Sireémbargo, Duby sabe, de- la im- de; finales del s ig lo XIH - ^son en -su
posibilidad de conocerjdeimanera di- :. total ¡dad oficiales,!: lanzadosrhacia
recta; lo que*se-quiere'estudiar*do ^•lun^publico/íHnunca ;..r;eplegados
inatcesible de-" laTíeahnenteivivIdo)"; hacia ;la intimidad.? y^porque están
sabe quepara el historiador las rrmjer
res de esosf'ttempos remotos no tienen
ni rostro nt cuerpo yaque las represen- sEljautor reconoce que«s.posible re-
tacionesjdeíellassonsímbolosjconse- construir unjsjstema de; valores a¡ par-
cuentesícon la$ fórrñuilas 'estableci- tir de las palabras proferidas en voz
das. Porta-tanto, trabafásobre textos, aíta e inteligible, y reconocer»el¡ Jugar
sobre 'escritos1, tfue toma<como reflejos qae tienen las-muijeres a- partir del
de los signif icádos'de tín 'momento. ¡A i poder mascufino.tPorqae,- en efecto,
travésrderiestosi testimonios escrrtos al mundo dedo-?mafscu:tino pertenece,
centra su interés ¡en ía; imagen ,q!u« ::en esta sociedad'completamente ofi-
proporcionan de tma Tnajery,• a través ctaJ^todo; lo que?compete a lo públi-
de esa imagert,'de'las mujeres en ige- co, empezando1 por -la'escritura. Oe
nerali la imagen que el autor dd texto Oesetiempo^ótoi.los hombres son algo
se (Hacía de ellasry que quiso enttegar • visiblesv y-ocuttan el iresto, sobre todo
a quienes lo escucharoni
' Ouby, 'Ceorges. Mujeres del siglo XH, Editorialj
VAndrésíeBo; Santiago de Chile; i99»5/pat Y J,! T J
190 LA VENTANA. N-ÜH'. 4 / 1996
Para terminar su estudio, Duby • '>Por todo esto, Mujeres del siglo xri
lanza la observación de que en el es wn libro muy ilustrativo; además
siglo xit se .estaba dando un movi- dedla giran cantidad ide datos que
miento de promoción a la mujer que s-ofcre? «se momenta proporciona
fue producido por la toma de con- Dttby, es'•> tin excelente texto que
ciencia de que "como Magdalena;-o maestra la manera en quei el autor
como Etoísét; puede [la muferj¡ ser logra>tejerrsu 'concepción deta histo-
mostrada como ejemplo a los hom- riav la rélevamciai que asignafcada^p'or'
bres porque a veces la mujeres más sibil idad£de escríbiifanahistoria-de
fuerte que ellos. Esa fuerza nace en la las-mujeres, y layestrategiás método^
abundancia de su natúrálézatánimal, logreas qtóeihay que articular para lo-
en esa sensualidad qde la vuelve más grar e^xtraer de las voces y las mira-
presta él inflamarse, a arder de das masculinas información sobre la
amor", t2> observación que da. cuenta existenciaiderntrjeres qae son el re-
de que en la Europa del 'siglo xti se sultarlo de construcciones culturales
apreciaban tos valores desamor, que determinadas-por la manera en! que1;
parecía" aumentar la calidad del las en momentos precisos; sé ¡pretende
relaciones y ! de las funciones que dar una respuestas! eterno enigma
cada sexo tenía, y que produce que de Indiferencia sexual acorde con él
las trabas estrictas que'atrapaban a contexto general del proceso social.
las-rnujéres en esa época comenzaran
a hacerse más flexibles. *•'" -.