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Jóvenes de ambos $exos se dan cita en" el "huayllar" que por turno
lo realizan las familias durante la cosecha del trigo, cebada o arbejas. Es-
tas trillas se efectúan durante 6 Ó 7 horas, alternadas con cantos, corridas
en circulo, música de guitarras, ponches o café, sin que los participantes
den muestras de frío o cansancio.
Las mUjeres son las primeras "en llegar a la era designada a eso de
las 7 de la noche y dan el grito de llamada entonando una simple cancion-
cita que llos llaman "El Yaravi" y que es como sigue:
"Ayayao palomitallay,
ayayao jilgueritollay;
ayayao palomitallay,
ayayao jilgueritollay".
Las muchachas por un lado y los jóvenes por el otro extremo, se to-
man de una soga resistente y larga, de tal manera que ambos grUPQSse
persiguen por turno corriendo, en orden y dando vuelta redonda a la era,
hasta tomar a todos o parte de los perseguidos, los que pasan luego a per-
seguidores. Así toml,tdos del lazo y sin soltarse van corriendo, dando la
vuelta 'á la era en ordén y en linea como la aguja del segundero de un reloj,
por todo el ancho de la parva, cantando a compás y con voz alta.
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El ';Huayllar" finaliza con la tradicional e infalible "Pirhualla-Pirgua".
cantada, ballada y accionada por todos en medio de una gran alegria y ani-
mación que contagia a cuantos por primera vez asisten a estas fiestas.
Para el efecto escogen a uno de los bailarines para que oficie de director de
la Pirhua, el que se coloca al centro de la rueda, portando una botella de
chacta para hacer beber a las personas que no obedezcan las órdenes, el
ritmo o las figuras del baile que él ordena. Veamos algunos de sus versos:
I~A PIRHUA
_~-_.
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de gallos, las autoridades políticas, etc., en el aspecto profano, cos-
tumbres que de facto establecen una nueva fuente de estudio fol-
klórico, cuyo desarrollo tiene lugar durante tres siglos.
ESTADO ACTUAL DE NUESTRA MUSICA FOLKLORICA.
MUSICOS FOLKLORICOS