Durante los esclusajes se cierran las compuertas de las cámaras para permitir que el
agua fluya por gravedad desde el nivel de agua superior hacia el inferior. Se usan
aproximadamente 197 millones de litros de agua dulce en cada exclusaje, los cuales
se vierten finalmente al mar. Toda esta operación se dirige desde la Caseta de
Control ubicada en el muro central de las esclusas.