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Universidad del valle

Facultad de Humanidades
Departamento de Historia
Curso Didáctica de la Historia
Juan David Madroñero
1541322 – 3251

Taller 1 sobre el texto


Enseñar Historia: Notas para una didáctica renovadora1

1. ¿Cuáles son las principales problemáticas que contemporáneamente se plantean en


el campo de acción de la didáctica?
2. ¿De qué forma la historia puede contribuir a la formación integral de niños(as) y
adolescentes?
3. Reflexiona y elabora una síntesis acerca del siguiente planteamiento de Prats.

“Las habilidades que se requieren para reconstruir el pasado pueden ser útiles
para la formación del alumno. El método histórico (…), puede ser simulado en
el ámbito didáctico, lo que supone el entrenamiento en la capacidad de análisis,
inferencia, formulación de hipótesis, etc.”.

1
Las principales problemáticas que se plantean en el campo de acción de la didáctica de la
historia contemporáneamente los podríamos dividir en tres campos, división que me tomo
la libertad de hacer con el fin de explicarlos de manera ordenada y clara, el primer campo
pertenece a la problemática que compete a los estudiantes, el segundo a la problemática que
compete a los profesores y finalmente la problemática inherente al propio desarrollo de la
disciplina histórica contemporánea en general.

Con respecto al primer grupo de problemas, el de los estudiantes, vemos que Prats se
preocupa por la visión que tienen los estudiantes al respecto de la materia Historia, pues la
consideran como “Una materia que no necesita ser comprendida sino memorizada” (p.
36), este pasa a ser entonces un escollo fundamental para la didáctica pues se hace
necesario plantear métodos para Traducir y no traspasar los conocimientos históricos,
hacer que la visión que tiene el alumnado de la asignatura historia, como una asignatura
estática y llena de datos, cambie por la visión que actualmente se maneja de ella por los que
le dan vida, los historiadores y maestros que se dedican a la investigación, visión que dicta

1 PRATS, Joaquín. Enseñar historia: Notas para una didáctica renovadora. Junta de Extremadura, Consejería
de educación, ciencia y tecnología, y Dirección general de ordenación, renovación y centros. Mérida. 2001.
PP. 140.
ser un campo de conocimiento dinámico, crítico, racional y experiencial, con el cual
explicamos procesos de la realidad contemporánea a partir de los sucesos pasados.

A este anterior problema se le suman otro problema no menos importante y es que se debe
considerar que la Historia forma parte del ámbito cultural y social del alumnado (p.37) lo
que hace que éstos permanentemente estén influenciados por concepciones sobre la
Historia que nada tienen que ver con la concepción a la cual el profesor quiere que lleguen,
la aceptada por los profesionales en historia en general.

En el segundo grupo de problemas encontramos el que atañe a los profesores y su forma de


enseñar, el modelo de enseñanza de los profesores según Prats gira en torno a la premisa de
que la Historia debe ser enseñada, en palabras del autor “Las clases ofrecen una idea de
Historia compuesta de informaciones acabadas” (p.42) lo que impide el desarrollo del
pensamiento crítico histórico, impide el poner en duda las aseveraciones de autoridades en
el tema, lo que va en contra vía del espíritu científico, y la construcción de éste por vías de
la investigación y el modelo propio de la disciplina, modelo que aporta innumerables
beneficios a la formación del estudiantado. Otro reto más para la didáctica contemporánea.

Haciendo más complejo el problema anterior, los estudiantes ven la Historia como si fuera
un relato debido a que la mayoría de profesores dedican la mitad de su clase a la exposición
de su tema, y dejan de lado el método con el cual los investigadores han llegado a plantear
lo que el profesor está relatando, y que en últimas importa tanto o más, que las mismas
conclusiones de dicha investigación (problema, búsqueda de información, hipótesis,
contrastación y método de resolución).

En el último grupo de problemas encontramos el que gira en torno al propio desarrollo de la


disciplina histórica, partimos de cinco ejes problemáticos centrales: la propia naturaleza de
la historia como ciencia social, la imposibilidad de la Historia para reproducir hechos
concretos del pasado, la falta de consenso entre los historiadores para definir y caracterizar
la Historia como ciencia social, la dificultad para el aprendizaje de los conceptos históricos
y la utilización política de la Historia.

2.

Una de las tesis centrales del autor nace de la pregunta sobre las posibilidades que tienen
los contenidos de la historia para responder a las necesidades educativas de los estudiantes
y los alcances que tienen dichos estudiantes para desarrollar los contenidos y aprenderlos
adecuadamente, a lo que responde “Tanto una como otra responden plenamente a las
necesidades formativas de los alumnos y constituyen un componente válido en un proyecto
de educación que no se base, tan sólo, en la acumulación de información, sino en el
desarrollo de las capacidades de los niños y adolescentes” (p. 13). De entrada, Prats coloca
a la Historia como una de las bases para el desarrollo integral (Intelectual, social y afectivo)
de los estudiantes pues:

Forma una perspectiva conceptual para las Ciencias Sociales, debido a que gracias a ella los
estudiantes toman conceptos, métodos, problemáticas y discusiones aplicables a distintas
disciplinas sociales, lo que hace más fácil la comprensión de procesos abstractos y de
relaciones sociales.

Facilita también la comprensión del presente gracias a que la generación espontánea no es


algo que tenga cabida en las disciplinas sociales, debido a esto, todo es susceptible de
rastrear en los Anales de la historia. Ver el desarrollo diacrónico de un proceso social
permite enlazar problemáticas y tensiones temporales de forma que se hagan más
inteligibles para los estudiantes, en especial si son ellos mismos los que hacen o siguen el
proceso y se dan cuenta de ello. Analizar el cambio y la continuidad permite ver el presente
no como algo estático sino en todo su dinamismo y complejidad subsecuente, lo que deriva
en análisis más racionales de los procesos políticos, culturales, sociales, ambientales y
económicos, entre otros.

La Historia también prepara a los estudiantes para la vida adulta puesto que, al incentivar el
pensamiento crítico y dar herramientas para analizar el presente, el estudiante dejará de ser
un blanco fácil para la cantidad de información sin bases y mal intencionada, a la cual
diariamente el adulto promedio se ve expuesto, además tendrá la posibilidad de relacionarse
con su entorno y sus congéneres de forma más racional y asertiva pues la Historia posibilita
el acercamiento y afianzamiento de una identidad, como conciencia de los orígenes, pero en
pro del reconocimiento de la otredad como algo valioso y significativo para el desarrollo de
la sociedad.

Como última instancia, aporta la Historia a los estudiantes el método histórico, que permite
incentivar la duda como bandera fundamental para el desarrollo de sus investigaciones y la
mirada de la sociedad, tanto pretérita como actual, lo que deja habilidades útiles, tales como
análisis de problemas, búsqueda de información, formulación de hipótesis y transmisión de
conocimientos; básicas para el desarrollo de cualquier disciplina a estudiar en un futuro.

3.

Con respecto al planteamiento de Prats surgen en mí una inquietud que radica en el ámbito
metodológico, pero debo de matizar que esta duda aparecen al intentar, mentalmente, poner
en práctica sus observaciones en el contexto escolar colombiano, teniendo en cuenta que el
texto fue hecho para el contexto educativo español, dicha inquietud no nacen con la
intención de contravenir al autor, pues comparto y me parecen de sumo interés muchas de
sus aseveraciones, sino que aparece con el ánimo de abrir la discusión en nuestro plano
nacional, lleno de problemáticas disimiles a las españolas.

Prats plantea que son los métodos de la Historia y no los datos arrojados por ella, los que
realmente forman a los estudiantes en conocimientos integrales y concuerdo plenamente
con ello, pero me deja una cierta preocupación metodológica el hecho de que la forma para
medir la calidad de la educación básica y media en Colombia, no indaga sobre qué tanto del
método histórico saben los estudiantes, sino que se centra más bien en pensamiento crítico
y en datos que unos largos temarios de estudio deben abordar. Si se hace complejo que un
universitario que se ésta formando como historiador, logre de manera rápida la
comprensión de los métodos y las conclusiones de la Historia, en un tiempo amplio como lo
es el de la universidad, un estudiante de educación básica y media, que tiene que rendirle
cuentas al Estado sobre unos datos que aparecerán en las pruebas estandarizadas, poco
tiempo tendrá para enfocarse en el método histórico como tal. La cuestión se centra
entonces en reestructurar las pruebas de Estado con el fin de que midan asertivamente el
análisis de problemas, la búsqueda de información, la contrastación, la formulación de
hipótesis y la generación de conclusiones, en vez de los datos básicos.

Un lector crítico podría inferir que mi duda se centra en un plano superficial, que sería las
calificaciones de una prueba estatal, pero si analizamos la dimensión que tienen esas
pruebas para la mayoría de jóvenes de estratos medios y bajos, la inquietud se legitima un
poco más. La mayoría de estudiantes de estratos medios y bajos tienen pocas posibilidades
de continuar su educación en una institución de educación superior, pues no poseen los
recursos necesarios para pagarse una institución privada, por tanto deben aspirar a la
pública, que es más accesible en cuestiones monetarias, pero es más rigurosa con los
porcentajes de ingreso que toman de la medida que hace el Estado con sus pruebas
estandarizadas, puede, y estoy convencido, que un estudiante que se eduque bajo los
preceptos de Prats sobre la historia esté mucho más preparado y mejor formado para
enfrentarse al ambiente académico universitario, pero si no logra entrar a éste porque las
pruebas de Estado no midieron lo que él aprendió, se pierde el Ethos mismo de su
educación. De nuevo el llamado es a modificar la estructura estandarizada de medición de
la educación por parte del Estado, para beneficiar que modificaciones ineludibles traídas
del campo de la Didáctica como la que hace Prats, puedan ser totalmente eficientes y
aplicables, pues es prudente y necesario hacerlo.

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