Anda di halaman 1dari 10

SENTENCIA 1.

24/11/2008 – CIVIL-
252-2008
RECURSO DE CASACION 252-2008
CIVIL
Recurso de Casación interpuesto por PEDRO JOSÉ KEILHAUER PERSSON, contra la
sentencia emitida por la Sala Segunda de la Corte de Apelaciones del Ramo Civil y
Mercantil, el ocho de febrero de dos mil ocho.
DOCTRINA
ERROR DE HECHO EN LA APRECIACIÓN DE LA PRUEBA
Incurre en error de hecho en la apreciación de la prueba, el tribunal sentenciador que no
toma en cuenta la totalidad de los hechos y circunstancias que constan en un documento
auténtico que se tuvo como prueba dentro del proceso.
Cuando el juzgador llega a conclusiones que no coinciden con el contenido del
documento que examina, se aparta de la verdad formal e incurre en error de hecho en la
apreciación de la prueba.
LEYES ANALIZADAS: artículo 621 inciso 2º del Código Procesal Civil y
Mercantil; 371, 368, 377 del Código de Comercio; 1686, 1687, 1693, 1703 del Código
Civil; 188 de la Ley del Organismo Judicial.
[if !supportEmptyParas] [endif]
RECURSO DE CASACION 252-2008
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA, CÁMARA CIVIL: Guatemala, veinticuatro de
noviembre de dos mil ocho.
Se tiene a la vista para dictar sentencia el recurso de casación interpuesto por
PEDRO JOSÉ KEILHAUER PERSSON, contra la sentencia emitida por la Sala
Segunda de la Corte de Apelaciones del Ramo Civil y Mercantil, el ocho de febrero
de dos mil ocho, dentro del juicio ordinario promovido por el recurrente contra Julio
Montes Imeri, Carmen Regina Keilhauer Persson de Sanz-Agero, Lucía Cristina
Keilhauer Persson, Ana María Carolina Keilhauer Persson de Sánchez, Juan Enrique
Keilhauer Persson, e Hilda Otilia Bosque Pinto viuda de González.
ANTECEDENTES
A) El recurrente promovió juicio ordinario ante el Juzgado Noveno de Primera
Instancia del Ramo Civil del departamento de Guatemala, contra Julio Montes Imeri
y Carmen Regina Keilhauer Persson de Sanz-Agero, Lucía Cristina Keilhauer
Persson, Ana María Carolina Keilhauer Persson de Sánchez, Juan Enrique Keilhauer
Persson, e Hilda Otilia Bosque Pinto viuda de González, con el objeto de que se
declare la nulidad absoluta de la Junta de Copropietarios celebrada en esta ciudad
el dieciocho de agosto de dos mil cuatro, por el Notario José Rolando Alvarado
Lemus, y como consecuencia, el pago de daños y perjuicios causados por los
demandados, fijándoseles un plazo para que se restituya las utilidades o frutos que
hayan percibido por la aprobación de la tabla de dividendos en la Junta de
Copropietarios que impugna y la respectiva condena en costas.
B) La parte demandada contestó la demanda en sentido negativo e interpuso las
excepciones de 1) Inexistencia de supuestos legales para demandar nulidad
absoluta, ya que el objeto de la demanda refiere a supuestos legales de nulidad
relativa; 2) Falta de legitimación activa y Falta de legitimación pasiva; y 3) Derecho
de los demandantes de distribuir los frutos civiles del inmueble objeto de la
demanda.
C) Con fecha veintinueve de junio de dos mil siete, el Juzgado Noveno de Primera
Instancia del Ramo Civil del departamento de Guatemala, dictó sentencia en la que
declaró sin lugar la demanda y con lugar la excepción perentoria de Inexistencia de
supuestos legales para demandar nulidad absoluta, ya que el objeto de la demanda
refiere a supuestos legales de nulidad relativa.
C) La sentencia en referencia fue apelada ante la Sala Segunda de la Corte de
Apelaciones del Ramo Civil y Mercantil, quien confirmó la misma, con la
modificación de que se declara sin lugar la excepción de Inexistencia de supuestos
legales para demandar nulidad absoluta ya que el objeto de la demanda refiere a
supuestos legales de nulidad relativa.
D) Contra la resolución de segundo grado, el recurrente interpuso el recurso de
casación que se resuelve.
RESUMEN DE LA SENTENCIA RECURRIDA
La Sala Segunda de la Corte de Apelaciones del Ramo Civil y Mercantil, dictó
sentencia el ocho de febrero de dos mil ocho, la cual en su parte resolutiva declara:
“CONFIRMA la sentencia apelada, por las razones anteriormente consideradas, con
MODIFICACIÓN en el numeral II por lo que resolviendo conforme a derecho
DECLARA: Sin lugar la excepción de ‘Inexistencia de supuestos legales para
demandar nulidad absoluta ya que el objeto de la demanda refiere a supuestos
legales de nulidad relativa’...”.
Para llegar a la conclusión anterior, la Sala consideró lo siguiente:
“...La parte actora impugna la sentencia de fecha veintinueve de junio de dos mil
siete, por medio de la cual se declara sin lugar la demanda en Juicio Ordinario de
Nulidad Absoluta de la Junta de Copropietarios celebrada en esta ciudad, el
dieciocho de agosto de dos mil cuatro y contenida en el acta notarial autorizada por
el Notario José Rolando Alvarado Lemus. La demanda es promovida por Pedro
José Keilhauer Persson contra Julio Montes Imeri, Carmen Regina Keilhauer
Persson de Sanz-Agero, Lucía Cristina Keilhauer Persson, Ana María Carolina
Keilhauer Persson de Sánchez, Juan Enrique Keilhauer Persson y Hilda Otilia
Bosque Pinto viuda de González. La parte actora manifiesta que su pretensión es
para que sea declarada nula de pleno derecho la Junta de Copropietarios referida, y
en consecuencia se declare que no ha nacido a la vida jurídica y por ello no
produce efectos jurídicos, dejando afecto el derecho de pago de daños y
perjuicios. El juez de primer grado declaró sin lugar la demanda, y la parte actora,
al apelar la sentencia, manifestó inconformidad con la totalidad del fallo y pidió
fuera revocado, manifestando en sus agravios los siguientes aspectos: a) Que el
supuesto mandatario carecía, al momento de llevarse a cabo la Junta de
Copropietarios, de las facultades suficientes para comparecer ejercitando
representación; b) Considera que el origen de las anomalías en que se incurrió en
la referida Junta deviene de la confusión que los demandados hacen entre los
bienes muebles e inmuebles, consistentes en la empresa mercantil y el terreno en
donde esta funciona, por lo que considera que se dispuso de bienes ajenos.
(Excepciones) La parte demandada planteó las excepciones: a) ‘Inexistencia de
supuestos legales para demandar nulidad absoluta, ya que el objeto de la demanda
refiere a supuestos legales de nulidad relativa’. En aplicación del artículo 1303 del
Código Civil, se determina que la excepción planteada procede sea declarada sin
lugar, por el motivo que la demanda contiene la pretensión de que ‘no produzca
efectos jurídicos el acto de celebración de Junta de Copropietarios’, lo cual es
consecuencia de la declaratoria de nulidad absoluta, por lo que corresponde sea
revocado lo resuelto por el juez de primer grado. Respecto a las excepciones de
‘Falta de legitimación activa’ y ‘Falta de legitimación pasiva’, este tribunal determina
que en aplicación del artículo 126 del Código Procesal Civil y Mercantil, esta clase
de excepciones deben ser planteadas como ‘previas’, por lo cual conforme el
debido proceso, no procede ser resueltas en sentencia, razón por la cual debe ser
confirmado lo resuelto en el fallo venido en alzada que las declara sin lugar. Y en el
caso de la tercera excepción que se denomina ‘Derecho de los demandantes de
distribuir los frutos civiles del inmueble objeto de la demanda’, se determina que lo
argumentado no constituye hecho controvertido en el presente juicio ya que la
pretensión es de ‘nulidad absoluta’ motivo por el cual dicha excepción
corresponde ser declarada sin lugar y en consecuencia procede sea confirmado el
fallo de primer grado. En los agravios expresa el apelante inconformidad con la
sentencia porque ‘considera que el origen de las anomalías en que se incurrió en la
referida Junta deviene de la confusión que los demandados hacen entre los bienes
muebles e inmuebles, consistentes en la empresa mercantil y el terreno en donde
ésta funciona, por lo que considera que se dispuso de bienes ajenos’. (Análisis de
prueba) Este tribunal al analizar la prueba aportada establece lo siguiente: a) Con la
copia simple de la certificación del Registro General de la Propiedad de la Zona
Central extendida con fecha uno de febrero de dos mil uno, de la finca número
diecinueve mil seiscientos sesenta y uno (19661), folio setenta y uno (71), del libro
ciento noventa y cuatro (194) de Guatemala, este tribunal tiene por probada la
copropiedad existente en el inmueble objeto de proceso; b) Copia simple de la
certificación extendida por el Registrador Mercantil General de la República, de
fecha veinticuatro de abril de dos mil tres, con el cual se tiene por probada la
inscripción registral de la Empresa Parqueo Plaza Cívica; c) Copia legalizada del
acta notarial de fecha dieciséis de agosto de dos mil cuatro, faccionada por el
Notario José Rolando Alvarado Lemus, que contiene la notificación de la
convocatoria a los copropietarios para la celebración de la Junta, efectuada al
actor; d) Fotocopia legalizada de la convocatoria para la celebración de la Junta que
fijaba fecha de celebración dieciocho de agosto de dos mil cuatro, en la que se
determina que no se hace mención a bienes de Empresa Mercantil; e) Copia
legalizada de las actas notariales de fecha dieciocho de agosto de dos mil cuatro,
autorizadas por el Notario Manuel Alfredo Marroquín Pineda en la que consta las
notificaciones realizadas a los copropietarios del inmueble y donde se hace
constar que la parte actora manifestó su inconformidad con la convocatoria
referida; f) Copia simple legalizada del acta notarial autorizada en esta ciudad el
dieciocho de agosto de dos mil cuatro por la Notaria Gloria Verna Guillermo Lemus,
en la cual se hace constar la inconformidad del señor Pedro José Keilhauer
Persson con la celebración de la Junta de Copropietarios del inmueble referido; g)
Fotocopia autenticada del acta notarial en que se hace constar la celebración de
Junta de Copropietarios, autorizada por el Notario José Rolando Alvarado Lemus
que obra a folios cuarenta y cinco y cuarenta y seis de la pieza uno del expediente,
en la que se establece que se lleva a cabo por requerimiento del Abogado Julio
Montes Imeri, por mandato otorgado por los copropietarios del bien inmueble,
asimismo los copropietarios realizaron la Junta referida en aplicación de los
artículos 490 y 491 del Código Civil, que les concede el derecho a los condueños,
por acuerdo de la mayoría que representan por lo menos las dos terceras partes del
valor total de la cosa, para obtener del bien de que son dueños, los frutos y
utilidades que el bien produce. Asimismo no se indica en dicha acta que haya sido
sobre utilidades de Empresa alguna, solo se menciona que en el inmueble opera el
negocio ‘Parqueo Plaza Cívica’, pero no que se estén distribuyendo utilidades de
dicha empresa mercantil. h) Fotocopia autenticada de Balance General, Estado de
Resultados, Tabla de Dividendos, los cuales al ser analizados en su contenido se
observa que no consta en las mismas firma de persona responsable que lo haya
elaborado. Respecto a la Declaración de Parte del señor Pedro José Keilhauer
Persson, de fecha doce de febrero de dos mil siete, el absolvente al responder a las
preguntas formuladas se refirió a que los copropietarios del inmueble
anteriormente identificado y por el cual se llevó a cabo la celebración de la Junta no
son los copropietarios de la Empresa Mercantil. Esta Sala al efectuar análisis de las
constancias procesales y de la totalidad de los medios de prueba aportados al
proceso establece que de conformidad con lo dispuesto en el artículo 126 del
Código Procesal Civil y Mercantil, relativo a la carga de la prueba, determina que fue
debidamente acreditado por la parte demandada, principalmente con la Carta Poder
de fecha cuatro de agosto de dos mil cuatro y el testimonio de la Escritura Pública
número treinta y cuatro autorizada el diecinueve de enero de dos mil cinco, que no
existe vicio de consentimiento en la celebración de la Junta de Copropietarios
objeto de la presente demanda, ya que expresamente ratificaron los mandantes la
facultad que le confirieron al Abogado Julio Montes Imeri, para que llevara a cabo la
celebración de la Junta de Copropietarios referida. Y de igual manera la nulidad
absoluta pedida por la parte actora, sobre este aspecto, no se enmarca dentro de
las causales que la ley permite, al no haber aportado prueba la parte actora que
demostrara vicio de consentimiento, ni falta de la capacidad legal del Abogado que
celebró la Junta de Copropietarios referida. Por lo anterior procede declarar sin
lugar la totalidad de excepciones y demanda planteada por lo que se debe
CONFIRMAR la sentencia venida en alzada incluyendo lo relativo a condenar en
costas a la parte vencida, con la MODIFICACION en el numeral II debe ser declarada
sin lugar la excepción perentoria de ‘Inexistencia de supuestos legales para
demandar nulidad absoluta ya que el objeto de la demanda refiere a supuestos
legales de nulidad relativa’”.
RECURSO DE CASACIÓN
El señor Pedro José Keilhauer Persson interpuso recurso de casación contra la sentencia
emitida por la Sala Segunda de la Corte de Apelaciones del Ramo Civil y Mercantil, el
ocho de febrero de dos mil ocho. Lo fundamentó en violación, aplicación indebida e
interpretación errónea de la ley; y error de hecho y de derecho en la apreciación de la
prueba, con base en el artículo 621 numerales 1º y 2º del Código Procesal Civil y
Mercantil. Estima que se infringieron los artículos 464, 471, 490, 491, 1251, 1301, 1686,
1687, 1703, 1706, del Código Civil; 371, 374, 655 del Código de Comercio; 186 del
Código Procesal Civil y Mercantil; 188 y 190 de la Ley del Organismo Judicial.
VIOLACIÓN DE LEY
Expone el recurrente que la Sala sentenciadora violó por omisión los artículos 464, 471,
1686, 1687, 1703 y 1706 del Código Civil; 371, 374 y 655 del Código de Comercio; 188 y
190 de la Ley del Organismo Judicial al no haberlos aplicado al caso sobre el cual fallaba.
Agrega que esa violación de normas es consecuencia de la indebida aplicación que se
hizo de la ley.
Argumenta el recurrente que de conformidad con el artículo 464 del Código Civil,
sólo los tres dueños de la empresa mercantil relacionada pueden gozar y disponer
de ella, y fuera de sus propietarios nadie puede hacerlo, como en la junta
denunciada lo hicieron los demandados, pues los frutos y documentos de los que
se conoció, son los propios de la empresa mercantil, “tal como en los mismos
documentos se señalaba indubitablemente”. Indica que no obstante el tenor de
esa norma es claro, consta en el fallo que la Sala no la aplicó, y al no hacerlo la
violó por omisión. Estima violado también el artículo 471 del mismo cuerpo legal,
que se refiere a los derechos que el propietario tiene sobre los frutos del
bien. Sólo los propietarios del bien inmueble pueden gozar de los frutos que este
produce y sólo los propietarios del bien mueble, o sea la empresa señalada, pueden
disponer y disfrutar de los frutos o productos que ésta produce. El parqueo, así
como está ubicado en ese inmueble, podría estar en otro, “por lo que se viola la ley
y se incurre en responsabilidades viciando de nulidad absoluta el negocio jurídico
que pretendieron celebrar”. Expone que no se hizo aplicación del artículo 1686 del
Código Civil que se refiere a que en el mandato con representación, el mandatario
obra en nombre del mandante y los negocios que realice dentro de las facultades
que se le hayan conferido, obligan directamente al representado. Era necesario que
la Sala estableciera la diferencia entre un mandato civil y uno judicial, para definir si
las facultades del mandatario de los demandados eran suficientes para convocar a
junta de copropietarios y aprobar las resoluciones que en ella se tomaron. Agrega
que el mandato que los demandados otorgaron era de índole judicial, el que si bien
es general, es única y exclusivamente para actuar dentro de ese ámbito y jamás
puede legitimar que actúe en los de índole privado, civil y administrativo. Concluye
diciendo que la Sala indudablemente violó por omisión este artículo puesto que no
lo aplicó ni siquiera incluyéndolo en su cita de leyes, mucho menos lo analizó como
obligadamente debió hacerlo, pues consta en el fallo impugnado que el tribunal –
sin duda alguna- confundió los conceptos de mandato judicial y el regulado por la
ley civil, y que para el mismo ambos son uno solo o lo mismo. Los demandados
otorgaron un mandato general judicial y para convocar y celebrar una junta de
copropietarios y dentro de ella aprobar los asuntos señalados, obligadamente
deberían de haberle otorgado un mandato General o Especial con Representación,
única y exclusiva para ese acto o un poder específico, y en el primero, incluir una
cláusula especial para disponer de su propiedad, de conformidad con el artículo
1693 del Código Civil.
También denuncia la violación del artículo 1687 del Código Civil, que se refiere a
que el mandato debe constar en escritura pública como requisito esencial para su
existencia y que no es necesaria la escritura pública si se trata de asuntos cuyo
valor no exceda de mil quetzales, en cuyo caso puede otorgarse el mandato en
documento privado, legalizado por notario; y cuando la representación se confiera
por cartas poderes para la asistencia a juntas y demás actos en que la ley lo
permita. Indica que no obstante lo categórico de este artículo, la sala ignoró dicha
disposición al no aplicarla en la sentencia que emitió, pues consideró que “Esta Sala...
determina que fue debidamente acreditado por la parte demandada, principalmente con la
Carta Poder de fecha cuatro de agosto de dos mil cuatro y el testimonio de la Escritura
Pública número treinta y cuatro, autorizada el diecinueve de enero de dos mil cinco, que
no existe vicio de consentimiento en la celebración de la Junta de Copropietarios objeto
de la presente demanda, ya que expresamente ratificaron los mandantes la facultad que
confirieron al Abogado Julio Montes Imeri, para que llevara a cabo la celebración de la
Junta de Copropietarios referida. Y de igual manera la nulidad absoluta pedida por la
parte actora, sobre este aspecto, no se enmarca dentro de las causales que la ley
permite, al no haber aportado prueba la parte actora que demostrara vicio de
consentimiento, ni falta de la capacidad legal del abogado que celebró la Junta de
Copropietarios referida”.
Argumenta el recurrente que esta consideración de la Sala, además de evidenciar que el
principio iura novit curia le es ajeno, adolece de las siguientes violaciones a la ley, a
saber: a) el mandato para asuntos que exceden de mil quetzales debe constar en
escritura pública; en la junta de copropietarios se conoció y aprobó el estado de
resultados, que en concepto de ventas asciende a ochocientos tres mil quinientos setenta
y un quetzales con cuarenta y seis centavos (Q.803,571.43); el balance general por un
monto de dos millones doce mil cuatrocientos treinta quetzales con quince centavos (Q.
2.012,430.15; la tabla de dividendos a acreditar por setecientos mil quetzales
(Q.700,000.00); por lo que es evidente que los asuntos encomendados sobrepasan –con
creces- el límite que la ley establece como excepción a la obligación de que el poder
conste en escritura pública, por lo que, en lo que al monto respecta, no podría
aceptarse que el mismo fuera sustituido por una carta poder, como el tribunal lo hizo
“evidenciando ignorancia de la ley”.
La Sala no reparó que la carta poder que los demandados otorgaron al abogado Montes
Imeri carece de legalización notarial y consideró que con la presentación de la misma, la
junta celebrada carece de vicio.
Se señala también la violación por omisión del artículo 1703 del Código Civil que regula
que es nulo lo que el apoderado haga excediéndose de los límites del mandato o sin
contener éste las facultades necesarias.
Agrega que el abogado Montes Imeri compareció a la junta de copropietarios como
Mandatario General Judicial de los señores Keilhauer Persson y la señora Hilda Otilia
Bosque Pinto viuda de González, tal y como consta en el acta notarial que la
documenta. El mandato solo le confiere facultades para actuar dentro del ámbito judicial,
por lo que carecía de facultades para poderlos representar y celebrar esa junta, que es un
negocio jurídico de carácter mercantil privado; por ello todo lo actuado por el abogado
Montes Imeri, fuera del ámbito de su mandato, excede los límites de este y es nulo bajo
esta norma.
Asimismo expone que el tribunal viola el artículo 1706 del Código Civil que preceptúa que
el mandatario no debe excederse de las facultades y límites del mandato y es evidente
que se separó y excedió dichos límites porque se trataba de un mandato General Judicial
ejercido en negocios privados mercantiles.
La Sala violó el artículo 371 del Código de Comercio que preceptúa que los comerciantes
operarán su contabilidad por sí mismos o por persona distinta designada expresa o
tácitamente, en el lugar donde tenga su domicilio fiscal el contribuyente, a menos que el
registrador mercantil autorice para llevarla un lugar distinto dentro del país. Asegura que
esta orden no fue cumplida por los demandados, tal como consta en autos, ya que la
misma Sala analizo los documentos presentados con la demanda y pudo determinar que
no obstante de que el establecimiento Parqueo Plaza Cívica es una empresa mercantil,
propiedad de comerciantes individuales, a pesar de ser una copropiedad, puesto que no
es una sociedad mercantil, cuyo activo excede de veinte mil quetzales, su contabilidad no
aparenta ser llevada por medio de contador. El Balance General, el Estado de
Resultados y la Tabla de Dividendos correspondientes a la empresa Parqueo Plaza Cívica
no consta que hayan sido emitidos por contador autorizado. Agrega el recurrente que
también se omitió aplicar el artículo 374 del Código de Comercio que regula que el
comerciante deberá establecer al iniciar sus operaciones y por lo menos una vez al
año, la situación financiera de la empresa a través del balance general y del estado de
pérdidas y ganancias que deberán ser firmados por el comerciante y el contador. Los
documentos que se presentaron a la junta impugnada no llenan los requisitos legales sino
que no fueron firmados por persona alguna, ni contador ni comerciante, con lo que no se
cumplió con lo que ordena este artículo. La Sala debió aplicar este precepto y determinar
su inobservancia en esos documentos.
Estima el recurrente que se violó el artículo 655 del Código de Comercio que contiene el
concepto legal de empresa mercantil y preceptúa que la empresa mercantil será reputada
como un bien mueble. Afirma que este precepto no fue atendido por la Sala, toda vez que
en la sentencia impugnada de casación no se pudo concluir que si en la junta denunciada
se habla de servicios de arrendamiento de locales y estacionamiento de vehículos,
prestados con propósito de lucro y de manera sistemática, esas son características
propias de una empresa mercantil y sólo podrían corresponder a la señalada como tal, el
Parqueo Plaza Cívica, conclusión a la que no se llegó por no aplicar esta norma, que
entonces es así violada.
Expone que esta norma se infringió por la confusión en que incurrió la Sala al concluir que
un bien inmueble puede prestar al público bienes y servicios con propósito de lucro y de
manera sistemática, al considerar que como los frutos provenían de la empresa,
entonces son del inmueble. Se confundieron las características de un bien inmueble con
las de una empresa mercantil, que es un bien mueble y se aplicó a la segunda, normas
propias del primero.
Finalmente, indica que la Sala aceptó que con un mandato judicial se pueda hacer
negociaciones de tipo mercantil y privado válidas, sin indicar cuál es su justificación legal,
pues el mandato judicial tiene un ámbito de acción determinado y el demandado Julio
Montes Imeri, lo ejercitó en diligencias privadas y mercantiles. De esa forma, se violó lo
preceptuado por el artículo 188 de la Ley del Organismo Judicial. Por las mismas
razones señaladas, se considera violado también el artículo 190 de la Ley del Organismo
Judicial. El recurrente agrega que “no está demás aclarar que, si bien es cierto, las dos
últimas normas citadas se encuentran en la Ley del Organismo Judicial, y esta puede
tenerse como de naturaleza procesal, la misma contiene disposiciones sustantivas, por lo
que sí es procedente conocer de su violación en este recurso, ya que con ella se infringió
normas sustanciales.
APLICACIÓN INDEBIDA DE LA LEY
Expone el recurrente que se aplicó indebidamente al caso que se resuelve, los artículos
490 y 491 del Código Civil. El primero del los mencionados contiene supuestos que
corresponden exclusivamente a cuestiones que surjan entre los copropietarios de un bien
inmueble y lo que se trató en la junta impugnada en la demanda y los frutos que en ella se
distribuyeron son generados por la empresa mercantil Parqueo Plaza Cívica, que al tenor
del artículo 655 del Código de Comercio, es un bien mueble. Indica que en juicio quedó
probado que el bien inmueble no genera frutos y al no generarlos, no puede haber
distribución de utilidades y dividendos, por lo que la aplicación del artículo 490 del Código
Civil en el fallo impugnado, fue indebida. La empresa mercantil se regula por normas del
Código de Comercio, que fueron omitidas como ya se indicó. Expresa que existen
documentos que en el fallo se identifican como prueba aportada, en los que consta
claramente que su origen y relación es una empresa mercantil. Concluye manifestando
que la aplicación del artículo 491 del Código Civil en la sentencia impugnada, es
infringirlo porque pretender extender sus alcances a bienes muebles, es aplicarlo
indebidamente. Indica que “ en este juicio se probó que según consta en el Registro
Mercantil General de la República, los dueños de la empresa mercantil somos solo tres de
los condueños del bien inmueble”.
INTERPRETACIÓN ERRÓNEA
Alega el recurrente que el tribunal de segunda instancia interpretó erróneamente
los artículos 1251 y 1301 del Código Civil. El artículo 1251 se refiere a los tres
supuestos que requiere el negocio jurídico, para su validez; el primero se refiere a
que el sujeto que declara su voluntad tenga capacidad legal para hacerlo, la que
puede ser de goce y de ejercicio. Hay errónea interpretación de ese concepto al
indicar la Sala que “...al no haber aportado prueba la parte actora que demostrara
vicio de consentimiento ni la falta de capacidad legal del abogado que celebró la
Junta de Copropietarios referida”, equiparando el concepto de capacidad legal con
el de legitimación, de la cual sí carecía el abogado al haber actuado sin que
previamente estuviese legitimada la calidad con que comparecía, según se
probó. En cuanto al segundo de los supuestos que contiene la norma
erróneamente interpretada (consentimiento que no adolezca de vicio) debe
relacionarse con los desarrollados en los artículos 1257 y 1258 del mismo Código
que regulan los vicios de la declaración de voluntad, señalando entre ellos el
error, el dolo, la simulación o la violencia. Es obvio que se incurrió en error al
confundir los dos bienes que comparten el mismo espacio físico, pero no son lo mismo, lo
único que tienen en común es que ambos son una copropiedad, pero no todos los dueños
del inmueble lo son de la empresa mercantil. Indica que este error de concepto vició el
consentimiento de los participantes en la junta de copropietarios que se impugna e hizo
incurrir a la sala en la interpretación errónea que se denuncia. Agregó que la Sala
indicó que no existe vicio del consentimiento en la celebración de la junta de
copropietarios porque los mandantes ratificaron la facultad que le confirieron al abogado
Montes Imeri, cuando consta en autos con los documentos aportados que no se le podían
ratificar las facultades para celebrar la junta porque nunca se le habían otorgado ya que
únicamente estaba facultado para comparecer en el ámbito judicial. La Sala interpretó
erróneamente el concepto de vicio al aplicarlo como sinónimo de legitimación. El negocio
jurídico carece de objeto lícito porque se refería a los frutos de la empresa y los
demandados no son copropietarios de la empresa mercantil de cuyos frutos se
disponía. Los demandados ejercieron así, un derecho que no les corresponde, por
tratarse de bienes ajenos.
Expone el recurrente que la Sala interpretó erróneamente el artículo 1301 del Código Civil
al enmarcar lo acontecido dentro del supuesto que contiene dicha norma y la misma se
refiere a la nulidad absoluta del negocio jurídico cuyo objeto sea ilícito. Sin embargo, a
pesar de que el tribunal de apelación aplicó esta norma, no llegó a esa conclusión porque
la interpretó en forma errónea y no le dio su correcto alcance.
ERROR DE HECHO EN LA APRECIACIÓN DE LA PRUEBA
Con respecto a esta causal de procedencia del recurso, expone el recurrente que la Sala
sentenciadora tergiversó el contenido de los siguientes medios de prueba:
a) Fotocopia legalizada de la convocatoria para la celebración de la junta que
fijaba fecha de celebración el dieciocho de agosto de dos mil cuatro. La sala indica que
en ese documento no se hace mención a bienes de empresa mercantil, sin embargo, de
la lectura de dicho documento se desprende que convocan a conocer asuntos
relacionados con el arrendamiento de locales comerciales y estacionamiento de
vehículos, los cuales corresponden única y exclusivamente a la empresa mercantil
denominada Parqueo Plaza Cívica.
b) Fotocopia autenticada del acta notarial en la que se hace constar la celebración
de junta de copropietarios, autorizada por el Notario José Rolando Alvarado Lemus, de la
cual parte de su contenido se apreció en forma tergiversada y en otra parte se omitió
analizarla. Afirma el recurrente que, según la Sala, el mandatario compareció a la junta
por mandato otorgado cuando en ese documento lo que consta, según aseveración del
propio mandatario, es que el mandato en virtud del cual actuaba es un mandato general
judicial, que de conformidad con la ley únicamente le otorga facultades para comparecer
en el ámbito judicial, careciendo totalmente de facultad para ejercerlo en el ámbito privado
o administrativo. Indica que la Sala dedujo hechos que no constan en ese documento al
indicar que se establece que los copropietarios realizaron la junta referida en aplicación
de los artículos 490 y 491 del Código Civil, que les concede el derecho a los condueños,
por acuerdo de la mayoría que representan por lo menos las dos terceras partes del valor
total de la cosa, de obtener del bien de que son dueños, los frutos y utilidades que
produce. En el acta no se mencionan tales extremos, no se hace cita alguna de artículos
ni se menciona conclusión alguna con relación a la mayoría de condueños, por lo que la
deducción establecida por la sala, no consta en el documento, ni aparecen en él hechos
que le permitan hacerlo. Con relación a este documento, la sala tergiversó su contenido al
indicar que no consta que se estén distribuyendo utilidades y que solo se menciona que
en el inmueble opera el Parqueo Plaza Cívica. Indica el recurrente que el acta describe
lo que sucedió en la junta y sí hubo presentación del estado de resultados y el balance
general y la propuesta de distribución de dividendos los cuales fueron aprobados sin que
se identificaran en forma indubitable a qué bien correspondían, no obstante que en la
convocatoria a esa junta se habla tanto del bien inmueble como de que en el mismo opera
arrendamiento de locales comerciales y estacionamiento de vehículos, lo que hacía
necesario indicar su origen, por lo que si alguna conclusión correspondía hacer a la Sala
era la de señalar esa falta de precisión y que dada las circunstancias denunciadas, la
misma debe tenerse por sospechosa y que hace presumir que conscientemente se busca
evitar que se establezca qué bien produce esos frutos. En autos consta copia de los
documentos presentados y conocidos en esa junta y que fueron analizados en la
sentencia aunque no en su totalidad. Dichos documentos están identificados “Parqueo
Plaza Cívica”, lo que indica claramente que su contenido corresponde a actos y
contabilidad de dicha empresa. La sala omitió el análisis de las aseveraciones hechas
por el recurrente de casación, respecto a que señaló las anomalías provocadas por la
confusión entre los dos bienes: el inmueble y la empresa mercantil (bien mueble). El
inmueble no genera ningún tipo de frutos civiles.
c) Asimismo, indica que se tergiversó el contenido de la declaración de parte del
actor Pedro José Keilhauer Persson, del doce de febrero de dos mil siete, al apreciar que
el absolvente al responder a las preguntas formuladas se refirió a que los copropietarios
del inmueble anteriormente identificado y por el cual se llevó a cabo la celebración de la
junta, no son los copropietarios de la empresa mercantil, cuando lo que dijo es que
algunos de los copropietarios del inmueble no lo son de la empresa mercantil, señalando
incluso que en la certificación del Registro Mercantil que obra en autos, consta quienes
son los propietarios y se deduce quiénes no lo son. En la declaración de parte también
consta que se declaró que el inmueble no genera rentas ni ingresos, sino que es la
empresa mercantil la que lo hace y que ésta no constituye un mecanismo para recaudar
ingresos que correspondan al inmueble, por lo que el recurrente considera que era
obligación de la sala apreciar ese acto en su conjunto y no sólo una parte del mismo, así
como en lo que es favorable o desfavorable a ambas partes.
ERROR DE DERECHO EN LA APRECIACIÓN DE LA PRUEBA
El recurrente estima que la Sala incurrió en error de derecho al apreciar documentos que
tuvo como prueba y no otorgarles valor probatorio.
Expone que a la fotocopia autenticada del Balance General, Estado de Resultados y
Tabla de Dividendos de las utilidades generadas por el negocio mercantil Parqueo Plaza
Cívica, no se le otorgó valor probatorio alguno. Indica que la sala estimó que no consta
en los mismos firma de persona responsable que lo haya elaborado, sin que eso haya
tenido efecto en el fallo. Viola el artículo 186 del Código Procesal Civil y Mercantil ya que
estos documentos son los que se presentaron en la junta y a simple vista se comprueba
que el Balance General y el Estado de Resultados están titulados Plaza Cívica y la Tabla
de Dividendos Parqueo Plaza Cívica. La Sala tuvo que haber visto el encabezado, que
sin lugar a dudas identifica el bien al que corresponde su contenido, o sea, las
operaciones contables aprobadas. Argumenta que con ellos se comprueba esos asuntos
sí corresponden a la empresa mercantil, por lo que tenía que darles valor de plena prueba
en ese sentido, y al no hacerlo así, violó el artículo 186 del Código Procesal Civil y
Mercantil.
CONSIDERANDO I
Siguiendo el orden lógico conforme los principios de la casación, se resuelve en primer
término el ERROR DE HECHO EN LA APRECIACIÓN DE LA PRUEBA.
El recurso de casación es un medio de impugnación que permite la posibilidad de estudiar
las apreciaciones u omisiones que del material probatorio del proceso haya hecho el
juzgador de la instancia. Se podrá variar la apreciación hecha por la Sala
sentenciadora, en el caso de error de hecho, siempre que éste último aparezca de modo
evidente en los autos.
En el error de hecho, se precisa conocer críticamente los hechos reales controvertidos y
probados, para luego analizar el medio particular de prueba respecto del cual se señala
tal error, y sólo entonces determinar si el juzgador lo tergiversó, concediéndole significado
y alcances fácticos que no tiene, o bien omitió tener por probados los hechos que tal
medio de prueba evidencia.
Al analizar la sentencia de segundo grado, se realiza el cotejo entre lo afirmado por la
Sala y lo que consta en los medios de prueba aportados legalmente al proceso que
fueron señalados por el recurrente, siendo uno de ellos la fotocopia legalizada del Aviso
de Convocatoria para la celebración de la Junta de Copropietarios (inciso d. del
considerando denominado Análisis de la Prueba), con relación al mismo la Sala indica
que “no se hace mención a bienes de empresa mercantil...” y como puede determinarse
de la lectura de ese documento cuya fotocopia autenticada obra en el folio treinta (30) de
la Pieza I , la convocatoria a junta de copropietarios tiene el objeto de conocer asuntos
relacionados con el arrendamiento de locales comerciales y estacionamiento de
vehículos, los que corresponden única y exclusivamente a la empresa mercantil “Parqueo
Plaza Cívica” . Se arriba a esa conclusión, de la lectura de la agenda incluida en la
Convocatoria a Junta de Copropietarios, que literalmente dice: “ La agenda será: (1)
Presentación del Estado de Resultados y el Balance General; y (2) Propuesta de emisión
de Dividendos para los copropietarios. Lic. Julio Montes Imeri. Mandatario General
Judicial con Representación de los señores Juan Enrique Keilhauer Persson, Lucía
Cristina Keilhauer Persson, Carmen Regina Keilhauer Persson de Sanz-Agero, Ana María
Carolina Keilhauer Persson y Hilda Otilia Bosque Pinto viuda de González (firma y sello)”.
En virtud de que los bienes que en ella se mencionan corresponden a la empresa
mercantil, de la cual no todos los asistentes son copropietarios, se estima que queda
evidenciado el error de hecho en la apreciación de la prueba, al haber tergiversado el
tribunal lo que en dicho medio de prueba consta.
Fotocopia autenticada del acta notarial de Junta de Copropietarios, autorizada por el
Notario José Rolando Alvarado Lemus (folios cuarenta y cinco, cuarenta y seis y cuarenta
y siete de la pieza uno), en la que la sala establece que se lleva a cabo por requerimiento
del abogado Julio Montes Imeri, por mandato otorgado por los copropietarios del
inmueble. En la mencionada acta notarial consta, según aseveración del propio
mandatario, que el mandato en virtud del cual actúa en esa junta es un Mandato General
Judicial, el que de conformidad con la ley lo faculta para gestionar ante los tribunales y
expresamente el artículo 190 de la Ley del Organismo Judicial preceptúa que los
mandatarios judiciales por el solo hecho de su nombramiento, tendrán las facultades
suficientes para realizar toda clase de actos procesales. En consecuencia, el Mandatario
General Judicial Abogado Julio Montes Imeri, no tenía facultades para convocar a los
copropietarios del bien inmueble a una junta cuyo objeto era obtener la aprobación de los
estados contables de la empresa mercantil Parqueo Plaza Cívica, bien mueble del cual
los señores Juan Enrique Keilhauer Persson, Ana María Carolina Keilhauer Persson de
Sánchez y Hilda Otilia Bosque Pinto viuda de González no son copropietarios. Por lo
tanto, no teniendo facultades para convocar a copropietarios de bienes distintos, la
aprobación de los estados contables del Parqueo Plaza Cívica verificada en la junta de
copropietarios por parte del representante de los mencionados, es nula. Por otro lado, se
constata que la Sala indica que en el acta no se menciona que en la junta de
copropietarios se trataran asuntos relativos a utilidades de empresa alguna. De la
lectura del acta se comprueba que la misma describe lo que aconteció en la junta y hubo
presentación del estado de resultados y del balance general del Parqueo Plaza Cívica y
la propuesta de distribución de dividendos. También consta que se aprobaron los puntos
objeto de la junta (folio 47 Pieza I), y no se dejó claro si dichos puntos que constan en la
agenda, pertenecían al bien inmueble o al negocio que en él funciona. De esta forma se
comprueba que en efecto, la Sala incurrió en tergiversación del contenido de dicha acta.
En el folio cincuenta de la Pieza uno se encuentra la fotocopia de la escritura pública de
Mandato General Judicial con Representación otorgado a favor de los Licenciados Juan
Luis Aguilar Salguero, Luis Renato Pineda y Julio Montes Imeri, a cuyo testimonio se hace
referencia en el acta notarial de la “Junta de Copropietarios de la finca inscrita....”
cuando dice que “El requirente me pone a la vista la copia autenticada del testimonio de
su mandato así como el aviso de convocatoria...”; por lo que queda probado que haciendo
uso del mandato general judicial, el señor Julio Montes Imeri aprobó los puntos de la
agenda, como consta en la fotocopia del acta notarial de la celebración de dicha
junta. La carencia de facultades con que actúa el señor Julio Montes Imeri, no fue
apreciada por la Sala y fue consecuencia de haberse omitido la apreciación de un
documento público, el mandato judicial, inobservancia de la Sala sentenciadora que fue
decisiva para confirmar la declaratoria de improcedencia de la pretensión del actor.
Se estima que queda demostrado el error de hecho en la apreciación de la prueba
denunciado por el señor Pedro José Keilhauer Persson, el que resulta trascendente y
obliga a revisar las cuestiones de hecho y de derecho analizadas en el juicio.
Por considerarlo innecesario, no se entra a conocer de las restantes causales de casación
denunciadas por el recurrente.
CONSIDERANDO II
El recurrente, al impugnar el fallo de segunda instancia, cuestiona los hechos que se
tuvieron por probados y al haberse configurado este caso de procedencia del recurso de
casación, cambian los hechos que se tienen por acreditados y las bases jurídicas sobre
las que se fundamenta la resolución del presente caso; en consecuencia, se debe dictar
nueva sentencia sobre la base de una adecuada selección de las normas aplicables y su
correcta interpretación.
Se examinan los elementos de convicción cuyo contenido fue tergiversado y los que
fueron omitidos en su apreciación por la Sala, los que conducen a tener por acreditado lo
siguiente:
- Con la copia simple de la certificación extendida por el Registrador Mercantil General de
la República, de fecha veinticuatro de abril de dos mil tres (folio 27 Pieza I), quedó
probado que el Parqueo Plaza Cívica es una empresa mercantil inscrita en el
mencionado Registro con el número cuarenta y un mil seiscientos cuarenta y
tres (41,643), folio cincuenta y nueve (59), libro cincuenta y uno (51) de Empresas
Mercantiles, categoría única, y aparecen como únicos copropietarios los señores Pedro
José Keilhauer Persson, Carmen Regina Keilhauer Persson de Sanz-Agero y Lucía
Cristina Keilhauer Persson,
- Por medio del documento arriba relacionado, se establece que los señores Juan
Enrique Keilhauer Persson, Ana María Carolina Keilhauer Persson de Sánchez y Hilda
Otilia Bosque Pinto viuda de González no aparecen en el Registro Mercantil General de
la República como copropietarios de la empresa mercantil denominada Parqueo Plaza
Cívica.
- Con la copia simple de la certificación extendida por el Registrador General de la
Propiedad de la Zona Central, quedó probada la copropiedad en forma proindivisa, de
los señores Pedro José Keilhauer Persson, Juan Enrique Keilhauer Persson, Lucía
Cristina Keilhauer Persson, Carmen Regina Keilhauer Persson de Sanz-Agero, Ana
María Carolina Keilhauer Persson de Sánchez y Hilda Otilia Bosque Pinto viuda de
González, de la finca urbana inscrita en el Registro General de la Propiedad con el
número diecinueve mil seiscientos sesenta y uno, folio setenta y uno, libro ciento
noventa y cuatro de Guatemala, que consiste en un lote de terreno ubicado en la octava
avenida número veinte guión veinticinco de la zona uno de esta ciudad capital.
- La carta poder de fecha cuatro de agosto de dos mil cuatro, a favor del Licenciado Julio
Montes Imeri, prueba que el mandatario carecía de facultades suficientes para
comparecer ejercitando representación de los copropietarios para los asuntos de índole
mercantil a tratar en la junta que se celebró, en virtud que los señores Juan Enrique
Keilhauer Persson, Ana María Carolina Keilhauer Persson y Hilda Otilia Bosque Pinto
viuda de González no son copropietarios de la empresa mercantil Parqueo Plaza
Cívica.
CONSIDERANDO III
Puede definirse el negocio jurídico como la declaración de voluntad privada
encaminada a conseguir un fin práctico jurídico, a la que el ordenamiento jurídico
reconoce como base para producir determinadas consecuencias jurídicas. La
eficacia del negocio o acto jurídico depende de la voluntad, raíz del acto, pero
puede ocurrir que esa voluntad interna sea manifestada de modo defectuoso
(voluntaria o involuntariamente). Si estructuralmente el acto o negocio jurídico
consiste en una manifestación de la voluntad, funcionalmente esa voluntad se
dirige a un fin, reconocido por el ordenamiento jurídico, de lo contrario, no produce
el efecto deseado. En el presente caso, el mandatario general judicial con
representación, como consta en el acta notarial de la celebración de la junta de
copropietarios, vició su voluntad porque el asunto a tratar excedía de mil quetzales, se
refería a asuntos propios de la empresa mercantil que funciona en el bien inmueble,
empresa de la cual algunos de sus mandantes no son copropietarios y de conformidad
con el artículo 1703 del Código Civil, es nulo lo que el apoderado haga excediéndose de
los límites del mandato o sin contener éste facultades necesarias. La Sala consideró que
no existe vicio del consentimiento en la celebración de la junta de copropietarios del bien
inmueble, ya que “expresamente ratificaron los mandantes la facultad que le confirieron al
abogado Julio Montes Imeri, para que llevara a cabo la celebración de la Junta de
Copropietarios...”. Se estima que legalmente no se pueden validar actos nulos por el
solo hecho de ratificarlos. Si los mandantes carecían de determinados derechos o
facultades, no existía la posibilidad legal de otorgarlos a un mandatario general judicial,
como ocurrió en el caso bajo estudio.
Es importante destacar que, de conformidad con lo preceptuado por el artículo
1301 del Código Civil, hay nulidad absoluta en un negocio jurídico, cuando su
objeto sea contrario al orden público o contrario a leyes prohibitivas expresas, y
por la ausencia o no concurrencia de los requisitos esenciales para su existencia,
siendo estos requisitos los contenidos en el artículo 1251 del mismo cuerpo
legal. En el presente caso, queda establecido que la celebración de la junta
impugnada se trata de un acto jurídico contrario a leyes prohibitivas expresas,
conclusión a la que debió haber llegado la Sala en aplicación del principio iura novit
curia, ya que el derecho lo debe aplicar el juez, independientemente de lo alegado
por las partes. En el caso bajo análisis se pretendía disponer de bienes ajenos a
través de un mandatario que no tenía facultades para convocar ni asistir a
una junta de copropietarios de un bien mueble que consiste en la empresa
mercantil Parqueo Plaza Cívica.
Ese acto se dirigía a un fin que no es reconocido por el ordenamiento jurídico que le
debió haber sido aplicado, en consecuencia, el tribunal sentenciador aplicó normas
jurídicas que no contenían los presupuestos que en realidad se dieron.
La contabilidad del Parqueo Plaza Cívica no fue presentada en documentos operados por
los comerciantes propietarios o por medio de contador, como lo preceptúa el artículo 371
del Código de Comercio. El Balance General y el Estado de Pérdidas y Ganancias de la
empresa mercantil, no se ajustan a los artículos 368 y 377 del Código de Comercio, que
ordenan que la contabilidad se lleve en libros, por lo que debió presentarse a la junta
certificación contable de los mismos, pero por el contrario, se presentaron documentos sin
firma alguna, ni de contador, ni de comerciante.
Como consecuencia de la apreciación probatoria verificada con anterioridad, se establece
que la junta de copropietarios ya citada, es nula porque no se realizó de acuerdo con los
preceptos que la rigen.
En consecuencia, procede casar la sentencia de fecha ocho de febrero de dos mil ocho y
efectuar las demás declaraciones que corresponda.
CONSIDERANDO IV
De conformidad con el artículo 573 del Código Procesal Civil y Mercantil, procede la
condena de la parte vencida, al reembolso de las costas del proceso a favor de la otra
parte, por lo que se debe hacer la declaración correspondiente.
LEYES APLICABLES
Artículos: los citados y 12, 203 de la Constitución Política de la República de
Guatemala; 368, 371 y 377 del Código de Comercio; 1686, 1687, 1693, 1703 del Código
Civil; 25, 26, 44, 51, 66, 67, 71, 79, 573, 619, 620, 621, 626, 627, 629, 630, 635 del
Código Procesal Civil y Mercantil; 16, 49, 51, 52, 57, 75, 79 inciso a), 141, 143, 147, 149,
150, 172, 188 de la Ley del Organismo Judicial.
POR TANTO
LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA, CÁMARA CIVIL, con base en lo considerado y
leyes citadas, al resolver, CASA la sentencia impugnada y resolviendo conforme a
la ley, DECLARA: I) CON LUGAR la demanda que en juicio ordinario de nulidad
absoluta de la junta de copropietarios celebrada en esta ciudad el dieciocho de
agosto de dos mil cuatro, contenida en el acta notarial autorizada en la ciudad de
Guatemala, el dieciocho de agosto de dos mil cuatro, por el Notario José Rolando
Alvarado Lemus, promovió Pedro José Keilhauer Persson contra Juan Enrique
Keilhauer Persson, Lucía Cristina Keilhauer Persson, Carmen Regina Keilhauer
Persson de Sanz-Agero, Ana María Carolina Keilhauer Persson de Sánchez, Hilda
Otilia Bosque Pinto viuda de González y Julio Montes Imeri, y en consecuencia, A)
NULA de pleno derecho la Junta de Copropietarios celebrada el dieciocho de
agosto de dos mil cuatro, que está documentada en el acta notarial autorizada en
esta ciudad por el Notario José Rolando Alvarado Lemus, el dieciocho de agosto de
dos mil cuatro, por lo que la misma no produce efectos jurídicos. B) NULA la
aprobación de la Tabla de Dividendos de la empresa mercantil Parqueo Plaza
Cívica, efectuada por el Mandatario General Judicial con Representación de los
demandados, abogado Julio Montes Imeri. C) Se deja afectos a los demandados al
pago de daños y perjuicios, si se hubieren ocasionado, fijándose su importe por
medio de la prueba de expertos. D) Se ordena a los demandados que, en un plazo
no mayor de tres días, restituyan las utilidades o frutos de la empresa
mercantil, que hayan recibido por la aprobación indebida de la Tabla de
Dividendos. El contenido de los incisos C) y D), debe ejecutarse por el Juez
Noveno de Primera Instancia del Ramo Civil del departamento de Guatemala. II) Se
condena en costas procesales a los demandados, por lo considerado. Notifíquese
y con certificación de lo resuelto, devuélvase los antecedentes a donde
corresponde.
Víctor Manuel Rivera Woltke, Magistrado Vocal Octavo; Augusto Eleazar López
Rodríguez, Magistrado Vocal Tercero; Edgar Raúl Pacay Yalibat, Magistrado Vocal Sexto;
Carlos Enrique de León Córdova, Magistrado Vocal Undécimo. Jorge Guillermo Arauz
Aguilar. Secretario de la Corte Suprema de Justicia.

Anda mungkin juga menyukai