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CONCLUSION DEBATE DOSIS MINIMA

Durante 24 años en todo el territorio nacional estuvo permitido portar y fumar lo que
se consideraba como dosis mínima (marihuana 20 gramos, marihuana hachís 5
gramos, cocaína 1 gramo, metacualona 2 gramos) a través de la sentencia C-221
decretada el 5 de mayo de 1994 bajo ponencia del entonces Magistrado de la Corte
Constitucional Carlos Gaviria Díaz. Esta sentencia declaro inexequibles los artículos
de la ley 30 de 1986, ley que sancionada el porte y consumo de sustancias
psicoactivas.

La Corte argumentó que el consumo de drogas es una actividad que atañe a la


esfera individual de la persona y que, al no transgredir derechos de terceros, no
podía ser objeto de sanción alguna. “Los asuntos que sólo a la persona atañen, sólo
por ella deben ser decididos. Decidir por ella es arrebatarle brutalmente su condición
ética, reducirla a la condición de objeto, cosificarla, convertirla en medio para los
fines que por fuera de ella se eligen.”

Durante estos años de despenalización la sentencia se vio amenazada en varias


ocasiones, esto debido a que congresistas, reformas constitucionales, hasta en
algún momento el entonces Procurador General de la Nación hacían frente a esta
sanción de la corte, pero siempre salía bien librada la sentencia C-221.

En 2012 la Corte bajo sentencia C-491 ratifica su posición frente a la dosis mínima
aclarando que la dosis personal se mantiene despenalizada y que el consumo de
drogas sigue entendiéndose como una actividad amparada por el derecho al libre
desarrollo de la personalidad.

Sin embargo una investigación de la Universidad de los Andes realizada por Julieta
Lemaitre y Mauricio Albarracín, publicada en 2011 y que incluyó la entrevista de
más de 40 miembros de la policía en Bogotá y visitas a centros de detención,
confirmó en ese entonces que el porte y el uso de la dosis personal continuaban
siendo reprimidos en la práctica. El estudio concluyó que la dosis personal es
entendida como un problema de represión y control social que es abordado con un
alto grado de discreción por parte de la policía, y que recae principalmente sobre
aquellos consumidores que pertenecen a poblaciones pobres y que son percibidas
como peligrosas por los patrulleros. Además, las entrevistas realizadas a policías
de diferentes rangos en Cali, Medellín y Bogotá permiten concluir que los patrulleros
solían perseguir a quienes consumen sustancias con el fin de decomisar sus dosis
personales de droga y, de esta manera, cumplir con las metas institucionales de
incautación de estupefacientes que eran fijadas diariamente en cada estación de
policía para ese entonces.

Actualmente bajo decreto del actual Presidente de la Republica Iván Duque, decreto
que entro en rigor a partir del 1 de octubre del presente año se prohíbe el porte y
consumo de cualquier sustancia psicoactiva incluida la dosis mínima, dando así
libertad a la policía para incautar y destruir dichas sustancias y procediendo
disciplinaria y/o administrativamente según competa bajo el nuevo código de policía.

De acuerdo a lo anteriormente mencionado y a lo expuesto por las partes en el


debate durante la clase, se considera que la parte ganadora fue la que estaba a
favor de la legalización, dado que mostró conocimiento del tema, manejo del mismo
y de esta manera respondió acertadamente a la contraparte, la cual también mostró
conocer el tema, pero en ciertas ocasiones se percibía nerviosismo lo cual derivaba
en que recitara lo que estaba exponiendo y de la misma manera que en varias
oportunidades no se entendiera con claridad lo que decía.

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