Un modelo explicativo
Mariana Segura Gálvez, Pilar Sánchez Prieto y Pilar Barbado Nieto
Introducción
Los diferentes enfoques de la Psicología se pueden
representar en el siguiente gráfico de dos dimensiones:
Para Skinner, estas variables independientes no podían ser solo estímulos que
provocan una respuesta refleja. El organismo emite conductas, “opera con el medio para
producir consecuencias”. La operante es una respuesta útil que modifica el entorno.
Skinner mantuvo la diferenciación entre Condicionamiento Clásico y Operante.
Consideró al operante superior al respondiente por varias razones:
1.º Mediante el condicionamiento clásico no aparecen nuevas respuestas, sino
nuevas relaciones E – R. Sin embargo, el operante favorece la emisión y nacimiento de
conductas nuevas y su perfeccionamiento –habilidades- por reforzamiento diferencial.
2.º En el condicionamiento clásico, la respuesta es provocada por el estímulo
(postura determinista de Watson), mientras que en el operante de Skinner, los estímulos
discriminativos y las consecuencias influyen sobre la “probabilidad de respuesta”,
reduciendo esta acepción determinista.
Skinner critica la utilización de términos subjetivos en la teoría de Thorndike
como “agradables” o “satisfactorias” al referirse a las consecuencias de la conducta. Él
plantea que lo único que puede caracterizar a algo como reforzante es que se demuestre
empíricamente que su aparición tras una conducta, aumente la frecuencia de esta.
También critica la definición de Hull que considera al refuerzo como “reducción de una
necesidad”, puesto que no siempre el proceso de condicionamiento produce una
reducción de una privación.
Para probar que algo es reforzante hay que probar empíricamente su efecto en un
organismo dado, considerando superfluas ciertas formulaciones teóricas al respecto.
Skinner sigue un enfoque “molecular”. Considera la conducta como “la
actividad continua y coherente de un organismo íntegro”.
Respecto a la relación conducta-sistema nervioso, aunque exista un correlato
neurológico para cada comportamiento, su conocimiento sería de poca utilidad para los
fines de la Psicología. Skinner insiste en que basta con la observación directa desde
fuera del organismo.
Pese a este enfoque molar, a efectos prácticos, considera la “operante” como un
nivel válido de análisis funcional, haciendo constar que ello supone un corte artificial a
algo de naturaleza esencialmente continua.
“La noción de control está implícita en un análisis funcional”. La localización de
las variables de las que la conducta es función, permite que el psicólogo, mediante la
manipulación de estas variables, modifique el comportamiento.
Gracias a Skinner y a otros psicólogos contemporáneos, la Terapia del
Comportamiento logró un gran desarrollo en los años cincuenta y muchas técnicas
terapéuticas se derivan del Modelo de Condicionamiento Operante. También es muy
importante el trabajo de Joseph Wolpe (1958) al presentar la desensibilización
sistemática, basada en el Modelo de Condicionamiento Clásico.
La Terapia del Comportamiento ofreció alternativas eficaces a los métodos
terapéuticos tradicionales. Además, desde un punto de vista científico, la aplicación
clínica de los Modelos de Condicionamiento Clásico y Operante implicaba que la
evaluación e intervención de un caso clínico se afrontase como un trabajo experimental.
2. Modelos mediacionales