CONCEPTOS BÁSICOS
El significado de la palabra minería designa las actividades que tienen por finalidad extraer
y aprovechar minerales. Es necesario conocer los conceptos de mina, yacimiento, industria
minera, y derecho minero.
1) Excavación por medio de pozos, galerías, socavones o tajos abiertos para la extracción o
explotación de minerales.
2) Lugar donde se acumulan o encuentran los minerales por obra de la naturaleza que
vendría a ser sinónimo de yacimiento.
MINERAL.- Es cualquier sustancia inorgánica que se extrae del suelo y del subsuelo para
ser aprovechada en estado sólido (roca. Arena, metales, arcilla, carbón) o en estado líquido
(mercurio) y hasta en estado gaseoso (helio).
"El Derecho es considerado como una ciencia que nos enseña a distinguir lo que es justo de
lo que no lo es, porque en nuestras relaciones nos comportamos respetando
las normas jurídicas y éticas
podemos definir al "Derecho Minero como aquella parte del ordenamiento jurídico público
y privado que regula lo concerniente al dominio originario de las substancias minerales, las
actividades relativas a la adquisición, constitución, funcionamiento, conservación y pérdida
de la propiedad de las minas y aquellas actividades auxiliares de la industria minera, así
como también las relaciones que de estas actividades derivan". Asimismo, al Derecho
Minero se le denomina también Derecho de Minería o Derecho de las Minas.
La Industria minera común desempeña un rol vital en el proceso económico de todo país.
Los minerales son materia prima imprescindible, ya que transformados satisfacen
necesidades humanas primarias, más aún son materia prima indispensable para construir
maquinarias destinadas a elaborar productos que consumimos.
Los minerales suministran los elementos necesarios para generar luz, calor y energía
automotriz. A. Betejtin, confirma que no existe una sola rama de la industria en la que no se
empleen unos u otros recursos minerales en forma de materia prima o de productos
semielaborados. Así también, tenemos que los minerales son también elementos necesarios
en la construcción de armamentos o sea factores decisivos para la destrucción del hombre.
El mineral es, por consiguiente, vehículo de vida y muerte para el ser humano, por tanto de
trascendencia innegable.
En lo que respecta al Perú la industria minera común tiene singular importancia. David
Ballón puntualiza que el hecho que nuestro territorio esté atravesado en toda su longitud
por la Cordillera de los Andes, confirma un área geológicamente adecuada para la
ubicación de yacimientos mineros de toda clase. Durante muchos años la industria minera
constituyó la fuente del 50% de nuestras divisas.
El Perú es un país rico en recursos naturales y en el caso de la minería tiene una tradición
que se remonta desde hace muchos siglos. Por tal razón además de contar con dichos
recursos tiene una gran experiencia empresarial y recursos humanos especializados, que
favorecidos con climas benignos, hacen que la competitividad de nuestro país respecto de
otros países que no cuentan con todas estas ventajas a la vez, no sea desaprovechada.
Jorge Basadre se refiere a un derecho propio de la civilización Inca que se desarrolló entre
los siglos XII y XVI, en cuya virtud las minas eran trabajadas por cuenta del Inca para
extraer los metales preciosos y el cobre, surgiendo después la Mita como trabajo forzado y
personal por un tiempo limitado que, posteriormente "se irradió al Derecho Indiano en un
claro mestizaje jurídico". En el Derecho Indiano se debe considerar como fuentes
principales las Ordenanzas de Toledo de 1574, la Nueva Recopilación, la Novísima
Recopilación de 1680. Las Ordenanzas Antiguas del Perú, también conocidas como las
Ordenanzas de Ballesteros, por el nombre del funcionario virreynal que las recopiló y
publicó en 1752 para su aplicación en nuestro país.
ORDENANZAS DE MINERIA
Con las Ordenanzas de México o Nueva España dictadas por el Rey Carlos III en mayo de
1783 vigentes en el Perú en diciembre de 1785, se inicia propiamente el Derecho como
rama autónoma de las ciencias jurídicas. Las Ordenanzas rigieron en casi todos los
dominios Españoles de América y continuaron vigentes después de la Independencia,
concretamente en el Perú hasta el 31 de diciembre de 1900.
Durante el régimen legal fijado en las Ordenanzas de Minería las minas eran de propiedad
del Estado que sucedía a la persona del Rey; el Estado podía concederlas en posesión y
propiedad para que fueran explotadas por particulares; el derecho de posesión y propiedad
quedaba asimilado a la propiedad civil toda vez que las concesiones podían ser objeto de
tráfico jurídico como cualquier bien, siempre que se trabajaran; la posesión y propiedad del
concesionario estaba supeditada al pago puntual del Impuesto semestral de 15 soles por
pertenencia, cuyo incumplimiento se consideraba como causal de extinción del derecho
minero.
CÓDIGO DE 1901
Aprobado por el Presidente López de Romaña. Este Código mereció fuertes críticas al
momento de su dación por su carácter privatista. Este Código califica a la propiedad minera
una vez adquirida legalmente de irrevocable y perpetua como la propiedad común, sólo
sujeto a caducidad por falta de pago del impuesto anual de 30 soles por pertenencia.
Este Código se caracteriza por su espíritu liberal, por su aparente simplicidad y orden, así
como por la preferencia otorgada al concesionario minero para la utilización de los
terrenos superficiales frente a los derechos de sus propietarios. El concesionario recibió
el derecho a expropiar a falta de acuerdo con tales propietarios.
Este Código rige durante 50 años, siendo derogado finalmente por el Código de 1950.
CÓDIGO DE 1950
Este Código señala que "Las sustancias minerales de toda naturaleza que se encuentren en
el suelo y en el subsuelo del territorio nacional son bienes de propiedad del Estado, salvo
los derechos legales adquiridos. Todo lo relativo a su explotación por los concesionarios es
de utilidad pública".
En el Art. 3 de este Código se define el concepto de concesión, al señalarse que "el Poder
Ejecutivo concederá a las personas naturales y jurídicas, nacionales o extranjeras de
derecho privado que lo soliciten, el derecho a explorar hasta por cinco años o para
explotar indefinidamente toda clase de sustancias minerales". Se establece dos tipos de
concesiones, los de exploración por el plazo de hasta 5 años y los de explotación por un
plazo
Las causales de caducidad estaban referidas exclusivamente a la falta de pago del canon
minero y sobrecanon territorial durante dos años consecutivos. Estableció una
clarísima preferencia a favor del concesionario minero sobre el propietario del terreno
superficial que podía ser expropiado y objeto de toda clase de servidumbres en aras de la
explotación minera y también a utilizar gratuitamente los terrenos eriazos ubicados
fuera del perímetro de la concesión.
Esta ley define que "la concesión minera es un inmueble distinto y separado de la superficie
en donde está ubicada" en virtud de la cual se otorgaba a su titular un derecho real. La
unidad de medida fue definida en los mismos términos que el Código de 1950, teniendo la
concesión una extensión mínima de 1 hectárea y una máxima de 1,000.
Los derechos del concesionario sobre el terreno superficial de la concesión y del derecho a
usar gratuitamente los terrenos eriazos así como establecer servidumbres e incluso a
expropiar predios de terceros, fueron definidos en forma similar o quizás más contundente
de la establecida en el Código de 1950.
Nuevo ordenamiento jurídico que aún rige parcialmente y pone de lado los excesos
estatizan tes del Decreto Ley 18880. Las concesiones de exploración y explotación
continuaron con el régimen muy parecido del anterior. La concesión minera otorgaba a su
titular un derecho real, consistente en la suma de los atributos reconocidos por la Ley a
favor del concesionario.
Este Decreto Legislativo fue promulgado con la deliberada intención de disminuir el papel
del Estado en la minería, pero sin eliminarlo drásticamente.
En la actualidad aún subsiste la mayor parte del articulado de este Decreto Legislativo que
no fue derogado por el Decreto Legislativo 708, pero dentro de su contexto marcadamente
distinto en el aspecto técnico de la configuración de la concesión minera y del régimen
procesal para su otorgamiento.