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Institución Educativa Comercial Nuestra Señora de las Misericordias

Andrea Sanabria C.
11 “C” 2015

Barranquilla, historia y Carnaval

No hay nada que refleje mejor el espíritu de una ciudad que su carnaval y el
carnaval de Barranquilla no es la excepción. Creado por la espontaneidad de un
pueblo que se ríe de sí mismo, el carnaval de Barranquilla es risa e irreverencia,
alegría y jolgorio, una gran fiesta popular de Caribe Colombiano. Pero el
Carnaval no es, como todos piensas, de Barranquilla y tampoco tuvo carnaval
desde su origen. Entonces, ¿De dónde viene el Carnaval si no nació en
Barranquilla y cuál ha sido su recorrido hasta convertirse en lo que es hoy en
día?

El origen de nuestro carnaval se puede hallar en Cartagena donde se tenían


carnavales desde tiempo de antaño. Sin embargo, al pasar de los años el
Carnaval dejó su cuna, Cartagena para venirse a Barranquilla, donde fue
aceptada con gran gozo y alegría por el pueblo Barranquillero, donde seguimos
celebrándolo cada año por la época en donde los matarratones florecen y el
calor es intenso.

Así mismo, sí queremos hablar formalmente sobre el desarrollo del Carnaval


tenemos que evocar a la historia misma de la mismísima Barranquilla.

Barranquilla nunca tuvo una fundación formal. Al pasar de los años las familias
se fueron asentando en los territorios cerca de la desembocadura del rio
Magdalena alejados de aquellos lugares que se inundaban por la creciente del
rio. Y así sucesivamente el pueblo Barranquillero fue tomando terreno. Ya en su
periodo colonial, su actividad se centró principalmente en los trabajos
agropecuarios, artesanales y de comercio, pero este último tuvo muchas
restricciones, puesto que no le permitían comercializar en el exterior al contrario
de su vecina, Cartagena donde se tenía un consorcio con el comercio exterior.
No obstante tras su independencia todo comenzó a prosperar, habilitando en
1829 a Sabanilla como puerto de exportaciones. En 1836, Sabanilla ya superaba
a Cartagena con el valor de las exportaciones.

El fulgor económico comenzó a partir de 1871, con la inauguración del ferrocarril,


convirtiendo a Sabanilla como el primer puerto de Colombia.

Barranquilla entre 1870 y 1918, la tasa de crecimiento anual fue de 3,6%.


Además recibió a muchos inmigrantes de diversas partes del país y del exterior,
formando una ciudad con diversas culturas. En aquella prospera etapa
económica y gran flujo de inmigrantes fue cuando llegó el carnaval volviéndose
parte de nuestra identidad cultural.

Durante la segunda mitad del siglo XIX, en Barranquilla se adoptó el 20 de enero


–día de san Sebastián– como “día cero” para la celebración de Carnaval. Las
fiestas se anunciaban con la lectura del bando. La primera lectura del Bando se
llevó a cabo en la calle Ancha, hoy Paseo Bolívar.

El carnaval de Barranquilla tiene una gran vitalidad y fuerzo desde su tiempo de


origen y esto es demostrado cuando al llegado del siglo XX, las fiestas de
carnavales tuvieron un decaimiento o desaparecieron en la mayor parte de
América Latina, con una notable excepción de Brasil. Ya que las celebraciones
originarias de la colonia no pudieron soportar el cambio de lo rural a lo urbano.
Pero en cambio, el carnaval de Barranquilla soporto la travesía y se expandió en
proporción a los avances de la ciudad.

A lo largo del siglo XX, el carnaval se va estableciendo con elementos propios y


característicos del Carnaval de hoy en día, tales como: la reina que da la orden
para el inicio de las celebraciones, acompañada por un rey momo; los ritmos
musicales típicos de carnaval; los pre-carnavales; las fiestas en los barrios
populares; la Batalla de Flores y los distintos desfiles que se llevan a cabo; las
variadas comparsas donde los niños, jóvenes, adultos y ancianos participan en
danzas clasificadas en agrupaciones de cumbias, garabato, mapalé, son de
negro, danzas de relación, danzas de fantasía, disfraces individuales y
comparativos, comedias y grupos de letanías; las máscaras de animales hechas
artesanalmente representativas de los disfraces del tigre, torito, burro, micos,
perros, guacamayas, etc., y finalmente el siempre difunto Joselito Carnaval que
fallece cada martes de carnaval, en vísperas de Miércoles de Ceniza.

El Carnaval es una obra maestra del genio creador humano donde se expresan
las manifestaciones culturales producto de la hibridación de las culturas
dominadas. La gran variedad de riqueza folclórica del Carnaval se debe a las
mezclas étnicas y de tradiciones traídas desde todas partes del mundo, como la
española y las fuertes raíces africanas enriqueciendo nuestra diversidad. “El
Carnaval se había convertido en un crisol en donde el encuentro entre razas, lo
rural y lo urbano, lo humano y lo divino, se fueron en una celebración romántica
en la que la memoria triunfaría sobre el olvido” –Alberto Mario Coronado.

A sí mismo, la pobreza ancestral se ha convertido en riqueza cultural. El


carnaval ha otorgado a las personas un sentido de pertenencia y de una
necesidad de preservar las tradiciones que nos hacen nosotros mismos. Además
se ha convertido en una alusión de la vida cotidiana del barranquillero todo el
año, como dice Mariano Candela “El carnaval se ha constituido en el espacio
más importante de la inclusión en la ciudad. Lo único seguro es que nadie quiere
quedarse por fuera de esta fiesta”.

La fiesta folclórica y cultural de toda Colombia, el Carnaval de Barranquilla


cuenta con dos títulos: Patrimonio Cultural de la Nación y Obra Maestra del
Patrimonio oral e inmaterial de la Humanidad, otorgados por el Congreso de la
república y por la UNESCO respectivamente. Porque reúne expresiones
emblemáticas de la memoria y tradición del pueblo Barranquillero, del Caribe
colombiano y del Rio Grande de la Magdalena. Igualmente es una fuente de
inspiración e intercambio cultural donde se posibilita la permanencia de
expresiones ancestrales vulnerables, que cada año aparecen y convierten al
Carnaval como alternativa de subsistencia y testimonio vivo de la tradición
folclórico-cultural de la región caribe.

Para resumir, el carnaval tiene como cuna la gran Cartagena, y luego de los
años se trasladó a Barranquilla donde se estaba viviendo una etapa prospera en
el comercio exterior y convirtiéndose en el primer puerto de Colombia. El
carnaval recién llegado fue muy bien acogido por el pueblo Barranquillero,
quienes lo pulieron y lo convirtieron en un Carnaval interracial donde las
tradiciones y las memorias son lo principal y las cuales no hay que dejar atrás ya
que son ellas las que nos hace ser lo que somos un pueblo alegre y maravilloso.
Y así con nuestro compromiso nuestro carnaval se transformó en carnaval más
importante en Colombia y además ser considerada Patrimonio oral e inmaterial
de la Humanidad, salvaguardando expresiones ancestrales que son tan
nuestras.

¡Y que viva el Carnaval!


Fuentes:

- Libro “Carnaval de Barranquilla La fiesta sin Fin”.


- Colombia. com
- Carnavaldebarranquilla.org
- Barranquilla.gov.co

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