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Adela Cortina El Paìs -https://elpais.com/diario/1998/02/20/opinion/887929205_850215.

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Adela Cortina señala “una profesión es un tipo de actividad social, a la que se han atribuido
desde Max Weber un buen número de características” (1998) y destaca las siguientes: 1) es
una actividad que presta un servicio institucionalizado e indispensable “para la reproducción
de la vida digna” (1998), es decir, un servicio que es imprescindible “no sólo para mantener la
vida humana, sino para promover una vida de calidad” (1998). 2) “cada profesión exige
contar con unas aptitudes determinadas para su ejercicio y con un peculiar interés por la
meta que esa actividad concreta persigue” (1998).3) “El profesional, al ingresar en su
profesión se compromete a perseguir las metas de esa actividad social, sean cuales fueren
sus móviles privados para incorporarse a ella” (1998) y enfatiza: “sea cual fuere su motivo
personal, lo bien cierto es que, al ingresar en la profesión, debe asumir también la meta que
le da sentido”.

En esta forma al construir los elementos conceptuales de profesión esta autora pone énfasis
en la o las necesidades sociales que satisface la actividad profesional y que dan sentido a las
metas que persigue el cuerpo profesional “cada actividad profesional -diría yo- justifica su
existencia por perseguir unos bienes internos a ella, bienes que ninguna otra puede
proporcionar” (1998).

Sumado a lo anterior, un elemento a destacar es el Ethos de la profesión, con el que se destaca el


sentido grupal o gremial de la profesión cuando establece que “El ingreso en una profesión es un
factor de identidad social y de pertenencia a un grupo…” (Cortina, 2000:27) Así En sentido externo
la profesión debe ser identificable para la sociedad, receptora del bien o bienes que proporciona, y
en sentido interno los profesionales deben tomar como propia la meta de la profesión, de esta forma
se construye un sentido de comunidad profesional, misma que se ha de originar desde el estudio, ya
que “Para acceder al ejercicio profesional se requiere las más de las veces, pero no siempre, seguir
unos estudios reglados, de los que depende la licencia para ejercer la profesión”. El colectivo de
profesionales, como lo vimos en la ley, “habitualmente tiene laforma de colegio profesional. El
colegio profesional puede proponerse realizar actividades de interés para sus miembros, elaborar
códigos éticos y deontológicos, formar comités o también ejercer el control monopolístico sobre el
ejercicio de la profesión, denunciando el intrusismo” (Cortina, 2000:27). Estos elementos son
compartidos por Hortal cuando establece “acceden a ella tras un largo proceso de capacitación
teórica y práctica, de la cual depende la acreditación o licencia para ejercer dicha profesión. (Hortal,
2004: 51) y forman “con los otros profesionales (colegas) un colectivo que obtiene o trata de obtener
el control monopolístico sobre el ejercicio de la profesión” (Hortal, 2004: 51). A este respecto también
encontramos coincidencia con Cobo (2001) quien indica que en las sociedades actuales se entiende
por profesión: Una actividad diferenciable de otras, que ocupa a un grupo de personas de forma
estable en la producción de bienes o servicios necesarios o convenientes para la sociedad, para lo
cual esas personas manejan unos conocimientos y destrezas propios de esa profesión, que requiere
una formación específica y que han de utilizar con ética. Y una actividad con cuyo desempeño
obtienen esas personas su forma de vida. (Cobo, 2001:16). La profesión asI se establece como una
comunidad que busca controlar la práctica profesional estableciendo límites o fronteras sobre su
campo para impedir que otros profesionales o trabajadores invadan su quehacer, es decir,
produzcan o busquen producir el bien característico que proporciona su práctica profesional; ello
justificado, como lo vimos en el apartado de las leyes, desde el conocimiento científico, dominio de
habilidades y recursos así como la institucionalización de prácticas profesionales reguladas por
códigos legales y éticos.
Ahora bien, un elemento central, que ya a sido destacado en las leyes revisadas previamente y en
las palabras de los tres autores mencionados es la formación; a este respecto que la profesión: “Una
actividad que se desarrolla mediante unos conocimientos teóricos y prácticos, competencias y
destrezas propios de ella misma, que requieren una formación específica (inicial y continua)”.
(2003:3). Esta formación inicial y continua destacada en todas las definiciones de profesión y
profesional revisadas; así como en los cuerpos legales; implica el dominio de conocimientos
científicos actualizados, el desarrollo y perfeccionamiento de habilidades técnicas, la capacidad de
determinar las necesidades específicas de un caso –y de la comunidad en su conjunto- , tanto en
relación con los servicios requeridos como de los materiales necesarios para brindar el servicio; es
decir, requiere del profesional la capacidad de problematizar desde evaluaciones diagnósticas y
periódicas de necesidades, referentes a los bienes que producen y el proceso de producción.
De esta forma la profesión

. Comunidad que para Hortal

La profesión destaca como la actividad humana con el compromiso de servir a la sociedad


con vocación, para lo cual se requiere de la formación adquirida en las universidades, pues
se traduce en la obtención de una licencia que va más allá del ejercicio, ya que acredita al
gremio de profesionistas que determinarán el bien social, que en el caso específico de la
comunicación y el periodismo se verá reflejado a partir del servicio informativo. Cabe
señalar que en este ámbito profesional incursionan otros profesionales, o que no lo son, por
lo cual se da una lucha por el control “monopolístico”, específicamente por los mensajes
que se difunden a través de los medios de comunicación y que son elaborados por personas
de esas otras disciplinas.

Un profesional es “alguien que sabe lo que otros no saben, alguien capaz de hacer lo que
otros no son capaces de hacer, siendo así que necesitan que alguien lo haga por ellos y para
ellos” (Hortal, 2004: 24 y 25) precisa que el profesional debe asumir los compromisos que
comparte con sus colegas al ser competente y responsable con las prestaciones y servicios
que de cada uno se espera, es decir, se espera la excelencia y se logra obtener la confianza
de quienes acuden a él.
ANBS [ÉTICA PROFESIONAL DE LOS ESTUDIANTES DE LAS LICENCIATURAS EN
COMUNICACIÓN DE LA UNAM]
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Los profesionales son personas que realizan actividades que no cualquier sujeto podría
hacer, pues requiere de la preparación y adquisición de conocimientos. Es bien sabido que
no se cambia de profesión de la noche a la mañana y que a través del desempeño
profesional se percibe una retribución “y esa retribución constituye su medio de vida”
(Hortal, 2004:36).
Entonces, el profesionista mantiene una dedicación asidua y también especializada que va
acompañada de la experiencia competente, en el sentido de que “los profesionales, por lo
general, hacen mejor lo que hacen que quienes no se dedican a esa profesión: son expertos
competentes en su trabajo profesional” (Hortal, 2004: 36), esto se debe a la preparación
que les permite convertirse en una pieza clave en el desempeño de su disciplina, más aún si
se cuenta con una acreditación académica y la pertenencia a un colectivo, lo cual marca de
forma importante la identidad de los profesionales.
Se considera al profesional “como un practicante que mediante largos estudios ha adquirido
la titulación es el conjunto de procedimientos por medio de los cuales el estudiante demuestra haber
completado los estudios satisfaciendo el perfil profesional del plan de estudios, en virtud de lo cual la
universidad le otorga la certificación institucional, que da garantías de que cuenta con los conocimientos,
actitudes, aptitudes y habilidades propios de una actividad profesional; autorizando al sujeto para buscar la
certificación legal -cédula profesional- y el ingreso al campo laboral donde se desarrolla la práctica de dicha
profesión; o, en caso de ya pertenecer al campo, su ascenso a niveles de responsabilidades profesionales. al
proceso de acumulación de capital dentro de una división social del trabajo dada; como en su concepción
de conjunto de actividades que exige un campo de acción con tensiones internas y externas (Díaz
Barriga, Pacheco, 1997).

La profesión es tanto dominio de una práctica como control de un conocimiento práctico especializado,
implica que ninguna profesión ―puede concebir un profesional sin la formación teórica adecuada. Y
ningún profesional puede estar mucho tiempo sin la actualización de la teoría‖ (Muriete, 2007: 108). Cabe
aclarar que, en este caso, hablo de la profesión como unidad estructural de la sociedad moderna que
condensa procesos y elementos de la realidad social, política e ideológica en la que se circunscribe; tanto
en su concepción de práctica social que, con diversos tipos de prácticas profesionales, responde 56
Formación profesional
La educación superior tiene como característica no ser de aplicación inmediata, por el contrario, la educación
superior se basa en la abstracción de la actividad profesional en múltiples formas, tanto para el estudiante
que suspende el tiempo de incorporarse al campo profesional, como en el ámbito cognitivo en el que se
retoman conocimientos técnicos simples y complejos, como teóricos, que conjugados conforman el campo
cognitivo que permite procesar información e incorporar información para el ejercicio profesional.
Es desde el campo cognitivo que se sitúa el profesional ante su objeto, procesa e incorpora información sobre
las características de éste, los propósitos deseables y alcanzables de su trabajo, los riesgos que implica, las
herramientas, saberes, habilidades y actitudes necesarias para alcanzar los propósitos, los procesos a ejecutar
y su secuencia lógica. Es decir: se diagnostica, proyecta, evalúa y ejecuta el trabajo profesional.
Para hacer esto es necesario la actualización permanente del conocimiento, reconociendo la obsolescencia de
éste, ya que la construcción de herramientas y conocimiento teórico es permanente, para ello el marco
cognitivo que permita estudiar, comprender y adaptarse a las innovaciones, lo que en última instancia
modifica el mismo marco cognitivo desde el que se lee y estructura la actividad profesional. El aprender a
aprender es y ha sido desde hace tiempo una constante de la actividad profesional.
El marco cognitivo es la estructura con la que se contextualiza y conectan los conocimientos nuevos con los
dominados. El marco cognitivo es la narrativa que permite la integración de conocimientos nuevos, evitando
la fragmentación y vanalización de información relevante para la conceptualización, problematizacón y
reinterpretación del conocimiento profesional. En tiempos en que el exceso de información parcial y
descontextualizada bombardea los medios digitales,

Todo ello es necesario en la formación del marco cognitivo, por tanto este requiere estar implícito en el plan
de estudios de una carrera, su expresión más clara se da en el perfil de egreso, al que se pretende satisfacer al
momento de la titulación. Recordemos que la trayectoria que marcan los planes y programas de estudio es la
administración-organización espacio temporal de saberes que idealmente se dan en sucesiones verticales y
horizontales (por trimestres, semestres o años. Esta sucesión de conocimientos a los que se les agrupa por
programas (asignaturas o materias) dentro de un plan de estudios, es un rompecabezas. Idealmente se parte
de la construcción y definición de las actividades que ha de realizar un profesional, se determinan los
conocimientos, actitudes, aptitudes y habilidades requeridos para poder llevarlas a cabo; se organizan hacia
atrás hasta empatar con el perfil de ingreso de los estudiantes (perfil de egreso del nivel inmediato anterior).
Se determinan los programas de estudio de lo más simple a lo más complejo, según los conocimientos
previos requeridos para la consecución de los propósitos del programa. Se establecen las líneas de
conocimiento, los que se pueden realizar de forma simultánea y aquellos que requieren formación previa.
Desde un principio los planes de estudio parten de una ficción teórica, una profesión es un conjunto de
conocimientos, actividades y habilidades que configuran un objeto positivo, desmontable por especialistas y
re-montable por estudiantes, hasta lograr su reunificación. Una ficción necesaria que implica múltiples
problemas. Dejando fuera que toda formulación, evaluación y actualización del plan de estudio implica
negociaciones políticas académicas, donde descartar o reducir las horas de materias de un campo de
conocimiento tiene implicaciones de perdida de capital de toda índole para un grupo de profesores, por lo
que la formulación y reformulación de los planes de estudio no se queda en el terreno ideal de la prefiguración
de una profesión. Aun queda el problema de que cada materia o secuencia de materias es visto como un
desafió autónomo para los estudiantes, como lo vivieron en bachillerato requiere un esfuerzo distinto para
conectar los saberes y estructurar la red cognitiva desde este rompecabezas de cursos.
Para configurar la red cognitiva y garantizar que el profesional egresado sea capaz de cuestionar su saber
para incorporar nuevas habilidades, actitudes y conocimientos, la estrategia elegida es la elaboración de un
trabajo Terminal en el que muestre que cumple con el perfil profesional.
Esto implica que el proyecto Terminal implica la integración de los conocimientos por medio de un proceso de
investigación por medio de la aplicación de conocimientos técnicos y teóricos a un objeto de estudio definido.

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