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THEMATA, REVISTA DE FILOSOFIA, Nir, 28, 2002 NOSOTROS Y LOS GRIEGOS: LA MUTACION DE UNA HERENCIA.” Angel Alvarez Gémez. Universidad de Santiago de Compostela. Resumen: La contemporaneidad de los griegos se pone de manifiesto en la confrontacién de a fisica antigua (la de Aristételes) y la fisica moderna (a partir de Galileo). Porque se produce una mutacién que consisteen la desontologizacién del devenir, que tiene como consecuencia laapropiacién del principio originario por el sujeto. De ahi que la responsabilidad sobre el destino de la tierra y de la humanidad esté en manos del hombre. De los griegos, que pensaron en concordancia con la naturaleza, nos viene la preocupacién por la ecologia planetaria y la importancia central de la filosofia de la accién. Summary: The current relevance of Greck thougth emerges clearly upon comparaison of Aristotelian and post-Galilean Physics. Because a mutation came about, which deontologizes the become; thereby placing its origin in the hands of the human subject, who adquires responbsability for the fate of the Earth and mankind. Greek thougth, moulded to Nature, underlies our current concern for world ecology and supports the prime importance of philosophy of action. Propésito 1. Plantear la contemporaneidad de los griegos significa exponerse a una situacién comprometida por la evidencia sobre la que asienta. Porque lo que se hace cuestién es, no aquella presencia -dicho sea en términos de esencialidad-, sino cémo se tome y hacia dénde se encamine. Pensando acerca de «Grecia y la pervivencia del pasado» (1942) Zubiri escribfa: «mas bien somos nosotros los griegos» (1975, 331), en un esfuerzo por escapar de los grilletes arqueolégicos, de laadmiracién por el clasicismo y de la ambigua esclavitud que vivié el Romanticismo con respect ellos. Lo griego en nosotros constituye un elemento formal de posibilidades de lo que hoy somos. Tanto més cuanto que la ruta que ellos trazaron —Ia ruta de la filosoffa se ha vuelto para nosotros un problema: el problema del filosofar (ibid. 309-312, 340, 334, 335). Parecidas consideraciones cabria extraer de Huser! (1993/1990). Sea cualquiera el centro de nuestra investigacién, en aquet camino nos hallaremos, aunque sea en la desorientacién, Lo que yo quisiera hacer ver es que, cuando nos hemos vuelto més claramente contrarios a los griegos, la rafz misma de nuestras inquietudes viene de alldy nos pone en una situacién sin salida. Para ello iré al campo més complejo, eldela Fisica tal como quedé diestramente labrado por Aristoteles, ya que sobre él recae "Este trabajo se inserta en el marco del P.I. KUGA20501B98. Las ideas basicas fueron presentadasen el Simposio «Los griegos nuestros contemporineos», celebrado en Valladolid los dias 15 al 17 denoviembre del 2000. Agradezco al Prof. ‘Toms Calvo Martinez comentarios y puntualizaciones que me han ayudado a la redaccién definitiva 12 Thémata. Revista de filosofta. Niimero 28. 2002 el peso de la herencia'. Por expresarlo en términos epocales, tiempos hubo en que los libros fisicos del Estagirita gobernaron toda consideracién acerca de los seres naturales; Ilegé el momento de la quiebra y, pese a la resistencia, acontecié el nacimiento de la ciencia moderna; y nos hallamos al término ante la perplejidad de que el conocimiento mis riguroso y la dominacidn asegurada sobre nuestro medio, pone en grave riesgo nuestra propia supervivencia y la de la tierra. 2. «Tenemos que liberarnos del prejuicio ... que consiste en creer que las ¢laboraciones de Atistételes son meramente conceptos inventados que carecen de referencia alas cosas» -advirtié Heidegger cuando se disponta a ensefiar la distincién de la experiencia griega de la naturaleza frente a la moderna (1975, 75). Todo esté alli sobria y rigurosamente fijado: las condiciones della ciencia en los Analiticos posterioresy el acceso desde la sensacién hasta los principios, ya que no hay otro camino que la induccién (II, 19); la diferencia entre la ciencia fisica y la matemdtica la sefialan las primeras paginas de la metafisica (992a32-bl) y la reiteran los libros Acerea del cielo (II, 7, 306a5-1 1); y el armazén de materia, elementos, cualidades, movimientos, principios y supuestos con el fin de que todo encaje en una construcién «grandiosa y verdaderamente filoséfica» -como concluye A. Mansion (1945, 342). «La fisica aristotélica es falsa, lo sabemos perfectamente. Esta irremediablemente superada. Pero es una fisica, es decir, una teoria altamente, aunque no mateméticamente, elaborada» -recuerda A. Koyré disponiéndose a contextualizar los albores de la ciencia clésica (1980, 7-8). Asentada sobre la fe en la existencia de naturalezas bien determinadas y en la idea de un Cosmos en el que el conjunto de los seres reales forma un todo naturalmente ordenado, concuerda con el sentido comuin que ve natural que el cuerpo pesado caiga y la llama de un fosforo apunte hacia artib: ‘Tal ordenacién dela naturaleza que se presentaba ante nuestra vista -volvia a insistir recientemente Gadamer (1990, 27)- era un conjunto comprensible y correspondia perfectamente al comportamiento de los hombres, a la forma que dan a su vida como sociedad, a sus leycs e instituciones y a su modo de procurar el bien comin mediante tun trabajo racional. Una gran progresién homogénea de orden y eficacia cruzaba esta imagen del mundo fundada en tiltima instancia en la metafisica. La extensién de la cita bien vale la pena: la teoria conviene con los hechos tal como son percibidos en una consonancia arménica con el puesto del hombre en el cosmos y el ajuste de su plural actividad. Ciencia y vida, superado el drama que narraron una y otra vez las mitologias, volvian a encontrarse en la paz de la concordia. Pues bien, no faltan motivos para sustentar quela fisica clésica nacié de una mutacién de la fisica antigua, y su cardcter se cifra en la ingenierfa, o la experimentacién, o la nocién de fuerza, o el principio de inercia. Todos esos motivos, sin dificultad encuentran los defensores, que por uno uotro camino, vienen a desembocar en la geometrizacién de la fisica como raz6 Ultima de su ser. En la lista hay que mencionar a Bachelard, Laberthonnitre, Leroy, Meyerson, Dithring, Koyré, Mansion, Duhem y Heidegger. Cada uno de ellos acenttia con particular gravedad el peso decisivo de su argumento, pero coincidiendo en que de lo que se trataba cra de «trastocar una actitud intelectual, en resumidas cuentas muy natural, sustituyéndola por otra que no lo eraen absoluto» (Koyré, 1980, 5). Semejante * Me aparto en primera instancia del terreno movedieo de la filosofia prictica y de la retérica, porque aunque aese terreno haya que volver, ser después de haber comprendido algo mejor lo que nos pasa y reclama con urgencia. Thémata. Revisea de filosofia. Niimero 28. 2002 13 labor no se consuma si no se dan las condiciones favorables y sino empuja una decidida voluntad de negacién; y si es asi, habré que preguntar por qué. No voy a responder a sa pregunta, sino a intentar desvelar cémo se alcanz6 la concordancia que la revolucién habja de destruiry las consecuencias que de ese sorprendente acontecimiento se imponen para nosotros. Mi curiosidad arranca de la conciencia de nuestra tarea. El primer paso para asumirla es haberla Ilegado a comprender. 1. La vertebracién aristotélica de la Fisica 1.1. Ontologizacién, En la conclusidn de su estudio sobre el advenimiento de la ciencia fisica, que lo es sobre la Fisica de Aristételes, L. Couloubaritsis plantea «si todo proyecto que tentara hoy una reconciliacién posible entre fisica y metafisica no deberfa resignarse a uno de los brazos de la alternativa siguiente: o bien emprender la desontologizacién de la metafisica, o bien, al contrario, la ontologizacién de la fisica» (1997, 386). Para llegar aese resultado ha debido probar el sustento comuin (ontolégico-henolégico) de la fisica y la metafisica, a la vez que la relacién tan singular que entre ellas mantienen, segtin Aristételes (Met., IV, 3, 1003a29-b2; VI, 1, 1025b19-1026a7). Lo hace bajo la inspiracién de un Heidegger que, tras avisar que «el libro fundacional (Grundbuch) de la filosofia occidentaly es la Fisica de Aristételes, orienta las pesquisas para que nadie se olvide «que la metafisica es tanto fisica como la fisica es metafisica» (1976, 242 = 1968, 183). La singularidad de esa relacién se aclara en el estudio de Couloubari La ‘metafisica’, que se despliega segtin formas miiltiples (aitiologia, ontologia, ousiolog(a, energeiologia, henologia o teologia), se consagra por ello mismo como consumacién de la fisica, pero también como la condicién de su fundacién (1997, 380). Imbricacién mutua de fisica y metafisica: he ahi la formula del Estagirita para superar a sus predecesores y dotar de estatuto cientifico a la investigacién de los fenémenos naturales”, Su condicién, la ontologizacién del devenir tejida en torno a la nocién de naturaleza. Eso es lo que se encuentra el lector del cap. I del libro II dela Fisica, El discurso estd asentado sobre la construccién de la nocién de physis como aitta’, arché (comienzo y poder de movilidad), ousta, hypokhéimenon, morfé, entelequia, génesisy alétheia, Para una comprensién adecuada es preciso mantenerse en la sobriedad de lo intraducible*. 2 Em el Fiebo sustentaba Sécrates: «;Cémo, pues, podrfamos conseguir un conocimiento sélido de lo que no tiene consistencia alguna?... Por eso ninguin intelecto ni ciencia alcanza el méximo grado de verdad con relacién. esas casas... Que tenemos la consistencia, purcza, verdad y, como decfamos antes, integridad o en aquellas cosas que siempre son conforme a lo mismo, del mismo modo y sin mezcla, 0 en las que més emparentadas estin con ellas; y todo lo demas hay que decir que es secundario o inferior» (Filebo, 59b-c). Traer esta sentencia a memoria nosolo sirve para acentuat la distancia entre Platon y Avist6teles al tespecto, sino queen ellasevishumbracl inevitable platonismo de la ciencia moderna; basta con que se sepa jugar habilmente con la firmera’. > He gar phriss aitia pasisrdveos -escribe tan bella como decisivamente en Phys, VILL, 1, 252a12-13. 4 Seguir ese despliegue en la conformacién textual eslo qucha hecho Heidegger (1976,239-301, / 1968, 178-270). ‘Mansién habia escrito: ele premier livre de la Physique se'termine par quelques lignes ott 'étude de la forme est reenvoyée & plus tard ... En realité il a montré la possibilité d'un devenir véritable dans les corps de la nature: pour ui cette thése conditionne essentialement la possibilité d'une philosophie speciale du monde phénomenal externe» (1945, 79); efi, Couloubaritsis, 197, cap. IIy IV.

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