sucesiones
Derecho
Privado VII
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Sucesiones
Derecho de las sucesiones
Definición
Con la denominación “derecho de las sucesiones” o “derecho sucesorio” se hace
referencia a la rama del derecho privado que regula la sucesión a título universal y
las adquisiciones a título particular, que se originan con la muerte de una persona.
Es dable señalar que el fenómeno sucesorio no solo tiene un claro interés familiar,
sino también social; es decir, no solo protege al individuo y a la familia, sino que
además el Estado resulta beneficiado por el estímulo que el derecho sucesorio
representa para el trabajo y la producción, pues el derecho de propiedad
constituye el presupuesto del derecho de sucesiones, ya que para que este exista,
tiene que existir la propiedad privada e individual.
1
específicos de las partes generales de las distintas instituciones sucesorias. A
modo general, podemos señalar los siguientes:
Título 1: Sucesiones
2
Capítulo 1: Disposiciones generales.
Capítulo 2: Investidura de la calidad de heredero.
Capítulo 3: Inventario y avalúo.
Capítulo 4: Administración judicial de la sucesión.
Título 8: Partición
3
Capítulo 3: Inhabilidad para suceder por testamento.
Capítulo 4: Institución y sustitución de herederos y legatarios.
Capítulo 5: Legados.
Capítulo 6: Revocación y caducidad de las disposiciones.
Capítulo 7: Albaceas.
4
Sucesión por causa de muerte: universal y a título
particular. Definiciones. Fundamentos
Como expresáramos con anterioridad, la sucesión mortis causa puede ser
universal o particular.
1) Apertura de la sucesión.
2) La vocación del sucesor.
3) La aceptación.
Desde la muerte del causante, los herederos tienen todos los derechos
y acciones de aquel de manera indivisa, con excepción de los que no
son transmisibles por sucesión, y continúan en la posesión de lo que el
causante era poseedor1.
Una consecuencia del principio que el sucesor asume la posición jurídica del
causante es que, en la adquisición de la herencia, no se altera el título por el cual
es recibida. Esto significa que el heredero sigue siendo comprador, permutante,
etcétera, del derecho que le transfirió el difunto.
1 Art. 2280- Ley 26.944 (2014) Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la Nación.
5
El adquisitivo: que se refiere a que el heredero adquiere la universalidad o
parte alícuota de la herencia2.
El sucesor particular no ocupa la posición del causante, ni responde por las deudas
de este, salvo que no haya bienes suficientes en la herencia, en cuyo caso su
responsabilidad se limita al valor de lo que recibe3; asimismo, responde por ellas
en el supuesto que le sean atribuidas como carga del legado.
En los primeros tiempos, los herederos afrontaban esta carga como un deber
moral y religioso. Pero cuando decayó el culto familiar, la repudiación de la
herencia o la aceptación con beneficio de inventario se hicieron comunes. A raíz
de ello, diversas leyes se dictaron para remediar la injusta situación del heredero,
quien solo recibía cargas.
6
también, porque así se explicaba cómo las deudas del causante pasaban a gravitar
sobre el heredero.
Cabe aclarar que la idea de la continuación de la persona es ante todo una ficción.
Por otro lado, el concepto germano de la transmisión hereditaria era muy distinto.
Cuando el jefe de la familia fallecía, la asamblea de la tribu le entregaba los
bienes; el heredero pagaba entonces todas las deudas y se quedaba con el
remanente. Entre sus consecuencias, se destacaba que no había confusión de
patrimonio y que las deudas del difunto no pesaban sobre los bienes del
heredero. Es decir, de acuerdo a este sistema, el heredero sucedía al causante
únicamente en sus bienes y debía pagar las deudas hasta tanto aquellos bienes
alcanzaran a cubrirlas, pero para ello no era necesario recurrir a la ficción de la
continuación de la persona. Por lo tanto, en el sistema de la sucesión de los
bienes, el heredero no ocupaba el lugar del difunto.
7
los bienes hereditarios. De este modo, el heredero ocupa la posición jurídica del
causante en las relaciones transmisibles; por lo tanto, se le transmiten los bienes y
asume las deudas. Es decir, hay posiciones jurídicas que pasan del causante al
heredero de manera objetivamente idénticas. Son estas en las que se da
realmente la sucesión, porque el heredero ocupa el lugar del autor de la sucesión.
Sin embargo, también hay relaciones jurídicas que no se transmiten al heredero.
Por último, hay posiciones jurídicas que adquiere el heredero que no existían en el
causante, pero que nacen con motivo de su muerte.
Nuestro sistema legal recepta ambas categorías. Así, el art. 2277 del Código
establece que: “la muerte real o presunta de una persona causa la apertura de su
sucesión y la transmisión de su herencia a las personas llamadas a sucederle por
el testamento o por la ley4.
El art. 2424 del Código, cuando define a los herederos legítimos, prescribe que
“las sucesiones intestadas se defieren a los descendientes del causante, a sus
ascendientes, al cónyuge supérstite, y a los parientes colaterales dentro del
cuarto grado inclusive, en el orden y según las reglas establecidas en este
Código”5. El fundamento de este tipo de sucesión está basado en el respeto a la
voluntad presunta del difunto, dado por el reconocimiento del orden natural de
sus afectos y la protección del interés familiar.
Respecto a las sucesiones testamentarias, el art. 2462 establece que “las personas
humanas pueden disponer libremente de sus bienes para después de su muerte,
respetando las porciones legítimas (…)”6. Su fundamento reposa en el respeto a la
libre voluntad del causante expresada en su testamento, que en nuestro
ordenamiento jurídico se encuentra limitada en caso de existir legitimarios, pero
que alcanza su plena expresión a falta de estos.
En consecuencia, los sucesores pueden ser llamados por la ley, por la voluntad del
causante o en parte por la ley y en parte por voluntad del causante. Esta
compatibilidad entre ambos tipos de sucesiones ha sido receptada por el art.
8
2277, que establece: “Si el testamento dispone solo parcialmente de los bienes, el
resto de la herencia se defiere por la ley (…)”7.
Dentro del llamamiento hecho por la ley hay que hacer una distinción, a saber:
En primer lugar, hay que verificar si existen herederos designados por la ley que
tengan un llamamiento imperativo, es decir, que existan legitimarios; pues de ser
así, el causante solo podrá testar sobre la porción disponible. A falta de
legitimarios, el causante podrá designar como heredero a quien quiera, y
entonces se encuadrará dentro de la sucesión testamentaria. Luego, a falta de
legitimarios y testamentarios, volverá a aplicarse el llamamiento deferido por la
ley en forma supletoria y recibirán la herencia los parientes colaterales hasta el
cuarto grado.
9
Pactos sucesorios. Definición. Regulación legal
El pacto sucesorio es el contrato cuyo objeto es todo o la parte de una herencia
futura, y cuyo contenido concierne a su organización, o a un aspecto de esa
organización, por referirse a disposiciones o transferencia de derechos sucesorios
eventuales, a reglas de distribución de la herencia o a otras cuestiones sucesorias.
Encontramos otra especificación con respecto a esta regla en el art. 2302, que
regula el momento a partir del cual produce efectos la cesión de herencia. No
obstante, existen supuestos excepcionales de sucesión contractual mortis causa.
Entre ellos, podemos mencionar:
10
Partición de bienes por parte del ascendiente: el art. 2411 del Código Civil y
Comercial autoriza a la persona que tiene descendientes a efectuar la
partición de sus bienes entre ellos por medio de la donación o testamento.
Transmisión de bienes a legitimarios: el art. 2461 prescribe que:
si por acto entre vivos a título oneroso, el causante transmite a
alguno de los legitimarios la propiedad de algunos de sus bienes
bajo reserva de usufructo, uso, habitación o bajo renta vitalicia, se
presume iuris et de iure la gratuidad del acto y la intención de
mejorar al beneficiario. El valor de los bienes debe ser imputado a
la porción disponible y el exceso debe ser colacionado10.
Si la donación o el testamento otorgara dispensa o estableciera una cláusula de
mejora, el cónyuge y los descendientes del causante están exentos del deber de
colacionar el valor de los bienes recibidos.
11
Referencias
Borda, G. (1994). Tratado de Derecho Civil – Sucesiones. Tomo I. Buenos Aires:
Abeledo Perrot.
12
Sucesores
Derecho
Privado VII
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Sucesores
Dentro de los sucesores mortis causa, nuestro Código distingue a los
herederos y a los legatarios. A su vez, los primeros pueden ser universales
o de cuota. Ambas categorías de sucesores son conceptualizadas por el art.
2278 del Código Civil y Comercial, en cuanto establece que: “se denomina
heredero a la persona a quien se transmite la universalidad o una parte
indivisa de la herencia; legatario, al que recibe un bien particular o un
conjunto de ellos”1.
1
El heredero se encuentra habilitado a ejercer las acciones posesorias que le
hubieren pertenecido al causante. Excepcionalmente, puede ejercer
acciones o excepciones tendientes a reclamar o impugnar determinadas
situaciones jurídico-familiares del difunto.
Legatario
Luego de haber realizado una breve descripción de los herederos
universales y de cuota, se analizará la figura del legatario.
2
atribución patrimonial, es decir, en una transmisión de derechos (legado de
cosa cierta, de suma de dinero, etc.). También se encuentran legados que
no suponen una atribución patrimonial, en los que no se produce
adquisición alguna de derechos, por ejemplo, el legado de reconocimiento
de deuda. En este último caso, no es exacto hablar de sucesión, pues no se
transmite derecho alguno.
Contenido de la herencia
El artículo 2280 prescribe que:
3
condición, sin perjuicio de las medidas conservatorias que
corresponden4.
Esto lleva a considerar que si bien muchas veces herencia y patrimonio son
usados como sinónimos, desde el punto de vista técnico jurídico no son
equivalentes. La herencia tiene un contenido necesariamente menor que el
patrimonio, porque aquella es el conjunto de bienes que se transmiten por
causa de muerte.
El art. 2277 del Código Civil y Comercial, en su último párrafo, expresa que
“la herencia comprende todos los derechos y obligaciones del causante
que no se extinguen con la muerte”.
4
Los herederos legitimarios –ascendientes, descendientes, cónyuge– son
investidos de pleno derecho, pues alcanzan la calidad de tales desde el día
de la muerte del causante, sin formalidad alguna y aun cuando ignoren la
apertura de la sucesión; salvo para los derechos registrales en los que se
exige que para transferirlos les haya sido reconocida su investidura por
medio de la declaratoria judicial de herederos. En cuanto a los colaterales,
deben ser investidos de su calidad de herederos por el juez del proceso
sucesorio. En las sucesiones testamentarias, la calidad de heredero “resulta
de la declaración de validez formal del testamento” 5.
Derechos reales:
5
También se transmiten los derechos nacidos con ocasión del ilícito
(legitimación activa).
En materia contractual:
No se transmiten las obligaciones que sean inherentes a la persona,
ni tampoco cuando la transmisión resulte incompatible con la
naturaleza de la obligación o se encuentre prohibida por el contrato
o por ley.
En cuanto al punto de vista del sujeto activo, los derechos se
extinguen por fallecimiento del acreedor, si así lo estipula el
contrato o cuando se otorgan en atención a las cualidades que tiene
6
determinada persona (muerte del mandante) o por disposición de la
ley (renta vitalicia).
El pacto de preferencia en el contrato de compraventa no se
transmite a los herederos del vendedor, pero sí a los del
comprador7.
La reversión de donaciones solo es válida a favor del donante y no se
transmite al donatario.
Se establece la intransmisibilidad a los herederos de la continuación
del contrato de locación de inmuebles, que es independiente de la
sucesión. Así lo determina expresamente el art.1190 del Código Civil
y Comercial:
Seguridad social:
7
Derechos y obligaciones que nacen con motivo de la
muerte, pero de manera originaria en los herederos
Se refiere a las situaciones jurídicas que no existían en cabeza del causante,
sino que nacen originariamente en el heredero como consecuencia de su
condición de tal. Estas no integran el caudal relicto, ya que no estaban en
el patrimonio del causante. En otras palabras, son aquellas que nacen con
motivo de la muerte, están vinculadas al fenómeno sucesorio, pero crean
situaciones originarias en el heredero. Así, desde el punto de vista de los
derechos (aspecto activo) los sucesores pueden ejercer:
Acción de colación.
Acción de indignidad.
Acciones de protección de la legítima.
Acción de partición.
Acción de petición de herencia.
8
Referencias
González Magaña, I. (2014). Título VII. Proceso Sucesorio – Capítulo 1
Disposiciones generales. En J. C. Rivera y G. Medina (Dirs.), Código Civil y
Comercial de la Nación Comentado. Buenos Aires: Thomson Reuters – La Ley.
9
Apertura de la
sucesión.
Transmisión de
la herencia
Derecho
Privado VII
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Apertura de la sucesión.
Transmisión de la herencia
El art. 2277 expresa que “la muerte real o presunta de una persona causa la
apertura de su sucesión y la transmisión de su herencia a las personas llamadas a
sucederle por el testamento o por la ley.”1.
Este artículo tiene especial importancia, ya que consagra tres principios generales
del derecho hereditario:
La muerte:
Como la ley no quiere que la herencia quede vacante, estatuye que la transmisión
se opera en el momento de la muerte; la herencia se adquiere ipso iure al
momento de la apertura de la sucesión. Pero como tampoco se impone la
aceptación, se condiciona esa transmisión a que sea aceptada.
1 Art. 2277- Ley N° 26.944 (2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la Nación.
1
Tabla 1
2
Cuando no hay herederos testamentarios o legítimos, o los existentes han
renunciado a la herencia y corresponde iniciar el trámite de vacancia a favor
del fisco.
Cuando el heredero no es conocido.
Transmisor: Es el causante, que debe ser una persona física, pues el derecho
de familia estudia las relaciones entre personas físicas.
Receptor: herederos y legatarios.
Objeto: son todos los derechos transmisibles. Los no transmisibles no forman
parte del caudal relicto (que son los bienes del causante al momento de
morir). Los derechos extrapatrimoniales se extinguen con la muerte de su
titular, mientras que los derechos patrimoniales –en principio– se transmiten
a los herederos, pues hay derechos inherentes al patrimonio que no son
susceptibles de transmisión.
Título o causa: esta trasmisión de derechos se opera en virtud de la ley (lo que
da origen a la sucesión legítima, ab intestado o intestada) o a través de un
llamado hecho por el causante por medio de un testamento (lo que da origen
a la sucesión testamentaria).
Supuesto de conmoriencia
Se refiere al caso en que dos o más personas que tienen derechos hereditarios
entre sí fallecen en un mismo desastre o acontecimiento (terremoto, incendio,
etc.) o en cualquier otra circunstancia (p. ej.: dos personas fallecen en lugares
diferentes sin poder determinarse quién murió primero).
3
El Código Civil y Comercial, en su art. 95, presume la contemporaneidad de los
fallecimientos; esto es, que se considera que todas las personas murieron en el
mismo instante si no es posible precisar quién falleció primero; en consecuencia,
no se puede alegar transmisión alguna de derechos entre ellos.
Si una vez entregados los bienes se presenta el ausente o se tiene noticia cierta de
su existencia, queda sin efecto la declaración de fallecimiento, procediéndose a la
devolución de tales bienes a petición del interesado.
Por su parte, el art. 92 preceptúa que la prenotación queda sin efecto luego de
transcurridos cinco años desde la fecha presuntiva del fallecimiento u ochenta
años desde el nacimiento de la persona. Desde ese momento, puede disponerse
libremente de los bienes; y si sucediera que el ausente reaparece, este podrá
reclamar:
4
Delación de la herencia
La delación supone un llamamiento concreto a determinados herederos y
efectivo, porque con ella se adquiere la herencia, en virtud de que los llamados
carecen de obstáculos para adquirirla.
En nuestro derecho desde la delación hay heredero, con la salvedad de que puede
dejar de serlo si renuncia a la herencia, pues se trata de un adquirente provisional.
De allí que la delación y la adquisición provisional se producen siempre en el
mismo instante.
Adquisición
Nuestro Código recepta el sistema de la adquisición ipso iure de la herencia. En
consecuencia, el heredero, a quien se ha deferido la herencia, se hace titular de
ella desde el momento de la apertura de la sucesión. Es decir, entre la apertura de
la sucesión y la adquisición no media intervalo de tiempo alguno. Así lo determina
el art. 2280 del Código Civil y Comercial, cuando prescribe que “desde la muerte
del causante, los herederos tienen todos los derechos y acciones de aquel de
manera indivisa, con excepción de los que no son transmisibles por sucesión”3.
Efectos de la transmisión
La muerte, la apertura y la transmisión se producen en el mismo instante del
fallecimiento. En consecuencia:
5
Los sucesores a título universal adquieren la propiedad de los bienes
hereditarios.
Los herederos legitimarios quedan investidos de la calidad de herederos.
Nace la comunidad hereditaria, si hubiese más de un heredero.
A partir de allí, los herederos pueden aceptar o repudiar la herencia.
Comienza a correr el plazo de veinte años para aceptarla o repudiarla.
A ese instante se retrotrae el efecto declarativo de la partición.
Comienza a correr el curso de prescripción de las acciones sucesorias.
La ley que rige la sucesión es la vigente al tiempo del fallecimiento del
causante, correspondiente a su último domicilio.
La competencia: juez del último domicilio al producirse el fallecimiento –
fuero de atracción–. En caso de un heredero único, las acciones personales de
los acreedores del causante pueden dirigirse, a su opción, ante el juez del
último domicilio del causante o ante el que corresponde al domicilio del
heredero único.
La capacidad es la aptitud legal para ser titular del derecho a recibir por sucesión
los derechos activos y pasivos transmisibles del causante. Tal capacidad es la de
derecho y debe acreditarse al momento de la muerte del autor de la sucesión,
salvo en el caso de las fundaciones creadas por testamento que obtengan la
autorización del Estado para funcionar.
La capacidad para suceder ser rige por la ley del domicilio del causante al tiempo
de su fallecimiento.
Para que el heredero con vocación tenga delación, es decir, el concreto y efectivo
llamamiento de la herencia, y pueda adquirirla, debe ser una de las personas
autorizadas por la ley para suceder.
6
Las concebidas en ese momento que nazcan con vida.
las nacidas después de su muerte mediante técnicas de
reproducción humana asistida, con los requisitos previstos en
el artículo 561.
Las personas jurídicas existentes al tiempo de su muerte y las
fundaciones creadas por su testamento4.
En cuanto al inciso b), la persona humana debe estar concebida y nacer con vida.
Si no naciere con vida, se considera que nunca existió.
Con relación al inciso d), se establece que pueden suceder las fundaciones creadas
por testamento. A esto hay que relacionarlo con el art. 193 del Código Civil y
Comercial, en cuanto establece que, si el fundador es una persona humana,
puede disponer su constitución por acto de última voluntad. Como ya se dijo
precedentemente, la fundación debe obtener la autorización del Estado para
poder funcionar.
Indignidad
Noción. Fundamento
La indignidad es una sanción legal impuesta en una sentencia judicial, en virtud de
la cual el heredero o legatario que ha incurrido en determinadas ofensas contra el
difunto, tipificadas por la ley, queda privado de la herencia. Por ello, no es indigno
frente a cualquier sucesión, sino frente a determinada sucesión.
4
Art. 2279- Ley N° 26.944. Op. cit.
7
1) La presunta voluntad del causante de excluir al indigno de la sucesión, pues se
regula la posibilidad del perdón.
2) El sentimiento de moral social.
Los descendientes.
Los ascendientes.
El cónyuge.
Los herederos instituidos a fin de proteger la porción que pudiese
corresponderles.
El fisco, si por falta del indigno tiene que recibir los bienes hereditarios.
8
Respecto a los legatarios, no hay una posición unánime en la doctrina: una parte
considera que los legatarios no pueden ejercer la acción (Pérez Lasala, 2014, p.
432); otros sí le reconocen esta acción, cuando se pretende evitar la reducción de
la liberalidad (Rolleri, Pagotto y Dangeli, 2014, p. 32).
Una innovación en este punto está dada por el modo de contar el término de
caducidad, que para el heredero es de tres años desde la apertura de la sucesión y
para el legatario es de tres años desde la entrega del legado.
9
diferencias que admiten mantener ambas instituciones, ya que en la
desheredación es el propio sujeto el que califica la conducta de su futuro sucesor;
de esta manera, puede defender la porción legítima del resto de sus sucesores
frente a alguno que no mereciera adquirir mortis causa (Rolleri, Pagotto y Dangeli,
2014, pp. 22-23). Asimismo, sostienen que si se admite que ciertos parientes
deben recibir necesariamente una determinada porción de bienes del difunto,
aun contra la voluntad de este, con más razón debe asegurarse su derecho a
excluir por testamento a alguien cuando medien justas causas (Córdoba, 2014).
Causales. Consecuencias
El art. 2281 enuncia las siguientes causas de indignidad (se alternan comentarios):
10
ocasionó la muerte del causante. La denuncia debe formularse
dentro de un mes de ocurrida la muerte, salvo que antes de ese
término el juez ya se encuentre interviniendo en razón de otra
denuncia o de oficio].
e) Los parientes o el cónyuge que no hayan suministrado al causante
los alimentos debidos, o no lo hayan recogido en establecimiento
adecuado si no podía valerse por sí mismo.
[Esta causal recepta dos supuestos. Respecto a los alimentos, para
algunos autores, la causal no exige reclamo judicial o que hayan
sido fijados judicialmente (Pérez Lasala, 2014); para otros, por
razones de seguridad, solo se configura la causal cuando media
incumplimiento de una resolución que establece la cuota
alimentaria (Mazzingui, 1996). En cuanto al supuesto de no
recoger al causante en establecimiento adecuado, la norma
establece que aquel no debe poder valerse por sí solo, pero no
exige – como lo hacía el Código de Vélez– que se encuentre
demente y abandonado].
f) El padre extramatrimonial que no haya reconocido
voluntariamente al causante durante su menor edad.
[La falta de reconocimiento debe haberse dado durante la
minoridad, por lo tanto, si tal reconocimiento se efectuó después
de la mayoría de edad, lo alcanza esta causal].
g) El padre o la madre del causante que haya sido privado de la
responsabilidad parental.
h) Los que hayan inducido o coartado la voluntad del causante para
que otorgue testamento o deje de hacerlo, o lo modifique, así
como los que falsifiquen, alteren, sustraigan, oculten o sustituyan
el testamento. Esta causal se funda en el propósito de proteger la
libre manifestación de la voluntad del testador o el cumplimiento
de esa voluntad.
i) Los que hayan incurrido en las demás causales de ingratitud que
permiten revocar las donaciones7.
El art. 1571 detalla las causas de ingratitud que autorizan a revocar las
donaciones. A saber:
Por último, el artículo expresa que “en todos los supuestos enunciados, basta la
prueba de que al indigno le es imputable el hecho lesivo, sin necesidad de
11
condena penal”9. Ello solo resulta aplicable cuando se trata de supuestos en que
la conducta del indigno implica delito.
Las causales pueden obedecer tanto a hechos positivos realizados por el indigno
como a omisiones o abstenciones.
Desde otro costado, el indigno puede reclamar las mejoras útiles, pero hasta el
límite del mayor valor adquirido por la cosa.
Por otra parte, renacen los derechos y obligaciones entre el indigno y el causante,
pues se considera que nunca fue heredero; por lo tanto, los créditos que tenga
contra la sucesión son exigibles, y lo mismo sucede a la inversa.
12
Desde otra arista, el indigno no está obligado a restituir los bienes que el causante
le hubiese donado, salvo que afectara la legítima, en cuyo caso estará sometido a
reducción.
Los hijos del indigno vienen a la sucesión [del causante de este] por derecho de
representación.
Las enajenaciones de los bienes hereditarios que el indigno haya realizado antes
de la declaración de indignidad, son en principio válidas, sin perjuicio de que los
herederos puedan accionar contra el indigno por daños y perjuicios.
El art. 2283 del Código Civil y Comercial, en el segundo párrafo, sienta el principio
de protección a los terceros adquirentes a título oneroso y de buena fe.
Perdón
El perdón dado por el causante ofendido hace caer la indignidad.
Así como la indignidad debe ser probada por los herederos, que se beneficiarán
con la exclusión del indigno, el perdón debe ser probado por el ofensor.
El art. 2282 regula que: “el perdón del causante hace cesar la indignidad. El
testamento en que se beneficia al indigno, posterior a los hechos de indignidad,
comporta el perdón, excepto que se pruebe el desconocimiento de tales hechos
por el testador”11.
13
Referencias
Córdoba, M. (2014). Introducción a nuevas normas del derecho sucesorio en el
Código Civil y Comercial de la Nación [Suplemento especial nuevo Código Civil y
Comercial]. Buenos Aires: La Ley. Recuperado de:
http://www.laleyonline.com.ar/maf/app/documentVM?&src=laley&srguid=i0a
d81816000001508d36ae626c47a388&docguid=i67245FE2495ABB61E52F9113
D0CBAC79&hitguid=i67245FE2495ABB61E52F9113D0CBAC79&spos=2&epos=2
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14
Proceso
sucesorio
Derecho
Privado VII
1
Proceso Sucesorio. Objeto.
Competencia: Regla general.
Excepción
El proceso sucesorio tiene por fin “la distribución del haber líquido hereditario
entre los herederos o beneficiarios (…), previa aprobación judicial del
testamento o previo reconocimiento de la calidad de heredero ab intestato”
(Pérez Lasala, 1989, p. 30) Es de carácter universal, salvo exclusiones
establecidas por la ley con relación a algunos bienes, en este se liquidará el
total del patrimonio del causante.
El art. 2335 señala que: “el proceso sucesorio tiene por objeto identificar a los
sucesores, determinar el contenido de la herencia, cobrar los créditos, pagar las
deudas, legados y cargas, rendir cuentas y entregar bienes”.1
Algunos autores, entre ellos Pérez Lasala (2014, p. 86), cuestionan que el
artículo omite referirse a la resolución judicial que declara herederos o que
aprueba el testamento.
1 Art. 2335- Ley N° 26.944 (2014) Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la Nación
2
Inventario, avalúo, división, partición y adjudicación.
De ello se desprende que la regla general fija que la competencia, para conocer
en el sucesorio, corresponde al juez del último domicilio del causante, sin
perjuicio de lo dispuesto en el título destinado a las disposiciones de derecho
internacional privado.
Cabe aclarar que el domicilio al que se refiere la norma es el domicilio real del
causante. En algunos casos, el domicilio legal determina el lugar en que
corresponde abrir el juicio sucesorio, como es el caso de los incapaces que
tienen el domicilio de sus representantes.
3
6) Las operaciones de partición: este punto se refiere a los problemas que
surjan en la partición, licitación de bienes, colación, etcétera.
7) Acciones por evicción o vicios ocultos.
8) Acciones de reforma y nulidad de partición.
9) Acciones de los acreedores antes de la división de la herencia; por
ejemplo, las acciones personales.
Por último, en su parte final, el art. 2336 del Código Civil y Comercial recepta la
excepción a la regla general de la competencia que procede cuando hay un
único heredero: “…Si el causante deja solo un heredero, las acciones personales
de los acreedores del causante pueden dirigirse, a su opción, ante el juez
delúltimo domicilio del causante o ante el que corresponde al domicilio del
heredero único”3.
Algunos autores cuestionan tal solución, pues estiman que el hecho de que se
diga que se trata de un heredero único no basta para variar la competencia del
juez del sucesorio, y aun cuando se pudiese acreditar que lo es, tampoco es
suficiente para modificar la competencia, ya que pueden existir legatarios o
beneficiarios de cargos que tuviesen interés en mantener la competencia en el
último domicilio del causante (González Magaña, 2014, pp. 178-179).
La regla del fuero de atracción deriva del carácter universal del proceso. Su
fundamento reside en la necesidad de radicar ante un mismo juez todas las
cuestiones que involucren bienes que conforman el acervo hereditario, lo que
responde a la conveniencia práctica, al interés general de la justicia y a la
economía procesal, dada por la concentración en un solo juez de todo lo
relativo a la liquidación y transmisión del patrimonio del causante. Además, los
acreedores deberán acudir a un único juez, ante el cual los herederos podrán
hacer valer sus defensas. Pero esta regla no es absoluta, pues:
4
Por último, el fuero de atracción no puede ser renunciado por las partes.
El art. 2644 sostiene que la sucesión por causa de muerte se rige por el derecho
del domicilio del causante al momento de su fallecimiento. Pero contiene una
excepción respecto a los bienes inmuebles situados en el territorio de nuestro
país en los que rige la ley nacional. En consecuencia, cuando el difunto tiene
bienes inmuebles en el país, pero al momento de su muerte tiene su domicilio
en el extranjero, se aplica la ley argentina. Por lo tanto, los herederos
nacionales o extranjeros deberán iniciar el sucesorio ante el juez competente
argentino.
5
Referencias
González Magaña, I. (2014). Título VII. Proceso Sucesorio – Capítulo 1
Disposiciones generales. En J. C. Rivera y G. Medina (Dirs.), Código Civil y
Comercial de la Nación Comentado. Buenos Aires: Thomson Reuters – La
Ley.