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Sociedad Mexicana de Ingeniería Estructural

INTERVENCIÓN DE ESTRUCTURAS CON REFUERZOS FRP

H. Cuadros Abad¹, H. Orozco Recillas²

RESUMEN

El presente artículo describe brevemente la tecnología del refuerzo externo de compuestos poliméricos
reforzados con fibras (FRP) para la intervención de elementos estructurales que requieren restituir o
incrementar su resistencia. Se presentan algunos casos en México que ejemplifican su rango de aplicabilidad.

ABSTRACT

This paper describes the strengthening technique with composites FRP externally bonded to structural
elements in order to restore or increase their capacity. Some mexican case studies of structural strengthening
are presented to show the aplicability range.

INTRODUCCION

La intervención de una estructura existente se hace necesaria a fin de reducir su vulnerabilidad ante la
incidencia de acciones permanentes y accidentales que se estima actuarán sobre ella. En este sentido, en
función al propósito que se persigue, las intervenciones pueden ser de dos tipos:

• Intervención correctiva, que consiste en la reparación de elementos con daños que comprometen las
condiciones de seguridad o funcionalidad de la estructura, a fin de restaurar exclusivamente las
condiciones geométricas y resistencia originales. En algunos casos, además de lo anterior, se decide
mejorar la capacidad y el comportamiento estructural de los elementos a intervenir.
• Intervención preventiva, que consiste en el reforzamiento de elementos estructurales que no
presentan daños pero son vulnerables ante acciones que eventualmente incidirán sobre la estructura,
como en el caso de los sismos. En algunos casos se da solución a una deficiencia del diseño original
y en otros, los reglamentos demandan la actualización a los nuevos códigos de construcción.

Lamentablemente, la sociedad carece de una verdadera cultura de la prevención de desastres, y más bien está
orientada a la administración de los mismos. Se destinan más recursos a la intervención de estructuras que
presentan daños serios y evidentes, que a las acciones de carácter preventivo en estructuras que por su edad,
deterioro de los materiales, deficiencias de proyecto, errores constructivos, entre otros, presentan alto grado
de vulnerabilidad ante la incidencia de eventos principalmente de naturaleza accidental, como los sismos.

La tecnología de los compuestos formados por polímeros reforzados con fibras FRP (acrónimo de Fiber
Reinforced Polymer) ha alcanzado un nivel de desarrollo que hace posible su utilización racional y
competitiva como un refuerzo complementario de elementos estructurales para restituir su capacidad original
o para incrementarla.

Las características mecánicas de los materiales compuestos son muy favorables para obtener soluciones de
reforzamiento estructural que presentan marcadas ventajas ante las comúnmente utilizadas en la práctica. Su

1. Gerente Técnico, Sika Mexicana S.A. de C.V., Calzada Las Armas Núm. 18, Fraccionamiento Industrial
Las Armas, CP 54080 Tlalnepantla, Estado de México, Teléfonos (55)2626-5430; (55 )2626-5440
cuadros.hugo@mx.sika.com
2. Ingeniero de Diagnosis, Sika Mexicana S.A. de C.V., Calzada Las Armas Núm. 18, Fraccionamiento
Industrial Las Armas, CP 54080 Tlalnepantla, Estado de México, Teléfono (55)2626-5430;
orozco.dolan@mx.sika.com
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uso racional contribuye a reducir la vulnerabilidad de una estructura ante la incidencia de cargas de magnitud
determinada o de naturaleza accidental, como es el caso de los sismos.

El uso de los materiales compuestos FRP externamente adheridos para el reforzamiento de estructuras
existentes inició en Europa a principios de los años ochenta, mientras que en América Latina se empleó por
primera vez a mediados de la década de los 90. Estos materiales se emplearon en sus inicios como refuerzo de
flexión en puentes y para confinamiento de columnas de concreto. En México, los primeros refuerzos con
materiales compuestos externamente adheridos se llevaron a cabo a finales de los 90. El desarrollo de esta
tecnología tiene sus antecedentes en el uso de placas de acero adheridas a elementos de concreto para restituir
o incrementar su resistencia estructural, procedimiento que se ha utilizado alrededor del mundo desde finales
de los años sesenta.

El rango de aplicabilidad de estos materiales abarca estructuras de concreto, mampostería, madera e incluso
metal. Hoy en día, el número de estructuras en donde se han empleado los compuestos FRP como materiales
de reparación y/o reforzamiento alrededor del mundo, es de varios miles. En ellas, diversos tipos de elementos
estructurales como vigas, losas, columnas, muros, conexiones, chimeneas, bóvedas, domos, tuberías,
armaduras, entre otros, han sido intervenidos.

CARACTERISTICAS DE LOS COMPUESTOS FRP

Propiedades de los compuestos FRP

El término FRP se refiere a un material compuesto por un polímero (resina) reforzado con fibras que le
aportan su resistencia mecánica. Estos compuestos son normalmente fabricados orientando las fibras en una
sola dirección, de modo que aportan resistencia unidireccional, aunque en el mercado también existen con
resistencia en dos o tres direcciones. Las fibras que comúnmente se emplean para propósito estructural son:
carbono (C), vidrio (G) y aramida (A), las cuales se saturan con una matriz de un polímero que puede ser de
distintos tipos y, que generalmente, es de origen epóxico. Para diferenciar el tipo de fibra del compuesto se
emplean los términos CFRP, GFRP y AFRP para designar a los de carbono, vidrio y aramida,
respectivamente. La resistencia y rigidez del compuesto (fibra más resina) están principalmente gobernadas
por la fibra en la dirección en la cual se encuentre orientada.

En el mercado existen dos formas de presentación de estos sistemas de reforzamiento: en placas o láminas
presaturadas (figura 2) de varias medidas y en tejidos (figura 3); las primeras son elaboradas completamente
en fábrica, dónde se les da forma a través de un proceso de pultrusión y se les incorpora la resina matriz,
presentan una flexibilidad relativamente limitada y admiten diámetros de curvatura del orden de un metro.
Los tejidos existen en diferentes espesores dependiendo de su contenido de fibra y la resina matriz saturante
se incorpora en el sitio de la obra; su ventaja principal es que se adaptan a cualquier geometría de los
elementos estructurales. La figura 1 muestra en forma esquemática algunas posibles aplicaciones de
reforzamiento a una estructura existente, que abarca el reforzamiento de columnas, losas, muros, trabes,
entre otros.

Figura 1. Diferentes formas de reforzamiento estructural en


vigas, losas, muros y columnas.
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Las placas o láminas regularmente tienen un espesor de entre 1 y 2 mm, son suministradas en varios
anchos, típicamente entre 50 y 100 mm, están disponibles en longitudes muy largas (~250 m) y se proveen
enrolladas formando bobinas de alrededor de un metro de diámetro. Se cortan fácilmente a la medida
requerida mediante una guillotina, una esmeriladora con disco de corte o una simple segueta. Normalmente
una de las caras de la placa es preparada en fábrica para proporcionarle el perfil de anclaje adecuado para la
liga del adhesivo. Su resistencia es unidireccional y el contenido de fibras es del orden del 70% del
volumen del compuesto.

Otra alternativa es el uso de camisas prefabricadas de compuestos para el confinamiento de columnas


circulares (figura 5). En general se procura que el diámetro interno de la camisa sea lo más cercano posible
al diámetro exterior de la columna, aunque en algunos casos se han dejado holguras de 5 a 15 cm que son
rellenadas posteriormente con mortero. Esta solución es económica cuando el número de columnas que se
deban reforzar haga rentable el procedimiento, ya que el costo de fabricación de los moldes es elevado.

También es posible encontrar en el mercado placas prefabricadas en forma de “L” (figura 4) como una
solución alternativa para el refuerzo de vigas por cortante. Éstas se disponen en forma de medios estribos
verticales con el extremo superior anclado a la losa y el inferior adherido al lecho bajo de la viga.

Figura 2. Placas Figura 3. Tejidos Figura 4. Estribos Figura 5. Camisas

Por sus altas propiedades mecánicas, los adhesivos más comúnmente empleados para reforzamientos
estructurales son las resinas epóxicas, que generalmente son libres de solventes, de dos componentes y
curan a temperatura ambiente. En la referencia 1 se pueden consultar las propiedades de algunas resinas
comerciales.

La selección del tipo de resina epóxica está gobernada por varios factores, entre los que destacan las
condiciones ambientales, la velocidad y el tipo de aplicación; los datos técnicos específicos y las
condiciones de uso deben ser consultados con el fabricante del adhesivo. Aunque ya es posible encontrar
resinas para aplicaciones de hasta 150°C, la temperatura máxima de servicio es, en general, del orden de los
50°C y la temperatura de transición del vidrio está en el rango de 50°C a 65°C. En el caso de que se realice
una aplicación de reforzamiento polimérico en un sitio donde la temperatura máxima esperada sea más
elevada que la máxima de trabajo recomendada por el fabricante del sistema, deberán tomarse previsiones
para colocar algún producto o sistema que provea aislamiento térmico en las zonas donde se coloque el
refuerzo.

En un material FRP, es importante diferenciar las propiedades de las fibras por sí mismas, las del polímero
que forma la matriz y la del material compuesto producto de la combinación fibra-matriz. Los valores
típicos de las propiedades de las fibras se dan en la tabla 1 [6] y en la figura 6.Las propiedades mecánicas
como materiales compuestos están gobernadas por el porcentaje de contenido de fibra en la dirección
resistente. Dado que este porcentaje siempre será menor al 100% para dar espacio a la matriz polimérica, los
valores correspondientes a la resistencia y módulo elástico son inferiores a las de las fibras aisladas. En
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general, para un compuesto con resistencia unidireccional, sus propiedades mecánicas serán
aproximadamente los de la fibra multiplicados por el porcentaje que ocupa ésta en el compuesto.

Tabla 1. Propiedades mecánicas de las fibras


Tipo de fibra FRP Resistencia a tensión Módulo de elaticidad Elongación Densidad
(N/mm2) (KN/mm2) % específica
Carbono: alta resistencia 4300-4900 230-240 1.9-2.1 1.8
Carbono: alto módulo 2740-5490 294-329 0.7-1.9 1.78-1.81
Carbono: ultra alto módulo 2600-4020 540-640 0.4-0.8 1.91-2.12
Aramida 3200-3600 124-130 2.4 1.44
Vidrio 2400-3500 70-85 3.5-4.7 2.6

6000

5000

CAR
ESFUERZO (kN/mm2)

4000 CAR
CMM
CMM
CAM
3000 CAM
ARAMID
ARAMID
VIDRIO
2000 VIDRIO

1000

0
0 1 2 3 4 5
DEFO RMACIÓN UNITARIA (%)

Figura 6. Curvas Esfuerzo-Deformación de fibras

Las fibras de carbono y aramida son resistentes a las distintas formas de ataque químico. En general, la fibra
de vidrio es vulnerable a los álcalis (pH mayor a 11) pero no a los ácidos. La fibra de aramida absorbe más
humedad que las otras dos fibras, lo que puede alterar sus propiedades en forma importante.

Las fibras de vidrio y carbono no se afectan por la luz ultravioleta. Las fibras de aramida se decoloran ante
la incidencia de la luz ultravioleta y se reduce su resistencia. Sin embargo, cuando están embebidas en la
resina, esta degradación solamente ocurre en la zona superficial expuesta y no existe riesgo de afectación de
las propiedades mecánicas de todo el compuesto. Siempre es recomendable proteger las superficies de la
exposición a la radiación ultravioleta.

Las fibras de aramida y de vidrio no son conductivas de la electricidad y por tanto su uso es recomendable
en las cercanías de líneas de fuerza, rieles electrificados e instalaciones de comunicaciones. Las fibras de
carbono si son conductoras de la electricidad y en zonas de riesgo eléctrico deben ser empleadas con
cautela.

El comportamiento de las fibras ante impacto es altamente dependiente de la energía de deformación elástica
generada y absorbida. Las fibras que combinan alta resistencia y deformación (resistencia a la tensión mayor
de 3500 N/mm2 y elongación mayor de 2%) son las más indicadas para las aplicaciones en donde la
resistencia al impacto es importante. Ciertos grados de fibras de carbono, aramida y vidrio pueden cumplir
con estos requerimientos.

Ventajas de los refuerzos FRP

El uso del refuerzo FRP externamente adherido presenta beneficios respecto al empleo de placas metálicas y
al encamisado de elementos con concreto o acero: es más ligero que el acero (γ ~ 1.4-2.6 g/cm³), lo cual
permite una instalación más sencilla y más rápida, eliminando la necesidad de soportes provisionales o
anclajes de sujeción que siempre se requieren en el caso de las placas metálicas mientras el adhesivo adquiere
resistencia; se corta con extrema facilidad a la longitud requerida en el sitio de la obra; es inerte a la corrosión
y no requiere mantenimiento.
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Otra ventaja de este sistema de reforzamiento es que no modifica la geometría arquitectónica ni la rigidez de
los elementos estructurales debido al pequeño espesor en que es aplicado (1 a 2 mm) y no genera incremento
del peso de la estructura.

CONDICIONES PREVIAS AL REFUERZO

Evaluación de la estructura

Antes de tomar la decisión de llevar a cabo reforzamientos externamente adheridos, se deben investigar la
situación en que se encuentre la estructura. Esta evaluación permitirá identificar las condiciones reales de los
elementos, la calidad y sanidad de los materiales que los componen y conocer el estado de deterioro evidente
y oculto que, de no repararse, puede comprometer seriamente la efectividad del refuerzo.

Para el caso de estructuras de concreto reforzado, que por mucho han sido las más intervenidas con sistemas
FRP, es imperativo conocer las propiedades mecánicas del concreto y verificar que no existan patologías de
origen químico, examinar el armado existente para evaluar la capacidad de carga, diagnosticar si el acero de
refuerzo presenta corrosión, el grado de severidad, la velocidad de avance y la naturaleza del mismo
(carbonatación del concreto o presencia de agresores químicos como cloruros, sulfatos, etc.), entre otras
cosas. Para dicho propósito se realizan ensayes físico-químicos, entre los cuales destacan los siguientes:
pruebas a tracción del concreto mediante ensayes de adherencia in-situ, extracción y prueba a compresión de
núcleos de concreto, medición del pH del concreto, extracción de muestras para la determinación del
contenido de cloruros, sulfatos y otros contaminantes, determinación de la posición y cuantía del acero de
refuerzo mediante pachómetro o calas, evaluación del contenido de humedad, medición del potencial y
velocidad de corrosión, extracción de corazones para estudiar la posible reacción álcali-agregado,
determinación indirecta de la calidad del concreto mediante el empleo de ultrasonido o esclerómetro, entre
otros ensayes.

Además del estado de sanidad de los materiales, debe investigarse la naturaleza e intensidad de agrietamientos
y fallas de origen estructural a fin de evaluar su importancia y tomarlos en cuenta en el proyecto de refuerzo.
Es necesario dar tratamiento a las grietas presentes, a fin de reintegrar el monolitismo estructural en los
elementos afectados y sellarlos para evitar el ingreso de sustancias que afecten la durabilidad de los
materiales; existen productos y procedimientos apropiados para tal efecto, como son las resinas epóxicas de
alta fluidez que permiten el relleno y sello de grietas de muy bajo espesor [14]. Todos los defectos
identificados deben repararse con sistemas apropiados (que sean compatibles física y químicamente con el
sustrato) [14] y en estricto apego a las recomendaciones de los fabricantes de dichos sistemas. Si se opta por
llevar a cabo reparaciones con productos cementicios es importante esperar el término del proceso de curado
antes de llevar a cabo la colocación del refuerzo. La reparación con resinas o morteros epóxicos es
recomendada cuando no se dispone de tiempo suficiente para esperar el curado de un sistema cementicio. En
este caso, la reparación puede realizarse el día anterior a la colocación del refuerzo.

Preparación del sustrato

La buena preparación de la superficie de concreto o del material base es de suprema importancia para
garantizar la buena adherencia del refuerzo y con ello una larga vida y efectividad del mismo. Deben retirarse
de la superficie la lechada del concreto, material suelto y polvo, aceite o grasa, residuos de corrosión,
recubrimientos existentes, membranas de curado, hongos y todo aquél material que inhiba la buena
adherencia del refuerzo. La calidad de la preparación de superficie se evaluará mediante la realización de
ensayes de adherencia conocidos como Pull-Off Tests. En términos muy generales, un sustrato califica para
ser reforzado si bajo esta prueba se presenta una adherencia no menor a 1.4 Mpa en el caso de refuerzos que
demanden cortantes de interfase concentrados y no menor a 1.0 MPa en el caso de que los esfuerzos cortantes
estén distribuidos en la superficie.
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CRITERIOS DE DISEÑO

Métodos de diseño y normatividad

Aunque ya se han desarrollado algunos materiales FRP de comportamiento dúctil [11], hoy en día, los
materiales FRP disponibles en el mercado no son dúctiles, tienen un comportamiento elástico-lineal desde el
inicio de la carga hasta su ruptura. Así mismo, el concreto simple (no reforzado) presenta un comportamiento
frágil, aunque su curva esfuerzo-deformación no es lineal.

Así como fue posible combinar en forma controlada el concreto simple con acero de refuerzo para lograr
elementos de comportamiento dúctil, de esta misma forma es posible combinar el concreto reforzado con
refuerzos poliméricos complementarios y mantener aún un nivel de ductilidad adecuado.

De esta forma, aunque el reforzamiento externo se coloque para incrementar o restituir la capacidad de carga
de un elemento, el acero de refuerzo existente seguirá siendo el actor principal en el comportamiento dúctil
del mismo. En general, cuando la ductilidad se requiere, no se concibe un reforzamiento de este tipo ante la
ausencia o muy baja cuantía de acero de refuerzo.

El diseño de refuerzos externamente adheridos se basa en los criterios de estados límite [5,6,7,8,9] y, por
tanto, son aplicables los mismos postulados del diseño del concreto reforzado, esto es, se establece la
compatibilidad de deformaciones considerando la deformación plana de la sección, se obliga al equilibrio de
las fuerzas internas a partir de las propiedades mecánicas de los materiales y se estima, finalmente, la
capacidad de carga nominal la cual se afecta por los factores de resistencia acordes al código o reglamento
aplicable. La resistencia última obtenida deberá ser mayor o igual a las acciones factorizadas, según la
siguiente expresión:

φ Sn > Σ ψi Li
donde:
φ = factor de resistencia
Sn= resistencia nominal
Li = carga de servicio
Ψi = factor de carga

El empleo de refuerzos poliméricos FRP en Latinoamérica está rezagado con respecto a Estados Unidos,
Europa y Japón [1]. En aquéllos países, hoy en día, existen documentos oficiales muy completos con reglas
conservadoras para el diseño con refuerzos FRP basadas en la investigación y experiencia local y mundial
acumulada a la fecha.

El Comité ACI 440-R del American Concrete Institute (ACI), publicó en 1996 el documento de la referencia
[2] relativo al “Estado del Arte sobre Reforzamiento FRP para Estructuras de Concreto”, que consigna el
desarrollo histórico del empleo del FRP como refuerzo interno y externo de estructuras de concreto.

El International Conference of Building Officials (ICBO) de Estados Unidos publicó en 1997 el documento
AC125 [9] que consigna los “Criterios de Aceptación para Reforzamiento de Concreto y Mampostería
Reforzada y no Reforzada con el Uso de Materiales Compuestos”, en dónde además de los criterios se dan
guías de diseño.

El Instituto Alemán de Tecnología de la Construcción autorizó en 1997 el empleo de un sistema suizo de


placas prefabricadas de fibra de carbono para el reforzamiento de vigas a flexión y cortante en donde además
se dan criterios para su diseño y aplicación [4].

El Comité 440-F del Instituto Americano del Concreto (ACI) desarrolló en 1999 un documento en el cual se
establecen las recomendaciones de diseño y las técnicas de construcción para el uso de FRP en el
reforzamiento externo del concreto [3].
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El Comité del Concreto del Reino Unido publicó en el año 2000 el Reporte Núm. 55 que contiene “Guías de
Diseño para Reforzamiento de Estructuras de Concreto con Materiales Compuestos” [6], que conjuntamente
con los Boletines 14 y 35 de la Fédération Internationale du Béton [8,15] publicados en el 2001 y 2006,
respectivamente, consignan los criterios de la práctica europea para el diseño de esta tecnología.

En el año 2002, después de un largo período de consenso mundial, el Comité ACI 440.2R-02 editó la “Guía
para el Diseño y Construcción de Sistemas FRP Externamente Adheridos para Refuerzo de Estructuras de
Concreto” [8] que representa para el gremio de los ingenieros en Latinoamérica un documento de referencia
que les genera certidumbre y con el cual pueden acreditar técnicamente el diseño de sus refuerzos.

La Sociedad Americana de Ingenieros Civiles (ASCE) preparó en el año 2002 una Revisión del Estado del
Arte de Compuestos Poliméricos Reforzados con Fibras para Construcción [12] que abarca todos los tipos de
elementos fabricados con compuestos FRP que se emplean en construcciones civiles.

Por otro lado, algunos fabricantes de sistemas FRP han elaborado Guías de Diseño [5] que consignan criterios
aceptados por la comunidad internacional con base en la investigación y desarrollo de la tecnología generada
a la fecha. Está en continuo desarrollo el estudio experimental y analítico de los refuerzos FRP para distintos
propósitos y seguramente, la propia evolución del conocimiento obligará a la revisión periódica de los
criterios de diseño que actualmente se emplean.

En México no existe norma alguna relativa al uso de los compuestos FRP para propósito de refuerzo
estructural, y por tanto, existe un vacío de orden técnico-legal que, sin lugar a dudas, desalienta el empleo de
esta tecnología. Aún así, a pesar de la ausencia de normatividad, se ha utilizado esta técnica durante los
últimos años para el refuerzo de obras de infraestructura, vivienda, y edificaciones para distintos usos, cuyo
diseño se ha basado en alguno de los criterios señalados en los párrafos precedentes, principalmente, los que
corresponden al ACI-440.

Reforzamiento a flexión

El reforzamiento por flexión en elementos de concreto, mampostería o madera mediante el empleo de


compuestos puede lograrse adhiriendo los materiales con resina epóxica a la superficie del elemento que se
encuentre a tensión, orientando las fibras en forma paralela a la dirección de los esfuerzos principales (Figura
7).

La transmisión de los esfuerzos al reforzamiento externamente adherido se realiza a través de esfuerzos


cortantes y normales generados en la interfase del sustrato y el adhesivo epóxico de liga. De aquí la
importancia de asegurar que el sustrato tenga la resistencia requerida para que lleve a cabo esta transferencia
de esfuerzos.

Figura 7. Refuerzo a flexión con placas FRP

Es importante evitar que se presenten mecanismos de falla frágiles en el elemento reforzado. Por ende, se
debe asegurar que la deformación en la zona de compresión del concreto no sea mayor al valor asociado a su
falla (0.003), que se garantice la fluencia del acero de refuerzo dentro de un rango de deformación apropiado
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(normalmente entre 0.0035 y 0.05), y que se eviten fallas de separación y delaminación del refuerzo por
efectos de esfuerzos locales.

Un elemento con reforzamiento externo a flexión puede fallar prematuramente como resultado de una
separación local del refuerzo FRP que puede ser causado por dos mecanismos distintos: delaminación y
separación del recubrimiento (desgarramiento). En general, dado sus altas propiedades mecánicas, es difícil
que se presente la falla por agotamiento de resistencia del propio refuerzo FRP.

La falla por desgarramiento ocurre en los extremos del FRP donde se tiene una discontinuidad como resultado
de la interrupción del refuerzo (Figura 8). La falla se asocia a la concentración de esfuerzos cortantes y
normales en el adhesivo debido a la deformación del FRP que ocurre ante la acción de las cargas actuantes.
La magnitud de estos esfuerzos está influenciada por varios factores, entre los que destacan las dimensiones
del FRP, la diferencia de módulos de elasticidad del compuesto y el adhesivo y la forma del diagrama de
momento flexionante. Esta falla resulta en la separación total del recubrimiento del concreto generando un
plano de falla a nivel de las barras del acero de refuerzo y que se extiende rápidamente hacia el extremo
opuesto del elemento. Para evitar este tipo de falla, en el diseño se limita el esfuerzo cortante longitudinal
entre el sustrato y el refuerzo y se extiende el refuerzo más allá del punto en que teóricamente ya no se
requiere una longitud de anclaje [5, 7].

Al contrario de la falla por desgarramiento, la delaminación generalmente ocurre lejos del extremo del
refuerzo. Puede generarse si el adhesivo empleado es débil o no se aplicó correctamente. Esta falla es también
indicativa de una preparación inadecuada del sustrato. Con más frecuencia se asocia a la formación de
agrietamiento de gran amplitud por flexión y/o cortante que ocurre como resultado de la fluencia de las barras
del acero de refuerzo. Las grietas de magnitud importante generan altos esfuerzos en el compuesto a lo largo
del agrietamiento que solamente se pueden disipar por delaminación, con riesgo de propagarse hacia el
extremo del refuerzo y conducir finalmente a una falla por separación del refuerzo. Para evitar una falla de
este tipo, la deformación unitaria del refuerzo no debe sobrepasar cierto valor límite [5] [6].

El fenómeno de separación del refuerzo es un tema que genera controversia y la descripción que antecede
intenta hacer un breve repaso de los principales factores involucrados. Se sugiere consultar la referencia [6)]
para una explicación más amplia de estos conceptos. Los documentos de las referencias [7] [8] y [9]
establecen criterios y recomendaciones para evitar que ocurran este tipo de fallas.

Figura 8. Falla por desgarramiento

Reforzamiento a cortante

El refuerzo a cortante de un elemento estructural (viga, muro, columna) puede lograrse mediante el empleo de
compuestos FRP adheridos con resina epóxica sobre la superficie, de tal forma que se cruce el agrietamiento
potencial que puede generarse por la tensión diagonal (Figura 9).
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Las investigaciones realizadas sobre el reforzamiento a cortante con refuerzos FRP han mostrado que como
en el caso del concreto reforzado convencional, la falla por cortante ocurrirá debido a dos mecanismos
básicos, la tensión diagonal y la compresión diagonal.

Figura 9. Refuerzo a cortante

La falla por compresión diagonal se evita limitando el valor del esfuerzo cortante máximo en el concreto. La
falla por tensión diagonal es posible que se presente si la fuerza cortante de diseño es mayor que el cortante
resistente de la sección. Ésta última se calcula con la suma de las contribuciones del concreto y del acero de
refuerzo existente. El déficit de resistencia se tomará con el refuerzo FRP, aplicando los mismos principios de
diseño convencional para el concreto reforzado, esto es, suponiendo un patrón de agrietamiento y
multiplicando el área del refuerzo FRP que intersecta las grietas potenciales por su esfuerzo de trabajo
admisible.

La deformación en el refuerzo FRP debe ser limitada para evitar que se pierda la contribución de “trabazón”
del agregado a la resistencia (entre el 35% y 50%) y que, además, ocurra la delaminación del refuerzo.

Existen diferentes opiniones sobre la deformación límite del refuerzo a cortante. Pruebas de laboratorio
realizadas en vigas y columnas envueltas con refuerzos FRP han mostrado que una deformación máxima de
0.004 es adecuada [6], [7].

Cuando el refuerzo a cortante envuelve completamente al elemento, el riesgo de delaminación de la fibra es


bajo. Para los casos en donde no es posible esta solución y se recurre a un refuerzo envolviendo en forma de
“U” al elemento o adhiriendo el FRP únicamente a sus caras laterales, existe alto riesgo de que se presente
este fenómeno, por lo cual deben tomarse todas las precauciones en el diseño para evitar este tipo de falla [6].
Inclusive, este tipo de refuerzos parciales no se recomiendan utilizar en las zonas donde se espera la
formación de articulaciones plásticas ante la acción de cargas reversibles [7].

El distanciamiento entre las franjas de refuerzo FRP debe permitir que cualquier grieta diagonal potencial sea
interceptada por el refuerzo, razón por la cual deben respetarse las separaciones máximas indicadas en los
reglamentos.

Mediante el empleo de la analogía de la armadura es posible visualizar en forma sencilla que las vigas y
columnas sujetas a fuerza cortante experimentarán fuerzas de tensión axiales, adicionales a las producidas por
flexión, que requieren ser tomadas con refuerzo axial adicional [6]. La referencias [7] y [9] presentan
recomendaciones para el diseño del refuerzo a cortante con compuestos FRP.

Confinamiento

Desde principios del siglo XX fue estudiado el fenómeno del confinamiento del concreto por Richart [6],
quién obtuvo una expresión para obtener la resistencia a compresión del concreto sujeto a una presión de
confinamiento triaxial activa. Postuló que la resistencia confinada es la suma de la resistencia sin
confinamiento más 4.1 veces la presión lateral de confinamiento [5]. Se ha confirmado en investigaciones
recientes que el modelo de Richart continúa siendo válido para estimar la resistencia confinada del concreto,
aunque ya existen distintos modelos teóricos más refinados para predecir el comportamiento del concreto
confinado, y que pueden ser consultados en las referencias [6] y [7].
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El aumento de resistencia a compresión de columnas de concreto con deficiencia estructural en regiones


sísmicas mediante el confinamiento, fue una de las primeras aplicaciones de los materiales FRP en obras de
infraestructura. El confinamiento además incrementa la capacidad rotacional ( y por tanto la ductilidad) de las
articulaciones plásticas y previene de la separación del refuerzo interno en las zonas de traslape.

El confinamiento también puede aportar beneficios en regiones no sísmicas, para el caso en que se requiera
únicamente aumentar la capacidad de una columna debido al incremento de cargas verticales. En cualquier
caso, el confinamiento se logra envolviendo perimetralmente el elemento con materiales FRP de tal forma que
la dirección principal de la fibra sea en sentido perpendicular al eje del elemento.

El confinamiento en columnas circulares reduce la expansión lateral del concreto inmediatamente después de
que se ha alcanzado la resistencia no confinada y se invierte la dirección de la respuesta volumétrica,
lográndose una contracción estable de volumen de deformación. En contraste con el caso de un encamisado
con acero, en donde en el momento en que se alcanza el esfuerzo de fluencia se presenta una expansión
volumétrica inestable.

El confinamiento de secciones rectangulares es menos eficiente respecto a las circulares. En este caso, el
esfuerzo de confinamiento es transmitido en las cuatro esquinas de la sección [7]. Por tal motivo, no se
recomienda utilizar FRP con propósitos de confinamiento en elementos rectangulares cuya sección transversal
tengan una relación largo/ancho mayor a 1.5, a menos que se tomen previsiones especiales. Los criterios de
diseño por confinamiento con compuestos FRP se consignan en las referencias [5], [6], [7] y [8].

Reforzamiento de mampostería

En los años recientes se han llevado a cabo intervenciones de estructuras de mampostería mediante el empleo
de compuestos FRP (Figura 10). De igual forma que en el concreto, el procedimiento consiste en adherir con
resina epóxica (o poliéster en ocasiones) bandas FRP a la superficie del material en los sitios y en la dirección
de los esfuerzos principales.

El diseño de la mampostería reforzada externamente con compuestos FRP se aborda con los mismos criterios
fundamentales que en el caso del concreto. La mampostería puede reforzarse a flexión dentro y fuera de su
plano, a fuerza cortante en su plano y a confinamiento. La referencias [7] y [9] consignan los criterios y
recomendaciones que rigen su diseño.

Actualmente el Comité 440 del American Concrete Institute (ACI) en conjunto con el Comité de la
Mampostería de The Masonry Society (TMS), han formado un grupo para desarrollar recomendaciones para
el reforzamiento de elementos de mampostería con materiales FRP [13].

Figura 10. Refuerzo de una chimenea de


mampostería simple

CASOS DE ESTUDIO

El proyecto de los refuerzos que se presentan en este trabajo fue realizado por ingenieros mexicanos
especialistas en estructuras, con base en los criterios de diseño que se consignan en las referencias [5] y [7].
Sociedad Mexicana de Ingeniería Estructural

Caso 1. Edificio de oficinas en la Cd. de México (2003).

El edificio está localizado al sur de la Cd. de México ( Figura 11), cuenta con 22 entrepisos, de los cuales 5
están destinados a estacionamiento de vehículos, 16 a oficinas y el sótano a instalaciones eléctricas. El
sistema estructural está formado por marcos y muros de concreto reforzado; la cimentación está desplantada
sobre un suelo de compresibilidad media (conocido como de transición) que cuenta con losa, contratrabes y
pilas de concreto soportadas en la capa resistente del subsuelo. La construcción data del año 1974.

El propietario decidió llevar a cabo la actualización sísmica del inmueble, lo que derivó en un proyecto
estructural que contempló el refuerzo local de los elementos estructurales a fin de reducir su vulnerabilidad
ante eventos sísmicos, dentro de las exigencias del reglamento de construcciones vigente en el año 2003.

El proyecto consideró el refuerzo de columnas (Figura 12) y trabes (Figura 13), ambas tanto a flexión como a
cortante . Para el refuerzo a flexión se empleó placa de fibra de carbono CFRP de 10 cm de ancho, 1.2 mm de
espesor, 165 GPa de módulo elástico (como compuesto) y un esfuerzo último de falla de 2800 MPa, adherida
al sustrato con resina epóxica de alta exigencia estructural. Para el refuerzo por cortante se empleó tejido
CFRP con un contenido de fibra de carbono de 610 g/m², módulo elástico de la fibra de 230 GPa y resistencia
última de 3500 Mpa.

Caso 2. Puente “San Miguel”, Sonora, México (2002).

El puente forma parte de la infraestructura carretera que administra la Secretaría de Comunicaciones y


Transportes (SCT) del Gobierno Federal, está localizado al norte de la República Mexicana y su construcción
data de los años setentas; es de concreto reforzado, tiene una longitud del orden de 180 m y está compuesto
por 9 tramos simplemente apoyados de 20 m de longitud cada uno; tiene un ancho de calzada de 7.50 m; la
superestructura consta de losa de 18 cm de espesor, dos trabes portantes de 0.30 m x 1.60 m, con diafragmas
transversales intermedios y pilas de mampostería de piedra. El diseño original consideró cargas vehiculares
HS-20, de magnitud menor a las que actualmente circulan por las carreteras mexicanas.

Dentro del programa denominado “Sistema de Puentes Mexicanos” (SIPUMEX), en el año 2001 se elaboró el
proyecto de refuerzo para aumentar la capacidad del puente ante las nuevas cargas de diseño. El proyecto
contempló el refuerzo de las vigas a tensión diagonal (Figura 14) y el refuerzo de las vigas y losa a flexión
(Figura 15). Para todos los casos se empleó placa de fibra de carbono de 5, 8 y 10 cm de ancho y 1.2 mm de
espesor, módulo elástico (como compuesto) de 165 GPa y un esfuerzo último de falla de 2800 MPa. Sobre el
refuerzo se colocó un recubrimiento de poliuretano como protección contra la radiación UV.

Caso 3. Puente “Boca de Campos”, Michoacán, México (2002).

Este puente también forma parte de la infraestructura carretera que administra la Secretaría de
Comunicaciones y Transportes (SCT) del Gobierno Federal. Está localizado en la región costera del occidente
de la República Mexicana, su construcción data de los años setentas, es de concreto reforzado, tiene una
longitud del orden de 50 m, está compuesto por 2 tramos simplemente apoyados de 25 m de longitud cada
uno y tiene un ancho de calzada de 7.50 m; la superestructura consta de losa de 28 cm de espesor promedio,
dos trabes portantes de 0.45 m x 2.50 m , con diafragmas transversales en cada apoyo y pilas de concreto. Fue
diseñado para cargas vehiculares HS-20, de magnitud menor a las que actualmente circulan por las carreteras
mexicanas.

En apego al programa del SIPUMEX, en el año 2001 se desarrolló el proyecto de refuerzo y en el año 2002 se
ejecutó la obra. Las vigas se reforzaron por flexión y tensión diagonal (Figura 16); en el primer caso, se
utilizó placa de fibra de carbono CFRP de 10 cm de ancho, 1.2 mm de espesor, módulo elástico como
compuesto de 165 GPa y resistencia última de 2800 MPa.

Caso 4. Vivienda popular en el norte del país (2002).


V Simposio Nacional de Ingeniería Estructural en la Vivienda Queretaro, Qro. 2007

El conjunto habitacional se localiza en la frontera norte de la República Mexicana, está conformado por
viviendas unifamiliares de concreto reforzado, de dos niveles con 50 m² de área habitable. Ochenta de esas
viviendas sufrieron agrietamiento diagonal en los muros de concreto de la planta alta ante la presencia de altos
esfuerzos de tensión no tomados en cuenta en el diseño estructural.
El refuerzo consistió en la colocación de placas de fibra de carbono CFRP de 5 cm de ancho (Figura 17), 1.2
mm de espesor, módulo elástico como compuesto de 165 GPa y resistencia última de 2800 MPa. Las placas
CRFRP quedaron ocultas bajo el acabado de los muros.

Caso 5. Vivienda popular en la zona conurbada de la Cd. de México (2001).

Conjunto habitacional de viviendas unifamiliares de concreto reforzado, de dos niveles y 56 m² de área


habitable. Setenta de las viviendas presentaron agrietamientos por flexión en las losas de entrepiso y azotea,
provocados por escasez de armado.

Se reforzaron con placas de fibra de carbono CFRP de 5 cm de ancho (Figura 18), 1.2 mm de espesor, módulo
elástico como compuesto de 165 GPa y resistencia última de 2800 MPa, sobre las cuales se colocó el acabado
final.

Caso 6. Edificio de oficinas en la Cd. de México (2002).

Edificación de 5 niveles estructurada a base de marcos de concreto reforzado en ambas direcciones. Durante
el desarrollo de trabajos reestructuración sísmica, consistente en la separación de los muros colindantes y la
estructura, se observó muy baja resistencia del concreto de las columnas (11 MPa).

El refuerzo consistió en el confinamiento del concreto (Figura 19) de las columnas mediante una capa de
tejido de fibra de carbono CFRP con densidad de 610 g/m², módulo elástico de la fibra de 230 GPa y
resistencia última de 3500 MPa.

CONCLUSIONES

El desarrollo de la tecnología de los polímeros reforzados con fibras ha alcanzado un nivel que hace posible
su utilización racional y competitiva como un refuerzo complementario de elementos estructurales para
restituir o incrementar su capacidad original, con características mecánicas y de durabilidad muy favorables
que permiten obtener soluciones de reforzamiento estructural con marcadas ventajas frente a las comúnmente
utilizadas en la práctica.

En México, la técnica de los compuestos FRP como refuerzo estructural externo está disponible en el mercado
desde finales de los años 90, lo que ha permitido la intervención de más de un centenar de estructuras de
concreto para resolver deficiencias asociadas a superar aspectos vulnerables y reducir el riesgo de falla.

Es imperativo promover el desarrollo de una norma mexicana que permita superar el vacío técnico-legal
existente y proporcione al gremio de ingenieros estructuristas la certidumbre en el uso de esta técnica para el
refuerzo estructural con compuestos FRP. Hay una gran cantidad de información disponible, generada a
través de más de 20 años de investigación y experiencias a nivel mundial en el uso de estos materiales,
especialmente en Europa, Asia Oriental y los Estados Unidos, que bien pueden servir de base para empezar a
darle cuerpo a dicha norma. Gran parte del territorio de nuestro país se encuentra bajo riesgo sísmico y no es
desconocido que una gran cantidad de infraestructura y edificaciones de todo tipo se encuentran bajo un
estado vulnerable que debiera ser corregido. La apertura a éstas tecnologías puede ser una respuesta viable y
sencilla a ese problema.

Los casos presentados en este artículo, demuestran que esta tecnología es una alternativa con probada
viabilidad técnica y económica.
Sociedad Mexicana de Ingeniería Estructural

Referencias

1. The Market Development Alliance of the FRP Composites Industry, MDS, (1990) “Product Selection
Guide: FRP Composite Products of Bridge Applications”, First Edition, Harrison, NY
2. ACI 440R-96, (1996), “State of the Art Report on Fiber Reinforced Plastic Reinforcement for
Concrete Structures”. Reported by ACI Committee 440, American Concrete Institute, Detroit,
Michigan 48219.
3. ACI 440F-99, (1999), “Guidelines for the Selection, Design and Installation of Fiber Reinforced
Polymer (FRP) Systems for Externally Strengthening Concrete Structures”, Reported by ACI
Commitee 440, American Concrete Institute, Detroit, Michigan 48219
4. German Institute of Construction Technology, (1998), “General Construction Authorization,
Strenthening of Reinforced Concrete and Pre-stressed Concrete with FRP Bonded Carbon Fibre
Plates”.
5. Sika Andina S.A. (2002), “Materiales Compuestos de Fibras Sintéticas de Carbono (CFRP) y Vidrio
(GFRP) para Reforzamiento de Estructuras de Concreto, Mampostería y Madera, Guías de Diseño
e Instalación Platinas Sika Carbodur, Tejidos SikaWrap Platinas en Forma de L Sika
CarboShear”, Bogotá D.C. Colombia.
6. The Concrete Society, (2000) “Technical Report No. 55, Design Guidance for Strengthening
Structures Using Fibre Composite Materials”, Berkshire RG45 6YS, UK.
7. ACI 440.2R-02, (2002), “Guide for the Design and Construction of Externally Bonded FRP Systems
for Strengthening Concrete Structures”. Reported by ACI Committee 440, American Concrete
Institute, Detroit, Michigan 48333.
8. Fédération Internationale du Béton, (2002), “Bulletin 14, Externally Bonded FRP Reinforcement for
RC Structures”, Prepared by Task Group 9.3 FRP Reinforcement for Concrete Structures, Case Postale
88, CH-1015 Lausanne, Switzerland.
9. International Conference of Building Officials (ICBO) (1997), “AC125 Acceptance Criteria for
Concrete and Reinforced and Unreinforced Masonry Strengthening Using Fiber-Reinforced
Composite Systems”
10. International Concrete Repair Institute, ICRI (2006) , “Guide for the Selection of Strengthening
Systems for Concrete Structures”, Prepared by the International Concrete Repair Institute, 3166 River
Road, Suite 132, Des Plaines, IL 60018.
11. Nabil F., Wael F., et al, (2005), “Ductile FRP Strengthening Systems”, ACI Concrete International”,
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12. Bakis C.E., Bank L.C, et al, (2002) “Fiber Reinforced Polymer Composites for Cosntruction-State-
of-the-Art Review”, ASCE Journal of Composites for Construction, mayo, pp 73-87
13. Nanni A., Galati N., Tumialan G., (2003), “Outline of Provisional Design Protocols and Field
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14. Federal Emergency Management Agency (FEMA), (1998), “Repair of Earthquake Damaged Concrete
and Masonry Wall Buildings”, prepared by The Applied Technology Councial, Redwood City, Cal.
15. Fédération Internationale du Béton, (2006), “Bulletin 35, Retrofitting of concrete structures by
externally bonded FRP, with emphasis on seismic applications”.
V Simposio Nacional de Ingeniería Estructural en la Vivienda Queretaro, Qro. 2007

Figura 11. Vista N-O del edificio Figura 12. Refuerzo a flexo-compresión y
en la Cd. de México cortante en columnas

Figura 13. Refuerzo por cortante en vigas Figura 14. Puente “San Miguel”, refuerzo
por tensión diagonal en trabes principales

Figura 15. Puente “San Miguel” Figura 16. Puente “Boca de Campos”
Refuerzo de losas y vigas por flexión Refuerzo de vigas a flexión y cortante
Sociedad Mexicana de Ingeniería Estructural

Figura 17. Vivienda popular Figura 18. Vivienda popular


Refuerzo de muro a tensión diagonal Refuerzo de losa a flexión

Figura 19. Edificio de oficinas


Confinamiento de columna

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