de gratitud. Todo esto en el plano natural, el
cual es coronado por los deberes de caridad en el orden sobrenatural.

El duelo: se opone al derecho a la vida. En su versión “caballeresca” es generalmente un


medio apto para ventilar sin riesgo ofensas personales y, a veces, cubrir delitos e
inmoralidades; así que la vida corre poco riesgo en estas “justas”.
En su versión criolla, más espontanea y peligrosa, subordina la razón y el derecho a la
voluntad del más fuerte o del más hábil. El hombre se animaliza; la lucha y el desenlace nos
recuerda el predominio que impone el león en la floresta.

La pena de muerte: la pena de muerte aplicada por autoridad pública, previo juicio político y
como último recurso por crímenes gravísimos, es lícita por derecho natural, lo cual no quiere
decir que sea necesaria, pues la tasación de las penas corresponde al derecho positivo. El
delincuente no es inocente sino culpable, y como señala Santo Tomás “es lícito matar al
malhechor en cuanto se ordena a la salud de toda la sociedad y corresponde sólo a aquel a
quien está confiado el cuidado de su conservación”.
El delincuente “se despojó de su derecho a la vida”: “el poder público tiene la facultad de
privar de la vida al delincuente sentenciado en expiación de su delito después que éste se
despojó de su derecho a la vida”.

El derecho a la vida virtuosa y a la esperanza sobrenatural: el derecho a la existencia es a


la vida virtuosa, a la ordenación a los bienes comunes inmanentes y, en última instancia, a
Dios, Bien común trascendente.
Esta ordenación requiere reconocer el derecho a la esperanza sobrenatural, reivindicado por
Tomás Casares: “un ordenamiento jurídico desentendido de la esperanza cierta en un destino
de beatitud eterna, que es la que da sentido a la existencia temporal y que no ponga, con el
orden de sus instituciones, condiciones temporales de un vivir iluminado, sostenido y
levantado por la Esperanza sobrenatural, no le hace al hombre plena justicia, ni le da la
plenitud de su derecho”. 1
Este derecho nos ubica en lo temporal, y nos protege a la vez de la presunción y de la
desesperación, dos extremos igualmente lamentables que simbolizan a una sociedad sin
esperanza.
La presunción tiene que ver con lo que San Juan llamó “la soberbia de la vida”; la soberbia es
el primer pecado capital y su forma más acabada es el ateísmo.
Los hombres poderosos política, social, económicamente, quienes poseen inteligencia,
juventud, belleza, salud, poder, fortuna, reconocimiento social, y a veces todo esto junto, que
es lo más peligroso, pueden creerse suficientes, autónomos, desligados de Dios, a quien no
necesitan. La esperanza es la menor de las virtudes teologales, pero, pese a ello, tiene una
fuerza que arrastra a las otras dos; sin embargo, hoy es una virtud que pareciera no interesar a
un hombre contemporáneo, que sobre todo si es afortunado, tiene muchas cosas que llenan o
parecen llenar la vida terrena.
Buscamos saciarnos con tantos bienes de consumo, perseguimos el bienestar económico como
única garantía para una verdadera calidad de vida; nos preocupamos de manera
“espasmódica” de la salud del cuerpo, como si pudiésemos alcanzar aquí la inmortalidad.
La desesperación tiene tremendas consecuencias prácticas, señaladas por Santo Tomás: “la
esperanza nos aparta del mal y nos introduce en la senda del bien; perdida la esperanza, los
hombres se lanzan desesperadamente a los vicios y se retraen de las buenas obras”.

El derecho a la integridad física: estrechamente vinculado con el derecho a la vida. Este


derecho hoy en Argentina se viola en forma paradigmática, en el caso de secuestros
extorsivos, cuando se le amputa un dedo al rehén para enviárselo a los familiares.
Este derecho aparece único a los deberes de conservar la propia integridad y de respetar la de
los demás. Por ello, atentará contra este derecho toda amputación innecesaria y todo vicio que
conduzca a una disminución de las aptitudes corporales. Todo esto se vincula con la dignidad
del cuerpo, que no es la “cárcel del alma”, sino la vía de manifestación del alma espiritual.

Derecho a un decoroso nivel de vida: para conservar la vida física y espiritual es necesario
el sustento, y aparece la necesidad de satisfacer las necesidades primordiales: alimentación,
vestido y vivienda. Así, surgen derechos al trabajo, a la retribución, a la propiedad y deberes
correlativos a trabar y a usar rectamente de las cosas.
Derecho a un decoroso nivel de vida y deber de vivir decorosamente, trabajando con
honradez.
Toda la tradición cristiana considera fundamental este derecho.

Derecho a la integridad moral: es un derecho vinculado al patrimonio espiritual y asentado


sobre la base de la dignidad personal. Aparecen los conceptos de fama, el buen nombre, el
honor, la reputación.
Se define a la fama como “la justa apreciación de nuestra dignidad y de nuestros méritos por
los demás”. La fama comparte con el honor su carácter social; el honor manifiesta virtud, y
hacer honor es reconocer virtud. En la vida social cada hombre tiene derecho natural a la fama
y al honor y a exigir “de los demás ser tratado con aquella estima y respeto con las que se
trata a todas las gentes honestas de su clase y condición, mientras no haya destruido con
hechos indignos y públicos esa base de estimación común”.
Aquí aparece, el deber correlativo. Al derecho natural al honor y a la fama se contrapone el
deber de los demás de respetarlos. Pero para poder exigir ese respeto debemos obrar
virtuosamente.
Derechos vinculados con el orden económico: el trabajo: el derecho a trabajar se vincula
con el derecho a un decoroso nivel de vida, ya que para lograrlo es indispensable que la 1
sociedad política establezca las condiciones para que sus integrantes puedan trabajar en
condiciones dignas y actividades honestas y fecundas.
Juan XXIII afirma que “el hombre tiene derecho natural a que se le posibilite la posibilidad de
trabajar y a la libre iniciativa en el desempeño de su trabajo”.
El trabajo que ennoblece a la materia no puede degradar al operario; por eso existe el derecho
de exigir “condiciones de trabajo que no debiliten las energías del cuerpo, ni comprometan la
integridad moral, ni dañen el normal desarrollo de la juventud”.
La jornada laboral debe ser limitada y hacer posible el descanso, la recreación, la formación
humana y la vida espiritual.
La ley humana dará concretidad a esas exigencias, reglamentando el horario de trabajo, el
descanso semanal, las vacaciones, las licencias por enfermedad, etc.
Salario: para mantener un decoroso nivel de vida, el hombre tiene derecho a un salario justo,
adecuado a su prestación y a su capacidad, que le permite vivir dignamente con su familia.
Deben tenerse en cuenta cuatro elementos para su determinación:
 Su papel en la empresa y el aporte efectivo a la producción.
 Su situación familiar.
 La situación de la empresa.
 La situación de la economía nacional.

Derechos fundados en la inclinación a conservar la especie


El hombre tiene el derecho a decidir su propio estado civil, como respuesta al llamado de su
vocación. Respecto del matrimonio tiene la libertad de contraerlo o de no contraerlo, si elige
el celibato, el sacerdocio o la vida religiosa. También es libre de contraerlo con quienquiera
que tenga aptitud nupcial.
Una vez efectuada la doble elección, el hombre y la mujer ingresan en una estructura objetiva
que forma parte del orden natural y que ellos no inventan.

El matrimonio y la familia: Portalis define al matrimonio como la “sociedad del hombre y la


mujer que se unen para perpetuar la especie, para ayudarse por la mutua asistencia a llevar el
peso de la vida y para compartir su común destino”.
Del matrimonio surge la familia, y en ella, como escribe Aristóteles, “los padres comunican a
sus hijos tres cosas: el ser, el alimento y la disciplina”.
Ahora bien, “el hijo no puede ser instruido ni educado por sus padres si no tuviera ciertos y
determinados padres, lo cual, a su vez, no se daría si un varón determinado no tuviera
obligación a vivir con una mujer determinada de modo estable y permanente”.
Padres ciertos, matrimonio estable, ésa es la razón de las disposiciones que recordamos de
antiguos códigos como el de Hammurabi.
El matrimonio y la familia regidos por el orden natural: ya en la antigüedad griega se
consideraba justo el honrar a los padres e injustos el incesto y el adulterio.
En Roma, Ulpiano, pone como ejemplo el derecho natural a la unión del macho y la hembra
(matrimonio) y su consecuencia, la procreación y educación de los hijos.
Rufino, más adelante, aclara el texto de Ulpiano, “la unión de sexos es de derecho natural,
más no de cualquier manera, sino tal conviene a la especie humana, de tal suerte que sea de
uno con una sola y para siempre”. Ya los romanos, de la misma manera, hablan de una unión
para toda la vida.
¿Por qué el matrimonio debe ser así y no algo efímero? Porque es la base de la familia. El
matrimonio, por su naturaleza, está ordenado al cumplimiento de determinados fines que debe
perseguir para lograr su plenitud: procreación, educación de la prole, ayuda mutua. Los dos
últimos fines se extienden a toda la vida, ya que un padre que no sea degenerado siempre
tendrá solicitud por sus hijos, y la ayuda mutua se precisa más cuanto más se avanza en edad. 1

Regímenes contrarios al orden natural: los fines primarios del matrimonio no se pueden
obtener en un régimen de poliandria, unión de varios hombres con una mujer, porque ésta
impide la certeza de la prole, generalmente la procreación y, como consecuencia, la educación
de hijos ciertos.
Por su parte, la poligamia y la disolubilidad “no impiden completamente el fin primario del
matrimonio, pero lo hacen más difícil de conseguir y además impiden el fin secundario que es
la paz, fidelidad y armonía entre los cónyuges”.
También la simple fornicación se opone al derecho natural, sea ocasional o con cierta
asiduidad, en las relaciones hoy denominadas de “pareja”, muy difundidas entre personas
incapaces de comprometerse, nueva denominación que abarca, entre otras, al llamado
“concubinato”, el cual no garantiza el logro de ningún fin a largo plazo.
“Pareja” es un término equívoco y muy amplio, que encubre diversas asociaciones: de cosas,
de animales, noviazgo, matrimonio, concubinato, adulterio, uniones homosexuales, uniones
bestiales.
Incluso hace poco la Asociación Argentina de Swingers, promotora del intercambio de
parejas, solicitó su personería jurídica; su objetivo es “la promoción del estilo de vida
swinger, una propuesta alternativa en materia sexual y cultural en la estructura matrimonial y
de parejas”. Rechazada la solicitud, recurrió a la justicia. El fallo de la Cámara Civil confirmó
la negativa, considerando que la actividad (intercambio de parejas) es inmoral, contrario a las
buenas costumbres y violatoria de la fidelidad que los miembros de un matrimonio se deben
entre sí.
Pensar que hasta 1995 el adulterio en Argentina estaba tipificado como delito y ahora esta
actividad es invocada como un derecho.
Pero entre nosotros, hoy todo es posible. Tal vez los Swingers sigan el camino de la
Comunidad Homosexual Argentina y obtengan su reconocimiento también como entidad de
bien común, a pesar de su contribución al mal común.
En conclusión: todas las uniones sexuales que se gestan fuera del matrimonio monogámico e
indisoluble impiden o estorban el cumplimiento de sus fines y son contrarias al derecho
natural.

Derechos y deberes en la familia: institucionalizada la familia, surgen derechos y obligaciones


naturales entre sus miembros.
El deber de fidelidad y el derecho de reclamarla, el derecho de procrear por medios naturales
y el deber de no evitar los hijos, el deber de ayuda y el derecho a ella; los derechos y
obligaciones derivados de la autoridad marital, que se justifica por el servicio y que hoy son
cuestionados por el igualitarismo contemporáneo, ciego a la necesidad de que alguien sea el
último responsable en la gestión familiar.
Con respecto a los hijos nacen los poderes y deberes englobados en la patria potestad,
referidos a su crianza, cuidado y educación. Los hijos tienen derecho a que sus padres se
ocupen de ellos y la que los eduquen con la palabra, pero sobre todo con el ejemplo. La
sociedad política deberá facilitar a los padres el ejercicio de sus derechos y la observancia de
sus deberes en situaciones normales e intervenir para solucionar los problemas causados por
muerte, abandono, locura o degeneración de los progenitores.
Incluso en estos tiempos de epidemia divorcista es necesario reivindicar el derecho de los
hijos de matrimonios anteriores a ser mantenidos.
La educación: en consonancia con el derecho a la esperanza sobrenatural, no puede estar
ausente la dimensión religiosa, que apunta al Último Fin, que da sentido a la vida. Se 1
distinguen dos situaciones:
1. Una sociedad pluralista: “la convivencia pacífica y respetuosa de todos los grupos
humanos… no significa que deba adoptar el neutralismo filosófico y religioso en la
escuela, ya que ello equivaldría a imponer arbitrariamente a los alumnos una visión
agnóstica y evasiva del mundo, y a impedirles dar un sentido unitario y armónico a sus
conocimientos.
2. Una sociedad prevalentemente católica: el proyecto educativo del Estado (Dentro del
respeto debido a los alumnos que sean de otra fe o creencia y de sus familias) ha de
ofrecer un sistema educativo y cultural que no esté en contradicción con la fe católica
sino que por el contrario, se inspire en ella.

Derechos derivados de la inclinación del hombre hacia los bienes conforme a su


naturaleza de ser racional:
1. Derecho a la búsqueda de la verdad: buscar la verdad, evitar la ignorancia, es la
tarea más noble del ser humano, quien a partir del conocimiento sensible que lo pone
en relación con la realidad del mundo, puede, gracias al esfuerzo de su razón y de su
inteligencia, elevarse hasta el conocimiento de Dios, que es Verdad absoluta y Sumo
Bien.
2. Los derechos de libertad, de enseñanza, de prensa, de asociación, de trabajo, etc.:
deben ejercerse dentro de los límites del orden moral y del bien común. El hombre es
libre de una imposición externa que lo fuerce a obrar contra los dictados de su razón,
que lo desvíe de las metas perseguidas por su voluntad. Es libre para desarrollar sus
potencialidades y alcanzar su perfección. Libre para buscar la verdad y obrar el bien.
Los derechos de libertad son relativos, limitados. La libertad sólo tiene sentido dentro
del orden, la jerarquía y la disciplina. Libertad de manifestarse, piquetes, violencia:
existe la libertad de peticionar a las autoridades y de manifestarse y reunirse en forma
pública, pero como toda libertad civilizada, política, debe ejercerse en los límites del
orden y bien común.
3. Derecho a la adoración de Dios: se refiere al derecho de poder venerar a Dios, según
la recta norma de su conciencia y profesar la religión en privado y en público”. Santo
Tomás: “existe en el hombre la tendencia natural a conocer las verdades divinas”.
4. Derecho a la continuidad: derivado de la racionalidad humana aparece este derecho.
El hombre es capaz de tradición y de invención; de heredar saberes y de agregar algo
al patrimonio heredado. La tradición es una herencia viva que el hombre recibe en el
seno de su familia y de su patria; porque su naturaleza humana no es abstracta ni
desnuda, sino concreta, la cual se desenvuelve en un clima, en un contorno, forjado
por los antepasados. Por eso existe el derecho a la herencia, correlativo al deber de
fidelidad.
5. El derecho a la memoria histórica: se vincula con el derecho anterior. “El beneficio
de la historia, la memoria y el patrimonio no debe ser un privilegio, sino un derecho,
que debe ser reivindicado para toda la población, sin excluir a los sectores de menores
recursos que son los que más necesitan de la dignificación de la memoria y del sentido
de pertenencia”.
6. El derecho a cultivar la propia personalidad: el hombre tiene derecho a cultivar; a
desarrollar su propia personalidad, y está obligado a ser fiel a sí mismo, contra las
amenazas cotidianas que intenta masificarlo o vaciarlo y convertirlo en un robot
manejado desde fuera por estímulos externos.
7. Derecho al acceso a los bienes de la cultura: el hombre tiene el derecho y el deber
de alimentar su alma cultivando los bienes del espíritu. Gracias a la vida social, recibe 1
esos bienes que constituyen el patrimonio y las tradiciones de su pueblo y que
enriquecen la cultura de la humanidad.

Derechos derivados de la inclinación a la sociabilidad y a la politicidad (a vivir en


sociedad)
Aquí encontramos los derechos de reunión y de asociación, en pos de bienes comunes
parciales; y el derecho a la cooperación a través del cual se concreta la ayuda y se manifiesta
la solidaridad y la subsidiariedad.
Juan XXIII: “de la intrínseca sociabilidad de los seres humanos se deriva el derecho de
reunión y asociación, como el derecho de dar a las asociaciones la estructura conveniente para
obtener sus objetivos y el derecho de libre iniciativa dentro de ellos bajo la propia iniciativa y
responsabilidad…necesidad insustituible de la creación de asociaciones y entidades
intermedias para alcanzar los bienes que los particulares solos no pueden alcanzar; necesarias
para asegurar la dignidad y libertad de la persona humana asegurando así su responsabilidad”.
Actualización gradual de las potencias sociales: las potencias sociales del hombre se
actualizan en forma gradual desde las sociedades menores o grupos infrapolíticos situados
entre el hombre y el Estado. Estos grupos pueden tener carácter natural y necesario, como la
familia, o voluntario y contingente, como un club deportivo. Su influencia social es enorme.
Las familias, asociaciones religiosas, culturales y deportivas, los sindicatos y las
corporaciones científicas y profesionales son vitales para el desarrollo de la comunidad.
A través de ellos, el hombre obtiene bienes que no puede conseguir aislado.
Soledad del hombre y del Estado: el absolutismo y el individualismo rompieron las
estructuras orgánicas de la sociedad, transformada en un amontonamiento de hombres
desligados; el resultado fue que quedaron sólo dos sujetos: el individuo indefenso y aislado
por una parte; por otra, el Estado, convertido en un enemigo que lo acecha y amenaza, un
Estado sin sociedad, divorciado de ella; a veces opresor, otras indiferente.
Ante esta situación se declaran los “derechos del hombre y del ciudadano”, que defenderían al
individuo solitario, reemplazando a los grupos intermedios protectores.
Los grupos infrapolíticos y las unidades políticas menores: municipio, provincia, región,
salvaguardan el desarrollo de las libertades concretas, amplían la esfera de decisión y
responsabilidad personal y hacen posible el ejercicio de especificas competencias.

El principio de subsidiariedad: principio clave en toda construcción social y política conforme


al derecho natural. Según este principio, toda persona o grupo menor debe tener libertad y
posibilidades de realizar todo aquello que sea capaz en la órbita de su competencia para lograr
sus fines, y el grupo mayor debe facilitar esa tarea estableciendo las condiciones que hagan
posible realizarla.
¿Cuándo interviene el grupo mayor? En caso de imposibilidad, mal desempeño o
insuficiencia. Así, si la familia no existe, la sociedad política debe ocuparse de la crianza o
educación de los huérfanos mediante orfelinatos o a través de la adopción; si los padres son
unos criminales que corrompen a los hijos, deberá intervenir la sociedad política y privarlos
de la patria potestad; por último, en los casos normales compete a los padres educar a los
hijos, pero en ciertos aspectos, como cada familia no puede transformarse en un colegio, otros
grupos educativos, el Estado y la Iglesia intervienen subsidiariamente.
La primacía del bien común: el principio de subsidiariedad debe subordinarse al principio del
bien común, fin de la sociedad política. Ambos principios pertenecen al orden natural y son
negados por el Estado totalitario.
Una sociedad vigorosa: Brunner sostiene que es aquella que se estructura según el orden de la
Creación, y en ella “al Estado le quedan tan sólo aquellas tareas para las cuales los otros 1
grupos son demasiado pequeños, y aquellas otras tareas que surgen por virtud de la defectuosa
voluntad y de las tendencias perturbadoras, antisociales y anárquicas que existen en el
hombre. La importancia del Estado crece en proporción al crecimiento del mal y de los
factores de perturbación”.
El Estado avanza por debilidad y retroceso de los grupos sociales intermedios. “Cuanto mayor
es el fracaso de las familias y de las pequeñas comunidades, tanto mayor es el volumen de las
cosas que el Estado tiene que hacer”.
Un Estado coordinador: afirmar que el Estado debe ser respetuoso de las autonomías, fueros,
competencias, libertades concretas y derechos de las personas, grupos, municipios, provincias
y regiones no significa que no deba existir o disimular su presencia, sino que debe actuar
“dentro de su medida”, que no debe extender su burocracia, que no debe ahogar la iniciativa y
responsabilidad de las personas y de los grupos menores. También significa que debe ser
eficaz en su búsqueda del bien común y que el grado de su intervención en la enseñanza, en la
cultura, en la salud, en la economía, etc., depende de las circunstancias.
Desde esta perspectiva subsidiaria el Estado podrá ocuparse de la coordinación e integración
de los esfuerzos sociales, de resolver las diferencias entre los grupos, de fijar las líneas
políticas, internas y externas.

Derechos y deberes de los poderes públicos: el Estado, representado por la autoridad política,
tiene derechos naturales en lo interno y en lo externo. En lo interno, ya que justifica su
existencia mediante una tarea constructora del bien común político, es lógico que posea todos
los derechos cuyo ejercicio sea necesario para el logro de ese objetivo. Esos derechos los
ejerce respecto de los particulares. El bien común constituye una exigencia sobre los
particulares regida por la justicia legal.; en virtud de ella, la autoridad tiene derecho estricto a
exigir a los individuos y a los grupos infrapolíticos todo lo necesario para la promoción del
bien común; por empezar, la obediencia a las leyes y ordenes legitimas.

El ajuste al bien común: en toda sociedad política ordenada, los individuos y los grupos deben
estar “ajustados” al bien común. la autoridad pública debe conquistar la “arquía” y tiene el
derecho a obrar contra los enemigos del orden, incluso terroristas, guerrilleros y piqueteros,
mediante la fuerza jurídica, que debe ser objetiva, imparcial y limitada. Así tiene:
 Derecho a monopolizar la fuerza física en fuerzas armadas y de seguridad organizadas,
para resistir ataques exteriores y acabar con las subversiones y los desórdenes
interiores, para que los gobernados puedan vivir en orden, con paz y seguridad.
 Derecho a legislar, sancionando leyes justas que obligaran en conciencia y
estableciendo premios y castigos. (derecho que tiene la autoridad de administrar
justicia y el deber de hacerlo a través de una justicia independiente).
 Derecho de intervenir en el ámbito económico. Si se produce la deserción política en
este ámbito, el Estado aparece como una sociedad anónima más, ocupada en sus
negocios particulares, va perdiendo su carácter público.

Los hombres sólo a través de la sociedad pueden alcanzar su plenitud, pero también pueden
naufragar en ella, pueden ser absorbidos por el colectivismo y la masificación cuando olvidan
que la sociedad es un medio que les permite alcanzar un fin que se encuentra más allá de ella.
La autoridad debe servir al crecimiento y desarrollo de los miembros de la sociedad, pero si
en lugar de facilitar la vida buena de sus integrantes la estorba y dificulta, si en lugar de
estimular la práctica de las virtudes sociales fomenta los vicios, se tiñe de ilegitimidad por el
mal ejercicio del poder.
Además, a través de la justicia distributiva, la autoridad no sólo debe repartir cargas sino
también dignidades, cargos, bienes materiales, de acuerdo con los títulos que tienen los 1
particulares como miembros.

Los derechos de los Estados: en lo externo también los Estados tienen derechos
fundamentales, y Juan XXIII los señala: “…derecho a la existencia, al propio desarrollo, a los
medios para lograrlo, a la buena reputación y a los debidos honores”.
En forma paralela al orden de los hombres, también los Estados tienen derecho a la existencia,
lo que implica el deber de los demás de respetar su integridad territorial y el del propio Estado
en resguardarla; al propio crecimiento, ya que los Estados tienen el deber del desarrollo
cultural, político, social y económico, y a la buena reputación, paralelo al derecho de los
individuos a la integridad moral.
Los derechos de los Estados, al igual que los de los hombres, no son absolutos.
El principio de “no intervención”: un Estado injusto no puede pretender ser respetado en su
injusticia por los demás y por lo tanto, no puede admitirse en sentido absoluto, el llamado
principio de “no intervención”… el cual es equivalente a aquel principio que en el orden
interior, en las relaciones entre Estado e individuo, prohíbe la revolución y la resistencia a la
autoridad.
Las relaciones internacionales: las comunidades políticas son unas respecto de otras sujetos de
derechos y deberes, y sus relaciones, “deben ser reguladas por la verdad, la justicia, la
solidaridad y la libertad”. Es necesario destacar la exigencia de la solidaridad, en un mundo en
el cual el abismo entre los países que viven la opulencia y los que sufren la miseria se ahonda
cada vez más.
El bien común internacional: la existencia de relaciones entre las comunidades políticas lleva
a tocar el tema del orden internacional, el cual se dinamiza por su finalidad, el bien común
internacional, y se funda en la existencia de Estados particulares, “los que por dignidad de
naturaleza son iguales entre sí”, aunque sean desiguales en todo lo demás.
La existencia del orden internacional, última posibilidad terrena de actualizar las potencias
sociales del hombre, nos lleva a considerar el problema de la existencia de una autoridad
internacional.
Hoy, esa autoridad surgiría de la imposición de los más fuertes, los que tienen derecho de veto
en las Naciones Unidas, organización que, como escribe Pereña, “las más de las veces se ha
convertido en instrumento de hegemonía de las grandes potencias; ha sido incapaz de detener
la agresión cuando ha tratado de oponerse a los intereses de los grandes, se ha deshecho en
verbalismo y protestas ambiguas para convertirse en una tribuna internacional de propaganda
y demagogia”.
En las circunstancias actuales, los mejores medios para perseguir el bien común internacional
son el incremento de las relaciones y de la solidaridad entre países de raigambre cultural
común; el ejercicio descentralizado de la autoridad universal a través de las autoridades
nacionales que sepan defender la identidad de sus países e impedir que éstos se sumerjan en
un mundialismo anónimo; el respeto a la justicia, que asegure la reciprocidad de los cambios
en la esfera internacional; y, finalmente, el espíritu cristiano que se encarna en nuestra
tradición.
Además debemos asumir la defensa en el orden de la “projimidad” del hombre concreto, de la
familia y de la Nación histórica, de las tradiciones que nos protegen contra la erosión del
tiempo y de la patria.

BOLILLA 12

Derecho Público y Privado


El derecho es como un árbol, tiene ramas principales que son el derecho público y el derecho
privado, y luego, además, tiene otras ramificaciones dentro de ellas. Es un tema propio de la 1
ciencia del derecho que aparece en Roma. Ulpiano utiliza el criterio de la utilidad para
distinguirlo. El derecho público se ocupa de la “res publica, romana”, del interés y la cosa
publica (que no pertenece a nadie en particular porque pertenece a todos y para todos).
El derecho privado esta dirigido al interés de los particulares.
Este criterio no sirve ya que generalmente lo que interesa a los particulares interesa también al
estado. El criterio de Kelsen dice que estamos ante una norma del derecho público cuando no
participa directamente en la elaboración del contenido de la norma y viceversa. Por ejemplo,
la elaboración de una norma impositiva es tarea de los diputados. Este criterio tampoco sirve
porque hay normas de derecho público donde las partes participan de la elaboración de sus
contenidos, como en la elaboración de un tratado internacional.
Hay otra teoría que se refiere a las relaciones: en el derecho público son de subordinación y en
derecho privado son de coordinación. Pero tampoco sirve, en el derecho privado también se
dan relaciones de subordinación,
La mejor teoría fue la de Da Cuña, que dice que la división depende del modo en el que
intervenga el estado. Si interviene de manera interpretativa o ejerciendo sus potestades,
hablamos de derecho público; pero el estado puede intervenir sin imperio, entonces son
relaciones de derecho privado, como cuando el estado alquila una propiedad.

Ramas del derecho

1. Derecho Público:
 Derecho externo: Derecho Internacional Público; Derecho Público Eclesiástico.
 Derecho interno: Derecho Político; Derecho Constitucional; Derecho
Administrativo; Derecho Penal; Derecho Procesal Penal y Administrativo;
Derecho de Minería.
2. Derecho Privado: Derecho Civil, Derecho Comercial, Derecho de Navegación, Derecho
Aeronáutico, Derecho Agrario y de Recursos Naturales, Derecho Laboral, Derecho
Procesal Civil, Comercial y Laboral.

Derecho Internacional Público: El Derecho Internacional Público se ocupa de los problemas


del orbe.
San Isidoro de Sevilla sostiene que el derecho de gentes es aquel que esta en vigor en todos
los pueblos, acentuando así la perspectiva internacionalista del derecho de gentes.
Francisco de Vitoria, fundador de este derecho, plasma su doctrina en las respuestas a una
cuestión concreta: el descubrimiento de América. Allí aparecen situaciones inéditas, que
hacen necesaria una regulación jurídica. Por otro lado, esta temática del derecho de gentes es
estimulada por otra realidad: la reforma religiosa que quiebra la unidad de la cristiandad y
genera la necesidad de buscar un ambiente donde poder dialogar con los no cristianos.
El derecho internacional público posee dos grandes capítulos: La Guerra y La Paz.
San Agustín dijo: “la paz es un bien incierto y la guerra un mal cierto”
La guerra tiene relevancia jurídica porque es obra de los hombres (y por ello también social).
Este fenómeno humano debe estar sujeto al derecho, pero no solo las guerras entre diferentes
países sino también las internas. Según Francisco de Vitoria la guerra debe tener limites. La
paz: Juan XXIII en la encíclica “Pacem in Terris” escribió: “la paz en la Tierra, profunda
aspiración de los hombres de todos los tiempos, no se puede establecer ni asegurar si no se
guarda íntegramente el orden establecido por Dios”. Para salvaguardar la paz es necesaria una
mutua colaboración: los hombres deben vivir los unos con los otros y procurar los unos el
bien de los demás, y deben reconocerse y respetarse los derechos y deberes mutuos, en virtud
de decisiones personales y no en fuerza de imposiciones. La paz no es sólo ausencia de
guerra, sino que se construye día a día en la instauración del orden querido por Dios. 1
Con el derecho se trata de aumentar las dosis de Paz y disminuir los conflictos.
Derecho Público Eclesiástico: el derecho público eclesiástico regula las relaciones entre los
Estados y la Iglesia. En general, los Estados, afirmados en su soberanía, reivindican el
derecho a regir unilateralmente, dentro de la esfera de la competencia, sus relaciones con la
Iglesia, sin perjuicio de la celebración de tratados o acuerdos. Entre nosotros, ha sido criterio
constante de todos los gobiernos patrios el considerarse investidos (como sucesores de los
monarcas españoles) del llamado “derecho de patronato”, o sea la facultad de proponer a la
Santa Sede los candidatos para los altos cargos eclesiásticos, y del “pase regio”, que es la
facultad de subordinar a su propia aprobación la obligatoriedad de las resoluciones de la
autoridad eclesiástica. Tal situaciones se modifico en 1966, por un acuerdo suscrito entre
nuestro gobierno y la Santa Sede, por el que se reconoce el derecho del Vaticano para designar
los arzobispos y obispos (salvo objeción expresa del gobierno argentino), así como el de
publicar directamente en la republica las disposiciones relativas al gobierno de la iglesia.
Derecho Político: el derecho público interno, comienza con el derecho político (que hoy tiene
otra denominación incorrecta e impuesta por ciertos politólogos de “ciencia política”. La
diferencia entre Derecho político y Ciencia política se plantea al estudiar las dimensiones
jurídicas de la política.
Político califica todo lo relativo al estado, a la “cosa publica”. El derecho político estudia el
Estado, configuración accidental de la sociedad política, y las formas políticas de gobierno.
El primero que reflexiona sobre la política es Platón. En un principio asegura que las leyes no
son necesarias. Sostiene que el régimen de la política debe basarse en la competencia, por eso
el mejor gobierno para él es el de los filósofos y los sabios. Asimismo, divide a la sociedad
política en tres estamentos sociales, cada uno de los cuales tiene una virtud particular para
mantener la armonía:
 Magistrados: prudencia.
 Guerreros: fortaleza.
 Productores: templanza.
El régimen de la politeia es el régimen justo. Platón busca encontrar una armonía que sea la
base de la solidaridad entre los estamentos: por ello los estamentos con poder no tenían
riquezas, y viceversa. Esto era así para que los magistrados y guerreros se ocuparan solo por
el bien común y no se interesaran por los intereses privados; mientras que los artesanos y
productores se ocupaban de las cosas económicas. Vemos entonces, como la economía estaba
subordinada a la política. Sin embargo, también en la politeia se daba la corrupción, porque
todo lo humano es corruptible, a través de la timocracia, gobierno de los militares. Según
Platón, los militares no deben gobernar porque no están educados para la paz sino para la
guerra. A pesar de esto, en este tipo de gobierno timocrático todavía se conserva cierto orden
y cierta disciplina.
Cuando el hombre timocrático se vincula con los ricos alumbra otro régimen: la oligarquía,
que es el gobierno de unos pocos, donde el titulo para gobernar es el dinero. Este régimen
produce la partición de la sociedad, ya que los ricos acaparan el poder político y económico, y
como desaparece el bien común la autoridad solo gobierna para conseguir algunos bienes
particulares. De esta forma es se rompe todo vinculo de solidaridad con los pobres,
marginados de esta sociedad. Esta concentración de la riqueza dentro de la polis no puede
subsistir demasiado ya que aparecen muchos intereses contrapuestos.
Al romperse la concordia que aseguran los bienes comunes se reemplaza la oligarquía por la
democracia. La democracia platónica es un caos: cada uno hace lo que quiere y es competente
para cualquier cosa. Es una antítesis de la politeia, porque no se tiene en cuenta para nada la
idoneidad de los sujetos que desempeñan los distintos cargos existentes. Esto conduce al
desorden total. 1
No obstante, en este caos aparece un hombre, un caudillo que promete orden y seguridad. Los
caudillos generalmente son personas que ocultan la figura ominosa del tirano. De este modo
llegamos al régimen de la tiranía. Según Platón, el tirano es el hombre más injusto y más
infeliz porque esta rodeado de malas personas y no puede gozar de la verdadera amistad y
libertad. Luego de su fracaso político, Platón se da cuenta que las leyes son indispensables y
escribe una nueva clasificación de los gobiernos donde el eje de distinción entre el buen y mal
gobierno, son las leyes.
Aristóteles, por su parte, distingue seis regímenes de gobierno distintos, según si el ejercicio
de la autoridad esté encaminado al bien común político o a bienes particulares:
Formas puras de gobierno
 Monarquía: gobierno de uno solo, con leyes.
 Aristocracia: gobierno de pocos, con leyes.
 Democracia: gobierno de muchos, con leyes.
Formas impuras de gobierno
 tiranía: gobierno de uno solo, sin leyes.
 oligarquía: gobierno de pocos, sin leyes.
 Demagogia: gobierno de muchos, sin leyes.
Santo Tomas, en “El régimen de los Príncipes”, señala los tres grandes capítulos del bien
común:
 Instruir a la comunidad en la unidad de la paz. El gobernante debe tratar de desterrar la
discordia y establecer la concordia, una amistad fundada en los comunes intereses.
 Inducir a la multitud a la vida virtuosa, al buen obrar, a través de la palabra y sobre
todo a través del ejemplo.
 Bienestar material: no es la existencia de muchos bienes materiales, sino su adecuada
distribución.
En lo que respecta a la democracia, el Papa Pío XII, en su encíclica “Benignitas et
Humanitas” ha establecido las condiciones necesarias para que se establezca una democracia
sana:
 Debe basarse en los inmutables principios de la ley natural y de las verdades
reveladas.
 Debe estar aceptada al momento presente, debe recoger la actual actitud política
de los pueblos y acomodar a esta su nueva arquitectura. La actual actitud política de
los pueblos se opone a toda clase de dictadura y desea controlar con eficacia los
poderes públicos para garantizar con seguridad el mantenimiento de la paz.
 El ciudadano: debe tener el derecho al dialogo con el gobierno, que tiene dos
facetas: el derecho de manifestación del propio parecer, y el derecho de hacerse
escuchar por el gobernante; debe tener la posibilidad de capacitarse para ese dialogo.
El dialogo y la capacitación son comprobantes del grado de salud y equilibrio político
de una democracia.
 Una democracia sana supone un pueblo autentico cuyos ciudadanos tengan plena
conciencia política y estén capacitados para el ejercicio de sus derechos políticos.
 El gobernante debe estar sometido al orden moral, debe estar investido del poder
de mandar con autoridad verdadera y eficaz y debe estar capacitado intelectual y
técnicamente.
Derecho Constitucional: se encarga de las formas políticas, de declarar ciertos derechos, de
establecer ciertas garantías, de fundamentar criterios de derecho positivo y de organizar los
poderes del Estado.
El Papa león XII se refiere a dos tipos de derecho constitucional:
1
 Derecho Constitucional Católico, o Tradicional: afirma que es necesario que la
comunidad política tenga la existencia de una autoridad, que es causa eficiente (aquello de lo
cual proviene) principal de la sociedad porque mueve al todo en orden al bien común. La
autoridad surge de la naturaleza y por lo tanto de Dios, autor de esa Naturaleza. Esta autoridad
tiene el derecho de mandar, que no esta vinculado a una u otra forma de gobierno, siempre y
cuando el gobernante utilice este poder en provecho de los gobernados. Así, el estado debe
obrar conforme a Dios (fuente de todo poder), que distribuyo el poder en dos: eclesiástico y
civil, que sin confundirse deben colaborar y regir a una misma comunidad.
 Derecho Constitucional Moderno o Revolucionario: comienzan con ciertas tendencias
que aparecen en el siglo XVI, cuyo principio supremo era que todos los hombres son iguales
en la vida práctica al igual que en su naturaleza especifica. Este principio deja de lado la
realidad, ya que entre los hombres hay diferencias de todo tipo: sexual, de inteligencia, de
educación, de cultura, etc. Además para que exista la sociedad es necesario que haya
diferencias, al igual que autoridad.
Derecho Administrativo: es una rama del derecho constitucional. El derecho administrativo se
refiere a la administración y a los servicios públicos. El Poder Ejecutivo es el que ejerce la
administración general del país, que se ordena al servicio público. A su vez, los servicios
públicos se pueden prestar en forma directa (servicios estatales) o por un régimen de concesión o
licitación (servicios privados).
Derecho Penal: es el derecho que se ocupa del delito, de la pena y del delincuente. Derecho
penal en sentido estricto es la rama del ordenamiento jurídico que contiene las normas impuestas
bajo amenaza de sanción. El derecho penal tiene la tarea de precisar cuales son las acciones
prohibidas que resultan merecedoras de pena. Su objeto son los actos ilícitos del hombre. Mas
precisamente el derecho penal es la ciencia que estudia el delito como fenómeno jurídico y el
delincuente como sujeto activo y, por tanto, las relaciones que derivan del delito como violación
del orden jurídico y de la pena como reintegración de ese orden. El la disciplina que amenaza por
el temor al castigo a través de la tipificación de los delitos que están descriptos en el código
penal. La pena es el medio adecuado para la expiación del delito cometido y para la reeducación
y resocialización del delincuente.
Derecho Procesal Penal y Administrativo: se acostumbra a definir este derecho como el que se
refiere a la organización de la Justicia y la sustancialización de los juicios. En un sentido
semejante se sostiene que el derecho procesal es el que regula la actividad jurisdiccional del
Estado para la aplicación de las leyes de fondo y su estudio comprende la organización del poder
judicial, la determinación de la competencia de los funcionarios que lo integran y la actuación
del juez y de las partes en la sustancialización del proceso. Proceso en sentido general es la
actividad desplegada por los órganos del Estado en la creación y aplicación de normas jurídicas
generales o individuales; por el contrario, en sentido estricto designa la aplicación de las normas
generales en los casos individuales concretos. La actividad desplegada por los órganos del
Estado implica siempre dos tipos de normas:
 Normas procesales orgánicas: son aquéllas que establecen el órgano, quién va a aplicar las
leyes.
 Normas procedimentales: son aquellas que establecen los actos sucesivos y las formas que
debe cumplimentar el órgano para el establecimiento o la aplicación valida del derecho;
cómo se van a aplicar las normas. El derecho procesal comprende ambos tipos de normas.
Derecho de Minería: el valor de los productos mineros y las circunstancias propias de su
explotación han hecho que las minas sean consideradas como cosas sui generis (con
particularidades propias distintas del resto), denominándose derecho minero, la rama del derecho
originada en atención a dichas condiciones técnicas y económicas. El derecho de minería es, por
lo tanto, sintéticamente, la rama del derecho que se refiere a las condiciones de explotación y
aprovechamiento de minerales. 1
Derecho Civil: el derecho civil es el que rige al hombre como tal, sin consideración de sus
actividades o profesiones peculiares; que regula sus relaciones con sus semejantes, y con el
Estado, cuando éste actúa en su carácter de simple persona jurídica y en tanto esas relaciones
tengan por objeto satisfacer necesidades de carácter genéricamente humanas. (Borda).
Esto quiere decir que el ámbito que le es propio se proyecta desde la concepción de la criatura
hasta la muerte, y aun mas allá, las consecuencias posteriores derivadas de este hecho jurídico. O
sea, toma al hombre desde que es hasta que deja de serlo y todo lo que directa o indirectamente
se relacione con él. No obstante, lo comprende en lo específicamente humano de sus relaciones,
dejando de lado las que por su especialidad, preparación, profesión y objeto especial de su
contenido entran en una esfera de competencia que no es la común de todo hombre.
Puede sostenerse, por tanto, que atiende al hombre en sí mismo; sus relaciones familiares; sus
vinculaciones civiles en su carácter genérico obligacional; sus relaciones con los objetos o cosas;
la muerte y sus efectos posteriores (sucesión). Todas estas cuestiones son propias y comunes a
todos los hombres, al margen de sus empresas o preparaciones peculiares.
Derecho Comercial: nace del derecho civil. Es un derecho profesional porque se refiere a una
cierta categoría de personas: comerciantes y las cosas muebles (de las inmuebles se ocupa el
derecho civil). Comerciante es aquel individuo que realiza por cuenta propia actos de comercio
haciendo de ello su profesión habitual. El derecho comercial puede definirse como “la rama del
derecho privado sustancial nacional desprendida del tronco del derecho civil en virtud de las
modalidades especificas adoptadas por el comercio y la industria en una economía capitalista.
Derecho de Navegación, y Derecho Aeronáutico: según Ambrosini: "es la rama del derecho
que estudia la calificación y la regulación jurídica de todos los factores esenciales de la actividad
aviatoria, o sea: el ambiente en que ella se organiza y desenvuelve (espacio situado arriba de la
superficie terrestre, y esa parte de la superficie específicamente destinada a esa actividad, que se
suele denominar infraestructura); el medio o vehículo con que tal actividad se pone en acto
(avión o maquina volante, de cualquier especie que sea); el personal especializado que sirve para
su conducción, y mas genéricamente para su preparación y uso (gente del aire); así como todas
las relaciones jurídicas (publicas o privadas, nacionales e internacionales) a que da lugar la
mencionada actividad". Su fuente principal es la ley, internacional y nacional. en ausencia de
normas especificas, se aplican por analogía los principios del derecho civil y comercial.
el derecho aeronáutico se aplica a la actividad, cada día mas creciente, del desplazamiento de
artefactos dentro de la atmósfera, sea sobrevolando la superficie terrestre, sea la marítima o
fluvial.
Derecho Agrario y de Recursos Naturales: cabe definir al derecho agrario o rural como la
rama del derecho especialmente referida a la producción, industria y comercio agropecuarios. El
derecho rural es el que se refiere a las relaciones emergentes de toda explotación agropecuaria,
establecido con el fin principal de garantizar los intereses de los individuos o de la colectividad,
derivados de aquella clase de explotación.
Derecho Laboral: la legislación del trabajo regla las relaciones jurídicas nacidas en el trabajo, y
actualmente se halla en pleno y vigoroso desarrollo. Si bien no es discutible el carácter
esencialmente privado de este derecho, que rige las relaciones entre patronos y obreros, no es
menos cierto que, en algunos aspectos, esta adquiriendo un matiz público: las condiciones de
trabajo no se discuten ya privadamente entre patrón y obrero, sino que se celebran convenios
colectivos, en los que la intervención del Estado es muy directa; del mismo modo, la
reglamentación del trabajo, las inspecciones, acentúan esta tendencia a romper el marco del
derecho privado.
Derecho Procesal Civil, Comercial y Laboral: se ha sostenido que el derecho procesal se trata
de una rama del derecho público, puesto que su objeto es el funcionamiento de un servicio
público, como es la administración de justicia. Esta opinión nos parece indiscutible en lo que se
refiere al procedimiento penal y administrativo. Sin embargo, en lo que se refiere al 1
procedimiento civil, comercial y laboral, preferimos adherir a la teoría tradicional, según la cual
debe considerárselo integrante del derecho privado. El objeto de este procedimiento, es hacer
efectivos los derechos que las leyes conceden a los particulares; sin las correspondientes
acciones, tales derechos no tendrán vigencia práctica; aquellas son, por lo tanto, la consecuencia
necesaria de estos y deben tener su misma naturaleza jurídica. Además, estas ramas del
procedimiento reglan las controversias de los particulares entre si; por consiguiente, forman parte
del derecho privado.

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