FRACTURAS PATOLÓGICAS.
Dr. Alfredo Martínez R.
INTRODUCCION.
Definimos fractura patológica, cuando hay una lesión previa en el hueso que
generalmente ha alterado su arquitectura y debilitado su estructura mecánica, y
con un trauma muchas veces imperceptible se produce una fractura. La mayoría
de las fracturas patológicas se producen en zonas del hueso comprometidas por
una enfermedad ósea metastásica o en zonas del hueso con presencia de
lesiones tumorales benignas o malignas, infecciosas o metabólicas.
Las lesiones tumorales benignas más frecuentes en los niños que en los adultos
como el quiste óseo simple, el quiste óseo aneurismático, la displasia fibrosa, ante
un trauma leve pueden producir una fractura patológica. Por lo tanto no toda
fractura patológica implica malignidad primaria o metástasis. En la figura # 1
ilustramos una fractura del tercio medio del húmero en la zona de un tumor
benigno.
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Figura # 2. Fractura patológica fémur por metástasis con
gran compromiso de todo el hueso.
La mayoría de las metástasis óseas son tratadas con éxito con radioterapia,
quimioterapia, hormonas o inmunoterapia. Pero cuando se produce una fractura
patológica, en muchos casos es necesario realizar un tratamiento quirúrgico. En
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los casos de fracturas patológicas por metástasis el tratamiento es paliativo, pero
en tumores primarios malignos del hueso el objetivo debe ser curativo.
EPIDEMIOLOGÍA.
La evaluación clínica de una persona mayor de 40 años que presenta una lesión
destructiva en el hueso, es muy sugestiva de una enfermedad ósea metastásica o
en su defecto de lesión tumoral ósea primaria. Estas lesiones exigen exámenes
que nos permitan llegar a un diagnóstico y tratamiento adecuado.
EVALUACIÓN.
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debemos realizar exámenes que nos ayuden al diagnóstico del tumor que ha
originado la metástasis y la fractura en el hueso. Los exámenes que
recomendamos son: hemograma completo, parcial de orina, creatinina, nitrógeno
ureico, deshidrogenasa láctica, albumina, globulinas, calcio, fosforo y fosfatasas
alcalinas. Los valores de la eritrosedimentación y proteína C reactiva son útiles en
casos de osteomielitis. Los pacientes con metástasis óseas generalmente se
encuentran con la hemoglobina, el calcio y la albumina bajas.
CLASIFICACIÓN.
Una fractura por avulsión del trocánter menor sin un antecedente traumático
puede ser la manifestación inicial de una enfermedad ósea metastásica no
diagnosticada.
Una de las clasificaciones más utilizadas es el índice descrito por Mirels basado
en cuatro parámetros: sitio, apariencia radiográfica, tamaño y dolor, este índice es
predictivo del riesgo de fractura y de acuerdo al puntaje recomendación del
tratamiento en las tablas I y II ilustramos este tipo de clasificación.
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PUNTAJE SITIO RADIOGRAFÍA COMPROMISO DOLOR
ÓSEO
1 Extremidad Blastica <⅓ LEVE
superior
2 Extremidad Mixta (lítica y ⅓-⅔ MODERADO
Inferior (No blastica)
trocanterica)
3 Región Lítica >⅔ AUMENTA
trocanterica CON LA
MARCHA
TABLA # 1. Sistema para medir en puntaje el riesgo de una fractura patológica.
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DIAGNÓSTICO.
Ante la sospecha clínica de una fractura patológica se debe tomar una radiografía
de todo el hueso en dos proyecciones. La mayoría de estas lesiones son
osteolíticas, la cortical y la medular del hueso frecuentemente se encuentran
destruidas, hay pérdida de la trabeculación ósea normal. Las lesiones
osteoblásticas se presentan en las metástasis de tumores de seno y próstata.
La evaluación con una escanografía permite el detalle del estado de la cortical del
hueso y valora mejor el hueso fracturado en desplazamiento, conminución, y
calidad ósea. La resonancia nuclear magnética se considera el examen más útil,
dentro del diagnóstico y evaluación de las lesiones tumorales primarias, o
metástasis asociadas a una fractura patológica, permite visualizar todo el hueso,
compromiso intramedular y presencia de lesiones en las partes bandas, posición
de las estructuras vasculares y nerviosas en relación con la lesión tumoral. En la
figura # 5 ilustramos lesión metastásica en platillo
tibial por un cáncer del pulmón.
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TRATAMIENTO.
Las fracturas patológicas de los huesos largos que soportan carga como el fémur
y la tibia tienen una clara indicación de tratamiento quirúrgico. Igualmente hay
indicación de una fijación electiva y preventiva de los huesos que presentan
metástasis, cuando el paciente presenta marcado dolor, pérdida de la función e
inminencia de fractura patológica de acuerdo a los criterios del índice de Mirels.
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tumoral y colocación de metil-metacrilato. Los enclavijamientos cerrados están
recomendados en fracturas patológicas con mínima destrucción ósea y
desplazamiento de fragmentos. La reducción o fijación abierta del hueso
fracturado está indicada en los casos de una destrucción ósea considerable. El
defecto óseo es llenado con metil-metacrilato. Este tipo de tratamiento acorta la
hospitalización y permite la deambulación rápida del paciente.
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En los casos de una gran destrucción del hueso acompañada de una lesión de
partes blandas extensa se debe considerar la posibilidad de una amputación.
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La sobrevida de los pacientes con cáncer está
usualmente determinada más por las metástasis
en otros sitios (hígado, pulmón) que por las
metástasis en el esqueleto. El control local de un
tumor, la desaparición del dolor y la adecuada
función son los tres criterios más importantes
para valorar la eficacia del tratamiento quirúrgico
efectuado a la enfermedad ósea metástasica.
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