El primer rango corresponde a una hipoteca, por el valor de 100, constituida bajo
condición suspensiva. No hay publicidad registral sobre si dicha condición se ha
cumplido o no. Destacamos que es la garantía la que está afecta a condición, no la
obligación principal garantizada, asumiéndose que esta última es presente, existente.
El segundo rango lo ocupa la hipoteca que respalda una obligación futura por la suma
de 300. No existe publicidad registral sobre si aquello que en el título constitutivo figura
como futuro existe actualmente. Es más, asumamos que la obligación principal
garantizada sigue siendo futura.
El tercer rango lo ocupa una hipoteca que, por el valor de 200, respalda una obligación
presente. Si sumamos el importe de los distintos gravámenes, resulta 600.
Asumamos que más allá del valor del inmueble, se obtiene finalmente 500 por su
enajenación forzosa promovida por el acreedor de tercer rango como acreedor real
ejecutante
Extensión de la hipoteca
Si para arreglar una casa en ruinas se tienen que hacer mejoras en las paredes
y en los techos, los nuevos ladrillos, cemento y demás bienes que se utilicen en
la obra pasan a formar parte de la casa. Las mejoras necesarias y útiles se
convierten pues en partes integrantes, por lo que la hipoteca se extiende a ellas.