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Ensayo de la educación desde la interculturalidad

Presentado por: diana Bonilla

Isidro Daniel Ibarra fernandez

(docente)
Se afirma que la interculturalidad se levanta abiertamente frente a un proyecto de
la modernidad marcado por el progreso sin límite, por el triunfo del más apto y
fuerte que no requiere de nadie. He aquí una razón fundamental para la
interculturalidad, hacer frente a una modernidad uniformizanté aportando a
construir un futuro de diversidad y pluralidad para todos.

La educación intercultural es un enfoque educativo holístico que tiene un carácter


inclusivo, donde se parte del respeto y la valoración de la diversidad cultural; es
indispensable para lograr una educación integral, busca erradicar elementos que
dificulten la convivencia entre culturas como : La discriminación, la exclusión, el
racismo.
Este tipo de educación alude a una tendencia reformadora en la praxis educativa
que trata de responder a la diversidad cultural de las sociedades actuales
Una educación para aprender a vivir en sociedad y en la diversidad cultural que
nos ofrece el mundo de hoy, desarrollando valores como el respeto y
la tolerancia hacia los demás. Estamos por tanto ante una educación
transformadora, no sólo a nivel educativo, sino también con proyecciones a la
sociedad, considerados por algunos como un nuevo enfoque hacia una Educación
Antirracista.
Se desarrolla de forma interdisciplinar y transversal, tiene un enfoque holístico, es
decir no se trata de una educación puntual, sino que es una educación que está
siempre presente en el continuo del proceso de enseñanza-aprendizaje y además
globalizadora afectando a todas las dimensiones educativas posibles.
En la Educación Intercultural existen retos que afrontar, uno de ellos es la posible
presencia de lenguas distintas entre los interactuantes.
Vivimos en una sociedad cada vez más compleja, donde se experimentan
permanentes cambios socioculturales con personas de diferentes orígenes y
expresiones. Esto ha permitido una ampliación de los vínculos entre grupos
culturales diversos, lo que exige tolerancia y flexibilidad para comprender y
adaptarse a nuevas situaciones. En este sentido cobra gran importancia la
educación intercultural, ya que supone una valoración positiva de la diversidad y
respeto por las personas.

Cada ser humano es transmisor de su cultura, la cual se expresa como parte de


su identidad. Lo cultural es aquello que cada persona es y manifiesta en las
interacciones con los otros. Por lo tanto, la educación intercultural supone una
reflexión y una práctica educativa que considere que la diversidad es lo normal en
cualquier grupo.

La interculturalidad vista desde un enfoque integral y de derechos humanos, se


refiere a la construcción de relaciones equitativas entre personas, comunidades, .
Para ello es necesario un abordaje sistémico del tema, es decir, trabajar la
interculturalidad desde una perspectiva que incluya elementos históricos, sociales,
culturales, políticos, económicos, educativos, antropológicos, ambientales, entre
otros.

En el caso específico del tratamiento del tema en el ámbito educativo, , sino


también a la interculturalización de la educación, en temas fundamentales como
leyes de educación, proyectos educativos, objetivos, políticas, planes y
programas, currículo, formación docente, textos escolares, cultura escolar y el
intercambio con la comunidad y el contexto.
Una propuesta de educación e interculturalidad plantea un diálogo entre iguales y
en igualdad de condiciones, el encuentro entre personas y culturas, el intercambio
de saberes, hacia una educación intercultural, inclusiva y diversa. La riqueza de
los saberes y conocimientos de cada cultura es uno de los objetivos
fundamentales de la educación contemporánea. Es necesario que este objetivo se
concrete no únicamente en contenidos o materias, sino en los mismos principios,
enfoques y programas nacionales educativos, así como en la misma
institucionalidad educativa.

Permite además el fortalecimiento de la identidad, el intercambio de saberes


pertinentes y contextualizados, de relaciones democráticas y armónicas, el
conocimiento articulado a la vida, el desarrollo de capacidades prácticas para
actuar en el mundo, y la construcción de un modelo propio de desarrollo humano y
sostenible, en el cual la educación cumple un papel preponderante.

Contamos con un nuevo entorno internacional integrado por algunos aspectos que
sitúan a la interculturalidad como un imperativo y signo de nuestro tiempo. Existe
una mayor conciencia y sensibilización hacia la pluralidad cultural, nos
encontramos frente al fenómeno de la globalización y tenemos una mayor
visibilidad de las desigualdades, entre otros. Pero existen algunas situaciones que
no han supuesto cambio sino por el contrario continuidad. Nuestro actual marco
histórico presenta el proceso de “globalización” como fenómeno representante de
una política y estrategia que se expande mundialmente como “la opción”
civilizadora, imponiéndose como el proyecto para la humanidad, en un intento
homogenizador contradictorio a una propuesta intercultural.

Hablar de interculturalidad es, sacar a la luz muchos de los conflictos que existen
en nuestras sociedades, es aceptar que hay diferentes culturas y que no todas
tienen el mismo reconocimiento y poder, Encontramos aquí otra poderosa razón
para la interculturalidad, contribuir a cuestionar las situaciones estructurales y las
condiciones que permiten que haya dominación de unas culturas sobre otras, de
determinados colectivos humanos sobre otros, etiquetados como diferentes e
inferiores.

Pero, nuestra historia ha supuesto también un conjunto de saberes respecto al


manejo de la diversidad, de la naturaleza y también de los grupos sociales,
haciendo posible la convivencia entre quienes eran diferentes. Un rasgo relevante,
sobre todo en el ande es el manejo de la diversidad en todos sus aspectos, tanto
físicos como sociales y culturales. Estamos ante una gran civilización agrícola que
logró avances considerables sobre la base del poli cultivo en lugar del monocultivo
seguido por las demás grandes civilizaciones agrícolas en el orbe. Si el reto en el
próximo siglo es el de crear relaciones de convivencia sobre la base del respeto y
aprovechamiento de la diversidad.
La igualdad o desigualdad entre los seres humanos no tiene nada que ver con la
biología sino con preceptos éticos, algo que una sociedad puede otorgar o quitar a
sus miembros . La diversidad observable es un producto genético, un conjunto de
diferencias genéticas y ambientales mientras que la desigualdad es un producto
cultural, una construcción social. Estas son las razones para trabajar la
interculturalidad.

Pero, ¿a qué nos referimos cuando decimos interculturalidad? El termino


interculturalidad alude al encuentro entre (inter) culturas, lo cual nos lleva en
primer lugar a una necesaria aproximación (porque asumimos la dificultad de
definirla) a lo que entendemos por cultura. La cultura está presente en el conjunto
de formas o modos particulares de expresar la vivencia del mundo y de la vida, en
la cerámica, el teatro, la danza, la música, pero no sólo como producción tangible
sino como el conjunto de formas y modos adquiridos de concebir el mundo, de
pensar, de hablar, de expresarse, percibir, comportarse, organizarse socialmente,
comunicarse, sentir y valorarse uno mismo en cuanto individuo y en cuando a
grupo. En esta perspectiva cada uno de nosotros hacemos cultura y somos
portadores de cultura.

Las expresiones materiales son parte de la cultura, pero en tanto es viva, una
cultura no se reduce nunca a la suma de todas sus producciones. Lo central de la
cultura no se ve; se encuentra en el mundo interno de quienes la comparten; son
todos los hábitos adquiridos y compartidos con los que nos relacionamos con el
mundo. Las culturas no son estáticas en el tiempo, cambian. Cada grupo cultural
es como un ser vivo que con el tiempo se va transformando por crecimiento y
adaptación. Así aquello que se considera lo propio de una cultura es en realidad
fruto de una constante transformación cuyos orígenes han sido de diversos
encuentros culturales. La manera de conservar las culturas es contribuir a la
afirmación del yo colectivo “el grupo” afirmando su tendencia al cambio y a la
reinvención constante de sus formas de expresión.

Algunos se preguntarán, si las culturas están en constante encuentro, para que


hablar de interculturalidad si esta ya existe. Esta interculturalidad -la que existe- es
una interculturalidad de “hecho”, pero si esta fuera suficiente para asegurar
relaciones de equidad entre culturas estaríamos conformes con lo que tenemos
hasta hoy y no tendría sentido trabajar la interculturalidad, pero no es así. Es
importante aquí, diferenciar la interculturalidad de “hecho”, que podemos
encontrarla en situaciones de pluriculturalidad o de multiculturalidad de la
interculturalidad como proyecto social y político. Aunque las tres parten del
reconocimiento de la diversidad son respuestas diferentes respecto al tipo de
sociedad que detrás de cada una de ellas se plantea.

La pluriculturalidad es un concepto que tipifica la particularidad de una región en


su diversidad sociocultural. En esta definición no se hace referencia al tipo de
relaciones entre los diferentes grupos culturales. Se trata de un primer
reconocimiento de la diferencia, casi constatación, sin acción como consecuencia.
La multiculturalidad, parte del reconocimiento del derecho a ser diferente y del
respeto entre los diversos colectivos culturales. El respeto apunta a la igualación
de las oportunidades sociales más no necesariamente favorece la interrelación
entre los colectivos interculturales.

La interculturalidad parte también del reconocimiento de la diversidad y del respeto


a las diferencias, pero es un proceso que busca establecer el diálogo e
intercambio equitativo en una sociedad plural, es en este sentido, mas que un
concepto, una propuesta, un desafío que supone una actitud que parte de la base
de aceptar la condición nata de igualdad y respeto de todos los seres humanos (a
pesar de las diferencias), por el solo hecho de serlo .Además de ser una meta por
alcanzar, la interculturalidad debería ser entendida como un proceso permanente
de relación, comunicación y aprendizaje entre personas, grupos, conocimientos,
valores y tradiciones distintas, orientada a generar, construir y propiciar un respeto
mutuo, y a un desarrollo pleno de las capacidades de los individuos, por encima
de sus diferencias culturales y sociales,.

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