atracción
Concursos y
quiebras
Fuero de atracción
El fuero de atracción es una figura jurídica de orden público cuya función es
reglar en forma excepcional la competencia, con el objeto de materializar el
principio de universalidad.
Excepciones
Las excepciones al fuero de atracción están previstas en el art. 21 LCQ, el que
dispone:
En cambio, en la quiebra, según el art. 132 LCQ las ejecuciones con garantías
reales sí quedan atrapadas en el proceso falencial, y se ejecutarán por la vía del
concurso especial previsto en el art. 209 LCQ. Esta es una diferencia entre
ambos procesos.
Juicios laborales
Tal como se ha señalado, el art. 21 de la LCQ en su inciso segundo, establece
que quedan exceptuados del fuero de atracción los procesos de conocimiento
en trámite, incluido los laborales. Ahora bien, éstos pueden optar por continuar
la tramitación del proceso ante el juez extraconcursal o bien, suspender el
proceso y procurar la verificación del crédito por ante el juez del concurso de
acuerdo a las previsiones del art. 32 y concordantes.
Pronto pago
El art. 16 regula el instituto del pronto pago, es la vía especial que poseen los
trabajadores para hacer efectivos anticipadamente sus créditos laborales, en
razón del carácter alimentario de tales acreencias. Es decir que se trata de una
tutela legal diferenciada destinada a que el trabajador cobre su crédito, y
permite que los acreedores laborales no se vean forzados, en razón del carácter
alimentario de sus créditos, a esperar el trámite completo de la quiebra o el
concurso preventivo para efectivizarlos, es decir, que se está en presencia de un
especial mecanismo instituido para la rápida cancelación de los créditos
laborales.
De esta manera, como el derecho de pronto pago se manifiesta como una vía
alternativa o sui generis de insinuación de créditos en el concurso, no requiere
verificación ni sentencia previa. Esto es, se alcanza la categoría de acreedor
concursal por esta vía excepcional o sumaria.
El art. 16 de la LCQ prevé taxativamente cuáles son las únicas razones por las que el
juez concursal puede rechazar total o parcialmente un pedido de pronto pago. Estas
causales son: a) créditos de origen o legitimidad dudosos; b) créditos controvertidos y
c) connivencia dolosa entre el peticionario y el concursado.
La ley concursal en su artículo 16 LCQ, refiere que “en todos los casos la
resolución es apelable”1. Así, de configurarse alguna de las causales previstas de
rechazo, el juez dictará resolución denegatoria de la pretensión del acreedor. En
tal supuesto, el acreedor quedará habilitado para “iniciar o continuar el juicio
de conocimiento laboral por ante el juez natural”2 o bien, apelar dicho
resolutorio. Por su parte, el concursado, sólo podrá apelar en aquellos casos en
los cuales la resolución que admita el pronto pago vaya más allá de lo
denunciado en la presentación del art. 11, inc. 5° LCQ que concede un mejor
derecho.
1
Art. 16 – Ley N° 24.522 (1995). Ley de Concursos y Quiebras. Honorable Congreso de la Nación.
2
Art. 16. Ley N° 24.522. Op. cit.
Continuación de acciones
Los procesos excluidos del fuero de atracción (ver art. 21 LCQ) luego de
obtenida la sentencia, deben igualmente verificar por ante el juez del concurso.
Así, el art. 56 LCQ, prevé que la sentencia obtenida en el juicio de conocimiento
no atraído y continuado debe ser objeto de verificación, pues vale como
"título verificatorio", o sea, como título que habilita la verificación.
De tal modo, el acreedor que transitó por ante otro tribunal distinto al concursal
puede verificar su acreencia en el concurso hasta un plazo máximo de seis
meses desde que quedó firme la sentencia, no considerándose tardía dicha
verificación a los fines de las costas. Es por ello, que a esta vía de insinuación se
la denomina “verificación tardía sin costas”. En orden al plazo de los seis
meses, la doctrina se divide, para algunos se trata de un plazo de
prescripción, para otros de caducidad.
El art. 353 del CCyC prescribe: “… La apertura del concurso del obligado al pago
no hace caducar el plazo, sin perjuicio del derecho del acreedor a verificar su
crédito, y a todas las consecuencias previstas en la legislación concursal”3.
Así, del tenor literal de la norma se desprende que la apertura del concurso de
la deudora no conlleva a priori la caducidad de los plazos en relación a las
deudas pendientes de cumplimiento.
Esta norma generó profusa doctrina la que (en prieta síntesis) por una parte,
postula que la presentación en concurso del deudor no acarrea la caducidad de
los plazos, mientras que otro sector boga por la caducidad automática de
3
Art. 353 – Ley N° 26.994 (2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la Nación.
aquéllos. Así, en comentario al mentado precepto se expusieron tesis
antagónicas, una que sostiene que no caducan los plazos por la apertura del
concurso preventivo (Macagno), y la otra, que entiende que se provoca la
caducidad del plazo de las obligaciones en el concurso preventivo (Graziabile,
2001).
Servicios públicos
El art. 20 de la LCQ prevé que no pueden suspenderse los servicios públicos que
se presten al deudor por deudas con origen en fecha anterior a la de la
apertura del concurso; por el contrario, los prestados con posterioridad deben
abonarse a sus respectivos vencimientos y pueden suspenderse en caso de
incumplimiento, mediante el procedimiento previsto en las normas que
rigen sus respectivas prestaciones.