TEMA:
“Enriquecimiento sin causa, Promesa unilaterlay la responsabilidad extra
contractual”
SEMESTRE : XI
PUCALLPA – PERÚ
2019
ENRIQUECIMIENTO SIN CAUSA (ILÌCITO)
El Art. 1954 del Código Civil, define al enriquecimiento sin causa como aquella situación en
la que hay un sujeto que se enriquece indebidamente a expensas de otro, quedando este último
obligado a indemnizarlo.
Entonces, surge la pregunta de qué debemos entender por enriquecimiento y qué por
empobrecimiento. Y esto resulta muy importante, pues muchas veces se aprecia un
desconocimiento acerca de lo que la doctrina ha desarrollado como las formas de
enriquecimiento del sujeto beneficiado, así como el correlativo tratamiento que se brinda a las
formas.
Bien sabemos, o al menos la recta moral nos lo indica, que con un enriquecimiento sin causa
alguna, surge la imperiosa necesidad de restituir al empobrecido, también llamado
perjudicado, la pérdida sufrida, debiendo restablecerse el patrimonio afectado al momento
anterior a la ocurrencia del enriquecimiento del otro. Sin embargo, ¿es posible restituir a
alguien un menoscabo de valor injustificado que no provenga de una transferencia o
desplazamiento real de dinero o de otros bienes, que afecte el patrimonio del
empobrecido?
La respuesta acertada, sin duda alguna, tendrá que llevarnos a recorrer el concepto de
patrimonio, entendiendo a éste como el conjunto de activos (bienes y derechos) y pasivos
(deberes y obligaciones) que pertenecen a un sujeto; por lo que, en consecuencia para
verificar el empobrecimiento de un sujeto no será necesario que se haya producido un
desplazamiento patrimonial real y efectivo (de fondos dinerarios o de otros bienes, por
ejemplo), pues tal respuesta sólo abarcaría parcialmente el concepto de patrimonio, olvidando
que la imposición de obligaciones o cualquier otra situación jurídica subjetiva de desventaja
también forma parte del patrimonio del sujeto.
Decimos esto, pues en muchos casos, cuando existe un desplazamiento patrimonial real y
efectivo de dinero u otros bienes, generalmente el Derecho se encarga de brindar a los
perjudicados, otras acciones reguladas de manera positiva en nuestra legislación, en vez de la
demanda por enriquecimiento sin causa.
Por tales consideraciones sostenemos que el enriquecimiento sin causa difícilmente procede
en supuestos en los que se ha producido un desplazamiento real y efectivo del patrimonio;
pues para tales casos, el derecho ha previsto otros remedios legales como, por ejemplo, la
restitución y la repetición.
En ese sentido, resulta conveniente aclarar que el enriquecimiento sin causa sólo procede en el
Derecho peruano cuando no exista otro mecanismo para remediar el empobrecimiento
injustificado, conforme a lo establecido por el artículo 1955 del Código Civil.
Así, por ejemplo, tenemos que para los supuestos de pago indebido en los que se produce un
desplazamiento patrimonial a favor de otro sin que exista causa alguna, la norma establece
que lo que corresponde es pedir la restitución de lo indebidamente pagado (artículo 1222 del
Código Civil); de modo tal que, siendo que una de las características de la acción por
enriquecimiento sin causa es la subsidiariedad, es decir, la carencia de otra acción útil para
remediar el perjuicio, no procedería corregir tal situación a través del enriquecimiento sin
causa, pues existe otro remedio legal que el propio ordenamiento jurídico concede para ejercer
la protección del derecho.
La doctrina considera a la teoría del enriquecimiento sin causa como uno de los aciertos más
notables de la técnica jurídica, pues sin duda alguna lo que se pretende amparar con tal figura
son, precisamente, todos los casos de enriquecimiento sin causa que pasaron inadvertidos al
legislador, motivo por el cual los afectados no encuentran remedio alguno en la norma; pero,
no obstante ello, los principios de la moral, la equidad, la justicia y la eficiencia no aceptan
que exista una persona que se beneficie a expensas de otra, sancionando así tal situación a
través de la acción de enriquecimiento sin causa que se otorga al perjudicado.
Así, Von Tuhr : señala que el enriquecimiento sin causa es otra fuente de obligaciones,
como lo son el contrato y los delitos. Agrega que esta fuente de obligaciones otorga al
empobrecido “la acción y el derecho a reclamar la restitución del enriquecimiento”.
En ese mismo sentido, Llambías, afirma que el enriquecimiento sin causa es fuente de
la obligación de restitución, denominada acción in rem verso, que no es otra que
aquella acción que la ley confiere a toda persona que ha experimentado sin justa causa,
una disminución patrimonial contra quien se ha beneficiado injustamente por ello.
Por su lado, Ludwig Enneccerus: señala que el fundamento del enriquecimiento sin
causa está en el derecho patrimonial, pues éste busca una regulación justa y equitativa
de las relaciones patrimoniales, siendo el enriquecimiento sin causa una pretensión que
se dirige contra el enriquecido para que entregue aquello en que injustificadamente se
enriqueció.
A esta pretensión la denomina condictio, y precisa que la misma podrá dirigirse contra
el enriquecido, no por el solo hecho de enriquecerse, sino que tendrán que verificarse
los requisitos que, por lo regular y universalmente se asignan a esta figura jurídica:
Al respecto, nosotros sostenemos que para que proceda la acción de in rem verso, no es
necesario que el hecho por el cual una persona se enriquece a costa de otra tenga carácter
ilícito. Esto, debido a que “el hecho ilícito requiere siempre del dolo o culpa del obligado”
mientras que el enriquecimiento sin causa puede prescindir de esos elementos”.
Enriquecimiento de mala fe: Él que acepte un pago indebido (quien pretende obtener un
provecho injusto en disminución de un tercero)
Gestión de Negocios: El que sin mandato y sin estar obligado a ello se encarga de un asunto
del otro, debe obrar conforme a los intereses del dueño del negocio. Art 1886
Gestión ilícita: El que obra por interés propio, al que realiza operaciones arriesgadas, el que
incurre en culpa o negligencia.
Oramas Gross: Advierte que los elementos principales del enriquecimiento sin causa fueron
advertidos inicialmente en dos sentencias muy importantes de la Corte de Casación Francesa
(12 de mayo de 1914 y 2 de marzo de 1915), Que señalaban que la acción por
enriquecimiento sin causa debía regirse por cinco consideraciones especiales:
Von Tuhr, para que un enriquecimiento genere derecho de restitución, es necesario que se
verifique de manera conjunta al mismo, que tal enriquecimiento se produjo a costa del
patrimonio de otra persona, y que además no haya razón que lo justifique.
De otro lado, Enneccerus señala como requisitos para que se configure el enriquecimiento sin
causa:
La acción a que se refiere el artículo 1954° no es procedente cuando la persona que ha sufrido
el perjuicio puede ejercitar otra acción para obtener la respectiva indemnización.
Además, esto encuentra su razón de ser, toda vez que, como dice Llambías, el
enriquecimiento sin causa es un dispositivo excepcional que funciona cuando el daño
experimentado no encuentra remedio alguno en los resortes específicos del ordenamiento
jurídico. Ésta es la posición doctrinaria adoptada mayoritariamente y recogida por nuestro
Código Civil”.
Aquel que se enriquece indebidamente a expensas de otro está obligado a indemnizarlo. C.C.
Art II 945, 1269, 1270, 1272,1321 y ss: 1810, 1950,2098.
La doctrina prescribe que para darse la figura del enriquecimiento sin causa debe
coexistir diversos elementos, entre ellos: la ventaja patrimonial de una parte en
desmedro de otro y sin que exista justificación alguna para ello.
Conforme establece el artículo 1954 del Código Civil “Aquel que se enriquece indebidamente
a expensas de otro, está obligado a indemnizarlo él es procedente cuando la persona que ha
sufrido el perjuicio no puede ejercitar otra acción para obtener la respectiva indemnización.
El enriquecimiento será sin causa cuando no medie entre las partes una relación contractual,
un hecho ilícito u otra fuente de las obligaciones, que legitime el traspaso patrimonial.
Ausencia de toda otra acción: Debe carecer de otra acción dirigida a obtener la reparación
del perjuicio sufrido. Es decir, la acción es subsidiaria: sólo puede emplearse cuando el
empobrecido no tenga otra vía jurídica de recuperar aquello que ha perdido. En nuestro
código, un texto consagra expresamente el carácter subsidiario de la acción. La 1° parte del
Art. 1818; "La acción de enriquecimiento no será viable si el perjudicado puede ejercer otra
para resarcirse del daño sufrido".
EFECTO DEL ENRIQUECIMIENTO SIN CAUSA:
1-) Que el patrimonio "A" se enriquece a expensas del patrimonio "B" en 5,000 mil
dólares., mientras que éste se empobrece en realidad en 10,000 dólares., solo puede
demandarse hasta 5,000 mil dólares.
2-) Que el patrimonio "A" se enriquece en 10,000 mil dólares., mientras que el
patrimonio "B" se ha disminuido tan solo 5,000 mil dólares., el actor sólo puede
demandar hasta 5,000 mil dólares.
Sobre el punto, el art. 1817 del Código dispone que el enriquecido "Está obligado, en la
medida de su enriquecimiento, a indemnizar al perjudicado la correlativa disminución
de su patrimonio ".
PROMESA UNILATERAL
El Código Civil Peruano reconoce y regula la promesa unilateral como fuente extracontractual
de obligaciones, de conformidad con el texto de los artículos 1956 a 1968.
Para describir y dar algunas referencias, sobre la Promesa Unilateral que está descrita en la
Sección Quinta de Nuestro Código Civil, Art. N° 1956, el cual define de ésta manera:
Artículo 1956º.- Define de manera concisa de la siguiente manera: "Por la promesa
unilateral el promitente queda obligado, por su sola declaración de voluntad, a cumplir una
determinada prestación en favor de otra persona.
-Por la promesa unilateral el promitente queda obligado, por su sola declaración de voluntad,
a cumplir una determinada prestación en favor de otra persona.
Art. 1959.- Dentro de dicha categoría se puede resaltar la promesa de recompensa pública.-
Aquel que mediante anuncio público promete unilateralmente una prestación a quien se
encuentre en determinada situación o ejecute un determinado acto, queda obligado por su
promesa desde ese momento en que ésta se hace pública.
Art. 1966- la promesa como premio de concurso.- La promesa de prestación como premio
de un concurso sólo es válida cuando se fije en el anuncio un plazo para la realización del
concurso.
De ahí tenemos al artículo 1962.- Promesa a pluralidad de personas.- La promesa pública sin
plazo de validez determinado, bien sea por no haberlo fijado el promitente o por no resultar
de la naturaleza o finalidad de la promesa, obliga al promitente sólo por un plazo de un año
contando a partir del momento en que se hizo pública. Concordantes con el Art. 1388 C.C.
De lo mencionado es fuente de las obligaciones la promesa Unilateral el: Para que el
destinatario sea acreedor de la prestación es necesario su asentimiento expreso o tácito, el cual
opera retroactivamente al momento de la promesa."
La obligación por promesa unilateral es aquella que contrae un sujeto mediante su sola
manifestación de voluntad de querer obligarse, la de cumplir con una determinada prestación
de dar o hacer algo, y sin que le obligue la ley. Esta conducta es en favor a otra persona.
Aquel que mediante anuncio público promete unilateralmente una prestación a quien se
encuentre en determinada situación o ejecute un determinado acto, queda obligado por su
promesa desde el momento en que esta se hace pública.
Las promesas públicas, son de carácter vinculante para el promitente. Nuestro código civil
prescribe que la promesa publica para tener un carácter de cumplimiento obligatorio esta sea
objeto de pública divulgación y que se encuentre dirigida a los concursos con premio.
Con esta tipificación se refiere a aquellas promesas de premio que van indisolublemente
unidas a la concurrencia de varias personas en la ejecución de cualquier actividad lícita
(premio en concurso de canto floral por día de la juventud).
La materialización de dicha actividad, se lograra con la concurrencia o competencia entre
varias personas por conseguir que "su" actividad o "su" resultado sean considerados idóneo
por las personas designadas en la promesa, el promitente o por el jurado designado por éste.
La participación de las personas, como se da en la realidad, está sujeta a una aceptación de las
bases donde los participantes prestan su conformidad y su sujeción a la misma.
EFECTOS:
REGLA GENERAL –
Límite de la indemnización.
En un cuasi contrato por el cual el que toma por sí mismo a su cargo el cuidado y dirección
de los negocios de una persona ausente, sin haber recibido poderes de ella, y aún sin su
conocimiento, queda obligado a darle cuenta de su administración con derecho a exigir los
gastos legítimos que hubiese hecho. ELEMENTOS:
Para que exista gestión de negocios y no otra figura, es necesario que concurran los
siguientes elementos:
1)- Hacer el negocio de otro: El gestor debe tener la intención o al menos, el conocimiento
de que está realizando un negocio ajeno.
2)- Hacerlo sin su mandato: Es necesario hacer el negocio ajeno sin mandato del dueño,
pues de lo contrario, habrá contrato de mandato y no gestión de negocios.
En principio; el gestor está sometido a todas las obligaciones que la ley impone al
mandatario. Son obligaciones del gestor:
b)- Responder por su culpa: El gestor es responsable de los daños que se produzcan por su
culpa en el ejercicio de la gestión.
a)- Reembolsar los gastos: El dueño tiene la obligación de reembolsar al gestor los gastos
necesarios o útiles con los intereses; siempre que la gestión haya sido útil. Debe pagar pero
no todos los gastos; sino solamente los útiles necesarios.
b)- Cumplir las obligaciones asumidas por el gestor: El dueño del negocio, no sólo
responde por los gastos, sino también debe reembolsar las obligaciones asumidas por el
gestor con los terceros.
El Código Civil Peruano reconoce y regula la promesa unilateral como fuente extracontractual
de obligaciones, de conformidad con el texto de los artículos 1956 a 1968.
PROMESA UNILATERAL
Para describir y dar algunas referencias, sobre la Promesa Unilateral que está descrita en la
Sección Quinta de Nuestro Código Civil, Art. N° 1956, el cual define de ésta manera:
Para que el destinatario sea acreedor de la prestación ves necesario su asentimiento expreso
o tácito, el cual opera retroactivamente al momento de la promesa. Concordancia con el
Art. 1388, 1960.
Art. 1959.- Dentro de dicha categoría se puede resaltar la promesa de recompensa pública.-
Aquel que mediante anuncio público promete unilateralmente una prestación a quien se
encuentre en determinada situación o ejecute un determinado acto, queda obligado por su
promesa desde ese momento en que ésta se hace pública.
Aquel que mediante anuncio público promete unilateralmente una prestación a quien se
encuentre en determinada situación o ejecute un determinado acto, queda obligado por su
promesa desde el momento en que esta se hace pública.
Las promesas públicas, son de carácter vinculante para el promitente. Nuestro código civil
prescribe que la promesa publica para tener un carácter de cumplimiento obligatorio esta
sea objeto de pública divulgación y que se encuentre dirigida a los concursos con premio.
Con esta tipificación se refiere a aquellas promesas de premio que van indisolublemente
unidas a la concurrencia de varias personas en la ejecución de cualquier actividad lícita
(premio en concurso de canto floral por día de la juventud).
1- Daño.
2- Antijuridicidad.
El daño consiste en todo perjuicio causado a la otra persona, ya sea en su vida o salud, en
sus derechos o facultades o en sus bienes; comprende tanto la lección moral como la
material.-
El obligado a indemnizar el daño que le sea imputable resarcirá todas las consecuencias
inmediatas, las mediatas previsibles, o las normales según el curso natural y ordinario de las
cosas; pero no las casuales, salvo que estas deriven de un delito y debieran resultar según las
miras que el agente tuvo al ejecutar el hecho
CONCLUSIONES
·Pese que aun en el Derecho Romano se instituyo los contratos, estas siguen siendo la fuente
ideal, principal, madre de las obligaciones, su celebración y ejecución tiene por finalidad
fundamental crear, regular, modificar o extinguir derechos y obligaciones.