Introducción
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La herencia de Caín
La saga del Génesis (2–9) en la Biblia, cuenta en sus primeros capítulos
la creatio ex nihilo, la tentación a la que sucumbe la ingenua y temeraria Eva
en manos de la astuta y locuaz serpiente. Luego se relata el fratricidio y la
consiguiente consagración de tres instituciones político-jurídicas: la venganza
de sangre, la formación de la ciudad y los sacrificios expiatorios.
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Si se sigue el relato Yahvista1, no es Dios quien mata al criminal
directamente, sino, que se reserva explícitamente el derecho punitivo y lo
entrega a su propia acción, y es esta la que lo conduce al desastre. “Y el Señor
puso una señal en Caín, para que quien quiera que lo encontrara no lo matara”
(Gn. 4,15).
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El Pentateuco (Génesis, Éxodo, Levítico, Números y Deuternomio) fue escrito –siguiendo la
hipótesis de Wellhausen, formulada en su obra Komposition des Hexateuchs und der historischen
Bücher des Alten Testaments, Berlín, 1868,1899 ("La Composición del Hexateuco y de los libros
históricos del Antiguo Testamento"), y sobre todo Prolegomena zur Geschichte Israelí, Berlín, 1883
("Prolegómenos a la historia de Israel)- por cinco tradiciones la Yahvista, Elohísta, Deuteronomista y
Sacerdotal. La Yahvista (Y) se caracteriza porque llama a Dios Yahvé. Se inicia en los siglos IX y
VIII a. C. Pertenece al sur de Palestina y se centra en el reino de Judá. Subraya la cercanía de Dios
con la humanidad y lo describe en términos antropomórficos. La tradición Elohísta (E) da a Dios el
nombre de Elohím. Se inicia al mismo tiempo que la Yavista, fue integrada alrededor de 715 a. C.
Surge en el reino del Norte o reino de Israel y habla del profetismo, la fuerza de la moral y el peligro
de la idolatría. Muestra a un Dios que habla en sueños y con simbolismos como la zarza ardiente. La
tradición deuteronomista (D) fue escrita en el siglo VII a C. Insiste en la acción de Dios y la
necesidad de una respuesta personal y comunitaria. Se basa en las tradiciones anteriores, empieza al
final del reino cuando el reino del Norte cayó en poder de Asiria y el pueblo parecía olvidar su
fidelidad a la alianza del Sinaí. La tradición sacerdotal (P) y muestra a Dios distante y majestuoso.
Se escribe al regresar del exilio, en el siglo VI a.C. Israel ya no era una nación independiente y
centraba su identidad en el templo. Da gran importancia a los ritos de culto y a las funciones
sacerdotales.
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“hombre justo”, convirtiéndose así en el tercer gran patriarca del género
humano.
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Mediante la señal con que Dios marca a Caín para que no le hagan
ningún daño se introduce la institución sagrada de la venganza de sangre. El
relato del mito nos muestra claramente cómo en el origen la rivalidad engendra
envidia, y con ella se desata la violencia. Dios no quería arrebatar a los
hombres un bien, sino, ahorrarles la experiencia del mal encarnado en los
riesgos y amenazas de muerte.
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representantes en la tierra, siempre varones, invocaron el nombre de Dios para
conservar la dominación masculina, legitimar su discursos y prácticas sociales;
y, en algunos casos atravesando la normatividad jurídica manipular las
conciencias.
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horizonte de comprensión del cristianismo sus teorías y prácticas políticas y
jurídicas que darán lugar a las sofisticadas e imbricadas construcciones
iusfilosóficas recibidas como heredad.
Así como la Biblia fue escrita en su totalidad por varones, las doctrinas
de las iglesias cristianas también han sido pensadas y elaboradas siempre por
varones. En la historia del derecho y de la filosofía del derecho se han
promovido siempre ideas masculinas y machistas en todo lo referido a la
sexualidad, la maternidad y la natalidad. Este es un dato que nos permite
“sospechar” de los criterios iusfilosóficos que juzgan el aborto como un
crimen, que culpan y condenan a las mujeres que interrumpen embarazos no
deseados o riesgosos para su vida o su salud. La pregunta es ¿Hasta qué punto
las creencias míticas del dios del Antiguo Testamento o del gnosticismo se
filtraron en las leyes y normas jurídicas occidentales que perviven en la
actualidad?
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ella misma; la razón arrogante, que se imagina incondicionalmente libre y por
consiguiente, libre de demostrar su propia libertad; la razón metonímica, que
se reivindica como la única forma de racionalidad y, por ende, no se dedica a
descubrir otros tipos de racionalidad o, si lo hace, es sólo para convertirlas en
materia prima; y, la razón proléptica, que no tiende a pensar en el futuro
porque juzga que lo sabe todo de él y lo concibe como una superación lineal,
automática e infinita del presente (Santos, 2005: 153).
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La racionalización se cree racional porque constituye un sistema lógico perfecto basado en la
deducción o la inducción; pero ella se funda sobre las bases mutiladas o falsas y, se niega a la
discusión de argumentos y a la verificación empírica. Cfr. Morin, 1999, p. 7.
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solamente podría repararse mediante la venganza o el perdón” (Levinas, 1991:
48).
Conclusión
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no falaces persuasiones, es el mejor antídoto contra el “síndrome de Abel”,
entendido éste como la disposición personal para el sacrificio de la razón.
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ni llantos que no sean compartidos, ni penas que no sean consoladas, porque la
inhumanidad disfrazada con ropajes de humanidad habrá sido puesta en
evidencia ante el resplandor de la humanidad de la humanidad que clarea en los
cuatro puntos cardinales por el obrar comprometido de varones y mujeres que
creen que otro mundo es posible.-
Bibliografía
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