1. Clasificación de los contratos desde el punto de vista jurídico. En los arts. 1138 a 1143 el C.C. hace una clasificación técnica
jurídica de los contratos. La clasificación, ¿tiene carácter normativo? Tener carácter normativo implica tener imperio, es decir, cuando
se ordena algo. En este sentido, la clasificación no tiene carácter normativo. Las clasificaciones y las definiciones deben quedar en
manos de la doctrina, ya que esa labor no es propia del código. Pero es dable aclarar que la única clasificación que tiene carácter
normativo en el Código es las de los arts. 1140 y 1141 sobre contratos consensuales y reales.
A) Unilaterales y bilaterales: ubicación en los contratos plurilaterales. Contratos con prestaciones recíprocas.
Contratos unilaterales y bilaterales: esta es la distinción clásica sistematizada por Pothier y es mencionada por Vélez en el art. 1138.
a) Contratos Unilaterales: son los contratos que al momento de su perfeccionamiento (el vocablo “perfeccionamiento” es usado
como sinónimo de celebración válida), engendran obligaciones para una sola de las partes. Son contratos unilaterales: la
donación, el mandato gratuito, la fianza, el depósito, el mutuo oneroso o gratuito, el comodato y la renta vitalicia. En estos
contratos no hay interdependencia ya que existe un solo deudor y un solo acreedor, por ende, el peso del contrato está de un
lado mientras que del otro se encuentra toda la ventaja.
b) Contratos Bilaterales o con prestaciones recíprocas : son aquellos contratos que al momento de su perfeccionamiento engendran
obligaciones recíprocas, o sea, para ambas partes. Son contratos bilaterales: la compraventa, la cesión onerosa de derechos, la
permuta, la locación de cosas, de servicio y de obra, la sociedad, la donación onerosa, el mandato oneroso, la fianza onerosa, el
juego y la apuesta. En estos contratos las obligaciones a cargo de cada una de las partes están ligadas entre sí “por un nexo
lógico especial que se llama reciprocidad y que consiste en su interdependencia”.
Los contratos bilaterales imperfectos son aquellos contratos que en su origen solo engendran obligaciones para una sola de las
partes y que a posteriori de su celebración, durante la vida del mismo, nace alguna obligación para la contraparte, que
originariamente no se encontraba obligada. Así en el depósito o en el comodato, si se hicieran gastos por el depositario o el
comodatario tendientes a la conservación de la cosa, surgiría para el cocontratante la obligación de abonar esas expensas (art. 2224 y
2278, Código Civil).
La distinción entre contratos unilaterales y bilaterales es tanto de forma como de fondo.
• En cuanto a la forma:
- en los contratos bilaterales se exige el doble ejemplar, o mejor “tantos ejemplares como partes haya con un interés distinto” (arts.
1021 y correlativos);
- tratándose de unilaterales bastará con un solo ejemplar que quedará en manos del acreedor, que es quien tiene interés en la forma
escrita a los fines de la prueba de su derecho.
• Respecto al aspecto de fondo:
- Excepción de incumplimiento: solo es posible en los contratos bilaterales porque hay obligaciones recíprocas (el art. 1201 establece
que “...una de las partes no podrá demandar su cumplimiento, si no probase haberlo ella cumplido u ofreciese cumplirlo, o que
su obligación es a plazo”).
- Pacto comisorio: solo se puede dar en los contratos bilaterales; es un efecto natural, y consiste en la posibilidad que tienen las
partes de resolver el contrato ante el incumplimiento de la otra.
- Excesiva onerosidad sobreviniente: (art. 1198) solo es aplicable “en los contratos bilaterales y unilaterales onerosos”
Plurilaterales:
Algunos dicen que se trata de una subespecie de los contratos bilaterales, mientras que otros lo consideran como una
tercera categoría, al lado de los unilaterales y bilaterales.
Se considera contrato plurilateral al que tiene, originaria o potencialmente, mas de dos centros de intereses diferenciados
(partes), sin que exista reciprocidad o interdependencia entre todas las prestaciones nacidas del contrato.
La nota distintiva del contrato plurilateral está dada por la manifestación negocial proveniente de más de dos partes. Esa
pluralidad de partes es puramente eventual, dado que el mismo contrato puede subsistir con dos partes, o sea como bilateral. Las
obligaciones que de ellos emergen son múltiples en sentido cuantitativo (según el número de contratantes) pero cualitativamente
son idénticas y comunes.
De allí que ubiquemos a los contratos plurilaterales como una especie de los bilaterales, pero ello no nos impide valorar las
notas distintivas.
Diferencias entre contratos bilaterales y plurilaterales:
1) En los bilaterales surgen obligaciones correlativas para las partes (recíprocas);
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En los plurilaterales, cada parte adquiere derechos y obligaciones respecto a todos los demás.
2) En los bilaterales el dolo, la fuerza y el temor son vicios del consentimiento que provocan la nulidad, ya provengan de la
contraparte, ya de un tercero extraño al acto (arts.1157, 935 y concs. C.C.);
En los plurilaterales el vicio del consentimiento de uno de los contratantes anulará su adhesión al negocio, pero el contrato sigue
siendo válido en tanto sea posible lograr el cumplimiento del objeto o finalidad común perseguida por los demás contratantes.
3) Los bilaterales son generalmente de ejecución instantánea;
Los plurilaterales son, en cambio, de tracto sucesivo o de ejecución demorada, es decir, que se prolongan en el tiempo.
4) En los bilaterales las obligaciones de las partes presentan un contenido típicamente constante (pagar el precio el comprador,
entregar la cosa el vendedor, etc.);
En los plurilaterales las obligaciones de las diversas partes, en principio idénticas y comunes, pueden tener un objeto diferente: una
parte puede obligarse a transferir la propiedad de una cosa, otra a conceder el uso y goce de otra cosa, a entregar dinero, etc., como
ocurre a veces con los aportes de los socios capitalistas en los contratos de sociedad.
5) Los bilaterales están limitados a las partes originarias (contratos cerrados);
Los plurilaterales admiten el ingreso, o la posibilidad, de nuevas partes, así como el egreso de las partes originarias (contratos
abiertos).
6) En los bilaterales el incumplimiento de las obligaciones por una de las partes posibilita a la otra a resolver el contrato;
En los plurilaterales el incumplimiento lleva a una resolución limitada, con relación a la parte que incumplió, salvo los casos de
excepción que la ley establece (art. 1704, primera parte).
7) En los bilaterales rige la excepción de incumplimiento;
En los plurilaterales dicha excepción no se aplica, al menos con el alcance y en la forma tradicional; así en la sociedad, típico contrato
plurilateral, el incumplimiento de uno de los socios no autoriza a los demás a no cumplir sus respectivas obligaciones; el socio
incumpliente puede ser excluido (art. 1735, inc. 2) pero los demás quedan obligados a sus respectivas prestaciones.
B) Formales y no formales.
a) Contratos formales: son aquellos cuya solemnidad es taxativamente prefijada por la ley (como ejemplos de solemnidades el
Código cita: “la escritura del acto, la presencia de testigos, que el acto sea hecho por escribano público, o por un oficial público,
o con el concurso del juez del lugar”).
b) No formales: son aquellos cuya exteriorización es libre y que pueden, por lo tanto, realizarse en cualquiera “de las que el uso social
considera instrumento de manifestación admisible e inequívoca”
El concepto de forma que nos da el art. 973 del C.C es el “...conjunto de las prescripciones de la ley, respecto de las
solemnidades que deben observarse al tiempo de la formación del acto jurídico”. (Forma no es conjunto de prescripciones legales
sino de solemnidades prescriptas por la ley.)
Cuando no se designa forma para algún acto jurídico estamos frente a un acto no formal. Susceptible de ser realizado de la
manera que los interesados juzgaren conveniente (art. 974).
C) Onerosos y gratuitos (art. 1139). Conmutativos y aleatorios. Diferencias con los contratos que contienen obligaciones
condicionales. Diversos casos.
-Onerosos y Gratuitos.
a) Contratos onerosos: se dan cuando la contraprestación sigue a la prestación, por la ventaja que deviene del sacrificio, sin que sea
preciso una relación de equilibrio (matemático) o equivalencia entre las prestaciones.
Así como la lesión (art. 954) vela por el equilibrio originario de las prestaciones (sancionando al desequilibrio fruto del
aprovechamiento); la excesiva onerosidad cuando es sobreviniente, encuentra en la ley adecuado remedio (art. 1198, Teoría de la
Imprevisión).
b) Contratos gratuitos: son aquellos en los que hay una liberalidad o un beneficio; se da algo por nada, sin contrapartida. Ejemplo:
depósito, donación.
Existe una política legislativa en disfavor respecto a esta categoría de contratos ya que quien realiza negocios gratuitos, siguiendo un
ideal de solidaridad, caridad, beneficencia, etc., disminuye su patrimonio, puesto que salen de él bienes sin compensación alguna, y
esta merma puede llegar a atacar la legítima de los herederos forzosos, perjudicar a los acreedores y aun conducir a la indigencia al
propio autor de tales negocios, transformándolo en una carga para el Estado; de allí el disfavor con que el legislador ve tales
contratos, actitud que se traduce en preceptos que imponen formalidades.
c) Contratos incoloros: se trata de una categoría intermedia en cuanto que no se puede decir de ellos que sean exclusivamente
onerosos o exclusivamente gratuitos. Según como se los enfoque, estos contratos podrán ser onerosos o gratuitos. Así, por
ejemplo, el contrato de fianza asume carácter gratuito si es prestado por un amigo; en cambio, sería un contrato oneroso si el
fiador fuese un banco.
-Conmutativos y aleatorios.
Nuestro CC no incluye entre los preceptos que dedica a clasificar los contratos uno destinado a distinguir la categoría de los
conmutativos de la de los aleatorios; sin embargo esa distinción surge de otros artículos tales como el 1173, 1405, 2051.
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a) Contratos Conmutativos: son aquellos en que las obligaciones que asumen las partes o una de ellas son ciertas y apreciables en su
significación económica al momento de celebrarse el contrato. Las partes conocen las ventajas y desventajas que el contrato
comportará.
b) Contratos aleatorios: son aquellos en que las ventajas o pérdidas para una o ambas partes dependen de un acontecimiento futuro
e incierto.
No hay que confundir el contrato aleatorio con el contrato condicional, ya que la condición es un elemento extrínseco al
contrato que se agrega al mismo, mientras que el alea es un elemento estructural del contrato. La condición supedita la existencia
del contrato condicional, en cambio, el contrato aleatorio existe, produce efectos, pero algunas de las ventajas están supeditadas al
alea.
D) Consensuales y reales. Cuestionamientos doctrinarios a la categoría de los contratos reales. Disposiciones del Código Civil.
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promitente, dará derecho a la otra parte por el término de tres meses, desde que debió cumplirse, para demandarlo de pérdidas e
intereses). Este es el único supuesto en que vale la promesa.
E) Contratos típicos y atípicos. Distintas especies de contratos atípicos. Pautas para su integración.
El Código comete el error en llamarlos nominados e innominados dado que los asimila a los típicos y atípicos, siendo que no
los son. Los contratos nominados son aquellos que tienen una denominación legal especial, y los innominados son aquellos que no la
tienen. (Art. 1143)
a) Contratos típicos: son aquellos contratos que tienen una “regulación legal”, es decir que la ley los ha reglamentado fijándoles su
contenido, efectos, exigencias, etc., ya sea en el CC o en una ley especial. Ej., contrato de locaciones urbanas.
b) Contratos atípicos: son aquellos que si bien no tienen una regulación legal surgen de la vida social en razón de la libertad
contractual (art. 1197). O sea, que si bien estos contratos carecen de “tipicidad legal”, existirá en muchos una “tipicidad social”,
es decir que la sociedad (“en situaciones no regladas legalmente”, conf. art. 17 CC) por los usos y costumbres los ira
reglamentando.
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Integrar un contrato consiste en suplir las lagunas que puedan existir, es decir, integrar el contrato con aquellas previsiones que las
partes no han tenido. Para los contratos típicos se aplican las reglas supletorias diseñadas por la ley que son parte del mismo, salvo
exclusión expresa de las partes. Los contratos atípicos se integran por los usos y costumbres.
Cuando se presenta un problema de calificación, de interpretación o de integración en un contrato típico, el mismo se resuelve
acudiendo a lo que la ley prescriba.
La cuestión es saber como se resuelven dichos problemas en los contratos atípicos. Para dar solución a los mismos, se
presentan distintos criterios:
a) se aplican los principios generales de las obligaciones y de los contratos;
b) se aplica la regulación de los contratos típicos más afines, más parecidos, etc.
El criterio más correcto sería el primero siempre atendiendo a la finalidad económica del contrato.
Debe aclararse, que hay una jerarquía de criterios para la resolución de los contratos atípicos.
1º) Resolver por el principio de la autonomía de la voluntad de las partes.
2º) Aplicar los principios generales de las obligaciones y de los contratos.
3º) Aplicar la regulación de los contratos típicos mas afines siempre que respeten la finalidad económica del contrato.
Los acontecimientos que puede provocar la aplicación de la excesiva onerosidad se darán en los contratos de tracto sucesivo y por
excepción en los de ejecución instantánea, cuando estos sean, además, de ejecución diferida.
a) Contratos directos: son aquellos en los que el resultado práctico o la finalidad económica del contrato se obtiene inmediatamente.
Ej., se celebra una compra-venta para intercambiar el dominio de cosa y precio.
b) Contratos indirectos: son aquellos en los que el resultado se obtiene por una vía transversal u oblicua. Hay una disonancia entre el
medio utilizado y la finalidad perseguida. Ej., la donación con el cargo de beneficiar a un tercero. Generalmente estas vías se
utilizan cuando hay algún impedimento legal: Ej., le dono a un tercero para que éste le done a mi esposa, porque el contrato de
donación entre esposos esta prohibido.
c) Contratos fiduciarios: son aquellos contratos que basados en la confianza. Consisten en la modificación de una relación jurídica
preexistente que tiende a facilitar el cumplimiento de un contrato. Ej., contrato de mandato; venta con pacto de retroventa (un
vendedor vende un inmueble a otra persona con la condición de que en un determinado tiempo le devuelva el inmueble). Es
una figura típica para el caso de préstamos de dinero.
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a) Entre Presentes: cuando las partes están en contacto directo (personalmente o por medio de representante), de modo que
la oferta y la aceptación se puedan producir coetáneamente, sin solución de continuidad.
b) Entre Ausentes: cuando las partes no están en contacto directo, sino que se encuentran separadas territorialmente y para
trasmitirse la oferta o la aceptación se valen de la correspondencia o de simples mensajeros o intermediarios, que no tienen
representación.
Categorías no enunciadas
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contratasen que se hubiese cumplido parte de las prestaciones, las que se hayan cumplido quedaran firmes y producirán en
cuanto a ellas, los efectos correspondientes”
b) Contratos gratuitos y contratos onerosos.
1. Error en la persona del contratante: El art. 925 establece que también es error esencial y anula los actos jurídicos el relativo
a la persona con la cual se forma la relación de derecho.
2. Acción Pauliana: El art. 967 dice que si el acto del deudor insolvente que perjudique a los acreedores fuere a titulo gratuito,
puede ser revocado a solicitud de estos, aun cuando aquel a quien sus bienes hubiesen pasado ignorase la insolvencia del
deudor.
3. Evicción y vicios redhibitorios: La onerosidad del contrato permite invocar la evicción y los vicios redhibitorios, salvo
exclusión voluntaria por las partes.
4. Imprevisión: El instituto de la imprevisión requiere la onerosidad del contrato, pues conforme a la disposición expresa de la
ley se aplico a los contratos bilaterales conmutativos y a los unilaterales y conmutativos, de ejecución diferida o continuada.
En una clasificación más moderna de López de Zavalía, seguida por Alterini divide los elementos en:
I. Presupuestos: son todos los requisitos extrínsecos al contrato existen antes de que nazca el contrato y los deben
tener los futuros contratantes (por ej.: la capacidad, la voluntad jurídica de contratar, la aptitud del objeto). Estos
presupuestos existen independientemente de que el contrato se celebre o no.
II. Elementos: Son los requisitos intrínsecos y son constitutivos del contrato. Son las cláusulas que constituyen el
contrato, las cuales se dividen en:
- Esenciales: sujeto, objeto, causa y forma (en aquellos contratos en que se exige).
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- Naturales: son aquellas que se encuentran ordinariamente en los contratos, como las referidas a la garantía de evicción, y que si las
partes nada dicen la ley actúa supletoriamente.
- Accidentales: aparecen únicamente cuando las partes deciden incorporarlas al contrato (modalidades).
III. Circunstancias: son aquellos elementos extrínsecos y tienen relevancia durante la formación y la ejecución del
contrato. Estas están referidas al tiempo, modo y al lugar, por ej.: situación económica. De estos surge la Teoría de la
Imprevisión.