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En estos tiempos revueltos, en que a través de los medios de comunicación

se tergiversan las verdades y se enajenan las conciencias.


Levantamos las palabras y revindicamos a la poesía,
liberamos los versos como un canto, como un grito.
como un arma de lucha presente y futura…

EL DÍA DE LOS ÚLTIMOS TIRANOS[1]

- "Adiós!..." La cita terminó


y siguió el mañana,
el cercano mañana de los rebeldes.
Mano con mano entre los diluvios de llamas
subiremos a la alta cima.
Tu cabello es un campo donde el ocaso desliza
sus flores rojas.

Vemos al sol alejarse detrás de las colinas


entre las sombras.
Resplandeció cual alas rotas
sobre un amasijo de grilletes en escombros,
sobre un mundo perecedero que no volverá,
su último brillo.
Me dices: "¿Has visto las estrellas?
¿Las contemplaste otra tarde
con semejante esplendor y pureza?"
Me dices: "¿Has visto las estrellas?
¡Cuántas veces habrán iluminado antes de esta tarde
un mundo que ensucia la sangre,
sangre de los humildes y los inocentes!"
Me dices: "¿Has visto las estrellas
dominar nuestra tierra libre
por primera vez?"
Sí. Ayer cuando te miré
mostrabas como un susurro en tus pupilas.

Cuando se ilumine el horizonte con el incendio


¿se derrumbará una cárcel y se iluminará un camino
que avivará con sus cálidas siluetas
tu cara de alegre anhelo?
Dices: "Somos el principio del camino,
los que destilamos la vida
de las rocas, donde sangran las frentes
que chupan la hermosura de los labios;
de la muerte en las cárceles desoladas,
de la miseria, de los vientos vacíos,
para sus generaciones venideras.
Es nuestro el astro vespertino,
el alba del brillante mañana
y sus prósperos crepúsculos.

LA PAMPA
Francisco Pezoa

I
Canto la Pampa, la tierra triste,
réproba tierra de maldición,
que de verdores jamás se viste
ni en lo más bello de la estación;
donde las aves nunca gorjean,
donde no crece la flor jamás,
donde riendo nunca serpea,
el arroyuelo libre y fugaz,
II
Año tras año por los salares
del desolado Tamarugal,
lentos cruzando van por millares
los tristes parias del capital;
sudor amargo su sien brotando,
llanto sus ojos, sangre sus pies,
los infelices van acopiando
montones de oro para el burgués
III
Hasta que un día, como un lamento
de lo más hondo del corazón,
por las callejas del campamento
vibró un acento de rebelión;
eran los ayes de muchos pechos,
de muchas iras era el clamor,
la clarinada de los derechos
del pobre pueblo trabajador.
IV
"Vamos al Puerto, dijeron, vamos,
con su resuelto, noble ademán,
para pedirles a nuestros amos
otro pedazo, no más de pan"
Y en la misérrima caravana
al par del hombre marchar se ven,
la amante esposa, la madre anciana,
y el inocente niño también
V
¡Benditas víctimas que bajaron
desde la pampa, llenos de fe,
y a su llegada lo que escucharon,
voz de metralla tan sólo fue!
¡Baldón eterno para las fieras
masacradoras sin compasión!
¡Queden manchados con sangre obrera
como un estigma de maldición!
VI
Pido venganza para el valiente
que la metralla pulverizó;
pido venganza para el doliente
huérfano triste que allí quedó;
pido venganza por la que vino
tras del amado su pecho a abrir:
pido venganza para el Pampino
que como bueno supo morir

AL POETA OBRERO
MAIAKOVSKY

Gritan al poeta:
“Quisiéramos verte al torno.
¿Los versos?
¡Bobadas!
Eso es para no dar el callo”.
Tal vez
para nosotros
el trabajo
es la tarea más afín.
Yo también soy fábrica,
aunque sin chimeneas,
pero quizá
sin ellas
se pasa peor.
Sé –
odiáis la palabrería.
Talar el alcornoque es vuestro quehacer.
¿Y nosotros?
¿No somos ebanistas?
Transformamos el alcornoque de las cabezas humanas.
Sin duda,
pescar es cosa distinguida.
Sacar la red
y en ellas el pescado.
Pero el trabajo del poeta es más delicado:
pesca a gentes, no a peces.
Enorme trabajo arder ante el horno,
el hierro rojo al rojo templar.
¿Pero quién
nos tilda de holgazanes?
Con la lima de la lengua desbastamos los cerebros.
¿Quién es más –el poeta
o el perito
que
da al hombre el bien material?
Iguales.
El corazón es otro motor.
El alma es otro ingenio.
Somos parejos.
Compañeros, dentro de la masa obrera.
Proletarios de cuerpo y alma.
Sólo juntos
hermoseamos el mundo
y lo impulsaremos con himnos.
Pondremos un dique a los chorros verbales.
¡A la obra!
El trabajo es vivo y nuevo.
Y los oradores ociosos.
¡Al molino!
¡Con los molineros!
A girar las muelas con el torrente de palabras.

EL TRABAJO
JOSE MARIA GABRIEL Y GALAN

Es el trabajo fuente de riqueza,


y aguijón diligente de la pereza,
la ruina y los pecados más lastimosos,
son fruto obligados de los ociosos.
Porque eres fuente pura
que manas oro de la secreta hondura,
fecunda y rica en mi canción te llamo,
porque eres levadura
del humano vivir, buena te aclamo.
Redimes y ennobleces,
fecundas, regeneras, enriqueces,
alegras, perfeccionas, multiplicas,
el cuerpo fortaleces
y el alma en tus crisoles purificas.
Fecundo hiciste el mundo,
feliz no lo entregó tu amor profundo,
y cuando el crimen tu rigor atrajo,
nuevamente fecundo,
si no feliz, nos lo tornó el trabajo.
Labra, fecunda, modela,
toma rico el erial, pinta, cincela,
incrista, sierra, pule y abrillanta,
edifica, nivela, inventa, piensa,
escribe,
rima y canta.
Y gloria a Tí, Oh fecundo sol del
TRABAJO, alegrador del mundo; sin
ofensa de Dios, que fue el primero, TU
el creador profundo, bien te puedes
llamar creador del mundo entero.

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