24 de Marzo de 2015
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hecho tanto esfuerzo en el número de viajeros para el santuario, pero podríamos tener mucha
mayor respuesta al número de visitantes”, pues existen unos 6 000 guías turísticos en Cusco.1
Esta última razón parecería darnos la respuesta, el representante del Ministerio de Comercio
Exterior y Turismo en Cusco al oponerse al doble horario de visita a Machu Picchu señalaba en
julio pasado, “debemos proteger a Machu Picchu y no verla como una mina de oro” 2
El doctor Luis Jaime Castillo, Viceministro de Cultura señaló en mayo pasado: “(el sector
turismo) Tiene que ser consciente en tener una relación con el patrimonio que debe ser
sostenible. Si no hay una relación responsable y sostenible, el sitio se degrada y perdemos soga
y cabra”.
¿Cómo debería ser entonces la correcta interacción entre el turismo y el patrimonio?
Para responder a esta interrogante, empezaremos por explicar en qué consiste el turismo
cultural.
En 1991, durante la Conferencia Internacional sobre Estadísticas de Viajes y Turismo, llevada a
cabo en Ottawa, Canadá, la Organización Mundial del Turismo definía turismo como “Las
actividades de las personas que viajan y permanecen en lugares distintos a su entorno habitual,
por no más de un año consecutivo, por ocio, negocios y otros motivos.”
Los tipos de turismo se han dividido en dos categorías3: a) de tipo interaccional, que enfatizan
las relaciones entre los visitantes y las áreas de destino y b) de tipo cognitivo-normativo, que
analizan las motivaciones previas al viaje.
El turismo cultural, tema del presente artículo, pertenece a la primera. Las tipologías de turismo
interaccional son tan diversas como los autores que las proponen. En 1975 Salah Wahab
propuso cinco clases: turismo recreacional, turismo cultural, turismo de salud, turismo
deportivo, turismo de conferencias. Dos años más tarde Valene Smith planteó también el turismo
recreacional, turismo cultural y añadió turismo histórico, turismo étnico y turismo
medioambiental, y los definía como:
“El turismo cultural incluye lo pintoresco o el colorido local, un vestigio del estilo de vida
tradicional campesino (tejidos, alfarería, construcciones, etc.) que, tal vez, pueda coincidir
con el pasado de la cultura propia; añadiendo a ello unas costumbres y un lenguaje
diferente.
El turismo histórico se caracteriza por una revisión de las glorias del pasado,
representadas en los museos, catedrales, monumentos y ruinas, que ven generalmente
favorecida su conservación gracias al interés despertado por estos viajes. Ahora bien, el
interés por el pasado no incluye a los anfitriones del presente.
El turismo étnico, […] aquel donde se comercializa con las costumbre curiosas y la gente
exótica, llevando al turista donde pueden adquirir lo llamativo, a veces de importante valor
en el arte histórico, visitar aldeas indígenas, degustar sus alimentos tradicionales, asistir a
“espectáculos” en los que se representan ceremonias y danzas típicas”. (Santana
1997:37)
Santana en 1993, revisando las tipologías antes expuestas, formuló las categorías de: turismo
recreativo, turismo ambiental, turismo étnico, y turismo cultural e histórico.4
1
http://goo.gl/lsHTe7 [Consulta 20.02.15]
2
http://cusconoticias.pe/05-07-2014/doble-horario-ingreso-machu-picchu-no-es-conveniente [Consulta 20.02.15]
3
SANTANA Agustín. Antropología y turismo ¿Nuevas hordas, viejas culturas? pp.36-46
4
http://goo.gl/iNqlM5 [Consulta 20.02.15]
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Para efectos de nuestro análisis, y puesto que el objetivo de los tres últimos tipos de turismo es
también el disfrute del patrimonio cultural tanto tangible como intangible, los consideraremos
dentro del turismo cultural.5
El turismo cultural abarca otras denominaciones comerciales: ecoturismo, turismo urbano,
turismo rural, agroturismo o algunas más específicas como turismo de arte, turismo patrimonial,
turismo monumental, etc.
Ya en 1967, en las Normas de Quito se hacía referencia a los monumentos en función del
turismo:
“Los valores propiamente culturales no se desnaturalizan ni comprometen al vincularse
con los intereses turísticos y, lejos de ello, la mayor atracción que conquistan los
monumentos y la afluencia creciente de admiradores foráneos, contribuyen a afirmar la
conciencia de su importancia y significación nacionales. Un monumento restaurado
adecuadamente, un conjunto urbano puesto en valor, constituyen no sólo una lección viva
de historia sino un legítimo motivo de dignidad nacional. “ (Título VII, art. 1°)
En 1976 en el Seminario Internacional de Turismo Contemporáneo y Humanismo realizado en
Bruselas se redactó la Carta de Turismo Cultural, adoptada por ICOMOS, en ella se definía
turismo cultural como:
“El turismo cultural es aquella forma de turismo que tiene por objeto, entre otros fines, el
conocimiento de monumentos y sitios histórico-artísticos. Ejerce un efecto realmente
positivo sobre éstos en tanto en cuanto contribuye - para satisfacer sus propios fines - a
su mantenimiento y protección. Esta forma de turismo justifica, de hecho, los esfuerzos
que tal mantenimiento y protección exigen de la comunidad humana, debido a los
beneficios socio-culturales y económicos que comporta para toda la población implicada.”
La definición de turismo cultural propuesta en 1991 por la European Association for Tourism and
Leisure Education (ATLAS) fue:
“El movimiento de personas a lugares de interés cultural distante de su lugar habitual de
residencia, con la intención de obtener nueva información y experiencias para satisfacer
sus necesidades culturales." (Citada en Richards: 2003) 6
El turismo cultural incluye la visita a museos, galerías de exposiciones, sitios arqueológicos,
ciudades históricas, caminos, edificaciones civiles, religiosas, militares, industriales, monumentos
conmemorativos, jardines históricos, ya sea de manera aislada o como parte de un itinerario. De
igual manera corresponde la gastronomía, fiestas patronales, folklore, espectáculos de teatro,
danza, música, literatura, artesanía, entre otros.
En 1999, Ia Carta Internacional sobre Turismo Cultural. La Gestión del Turismo en los sitios con
Patrimonio significativo, adoptada por ICOMOS en la 12ª Asamblea General en México,
complementaba a la anterior, pues se incluía a los integrantes de la comunidad anfitriona, la que
debía ser la principal beneficiaria de la actividad turística.
Es la población del lugar con la que el turista cultural buscará interactuar, entrar en contacto,
esta es una de las condiciones para que cualquier oferta turística pueda considerarse turismo
cultural.
Claudia Toselli, señalaba el valor del turismo cultural porque “puede cumplir un papel
estimulador para revalorizar, afirmar y recuperar los elementos culturales que caracterizan e
identifican a cada comunidad ante un mundo globalizado. Y particularmente, el reforzamiento de
El turismo cultural contrasta con el turismo recreativo centrado en el sol, la arena y el mar y el turismo medioambiental.
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la identidad cultural a través del turismo, puede actuar como una fuerza inhibidora de los efectos
homogeneizadores de este fenómeno.” (2006:176)7
El concepto de turismo cultural es complejo y pese a las múltiples definiciones, algunas de ellas
son disímiles, ya que su delimitación es subjetiva. Algunos autores consideran también como
turismo cultural al turismo deportivo, las peregrinaciones religiosas, los viajes por aprendizaje de
idiomas, etc.
Veamos ahora a quién se denomina turista cultural.
En primer lugar, ¿Cómo se define al turista?, Valene Smith escribió:
“un turista es una persona temporalmente ociosa que viaja voluntariamente a un lugar
alejado de su casa con el propósito de experimentar un cambio” (citado en Boissevain
(ed), 2011:31)
Los turistas culturales constituyen un grupo heterogéneo y sus intereses varían de forma
significativa. Silberberg (1995) identificó cuatro tipos de turistas culturales, que van desde el muy
motivado hasta el accidental, mientras Stebbins (1996) sugiere que el turista cultural se presenta
en dos tipos: general y especializado. Greffe (2002) establece: especialistas, motivados y
ocasionales.8
Sin embargo, la tipología más completa es la propuesta por McKercher y Du Cros porque
además del interés en el destino, clasifican la profundidad de la experiencia cultural en el viajero.
Plantean:
1 El turista cultural intencional, aquel que el turismo cultural es el motivo principal de la visita a
un destino y su experiencia cultural es muy profunda.
2 El turista cultural excursionista, el turismo cultural es una razón principal para visitar un
destino, pero la experiencia es más superficial.
3 El turista cultural fortuito, no viaja por razones culturales, pero después de la visita, termina
teniendo una profunda experiencia cultural.
4 El turista cultural informal, el turismo cultural es un motivo débil para los viajes y la
experiencia es poco profunda.
5 El turista cultural casual, este turista no viaja por razones culturales pero no obstante
participa en algunas actividades y tiene experiencias poco profundas.
EXPERIENCIA
MUY PROFUNDA POCO PROFUNDA SUPERFICIAL
MOTIVOS
CULTURA ES
Turista cultural intencional Turista cultural excursionista
PRINCIPAL MOTIVO
CULTURA NO ES
Turista cultural fortuito Turista cultural informal Turista cultural casual
PRINCIPAL MOTIVO
7
http://www.pasosonline.org/Publicados/4206/PS040206.pdf [Consulta: 20.02.2015]
8
SANTANA:1997, 29-46
9
Richards, Greg. What is cultural tourism? En: https://www.academia.edu/1869136/What_is_Cultural_Tourism
[Consulta 20.02.15]
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acuden a los sitios de interés cultual simplemente como alternativa en una visita planificada para
otros objetivos, por lo tanto no existe interés por el patrimonio, su visita es una actividad más que
no tendrá ningún significado ni valor.
Santana propone en 2003 la distinción entre turista cultural directo y turista cultural indirecto. El
primero es el turista ávido de conocimiento, preocupado por la naturaleza y las manifestaciones
culturales.
El turista indirecto es aquel que como en la tipología de McKercher y Du Cross, llega al
patrimonio de casualidad, porque está en su camino, o porque la visita a cierto destino le dará
prestigio social, no faltará la foto y el recuerdo de viaje que demuestre que estuvo en el sitio.
En líneas generales, el turista cultural exige un mejor nivel en los servicios, visita sitios y
ciudades históricas, museos y participa de celebraciones tradicionales. Prefiere alojarse en
viviendas de la misma comunidad anfitriona. Además posee un nivel socio cultural medio alto y
gasta mayor cantidad de dinero que el turista tradicional. Lo que diferencia al turista cultural del
turista de ocio es que el primero no sólo busca aprender, experimentar, sino también un
reconocimiento.
Efectos – positivos y negativos– del turismo cultural
Ante un mundo globalizado, es necesario potenciar el patrimonio cultural como factor de
identidad de las comunidades revalorando, afirmado y recuperando los elementos culturales que
distinguen a cada comunidad.
Los beneficios son muchos: generación de puestos de trabajo, incremento en la infraestructura y
equipamiento urbano, generación de recursos para el mantenimiento, la conservación y
restauración de los sitios y ambientes urbano monumentales.
La interacción patrimonio-turismo
contribuirá a diversificar la oferta turística,
ya no se visitan sólo monumentos o
conjuntos, se proponen itinerarios
culturales y paisajes culturales. En el
Perú la ruta Moche, la ruta del Pisco son
alternativas para los turistas culturales.
Otro efecto positivo es el vinculado al
reforzamiento de la identidad de los
pobladores dado el reconocimiento que
los visitantes expresan sobre la
comunidad y el lugar.
El Museo CATCCO, Ollantaytambo,
Turista en el Museo y Centro Cultural CATCCO inaugurado en Cusco, dedicado a la historia, la cultura y
1997 por el Proyecto Arqueológico Patallacta, Ollantaytambo, la recuperación de los conocimientos y
Cusco, Perú. Imagen: tecnologías tradicionales, tuvo este
http:// eenusa.smugmug.com/photos/543254877_LQkbY-M.jpg propósito, los propios pobladores
[Consulta 20.03.2015] donaron sus herramientas y otros objetos
familiares para formar el museo.
Sin embargo, así como pueden ser muchos los beneficios que supone el turismo cultural, no
puede considerarse aislado de los efectos nocivos y destructivos que trae como consecuencia el
turismo masivo a lugares patrimoniales. Mencionaremos con ejemplos algunos de estos:
El primero de ellos es el exceso de la capacidad de carga, en la primera parte de este artículo
nos referíamos al número de visitantes que recibiría Machu Picchu y que ascendería a 5 000
visitantes en dos turnos.
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Son dos criterios que deben tenerse en cuenta para determinar la capacidad de carga de un
monumento, conjunto o ciudad histórica: en primer lugar las exigencias de la conservación del
monumento o conjunto y en segundo lugar la calidad de la experiencia estética y el confort del
visitante, considerando aspectos como la ausencia de ruido y congestión visual, la atenuación de
los tiempos de espera y la correcta interpretación de los monumentos, entre otros.
Un ejemplo que ilustra la gravedad de la invasión de los turistas es Venecia (Italia), de 2008 a
2013, el turismo se intensificó en un 400% llegando a recibir 20 000 turistas cada día. Por el
contrario la población residente disminuye. Hace 40 años los habitantes eran 120, 000 en 2009
fueron 60 000, hoy los residentes apenas llegan a 40 000. Además de los precios excesivos de
los servicios y propiedades por la presencia masiva de los turistas, los residentes luchan cada
día con otras incomodidades: invasión de palomas y ratas, acumulación de basura, etc., además
de la contaminación de los grandes cruceros que hoy llegan a la ciudad.
Diariamente Venecia recibe 20 000 habitantes, 15 000 de los cuales llegan en cruceros de más
de 40 toneladas. Estos cruceros fueron 400 en 2005, en 2012 el número aumentó a 1000.
En 2013 la World Monuments Fund lanzó la voz de alarma por la contaminación y el posible
daño sobre el patrimonio iniciándose una campaña mundial en contra.
Venecia (Italia)
Imágenes: P. Rieder, 2013
Dos de los aspectos negativos del turismo masivo.
1 Las inmensas colas que deben hacer los turistas por varias
horas para ingresar a San Marcos y subir al campanario.
2 Los cruceros de 40 000 toneladas que cruzan los canales
transportando 15 mil turistas diariamente.
10 Leer artículo completo en: Negro, Sandra. La fiesta de santa Ifigenia en Cañete ¿un culto deconstruido?
http://www.patrimonioculturalperu.com/la-fiesta-de-santa-ifigenia-en_canete_un_culto_deconstruido/ [Consulta 12.03.2015]
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peor en China. Así los viajeros terminarán llevando a sus países recuerdos sin ninguna
identidad, pues similares modelos hechos en plástico podremos encontrarlos en Lima o México.
Los guías de turismo, deberían ser piezas importantes como mediadores entre los turistas y la
comunidad, sin embargo es lo más común escucharlos contar historias falsas. En la ciudad del
Cusco, en lugares como Tambomachay, Tipón o cualquiera de las fuentes ceremoniales, dirán
que son fuentes de la eterna juventud, consiguiendo que sean muchos los incautos que beban el
agua o se lavan el rostro con ella.
Venta de “souvenirs” peruanos “Made in China” en Café Britt Turista bebiendo de la “fuente de la eterna juventud” en
del Aeropuerto Jorge Chávez (Lima-Perú) Tambomachay (Cusco, Perú).
Imagen: http://goo.gl/eS0B9s [Consulta 20.03.15] Imagen: http://goo.gl/Q8VrKz [Consulta 20.03.15]
Esta actitud del poblador de Cartagena de Indias responde al no haber sido considerado en los
beneficios que dejan los turistas. La Carta Internacional sobre Turismo Cultural precisaba:
“La gestión de la conservación del patrimonio y de las actividades turísticas debería
proporcionar beneficios equitativos de carácter económico, social y cultural a los hombres
11
http://www.eltiempo.com/archivo/documento/MAM-771357 [Consulta 18.03.2015]
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BIBLIOGRAFÍA
BOISSEVAIN, Jeremy. Lidiar con turistas. Reacciones europeas al turismo en masa. Barcelona:
Bellaterra, 2011.
CARABALLO PERICHI, Ciro. Centros históricos y turismo en América Latina. Una polémica de
fin de siglo.
http://www.flacso.org.ec/docs/sfdesculcaraballo.pdf
CONTI, Alfredo y Santiago CARVERO IGARZA. Patrimonio, comunidad local y turismo: la
necesidad de planificación para el desarrollo sostenible. En: Notas en Turismo y Economía. Año
I, N° 1, 2010.
http://sedici.unlp.edu.ar/bitstream/handle/10915/15769/Documento_completo.pdf?sequence=1
GARCÍA HERNÁNDEZ, María. Capacidad de acogida turística y gestión de flujos de visitantes
en conjuntos monumentales: el caso de La Alhambra.
https://www.ucm.es/data/cont/media/www/pag-49172/ph36-124%20(publicaci%C3%B3n).pdf
ICOMOS La Carta Internacional sobre Turismo Cultural. La Gestión del Turismo en los sitios con
Patrimonio significativo (1999)
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