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SHEMA ISRAEL

Shema Israel, Adonai Elojenu, Adonai Ejad.


Baruj shem kevod maljutó le´olam va´ed
Ve ajabtá et Adonai elojeja bekol levavejá uvekol nafsejá uvekol meodeja
Vejayú hadevarim ja elé asher anojí metzavejá hayom al levaveja:
Veshinantam levaneja vedibartá bam beshivtejá bebeteja ublejtejá
Va dérej ubshojbejá ubkumejá
Ukshartam leot alyadeja, le-jayú le-totafot ben eneja.
Ujtabtam al mezuzot beteja uvishareja
Escucha Israel, Adonai nuestro Elohim, Adonai es Uno.
Bendito es el Nombre de Su majestad gloriosa por siempre jamás.
Amarás al Eterno, tu Elohim, con todo tu corazón, con toda tu alma y con
todas tus fuerzas.
Estas palabras que te ordeno hoy estarán sobre tu corazón;
Las enseñarás diligentemente a tus hijos y hablarás de ellas mientras estás
sentado en tu casa, mientras estás de viaje, al acostarte y al levantarte; y
átalas como señal en tu mano y que estén como símbolo Entre tus ojos, y
escríbelas sobre los marcos de tu casa y en tus portales.
Inmediatamente después de recitado, se pronuncia en voz baja la frase
“Baruj Shem Kevod Maljutó Leolám Vaed”. Si bien esta última frase no
figura en la Torá en el marco de la porción del Shemá, nuestros sabios
instituyeron que se diga en voz baja (Pninei Halajá Tefilá 15:7). Esto se
fundamenta en un relato del Talmud Babilonio (Tratado de Pesajim 56(A)),
según el cual antes de fallecer nuestro patriarca Yaakov todos sus hijos se
reunieron en torno a su cama y él quería revelarles lo que acontecerá con
ellos en el final de los tiempos. De inmediato se retiró de él la Divina
Presencia y ante esto Yaakov le dijo a sus hijos: ¿quizás hay entre ustedes
alguien indigno tal como Ishmael que salió de Abraham o Esav que salió de
Itzjak, razón por la cual no puedo revelaros el final de los días? Ante esto
los hijos al unísono dijeron: “Shemá Israel Adonai Eloheinu Adonai Ejad”,
así como en tu corazón no hay más que un solo D´s en los nuestros no hay
más que un solo D´s. En ese momento Yaakov dijo: “Baruj Shem Kevod
Maljutó Leolam Vaed

Israel es el único que reconoce a Hashem como Elokim, como Un Solo Dios,
por eso es ¨nuestro¨. Pero al final de los tiempos, todos reconocerán que
¨Hashem es solo Uno¨. Observando la gramática, hubiera sido mejor la
expresión ¨Hashem es Único¨ haciendo sobresalir así su carácter de
exclusividad, ya que al decir, ¨es Uno queda abierta la posibilidad de pensar
que existen dos o tres, etc., o sea, creaciones ajenas a Él. Por ello, la
expresión ¨es Uno¨ refleja el sentido más genuino de unidad en Hashem.,
aludiendo al sentido mismo de la existencia del hombre. La unión
manifestada por la expresión Uno - a diferencia de Único- es la unión de los
fragmentos que constituyen la existencia toda, la suma de esos fragmentos
-creaciones autosuficientes- que se aúnan en el más noble y elevado
objetivo a que puede aspirar la creación - su unión con Hashem y su
reconocimiento absoluto a Él. La expresión Único no da lugar a esa
posibilidad, justamente por el carácter de exclusividad que denota.
Cuando se dice, ámalo con todo tu corazón, indica que lo ames tanto con tu
inclinación natural al bien como con tu inclinación natural al mal, incluso si
debes ofrendar tu vida en aras de tu amor a Hashem, amándolo inclusive a
costa de tu riqueza.
Cuando dice, átalas a tu mano, está haciendo alusión a los Tefilín del brazo.
Cuando dice entre tus ojos, hace alusión a los Tefilín de la cabeza. ¨Entre
tus ojos¨ indica que los Tefilín de la cabeza deben estar sobrepasando la
parte superior de la frente, donde comienza a crecer el cabello, a mitad de
la distancia entre los ojos.
Cuando dice que las escribas en los marcos de tu casa y tus portales, indica
que en la práctica, los Tefilín y la Mezuzá que se coloca en las puertas, no
son meros simbolismos teóricos, sino expresión en el plano físico de
identidad y conexión con Hashem. Literalmente los Tefilín que se colocan
sobre la cabeza y el brazo izquierdo orientado hacia el corazón, pretenden
imbuir de Energía Divina el intelecto, el corazón y la acción. Y la Mezuzá que
se coloca en los marcos de las puertas, busca permear el hogar e imbuirlo
de espiritualidad.

Vivimos en un espejismo cósmico. Estamos rodeados de miles de


creaciones, todas aparentemente autosuficientes e independientes, pero
como judíos sabemos que en realidad hay una sola entidad real. Un solo Di-
s que es la esencia de todo. Un solo Elohim que se manifiesta en una
infinita cantidad de creaciones.
Lograr hacer propio este concepto es un gran desafío, pero es clave para
desarrollar una mejor relación con nuestro Creador. Para lograr esto, cada
mañana y cada noche recitamos el Shema, tres párrafos bíblicos
(Deuteronomio 6:4–9, 11:13–21; Números 15:37–41) que comienzan con la
frase más famosa y relevante del judaísmo, "Escucha, oh Israel. Adonay es
nuestro Señor, Adonay es Uno”. El Shema continúa con varios aspectos
básicos del judaísmo como el amor a Él, el estudio de la Torá, el principio de
recompensa y castigo y el éxodo de Egipto.
Meditar sobre estas palabras nos ayuda a ver más allá del espejismo y nos
ayuda a vivir acorde nuestras expectativas espirituales.
El Shema es parte de las plegarias matutinas. No obstante, debemos decir
Shema incluso si no recitamos las plegarias.
Cuándo
Al acostarte y al levantarte – Deuteronomio 6:7
Por la mañana: Durante el primer cuarto del día –desde el momento en el
que hay suficiente luz diurna como para reconocer a un conocido a una
corta distancia.
Por la noche: Desde la salida de las estrellas hasta el alba. Es preferente,
hacerlo antes de la medianoche.
Cómo
Puedes decir el Shema en tu idioma de origen si no sabes hebreo.
Asegúrate de que el entorno sea limpio y modesto, pronuncia cada palabra
cuidadosa y articuladamente. No interrumpas la plegaria.
Cubre tus ojos con la mano derecha mientras dices la primera oración –para
bloquear cualquier estímulo externo. Recita el primer verso en voz alta por
la misma razón.
Lo ideal es decir el Shema de la mañana con el talit y los tefilin, ya que estos
mandamientos son mencionados en la lectura del Shema.
Cada grupo humano tiene un lema que expresa su razón de ser y su valor
máximo.
¿Cuál es el lema del judaísmo?
Creo que es indiscutible que la expresión máxima y más ubicua de la fe
judía es un versículo que aparece en la lectura bíblica de Vaetjanan: Shema
Israel, Adonai Eloheinu, Adonai Ejad, Oye Israel, YHVH es nuestro poder y
energía, YHVH es Uno.
El judío tiene la obligación de pronunciarlo por lo menos dos veces cada día,
una vez en la mañana y la segunda vez en la noche.
Dicha proclamación está escrita en las Mezuzot que fijamos en los marcos
de nuestras puertas y está escrita en los Tefilin que colocamos en nuestro
brazo y cabeza.
Está entre las últimas palabras que uno pronuncia antes de dormir cada
noche como también antes de irse de este mundo.
Veamos qué quiere decir y por qué es tan significativa.
Razón de ser
La Carta Fundacional del pueblo judío, la Torá, se basa precisamente en
este valor: reconocer a YHVH como Creador del mundo y vivir en
consonancia con Su voluntad.
Vivimos hoy en una sociedad que ve la fe en D-os con ojos bastante cínicos.
Lo ven más como un escape de la realidad que como una percepción más
profunda de la realidad. “¡Mirá cuánto daño se ha hecho en nombre de EL!”
dicen. Creer en YHVH o invocar un valor bíblico no es muy “políticamente
correcto” hoy en día que digamos. No “vende”.
Este desafío lo tuvimos que enfrentar desde que nuestro patriarca Avraham
apareció en escena en Ur de las Caldeas hace unos 3.800 años. Sus ideas
fueron muy políticamente incorrectas.
Es por esa razón que se llamaba Avraham Haivrí, el “hebreo”, ya que
“éiver” quiere decir “orilla” y mientras todo el mundo estaba de un lado, el
del politeísmo, Avraham estaba solo del otro lado, el del Monoteísmo. No
ser políticamente correcto parece ser parte de nuestra herencia milenaria.
¿Qué es lo que el “Shema Israel” realmente proclama y por qué es tan
importante?
Lejos de ser una superstición de los debiluchos o de los “intelectualmente
desafiados”, la proclamación de la existencia de un YHVH único es una
afirmación de una realidad que cada vez se va afirmando más por medio de
la propia ciencia.
La esencia de la proclamación del Shemá Israel no es simplemente que hay
un único Elohim, sino que, en realidad, hay una sola existencia. Todo lo que
vemos es nada más que una manifestación visible y limitada de una y la
misma energía infinita (que denominamos “D-os”).
Es por eso que la proclamación no dice que YHVH es “único”, sino que es
“uno”; todo lo que parece existir es nada más que una manifestación de ese
mismo “uno” todo abarcador.
A medida que la ciencia va avanzando va descubriendo que la realidad es
más profunda, complicada y unida de lo que parece.
Con el descubrimiento de los átomos y partículas subatómicas, por
ejemplo, aprendimos que el mundo por más que parece sólido al tacto, en
realidad consiste mayoritariamente de campos de energía invisibles.
Con la teoría de la mecánica cuántica, logramos una percepción de unión
universal que parece ser más una cuestión de fe que de ciencia. No soy
experto en el tema, pero de lo poco que he leído al respecto, me da la
sensación de que la ciencia va en dirección de afirmar lo que proclamamos
durante milenios en el Shemá Israel: que todo es parte del mismo “Uno”.
Tefilín

Uno de los preceptos más emblemáticos del judaísmo es el de los Tefilín. De


hecho, el judío celebra la transición de su niñez a su adultez, colocándose
los Tefilín por primera vez y a partir de ahí, diariamente.
Los Tefilín contienen cuatro párrafos de la Torá que hablan de la unidad de
D-os, su Providencia y nuestro deber de servirlo.
Uno de los cuatro párrafos que los Tefilín contienen es justamente el que
comienza con el versículo de Shemá Israel. En dichos párrafos dice que
debemos atarlos como señal sobre el brazo y sobre la cabeza.
Tefilín es una de las más importantes mitzvot (preceptos) de la Torá. Ha
sido observada y atesorada por miles de años, hasta nuestros días. La Torá
lo menciona más de una vez, pero más explícitamente en Deuteronomio 6:8
"Los atarás como señal sobre tu brazo, y serán un recordatorio entre tus
ojos".
Tefilín consiste de dos pequeñas cajas de cuero unidas a correas de cuero.
Cada una de las dos cajas contiene cuatro secciones de la Torá escritas en
pergamino. Esos pasajes son:
a) El Shemá (Deuteronomio 6:4-9) —que proclama la Unicidad del Único
Elohim
b) Vehaia (Deuteronomio 11:13-21) —que expresa la promesa de YHVH de
que nos recompensará si seguimos observando los preceptos de la Torá, y
nos advierte de la retribución por desobedecerlos.
c) Kadesh (Éxodo 13:1-10) —el deber del pueblo judío de recordar siempre
la redención de la servidumbre egipcia.
d) Vehaia (Éxodo 13:11-16) —la obligación de todo judío de informar de
esto a sus hijos.
Todos los días (menos Shabat y días festivos) colocamos los Tefilín en el
brazo y sobre la cabeza. Se acostumbra colocar los Tefilín y tenerlos puestos
durante la plegaria de la mañana. Si por alguna razón uno no llegó a
colocarlos de mañana, puede colocarlos durante cualquier momento del
día, hasta la puesta del sol.
El motivo por el cual los colocamos sobre el brazo - a la altura del corazón -
y la cabeza es para ayudarnos a canalizar nuestros pensamientos,
sentimientos y acciones hacia el servicio de YHVH.
Colocamos los Tefilín primero sobre el brazo y luego sobre la cabeza para
reafirmar la proclamación histórica que hicimos cuando YHVH nos ofreció la
Torá: Naasé Venishmá, “Haremos y entenderemos”, o sea asumimos el
compromiso de cumplir con los mandatos Divinos aun antes de
entenderlos.
Según el Talmud colocarse los Tefilín tiene el poder especial de imponer
terror en los enemigos de Israel. Es por esto que previo a la Guerra de los
Seis Días, el Rebe inició su famosa Campaña de Tefilín, llamando a todos los
hombres judíos a colocarse los Tefilín para así fortificar las defensas de
nuestro pueblo en todas partes, especialmente las de nuestros hermanos y
hermanas que viven en nuestra querida Tierra de Israel.
¿Qué tiene que ver la colocación de Tefilín en cualquier lugar del mundo
con la protección de nuestros hermanos en Israel?
Todo el pueblo judío compone un organismo espiritual. Estamos todos
entrelazados e interdependientes. Somos como órganos de un mismo
cuerpo. Cuando se inyecta un medicamento en una parte del cuerpo afecta
a todo el cuerpo y ayuda a la parte que más lo necesita.

Tefilín y el Éxodo de Egipto


Ha sido señalado que los cuatro extractos de la Torá que se hallan en los
tefilín comprenden el Shemá y el Vehaia, mientras que los otros dos tienen
en su mayor parte una referencia exclusiva al Éxodo de Egipto. Algunos se
pueden preguntar por qué al Éxodo se le ha asignado tan significativo
honor de acompañar a los versículos que proclaman nuestro concepto de
Di-s. He aquí la siguiente explicación:
No hay ninguna duda que para el pueblo judío el Éxodo debe ser un eterno
e inolvidable "recuerdo". Nuestros sabios han ido tan lejos como para
incorporar las palabras "En recuerdo de la salida de Egipto" en el Kidush
que pronunciamos en cada Shabat y Festividad. Además un análisis
cuidadoso muestra claramente por qué le atribuyen tan singular
significado.
El Éxodo debe ser recordado, es la historia de un pueblo esclavizado por
cientos de años por una poderosa nación. Que a pesar que estaban
desarmados y superados ampliamente en número, ese esclavizado pueblo
salió finalmente hacia la libertad sin tener que recurrir a la violencia. No
solo fueron liberados, sino que su partida fue apurada por sus antiguos
amos, ahora aterrorizados por que más plagas pudieran llegarles como
justa retribución del Elohim de Israel.
Todos los registros históricos no muestran nada igual a este evento único.
El caso de una redención milagrosa de todo un pueblo de más de dos
millones de almas, cada uno de ellos testigo ocular de la protectora
benevolencia de la Providencia Divina. Fue este evento el que convenció al
pueblo de Israel, más allá de cualquier sombra de duda, de que su fe en el
Elohim de sus antepasados estaba bien fundada. Fue el milagro del Éxodo el
que dio un enfático significado a las palabras del Shemá: "Oye Israel, el
Señor es Nuestro Di-s, el Señor es Uno". Noten cuidadosamente como el
primer mandamiento conecta los dos. "Yo soy el Señor tu Elohim, Quien te
sacó de la tierra de Egipto, de la casa de servidumbre".

Hechos de importancia primaria


Dentro del espacio de un panfleto es imposible entrar en el significado
esencial de tefilín. Esperamos sin embargo, que este corto tratado baste
para mostrar que tefilín, al igual que todas las otras mitzvot, cuando es
comprendido apropiadamente, hace un fuerte llamado a la razón y la
conciencia.
Pero debido a que la capacidad de la razón varía en los individuos, y es
limitada, combinado con el hecho de que algunos no tienen el tiempo o la
inclinación para estudiar la Torá, los judíos observan las mitzvot
primariamente porque son mandamientos de Di-s y no porque, y sólo
cuando, apelan a la razón. Si la razón lo aprueba, mucho mejor, pero deben
ser observadas porque YHVH nos las dio, y El seguramente sabe qué es lo
mejor para nosotros.
Apliquemos un poco de sentido común a estas cosas, como a temas
similares de la vida diaria. El punto se hará bastante claro. Imaginen a un
niño que se rehúsa a obedecer a sus padres porque no ve ninguna buena
razón para hacerlo en ese momento. Los padres pueden desaprobar tal
actitud y hacer todo lo que está en su poder para corregirlo por el bien del
niño. Con el transcurrir del tiempo, el niño así corregido apreciará cuán
afortunado fue por haber sido beneficiado con tan inteligente guía de los
padres a lo largo de esos años en los que aún era demasiado pequeño para
depender de su propia y limitada comprensión.

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